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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 400

Gustavo Legórburu Rodríguez (1930-2013), arquitecto venezolano de una sólida y dilatada trayectoria caracterizada por la honestidad, la sencillez, la sobriedad, la austeridad y el sabio manejo de las variables espaciales, climáticas y constructivas del lugar, tuvo pocas oportunidades de proyectar edificios de oficinas para el sector privado.

Recientemente reconocida con la publicación del libro Gustavo Legórburu y la conciencia del lugar de José Humberto Gómez y Víctor Sánchez Taffur (2023), primero de una colección dedicada a los Premios Nacionales de Arquitectura, su obra se desplegó fundamentalmente hacia la arquitectura residencial y la institucional, y se alejó de la llamada arquitectura comercial. Sin embargo, la indagación llevada a cabo para la cristalización del valioso texto deja en el ensayo titulado “Sobre la obra de Legórburu”, con el que se inicia el segundo bloque, suficientes elementos de análisis y reflexión como para considerar que, en su conjunto, la obra del maestro presenta rasgos que permiten desmontarla a partir de una mirada que parte de lo global hasta lo local pasando por lo regional, dejando en claro la persistencia de una serie de ideas que a modo de mantra cruzan transversalmente la producción “legorburiana”. Con ello en mente será más fácil comprender primero y describir después la Torre del Banco del Orinoco, edificio cuya potente imagen hoy engalana dignamente nuestra postal nº 400.

1. Cubierta del libro Gustavo Legórburu y la conciencia del lugar (2023) de José Humberto Gómez y Víctor Sánchez Taffur.

Así, el ejercicio teórico que acompaña el acercamiento a la obra de Legóburu realizado por Gómez y Sánchez Taffur se inicia con una hipótesis que permite ubicar su arquitectura como parte de las sutilezas que se esconden en los pliegues de lo que Charles Jenks definió como la “tardomodernidad”. Se trata, dentro de su especificidad, de una arquitectura de las que se apela “al manifiesto moderno, pero en un sentido mucho más puro y regresivo” y se apuesta “por la fortaleza de las formas universales de limpia geometría hundiendo sus dientes, no en el recurso y exceso tecnológico … sino en el carácter de sus espacios, en la materia y en el desarrollo local del lenguaje propuesto por arquitecturas auténticamente modernas de la posguerra”. Dicha arquitectura se distanciará del refinamiento de los volúmenes blancos del período de entreguerras y se decantará a “favor de una arquitectura un tanto más gris, más cruda y áspera, de fachadas espesas, profundas (¿brutalistas?)”.

En otro momento, Gómez y Sánchez Taffur encuadran la obra de Legóburu dentro de lo que califican como “arquitectura abstracta: aquella que proclama la condición trascendental de los sólidos elementales en desmedro de los híbridos; en la que criterios atados a la ética, eficiencia, modulación y al orden matemático prevalecen como una sintaxis propia cerrada que, en la generalidad de los casos, deja por fuera elementos figurativos. No hay espacio para la distorsión, dualidad, ambigüedad o confusión”.

2. Cuatro de los libros utilizados como referencia por Gómez y Sanchez Taffur en su aproximación a la obra de Gustavo Legórburu.

La idea de que nos encontramos ante una obra gobernada por el pragmatismo, “donde la cautela con que se acercaba al uso del material y su alejamiento de cualquier sumisión a priori e irrestricta al contexto” hablan por sí solas, puede sumarse a otra que enfatiza la pulcritud, precisión, limpieza y economía de esfuerzos para lograr el máximo efecto, donde “no hay espacio para la especulación injustificada” ni para los excesos o los alardes estilísticos, materiales o tecnológicos. Dentro de esta línea, las palabras del propio Legóburu resuenan: ““Yo no podía concebir la arquitectura como un divertimento. No era cuestión de regodearme en buscar formas bonitas, presumiblemente impactantes, que elevaran tu ego y el de tu contratante, no; el arquitecto tenía una señalada responsabilidad social, especialmente si era ciudadano de eso que denominan Tercer Mundo, devaluada porción del planeta Tierra, con el mayor índice de aumento poblacional, pero también con los más significativos problemas en salud, educación y vivienda y todo concentrado, en general, en regiones de clima tropical”.

3. Dos referentes considerados por Gustavo Legórburu en el diseño de la Torre del Banco del Orinoco ubicados ambos en Park Avenue, New York. Izquierda: Seagram Building. Mies van der Rohe (1958). Derecha: Lever House. Gordon Bunsshaft/Skidmore, Owings and Merril (1951-1952)

Un último eslabón asumido por Gómez y Sánchez Taffur les permite calificar la arquitectura de Legórburu como “silente porque, contraviniendo a Jenks, lo que en ella se respira es calma, sosiego; incluso cierta soledad”.

Considerado Legórburu como “un creador recurrente” que, aunque “no necesariamente fue siempre el mismo arquitecto” ni buscó realizar “una arquitectura-manifiesto con ataduras ideológicas”, se puede afirmar que la Torre del Banco del Orinoco, reúne gran parte de las señales que Gómez y Sánchez Taffur han logrado tipificar.

