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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 435

Cuando en 1977 el Comité Olímpico Venezolano presentó ante el Congreso de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), reunido en San Juan de Puerto Rico, la postulación de Caracas como sede de los IX Juegos Deportivos Panamericanos a celebrarse en 1983, tuvo que enfrentarse a las serias aspiraciones que la ciudad de Hamilton (Canadá) también mostró. La exposición hecha y la argumentación esgrimida por la delegación venezolana lograron que los asistentes a la asamblea, luego de una cerrada deliberación, votaran a favor de que fuera nuestro país el que organizara el evento que sigue en jerarquía a los Juegos Olímpicos lo cual, sin duda, lo colocaba ante un reto de gran envergadura, recogiendo el testigo que le entregaba San Juan de Puerto Rico donde se habían montado los VIII Juegos de 1979.

1. 5 de diciembre de 1951. Ceremonia de apertura de los III Juegos Deportivos Bolivarianos en el Estadio Olímpico de la UCV que también abría sus puertas.
2. 1 de julio de 1979. Ceremonia de apertura de los VIII Juegos Deportivos Panamericanos en el Estadio Hiram Bithorn, San Juan, Puerto Rico.

Caracas, que sólo contaba como antecedente en la realización de eventos de esta naturaleza a escala internacional el correspondiente a los III Juegos Deportivos Bolivarianos en 1951, ocasión que sirvió para inaugurar los estadios Olímpico y Universitario de la Universidad Central de Venezuela así como el velódromo Teo Capriles, entendió que se le presentaba una oportunidad de oro para evaluar el estado de sus instalaciones y, a partir de allí, actualizar las que aún ofrecieran posibilidades para lograrlo o, en su defecto, construir las que hicieran falta ajustándose en ambos casos a los estándares exigidos por los organismos internacionales.

3. Logotipo y afiche de los IX Juegos Deportivos Panamericanos, Caracas, 1983.

Le correspondería al gobierno presidido por Luis Herrera Campíns llevar adelante a lo largo de toda su gestión (1979-1983) la planificación, puesta a tono y construcción de la infraestructura requerida, así como organizar toda la logística propia del evento que tendría por eslogan “compromiso de todos”, dejando las decisiones más importantes en manos del Comité Organizador de los Juegos (COPAN’83) presidido por Carlos Lovera Osío.

Es así como, con el año 1983 en mente (que coincidiría con el Bicentenario del natalicio de Simón Bolívar), en 1980 se elaboraron el “Estudio para generar el Plan Estratégico Global de los IX Juegos Deportivos Panamericanos” y el “Estudio sobre el Sistema Urbano Panamericano” que hacían presagiar no sólo la consideración de la dotación correspondiente a las instalaciones deportivas que servirían de escenario, sino también el poder llevar a cabo intervenciones a nivel de la ciudad que las entrelazaran desde una visión totalizadora.

4. Dos de las edificaciones existentes que se reacondicionaron y adaptaron para albergar los IX Juegos Panamericanos. El Gimnasio Cubierto de la UCV (izquierda) y el Poliedro de Caracas (derecha).

Determinadas las instalaciones que serían objeto de actualización, readaptación, reacondicionamiento o reconstrucción y las que serían construidas ex novo, formarían parte del primer grupo: los estadios Olímpico y Universitario de la UCV (el primero sería el lugar donde se llevaría a cabo la inauguración y clausura de los juegos así como las competencias atléticas de pista y campo, y el segundo las de béisbol), el Poliedro de Caracas (baloncesto), el Gimnasio de la Academia Militar (esgrima), el Gimnasio Cubierto de la UCV (gimnasia y tenis de mesa), las canchas del Caracas Sport Club (hockey sobre hierba), el estadio Palo Verde (béisbol), el Gimnasio del Instituto Nacional de Deportes (judo y lucha), el Embalse la Mariposa (remo), las canchas del Altamira Tenis Club (tenis) y el Polígono El Libertador (tiro).

5. Nuevas construcciones realizadas para los IX Juegos Panamericanos. Parque Naciones Unidas: Complejo de piscinas (izquierda) y Gimnasio (derecha).
6. Nuevas construcciones realizadas para los IX Juegos Panamericanos. Estadio Nacional Brígido Iriarte (izquierda) y Gimnasio José Joaquín «Papá» Carrillo -Parque Miranda- (derecha).

