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TAL DÍA COMO HOY…

… 29 de agosto, falleció en 1780 el arquitecto francés Jacques-Germain Soufflot, nació en 1910 el arquitecto uruguayo Luis García Pardo y en 1993 apareció otra entrega de la página de arquitectura y diseño en El Diario de Caracas.

Entrar a revisar lo acontecido el 29 de agosto, “Día Internacional contra los ensayos nucleares”, fecha en que se celebra el martirio de San Juan Bautista y en que por esas casualidades de la vida nace en 1915 y muere en 1982 la célebre actriz sueca Ingrid Bergman, permite ponernos en contacto de manera azarosa con tres asuntos relacionados con temas que nos interesan.

1. Jacques-Germain Soufflot por Louis-Michel van Loo, Musée du Louvre

En primer lugar, hemos detectado que un día como hoy del año 1780 fallece en París Jacques-Germain Soufflot, quien es considerado el principal representante del estilo neoclásico durante el reinado de Luis XVI.

Soufflot, según vamos repasando diversos portales en los que se presenta su biografía, había nacido en 1713 en Irancy, localidad y comuna francesa situada en la región de Borgoña, departamento de Yonne, en el distrito de Auxerre y cantón de Coulanges-la-Vineuse, fue un afamado autodidacta.

Tras haber dejado el hogar a la edad de 19 años, contra el consejo de sus padres, asistió a la Academia Francesa en Roma ubicada en la Villa Medicis entre 1731 y 1738, donde también estudió los monumentos clásicos, así como la arquitectura renacentista de diseñadores como Andrea Palladio (1508-80), y ejemplos de la arquitectura barroca italiana como la Basílica de San Pedro (1506-1626).

2. Jacques-Germain Soufflot. Izquierda: Hôtel-Dieu (fachada), Lyon, 1761. Derecha: Temple du Change, Lyon, 1750
3. Jacques-Germain Soufflot & Ange-Jacques Gabriel. Hôtel de la Marine, Paris (1775)

En 1738 Soufflot dejó Roma y regresó a Lyon, donde comenzó a ejercer como arquitecto. En https://www.britannica.com/biography/Jacques-Germain-Soufflot se señala: “La simplicidad, la amplitud y los detalles clásicos arqueológicamente precisos de las principales obras de su período de Lyon, la ampliación del Hôtel-Dieu (comenzada en 1741) y el Loge des Changes (1751-1752), presagiaron el movimiento del gusto francés del Rococó hacia el neoclasicismo”. En 1752 Soufflot fue elegido miembro de la Academia de Lyon.

De https://www.urbipedia.org/hoja/Jacques-Germain_Soufflot rescatamos que “En 1747, Soufflot presentó una memoria sobre la arquitectura gótica, tema que contaba con pocos adeptos en la época. Hizo luego un nuevo viaje a Italia en compañía de Abel-François Poisson de Vandières, marqués de Marigny y después volvió a Lyon, en 1751, para realizar el teatro del barrio de Saint-Clair. Se estableció definitivamente en París en 1754, a petición de Marigny, convertido en su protector, que le confió la construcción de su palacete particular (destruido)”.

Designado intendente general de las obras de la corona, el Marqués de Marigny nombró a Soufflot ‘Contrôleur des bâtiments du Roi’ y lo hizo admitir en la primera clase de la ‘Académie royale d’arquitecture’ de París. Además fue distinguido como caballero de la orden de Saint-Michel y fue nombrado director de la Fábrica de los Gobelinos. “Soufflot -según http://www.urbipedia.org- fue igualmente convocado a reflexionar sobre la renovación del Louvre y formuló algunas propuestas que no tuvo tiempo de poner en práctica”.

4. Primer proyecto para la iglesia de Sainte-Geneviève (1756)

A Soufflot el Marqués de Marigny le confía en 1755 el diseño de la que estaba destinada a ser la iglesia principal de París: Sainte-Geneviève. Ubicada en la cima de una colina cercana al palacio de Luxemburgo en el corazón del Barrio Latino, el primer proyecto de la edificación data de 1756. En 1764 se terminó la cripta y desde entonces hasta su muerte en 1780, mientras se construía, el arquitecto no dejó de modificar y perfeccionar su proyecto el cual fue terminado por Jean-Baptiste Rondelet y Maximilien Brébion en 1790 ya en tiempos de la Revolución. Al ser abolida la religión y tras ser proclamado santuario laico de la nación por la Asamblea Legislativa, el edificio fue remodelado entre 1791 y 1793 por Quatremère de Quincy suprimiéndose los campanarios, momento en que adquiere su aspecto actual rebautizándose a partir de entonces como El Panteón.

