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1969• Serie «Contemporary Architects»

1969• La empresa editorial japonesa Bijyutsu Shuppan, radicada en Tokio, publica entre los años 1968 y 1969 la serie «Contemporary Architects».
Esta colección en japones, de 15 volúmenes, empastadas con tapa dura, recogió las obras más resaltantes, hasta el momento, de: Richard Neutra, Alvar Aalto, Eero Saarinen, Le Corbusier, Marcel Breuer, Minoru Yamasaki, Oscar Niemeyer, Paul Rudolph, Philip Johnson, Carlos Raúl Villanueva, Mies van der Rohe, Pier Luigi Nervi, Félix Candela, S.O.M. y Frank Lloyd Wright I y II.
Los textos sobre la obra de estos arquitectos fueron escritos por diferentes autores, mientras que todas las fotografías son de Yukio Futagawa (1932-2013), aclamado fotógrafo de arquitectura y editor japones, quien fue el fundador de la revista Global Architecture, reconocida internacionalmente por su calidad.

El volumen de la serie «Contemporary Architects» dedicado al maestro Carlos Raúl Villanueva, permitió a Juan Pedro Posani y Makoto Suzuki, arquitecto y escritor japonés, analizar y describir los aportes a la arquitectura mundial del notable Maestro venezolano, utilizando como apoyo numerosas plantas y cortes arquitectónicos de los edificios considerados representativos de su dilatada práctica profesional, ilustrados con las magníficas fotografías de Yukio Futagawa, quien acompaño al arquitecto Suzuki en su viaje a Venezuela.
En el volumen se destacan los siguientes proyectos de Maestro: el Pabellón de Venezuela en la exposición internacional Habitat 67, Montreal, Canadá; los edificios residenciales de las urbanizaciones Cerro Piloto, El Paraíso, Simón Rodríguez y el 23 de Enero, incluyendo la Iglesia La Asunción.
Además se incluyeron: la Quinta Caoma, su casa de habitación familiar, y Sotavento, la casa playera ubicada en la urbanización Caraballeda, en el Litoral Central.
De la Ciudad Universitaria de Caracas, sede de la Universidad Central de Venezuela se incorporaron: la Escuela Técnica Industrial, el Hospital Clínico Universitario, el Estadio Olímpico, el Complejo de Piscinas y Gimnasio, las Facultades de Economía, Ingeniería, Farmacia, Odontología y Arquitectura (destacando de ésta las obras de Alexander Calder), la Plaza Cubierta y sus obras de arte, el Aula Magna, el Paraninfo, la Sala de Conciertos, la Biblioteca Central y el vitral de Fernand Léger, concluyendo con la Facultad de Ingeniería y Petróleo de la Universidad del Zulia, en Maracaibo.
El arquitecto y escritor Makoto Suzuki (1935), participó en 1972 en el “Concurso Internacional de Artículos sobre la obra de Villanueva”, convocado por la División de Extensión Cultural de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV a través de la revista PUNTO, con motivo del “Homenaje al Maestro Villanueva”, obteniendo el primer premio por su trabajo “El Concepto de Espacio Cubierto», en el cual desarrolla los temas: Encuentro y descubrimiento del Espacio Cubierto, Desarrollo y evolución del Espacio Cubierto, Complejidad y contrastes.

HVH

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1. Philip Johnson, Ludwig Mies van der Rohe, y Phyllis Lambert frente a una imagen de la Torre Seagram, Nueva York, 1955.

Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969), uno de los más importantes arquitectos del siglo XX, como se sabe, desarrolló su carrera en dos períodos: el que transcurre en Europa desde que comienza su etapa de aprendizaje e inicios del ejercicio de la profesión (en fecha tan temprana como 1907), y continúa con su crecimiento y madurez como parte de la Escuela de Berlín y como último director de la Bauhaus (1930-1933); y el segundo que se inicia tras emigrar a los Estados Unidos en 1937 donde arranca lo que se conoce como su etapa americana.

2. Número 1 (julio de 1923) de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung. Los dos primeros números de G consistieron en una gran hoja doblada con solo cuatro páginas.

De su ciclo europeo, para muchos el más rico e interesante en lo que a nivel intelectual, experimental y propositivo se refiere, si algo destaca es la intensidad con que Mies vivió el período de entreguerras y las diversas facetas que entonces mostró. Una de ellas, poco resaltada, fue la que desplegó, una vez incorporado al Novembergruppe en 1922, como parte del consejo editorial de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung, publicación de vanguardia editada e impresa en Berlín por Hans Richter de la que se produjeron cinco números en alemán entre 1923 y 26. Si El Lissitzky y Werner Graeff formaron parte del consejo editorial del primer número, Mies y Frederick Kiesler se unieron a Richter como editores a partir del segundo. Entre los colaboradores se encontraban Theo van Doesburg, Ludwig Hilberseimer, Raoul Hausmann, El Lissitzky, Hans Arp, Kurt Schwitters, Piet Mondriaan, Viking Eggeling, Naum Gabo, Antoine Pevsner, Ernst Schön, George Grosz, John Heartfield, Tristan Tzara y Man Ray.