El segundo grupo (nuevas construcciones) estaría conformado por: el Gimnasio Parque Naciones Unidas (boxeo), la pista del Velódromo Teo Capriles (ciclismo), las Canchas Fuerte Tiuna (equitación), el Estadio Brígido Iriarte (fútbol), el Gimnasio Vertical IND (levantamiento de pesas y sambo), el Complejo de Piscinas Parque Naciones Unidas (natación, nado sincronizado y clavados), el Estadio Mampote (softbol), el Polígono El Libertador (tiro con arco) y el Gimnasio Parque Miranda (voleibol). A todo ello habría que agregar la construcción de la Villa Panamericana en Guarenas.

7. Los cuatro elementos que conformarían el «Eje Paraíso» del «Sistema Urbano Panamericano». De izquierda a derecha el Velódromo Teo Capriles, el Estadio Brígido Iriarte, el Parque Naciones Unidas y los estadios de la UCV.
8. El Velódromo Teo Capriles (izquierda) y los estadios de la UCV (derecha), todos inaugurados en 1951, elementos claves en la memoria deportiva construida de la ciudad.

Es dentro de lo que en el “Sistema Urbano Panamericano” se consideró como el “Eje Paraíso” que reconocía la memoria deportiva de la ciudad e iría desde las instalaciones del IND en La Vega, pasando por el Estadio Brígido Iriarte y el Parque Naciones Unidas prolongándose hasta las instalaciones de la UCV en el centro geográfico de la ciudad, proveyendo de una completa dotación deportiva de alta competencia al suroeste de la ciudad, que quizás se encuentre el origen de la decisión que llevó a concebir la plaza que uniría el Estadio Olímpico y el Universitario, incorporando a éste último al campus de la UCV del cual siempre estuvo separado por la avenida Las Acacias. Además, la plaza serviría como marco previo a los actos de inauguración, celebración de competencias y clausura que atraerían una importante cantidad de personas que en las condiciones existentes no contaban con el confort requerido.

9. Vista aérea de los estadios de la UCV con el Universitario en primer plano cuando aún se encontraban separados por la avenida Las Acacias. A la izquierda sobre la avenida se aprecia la pasarela diseñada por Carlos Raúl Villanueva para salvar la vía.
10. Planta del conjunto de los dos estadios, la plaza que los integra y el estacionamiento estructural que los sirve.

El proyecto que data de 1980, elaborado por Bernardo Borges y Jacobo Koifman (socios de Francisco Pimentel), tenía como principal operación a ejecutar el hundimiento de la avenida Las Acacias a su paso por entre los estadios y la construcción de un estacionamiento techado con capacidad para un rango de entre 2000 y 2500 vehículos. Tras la realización de tres estudios preliminares se decidió, a partir del tercero de ellos, que el estacionamiento estuviera contenido en un edificio paralelo a la autopista Valle-Coche con acceso desde la trinchera de Las Acacias (donde operaría una zona de transporte público para 25 autobuses) y desde la calle conocida como la PETA (por estar allí ubicada la Planta Experimental de Tratamiento de Aguas de la Facultad de Ingeniería). Justamente un boceto del planteamiento hecho por Borges y Koifman ilustra nuestra postal del día de hoy.

11. Reacondicionamiento del Estadio Olímpico para los IX Juegos Panamericanos. Corte tribuna cubierta con nivel mezzanina, rampas y nuevo nivel de servicios anexos.
12. Reacondicionamiento del Estadio Universitario.

Los trabajos realizados por el Ministerio de Desarrollo Urbano (MINDUR), que también contemplaron el reacondicionamiento de los dos estadios ajustándolos y actualizándolos a los requerimientos exigidos para competencias de alto nivel, arrojó como resultado en lo concerniente a la plaza pública, el sustituir la pasarela de anteriormente unía los dos estadios por una amplia superficie de cemento coloreado y modulada semejando adoquines, con tres grandes perforaciones circulares que marcaban el paso por debajo de la avenida Las Acacias, mediante la cual se lograban conexiones peatonales amplias y un espacio a nivel de ingreso de las dos instalaciones, que serviría como receptor del público proveniente de los estadios, del estacionamiento y de los diferentes sistemas de transporte colectivo. De acuerdo a la descripción publicada en el artículo “Proyecto de remodelación del Complejo Deportivo U.C.V.”, publicado en la revista Croquis nº7, octubre 1982, los proyectistas preveían que el logrado fuese un espacio urbano “de gran vivencia diaria, representada por el flujo peatonal de estudiantes y personal universitario que haga uso de los estacionamientos, así como en los momentos de eventos, evitando la situación conflictiva actual, debida a la carencia de un espacio público que discrimine vehículos y peatones”.