4. Banco del Orinoco. Vista axonométrica (izquierda) y despiece (derecha)

El edificio, ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda, sector La Floresta, Municipio Chacao, cuya primera versión data del año 1979, tenía por finalidad construirse y venderse sin asumir el rol representativo de empresa alguna. Sin embargo, no renuncia a la importancia de adquirir una identidad propia que se inscribe en la consistente línea de trabajo desarrollada por su arquitecto.

5. Planta baja

Sin poseer la escala para ser considerado un rascacielos, ni la estridencia o la búsqueda de protagonismo que a veces caracteriza a las sedes corporativas, el planteamiento desarrollado por Legóburu busca, por un lado, aprovechar al máximo las variables urbanas permitidas para el desarrollo del terreno, y, por el otro ofrecer una respuesta que incorpora la generación de un espacio público, pese a las apremiantes limitaciones que el contexto establecía, su escaso frente a la avenida Francisco de Miranda y la quebrada que en su parte posterior lo delimita.

6. Planta tipo (izquierda). Planta nivel P.H. (derecha)

Para ello recurre a desarrollar un partido en que se hacen presentes la verticalidad de una torre y la horizontalidad de un cuerpo bajo que le sirve de transición. La torre termina ubicándose en la parte sur del lote que permitía mayor desarrollo mientras  el cuerpo bajo, más comprometido con el lindero oeste permite, gracias a su aproximación a la calle, resuelve la segregación entre el acceso peatonal (logrado a través de una pequeña plaza) y el vehicular.

7. Fachada norte (izquierda) y Corte norte-sur (derecha)

La elegante y bien proporcionada estructura vertical aporticada (donde funcionan las oficinas) tiene quince niveles –once plantas tipo y las de base y remate, ambas de doble nivel-. Por su parte, el cuerpo secundario destinado al uso comercial posee sólo dos plantas, ofreciéndose su techo como área visitable abierta a las visuales de los alrededores. El prisma, de base rectangular, orienta y transparenta sus caras más largas al norte y al sur, recediendo sus cerramientos a un segundo plano protegidos por la prolongación del envigado de borde a modo de alero que junto a la partición vertical le dan profundidad y un particular claroscuro a las correspondientes fachadas. El este y el oeste se cierran utilizándose como recubrimiento panelas de arcilla vitrificada que durante el día toma un atractivo tono cobrizo.

8. Cuerpo bajo y acceso al edificio

Puesto en funcionamiento en 1984, el Banco del Orinoco recoge los valores esenciales y atemporales que atraviesan toda la producción de Legórburu. Aquí, consecuente como solía serlo, recurre a uno de los rasgos más consuetudinarios de su ejercicio: la fachada fuerte, profunda y celosamente modulada, usada en otros proyectos, certera apreciación que hacen Gómez y Sánchez Taffur. También apela al uso fuerte y limpio de la geometría desde el punto de vista compositivo que facilita la correcta percepción de la forma, “tal vez pensada … para resistir con solvencia tanto el castigo del tiempo como las intervenciones o modificaciones que, como es natural, van apareciendo gradualmente”.

9. Izquierda arriba: Detalle de la fachada sur. Izquierda abajo: Hall de ascensores. Centro: Fachada este. Derecha: Vista noroeste desde la avenida Francisco de Miranda.

“Definido por una gruesa y elaborada armadura termodinámica pensada en sus cuatro costados para protegernos de las exigentes condiciones ambientales del trópico y, también (si consideramos que la escalera principal al sur de la torre es absolutamente abierta), para coexistir sin tantos prejuicios con él”, como expresan Gómez y Sánchez Taffur, el Banco del Orinoco da así un paso al frente como manifestación de la que puede considerarse como la preocupación más importante dentro de la arquitectura de Legóburu.

Los autores del recomendable libro que hasta aquí nos ha acompañado, cierran diciendo sobre el edificio, ante la tentación de considerarlo como un hito y no como un eslabón dentro de una cadena que “…de una u otra forma, Legórburu va y viene sobre sí mismo, lo que … es también una forma tácita y respetable de decirnos que tal vez no estaba muy interesado en concebir hitos, sino en cuidar la consistencia general de su obra”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 5, 6, 7, 8 y 9. Revista ESPACIO, nº 3, 1988

1 y 2. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. PHAIDON (https://www.phaidon.com/agenda/architecture/articles/2019/october/24/ezra-stoller-s-modern-america-the-seagram-building/) ; y Sobrearquitecturas (https://sobrearquitecturas.wordpress.com/2014/06/17/el-lever-house-de-gordon-bunshaft/)

4. José Humberto Gómez y Víctor Sánchez Taffur. Gustavo Legórburu y la conciencia del lugar (2023)

¿SABÍA USTED…

…que en 2010 es inaugurada la Plaza Los Palos Grandes?

