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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 346

Cuando el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU) organiza en 1985, con el auspicio de la empresa Cerámica Carabobo, el programa “Encuentros con la Arquitectura”, ya tenía una amplia experiencia acumulada en la realización de eventos y actividades de diversa índole entre los que figuraban simposios con la participación de invitados internacionales, montaje de exposiciones, asesoría a entes del estado, realización de proyectos y elaboración de publicaciones.

Creado en 1979 por un grupo de 26 arquitectos de reconocida trayectoria: Eva Arredondo, Moisés Benacerraf, Sonia Benassy, Carlos Brillembourg, Miguel Carpio, Francisco Carrillo, Abraham Coriat, Krina Costa, Manuel Delgado, Carlos Gómez de Llarena, Hannia Gómez, Jacobo Koifman, Pablo Lasala, Alberto Manrique, Bernardo Mazzei, Pedro Mendoza, José Luis Mesejo, Ramón Paolini, Max Pedemonte, Carlos Peña, Joel Sanz, Doménico Silvestro, Alejandro Stein, Jesús Tenreiro, Manaure Trujillo y Federico Vegas, el IAU se constituyó como fundación sin fines de lucro buscando promover la discusión sobre la arquitectura y la ciudad con el objetivo de “participar en la creación, transformación y optimización de los espacios arquitectónicos y urbanos”. Oscar Tenreiro define al IAU en su blog Entre lo cierto y lo verdadero del 01/02/2014, como “institución de carácter gremial-cultural … en cierto modo calcada del IAUS (Institute for Architecture and Urban Studies) que funcionaba en Nueva York por esos tiempos y disfrutó de un considerable éxito”.

1. Kenneth Frampton, Aldo Rossi y Oriol Bohigas.

Así, serían traídos como invitados al país por el IAU figuras de la talla de Kenneth Frampton, Aldo Rossi y Oriol Bohigas a los que se sumarán Anthony Vidler, Mario Gandelsonas, Diana Agrest, Ignasi de Solá-Morales y Manuel de Solá-Morales.

Frampton, por ejemplo, participaría en 1979 en una serie de conferencias organizadas por el Instituto como acto demostrativo de que en poco tiempo y con limitados recursos había tareas importantes que realizar, constituyéndose así en la contrafaz de un desdibujado y debilitado Colegio de Arquitectos. El arquitecto, crítico e historiador inglés volvería en 1981 para formar parte como “consultor” en la elaboración del trabajo “Criterios de Diseño para el Casco Central de Caracas” que la Fundación Caracas (FUNDACARACAS), con el auspicio de la Gobernación del Distrito Federal le había contratado al IAU en el mes de marzo a instancias del arquitecto Francisco Pimentel, para la fecha importante funcionario de esa dependencia. Cabe añadir que, para enfrentar el encargo, el IAU organizó el grupo “Ciudad de Caracas. Casco Central”, dirigido por el arquitecto Manuel Delgado Arteaga, el cual conformó un equipo integrado por los arquitectos: Mariela Provenzali, Eva Arredondo Olivo, Maciá Pintó, Jesús Tenreiro Degwitz (asesor) y 18 calificados colaboradores, el cual, una vez entregado en el mes de julio, también ofreció como producto la publicación CIUDAD DE CARACAS/CASCO CENTRAL. Criterios de diseño urbano estructurada en nueve partes donde se explicaba el proceso seguido en la elaboración de la propuesta y se mostraban los resultados. Frampton para la citada publicación elaboró el “Epílogo” resumiendo el compromiso del equipo con un enfoque muy afín a los postulados de Aldo Rossi (quien ya había venido al país en 1980), donde el diseño urbano y el “hacer ciudad” con base en la consideración del espacio público prevalecía por sobre la planificación vinculada al zonning de raigambre norteamericana, que se había impuesto con el transcurrir de los años en el desarrollo de Caracas.

Muy vinculado a este proyecto se encontraba la propuesta de diseño urbano que el IAU hiciera para el desarrollo del Bulevar de Catia, el cual interesó al Centro Simón Bolívar que emprendió, basado en las orientaciones del Instituto, la construcción de tres torres de vivienda sobre el bulevar (que no tuvieron la repercusión deseada) y de la Jefatura Civil de la parroquia Sucre, ambos trabajos de 1984.

Al igual que Frampton y Rossi vendría a Venezuela en 1981, con la ayuda de los ingresos que se fueron generando a través de los proyectos, Oriol Bohigas, quien para entonces era delegado del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona cargo que ejerció hasta 1984 y, por ende, conocedor de un área que para el IAU era de máximo interés.

2. Anthony Vidler, Mario Gandelsonas y Diana Agrest, Manuel de Solá-Morales e Ignasi de Solá-Morales.

La presencia de Anthony Vidler, Mario Gandelsonas, Diana Agrest, Ignasi de Solá-Morales y Manuel de Solá-Morales estaría vinculada a asesorías y organización de diferentes eventos por parte del Instituto entre 1980 y 1982.

De entre las exposiciones organizadas en su sede de Las Mercedes vale la pena recordar la que permitió observar los resultados del concurso del Centro Cívico de San Cristóbal realizado en 1979, ganado por Alejandro Stein, y que contó con una amplia participación de miembros del IAU. Las propuestas mejor calificadas mostraron una idea de ciudad acorde a los planteamientos impulsados por la entidad (lo cual le otorgaba legitimidad) y fueron vistas en Caracas, pasada la euforia inicial que se generó en la capital andina, en 1980.

Otra interesante exposición organizada por el IAU, conjuntamente en este caso con la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, fue la dedicada a “Karl Friedrich Schinkel” llevada a cabo entre el 25 de mayo y el 10 de junio de 1982, la cual contó con un modesto pero significativo catálogo en el que se reprodujo el ensayo “Karl Fridrich Schinkel. El Patrocinio real y lo pintoresco” de David Watkin publicado en Architectural Design, vol. 49, nº8-9, 1979, traducido por el propio IAU.

En cuanto a las publicaciones producidas por el Instituto dos destacan de manera particular. En primer lugar libro editado en 1983 La vivienda multifamiliar/Caracas 1940-1970, que recoge una valiosa investigación realizada por los arquitectos Hannia Gómez, Ramón Paolini y Federico Vegas, cuya vigencia se mantiene hasta nuestros días ya que permitió visibilizar una importante cantidad de edificios dispersos en la ciudad de los que se tenía poca información, para los que se realizaron fichas y comentarios críticos de cuidada elaboración.