13. Vista aérea de los dos estadios, la plaza que los integra y el estacionamiento estructural que los sirve.

Pues bien, los buenos presagios que anunciaba una planificación a tiempo asociada a los juegos y que tendría a la ciudad como objeto de atención, comenzaron a desdibujarse al agudizarse una importante crisis económica a nivel nacional sumada a una mala administración de los recursos destinados al evento, lo cual derivó en demoras en la ejecución, apresuramiento en la terminación de muchas obras e incluso recortes en la finalización de algunas como es el caso del estacionamiento de los estadios al cual no se le terminó de construir un piso entero reduciendo su capacidad a 1700 puestos bajo techo. Recordemos, además, que el 18 febrero de 1983 (pocos meses antes de la inauguración de los juegos) se produce la devaluación abrupta del bolívar frente al dólar conocida como el “viernes negro”, colapso que estuvo precedido por una salida masiva de capitales en 1982.

14. 14 de agosto de 1983. Ceremonia de apertura de los IX Juegos Deportivos Panamericanos en el Estadio Olímpico de la UCV.

En todo caso, los juegos finalmente se celebraron entre el 14 y el 29 de agosto de 1983 con la participación de 3426 atletas de 36 países en 23 modalidades, en los que Venezuela obtuvo un meritorio quinto lugar, teniendo al Estadio Olímpico de la UCV como protagonista, cumpliendo tanto la intervención realizada para generar la desde entonces denominada Plaza Simón Bolívar como el estacionamiento con los objetivos inicialmente trazados.

15. Vista de la Plaza de Los Estadios o Plaza Simón Bolívar.

Con el transcurrir del tiempo, lamentablemente, la animación que los proyectistas deseaban para la plaza no se dio sino en las contadas ocasiones en que se fueron realizando eventos deportivos a escala metropolitana. Su condición árida e inhóspita y la inexistencia de usos permanentes que pudieran inyectarle vida, la han convertido sólo en lugar de paso, desvinculado de su entorno y tierra de nadie ubicado en las afueras de la universidad. El estacionamiento, por su parte, nunca terminó de integrarse a la vida cotidiana de la UCV dada su lejanía, pese a que su capacidad justificó el cierre de varios espacios de esa naturaleza en el interior del campus entre 1984 y 1988. El nivel inferior al espacio público tampoco fue aprovechado con el potencial de terminal urbano con que fue concebido.

16. Henrique Hernández con la colaboración de Carlos Henrique Hernández. Imágenes de la propuesta ganadora del concurso para la “Recuperación de la Plaza Simón Bolívar” (2000)

En consideración a lo anterior, el año 2000 la Fundación UCV convocó un Concurso privado para obtener propuestas para la “Recuperación de la Plaza Simón Bolívar”, el cual fue ganado por Henrique Hernández con la colaboración de Carlos Henrique Hernández. De acuerdo a la página web del Grupo Estran C.A. “el planteamiento se basa en mejorar las condiciones actuales de la Plaza y su contexto inmediato, apoyado en las obras que actualmente se están realizando como la estación del Metro; además de un cambio de imagen utilizando elementos de construcción ligeros, como son las cubiertas textiles, el metal y el vidrio, los cuales demarcan el espacio de forma suave, armoniosa y agradable. (…) El proyecto consta de un programa de áreas, que involucra actividades de gran atractivo y que convierten a la Plaza en un componente del espacio urbano propicio para la congregación y permanencia. Propone áreas de comercio, comida, exposición, áreas de descanso y relajación, servicios públicos como transporte, teléfonos, kioscos y sanitarios; todo esto unido a un programa de seguridad y vigilancia que cuenta con áreas destinadas a la ubicación de cámaras (circuito cerrado) y personal especializado”.