Ubicados en este contexto es donde se puede reconocer, también, a un Mies vehemente que expresa a través de escritos breves y concisos, que algunos han clasificado dentro de la categoría de manifiestos, su visión de la arquitectura en un momento en el que era importante tomar partido ante una época de cambios donde la disciplina debía mirar hacia el futuro e identificarse a través de un lenguaje que fuera reflejo de una sociedad postindustrial y que reclamaba nuevas organizaciones urbanas, funciones, formas, materiales y técnicas, sumándose a lo que es considerado como el período heroico dentro de la evolución del Movimiento Moderno.

3. Los dos textos en los que se recogen los escritos de Mies van der Rohe.

De los textos rescatados de manera integral por Fritz Neumeyer en Mies van der Rohe. La palabra sin artificio. Reflexiones sobre arquitectura. 1922-1968 (1986, traducido al español en 1995), de los cuales 5 de ellos ya habían formado parte de Programas y manifiestos de la arquitectura del siglo XX de Ulrich Conrads (1964, traducido al español en 1973), nos interesa resaltar los publicados en revistas entre 1922 y 1930, en los que se ve con claridad tanto las constantes como la evolución de su pensamiento en torno a la arquitectura.

4. Portada y páginas interiores del nº 4 (1922) de la revista Frühlicht editada por Bruno Taut donde Mies publicó el artículo titulado “Rascacielos” (“Wolkenkratzer”).
5. Izquierda: Páginas interiores del número 1 ( julio de 1923) de la revista G donde aparece el texto “Edificio de oficinas” (“Bürohaus”) firmado por Mies van der Rohe. Derecha: Páginas exteriores del número 2 (septiembre 1923) de la revista G donde aparece el texto “Construir” (“Bauen”) firmado por Mies.

Así, formando parte de esta saga, encontramos que Mies aparece primero en el nº 4 (1922) de Frühlicht (revista editada por Bruno Taut) firmando un artículo titulado “Rascacielos” (“Wolkenkratzer”); luego, ya como colaborador y editor de G, redacta los textos “Edificio de oficinas” (“Bürohaus”) en el nº 1 (julio 1923), “Construir” (“Bauen”) en el nº 2 (septiembre 1923) y “Construcción industrial” (“Industriebau”) en el nº 3 (junio 1924); más adelante “¡Arquitectura y voluntad de época!” (“Baukunst und Zeitwille!”) en Der Querschnitt (nº 1, 1924); y, por último, en Die Form se publicarán “Sobre la forma en arquitectura” (“Über die Form in der Architektur”), nº 2, 1927; y dos veces “Los nuevos tiempos” (“Die neue Zeit”) en el nº 15, agosto de 1930 y luego en el nº 10 octubre de 1932.

Dentro de ese grupo de escritos, con mayor énfasis en unos y otros, se evidencian temas como la importancia de lo constructivo junto a su claridad a la hora de manifestarse a través de la estructura portante, así como su interés por los materiales, sus orígenes y limitaciones técnicas. Suya es la cita “La arquitectura empieza en el momento en que dos ladrillos se ponen con esmero uno junto al otro”. También aparece la idea de flexibilidad espacial y la relevancia de diferenciar la piel (envolvente) de los huesos (sistema estructural) llevando la primera a su mínima expresión encontrando en el vidrio su mejor aliado y en la tipología del edificio en altura su cabal representación. Hormigón, acero y vidrio, los materiales más emblemáticos de la modernidad, son los que Mies utiliza colocando especial cuidado en la resolución de los detalles.

Resalta, además, su postura crítica con la deriva personalista en la que se encontraba gran parte de la arquitectura más representativa de su tiempo ya que consideraba que la arquitectura pertenecía a una época y no a un individuo.

6. Izquierda: Detalle de la página con el artículo Bürohaus escrito por Mies para el nº 1 de la revista G. Derecha: Original del dibujo del Edificio de oficinas, 1923 (carboncillo y lápiz, 138×289 cm) que acompañó el artículo.

“Rechazamos: toda especulación estética, toda doctrina y todo formalismo. La arquitectura es la voluntad de la época expresada espacialmente. Viva, cambiante, nueva. Ni al pasado, ni al futuro, sólo puede dársele forma al presente. Sólo esta arquitectura puede crear. Crear la forma con los medios de nuestro tiempo, a partir de la esencia de la tarea. Este es nuestro trabajo”, dirá Mies al iniciar el artículo “Edificio de oficinas” (“Bürohaus”).