3. Dos destacadas publicaciones salidas del Instituto de Arquitectura Urbana.

La segunda es la que recoge los resultados del ya mencionado trabajo «Ciudad de Caracas. Casco Central». El libro en formato facsimilar, como también se señaló, llevaría por título CIUDAD DE CARACAS/CASCO CENTRAL. Criterios de diseño urbano y estaría estructurado en nueve partes donde se explicaba el proceso seguido en la elaboración la propuesta y se mostraban los resultados. Al «Prefacio» de Francisco Pimentel y «Prólogo» de Jesús Tenreiro D. seguirían: 1. Propósito del estudio (a modo de introducción); 2. Consideraciones de Orden Metodológico; 3. Análisis Histórico; 4. Análisis Morfológico y Tipológico; 5. Análisis Espacial; 6. La Proposición; 7. Intervenciones específicas por parte de los Organismos del Estado (en donde se detallaban aquellas que deberían realizarse en Quinta Crespo, el Foro Libertador, el Centro Simón Bolívar y otras renovaciones urbanas menores a ser ejecutadas en el Casco Central); 8. Estudio preliminar acerca de la Zonificación; y 9. un «Epílogo» preparado por Kenneth Frampton.

Es en medio de este marco que conviene entender el programa “Encuentros con la Arquitectura” de 1985 que hoy nos ocupa, ya que se trató, además, del último evento de importancia realizado por el IAU en su corta vida de 6 años.

Integrado por una serie de seis charlas dirigidas al público en general, las mismas, englobadas bajo el rótulo “La Primera Arquitectura Moderna en Venezuela”, tendrían la particularidad de que serían dictadas en el mismo espacio tratado en la disertación, enfoque que permitió visitar y conocer edificios notables de nuestra arquitectura.

4. Las seis obras pertenecientes a «La Primera Arquitectura Moderna» que formaron parte del programa «Encuentros con la Arquitectura».

El 29 de agosto, se inició el programa con Cipriano Domínguez, Carlos Gómez de Llarena, Juan Andrés Vegas y William Niño Araque teniendo como tema “La sede del Consejo Supremo Electoral y las Torres del Centro Simón Bolívar”.

El 18 de septiembre Alfredo Guinand, Juan Carlos Parilli y Fruto Vivas hablaron sobre “La Capilla del Colegio San José de Tarbes de El Paraíso”.

Silvia Hernández de Lasala, Lila Malaussena de Salas y Francisco Pimentel Malaussena tuvieron como tema, el 3 de octubre, “El Gran Salón de la Academia Militar”.

El 21 del mismo mes Juan Pedro Posani, Oscar Tenreiro y Paulina Villanueva, abordarían “El Museo de Ciencias Naturales”, ubicado en Los Caobos.

El 14 de noviembre Domingo Álvarez, Maciá Pintó y José Sigala dedicaron su charla a “La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Campo Alegre”, terminando el programa con Julián Ferris, Joel Sanz y Gustavo Wallis hablado sobre el edificio que ocupa “La Gobernación de Caracas” en la Plaza Bolívar.

Sin lugar a dudas se trató de un acontecimiento pionero que despertó un enorme interés y produjo una movilización y curiosidad por conocer obras destacadas de nuestra arquitectura como pocas veces se había dado hasta aquel entonces.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 3 y 4. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

1, 2 y 5. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

1985• Serie de charlas «Encuentros con la Arquitectura»

1985•  El Instituto de Arquitectura Urbana IAV organiza con el auspicio de la empresa Cerámica Carabobo el programa “Encuentros con la Arquitectura”, el cual está integrado por una serie de seis charlas dirigidas al público en general, dictadas en el mismo espacio tratado en la disertación.
Con este interesante enfoque se dieron las charlas dentro de edificios notables de nuestra arquitectura.
El 29 de agosto, se inició el programa con Cipriano Domínguez, Carlos Gómez de Llarena, Juan Andrés Vegas y William Niño Araque teniendo como tema la sede del Consejo Supremo Electoral y las Torres del Centro Simón Bolívar. El 18 de septiembre Alfredo Guinand, Juan Carlos Parilli y Fruto Vivas hablaron sobre la Capilla del Colegio San José de Tarbes de El Paraíso.
Silvia Hernández de Lasala, Lila Malaussena de Salas y Francisco Pimentel Malaussena tuvieron como tema, el 3 de octubre, El Gran Salón de la Academia Militar.
El 21 del mismo mes Juan Pedro Posani, Oscar Tenreiro y Paulina Villanueva, el Museo de Ciencias Naturales, ubicado en Los Caobos.
El 14 de noviembre Domingo Álvarez, Maciá Pintó y José Sigala dedicaron su charla a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Campo Alegre, terminando el programa con Julián Ferris, Joel Sanz y Gustavo Wallis hablado sobre el edificio que ocupa la Gobernación de Caracas en la Plaza Bolívar.

HVH

VISITAS MEMORABLES

Kenneth Frampton (Woking, Reino Unido, 1930)

Hasta donde hemos podido indagar, son cinco las visitas que el reconocido historiador, crítico y arquitecto británico Kennneth Frampton ha hecho a nuestro país. La primera de ellas ocurrió en 1979 cuando el recién creado Instituto de Arquitectura Urbana (IAU), fundación sin fines de lucro constituida por 26 arquitectos de reconocida trayectoria en Venezuela, lo invitara a participar en una serie de conferencias organizadas para dar el empuje necesario a aquella asociación que en poco tiempo realizó una importante tarea como contrafaz de un desdibujado Colegio de Arquitectos.