1. Plaza Los Palos Grandes. Edwing Otero. 2010. Vista sur-norte.

Cuando se habla de los orígenes de la urbanización Los Palos Grandes hay quienes se remontan al año 1929 cuando, luego de haber estado ocupadas sus tierras por una hacienda propiedad de la familia Ribas, se construye en lo que hoy se corresponde con la Tercera Avenida un eje (primero de tierra y luego pavimentado) que iba del camino que comunicaba Sabana Grande con Petare hasta las faldas del Ávila, convirtiéndose en el primer elemento del trazado que hoy conocemos.

2. Izquierda: 1932. Vista de sur a norte del primer camino construido en Los Palos Grandes (avenida principal), lo que hoy es la Tercera Avenida. Derecha: Club Los Palos Grandes (hoy Centro Catalán de Caracas). Guillermo Salas. 1933.

En el lugar se encontraban sembrados enormes mijaos (Anacardium excelsum), árboles de tronco recto, color claro, y de hasta 3 m de diámetro, que pueden llegar a medir 45 metros de altura, de los cuales se derivará la sonora denominación que se le dio a la urbanización.

Posteriormente, como elemento inmobiliario que buscaba servir para promocionar el futuro desarrollo, se construirá en 1933, al final de aquella avenida principal, el Club Los Palos Grandes (hoy en día sede del Centro Catalán de Caracas), instalación social y recreativa que siguió la pauta establecida por otras urbanizaciones caraqueñas que empezaban a surgir entonces. El proyecto del club, en claro estilo neocolonial, estuvo a cargo del ingeniero Guillermo Salas, quien en 1929 formó parte del equipo que restauró el Panteón Nacional conjuntamente con Manuel Mujica Millán y Edgar Pardo Stolk. Salas, también proyectó y construyó el edificio del Ministerio de Educación entre 1936-1938 (hoy Biblioteca Metropolitana Simón Rodríguez) ubicado en la esquina El Conde; el Cine Continental diseñado con Félix Aguilú en 1936; y remodeló el Nuevo Circo de Caracas en 1944.

3. Izquierda: 1946. Detalle del Plano ESSO de «Caracas y sus alrededores» donde se puede apreciar los trazados de Los Palos Grandes y Altamira totalmente desconectados. Derecha: Aviso de prensa en el que se promueve la venta de parcelas de la urbanización Los Palos Grandes.

Pensada fundamentalmente para albergar viviendas unifamiliares, Los Palos Grandes termina de desarrollarse a partir de la apertura en 1947 de la Carretera del Este (devenida en avenida Francisco de Miranda desde 1954), con la particularidad de no contar ni con aceras ni con espacios públicos a lo largo de las cinco avenidas norte-sur y diez transversales este-oeste que formaron su trazado inicial. Además del clima agradable que poseía, los urbanizadores ofrecían como elementos atractivos a los compradores de las 400 parcelas que la conformarían, la apertura de “nuevas avenidas y calles pavimentadas” y de un “empalme con la bella urbanización Altamira”, “servicio permanente de autobuses” y “agua en abundancia”. No olvidemos que Los Palos Grades está atravesada por las quebradas de Pajaritos y Sebucán que confluyen en La Floresta para luego desembocar en el río Guaire. Tampoco que su suelo está constituido por sedimentos aluvionales con espesores de hasta 320 metros lo que ocasiona, según los geólogos, “problemas de amplificación sísmica”.

4. Imágenes y propaganda del Coney Island de los Palos Grandes ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda cruce con Tercera Avenida de Los Palos Grandes en cuyo terreno se construyó el centro comercial «Canaima» (demolido) y hoy se encuentra la Torre Telefónica o Movistar.
5. Arriba a la izquierda: Centro Petrolero de Caracas, Angelo Di Sapio, 1957, perspectiva aérea. Abajo a la izquierda y derecha: Vistas exteriores del edificio Atlantic.
6. Parque de Cristal. Jimmy Alcock. 1977-1986. Ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda entre la Tercera y Cuarta avenidas de Los Palos Grandes. Intervención con vocación urbana que otorgó a la urbanización por primera vez un espacio público del cual adolecía, claro antecedente de la Plaza Los Palos Grandes.

Más temprano que tarde, la urbanización cambia de zonificación como consecuencia de la aprobación en 1953 del Plano Regulador de Caracas y su correspondiente Ordenanza. Desde entonces las quintas situadas entre la cuarta transversal y la avenida Francisco de Miranda empezarán a ser sustituidas por edificaciones multifamiliares, lo que convertirá Los Palos Grandes en todo un laboratorio cargado de modernidad en el que se comprobarán los efectos de la Ley de Propiedad Horizontal promulgada en 1958 pero puesta a prueba desde algunos años antes. Sin embargo, el aumento considerable de su densidad poblacional tuvo la particularidad de que no estuvo acompañada ni de mejoras en la movilidad peatonal ni de espacios públicos de importancia de los que adolecía desde su creación. En todo caso, cabría señalar la aparición durante la década de los 50 y hasta 1963 del Coney Island, centro de atracciones a escala metropolitana que se ubicó sobre la Francisco de Miranda en el terreno que luego ocupó el Centro Comercial Canaima (Coto y Loperena Arquitectos, 1964, demolido) y ahora la Torre Movistar (primero Telefónica). También valdría la pena resaltar cómo la ordenanza permitió desarrollar sobre el frente de la avenida Miranda usos comerciales, de servicios y de oficinas que dieron pie para que en 1957 Angelo Di Sapio propusiera el Centro Petrolero de Caracas (elemento clave en lo que Henry Vicente calificó como el tercer distrito petrolero de la ciudad), del que sólo se realizó el emblemático edificio Atlantic. Luego vendrían el edificio Mene Grande (Rafael José Larraín Basalo, 1966), el Centro Plaza (Oscar Lupi, 1972-1979), el Parque de Cristal (Jimmy Alcock, 1977-1986) y la Torre Cavendes (Julio Volante, 1978).

7. Izquierda: Ubicación de la Plaza sobre la Tercera Avenida de Los Palos Grandes. Derecha: Planta de techos.
8. Render del proyecto de la Plaza Los Palos Grandes.

Será durante la primera década del siglo XXI cuando, aprovechando una iniciativa de los vecinos de la zona, quienes le habían puesto el ojo a un terreno venido a menos en el que funcionaba una clínica veterinaria en una desvencijada casa, un desorganizado estacionamiento para los clientes de un cercano auto mercado y un pequeño centro comercial de muy escasos locales, rodeado de aceras estrechas y destruidas, que la Dirección de Planeamiento Urbano de la Alcaldía de Chacao con María Fernanda Gómez de Llarena al frente, decida emprender el proyecto de una plaza con estacionamiento subterráneo que le será contratado el año 2008 al arquitecto y profesor Edwing Otero, egresado de la UCV en 1973, con una dilatada y a la vez exitosa trayectoria profesional.

No sabemos si será por casualidad o por cosas del destino, pero el hecho es que la plaza se situará no sólo en su corazón sino justamente sobre el eje a partir del cual se originó la urbanización (la actual 3ª avenida de Los Palos Grandes cruce con la 2ª Transversal), flanqueado hoy cuando desemboca en la Francisco de Miranda por los ya mencionados Parque de Cristal y Torre Telefónica.

9. Dos cortes del proyecto de la plaza.
10. Vista general de la plaza hacia el oeste.

Pese a tratarse de un lote en esquina que no alcanza siquiera un cuarto de la superficie total de la manzana donde se ubica (el cuadrante sureste de la cuadra delimitada por las 2º y 3ª Avenidas y entre la 2ª y 3 Transversales), la escasa superficie fue aprovechada al máximo por Otero logrando una propuesta clara y contundente que, sumada al ansia acumulada por parte de la comunidad de tener un lugar de desahogo, han dotado al lugar de una intensa actividad urbana.

Otero, en la memoria presentada el año 2010 cuando la obra participó en la BAQ, Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito (consultable a través de https://arquitecturapanamericana.com/plaza-los-palos-grandes/nggallery), con relación al problema a enfrentar expone: “Se nos solicitó en esencia resolver un estacionamiento en sótanos, una plaza que lo techara y algunos servicios sin programa definido. La vecina presencia de lo que sería la sede de Salud-Chacao en la urbanización Los Palos Grandes, planteó además la conveniente integración”.

El planteamiento que en todo momento, según palabras de Otero, buscó “ser honesto con el lugar”, contempló la importancia de resolver la esquina (condición poco frecuente en las plazas presentes en el paisaje urbano caraqueño) y de incorporar los linderos (norte y oeste) como parte de la conformación del espacio vacío y como recurso para garantizar la ventilación del estacionamiento. Así, el borde oeste, complementado con el edificio de Salud Chacao de Alberto Manrique (2007), se plantea como “un paseo elevado con vegetación sembrada en una amplia jardinera cuyo perfil en ‘V’ facilita la entrada de aire fresco al sótano”, donde un mural del artista plástico y arquitecto Miguel Acosta se asoma sobre el nivel plaza surgiendo desde el estacionamiento. Por su parte, para el lindero norte, al que conduce el paseo elevado, se propuso un edificio estrecho compuesto por una biblioteca para adultos (la Eugenio Montejo) a nivel con el paseo, un cafetín, sanitarios, una biblioteca infantil (ludoteca) y el espacio para la colección Herrera Luque a nivel con la plaza y, en los niveles de sótano, espacios de oficina para la Fundación Cultural Chacao.

11. Diversas tomas de la plaza y de algunos de sus detalles.

La resolución de los dos niveles del estacionamiento subterráneo se convirtió en un reto que debía garantizar tanto su propio funcionamiento como la constitución del piso de la plaza. De allí que se asumiera una trama en concreto armado con intercolumnios cada 8,40 metros a la que se asocia otra trama modular de 0,60 metros que permitirá disciplinar la totalidad del proyecto. Así, según Otero, “la distribución del estacionamiento con entrepisos de tres metros de alto descendiendo a medio nivel, produce al ser cubiertos con una placa horizontal, espacios de cuatro metros y medio en el primer tramo. Se aprovecha esta circunstancia para la creación de poncheras útiles que producen materos de gran capacidad permitiendo sembrar vegetación en la propia plaza y la creación de un ‘Espejo de Agua’ de gran dimensión que colocado paralelo al lindero Este refresca el ambiente y delimita a la plaza”. También, en un alarde de aprovechamiento al máximo de la superficie a diseñar se logró la incorporación de un área de anfiteatro a cielo abierto. En total la plaza tiene un área de construcción de 2983,39 m2, 581,68 m2 la biblioteca y áreas de circulación y 5012,42 m2 los estacionamientos.