5. El Panteón, París (1756-1790)
6. El Panteón, París. Vista interior

En http://www.visual-arts-cork.com/architecture/soufflot-jacques-germain.htm encontramos que “La característica más resaltante del Panteón es su cúpula de 272 pies de alto, basada en la de la Catedral de San Pablo, diseñada por Christopher Wren (1632-1723). También destaca … el plano de planta de cruz griega (360 pies de largo por 279 pies de ancho), mientras que su estricto diseño neoclásico está ejemplificado por el frente del templo corintio (basado en el Panteón de Roma). En el interior, la idea básica de Soufflot era combinar una bóveda clásica monumental con esbeltos soportes de estilo gótico y columnas corintias”. Las esbeltas columnas independientes resultaron inadecuadas para soportar la cúpula del edificio, que finalmente tuvo que ser reforzada.

El Panteón, que desde 1793 fue objeto de diversas intervenciones y cambios de uso hasta consolidar su función de mausoleo de los héroes civiles, es el lugar donde reposan junto a los restos del propio Soufflot (trasladados en 1829), los de “Voltaire, Jean-Jacques Rousseau, Victor Hugo, Sadi Carnot, Émile Zola, Jean Jaurès, Jean Moulin, Jean Monnet, Pierre y Marie Curie, André Malraux o incluso Alexandre Dumas, que hizo su entrada en 2002”, información que extraemos de https://es.wikipedia.org/wiki/Panteón_de_París.

7. Arq. Luis García Pardo (1910-2006)

En segundo lugar, dando un salto hacia nuestro continente, también un 29 de agosto pero de 1910 nace en Montevideo, Luis García Pardo (f. 2006) considerado uno de los arquitectos que forjaron nuevos caminos en la arquitectura uruguaya del siglo XX.

De la “Síntesis biográfica” publicada en el catálogo de la exposición “LUIS GARCÍA PARDO” realizada bajo la responsabilidad de Santiago Medero y el IHA (Instituto de Historia de la Arquitectura. Facultad de Arquitectura. Universidad de la República), se desprende los siguiente: “Proveniente de una familia de clase media de origen español, su infancia transcurrió en el barrio montevideano de Colón. Su formación inicial incluyó estudios en dibujo, litografía y grabado. Posteriormente estudió meteorología y astronomía, obteniendo los respectivos títulos en 1931 y 1934”.

García Pardo inicia sus estudios en 1930 en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República obteniendo el grado en 1941, destacando entre sus profesores los arquitectos Rius y Carré. En el transcurso de su formación convive una enseñanza clásica con los nuevos valores de la modernidad. “Como estudiante se destacó en las materias de proyecto, composición decorativa, historia y construcción. Su vida universitaria continuó como docente titular de la cátedra de Acondicionamiento Físico de los Edificios y de Acústica aplicada al Urbanismo y a la Arquitectura, disciplina esta última en la que fue pionero a nivel local y regional. Simultáneamente ejerció la docencia en educación secundaria como profesor de Astronomía, Geografía y Geometría y trabajó como meteorólogo y astrónomo en institutos y observatorios de Montevideo”, acotará Medero.

Integra García Pardo junto a Raúl Sichero, Ildefonso Aroztegui, Mario Payssé Reyes y otros colegas uruguayos una generación que se destaca por la introducción de los fundamentos de la arquitectura moderna a través de edificios de una elevada calidad arquitectónica. Su producción y sus intereses abarcaron el proyecto arquitectónico en todas las escalas, la investigación en técnicas constructivas, las artes plásticas y el estudio de diversas disciplinas científicas.

Tras manejar en sus primeras obras durante la década de 1940, al igual que ocurría con otros importantes arquitectos latinoamericanos, “una heterogénea y poco ortodoxa suma de fuentes de inspiración”, los proyectos de García Pardo “a partir de 1948-1949, … comienzan a denotar un alejamiento de la heterodoxia estilística y un acercamiento más decidido a las premisas de la arquitectura moderna internacional. La arquitectura brasileña jugó un papel importante en este sentido: la obra de Niemeyer en Pampulha, los edificios de Reidy y Rino Levi. La década de 1950 fue una etapa fructífera tanto en términos de producción como de logros arquitectónicos. En una nueva sociedad, con el entonces joven arquitecto Adolfo Sommer Smith, realizó los edificios de viviendas en altura Gilpe (1953), Guanabara (1954), El Pilar (1957) y Positano (1957), obras de gran interés por sus búsquedas espaciales, estructurales y materiales”.