Posteriormente, en 1981, Frampton regresa para formar parte como “consultor” en la elaboración del trabajo “Criterios de Diseño para el Casco Central de Caracas” que la Fundación Caracas (FUNDACARACAS), con el auspicio de la Gobernación del Distrito Federal le había contratado al IAU en el mes de marzo a instancias del arquitecto Francisco Pimentel, para la fecha importante funcionario de esa dependencia. Cabe acotar que para enfrentar el encargo, el IAU organizó el grupo “Ciudad de Caracas. Casco Central”, dirigido por el arquitecto Manuel Delgado Arteaga, el cual estructuró un equipo integrado por los arquitectos: Mariela Provenzali, Eva Arredondo Olivo, Maciá Pintó, Jesús Tenreiro Degwitz (asesor) y 18 calificados colaboradores, el cual, una vez entregado en el mes de julio, también ofreció como producto la publicación CIUDAD DE CARACAS/CASCO CENTRAL. Criterios de diseño urbano estructurada en nueve partes donde se explicaba el proceso seguido en la elaboración la propuesta y se mostraban los resultados. Frampton para la citada publicación elaboró el “Epílogo” resumiendo el compromiso del equipo con un enfoque muy afín a los postulados de Aldo Rossi (otro importante invitado que el IAU trajera al país) donde el diseño urbano y el “hacer ciudad” con base en la consideración del espacio público prevalecía por sobre la planificación vinculada al zonning de raigambre norteamericana, que se había impuesto con el transcurrir de los años en el desarrollo de Caracas.

1. Izquierda: Portada de la publicación CIUDAD DE CARACAS/CASCO CENTRAL. Criterios de diseño urbano (1981) donde Kenneth Frampton actuó como consultor del trabajo y elaboró el «Epílogo». Derecha: Artículo “Vanguardia, kitsch y los límites de la arquitectura” publicado en la revista PUNTO, nº 64 (1982)

En su tercera visita en noviembre de 1981 Frampton dictó una conferencia en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo titulada “Vanguardia, kitsch y los límites de la arquitectura”, cuya transcripción y traducción (hecha por Carlos Gómez de Llarena) quedó plasmada en la revista PUNTO, nº 64 (1982). Basado en la dialéctica existente entre los conceptos de kitsch y vanguardia y en la consideración de Herman Broch de que “los hombres viven al mismo tiempo en diferentes períodos de la historia”, Frampton centró su atención en la discusión entre modernidad y postmodernidad en momentos en que el debate se encontraba en plena efervescencia. También allí abría la puerta hacia temas que posteriormente desarrollará como los de la difícil relación entre cultura y civilización y el de la forma construida contra la imagen o, en otras palabras, la forma tectónica.

Para cuando Frampton, egresado en 1956 de la londinense Architectural Association, viene por primera vez a Venezuela, ya había sido editor técnico de la revista Architectural DesignAD– (1962–65), era docente en la Graduate School of Architecture, Planning and Preservation en la Universidad de Columbia, Nueva York desde 1972 (de donde hoy es profesor emérito) y había sido cofundador de la revista Oppositions (órgano de difusión del Institute for Architecture and Urban Studies -IAUS- de Nueva York del cual formó parte) que alcanzó 26 números entre septiembre de 1973 y la primavera de 1984. Justo entonces ya se encontraba seguramente en imprenta una de sus obras más influyentes Historia Crítica de la Arquitectura Moderna (Modern Architecture: A Critical History, 1980 -revisada en 1985, 1992, 2007 y 2020-), considerada como una pieza fundamental dentro de la historiografía de la arquitectura del siglo XX. Vale recordar que si algo caracterizó este importante libro fue su intención de no constituirse en un relato único y de alejarse de la preocupación por las formas y el significado de la arquitectura, patente en la incorporación en el texto de imágenes en blanco y negro y de pequeñas dimensiones. Si bien no elude del todo el análisis formal, Frampton dirige la mirada hacia el análisis de la teoría e ideología subyacente en la obra arquitectónica, enfatizando los aspectos económicos, sociales y políticos, factores externos que condicionan su producción.

También a finales de los 70 y comienzos de los 80, Frampton era uno de los pocos intelectuales de importancia que le plantó cara a quienes se ufanaban en dar por muerta a la arquitectura moderna. Como testimonio de ello Oscar Tenreiro en “Kenneth Frampton: Ochenta” (2010) aparecido en https://www.analitica.com/entretenimiento/kenneth-framton-ochenta/ rememora como en “una charla ante un grupo de estudiantes de nuestra facultad en la UCV, comenzó diciendo que el postmodernismo no era más que un tigre de papel. Y tuvo toda la razón.”

2. Dos de las obras más relevantes publicadas por Frampton. Izquierda: Historia Crítica de la Arquitectura Moderna (Modern Architecture: A Critical History), 1980 (revisada en 1985, 1992, 2007 y 2020). Derecha: Estudios sobre cultura tectónica: poéticas de la construcción en la arquitectura de los siglos XIX y XX (Studies in Tectonic Culture: The Poetics of Construction in Nineteenth and Twentieth Century Architecture), 2001

Luego Frampton vendría en otro par de ocasiones: en marzo de 1983 y agosto de 1991. Justamente en 1983 apareció su importante texto “Hacia un regionalismo crítico” (“Towards a Critical Regionalism: Six Points for an Architecture of Resistance”, publicado por primera vez en The anti-aesthetic: essays on postmodern culture, Hal Foster -ed.-, 1983), donde, usando un término que ya había sido acuñado por Alexander Tzonis y Liane Lefaivre, lanza una crítica hacia la globalización, la cultura de consumo masivo y el impacto que esto ha tenido en la arquitectura y defiende la idea de que los arquitectos deben revalorizar el contexto y tomar en cuenta el lugar, la topografía, el clima y la cultura. El escrito de Frampton, aunque se incluyó en un libro que recopilaba “ensayos sobre cultura posmoderna”, más bien apunta a ofrecerle a la modernidad una nueva oportunidad de manifestarse a partir de las interpretaciones que de ella se hicieron en culturas “periféricas”, las cueles sirvieron para darle impulso a otras interpretaciones y términos como los de “otra arquitectura” (Enrique Browne) o “modernidad apropiada” (Cristian Fernández Cox) y servir de doctrina oficial a los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL).

En la visita que nos hiciera en el 83, Frampton, quien siempre ha sido una figura incómoda para el star system, en otra conferencia que dictó en Caracas (que Tenreiro también recuerda) “destacaba el valor referencial de arquitectos importantes de la segunda modernidad post-Kahn, como Jorn Utzon, de quien mostraba con insistencia la iglesia de Bagsvaerd, cerca de Copenhagen (1976), como ejemplo alejado de los historicismos y citas que llenaban el panorama”.