12. Otras dos vistas de la Plaza Los Palos Grandes. Una de sur a norte (izquierda) y otra de norte a sur (derecha)
13. Piñón y Viaplana. Plaza de Sants, Barcelona, España (1981-1983).

Son dos las cubiertas presentes en el espacio: una sólida en concreto armado perteneciente a la biblioteca que se separa del cuerpo del edificio “con volados que se afinan hacia sus extremos y aligeran su peso visual”, dirá María Isabel Peña en la nota dedicada al espacio público aparecida en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015); y otra ligera y etérea que ocupa el espacio central que “como un baldaquino hace referencia a estructuras marinas, tensadas en sus cuatro columnas de apoyo, combinadas con superficies tensiles, amarradas como velas en un nivel de menor altura”. En este sentido y en cuanto a la capacidad de desmaterializarse yendo de lo sólido a lo etéreo, el techo formulado por Otero remite indefectiblemente a la propuesta realizada por Piñón y Viaplana (con la colaboración de Enric Miralles), para la plaza ubicada frente a la estación de Sants en Barcelona, España (1981-1983).

14. La vitalidad urbana de la Plaza Los Palos Grandes.

Con el transcurrir de los años, superado el trauma causado por el terremoto de 1967, Los Palos Grandes, como bien apunta Faitha Nahmens Larrazábal en “La democracia, clorofila de Los Palos Grandes” artículo publicado en eneltapete.com el 5 de junio de 2019 con motivo de la celebración de los 90 años de la urbanización, se ha convertido en “lugar común de buena vecindad, acogedora sala de estar de 21.320 habitantes (que) detenta entre sus encantos ser un vecindario devenido cofradía. Inmigrantes europeos —polacos, checos, españoles, italianos— integrados a los nativos del valle han conformado una comunidad cohesionada de gentes comprometidas con esa escenografía que celan tanto, devenida el Soho caraqueño. (…) Habitada en abrumadora mayoría por profesionales y profesores universitarios cuenta más que con pobladores con convencidos defensores de las mejores causas ciudadanas. Como el derecho a ser flaneur. Es así como se empeñaron hace 30 años en tener aceras, no acequias, y lo lograron. Y es así como cerraron filas para impedir que la fachada de singulares aleros del edificio Atlantic, trazo del napolitano Angelo Di Sapio, fuera destruida; ahora la construcción es bien patrimonial de arquitectura. Y así mismo es como hicieron realidad el sueño de tener un ágora propia: la Plaza de Los Palos Grandes. Que no es cualquier plaza”.

15. Los Palos Grandes sirve como ejemplo de un barrio que cumple con las condiciones de
la «ciudad de 15 minutos».

Los Palos Grandes dentro de Caracas se constituye en un claro ejemplo de lo que hoy se conoce como “la ciudad de 15 minutos”, un sector donde se puede encontrar lo necesario a 15 minutos del hogar moviéndose a pie o en bicicleta, propuesta que nace dando respuesta al problema del cambio climático, ofreciendo una disminución de los desplazamientos forzados en las ciudades actuales. De este modo se crea una accesibilidad a los servicios necesarios sin tener ni siquiera que coger el transporte público. Es decir, se trata de configurar microciudades autosuficientes dentro de la gran ciudad.

Es en este marco que los planteamientos por convertir la Tercera Avenida en un bulevar que permita alargar la energía que emana la plaza desde la Francisco de Miranda hasta El Ávila o la puesta en práctica del Plan de Ordenamiento Urbano Local para el sector permiten vislumbrar para Los Palos Grandes un futuro dentro del cual bien valdría la pena ir incorporando espacios públicos de la calidad de la plaza que hoy nos ha ocupado.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.eluniversal.com/caracas/42017/celebran-90-anos-de-la-urbanizacion-los-palos-grandes

2. http://mariafsigillo.blogspot.com/2011/05/los-palos-grandes.html

3. http://guiaccs.com/planos/petroleo-automovil-y-turismo/ y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

4 y 5. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

6. https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1636774419871230/3215974458617877/?type=3

7. Google Earth y http://guiaccs.com/obras/plaza-los-palos-grandes/

8 y 9. https://arquitecturapanamericana.com/plaza-los-palos-grandes/

10. https://www.eluniversal.com/caracas/44840/los-palos-grandes-un-ejemplo-vecinal

11. https://arquitecturapanamericana.com/plaza-los-palos-grandes/, http://zona-arquitectura.blogspot.com/2014/08/plaza-los-palos-grandescaracas.html y https://es.foursquare.com/v/plaza-los-palos-grandes/4c703370344437047267235f

12. http://zona-arquitectura.blogspot.com/2014/08/plaza-los-palos-grandescaracas.html y https://www.minube.com/rincon/plaza-los-palos-grandes-a3616873#gallery-modal

13. https://joshua79bcn.wordpress.com/sants-estacio/ y https://veredes.es/blog/tres-arquitecturas-viaplana-pinon/

14. http://paisaje-bitacora.blogspot.com/2010/08/plaza-los-palos-grandes-caracas.html

15. https://www.cosasdearquitectos.com/2020/08/ciudad-de-15-minutos/ y https://urbanamente.elmundo.es/que-es-la-ciudad-de-los-15-minutos

1957• Quinta Mirtha

1957• La empresa Arinco, C.A. (Arquitectura-Ingeniería-Construcción, C.A.), integrada por Jan Gorecki (1914-2019) arquitecto graduado en la Universidad Técnica de Varsovia en 1939, quien revalido su título en la FAU UCV -promoción 12B/ 1962 y el ingeniero civil Samuel Zabner (1922-2011) graduado en la FI UCV en 1948, concluyen el diseño y construcción para el señor J. Carrillo La Roche, de la Quinta Mirtha, ubicada en calle Alfredo Jahn, entre la 5ta y 6ta transversal de la urbanización Los Palos Grandes, Caracas.
La quinta, de tres niveles, fue edificada en un terreno de forma irregular. En el nivel inferior, un sótano, se situó un garage para tres automóviles con acceso directo desde la av. Jahn; adicionalmente esta planta tiene dos habitaciones de servicio compartiendo un baño, el lavandero, un amplio patio de servicio y una escalera que conduce a la cocina en el nivel superior. Hay un jardín de forma triangular al sur de la parcela a la que solo se le puede llegar desde la calle.
A la casa se le ingresa a través de una suave rampa que llega a su acceso principal, luego a un hall, suerte de espacio que distribuye a una biblioteca, la cocina, la sala, un baño auxiliar y al comedor, el cual está protegido visualmente por un tabique. Al fondo, el arquitecto ubicó un estar familiar con un bar y una terraza cubierta, rodeada de un área verde.
En el nivel superior hay un estar y cuatro habitaciones. Tres de ellas con baño incorporado. La principal, con orientación oeste, tiene una pequeña terraza cubierta que busca mitigar el sol de la tarde.
Los techos de la casa son a dos aguas, cubiertos con teja española.
La quinta se encuentra hoy día muy bien conservada.

HVH

INTERCAMBIOS PRODUCTIVOS

1. Portada del folleto de promoción para la venta en propiedad horizontal del edificio «Excelsior», ubicado frente a la plaza Altamira (1956).

Desde hace más de dos años hemos guardado en los archivos de la Fundación una valiosa información proveniente del intercambio con algunos de nuestros asiduos lectores que hoy hemos decidido compartir.

El punto de partida fue el envío por parte de nuestro querido amigo, el arquitecto Álvaro Rodríguez Muir, del folleto que el año 1956 promocionaba la venta del edificio “Excelsior”, ubicado en la Plaza Altamira, donde hoy funciona OFC Proyectos C.A., empresa de la que Álvaro es uno de los socios-gerentes.

A raíz del aporte inicial realizado y con el objeto de obtener la mayor cantidad de información posible que complementara la ofrecida por el dossier promocional, nos comunicamos el domingo 29 de marzo de 2020 con otro entusiasta seguidor de estas páginas, el también arquitecto e investigador Orlando Marín Castañeda, de quien sabíamos estaba realizando un meticuloso trabajo de indagación acerca de los edificios realizados en el Municipio Chacao en la década de 1950, a partir de información obtenida directamente de los archivos de la Ingeniería Municipal y de los reportes que periódicamente aparecían en la revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela. La idea no era otra que la de saber la identidad del profesional que había proyectado el “Excelsior” y obtener de su parte algún dato adicional.

2. Planta tipo del edificio «Excelsior» donde se muestran los cinco tipos distintos de
apartamentos que posee en cada nivel.

Siempre atento y generoso, el día siguiente (30 de marzo de 2020), Orlando nos respondió literalmente en los siguientes términos, los cuales no tienen desperdicio:

“Estimados amigos de la FAC:

Muchísimas gracias por el documento que me envían. Efectivamente, junto con el equipo de Arquitour Chacao he tratado de documentar en la Ingeniería Municipal los edificios que se encuentran en el municipio y, en particular, en los alrededores de la Plaza Altamira.

Sobre el “Excelsior”, aparece bajo el permiso municipal N°9.286 del 23/12/1955, a nombre del ingeniero Manuel Fernando Mejías. El propietario, la «Promotora Horizontal Financiera Inmobiliaria C.A.», PRHO-FIN-CA, y el Dr. Giovanni Galantei como representante. En el expediente también aparece el nombre de Atilio E. Molteni como gerente general. El estudio de suelos lo hizo la empresa «López y Valles Rodas-LOPVALCA», con el ingeniero Eudoro López. El rótulo de los planos (supongo que como oficina encargada de hacer el proyecto) está encabezado por las siglas «E.T.S.A.», que gracias a su folleto me entero que significa «Edificadora Técnica S.A». El proyecto fue elaborado en noviembre de 1955. La habitabilidad se otorgó en noviembre de 1956.