Transcurridos ya casi 25 años de la realización del concurso las condiciones de soledad, inseguridad y deterioro siguen siendo características de la plaza Simón Bolívar y el estacionamiento estructural sin que se vean salidas cercanas a tan deplorable situación.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Banesco contigo (http://blog.banesco.com/iii-juegos-bolivarianos-espejo-del-alma/)

2. El Nuevo Día (https://www.elnuevodia.com/deportes/otros-deportes/notas/los-panamericanos-de-san-juan-1979-dejaron-una-gran-huella-deportiva/)

3. Logopedia-Fandom (https://logos.fandom.com/es/wiki/Caracas_1983); y Revista Croquis, nº 7 , octubre 1982.

4. Banesco contigo (http://blog.banesco.com/iii-juegos-bolivarianos-espejo-del-alma/); y Puente de Mando (https://www.puentedemando.com/arquitectura-de-venezuela-poliedro-de-caracas/)

5. Swim Chanel (https://swimchannel.net/la/se-organiza-un-torneo-en-venezuela-en-medio-de-los-problemas-de-la-federacion/); y Globovisión (https://www.globovision.com/nacional/4880/concierto-sabado-de-gloria-se-llevara-a-cabo-en-parque-naciones-unidas)

6. Mercedes Rangel. Estadium Brígido Iriarte (https://www.pinterest.com/pin/314055774004466042/); y Wikipedia. Gimnasio José Joaquín Papá Carrillo (https://es.wikipedia.org/wiki/Gimnasio_Jos%C3%A9_Joaqu%C3%ADn_Pap%C3%A1_Carrillo)

7. Captura de Google Earth.

8. Colección Crono Arquitectura Venezuela; y Archivo El Nacional (https://www.pinterest.com/pin/179299628888397222/)

9. Leo (https://www.pinterest.com/pin/462604192947348812/)

10, 11 y 12. Revista Croquis, nº 7 , octubre 1982.

13. Leo (https://es.pinterest.com/pin/290200769720091383/)

14. Líder (https://www.liderendeportes.com/noticias/mas-deportes/40-anos-de-una-inolvidable-fiesta-deportiva/)

15. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

16. Grupo Estran C.A. (http://www.grupoestran.com/portafolio/pro_arquitectura/00-po-an-ar-ucv/)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 360

Pocos son los edificios caraqueños que pueden considerarse como verdaderos hitos dentro de su paisaje urbano y entre ellos destaca, sin lugar a dudas, la torre La Previsora.

Proyectado en 1969, terminado de construir en 1972 e inaugurado en 1973, La Previsora es producto de la necesidad de la compañía de seguros que le da nombre de salir de su sede en el centro de Caracas debido a su crecimiento como empresa, del deseo expreso de ser representada mediante un ícono claramente reconocible y del desenlace de un concurso privado que para tales fines fue convocado.

Según hemos rescatado de Internet, Seguros La Previsora fue fundada el 12 de marzo de 1914 con el nombre de La Equitativa con un capital de seis millones de bolívares. Inicia, pues, sus actividades en una época pre-petrolera justo el año que comenzó la Primera Guerra Mundial, fijando su primera sede en la Avenida Este 4, No.11 (de Sociedad a Traposos), en pleno casco central de Caracas. De inmediato comenzó su crecimiento al adquirir la cartera de seguros de la Compañía Venezolana de Seguros (fundada el 19 de junio de 1.893). Poco después se decidió cambiar el nombre a Seguros La Previsora mudándose a una nueva localización (de Conde a Principal). Para 1930 ya había adquirido otra empresa, Seguros Fénix. La ampliación sostenida de su cartera llevó a sus propietarios a plantearse la compra de un terreno para construir una nueva sede cercana al nuevo centro sobre el cual se desarrollaba la ciudad: la zona de Plaza Venezuela.

1. Torre Seguros La Previsora. Cortes generales con detalle de la parte inferior y una de las plantas.

Es a finales de los años 60 cuando se adquiere el lote en esquina de 3.000 m2 ubicado en la Av. Abraham Lincoln (hoy Bulevar de Sabana Grande) cruce con las avenidas Las Acacias, Bolivia y Valparaíso, frente al cual los estudios realizados por la Oficina Municipal de Planeamiento Urbano tenían prevista la construcción de una plaza cívica y el Metro de Caracas una salida de la estación contemplada en Plaza Venezuela. También, el terreno presentaba un nivel freático elevado con el cual tarde o temprano los futuros proyectistas habrían de lidiar. Valga añadir que para proceder a la compra del predio y acometer la futura construcción del edificio los propietarios se encontraron con serias dificultades para adquirir la totalidad de los terrenos circundantes. Sin embargo, tomando las correspondientes previsiones, procedieron a realizar una emisión de bonos por el orden de 34 millones de bolívares, 8 millones de dólares para la época, que ayudaron en gran medida a la cristalización de la obra.

Decididos a hacer de su nueva sede un ícono representativo, la compañía de seguros convoca un concurso privado de arquitectura el cual es ganado por la empresa de arquitectura BPK (Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman), que para entonces contaba como arquitecto asociado con el talentoso Pablo Lasala quien será el principal responsable del éxito logrado.

Las variables urbanas, características del subsuelo y condiciones propias del lugar llevaron a los proyectistas a hacer una propuesta conformada por dos elementos muy disímiles en lo relacionado a su volumetría y aspecto formal: una torre de oficinas de 30 pisos de altura con locales comerciales en sus plantas inferiores que contemplaban un acceso directo a la estación de metro prevista en el lugar y con dos sótanos de estacionamiento; y un cuerpo que albergaría un aparcamiento vertical para 450 puestos. La potente, limpia y sólida imagen de la torre (de silueta piramidal que da la sensación de emerger del subsuelo tomando en consideración el espacio público que inicialmente se ubicaría al sur), fue lograda mediante una solución de plantas decrecientes a medida que se gana en altura, rematada en su parte superior por un volumen de servicios.

2. Izquierda: Torre La Previsora, Caracas, Borges, Pimentel, Koifman y Lasala, 1972. Derecha: John Hancock Center, Chicago,
S.O.M, 1968.
3. Tres miradas cercanas al edificio.
4. La Previsora vista a la distancia desde su entorno circundante.

La solución fue de la entera satisfacción de los propietarios, irrumpió incorporando una nueva y polémica escala para el lugar y debió contar para su adecuada solución estructural con el aporte del conocido ingeniero calculista Agustín Mazzeo, otro importante protagonista dentro del equipo de diseño, quien preservó la forma original propuesta para la torre resolviendo el encuentro de los dos planos inclinados que conforman las fachadas, vinculándolos horizontalmente por grandes vigas o elementos estructurales, que permiten la formación de atrios interiores cada 5 pisos, todo en concreto obra limpia.

En total, de manos del Consorcio Integral Fertec (formado por los ingenieros Álvaro Fernández Zingg y Emilio Fernández Zingg), se construyeron 25.000 m2. La torre de oficinas, orientada norte-sur, con 117 metros de altura y 30 plantas de diferente superficie cada una, tiene dos cuerpos unidos por una pieza central que contiene la circulación vertical (seis ascensores), escalera y servicios. Los usos que ocupan los tres últimos pisos y rematan el edificio, sirviendo de base para la identificación de la compañía propietaria (sentido norte-sur) y la colocación de dos relojes suizos Patek Philippe (sentido este-oeste), se traducen en un gimnasio y una cafetería. Como dato adicional sobre la instalación de los relojes (que daban no sólo la hora sino también la temperatura), se conoce que los trabajos estuvieron a cargo del equipo de Ignacio Fungairiño y tuvieron una duración de ocho meses.

En la planta baja y mezzanina se encuentran una sala de cine y locales comerciales. El acceso principal ubicado al este cuenta con el mural Cromointerferencia (1973) obra de Carlos Cruz-Diez (1923) ubicado en el hall. El paisajismo estuvo a cargo de Eduardo Robles Piquer, complemento idóneo de una obra técnicamente impecable y que hace del concreto armado un material idóneo para resolver tanto la estructura como la muchos de los elementos arquitectónicos que conforman el conjunto.

5. La silueta del edificio convertida en logo de la empresa aseguradora.

La silueta de La Previsora, que la compañía de seguros asimiló como sinónimo de ascenso al fruto del buen trabajo y a la estabilidad, valores que quería transmitir a sus clientes, visible desde diferentes puntos de la ciudad, se convirtió muy temprano en el logo de la empresa manteniéndose así hasta la actualidad. También por su ubicación estratégica ha servido de referencia en la maniobra de aproximación de los aviones que operaban en el aeropuerto de La Carlota.

Seguros La Previsora luego de la inauguración de su flamante sede mantuvo un crecimiento sostenido que la convirtió entre 1990 y 1997 en la séptima aseguradora más grande de Venezuela, pasando en 2004 al tercer puesto y en 2009 al segundo. En 2004, La Previsora adquiere el 95% del capital accionario del Banco Confederado, por un monto de 20 millones de dólares pero luego de dos años deciden vender el banco a finales de 2006.

El 17 agosto de 2010 el gobierno bolivariano decretó a Seguros La Previsora, “como empresa de utilidad pública para ser un modelo de organización del Estado, con visión socialista y base principal de operaciones, para un nuevo sector de seguros”, situación que perdura hasta el día de hoy.

6. Intervenciones recientes en la Torre La Previsora.

El edificio, entre tanto, ha sido objeto de algunas intervenciones que alteran su condición original siendo la más reciente y grave la adhesión en planta baja sobre su fachada sur, sin ningún tipo de consideración sobre su volumetría ni sobre el espacio público, de cubiertas tensiles que techan un nuevo uso que allí ha comenzado a funcionar, lo cual ha afectado de manera considerable la percepción integral de la obra.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1688228341392504/1688228348059170/?type=3

  1. Mariano Goldberg. Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, 1980 y http://guiaccs.com/obras/edificio-la-previsora/

2. http://guiaccs.com/obras/edificio-la-previsora/ y https://en.wikipedia.org/wiki/John_Hancock_Center

3. https://es.foursquare.com/v/torre-la-previsora/4ccde82072106dcb4ce1a599, https://arquitecturayempresa.es/noticia/torre-la-previsora-en-caracas y https://www.metamiami.org/fundacion-la-previsora

4. https://es.foursquare.com/v/torre-la-previsora/4ccde82072106dcb4ce1a599 y https://www.metamiami.org/fundacion-la-previsora

5. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

6. Cortesía del arquitecto Francisco Pimentel Malaussena.

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 173

El Concurso Nacional de Arquitectura destinado a elaborar el anteproyecto de la sede del Banco Nacional de Ahorro y Préstamo (BANAP), fue organizado por dicha entidad, con el auspicio del Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV), para ser realizado en dos etapas: la primera, promovida como un “Concurso de Ideas”, se abrió el año 1975 con una amplia participación; y la segunda, luego de seleccionarse los cinco mejores planteamientos de acuerdo a la evaluación del jurado, consistió en la entrega el mes de marzo de 1976 de los anteproyectos elaborados por los equipos clasificados.

Quizás valga la pena recordar que el Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo (SNAP) surge en Venezuela luego de que en 1959 se iniciaran los primeros estudios de manos de un equipo de trabajo estructurado para determinar la posibilidad de implantarlo, por considerarlo como “uno de los medios efectivos para que la comunidad oriente sus ahorros hacia la solución del problema de la falta de viviendas», y porque además constituye «uno de los instrumentos con los que cuenta el Banco Obrero para cumplir con su labor». De allí que dicho equipo propusiera que el sistema inicialmente funcionara dentro de la estructura orgánica del Banco Obrero.

Sólo será en 1961, luego de la visita de la comisión técnica enviada por el Fondo de Préstamo para el Desarrollo (DLF, según sus siglas en inglés), que se cambie por completo la orientación inicial y se apunte hacia la creación de un instituto autónomo de ahorro y préstamo encargado exclusivamente de la dirección y supervisión del sistema. Mientras se daban los pasos concernientes ante el DLF para solicitar un préstamo destinado a la creación de dicho ente autónomo, se establece el Sistema de Ahorro y Préstamo en Venezuela, mediante el decreto Nº 520 del 5 de junio de 1961 y posteriormente el día 24 de noviembre del mismo año se dicta el decreto Nº 655 en el cual, el Ejecutivo Nacional modificó y amplió en forma sustancial las disposiciones contenidas en el decreto del mes de junio.