3. Dos artículos de Juan Pedro Posani relacionados con las conferencias que Frampton dictara en Venezuela durante su visita en 1991.

El viaje de Frampton en 1991, más vinculado a las gestiones de Oscar Tenreiro para que se concretara, que derivaron en un ciclo de conferencias realizadas a finales de julio y comienzos de agosto en los espacios del Banco Consolidado (luego Corp Banca y hoy BOD), La Castellana, permitieron al teórico inglés desarrollar las tesis basadas en su interpretación de los planteamientos que a finales del siglo XIX formulara Gottfied Semper vinculados al concepto de “tectónica”.  Producto de su asistencia al ciclo Juan Pedro Posani escribiría en Economía HOY dos artículos: uno el 3 de agosto titulado “Frampton hermeneuta” y otro la semana siguiente (10 de agosto) que llevó por nombre “Más Frampton” en los que establece una interesante sintonía con el historiador británico tanto en el tratamiento de los temas abordados como en su rechazo al postmodernismo y apuesta a una modernidad más arraigada alejada, sin embargo, de funcionalismos y racionalismos “obtusos”. Cercana a esta visita estaría la publicación posterior de Estudios sobre cultura tectónica: poéticas de la construcción en la arquitectura de los siglos XIX y XX (Studies in Tectonic Culture: The Poetics of Construction in Nineteenth and Twentieth Century Architecture, 2001) donde hace énfasis en la conexión entre los lenguajes de la construcción y la arquitectura.

4. Dos libros editados por Oscar Tenreiro donde se registra la participación de Frampton. En el primero como entrevistado y en el segundo elaborando la «Introducción».

La proximidad entre Tenreiro y Frampton tuvo como antecedente la entrevista que éste le realizara en Nueva York en enero de 1985 que aparece en el libro Sobre arquitectura (1990). Más tarde esa buena relación cultivada en el tiempo con la visita que Tenreiro le hiciera a Frampton en 2010 con motivo del 80 aniversario del arquitecto inglés, se ha visto reforzada en la participación de éste en el reciente libro Todo llega al mar (2019) en el que Tenreiro lo invitó a escribir un texto introductorio. También, recientemente, protagonizaron juntos la apertura oficial del curso 2020-2021 de la Escuela Técnica Superior (ETS) de Arquitectura de la Universidad de Málaga (UMA), España.

Con noventa años cumplidos (llegará a los noventa y uno el próximo 20 de noviembre), Frampton es de las pocas referencias que aún nos quedan de una generación que vivió y logró reinterpretar el rumbo de lo que fueron los postulados canónicos de la arquitectura moderna con visión crítica desmarcándose de lo que había sido la línea oficial de quienes fueron sus cronistas más reconocidos. También dejó para la posteridad la idea de que “La modernidad es un proyecto inacabado. Y más un sinónimo de progreso que del despotismo del que se la ha acusado.”

Con importantes premios y reconocimientos entre los que se encuentran el León de Oro a la Trayectoria en la Bienal de Arquitectura de Venecia (2018); el Premio a la Trayectoria del Milenium BCP de la Trienal de Lisboa (2014); el Premio Schelling de Teoría de la Arquitectura (2012); y la Medalla del Presidente de la Liga de Arquitectura de Nueva York (2005), Frampton ha afirmado que “los rascacielos no son arquitectura, sólo dinero” o “la historia se ha concentrado en las obras de los arquitectos. Es hora de reivindicar a muchas mujeres” cuando Anatxu Zabalbeascoa lo entrevistó para El País Semanal en 2017 luego de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Politécnica de Madrid.

Allí también expresó lo siguiente: “Mi historia necesita un lector atento. Los libros sin retórica requieren más atención” y lanzó la mayor autocrítica a su libro más conocido: “Nos dejamos a una gran parte del mundo: China, India, África… La próxima reedición de mi Historia crítica de la arquitectura moderna deberá ser menos eurocéntrica (…) Que no conozcas algo no quiere decir que no exista (…) Es necesario el convencimiento de que has visto cosas que merecen ser contadas. Y la humildad para dejar claro que lo que cuentas no es nunca la historia. Es tu historia”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

¿SABÍA USTED…

… que en 1980 se concluye la construcción del Bulevar de Catia?

1. Bulevar de Catia frente al mercado.

Con la realización de las obras que dieron por resultado la inauguración de la primera etapa de la línea 1 del Metro de Caracas en 1983 desde Propatria hasta Chacaíto, se dejó atrás un período en el que la ciudad se vio impactada a nivel superficial de cuanto acontecía por debajo con los consabidos problemas e incomodidades que afectaron a conductores, transeúntes y comerciantes.

Desde que Rafael Caldera inauguró la estación Agua Salud al final de su mandato en 1974, sin haberse iniciado las obras en el subsuelo pero con el proyecto prácticamente concluido, hasta que Luis Herrera Campíns tiene el privilegio de inaugurarlas en 1983, transcurrieron casi 10 años de trabajos ininterrumpidos que el gobierno intermedio de Carlos Andrés Pérez con visión de Estado y a pesar del fuerte ruido que causó la posibilidad de construir un “Aerocarril”, entendió como una necesidad impostergable y un clamor, por lo que finalmente decidió darle continuidad a la obra, correspondiéndole en marzo de 1975 anunciar la construcción de la línea 1 (Propatria-Palo Verde) comenzando por el oeste.

Si bien el Metro transcurría por debajo y con ello terminaría aliviando de manera importante el siempre problemático tráfico de la capital, las obras, una vez concluida la línea 1 en 1989 hasta Palo Verde (para cuando ya se había concluido el tramo Las Adjuntas-El Silencio de la línea 2), le dejaron a la ciudad una serie de espacios públicos de efectos dignificantes como nunca antes el caraqueño del siglo XX había percibido. En otras palabras al final del camino se entendió que los sacrificios sufridos tenían todo el sentido del mundo y el beneficio colectivo sobrepasaba con creces los posibles efectos individuales que se hubiesen creado.

2. Intervenciones urbanas que se originaron a partir de la construcción de la Línea 1 del Metro de Caracas

Las mejoras sustanciales que trajo la apertura del sistema en su primera etapa dieron como resultado la creación de lo que Max Pedemonte, arquitecto jefe desde 1968 del Metro de Caracas, denominó como “Rutas paralelas”, que no son otra cosa que las intervenciones que a nivel de la superficie se produjeron junto a la construcción del subterráneo que redundaron en un incremento de la movilidad de grandes masas, no dependientes del vehículo privado, y derivaron en la realización de toda una infraestructura peatonal complementaria, consistente en la ampliación de aceras, construcción de bulevares y plazas que le empezaron a dar sentido al término acuñado.

Pedemonte, nacido en Cuba en 1936, residenciado en Europa entre 1938 y 1945 y establecido en Venezuela en 1946, realiza estudios de arquitectura en la UCV entre 1955 y 1960 bebiendo de los aprendizajes que Carlos Raúl Villanueva fue dejando a través de la construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas y en particular del edificio sede de Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Trabaja en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social entre 1961 y 1967 lapso en el que realiza un postgrado en la Universidad de Columbia. Ya previamente había empezado a desarrollar su vena artística la cual lo acompañará desde muy joven lo que le permite obtener en 1962 el Premio Nacional de Escultura del XXIII Salón Oficial de Arte. El 1967 ingresa como docente de diseño arquitectónico en la FAU UCV en el Taller Borges de donde se jubila en 1992. Como ya adelantamos, en 1968 Pedemonte pasa a ser arquitecto jefe del Metro de Caracas encabezando una de las acciones de renovación urbana más importantes en la historia de Caracas. De dicha actividad derivó la publicación en 1983 del libro “Rutas paralelas. Plan de recuperación urbana del Metro de Caracas” que posteriormente presentó para ascender en el escalafón universitario en 1985. En 1987, con motivo de la VIII edición de la Bienal Nacional de Arquitectura, última de las que concedió el Premio Nacional, con la presentación de “Rutas paralelas” dicha distinción recayó en el Metro de Caracas y en particular en el arquitecto Pedemonte por la obra realizada por la División de Arquitectura a su cargo. Otra característica importante de su actuación en el Metro fue la de haber incorporado el arte en cerramientos, revestimientos de paredes y techos, y el haber convocado a diferentes y connotados artistas plásticos a colaborar con intervenciones tanto en el interior como en el exterior de las estaciones del subterráneo incluidos los espacios públicos que se generaron.

Pues bien, quizás entre las más importantes “Rutas paralelas” que dejó la apertura de la línea 1 del Metro estuvieron las plazas Caracas (entre las torres del Centro Simón Bolívar), La Hoyada, Palo Verde y Brión en Chacaíto y, sobre todo, la transformación de la antigua avenida España en Catia y la Calle Real de Sabana Grande (avenida Abraham Lincoln) en sendos bulevares que se convirtieron de inmediato en disfrute y desahogo del ciudadano y alegría para los comerciantes dado el notable incremento en la calidad ambiental que ello trajo consigo y el cambio en la conducta de quienes usaban dichos espacios y también las instalaciones ubicadas bajo tierra.

3. Izquierda: La trama reticular de la Nueva Caracas. Plano de Caracas y sus alrededores, 1941. Derecha arriba: Oficinas de venta de la Nueva Caracas, 1929. Derecha centro: Vista aérea de Catia. Derecha centro: Plaza Pérez Bonalde. Derecha abajo: Inauguración de la Plaza Sucre por Juan Vicente Gómez en 1928 con el nombre de su hermano Juan Gómez.

El Bulevar de Catia, abierto en 1980 y terminado en 1984, transcurre en una longitud de 870 metros ocupando el eje central de lo que fue la urbanización Nueva Caracas, creada en 1929 por el Sindicato de ese mismo nombre donde se desarrollaron unas 58 manzanas (rectangulares y cuadradas), equivalentes a 80 cuadras del casco tradicional, diseñadas por el ingeniero Oscar Ochoa. De entre ellas, doce manzanas con nombres de países hispanoamericanos y siete avenidas, convergen en una plaza de planta circular (atribuida a Ochoa) que inicialmente fue denominada “Plaza Cataluña”, luego se llamó “Plaza Las Orquídeas” y finalmente, en 1946, plaza Pérez Bonalde en honor al poeta Juan Antonio Pérez Bonalde -máximo exponente de la poesía lírica, el romanticismo y el modernismo venezolanos del siglo XIX-, momento en que se coloca un busto de mármol blanco sobre un pedestal del escultor Lorenzo González (ejecutado en la Marmolería Artística Prof. Emilio Gariboldi) en medio del espacio arbolado. El desarrollo de Ochoa incluía un club social y deportivo ubicado frente a la plaza y estuvo conformado por casas adosadas sin retiro de frente para vivienda y comercios, y áreas de uso industrial que ocupaban parcelas de mayor tamaño al sur. El Banco Obrero, por su parte, construye a través de la empresa de los Hermanos Mancera en 1929, dentro del trazado de la Nueva Caracas, luego de su exitosa experiencia de San Agustín del Sur, 38 viviendas adosadas las cuales sólo podían alcanzar un solo piso adicional, ya que el suelo era arenoso, inestable y con niveles freáticos altos corroborado por la existencia en las proximidades de la Laguna de Catia.

4. Izquierda: Dos tomas de la avenida España en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX. Derecha: La avenida España transformada en el Bulevar de Catia
5. El Bulevar de Catia y algunos de sus hitos más importantes hoy en día: la Plaza Sucre y la Plaza Pérez Bonalde (izquierda), el Mercado de Catia y el Teatro Catia (centro). A la derecha el Bulevar cualquier día de la semana.

De tal manera, entre la Plaza Sucre al norte (inaugurada por Juan Vicente Gómez en 1928 con el nombre de su hermano Juan Gómez tomando su actual denominación en 1935) y la Pérez Bonalde al sur, el Bulevar de Catia se convirtió acto seguido a su inauguración en una pujante zona comercial y lugar de recreo y esparcimiento para los habitantes de la zona, actividades que se incrementan durante los fines de semana sobre las calles que corren paralelas y se colman por la gran afluencia de vecinos desde los superbloques del 23 de Enero, las Lomas de Urdaneta y Altavista, y la zona baja de los Magallanes. En su recorrido se ubican dos edificaciones de carácter patrimonial: el Mercado Municipal de Catia instalado en 1951 (que tomó como referencia el Mercado de San Jacinto –demolido en 1942- del cual aprovechó el techo y las rejas) y el teatro Catia inaugurado en 1940 y cerrado en 1980 para convertirse hasta 2006 en una tienda clausurada por el mal estado del edificio en 2007, el cual fue restaurado en 2015.