Sobre el ingeniero Mejías, he encontrado que se graduó como Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas en la UCV en el año 1934 y se dedicó toda su vida al tema hidráulico y el saneamiento ambiental. Incluso en el propio año 1956 era consultor técnico del Dpto. de Estudios y Proyectos del INOS, cargo que aún conservaba a finales de 1960, según he podido revisar en varios textos por internet. Su nombre sólo lo he visto en un solo permiso de construcción adicional, de 1955, por lo que creo que no participó directamente en el proyecto de arquitectura del edificio (acaso en el cálculo de estructuras y/o instalaciones).

Por los nombres de los representantes de PRHO-FIN-CA, pareciera que se trata de un grupo de italianos el que promovió la obra, aunque en el año 1957 aparece como presidente de la empresa un venezolano, Henrique Eduardo González Gragirena, justo cuando ésta era acusada de ser propiedad del exdictador de Argentina Juan Domingo Perón (ver cronología comentada anexa).

Tengo que revisar nuevamente los planos del “Excelsior” que están en la Ingeniería Municipal. Viendo la expresión gráfica que aparecen en la planta incluida en el folleto (en particular la textura de rectángulos de los corredores y las plantillas de las piezas de «bidet» de los baños). parece haber sido producida por el mismo (o mismos) diseñador(es) integrante(s) luego, entre los años 1956-57, de la «Oficina Técnica Iriarte y Arquitectos Asociados», encabezada por el ingeniero Luis Eduardo Iriarte Sánchez (ULA, 1950), de quien he documentado varios edificios en Los Palos Grandes (Res. «María Laya», y Res. «Imperio») y Bello Campo (Edf. «Mara»). De estos «Arquitectos Asociados» tampoco hay rastros en los planos que he revisado. Los clientes de esta Oficina eran siempre italianos, y presumo que estos arquitectos también lo eran.

3. El edificio «Excelsior» en los años 1960.

De interés es la presencia de la «fachada libre» y las «ventanas corridas» en las fachadas del “Excelsior”, utilizando planchas de vidrio y cerámicas mate en los antepechos. En la Plaza Altamira, el primer edificio que hizo esto fue el «May Flower» (1954-55), ubicado justo al lado Sur, y cuyo promotor fue un tal Josep W. Ferenc, propietario de la constructora «Feran C.A», quien también figura como proyectista, aunque el permiso fue otorgado al ingeniero húngaro Andre Reti (reválida UCV, 1954). También el edificio «Mónaco», de Beckhoff (1955-57) utiliza este tipo de acabado en las fachadas.

Me llama la atención el sistema de ventas en propiedad horizontal, cuando aún no existía la ley que reguló este tipo de ventas. También se hizo lo mismo con el edificio «Mónaco». En otro correo les enviaré (si no lo tienen) el «dossier» usado para la venta del «Mónaco», un instrumento de venta que veo se usó simultáneamente en el «Excelsior».

Saludos y seguimos ‘en Contacto’ !

Orlando”

4. Decreto nº 365 del 15 de septiembre de 1958 y su publicación en la Gaceta Oficial como Ley de Propiedad Horizontal.

La muy completa información enviada por Orlando, a la que sólo cabría añadir que el edificio “May Flower”, por él indicado, le es atribuido también a Federico Beckhoff y Klaus Heufer (según la curaduría hecha por Rafael Pereira para la exposición realizada en los espacios del Centro Cultural BOD a finales de julio de 2014 dedicada al segundo), no solo colmó nuestras aspiraciones sino que se vio complementada, como se señala, con el dossier del edificio Mónaco de Beckhoff, permitiéndonos detectar que este mecanismo empezaba a convertirse en importante instrumento que sería utilizado por los promotores de inmuebles durante una época en la que comenzaba a despuntar la venta en “propiedad horizontal” dirigida al “segmento” muy particular de los potenciales compradores de apartamentos. Para el momento en que se publica el folleto del “Excelsior”, ya se manejaba abiertamente la venta bajo dicha modalidad cuyo primer paso quedó oficialmente registrado en la denominada “Ley de Propiedad de Apartamientos” del 17 de junio de 1957, que se proponía completar las escasas disposiciones del Código Civil sobre la materia, y terminaría de perfeccionarse con la aprobación por Decreto de la Junta de Gobierno que se instauró a raíz de la caída de Marcos Pérez Jiménez, de fecha 15 de septiembre de 1958, de la “Ley de Propiedad Horizontal”.

5. «Detalles de la construcción» y «Lista de precios» contenidos en el brochure del edificio Excelsior».
6. Parte de la información contenida en el folleto promocional del edificio «Mónaco».