8. Luis García Pardo. Izquierda: edificio Gilpe, Montevideo (1953). Derecha: edificio Guanabara, Montevideo (1954)
9. Luis García Pardo. Izquierda: edificio El Pilar, Montevideo (1956). Derecha: edificio Chiloé, Montevideo (1958)
10. Luis García Pardo. Izquierda: edificio Positano, Montevideo (1959). Derecha: edificio Iporá, Montevideo (1963)

Diego López de Haro, quien estudió la obra de García Pardo para elaborar la Tesis Doctoral presentada en diciembre de 2016 en la UPC de Barcelona titulada “Luis García Pardo (1953-1963): el proyecto como revelación”, dirigida por Helio Pinón y Cristina Gastón, apunta: “Conforme avanza la década del 50, la arquitectura de García Pardo progresa en abstracción para finalmente en 1953, afrontar un encargo de edificio de viviendas asumiendo plenamente los valores de la modernidad. A partir de entonces y durante una década, su obra se asentará en el encuentro de la sistematicidad propiciada por la modernidad y la singularidad de las condiciones en que emerge. El marco cronológico queda determinado por un decenio, limitado en sus comienzos por el Edificio Gilpe (Montevideo 1953) y terminado con el edificio Iporá (Montevideo, 1963) último edificio de viviendas construido por García Pardo en Montevideo”. Y continúa: “El proyecto supone en su caso, un proceso de síntesis, ligado tanto a sus condiciones físicas como al programa, comprendiendo así una lógica distinta en cada caso. La arquitectura moderna rara vez cuenta con una formulación que establezca con claridad un ámbito capaz de determinar el planteamiento del proyecto, el programa por si solo es incapaz de sugerir la propuesta, de manera que es el proyecto la instancia que establece los términos de la solución. Dicho de otro modo, el proyecto de arquitectura no se ajusta a un esquema, según el cual, a partir de una definición objetiva del problema, se elabora una solución racional por parte del autor: en arquitectura, es el proyecto quien revela la naturaleza del problema, en la medida que da lugar a una situación que antes no existía. Los criterios de proyecto encuentran estímulo en la técnica o el programa, pero en modo alguno son capaces de prefigurarlo”.

García Pardo tuvo también a su cargo durante un año un Taller de Anteproyectos y Proyectos de Arquitectura en 1952. Ejerció la docencia en otros países, dictó cursos y conferencias sobre arte, acústica y sistemas de prefabricación de vivienda en Facultades de Arquitectura en varias ciudades de Latinoamérica.

En 1973, tras el ofrecimiento de una empresa privada, se radicó en Brasil para trabajar como arquitecto y asesor en acústica, y a su regreso a Uruguay una década después continuó con sus estudios sobre vivienda industrializada. “En este marco, promovió el sistema Predes para su uso en el Programa de Integración de Asentamientos Irregulares y colaboró activamente con la fundación española ‘Rafael Leoz’ ”, señalará Medero.

García Pardo, quien vivió hasta los 95 años, “durante la década de los noventa continuó trabajando en diversos proyectos arquitectónicos y urbanísticos y se presentó a diversos concursos de arquitectura”. A lo largo de su fructífera carrera desarrolló proyectos de arquitectura doméstica y religiosa, integrando el arte en sus edificios, dándole importancia a la estructura y el espacio, la racionalización y la vivienda económica. Se esforzó en implementar estructuras novedosas para resolver nuevas situaciones.

Tras su fallecimiento la familia realizó una donación de material perteneciente al arquitecto al Instituto de Historia de la Arquitectura de la Universidad de la República en el año 2007.

11. Página de arquitectura y diseño de El Diario de Caracas del 29 de agosto de 1993

Para cerrar este repaso por lo acontecido el 29 de agosto añadiremos, como tercer asunto, que por estas fechas del año 1993 en nuestro país se discutía la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural y, con ello como excusa, Oscar Tenreiro clama el 29 de agosto desde la página de arquitectura de El Diario de Caracas que compartía con Farruco Sesto, en el artículo “Respetar a los muertos”, por recuperar el Cementerio General del Sur conminando al entonces alcalde del Municipio Libertador, Aristóbulo Istúriz, a que “ponga en marcha un ambicioso plan de rescate para un monumento esencial en cualquier gran ciudad”, remitiendo a las fotografías aparecidas del Cementerio de Igualada de Enric Mirales y Carme Pinós en el libro de  Klaus Kinold titulado Bauen Beton (Construir en hormigón), señalándolo claro ejemplo de dignificación de dicho uso en la actualidad.

Con “Un triste General en el Sur” y “El Cementerio como problema” Tenreiro y Sesto, respectivamente, retomarán una semana después el debate sobre el tema que finalmente, aunque de manera tibia, producirá la reacción de las autoridades municipales traducida en la convocatoria del Concurso Nacional de Ideas Áreas de Acceso al Cementerio General del Sur que se dio a finales de 1995 resultando ganador Doménico Silvestro.

