1966• Residencias Morgana

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1966•  Con una inversión de Bs. 1.000.000 la empresa Ramagro, C.A. concluye la construcción del edificio Residencias Morgana, ubicado en la Avenida Andrés Bello entre la Avenida Francisco de Miranda y la Primera Avenida de Los Palos Grandes, diseñado por los arquitectos Carlos Guinand Baldó (FI.UCV, graduado 1949 en la primera promoción de egresados de la Escuela de Arquitectura) y Richard Rosenman (arquitecto Universidad de Toronto, Canadá).
El edificio de 12 pisos y 12 apartamentos, cada uno de unos 200 m2, vendido bajo el régimen de propiedad horizontal por la firma Protal, S.A., cuentan con ascensor privado más otro ascensor de apoyo adjunto la escalera de servicio, un vestíbulo en el acceso que conduce, bien al área social: estar-comedor con balcón integrado, la cocina, provista de despensa, la lavandería y la habitación de servicio con su baño; o al área privada: la habitación principal, alfombrada, provista de un vestier y baño; dos dormitorios que comparten un baño, recubiertos los pisos de linóleo; y un closet de lencería.
Las dos habitaciones que comparte la fachada oeste tienen closets ubicados sobre ella contribuyendo a mitigar la insolación producida por la orientación del edificio dada la forma de la parcela.
Los maleteros de los apartamentos se ubicaron en la planta techo del edificio, mientras que en la planta baja o de acceso los arquitectos ubicaron la sala de reuniones con jardines y baño privado.
El estacionamiento esta al fondo de la parcela separado de la calle por el edificio.
En la planta baja los pisos están recubiertos de mármol y las paredes revestidas de madera
El Edificio Morgana fue afectado en el año 1967 por el sismo que sacudió a Caracas, sufriendo daños varios apartamentos en sus tabiques y losas de piso.

HVH

1965• Capilla de la Nunciatura Apostólica de Caracas

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1965•  Los arquitectos Carlos Guinand Baldó (FI.UCV, graduado 1949 en la primera promoción de egresados de la Escuela de Arquitectura) y Richard Rosenman (arquitecto Universidad de Toronto, Canadá), concluyen la Capilla de la Nunciatura Apostólica de Caracas, ubicada en el edificio sede proyectado por Manuel Mujica Millán en 1943 y construido veinte años antes, en la avenida La Salle, urbanización Los Caobos.
El interior de la capilla se complementa con una escultura metálica de Cristo crucificado, obra del artista escultor venezolano Víctor Valera.

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1964• El Banco Obrero concluye 524 viviendas en El Cafetal

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1964•  Luego de dos años de obras el Banco Obrero en un Programa Especial concebido para mitigar la crisis de la industria de la construcción, concluye 524 viviendas para la clase media en la urbanización El Cafetal, Distrito Sucre, Caracas.
Para ello había adquirido terrenos urbanizados en esa zona de la ciudad, así como en la urbanización Prados del Este.

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1984• Se organiza Construya. 1er Salón de Nuevos Materiales, Tecnologías e Insumos para la Industria de la Construcción

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1984•  Eduardo A. López, director de Contacto de Mercado y Organización Expocentro organiza Construya. 1er Salón de Nuevos Materiales, Tecnologías e Insumos para la Industria de la Construcción, el cual expone en el espacio central del Centro Ciudad Comercial Tamanaco (484 m2), las muestras de Cerámicas Carabobo, Vencerámica, Henkel Venezolana S.A., Persianas Ávila, Cyanamid de Venezuela (Formica), Maquinarias Befransa, Revista Arquetipos, Archimóvil C.A., Grupo Sánchez (Plastigen, Bombagua, Intersánchez), Inmobiliaria García Contreras, Polustop, Fibroformados de Venezuela y el Banco Provincial S.A.I.C.A., entre otros.
Poco tiempo después se amplió el grupo organizador con la incorporación de Anabel Montijana, Gloria Prado, Romeo Morabito, Andrés Sierra.
En 1991 la muestra anual pasa a llamarse Construya / Vivienda, llegando a ocupar 15.000 m2 en el Poliedro de Caracas con un promedio de 380 expositores.
Hoy día las empresas que han expuesto sus productos son más de 10.142, provenientes de todos los estados de Venezuela e internacionalmente de Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México y Panamá.

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 120

Con Expo-Sevilla 1992 se cerró el ciclo de las grandes Exposiciones del siglo XX herederas aún de la grandilocuencia proveniente del siglo XIX. Desde Osaka (1970) no se llevaba a cabo un encuentro de este tipo. La excusa explícita, como se sabe, fue la conmemoración de los 500 años del Descubrimiento de América. La intención solapada era inyectar una buena parte de dinero procedente del acelerado crecimiento económico español a una de sus zonas más atrasadas. El lema de la Feria: «La Era de los Descubrimientos».