En el año 1964 se designa una Comisión de Ahorro y Préstamo nueva y para el mes de septiembre de 1966 se promulga la Ley del Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo que crea el Banco Nacional de Ahorro y Préstamo organismo sucesor de la Comisión y de la Oficina Central. Esta ley fue modificada en el año 1975, con ocasión de la aprobación de la Ley Orgánica de Medidas Extraordinarias en Materia Económica y Financiera.

De acuerdo al ordenamiento legal señalado, el SNAP “tendrá por objeto crear, fomentar y mantener condiciones favorables a la formación de ahorros que se inviertan en préstamos destinados fundamentalmente a resolver el problema de la vivienda, con la finalidad de hacer propietarios a los beneficiarios de los mismos. Dicho Sistema estará integrado por el Banco Nacional de Ahorro y Préstamo, las Entidades previstas en el Título IV de esta ley y la Superintendencia de Entidades de Ahorro y Préstamo”.

Por su parte el BANAP, uno de los organismos integrantes del SNAP, inició sus actividades el 22 de diciembre de 1966 y se estableció con personalidad jurídica y patrimonio propio e independiente del Fisco Nacional. Se creó como un instituto autónomo dependiente del Ministerio de Hacienda, con un capital inicial de doscientos millones de bolívares. En pocas palabras, se trataba del organismo central del subsistema financiero de ahorro y préstamo; es decir, funcionaba como un Banco Central del Sistema y debía velar por el máximo desarrollo de éste en su conjunto. Con la aprobación del Ejecutivo Nacional, el BANAP dicta sus normas de operación y es garante tanto de los ahorros depositados en las Entidades de Ahorro y Préstamo por los socios, así como de los préstamos hipotecarios.

Todo esta explicación sirve de marco para entender la importancia que el Concurso revestía, ya que se trataba de proyectar la sede en un organismo de gran importancia que para la época se había convertido en eje de la reactivación económica que luego de varios años de estancamiento se estaba produciendo. El Sistema al que se integraba el BANAP había dirigido su atención primordialmente a las familias de ingresos medios y adoptado políticas orientadas a estimular la construcción de viviendas de interés social, mediante un programa llevado a cabo conjuntamente con el Instituto Nacional de Vivienda (ente que sustituyó al Banco Obrero).

1. Perspectiva de la propuesta preliminar (1975) del equipo conformado por Judith Laclé, Edwing Otero García y Andrés Mistaje

De lo recogido en la nota elaborada para la revista Punto nº 56-57, junio 1976, las cinco propuestas presentadas como “ideas” entregadas en la primera fase (1975) que seleccionó el jurado conformado por los arquitectos Víctor Fossi (fungiendo de suplente de Tomás J. Sanabria), Carlos Guinand Baldó, Julio Coll Rojas, Luciano Giordano y el ingeniero Adolfo De Majo, para ser desarrolladas a nivel de anteproyecto, fueron presentadas por sendos equipos interdisciplinarios encabezados por los arquitectos: Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifmann (Nº 1.002); Judith Laclé, Edwing Otero García y Andrés Mistaje (Nº 1.003); Baudilio González y Philippe Souchar (Nº 1.005); Jorge Soto Nones y Jeanette de Soto (Nº 1.012); y, Alberto Espinal y Román Dávila (Nº 1.019).

2. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Perspectiva y foto de la maqueta

Luego de haber sido recibidos los trabajos llevados a un nivel superior de desarrollo por los cinco grupos escogidos, el mismo jurado (en este caso con Tomás J. Sanabria reintegrado al mismo por Víctor Fossi), se pronunció a favor de otorgar el primer premio al anteproyecto presentado por el equipo de 19 integrantes liderado por Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman con la asesoría estructural del ingeniero Agustín Mazzeo y colaboración en la elaboración de la maqueta de Jesús Vásquez, cuya foto ilustra nuestra postal del día de hoy

3. Mención Especial (1976). Baudilio González, Philippe Souchard y Domingo Escobar. Foto de la maqueta

Así mismo, el jurado decidió otorgar Mención Especial al anteproyecto presentado por el equipo que tuvo a Baudilio González, Philippe Souchard y Domingo Escobar al frente de otras 13 personas entre ingenieros y colaboradores.
“El anteproyecto ganador una vez desarrollado en proyecto se construirá sobre una superficie  de 8.500 m2 a un costo estimado en 40 millones de bolívares, implantándose frente al Edificio de la CANTV entre la Avenida Libertador y el Boulevard Santa Rosa”.

4. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Criterios de diseño

De la memoria entregada por los ganadores del concurso, aparecida en el nº 58 de la revista Punto, se puede extraer que el edificio se debía organizar, de acuerdo a las necesidades del BANAP, con base en tres tipos de espacios: “1) Espacios flexibles para oficinas; 2) Espacios generales para actividades específicas  como Auditorium, Sala de Exposiciones, Biblioteca, etc.; 3) Servicios generales, estacionamientos y áreas de mantenimiento”, programa que a su vez debía cumplir con los siguientes requisitos: 350% de área de construcción y 20% de ubicación.

5. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Plantas (baja y tipo), fachadas y cortes

La completa descripción hecha por los proyectistas y sus colaboradores, todo un testimonio de la manera como de enfrentaban los retos proyectuales en la época, permite detectar cómo los “factores determinantes” fueron manejados a tres escalas: “1) El contexto; 2) El lote y 3) La edificación”, cuyo ponderación adecuada da pie a “la solución”. “Las determinantes programáticas, los porcentajes de construcción y ubicación, definen las áreas de oficinas como predominantes en el volumen de la edificación; no obstante la solución intenta jerarquizar los niveles de uso público, proponiéndolos como un sistema de plazas integradas al edificio; cuyo carácter y expresión estarán en relación a la intensidad de los flujos que en ella se producirán”, los cuales se encuentran resumidos en el diagrama correspondiente incorporado en los documentos entregados.

Las dificultades de contar con un lote que se encontraba comprometido en un tercio de su área por el derecho de paso de las vías del Metro y por los retiros mínimos que se debía respetar, llevó a que la respuesta ofrecida, además, se propusiera como “enlace de los flujos peatonales con destino al área cultural de la ciudad procedentes de la estación del Metro y del sector oeste adyacente a él (sector Morelos)”.

6. Propuesta ganadora (1976). Oswaldo Molina, Cutberto Reyes y Jacobo Koifman. Foto de la maqueta

El carácter brutalista del edificio, donde la volumetría cobra un claro protagonismo, hasta el punto de esconder tras una gruesa piel el sistema estructural (con base a módulos cuadrados de 9 x 9 metros), se busca aligerar con la división en tres bandas de los 24 niveles que constituyen la torre, a los que se incorporan limpias transiciones, terrazas que miran al entorno, transparencias y un tratamiento que da cuenta del cuidado que se ha tenido con la orientación que se asume. La llegada al suelo y el remate (donde al igual que en el semisótano se proponen usos comunes) cumplen a cabalidad con los cánones clásicos permitiendo hablar sin mayores dificultades de una base permeable que se suma a los primeros tres niveles y da paso a tratamiento público ajustado a la topografía del terreno; un fuste tripartito trabajado con apego al respiro entre sus componentes; y un capitel sólido que se conecta al suelo a través de los elementos de circulación de los extremos.

El BANAP es sustituido, como tantas cosas a los largo de estos últimos 20 años, por el Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (BANAVIH) que asume sus funciones luego de la promulgación el 9 de mayo de 2005 de la “Ley del Régimen Prestacional de Vivienda y Hábitat”, la cual tiene por objeto “regular la obligación del Estado venezolano de garantizar el derecho a la vivienda y hábitat dignos, y asegurar su protección como contingencia de la seguridad social y servicio público de carácter no lucrativo, para el disfrute individual y colectivo de una vida y un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado, que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias”. Entre líneas se puede detectar que si bien se trata de un “Instituto Autónomo, adscrito al Ministerio de Vivienda y Hábitat, como el Banco de Desarrollo del sector Vivienda, con personalidad jurídica, patrimonio propio distinto al del Fisco Nacional, con autonomía administrativa y funcional”, el claro componente ideológico en el que se basa y el tiempo han demostrado que ni funciona con autonomía ni los destinatarios de sus políticas pueden disponer con libertad de sus beneficios. A todas estas, el edificio proyectado como sede del BANAP en 1976, lamentablemente, no llegó nunca a construirse.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2, 3, 4, 5 y 6. Revista Punto, nº 58, junio 1977