6. Propuesta para el Bulevar de Catia del Instituto de Arquitectura Urbana (IAU). Derecha: Torres de vivienda y Jefatura Civil de la parroquia Sucre, únicos elementos construidos (1984) por el Centro Simón Bolívar.

Para el Bulevar, mientras se construía el Metro, el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU) creado en 1979 por 26 arquitectos de reconocida trayectoria, que Oscar Tenreiro define en su blog Entre lo cierto y lo verdadero del 01/02/2014 como “institución de carácter gremial-cultural … en cierto modo calcada del IAUS (Institute for Architecture and Urban Studies) que funcionaba en Nueva York por esos tiempos y disfrutó de un considerable éxito”, hizo una propuesta enmarcada en «la exploración de ideas de Diseño Urbano para distintas zonas de la ciudad, (que era) su actividad preferencial». Dicho planteamiento interesó particularmente al Centro Simón Bolívar y a la Gobernación del Distrito Federal, «instituciones donde tenía un buen poder de decisión (era miembro de la Directiva del Centro Simón Bolívar y alto ejecutivo de la Gobernación) el Arq. Francisco Pimentel Malaussena”, quien “se abrió hacia este grupo promoviendo un diálogo sobre la ciudad de carácter muy fructífero y de allí dependieron algunas realizaciones promovidas por el Centro Simón Bolívar, entre las que destacan lo que se llamó el Boulevard de Catia en el Oeste de la Ciudad…”. De hecho, el Centro Simón Bolívar con base en la propuesta del IAU, emprendió la construcción de tres torres de vivienda sobre el espacio que estamos comentando (que no tuvieron la repercusión deseada) y de la Jefatura Civil de la parroquia Sucre, ambos trabajos de 1984.

7. Diversas tomas del Bulevar de Catia en la actualidad

Como se recoge de la ficha elaborada por María Isabel Peña  en Caracas del valle al mar. Guía de Arquitectura y paisaje (2015), “desde 2009 el Bulevar se extendió a partir de la sexta avenida de El Atlántico hasta la avenida principal de La Silsa, en una modalidad mixta, incorporando en tramos el paso de automóviles. Las ultimas transformaciones efectuadas en el Bulevar hicieron esfuerzos importantes en recuperarlo para el uso de los niños y la población de la tercera edad, incorporado mobiliario urbano”.

8. El Bulevar de Catia en tiempos de pandemia a comienzos de 2011

Hoy en día, en medio de la pandemia, el Bulevar de Catia mantiene su vitalidad, cuenta con una buena arborización, sigue siendo el espacio de mayor dinamismo de la zona, y su principal lugar de abastecimiento, encontrándose, una vez más, tras haber sido recuperado entre 2012 y 2014, preso de la anarquía y tomado por el comercio informal. Es la clara demostración de que ante la necesidad de obtener los medios mínimos para subsistir no hay prohibición que obligue a la gente a quedarse en casa.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. http://guiaccs.com/obras/bulevar-de-catia/

2. Max Pedemonte, Rutas paralelas. Plan de recuperación urbana del Metro de Caracas, 1983

3. http://guiaccs.com/zona-2/, https://twitter.com/tachirense89/status/1302715211095461889?lang=bg, http://guiaccs.com/obras/plaza-sucre/, Colección Crono Arquitectura Venezuela

4. https://www.facebook.com/lavenezuelainmortal/photos/boulevard-de-catia-caracas-a%C3%B1os-50comparte/778165202282415/ y https://twitter.com/caracascuentame/status/1296491817022697475

5. http://guiaccs.com/obras/plaza-sucre/, https://m.facebook.com/venezuelatextra/posts/3317755694903527?locale2=es_LA, http://guiaccs.com/zona-2/ y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

6. https://oscartenreiro.com/2014/02/01/una-pequena-historia-necesaria-vii/ y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

7 y 8 . Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

VISITAS MEMORABLES

Aldo Rossi (1931-1997)

La única visita que realizó Aldo Rossi a Venezuela se llevó a cabo en octubre de 1980 a raíz de una invitación que le cursara el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU), fundación sin fines de lucro constituida en 1979 por 26 de arquitectos de reconocida trayectoria, y que sin duda tuvo en el arquitecto italiano uno de sus principales inspiradores en su afán por promover la discusión sobre la arquitectura y la ciudad con el objetivo de participar en la creación, transformación y optimización de los espacios arquitectónicos y urbanos.

Aquel viaje que realizara Rossi, generó las más altas expectativas posibles tanto para el IAU como para el mundo académico donde llevó a cabo una importante conferencia en el Auditorio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, cuya traducción estuvo a cargo de Juan Pedro Posani con quien polemizó durante el evento. También tuvo la oportunidad de visitar la Universidad Simón Bolívar y llevar adelante una serie de intercambios y debates en la sede del Instituto que lo trajo a Venezuela donde además se presentaron una serie de sus ya conocidos dibujos.

Considerado uno de los arquitectos italianos más importantes del siglo XX, Rossi se formó en el Politécnico de Milán (su ciudad natal) donde comenzó sus estudios en 1949 egresando en 1959. Durante sus años de estudiante colaboró desde 1955 en la importante experiencia impulsada por Ernesto N. Rogers desde la revista Casabella Continuitá donde fue redactor entre 1961 y 1964. También trabajó con Ignazio Gardella y Marco Zanuso en 1956.

Tal y como se recoge en http://www.mcnbiografias.com: “Tras terminar sus estudios trabajó como ayudante de Ludovico Quaroni en la Escuela de Urbanismo de Arezzo, y de Carlo Aymonino en el Instituto de Arquitectura de la Universidad de Venecia. Dio clases en el Politécnico de Milán en 1965, y en el Politécnico de Zurich en 1972. Abandonó su actividad docente en Italia durante cuatro años por motivos políticos, para retomarla en 1975 en la Universidad de Venecia. Trabajó en Estados Unidos en 1976, impartiendo clases en la Universidad de Cornell, Ithaca y en la Cooper Union, Nueva York”, a las que habría que añadir Harvard, Rice, Tulane, Yale y Berkeley.