Justamente en ocasión de comentar el texto mencionado, Juan Calduch Cervera (http://www.mindeguia.com/dibex/Mies_Calduch.htm) devela un interesante paralelismo entre los textos escritos por Mies y los proyectos vanguardistas que los acompañan los cuales “se representan ajustados a las convenciones gráficas vigentes en su entorno”, pero se realizan experimentalmente “sin voluntad de hacerse realidad”, abriéndose y cerrándose un ciclo en el que “el arquitecto nunca más volvería a hacer dibujos de arquitectura que no respondiesen a un encargo o a unas condiciones concretas”.

“En estos textos y dibujos Mies va aislando y analizando, casi como si se tratase de ensayos de laboratorio, distintos problemas disciplinares que le preocupaban. Es como si antes de poner en práctica sus ideas, quisiera concretarlas y aclararlas mediante dibujos y escritos. Hacia 1925 con obras como el monumento a Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht (cementerio de Berlin-Friedrichsfelde, 1926) esa fase experimental y esa doble vía profesional tienden a fundirse abriendo la etapa más fructífera de su etapa europea”.

Es así como hemos tomado la decisión de ofrecerles, como muestra de la actitud y pensamiento de Mies en aquel rico período, donde un grupo textos programáticos nos lo muestran “agresivo, polémico, rabiosamente moderno y provocador”, el escrito “La nueva era” o “Los nuevos tiempos (“Die neue Zeit”) que como ya indicamos apareció en la revista Die Form (La forma) primero en el nº 15, agosto de 1930 y luego en el nº 10, octubre de 1932, en el que muestra si se quiere una faceta diferente, menos vehemente, y a la vez complementaria a la que caracterizó lo publicado entre 1922 y 1927.

7. Portada y página de créditos de la revista Die Form donde se publicó por primera vez “Los nuevos tiempos” (“Die neue Zeit”) .

Se trata de la transcripción de las palabras finales de la ponencia que Mies presentara en el congreso del Deutscher Werkbund celebrado en Viena en 1930. La traducción, proveniente del libro de Ulrich Conrads ya citado, está antecedida por un comentario que señala cómo el arquitecto alemán en “Die neue Zeit” “se erige en defensor decidido de lo ‘espiritual en la arquitectura’. Considera el camino hacia la arquitectura industrial, que había propuesto en 1924, bloqueado por malentendidos. El pregonador se ha convertido en amonestador. Con anticipación profética prevé que el progreso técnico acarreará una pérdida del significado de la arquitectura. (…) … habla del desarrollo de las cosas ‘ciegas a todo valor’, que conduce a la pérdida de significación y, con ello, a la pérdida de criterio y al caos de los valores”.

A continuación, el breve pero sustancioso texto que esperamos puedan disfrutar.

8. Portada de la revista Die Form dedicada a conmemorar los 25 años del Deutscher Werkbund, donde se publicó por segunda vez vez “Los nuevos tiempos” (“Die neue Zeit”) .

La nueva era

La nueva época es un hecho; existe independientemente de que la aceptemos o la rechacemos. Pero no es mejor ni peor que cualquier otra época. Es un puro dato y como tal indiferente a toda valoración. Por ello, no me entretendré mucho intentando explicar la nueva época, señalando sus relaciones y poniendo al descubierto la estructura que la sostiene.

No sobrevaloraremos tampoco el tema de la mecanización, de la estandarización y la normalización.

Y aceptemos como un hecho el cambio de las relaciones económicas y sociales.

Todas estas cosas siguen su evolución predeterminada y ciega de valores.

Lo único decisivo será cómo nos revalorizamos bajo estas circunstancias dadas. Ahí es donde comienzan los problemas espirituales.

No de trata de “qué” sino de “cómo”.

El hecho de que produzcamos bienes y los medios que empleamos para fabricarlos, no significa nada en el plano espiritual.

El hecho de que construyamos vertical u horizontalmente, con acero y vidrio, no dice nada sobre el valor de esa arquitectura.

El hecho de que en urbanismos se busque una centralización o una descentralización es un problema práctico, no valorativo.

Pero precisamente el problema del valor es decisivo.

Debemos establecer nuevos valores, señalar los objetivos últimos, para recuperar el criterio.

El sentido y la razón de ser de toda época, y por tanto también de la nueva, radica única y exclusivamente en el hecho de que proporcione al espíritu las condiciones previas, la posibilidad de existir”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. 20 cosas que no sabías de Mies van der Rohe (https://www.archdaily.co/co/784292/20-cosas-que-no-sabias-de-mies-van-der-rohe?ad_medium=gallery)

2 y 5. VEREDES. Arquitectura y divulgación. Colección completa de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-la-revista-g-material-zur-elementaren-gestaltung/)

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

4. BIBLIO (https://biblio.es/libro/fruhlicht-taut-bruno-ed/1385112084)

6. VEREDES. Arquitectura y divulgación. Colección completa de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-la-revista-g-material-zur-elementaren-gestaltung/); y Dibujos ejemplares de arquitectura (http://www.mindeguia.com/dibex/Mies_Calduch.htm)

7. VEREDES. Colección completa de la Revista Die Form (La Forma) (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-revista-die-form-la-forma/); y booklooker (https://www.booklooker.de/B%C3%BCcher/Die-Form-1930-Heft-15/id/A01YupzL01ZZ1)

8. plakatkontor.de (https://www.plakatkontor.de/plakatkatalog-15/nr-1—6/index.html

1982• Se inaugura la exposición “Mies van der Rohe. Dibujos”

1982• El Centro de Información y Documentación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV inaugura la exposición “Mies van der Rohe. Dibujos”, exponiendo una selección hecha por el Museo de Arte Moderno MoMA de Nueva York, entre los 83 dibujos y tres maquetas donadas por el Maestro, impresas por la Meriden Gravure Company para el MoMa, NY.

Uno de los dibujos expuestos fue el del Proyecto del Rascacielo Friedrichstrasse. 1921, Perspectiva desde el norte. Ludwig Mies van der Rohe, Carboncillo y lápiz sobre papel de calcado.

Colección del MoMA- donación del autor

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 366

“Los que hemos tenido la suerte de acompañar a Martín Vegas en un viaje, conocemos su manera de sentarse en el banco de una plaza y empezar a dibujar en una pequeña libreta de croquis lo que está viendo… sus libretas de croquis son ejemplo generoso de como nuestro ser entra en acción, y esta acción es lo que cuenta”.

Estas palabras de Federico Vegas, preceden a los maravillosos dibujos de su padre, el arquitecto Martín Vegas Pacheco (1926-2012), que fueron publicadas en el libro Croquis de viaje diseñado por John Lange en el 2012. Un sencillo tributo al final de su vida, que recoge parte de la exposición inaugurada el 20 de octubre de 2011 en la Sala TAC del Trasnocho Cultural, donde se mostraron libretas, bosquejos y fragmentos de su vida en algunos videos.

Croquis de viaje es una cuidada selección que en 190 páginas contiene el testimonio de la observación atenta de un viajero incansable y un arquitecto y dibujante excepcional quien a través de sus trazos nos acerca a su experiencia de observar el mundo con una mirada íntima. Vegas poseedor de una mano prodigiosa y una personalidad reflexiva, logró llenar de croquis y anotaciones cientos de libretas que íntimamente fue recopilando como un tesoro personal, apelando a la conjunción de la memoria, la percepción y representación como elementos fundamentales del arquitecto que viaja para maravillarse. Todo aquello que observa reaparece plasmado en el papel en hermosas acuarelas, trazos a lápiz y creyón, cargados de sentido que intentan plasmar “el lugar”, aquello que no se mide.

1. Invitación a la inauguración de Croquis de viajes y dos de los dibujos de Martín Vegas Pacheco.

En los dibujos de Martín Vegas, cuidadosamente seleccionados por Federico Vegas y John Lange, todo adquiere la escala de un primer plano: rostros, calles, casas, monumentos, lugares cotidianos o paisajes donde la naturaleza se impone. Sus croquis más que desvelar los secretos de la práctica, (propios, por ejemplo, de algunos bocetos de Corbusier), son un empeño por fijar en la memoria la experiencia adquirida durante sus viajes interrogando al paisaje, a su arquitectura y sus habitantes, haciéndose acompañar de cortas reflexiones que evidencian su interés por el modelo de las ciudades europeas, la arquitectura vernacular, los pueblos venezolanos, su gente, el clima, la naturaleza, la vida urbana, el paso del tiempo, las lecciones del pasado y la civilización, entre muchos otros temas.

2. Otros cuatro dibujos que forman parte de la publicación.

En cierta medida, Vegas valoriza el par dibujo/viaje como una dimensión que forma parte intrínseca de la educación del arquitecto y nos invita a salir a experimentar la realidad de primera mano, a recorrer el país y el mundo. A fomentar la curiosidad para adentrarnos en rutas desconocidas, nuevos aspectos de lo cotidiano y despertar aficiones e impulsos espontáneos.

El libro recuerda los innumerables registros de grandes arquitectos, para quienes, desde siempre, el apunte y el croquis de viaje han sido herramientas fundamentales dentro de su educación. Cabe recordar que jóvenes británicos del siglo XIX como John Soane, John Ruskin o Charles Rennier Mackintosh no concebían concluida su etapa formativa sin la realización de un viaje por Europa conocido como el “Grand Tour”. Llevar a cabo un importante itinerario también es asumido por Charles Édouard Jeanneret en 1911, cuando aún no se hacia llamar Le Corbusier, al realizar su célebre Viaje a Oriente; por Eric Gunnar Asplund quien en 1913 recorre Italia y el norte de África; por Alvar Aalto quien después de graduarse y antes de abrir su estudio profesional explora Europa durante 1921; y por Walter Gropius quien en 1928, tras renunciar a su cargo como director de la Bauhaus en Dessau hace otro tanto, por sólo mencionar algunos de los más conocidos.

Por otro lado, Croquis de viaje guarda una estrecha relación con dos publicaciones previas donde Martín Vegas junto a Ramón Paolini y Federico Vegas recorren el país por puro placer, para construir uno de los archivos fotográficos mas importantes sobre la arquitectura popular venezolana: Pueblos. Venezuela 1979-1984 (Fundación Polar, 1984), y Venezuelan Vernacular (Princeton Architectural Press, 1985).

3. Carátula del libro Pueblos. Venezuela 1979-1984 de Martín Vegas, Ramón Paolini y Federico Vegas y algunas de las imágenes que contiene.
4. Carátula del libro Venezuelan Vernacular de Federico Vegas y algunas de las imágenes que contiene.

Pueblos, un hermoso fotolibro impreso en Editorial Arte con textos de la curadora de arte Xiomara Jiménez, expone una mirada fotográfica hacia el mundo rural sustentada principalmente en las imágenes del arquitecto y fotógrafo Ramón Paolini acompañadas por las de Martín y Federico Vegas. El interés de este equipo de viajeros se concentró, según Xiomara Jiménez, en “divisar el lugar con mirada paisajística para luego ir en pos de retratos más próximos. De esta manera el repertorio dibuja un perfil de panorámicas, arquitectura, costumbres, creencias y faenas”. (https://prodavinci.com/sobre-el-fotolibro-pueblos-de-martin-vegas-ramon-paolini-y-federico-vegas/)
Venezuelan Vernacular, cuyo autor es Federico Vegas, introduce la mirada del escritor, como preámbulo a las imágenes a partir de un ensayo que busca fijar en el lector esa condición mas permanente de nuestra arquitectura, buscando acortar “la distancia entre dos extremos, entre lo vernacular o popular y lo civilizado o civilizatorio”. El libro muestra bellas tomas de paisajes, ciudades, calles, casas, ornamentos e iglesias, que nos permiten conocer algunos de los lugares que recorrió este trío de incansables viajeros por el interior del país: La Guajira, Carora, Los Roques, Páramo La Negra, Paraguaná, Laguna de Sinamaica, Pedregales, el Morro de Puerto Santo, San Juan de las Galdonas, Mucuquí, La Mesa, Choroní, Altagracia, Canoabo, San Isidro de Ceuta, Tucacas, San Rafael de Muchuchíes, Agua Larga, San Francisco de Tisnados, Mitare, Carache, Sinamaica, y El Tocuyo entre muchos otros.

En cierta medida, en las tres publicaciones se puede recoger lo que Xiomara Jimenez asevera en su reseña sobre Pueblos: que “el sentido de lugar adquiere un cierto espesor de experiencia viva, porque lo que transcurre de manera natural y cotidiana en esa geografía tan distinta a la de donde procede, se vuelve más inestimable”.

Los tres libros son evidencia de una historia compartida de vida y de viajes, que recoge la fascinación de Vegas Pacheco, Paolini y Vegas Pérez por la travesía la cual nos hace cuestionarnos sobre qué somos, de donde venimos y qué es este hoy en que vivimos. Viajes donde persiste la voluntad por llegar a un sitio para traducirla en dibujos, imágenes y palabras, que buscan revelar la hoy olvidada riqueza de los pueblos de Venezuela, como parte fundamental de nuestra herencia arquitectónica.

5. Martín Vegas Pacheco (1926-2012). A la derecha con Carlos Raúl Villanueva en la inauguración el 23 de noviembre de 1955 de la exposición Latin American Architecture since 1945, MoMA, Nueva York, frente a una fotografía de la torre Polar.

En cuanto a la figura de Martín Vegas Pacheco, bueno es reconocerlo, poco se ha escrito en profundidad. Sin embargo, Oscar Tenreiro -quien fue su alumno y ayudante en el Taller a su cargo en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo- narra en su Blog Entre lo cierto y lo verdadero en un artículo escrito a raíz de su fallecimiento publicado el 12 de agosto de 2012, que “Vegas era uno de los más claros representantes de una Venezuela vanguardista, que ocupaba un lugar en el mundo. Un arquitecto joven y mundano a partir de su experiencia en el Illinois Institute of Technology donde fue alumno del mítico Ludwig Mies Van der Rohe (1886-1969), arquitecto y diseñador industrial germano-estadounidense pionero de la arquitectura moderna”.

Por ello su labor docente estuvo muy vinculada a la filosofía docente de Mies, “donde prevalecía el dominio técnico del acero y el profundo conocimiento de los materiales que permitían rellenar el esqueleto metálico, donde era necesario conocer el problema técnico de las tolerancias dimensionales entre el acero y el concreto”. Elementos determinantes en el diseño, ensayados junto a José Miguel Galia en la magnífica Torre Polar, destacada en la primera edición de Latin american architecture since 1945 de Henry-Rusell Hitchcock, que hacía gala del espíritu modernizador del país.

Cuenta Tenreiro, que Vegas solía llevar a sus clases “dibujos a lápiz de partes de edificios, isometrías, donde se mostraban las distintas capas de materiales, los elementos metálicos, paredes dibujadas ladrillo por ladrillo, todo hecho con gran pulcritud y dominio técnico”.

Por otro lado, Tenreiro destaca que una de las grandes virtudes de Vegas Pacheco fue abrir oportunidades para la profesión. Como presidente de la Sociedad Venezolana de Arquitectos, Martín Vegas junto a Oscar González Bustillo fundaron en 1970 la Fundación para el Desarrollo de la Arquitectura (FUNDAR), ubicada en el sótano del Centro Comercial Chacaíto, cuyo objetivo fue crear un centro de información y promover la investigación en el área de la arquitectura y el urbanismo, la cooperación entre organismos públicos y privados, apoyar los estudios académicos y ofrecer créditos educativos a profesionales y estudiantes. FUNDAR, según Oscar Tenreiro se convirtió en un lugar de encuentro y un “un espacio de discusión excepcional”.

6. Martín Vegas Pacheco. Quinta «Ladrillal», Chuao, Caracas, 1958.
7. Martín Vegas Pacheco en colaboración con Ricardo Binggeli. Edificio sede del Banco Industrial de Venezuela, Esquina de Traposos, Caracas, 1961. A la derecha espacio rodeado por la escalera y los pasillos de circulación donde la artista venezolana de origen alemán Gego (Gertrud Goldschmidt) (1912-1994) realizó su primera gran obra integrada a la arquitectura: una escultura que llamó “Tubos” y que llena el espacio de cinco alturas.
8. Martín Vegas Pacheco. Hotel Intercontinental Valencia, estado Carabobo, 1967.

En cuanto a su obra arquitectónica, poco se ha indagado sobre lo que realizó individualmente fuera de su sociedad con Jose Miguel Galia. Su casa familiar, “Ladrillal” (1958) ubicada en la urbanización Chuao (hoy lastimosamente irreconocible), emerge como una de sus realizaciones más singulares y hermosas. Un ejercicio depurado de la forma, donde se percibe la exploración de un lenguaje que incorpora la influencia de la arquitectura de Mies.

Sobre esta obra en particular, Tenreiro comenta que “No era sin embargo de estructura de acero sino de concreto, material cuya superficie estaba intervenida a golpes de bujarda (aquí lo llamamos martillado) y tratado con algún tipo de barniz. Pórticos muy próximos, de dos pisos, que se sucedían en una planta estrictamente rectangular, con el ladrillo sólido como material de relleno y detalles de protección solar hacia la calle (el temido oeste del trópico) en aluminio de color natural. No exagero si digo que profesaba yo una admiración incondicional por esa casa, que se me antojaba modélica”. Y añade más adelante: “Siempre pensé que esa casa debía conservarse como monumento arquitectónico al igual que la de Graziano Gasparini, casi frente a ella”.

En resumen, parte de la historia de viajes de Martín Vegas se puede leer en en Croquis de Viaje, en Pueblos y en Venezuelan Vernacular. Su revisión y lectura, declaran y siembran la necesidad de acercarnos a conocer más nuestra realidad. Ellos representan apenas un pequeño capítulo de la importancia de nuestra herencia arquitectónica para Vegas Pacheco, quien, desprendido de posturas intelectuales y bajo una mirada íntima, dejó una profunda huella.

Martín Vegas Pacheco fue distinguido el año 1998 con el Premio Nacional de Arquitectura. De él hemos querido complementar esta nota con anécdotas sobre su faceta como docente y su obra individual, con el fin de despertar la necesidad de investigar en profundidad sobre su relevancia como parte de la segunda generación de arquitectos modernos en Venezuela.

IGV

Procedencia de las imágenes

Postal y 2. Martín Vegas. Croquis de Viaje, Sala TAC, 2011

  1. https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2011/10/27/exposicion-croquis-de-viaje-martin-vegas-sala-tac-trasnocho-cultural-caracas/ y Martín Vegas. Croquis de Viaje, Sala TAC, 2011

3. Martín Vegas, Ramón Paolini y Federico Vegas. Pueblos. Venezuela 1979-1984, Fundación Polar, 1984

4. Federico Vegas. Venezuelan Vernacular, Princeton Architectural Press, 1985.

5. http://venezuelaehistoria.blogspot.com/2020/11/martin-antonio-vegas-pacheco.html y https://www.moma.org/calendar/exhibitions/2436/installation_images/19893

6, 7 y 8. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

VALE LA PENA LEER

Demolido y reconstruido: La identidad de las réplicas arquitectónicas

María Cristina Florian

Traducido por Diego Vivas

8 de octubre de 2022

Tomado de www.archdaily.cl

Los derechos para reconstruir la icónica Torre de Cápsulas Nakagin de Kisho Kurokawa se venden actualmente en uno de los mayores sitios de NFT. Aunque la demolición de la torre ha comenzado a principios de este año, la subasta vende el derecho a reconstruir la estructura, tanto en el metaverso como en el espacio real. La idea de recrear el edificio Metabolic en un espacio virtual parece natural. Podría permitir a una comunidad más amplia explorar una pieza icónica de la arquitectura y animarles a experimentar con ella, una iniciativa en consonancia con los ideales metabolistas. Por otro lado, la idea de reconstruir un edificio histórico demolido en el mundo físico suscita un conjunto diferente de emociones conflictivas. Las réplicas arquitectónicas no son la norma, pero su existencia plantea cuestiones sobre la identidad y la autenticidad de las obras de arquitectura.

La decisión de demoler la Torre de Cápsulas Nakagin, construida en 1972, se tomó debido al precario estado de la estructura y a su incompatibilidad con las normas sísmicas actuales. Aunque la opción más sostenible sería reutilizar las estructuras construidas, la necesidad de demolición suele basarse en factores más decisivos: el abandono prolongado, el deterioro o la presencia de materiales peligrosos como el amianto pueden hacer que una instalación sea insegura. Algunas obras de arquitectura se construyeron como estructuras temporales, mientras que otras representan símbolos que ya no se ajustan a los ideales de la población. Independientemente de las razones, no son muchos los edificios demolidos intencionadamente a los que se les concede una segunda vida

Sin embargo, hay un ejemplo de edificio icónico que fue demolido y resucitado de entre los escombros cuatro décadas después: El Pabellón Alemán de Mies van der Rohe y Lilly Reich, actualmente más conocido como Pabellón de Barcelona. Esta estructura está ampliamente reconocida como un edificio canónico, una de las estructuras clave del Movimiento Moderno. Construido en 1929 en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona, el pabellón pretendía representar la cara de Alemania después de la Primera Guerra Mundial como una cultura progresista y moderna, pero aún arraigada en su historia clásica. Siempre se concibió como una estructura temporal, por lo que, una vez finalizada la exposición, el pabellón se desmanteló pronto, en enero de 1930.

En 1955, el arquitecto Oriol Bohigas propuso reconstruir el pabellón reutilizando su estructura de acero. Se puso en contacto con Mies, que estuvo de acuerdo con la idea y se ofreció a rediseñar los planos, ya que los originales se habían perdido. A pesar de ello, el proyecto no se llevó a cabo por falta de apoyo de las autoridades. A lo largo de los años se iniciaron otros intentos infructuosos. Sólo en 1981 prosperó finalmente la iniciativa, debido a la posición favorable de las autoridades de Barcelona. Uno de los principales argumentos a favor de su reconstrucción fue su reconocimiento como «una de las obras fundamentales del siglo XX», citando la expresión de Bohigas. El proyecto se encargó a los arquitectos catalanes Ignasi de Sola-Morales, Cristian Cirici y Fernando Ramos.

“Una premisa indiscutible era el concepto de una reconstrucción que interpretara lo más fielmente posible la idea y la forma material del Pabellón de 1929”.

Ignasi de Solà-Morales

A pesar de la extensa investigación realizada para desarrollar los nuevos planos, alzados y secciones, el nuevo pabellón, terminado en 1986, no es una réplica perfecta. Algunas de las diferencias se debieron a la falta de información sobre la estructura original, pero otras fueron intencionadas. La nueva estructura está construida para ser permanente, por lo que se hicieron una serie de cambios para garantizar la longevidad: los cimientos de «bóveda catalana» de 1929 se sustituyeron por otros de hormigón vertido, se utilizó travertino más duro, se mejoraron el tejado y los sistemas de drenaje y se montaron puertas exteriores permanentes.

El pabellón de 1986 también corrigió aspectos de la estructura original que se consideran representaciones imperfectas de la intención del arquitecto. En 1929, debido a la escasez de mármol verde y travertino, los muros exteriores y la parte trasera del pabellón no estaban revestidos de éstos, sino pintados de verde y amarillo para asemejarse a la piedra. La réplica corrige esto y tiene todas las paredes revestidas de piedra. Con todas las mejoras, se podría argumentar que la copia es de hecho mejor que el original. Intuitivamente rechazamos esta premisa, pero plantea dudas sobre la viabilidad de las copias de la arquitectura.

“No cabe duda de que todos los que hemos participado en esta empresa somos conscientes de la distancia que existe entre el original y su réplica. No porque la calidad de su ejecución sea inferior, que no es el caso, ni porque fuera imposible determinar con precisión cómo se habían resuelto todos los detalles del edificio, sino porque toda réplica es, indiscutiblemente, una reinterpretación”.

Ignasi de Solà-Morales

El sistema del filósofo Nelson Goodman, detallado en su libro Languages of Art, ofrece una visión de la relación entre una obra de arte original y su copia. Divide las artes en dos categorías: artes autográficas, que no pueden ser replicadas, y artes alográficas, que sí pueden serlo. La primera categoría incluye artes como la pintura o la escultura, donde la autenticidad se define por la historia de la producción. Cada pincelada de un maestro representa un paso que sólo puede ser imitado, por lo que cualquier copia es una falsificación. En cambio, las obras alográficas, como los textos literarios, la música o la coreografía, pueden multiplicarse infinitamente sin perder valor. Su autenticidad reside en el sistema abstracto de anotación.

Si consideramos la arquitectura como un arte alográfico, basado en los sistemas de anotación definidos por el arquitecto, entonces todas las instancias de un edificio tienen el mismo valor siempre que se ajusten a los planos y detalles originales. Sin embargo, esto sería una simplificación excesiva, ya que las historias de producción contribuyen a definir los dos edificios. Lo contrario tampoco puede ser del todo cierto, ya que la réplica es, aunque sea parcialmente, una representación auténtica de la intención del arquitecto. Una mejor comprensión de las obras arquitectónicas sería como híbridos, lo que pondría aún más de relieve la complejidad inherente a la arquitectura.

El importante estatus que adquiere un edificio es a menudo la razón subyacente para crear su réplica. El Pabellón de Barcelona no es una reconstrucción de un pabellón nacional que representa a un solo país. Es la reconstrucción de una de las representaciones más importantes y tempranas del Movimiento Modernista. El programa libre del pabellón temporal permitió a Mies van der Rohe y Lilly Reich crear una de las expresiones más puras de un movimiento radical en sus primeras etapas. Es difícil saber si la Torre Cápsula Nakagin podría adquirir un estatus igualmente relevante y una motivación lo suficientemente fuerte como para ser reconstruida.

ACA

HA SIDO NOTICIA

La Universidad de Indiana inaugura un edificio diseñado por Mies van der Rohe

Escrito por Andreea Cutieru

Traducido por Vania Masalías

18 de marzo 2022

Tomado de Plataforma Arquitectura

La Universidad de Indiana inauguró una nueva instalación compartida para la Eskenazi School of Art, Architecture + Design, que materializa un diseño recientemente redescubierto de Mies van der Rohe. El proyecto de 1952, destinado a una casa de fraternidad en el mismo campus de IU Bloomington, fue asignado a la firma con sede en Nueva York Thomas Phifer and Partners para que lo adaptara a los códigos de construcción contemporáneos y su función académica actual, preservando la estética arquitectónica prevista. El edificio de dos pisos y 930 metros cuadrados se inauguró oficialmente para el uso de estudiantes y profesores.

En 1950, Mies van der Rohe recibió el encargo de la casa de la fraternidad de la Universidad de Indiana, el cual se abandonó más tarde debido a la falta de fondos. Décadas más tarde, los planos se donaron al archivo de Mies en el Museo de Arte Moderno. El diseño, con un gran parecido a la casa Farnsworth y al Instituto de Tecnología de Illinois, presenta un marco de acero blanco y amplias ventanas de piso a techo. El nivel de la planta baja se encuentra mayormente abierto, mientras que un atrio cuadrado central esculpe el nivel superior.

Thomas Phifer and Partners recibió el encargo de entregar el proyecto y adaptar el diseño para un uso contemporáneo. El nuevo edificio cuenta con espacios para conferencias, talleres y oficinas. Se han elegido muebles diseñados por Mies y Florence Knoll para complementar el diseño del edificio. Las alteraciones al proyecto original de Mies van der Rohe incluyen la adición de una escalera en el extremo oeste y la modificación de la escalera original del extremo este para cumplir con los códigos de seguridad actuales, la adición de un ascensor hidráulico, así como el reemplazo del panel de vidrio transparente por un vidrio aislante de alto rendimiento.

El 8 de abril se llevará a cabo la apertura pública de la casa junto a una recepción. Thomas Phifer and Partners es también el diseñador del nuevo Centro Internacional Ferguson que se encuentra actualmente en construcción frente al Edificio Mies.

ACA