Los folletos que se preparaban, de los cuales tanto el del “Excelsior” como el del “Mónaco” son una clara muestra, estaban por lo general encabezados por una impactante perspectiva o fotografía del edificio en cuestión junto a los datos fundamentales de la inmobiliaria encargada de vender los apartamentos y, a veces, detalles de la localización dentro de la ciudad y de la urbanización a la que pertenecían. Luego aparecían los “Detalles y características de la construcción” en las que se mencionaban las empresas y equipos profesionales participantes, la calidad de los materiales utilizados y de los acabados empleados en los diferentes ambientes públicos y privados junto a las especificaciones de los mismos, sin dejar de lado el resaltar las ventajas competitivas con otros inmuebles de similares rasgos. Otro aspecto interesante de la publicación era la presentación de los diversos tipos de apartamentos que se ofrecían, que en el caso del” Excelsior” era de cinco por cada planta tipo y en el del Mónaco llegaron a ser hasta de 11 modelos diferentes distribuidos en los tres cuerpos o bloques del edificio. Una de las informaciones de mayor interés para el potencial comprador la constituía la presencia de cuadros con la lista de precios de cada unidad de vivienda en función de la superficie, ofreciéndose en cada caso los correspondientes planes de pago que podían estar acompañados, como en el caso del “Excelsior”, de la firma, junto al contrato de compra-venta, de un seguro de vida que permitiría cubrir, en caso de fallecimiento del propietario, la totalidad de las cuotas pendientes con la inmobiliaria y así dejarle a la familia un lugar donde vivir libre de deudas.

En una nota posterior del 18 de octubre de 2020, Orlando Marín nos precisaría lo siguiente, cuando nos enviara una “Cronología comentada” y un documento en PowerPoint como apoyo, con relación al edificio “Excelsior”:

7. Información extraída del Power Point enviado por Orlando Marín, complementaria a la aportada para el edificio «Excelsior», y que forma parte de su trabajo de investigación sobre edificaciones del Municipio Chacao de la década de 1950.

“Por lo que veo, el edificio fue contratado por promotores argentinos, quienes al final trataron de desvincularse al ser relacionados públicamente con el exdictador Perón.

Como les comenté antes, por la expresión que tienen los planos del folleto que ustedes me enviaron (textura de pisos en corredores con trama rectangular; plantilla de piezas sanitarias y de mobiliario; relleno en negro de paredes), junto con el estilo de caligrafía de los rótulos (en particular la letra “T” estirada siempre hacia abajo y la expresión “Los Palos Grande” [sin la “S al final de la última palabra] al señalar esta urbanización, que podría denotar una dificultad en el manejo del idioma castellano), y la eventual inclusión de muy buenas perspectivas en algunos expedientes (aunque aparentemente hechas «al ojo»), me parece que el edf. “Excelsior” ha sido proyectado por el mismo autor del edificio “Mara” de la urb. Bello Campo (Oficina Técnica Iriarte y Arquitectos Asociados-I.A.C., 1956) y los edificios “María Laya” (Oficina Técnica Iriarte y Arquitectos Asociados-I.A.C., 1956), «San Gabriel» (ing. Eduardo García Coll (anteproyecto) / Ing. Conrado Knierim (proyecto), 1957) y «Texas» (AIC-ing. Eduardo García Coll) estos últimos en la urb. Los Palos Grandes. Este proyectista anónimo, probablemente italiano (al considerar la nacionalidad de casi todos los clientes involucrados) habría trabajado bajo la sombra de los ingenieros mencionados. En anexo algunos planos recopilados para la investigación, para que también puedan hacer la comparación”.

“Revisando el material enviado no es difícil percatarse del valor que puede adquirir esta manera de documentar la arquitectura, cuando haciendo ‘arqueología’ en los registros municipales, aflora información y nombres que jamás habíamos escuchado, pero que están detrás de edificios conocidísimos e incluso piezas admirables”, nos comentaría Álvaro Rodríguez al recibir de vuelta lo que Marín nos preparara.

A Orlando Marín, quien ya había colaborado con esta página aportando valiosa información relacionada con el edificio Philips de Colinas de Bello Monte y su proyectista, el arquitecto Santiago Goiri, para el Contacto FAC 250 del 14 de noviembre de 2021, nuestras más expresivas gracias por su desprendimiento y estimulante labor. Con la publicación de buena parte de lo que nos enviara esperamos retribuirle aunque sea en una mínima proporción su desprendimiento y colaboración en medio de la investigación que lleva adelante. A Álvaro Rodríguez otro tanto por ofrecernos el detonante necesario para la elaboración de esta nota que bien podía haber sido encabezada por un ¿Sabía usted…?

ACA

Procedenia de las imágenes

1, 2 y 5. Folleto que el año 1956 promocionaba la venta del edificio “Excelsior”, plaza Altamira. Cortesía de Álvaro Rodríguez Muir.

3. Cortesía de Álvaro Rodríguez Muir.

4. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

6. Folleto que en los años 1950’s promocionaba la venta del edificio “Mónaco”, plaza Altamira. Cortesía de Orlando Marín Castañeda.

7. Cortesía de Orlando Marín Castañeda.