Durante sus años de actividad en Milán Rossi formó parte de lo que se conoció como La Tendenza, grupo de arquitectos italianos que comenzó a cimentar las bases sobre las que se habría de asentar el pensamiento urbano más influyente del último tercio del siglo pasado en Europa. El grupo manejó principios básicos como “vuelta a las tipologías y formas constructivas tradicionales” o “recuperación de los sentimientos de pertenencia e identidad urbana”, y terminología esencial como “memoria” o “monumento”. El origen de sus reflexiones radicó en reconocer que la ciudad zonificada del Movimiento Moderno no sólo ha transformado el paisaje urbano, sino que ha modificado los modos naturales de habitar del hombre adquiridos durante siglos de tradición, provocando la alienación del individuo. Formaron también parte de esta línea que buscaba continuar la tradición racionalista de la arquitectura italiana anterior a la Segunda Guerra Mundial Giuseppe Samonà, Giorgio Grassi, Massimo Scolari, Ezio Bonfanti y Carlo Aymonino algunos de ellos discípulos, al igual que Rossi, de Ernesto N. Rogers.

1. Portadas de la edición original (1966) y de la edición en español de L’architettura della cittá (La arquitectura de la ciudad)

Pero sin lugar a dudas el salto a la fama de Rossi a nivel internacional se produjo en 1966 cuando, incorporado dentro de La Tendenza, se publicó la primera edición en italiano de L’architettura della cittá (La arquitectura de la ciudad) libro que junto a Complexity and contradiction in architecture (Complejidad y contradicción en la arquitectura) de Robert Venturi (editado también por primera vez en 1966) se convertirían en puntas de lanza del posmodernismo y dos de las obras teóricas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Rossi, como se señala en la nota que acompaña la 2ª edición en español de Gustavo Gili reclamó en su texto “el valor autónomo de la arquitectura y reivindicó, en el marco de lo que él denominaba la ‘ciencia urbana’, la obra singular y el monumento como los elementos fundamentales de la historia de la ciudad y de la memoria colectiva. Pero más allá de estas aportaciones… con este ensayo Rossi abordó directamente los principios y fundamentos de la teoría de la arquitectura y propuso el establecimiento de un cuerpo científico autónomo que fundara la actividad de la arquitectura y condujera a la acumulación de las experiencias, al estudio ordenado de los problemas y a una enseñanza sistemática”.

2. Grupo de dibujos de Aldo Rossi, una de sus facetas más conocidas
3. Algunas de las obras de Aldo Rossi relizadas entre 1959 y 1980. Arriba. Izquierda y centro: Plaza del Ayuntamiento, Segrate, Italia (1965). Derecha: Gallaratese 2, Milán, Italia (1969-73). Centro y abajo centro. Cementerio de San Cataldo, Módena, Italia (1971-84). Derecha. Teatro del Mondo para la Bienal de Venecia, Italia (1979). Abajo izquierda: Ciudad Análoga (1976).

Para el momento en que Rossi viene a nuestro país, aparte de su experiencia docente había acumulado un significativo grupo de obras y proyectos realizados en su estudio de Milán que compartía con Gianni Braghieri. De entre lo ejecutado entre 1959 y 1980 destacan: su participación en el Concurso para el Monumento a la Resistencia, Cuneo, Italia (1962); la Plaza del Ayuntamiento, Segrate, Italia (1965); el Concurso para el Polígono de San Rocco, Monza, Italia (1966); Gallaratese 2, Milán, Italia (1969-73); el Cementerio de San Cataldo, Módena, Italia (1971-84); la Escuela elemental, Fagnano Oloma, Italia (1972-76); las propuestas Ciudad Análoga (1976) y Roma Interrotta (1977); la Escuela secundaria, Broni, Italia (1979); y el célebre Teatro del Mondo para la Bienal de Venecia, Italia (1979). A su condición de arquitecto, teórico y profesor, se sumarían la de artista, dibujante y diseñador de objetos utilitarios. Ya para entonces Rossi, además de La arquitectura de la ciudad, había publicado en italiano Scriti scelti sull´architettura e la citta. 1956-1972 (1975) que aparece en español con el título Para una arquitectura de tendencia. Escritos 1956-1972 (1976) y al año siguiente de su visita a Caracas (1981) saldría Autobiografía científica.

Sin embargo, sería más adelante cuando aparecerían los reconocimientos que poco a poco fue acumulando a lo largo de su carrera y que significaron su incorporación al star system de la arquitectura: obtuvo el Premio Pritzker el año 1990, el Premio al mejor arquitecto de la ciudad de Fukuoka por su Hotel Il Palazzo, y el Premio AIA, en 1991. Gana la Medalla Thomas Jefferson de Arquitectura en 1992, y en 1985 y 1986 dirigió la Bienal de Venecia siendo uno de los dos únicos directores que han tenido el privilegio de ostentar ese cargo dos veces. Este salto al estrellato también incluiría, entre otros, encargos importantes como el Quartier Schützenstrasse, Berlín, Alemania (1992-94); el Museo Bonnefanten, Maastricht, Holanda (1992-95) o el Complejo de oficinas de la compañía Disney, Orlando, EEUU (1991-1996). También la realización en 1991, en el Centro Pompidou de París, de una exposición monográfica dedicada a su obra.

4. Número 218 de Arquitectura HOY aparecido el 12 de septiembre de 1997, dedicado a rendir homenaje a Aldo Rossi con motivo de su fallecimiento

La fortuna crítica de Rossi como arquitecto (no así como agudo crítico o excelente dibujante), había entrado en declive ya en los años 90. De ello se hace eco Juan Pedro Posani cuando en el número 218 de Arquitectura HOY aparecido el 12 de septiembre de 1997 a raíz de su fallecimiento, afirmará, manifestando una aversión que nunca ocultaría: “Es extraordinaria la impasividad con la cual logró repetir, de manera casi obsesiva, los mismos esquemas tipológicos, las mismas ventanas, los mismos techos, las mismas formas académicas insípidas. En una abundante secuencia de proyectos y en un creciente número de realizaciones en diferentes partes del mundo, la misma morfología: indiferente al contexto (a pesar de sus repetidas declaraciones afirmando lo contrario), indiferente a las razones estructurales y constructivas, indiferente a cualquier motivo de realismo vital que pudiese alejarlo de ese talante suyo tristón y pesimista.”