1. Expo Sevilla 1992. Plano General

Sevilla sufrió, en efecto, en 1992 su transformación más importante desde la Exposición Iberoamericana de 1929. La decisión de ubicar el corazón del evento en la isla de La Cartuja tuvo la clara intención de dotar de vida un sector olvidado de la ciudad señalando hacia donde debía toda ella expandirse. Sin entrar en detalles sobre las virtudes o defectos del trazado ordenador final de la Feria, es curioso observar cómo en la capital andaluza se repitieron buena parte de las manifestaciones que desde ya hace tiempo este tipo de evento venía arrastrando. Así, en Expo-Sevilla se siguieron incrementando las experiencias sensoriales, ahora más acordes con los tiempos mediáticos que ya se vivían, se siguió apostando por el progreso, por el desarrollo de la ciencia y la tecnología y se continuaron viendo combinaciones de exotismo con la más reciente novedad, intentos nostálgicos de recuperación del pasado, verdaderos templos al high tech y unas pocas búsquedas contestatarias a tanta escenografía, a tanto refinamiento y a tanto kitsch .

2. Página de arquitectura de Economía HOY del 21 de julio de 1990.

Venezuela fue el séptimo país en confirmar su presencia en la feria y uno de los cuatro países latinoamericanos que realizó para Expo-Sevilla un Pabellón propio proyectado en el país. Su selección provino de un concurso por invitación en el que participaron ocho arquitectos: Domingo Álvarez, Jorge Castillo, Gorka Dorronsoro, Enrique Larrañaga, Juan Carlos Parilli, Jesús Tenreiro, Oscar Tenreiro y Henrique Hernández. El jurado integrado por Pablo Lasala, Tomás José Sanabria (Presidente), Emile Vestuti, Henrique Vera y Juan Pedro Posani (Curador del Concurso), en veredicto emanado el 25 de junio de 1990, luego de resaltar los valores de cada una de las propuestas entregadas, declaró ganadora de manera unánime la presentada por Henrique Hernández quien trabajó en la gestación y desarrollo del proyecto conjuntamente con Ralph Erminy, colaborando en la arquitectura Marcel Erminy y en la estructura Carlos Henrique Hernández y Waclaw Zalewski.

3. Pabellón de Venezuela en Expo Sevilla 1992. Planta y fachadas

Este par de profesionales tuvieron la oportunidad, gracias a la realización del Pabellón, de poner nuevamente en práctica las ideas que en cuanto a la relación arquitectura-tecnología venían sosteniendo desde hace muchos años y que les llevaron a la creación en 1975 del Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción (IDEC) en el seno de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV. Ambos tenían una amplia trayectoria académica habiendo llegado Erminy a ser Director de la Escuela en el período 1959-62. Hernández, junto a Fruto Vivas, emprende como estudiante un acercamiento pionero a la arquitectura popular a mediados de los 50 y ya en los sesenta lidera la Unidad de Diseño en Avance del Banco Obrero, experiencia abocada a la resolución masiva del problema de la vivienda mediante la aplicación de sistemas constructivos industrializados creados en el país con tecnología propia, lo que le vale en gran medida para propulsar la fundación del IDEC.

4. Pabellón de Venezuela en Expo Sevilla 1992. Sistema estructural

No es de extrañar, por tanto, que el Pabellón de Venezuela en Sevilla obedezca, aunque en un tono más matizado que el asumido en otras experiencias realizadas dentro del IDEC, a una visión muy concreta de la arquitectura. De aquí que los autores no duden en utilizar la tecnología como clave para sugerir la imagen del país, una Venezuela donde la innovación y el desarrollo son básicos en la consecución de su futuro, pasando a ser el Pabellón un prototipo muy útil para el perfeccionamiento de una línea investigativa que el IDEC adelanta: las «Estructuras transformables».

De hecho, el Pabellón, construido en Venezuela con la colaboración de la industria del aluminio, conformado por 6.475 piezas, con base a un modelo estructural consistente en un sistema desplegable en acordeón concebido para cubrir un espacio de 600 m2, llega a Sevilla embalado dentro de tres enormes cajas para, una vez en el sitio, ser armado en tan sólo 13 horas. También se previó su posterior replegado para poder ser de nuevo trasladado y reinstalado en Venezuela, cosa que lamentablemente no ocurrió. Sus autores en un principio hubiesen querido que esto sucediese a diario en plena Exposición pero las características del formato y condiciones de proyección del audiovisual que en su interior se proyectaba lo impidieron.

5. Pabellón de Venezuela en Expo Sevilla 1992. Vista general

Sin embargo, el Pabellón de Sevilla, ubicado dentro del recinto ferial entre el Camino de Las Acacias y la Calle 11, entre el pabellón de Rusia y el de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE), en un terreno de 2000 m2 de los cuales abarcó una superficie construida de  1822 m2 alcanzando una altura máxima de 20 mts., se visualiza no sólo como tecnología sino también como un espectáculo por lo que tal vez el calificativo de «high tech» no sea del todo apropiado. Su conformación así lo revela: una Plaza inclinada concebida como una gran fiesta visual, como aventura, lugar de encuentro y a la vez de tránsito al edificio propiamente dicho. Al respecto Henrique Hernández apuntará en el libro editado por el IDEC Pabellón de Venezuela. Expo ’92 Sevilla. Una aplicación de estructuras transformables (1993), que: “LA PLAZA representará la búsqueda de la percepción no inmediata, como una metáfora de uno de los hitos del gran acontecimiento histórico que celebramos en la Expo 92: el cambio de la imagen plana que el hombre tenía de la tierra y el nacimiento del mundo esférico, experiencia virtual del espacio percibido y del espacio real”.

Tras esta concepción Hernández y Erminy incorporan al artista venezolano Carlos Cruz-Diez a quien corresponderá el tratamiento cromático tanto del piso como de los elementos que cubren la plaza: treinta y seis paraguas de 16 metros de altura que virtualizan la forma de un cubo. Por su parte el volumen del edificio es el resultado de la función que fundamentalmente debía albergar: una sala convencional de proyecciones en la que se presentaba de forma continua un audiovisual con imágenes del patrimonio cultural y paisajístico del país cuyo guión se basó en un texto de Arturo Uslar Pietri, que a decir de los arquitectos y como ya hemos señalado «limitó mucho las ideas». También contenía el Pabellón un área de exposiciones de aproximadamente 1035 m2 y espacios para oficinas, depósitos y servicios. El resultado: un contenedor en forma de prisma truncado conformado por una trama estructural libre de soportes intermedios, con una luz de 32 metros lineales en sentido longitudinal y 22 metros lineales en el sentido transversal.

6. Portada del libro editado por el IDEC, Pabellón de Venezuela. Expo ’92 Sevilla. Una aplicación de estructuras transformables (1993)

Tal vez sea el de Sevilla (junto al diseñado por Carlos Raúl Villanueva para Expo-Montreal 67) el más consistente y ajustado de los Pabellones presentados por Venezuela en Exposición Universal alguna. En él los objetivos trazados y la obra materializada tienen plena coherencia entre sí y con toda una trayectoria profesional y académica en la persona de los proyectistas, cuya más inmediata traducción puede palparse en el equilibrio entre economía y tiempo de ejecución muy ligadas a su vez con el sentido efímero que toda edificación de este tipo conlleva. Su aporte al desarrollo de un método constructivo para estructuras itinerantes junto a la meta también alcanzada de obtener una «estructura-edificio-símbolo de la industria venezolana del aluminio» podrían completar el renglón correspondiente a sus logros.

7. Pabellón de Venezuela en Expo Sevilla 1992. Plaza con pavimento y mástiles diseñados por Carlos Cruz-Diez

La arquitectura espectáculo, la integración de la artes, la arquitectura mensaje y el desarrollo tecnológico temas subyacentes que rodean a la preocupación de los proyectistas por lograr una obra que sea expresión de la identidad nacional, les ofrecieron la oportunidad de construir una gran metáfora que, palpable o no, servirá como abono de las ideas formales: la alegoría de la luz y el color del Caribe. Los espacios interiores y, fundamentalmente, la Plaza (un pequeño bosque tropical) asumen dicho compromiso identificatorio. En tal sentido Ralph Erminy expresará: “Arte y plaza no son causa ni efecto, la plaza aparece por la necesidad del arte y el arte como consecuencia del encuentro. La plaza es el lugar del encuentro para dilucidar qué es el país como terruño y la nación como sociedad de hombres. Allí nada está sobrepuesto, allí todo está integrado. Es un lugar de incitación a la sensibilidad, donde la poesía también ocupa un lugar”. Apreciar en este Pabellón, que contó con la fortuna de ser uno de los pocos proyectos provenientes de un concurso de arquitectura realizado en Venezuela que logró construirse, la modernidad como soporte de lo nacional y a la vez su rol representativo de tendencias de alcance universal dentro de la arquitectura local, deja sobre el tapete planteada la perpetua paradoja que pesa sobre la identidad arquitectónica venezolana que, como bien sabemos, no se trata, ni mucho menos, de un episodio cerrado.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Pabellón de Venezuela. Expo ’92 Sevilla. Una aplicación de estructuras transformables (1993)

  1. https://htca3expo92.wordpress.com/tag/propuestas/

2. Página de arquitectura de Economía HOY del 21 de julio de 1990.

3. https://catalogosdearquitectura.wordpress.com/2018/03/12/hernandez-henrique-1992-pabellon-de-venezuela-en-sevlilla/

4. Carlos H. Hernández, «EL PABELLÓN DE VENEZUELA EN LA EXPO^92.UNA ESTRUCTURA DESPLEGABLE EN DURALUMINIO» (1993). http://informesdelaconstruccion.revistas.csic.es

5 y 7. https://entrerayas.com/2019/03/a-10-anos-de-la-partida-de-henrique-hernandez/

6. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

DOWNWARD SPIRAL

El Helicoide’s Descent from Mall to Prison

Celeste Olalquiaga y Lisa Blackmore, editoras

Diseño:

Álvaro Sotillo y Gabriella Fontanillas, VACA.

Colaboradores:

Pedro Alonso, Carola Barrios, Ángela Bonadies, Bonadies + Olavarría, Rodrigo Blanco Calderón, René Davids, Liliana De Simone, Luis Duno-Gottberg, Diego Larrique, Vicente Lecuna, Engel Leonardo, Albinson Linares, Sandra Pinardi, Iris Rosas, Alberto Sato, Elisa Silva, Federico Vegas, Jorge Villota.

Urban Research (UR), NYC.

2018

De la traducción de la contratapa del libro transcribimos lo siguiente:

Aclamado en la década de 1950 como un faro de la arquitectura modernista de América Latina, El Helicoide de Venezuela es una fantasía futurista que se ha agriado. En su concepción, este centro comercial de autoservicio encarnaba una narrativa de progreso, impulsada por los crecientes precios del petróleo, el consumismo y la cultura del automóvil. Sin embargo, una historia diferente se desarrolló muy alejada de su concepción original: El Helicoide se convirtió en un sitio de abandono, rodeado por barrios marginales, y luego fue reutilizado en 1979 como refugio de emergencia para las víctimas de las inundaciones. Desde 1985, ha sido a la vez sede para agencias nacionales de inteligencia y policía de seguridad, y una prisión infame. Al combinar documentos de archivo, análisis críticos, textos literarios y comentarios visuales, Downward Spiral traza la turbulenta historia de esta ruina viviente y revela el lado distópico de la modernidad urbana.

También se recoge allí la opinión de tres reconocidos académicos acerca de la publicación las cuales colocamos a continuación:

De todas las transformaciones radicales al paisaje de Caracas durante el auge petrolero de 1950, ninguna es tan conmovedora en sus revelaciones de las paradojas de la modernidad como el fallido centro comercial de El Helicoide, construido en el ápice de la innovación arquitectónica modernista. Esta antología ofrece un verdadero recorrido de 360 grados por la historia de El Helicoide desde la concepción hasta la ruina, revelando en sus diversos giros una visión profunda de más de medio siglo de la política venezolana, así como las locuras del urbanismo automovilístico del siglo XX.

Barry Bergdoll, Profesor de Historia del Arte Meyer Schapiro, Universidad de Columbia.

A su llegada a Brasil en 1935, Claude Lévi-Strauss hizo un comentario famoso sobre el «envejecimiento prematuro» de las ciudades del Nuevo Mundo, atrapado «en las garras de una enfermedad crónica» que las hizo «pasar de la frescura a la descomposición sin ser simplemente viejas». Como ilustra vívidamente este libro, esta progeria urbana (o síndrome de escombros prematuros) no es más que el síntoma de una modernidad tropical cuya temporalidad violenta, sincopada y contradictoria se materializa en y como espacio. Downward Spiral hace un trabajo maravilloso al llevarnos a este vórtice, quizás en ninguna parte tan emblemáticamente grabado en piedra como en El Helicoide.

Jens Andermann, Profesor, Departamento de Lengua y Literatura Española y Portuguesa, Universidad de Nueva York.

Profundizando en uno de los proyectos modernistas más emblemáticos de América Latina, Downward Spiral es una fascinante colección de ensayos y un compendio altamente imaginativo de respuestas visuales y literarias sobre El Helicoide. De amplio alcance y rica ilustración, este libro es una contribución fundamental a la historia de la arquitectura y el urbanismo, no solo en Venezuela sino en América Latina y más allá.

Valerie Fraser, Profesora Emérita de Historia del Arte, Universidad de Essex

Nota: DOWNWARD SPIRAL: El Helicoide’s Descent from Mall to Prison fue presentado el pasado viernes 13 de julio a las 5 pm. en la Librería Lugar Común (Altamira) en el marco de su despedida de esa sede. El acto estuvo acompañado por una conversación e intercambio en la que participaron como invitados: Diego Larrique, Sandra Pinardi, Iris Rosas, Elisa Silva y Jorge Villota y actuó como moderador Vicente Lecuna, todos ellos, como se puede comprobar, colaboradores en la edición del libro.

ACA