Con relación a la Ley de Patrimonio, Sesto, en su columna “La Poesía de la Ciudad” aquel mismo día 29 de agosto, relataba una reunión sostenida con el entonces presidente del CONAC, José Antonio Abreu, en la que le solicitó devolver al Congreso el instrumento legal, y le manifestó su oposición a ella por centralista y porque “existe el peligro cierto de que alguien (una persona o un grupo), basado en el poder que le otorgue la ley, imponga una única visión en el tratamiento de los asuntos patrimoniales. Defendimos con ahínco la necesidad del pluralismo cultural en el área”. Cosas veredes.

Abreu, por su parte, afirmando que “puesto que la ley se acoge a la descentralización, el instituto (que se creará y servirá para ejecutarla) podrá regionalizarse a petición de los gobernadores”. También le ofreció a Sesto contemplar los aspectos por los que reclamaba y corregir las imperfecciones de la ley y sus peligros a través del reglamento que la acompañaría. Cabe acotar que la ley apareció finalmente en la Gaceta Oficial del 3 de septiembre por lo que se trataba de un hecho consumado. El Reglamento Parcial nº 1 se publicó el 18 de octubre de 1994 y en realidad no sabemos si satisfizo las aspiraciones de Sesto en cuyas discusiones aparentemente participó “buscando la transparencia que se le negó a la discusión de la ley”.
Desde “NAVE”, tercer componente de la página, Oscar Tenreiro se dedicó a reflexionar sobre el papel de los intelectuales luego de descubrir con asombro la gran cantidad de ellos que se habían suicidado en Portugal a comienzos del siglo XX, llamándole la atención particularmente el caso de Sá Carneiro “gran amigo de Francisco Pessoa”.

En el artículo hay una serie de reflexiones que tienen plena vigencia trasladables a los tiempos que hoy vivimos, en los que han aumentado exponencialmente las circunstancias que entonces se comentaron. Señalaba Tenreiro, luego de subrayar la crisis política y cultural que atravesaba Portugal en la segunda década del siglo XX que condujo a los casos que le impresionaron, cómo “la situación del intelectual en momentos en los que todo apunta hacia la divergencia, el desencuentro, el consenso de la mediocridad”, propia del período que atravesaba nuestro país, permitía extrapolar “la relación crisis-suicidios del Portugal de los años 15 a la Venezuela de los 90, para quedarse mudo ante el inmenso número de suicidas, o de inmolados en batalla, que sería dable esperar en este país de crisis tan amplia y tan aguda” pero donde finalmente no pasaba nada. Y es que para Tenreiro aquí “los intelectuales son otros, tienen que ser otros, porque ante tamaña crisis no es posible que haya tan pocos caídos, para no hablar de suicidios, que ya es demasiado. ¿Pero no hay acaso una fachada intelectual parecida a la que ha habido en lo político, en lo social, en lo sindical y en tantos otros mundos, incluyendo por supuesto al arquitectónico?”.

Tenreiro, sin embargo, aventura una respuesta: «En la Portugal de principios de siglo, como en el resto del mundo, la esfera intelectual estaba claramente separada de la esfera política y social. El poder no usaba a la cultura, en cierta manera la ignoraba…(…)  Hoy, en los 90, el poder coquetea, halaga, se gana, sostiene, a los que se reconocen como representantes de la cultura». La crisis a la que se refiere Tenreiro traería a finales de esa década la llegada al poder de quienes hoy continúan allí llevando al país a una degradación que no tiene parangón con otro momento de nuestra historia. Y aunque las comparaciones son odiosas siempre será posible contraponer aquella crisis a la que hoy nos aqueja, repleta de numerosos caídos y desplazados, para luego determinar con cuál nos quedamos.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado. https://www.pressenza.com/es/2014/08/29-de-agosto-dia-internacional-contra-los-ensayos-nucleares/

1 y 4. https://es.wikipedia.org/wiki/Jacques-Germain_Soufflot

2 y 3. https://www.epdlp.com/arquitecto.php?id=10246

5. https://co.pinterest.com/pujarqmodol/01-santa-genoveva-soufflot/ y https://es.wikipedia.org/wiki/Jacques-Germain_Soufflot

6. https://es.wikipedia.org/wiki/Pante%C3%B3n_de_Par%C3%ADs

7. https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Garc%C3%ADa_Pardo

8, 9 y 10. https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2117/96164/TDLdH1de1.pdf;jsessionid=97F929656D46CE3B2E3A14B0A00A4D05?sequence=1.

11. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad