
La página publicitaria de los productos Unifedo publicada en el nº 3 de la revista Espacio del segundo semestre del año 1988, que engalana nuestra postal del día de hoy, ofrece la excusa perfecta para comentar no sólo la presencia de esta empresa dentro del desarrollo de la arquitectura venezolana a partir de los años 1970, sino también para reflexionar y ahondar sobre el objeto central de la propaganda: la ventana, elemento sobre el cual Unifedo se convirtió en proveedor de diversas variantes listadas en el anuncio donde la romanilla brazil es la protagonista.
Comenzando por lo segundo, en esencia, una ventana es, según la definición recogida en el diccionario de la RAE, la “abertura en un muro o pared donde se coloca un elemento y que sirve generalmente para mirar y dar luz y ventilación”.

Conocer la etimología de la palabra no deja de ser interesante para reforzar lo señalado por el DRAE. Así, por ejemplo, el castellano y el inglés comparten la raíz indoeuropea –we– (soplar) que se ve reflejada en la derivación del latín ventus (viento) para el habla española, equiparable a la raíz wind (afincada en el antiguo nórdico vindauga) propia de la lengua inglesa, lo que acentuaría en ambos casos el rol de la ventana como una perforación que permite el paso del viento (wind), por encima de otras acepciones.
Con respecto a la presencia de otros componentes de la definición, Ricardo Merí de la Maza señala en el ensayo titulado “Sobre los nombres de las cosas: variaciones en torno al tema de la ventana” (2015), señala: “En cambio el vocablo empleado en inglés antiguo, antes de adaptar el término nórdico, era eagthyrel (eye-thirl) que juntaba la noción de perforar con la de ojo. De esa manera centraban su atención en traspasar para poder mirar, en una conceptualización más próxima a la de las lenguas eslavas. (…) Sin embargo, en francés (fenêtre), en italiano (finestra), o en otras muchas lenguas romances, las palabras para denominar a las ventanas proceden del latín fenĕstra. En estos casos los vocablos parecen remitirnos a la condición de final de lo externo y, consecuentemente, de principio de lo interno, aunque también se especula con su origen en la raíz griega phainein que significaba mostrar”.

Este repaso etimológico lo completamos con lo indagado por Adolfo Gómez Amador, Armando Alcántara Lomelí y Érika Alejandra Alvarado Cabral quienes en “La ventana en la tradición constructiva del trópico subhúmedo” (Palapa, año/vol. 1, 2006), apuntarán: “En cambio, en los países centroeuropeos existe una relación muy precisa entre ventana y luz, lo que confirma la idea del amplio programa de funciones de la ventana. En algunos casos, como en el estonio aken, “ventana” proviene directamente de la raíz ake, luz; y en el albano dritare de drite, los significados están en el mismo orden. Es razonable pensar que los conceptos de la función den origen al del elemento arquitectónico luz o viento, pero en algunos casos la ventana es una contracción de luz, como en el húngaro ablak, ventana, y ablaknyílás, luz. En rumano, luz y ventana emplean el mismo término, fereastra, muy próximo al latín fenetre”.

Se confirma, pues, a partir de las diversas raíces lingüísticas mostradas “el amplio programa de funciones que acompaña a la ventana”, al cual habría que añadir otros compromisos que surgieron en su proceso evolutivo cuando dejó de ser simplemente una perforación (o vano) en un muro (o pared): la importancia de atender las variables climáticas (penetración del agua desde el exterior y protección de la incidencia directa del sol, por ejemplo) y, como consecuencia, el contar con un cerramiento que junto su mecanismo de soporte no impida que la luz y el aire se hagan presentes en el interior de la estancia a la que pertenece. A ello se sumaría la incorporación paulatina de elementos destinados a evitar que ese foco de contacto entre el interior y el exterior se convierta en punto vulnerable dentro de la seguridad y privacidad de la edificación que cierra. De tal manera, nos encontramos que la ventana pasó de ser simplemente un vano a convertirse en elemento arquitectónico que, ubicado en él, se encuentra conformado por un conjunto de dispositivos utilizados para cerrarlo.

De objeto estrictamente funcional la ventana también ha asumido el rol de elemento decorativo y el de garante muchas veces de la correcta proporción de la fachada a la que pertenece, abriéndose a partir de allí un amplio abanico tipológico que ha dado pie a las consabidas clasificaciones de acuerdo a la manera como se comporta el elemento fijo que las compone para obtener ventilación, al uso de la edificación o al ambiente iluminado, al énfasis dado en su diseño, a la calidad ambiental que proveen al local al que pertenecen, al material utilizado, etc.
Su rol como elemento determinante en el diseño de edificaciones en los albores del Movimiento Moderno, está ilustrado por la disputa protagonizada por Auguste Perret y su discípulo Le Corbusier durante la exposición de arte y arquitectura del Salón de Otoño, celebrada en París en 1923, en torno a si la ventana debería conservar su formato tradicional vertical, signado por el peso de la historia, postura defendida por el primero, o aceptar la novedosa propuesta apaisada planteada a partir de entonces por el segundo junto a su primo y colaborador Pierre Jeanneret como uno de los cinco puntos de la arquitectura moderna.

La indagación y reflexión asociadas al diseño de ventanas que expone Carlos Rebolo Maderuelo en “La Ventana. Composición, espacio y mirada” (Trabajo de Fin de Grado presentado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 2018), le permite proponer tres variables en el diseño que a su vez pueden facilitar la aproximación al análisis de una obra a partir de su fenestración: Composición, en la que aparece resaltada su presencia como elemento singular o elemento repetido; Espacio, donde se destaca su condición superficial o volumétrica; y Mirada, en la que se contraponen la visión estática y la visión dinámica como consecuencia de las decisiones que se decida priorizar ligadas a sus dimensiones.


Con ello en mente quizás valga la pena señalar cómo el diseño de ventanas ofrece, al menos, dos momentos interesantes que nos permiten aproximarnos desde el aquí a su condición esencial. El primero apunta a la ventana de la casa colonial y el segundo a la diseñada por Galia & Vegas en 1955 para el edificio Tabaré en San Bernardino. La primera, que aparece generalmente como objeto singular constituido por poyos, cornisas, rejas y cerramientos de madera y propicia una visión si se quiere estática, cobra un valor trascendente por convertirse en un dispositivo volumétrico y ambiental que la convierten en un espacio en sí en el que colaboran para su cabal funcionamiento las partes que la constituyen. La segunda, en la que predominan el aluminio y el vidrio, caracterizada por ser repetitiva y superficial, al incorporar “el amplio programa de funciones que acompaña a la ventana” en su diseño la transforman en objeto dinámico y adaptable a las condiciones climáticas y toda una lección sobre lo que puede ser un modelo perfectamente adaptado al trópico.
Acerca del problema que el arquitecto enfrenta para diseñar ventanas nada mejor que lo expresado en su momento por Eduardo Soto de Moura cuando se le presentó la ocasión de diseñar la Casa do Cinema en Oporto (1998-2003), convirtiéndose ello en detonante y tema del propio edificio: «Tenía que superar la dificultad y diseñar ventanas, la cosa más difícil de hacer en arquitectura. Hay pocos arquitectos que sepan hacer ventanas muy bien, con honestidad. De hecho, se hacen tantos muros de vidrio, entre otras cosas, porque no se sabe hacer ventanas».

Y es justamente la reflexión de Soto de Moura la que nos da pie para mencionar cómo la empresa Unifedo, aunque con la romanilla brazil apunta a ofrecer un elemento utilizable en el ámbito residencial (formando parte de lo que se conocía como «ventanas macuto»), se convirtió sobre todo en el “cómplice” de aquellos que ven en el diseño de muros de vidrio la panacea para envolver un edificio de oficinas.

Unifedo, empresa que a comienzos de los años 1970 sólo elaboraba ventanas basculantes, con doble vidrio y persianas incorporadas (que aparecen en el anuncio de la postal como «ventana aislante») , dando con ello buenas señales de consideración de las condiciones climáticas del país, empezó a darse a conocer cuando su producto se incorporó como parte del primer courtain wall (o muro cortina) realizado por Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes para la elegante fachada de la Torre Europa (1971), compuesta por módulos que tienen una parte fija con doble vidrio abajo y arriba las mencionadas ventanas basculantes.

Luego seguirán la senda abierta por la obra que obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1976, en cuanto a recurrir a Unifedo como suplidor, otros seis edificios en Caracas y dos en el interior del país entre los que resaltan el Centro Financiero Latino (1978, José Ramón Iranzo y Martín Rieber), el Edificio Sede Grupo Unión (1988, Carlos Gómez de Llarena y Moisés Benacerraf) y el Edificio Administrativo CVG Venalum, ubicado en la Zona Industrial de Matanzas, estado Bolívar (1992, Marshall y Asociados, C.A. con Azier Atela como coordinador del proyecto).

Desde entonces, Unifedo se convirtió en el principal proveedor de fachadas tipo curtain wall y componentes de aluminio que empezaron a proliferar en el paisaje urbano de Caracas y otras ciudades recubriendo numerosos edificios de oficinas, cuyos diseños fueron dejando de lado paulatinamente el uso de la ventana con doble vidrio y persianas incorporadas, para ofrecer sólo elementos basculantes que podían abrirse cuando aparecieran problemas con el aire acondicionado usado como principal recurso de ventilación. Se obtenían así elementos continuos caracterizados por la repetición que garantizaban una visión panorámica (dinámica) y una iluminación intensa que se empezaba a controlar junto a la radiación solar con la polarización de los cristales planos utilizados. Dentro de esta saga convendría destacar: el Edificio Administrativo Trolebús, Mérida (2005, Robero Ameneiro. Grupo AM), el Centro Ciudad Center (2008, Enrique Feldman), el Centro Financiero Madrid (2012, Enrique Feldman), la Torre Premium (2013, Fuentes/Mas Lara Arquitectos), la Torre Xpress. (2013, Roberto Lampo) y la Torre Centro Boleíta. (2014, Carlos Agell con la colaboración de Miguel De Vincenzo).

Notable excepción que confirma la regla será la experiencia llevada a cabo por Gómez de Llarena y Benacerraf para el diseño de la fachada de la Torre América (1978) replicada casi al unísono en la Torre Bellas Artes. Partiendo de una nueva tipología estructural y constructiva de la cual la fachada realizada en concreto era componente fundamental, allí los arquitectos utilizaron para las ventanas que se diseñaron como perforaciones en la sólida envolvente, una serie de piezas modulares prefabricadas en fibra de vidrio color amarillo (dentro de las cuales se colocaron las ventanas aislantes Unifedo de doble hoja de vidrio con persiana en el centro), que funcionan en el interior como un equipamiento, como muebles que enriquecen los espacios de las oficinas. Así, este experimento que apela a la visión enmarcada (estática) como esencia de su relación interior-exterior, podría considerarse como un tercer caso a los mencionados con relación a la adaptabilidad a las condiciones del medio local que no recurren al brise-soleil como dispositivo auxiliar.