De una manera más balanceada pero igualmente crítica, Hannia Gómez expondrá en “Obituario científico: Aldo Rossi (1931-1997)”, artículo publicado en la columna “Arquitectura”, El Nacional, Caracas, 15 de Septiembre de 1997 (accesible en https://hanniagomez.blogspot.com/2007/09/obituario-cientfico-aldo-rossi-1931.html) lo siguiente: “Toda esa generación de arquitectos que tenía en los sesenta como libro de cabecera La arquitectura de la ciudad (1966), y abrazó con fervor sus teorías sobre la ciudad histórica entendida como la expresión más completa de la arquitectura, y toda esa legión de estudiantes que tenía como objeto de culto en los setenta los proyectos que conocía a través de las revistas, quisieron comprobar en la práctica qué sería de esa arquitectura metafísica cuando se construyera. Y fue entonces cuando el desencanto vino a mellar el aura paradigmática de esas dos décadas de rossianismo febril. Los edificios eran parcos, duros y fríos. La arquitectura metafísica no ‘construía’ bien”.

5. Vista del patio interno de la casa de la antigua hacienda Juan Díaz (siglo XVII) hoy propiedad del Caraballeda Golf & Yacht Club, Litoral Central

En la memoria de quienes lo acompañaron durante su estadía en Venezuela quedaron frescos dos episodios. El primero cuando luego de haber dictado su primera conferencia el IAU lo llevó a cenar a la casa de hacienda del Club Caraballeda en el Litoral Central. De nuevo Hannia Gómez en “La casa de Aldo” artículo publicado en “Arquitectura”, El Nacional, Caracas, 17 de Octubre de 1993 (accesible en http://hanniagomez.blogspot.com/2007/03/1993-22-la-casa-de-aldo.html), relatará: “La tarde le dio la bienvenida a Rossi, iluminando la casa de la manera más hermosa. Y he aquí que éste, habiendo atravesado el largo patio central, y habiendo recorrido el corredor frente al mar (cuya insólita columnata apilastrada habría hecho las delicias de Alberti y de Venturi si fuera posible ponerlos juntos), hizo una confesión memorable: “Esta casa y mi casa, cuando la pueda construir, serán exactamente iguales”. (…) Los asistentes quedaron sorprendidos. Aunque sabían que la casa le gustaría (por eso lo habían llevado allí), nunca se imaginaron cuánto. Era verdad: no hay nada mas rossiano en Venezuela que esa casa, y, al mismo tiempo, nada que tenga menos que ver en el mundo con Rossi. Feliz, Aldo Rossi seguidamente rogó a los presentes que le enviasen los planos a Italia, si éso era posible…”

El segundo episodio lo relata Carlos Brillembourg en la nota “En Caracas” aparecida en el ya citado número 218 de Arquitectura HOY: “A Aldo le fascinaron los ranchos. Cuando estábamos caminando por los alrededores de Petare nos dijo ‘supongo que todo el mundo sueña con tener una casa’. Mirar los ranchos como la realización de un sueño arquetípico fue otra manera en la que Aldo cambió mi percepción de Caracas. Señaló que Caracas le recordaba la estructura original de la ciudad griega, que estaba caracterizada por el desarrollo del interior hacia el exterior, así como se relacionan el templo, el teatro, y la casa; estructuras abiertas no rodeadas por muros como la ciudad medieval, aunque de alguna manera, las nuevas extensiones de Caracas eran ciudades medievales a la escala del automóvil”.

6. Dos publicaiones realizadas por el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU) en los años 80 del siglo XX: Criterios de Diseño para el Casco Central de Caracas (1981) y La Vivienda Multifamiliar. Caracas 1940-1970 (1983)

Por su parte el IAU, que dejó de funcionar en 1985, logró constituirse durante el corto período de tiempo en que se mantuvo activo en punto de referencia caraqueño en el debate sobre arquitectura y ciudad. A su cargo estuvieron la realización de una serie de muestras, proyectos y publicaciones como el trabajo “Criterios de Diseño para el Casco Central de Caracas” contratado en 1981 por la Fundación Caracas (FUNDACARACAS) o el libro “La Vivienda Multifamiliar. Caracas 1940-1970” de 1983. Como una de sus últimas actividades en 1985 organizó la serie de charlas tituladas “Encuentros con la Arquitectura” dirigidas al público en general que fueron dictadas una cada mes desde agosto hasta diciembre en cada una de las obras objeto de la disertación, magníficos ejemplos de la primera arquitectura moderna del país, construidas en Caracas antes de la consolidación de los estudios de arquitectura.

Además de Rossi, el IAU trajo al país para participar directamente de sus actividades y promover la discusión entre un gremio que se encontraba particularmente alicaído a figuras como Anthony Vidler, Kenneth Frampton, Ignasi de Solá-Morales, Manuel de Solá-Morales, Diana Agrest y Mario Galdensonas.

La trágica e inesperada muerte de Rossi en 1997 a raíz de los traumatismos causados por un accidente automovilístico, permitió, como ya hemos visto, recordarlo de diferentes maneras. Para quienes admiraron al que una vez señaló que “No hay justificación ideológica para un puente que se cae”, aquella visita de 1980 significó, como apunta Hannia Gómez, que “tras su desaparición, puede Caracas vanagloriarse de haber sido la única ciudad latinoamericana que visitó Aldo Rossi”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 4. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

2. Aldo Rossi. Obras y proyectos, Peter Arnell y Ted Bickford (eds.), Gustavo Gili, 1985.

3. https://twitter.com/Marialovessea/status/1409764028755419136, https://tecnne.com/arquitectura/aldo-rossi/, https://www.pinterest.com/pin/403072235392978607/, https://es.wikiarquitectura.com/edificio/teatro-del-mondo/ y https://aquileana.wordpress.com/2009/11/28/aldo-rossi-colin-rowe-ciudad-analoga-collage-city/

5. http://guiaccs.com/obras/casona-caraballeda-golf-yacht-club/

6. Colección Crono Arquitectura Venezuela