La ventana, tema atractivo donde los haya, inspiradora de los más variados arrebatos poéticos, ha sido estudiada por María Elena Hernández en su Trabajo Final de Grado “La ventana en la arquitectura residencial caraqueña: Aproximación a la comprensión de la relación interior exterior en edificaciones residenciales multifamiliares”, presentado en 2012 dentro de la Maestría en Diseño Arquitectónico (accesible en https://www.academia.edu/22455956/La_ventana_en_la_arquitectura_residencial_caraque%C3%B1a), que sin duda es una referencia a ser consultada con respecto al tema que hoy nos ha ocupado.
Unifedo, hasta donde sabemos aún opera en Los Palos Grandes. 9ª Transversal, entre 4ª y 5ª Avenida, Caracas, en una quinta que lleva su nombre. Sin embargo, las últimas imágenes publicitarias montadas en sus páginas de facebook e instagram datan del año 2020.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal. Revista Espacio, nº 3, 1988
1 y 2. Ricardo Merí de la Maza. “Sobre los nombres de las cosas: variaciones en torno al tema de la ventana” (2015) (https://www.researchgate.net/publication/316877172_Sobre_los_nombres_de_las_cosas_variaciones_en_torno_al_tema_de_la_ventana_Leccion_inaugural_CEU_UCH_2015-16)
3. Wikipedia. Palacio Farnesio (https://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_Farnesio)
4. Carlos Rebolo Maderuelo. “La Ventana. Composición, espacio y mirada” (2018) (https://oa.upm.es/51363/)
5. HASXX_teoría (http://hasxx.blogspot.com/2012/03/casa-de-la-rue-franklin-n-25-bis.html); y dezeen (https://www.dezeen.com/2016/08/16/le-corbusier-villa-le-lac-switzerland-lakeside-home-parents-unesco-world-heritage/)
6. María Elena Hernández. «La ventana caraqueña, una relación interior/exterior en edificaciones residenciales multifamiliares», Trienal de Investigación FAU, 2014 (http://trienal.fau.ucv.ve/2014/cd/PDF/tpa/TPA-16.pdf); y Ventana colonial, El Hatillo, Venezuela (https://www.pinterest.com/pin/511440101438537532/)
7. Colección Crono Arquitectura Venezuela (https://fundaayc.com/2014/08/12/1955%E2%80%A2-edificio-tabare/); Materiales AMV (https://www.tumblr.com/materialesamv/90154058274/edificio-tabar%C3%A9-san-bernardino-caracas); y Tabaré. Vegas & Galia (https://es.scribd.com/doc/249363290/Tabare)
8. Arquitectura Viva. Eduardo Soto de Moura. Casa do Cinema Manoel de Oliveira, Oporto (https://arquitecturaviva.com/obras/casa-do-cinema-manoel-de-oliveira)
9. Carlos Gómez de Llarena Arquitecto. Torre Europa (http://carlosgomezdellarena.blogspot.com/2010/10/torre-europa-1971_12.html)
10. Arquitectura Venezuela. Centro Financiero Latino (https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/centro-financiero-latinofue-inaugurado-en-el-a%C3%B1o-1978-en-la-avenida-urdaneta-de-/1691653877716617/); Caracas del valle al mar.Guía de arquitectura y paisaje. Edificio Sede Grupo Unión (http://guiaccs.com/obras/edificio-sede-grupo-union-hoy-edificio-gubernamental-para-ministerios/) ; y Arquitectura Venezuela. Edificio Corporativo CVG Venalum (https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/posts/edificio-corporativo-cvg-venalumen-el-a%C3%B1o-1992-se-concluye-la-nueva-sede-corpora/2494374174111246/); Arquitectura Venezuela. Torre Xpress (https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1688228341392504/1691669467715058/?type=3); y Intelectra. Torre Centro Boleíta (https://www.intelectra.com/torre-centro-boleita/)
11. Arquitectura Venezuela. Centro Operativo y administrativo del sistema Trolebús de Mérida (https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1688228341392504/2003191679896167/?paipv=0&eav=AfbraARRlO_5ySkIf4cwOli6OwDzk_UVy-3i18f1nNF6aubS1GQhMM4qp22r457cMjE&_rdr); Enrique Feldman Arquitecto. Ciudad Center (https://enriquefeldman.com/blog/ciudad-center/); Enrique Feldman Arquitecto. Centro Financiero Madrid (https://enriquefeldman.com/blog/madrid/); Unifedo. Torre Premium (https://www.facebook.com/UnifedoVenezuela/photos/pb.100076415768151.-2207520000/132157431611551/?type=3&locale=es_LA);
12. Hannia Gómez. Desde la memoria urbana (http://hanniagomez.blogspot.com/2016/04/); Colección Crono Arquitectura Venezuela (https://fundaayc.com/2013/11/16/1979%e2%80%a2-torre-america/); Mercadolibre.com (https://listado.mercadolibre.com.ve/inmuebles/oficina-en-venta-torre-america-caracas); Elsa Watkins. Inspiración (https://www.pinterest.com.mx/pin/33-imgenes-de-caracas-que-te-garantizan-un-placentero-paseo-arquitectnico–363384263661667995/); Torre Bellas Artes (https://www.pinterest.com.mx/pin/33-imgenes-de-caracas-que-te-garantizan-un-placentero-paseo-arquitectnico–619948704944880239/); y Evefilms. Torre Bellas Artes (https://twitter.com/Evefilms/status/1362412043735810049)
13. María Elena Hernández. «La ventana caraqueña, una relación interior/exterior en edificaciones residenciales multifamiliares», Trienal de Investigación FAU, 2014 (http://trienal.fau.ucv.ve/2014/cd/PDF/tpa/TPA-16.pdf)








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