… que en 1936, tras dos años de trabajos, se reinaugura el Parque Carabobo?
1. Carlos Raúl Villanueva y Francisco Narváez. Parque Carabobo (1934-1936).
Para llevar a cabo una nota lo más completa posible sobre el espacio público que hoy conocemos como Plaza o Parque Carabobo, pareciera necesario remontarse, como mínimo al último cuarto del siglo XVIII cuando en la manzana que ocupa se comenzó a gestar la posibilidad de construir la Casa de Misericordia, nombre, por cierto, que quedó en la memoria urbana para denominar la esquina noroeste del predio actual.
Así, de acuerdo al artículo publicado por María Dolores Fuentes en Chronica Nova (1986) titulado “Una institución benéfica venezolana: La Casa de Misericordia de Caracas (1787-1797)”, es en el período señalado que se pueden encontrar nuevas realizaciones dedicadas al área de la salud dentro de la ciudad colonial. De entre ellas “la Casa de Misericordia, conocida en la época por diversos nombres (Casa Hospicio, Casa de Recogimiento, Cárcel de Corrección, etc.) alusivos a la evolución que experimenta en su corto periodo de existencia … a diferencia de los anteriores, …respondía al modelo de hospicio general”.
2. Plano de la Ciudad de Santiago de León de Caracas en el año 1810 (Autor: Enrique Mendoza Solar), donde hemos resaltado la ubicación de la manzana donde estaba ubicada la Casa de la Misericordia identificada en la leyenda con el nº 57. Allí también se identifca en la manzana al norte la «Casa de corrección» (nº 58) y aledaño, al este, el «Campo- Santo» (nº 61) donde hoy se encuentra el Liceo Andrés Bello.
Aunque Fuentes habla de “un gran edificio que nunca llega a hacerse”, para el cual el ingeniero Fermín de Rueda había elaborado un plano en 1788 a instancias del gobernador Juan de Guillelmi, asumiendo que por las dificultades económicas y prioridades presentes en la época seguramente el hospicio terminó funcionando “en las casas allí existentes”, Rosario Salazar Bravo en su Tesis Doctoral en Arquitectura (FAU UCV) “Caracas, 1753-1810. Morfología y funciones urbanas desde la cotidianidad”, aprobada el año 2013, pareciera insinuar la efectiva construcción del edificio de Fermín de Rueda.
Salazar Bravo señala lo siguiente: “Del año 1788 datan las primeras negociaciones realizadas a fines de adquirir un terreno adecuado donde construir la instalación que se conocería como la Casa de La Misericordia; su ubicación se decidió en el barrio de La Candelaria, una vez descartados otros lugares como la calle de San Juan, la cuadra perteneciente a las Monjas de la Concepción ubicada en Santa Rosalía”.
3. Proyecto para la Casa de Misericordia en el barrio La Candelaria. Ingeniero Fermín de Rueda (1788).
En todo caso el proyecto del ingeniero de Rueda se trataba de “un edificio de planta cuadrada articulado según un eje de simetría bilateral que le dividía en dos secciones, una para cada sexo, similar a las características del hospital de San Lázaro. Entre sus principales dependencias figuraban los dormitorios, cuartos para locos, para incorregibles y una capilla común. Dado que el concepto de su diseño estuvo influido por las ideas de uno de sus principales impulsores, el obispo Fray Juan Antonio de la Virgen María y Viana, y éste aducía que no sólo debía darse acogida a los pobres sino que convenía acostumbrarles al trabajo decente ejerciendo algún oficio, se previó de antemano la posibilidad de que en la casa se procesara algodón, motivo por el que se le habilitaron estancias donde se hilase, tejiese y cosiese”.
La Casa de Misericordia, de accidentada trayectoria y permanentes estrecheces económicas, “a causa de la premura de su fundación o tal vez porque nunca se la dotó de ordenanzas donde quedaran claramente fijados sus objetivos, … evoluciona sensiblemente a lo largo de los diez años en que aparece documentada”, afirmará Fuentes. Así, en sus inicios se pensó como “casa hospicio” para socorrer a los verdaderamente necesitados, diferenciándose entre “los mendigos de verdad y los de oficio”. Luego “se concibe el asilo tanto para unos como para otros” y se le empieza a conocer como “Casa de Misericordia”. “El cuarto estadio de su evolución se corresponde con la ‘Casa’ o ‘Cárcel de Corrección’ y sus inquilinos pasan a conocerse como ‘reos de corrección’, lo que revela que se ha operado en este corto periodo un cambio profundo”, señalará Fuentes. Fue, además, la primera institución para el cuidado de los enajenados en la ciudad. También funcionó como casa de acogida de niños no deseados, depositados por sus madres para que fuesen criados por la institución.
En estas condiciones transitará la entidad el final de la época colonial y toda la Independencia, con la particularidad de que Manuel Landaeta Rosales en Una calle histórica de Caracas (1907) señalará lo siguiente: “En 1810, se fraguó en la misma casa de Misericordia, la Revolución que tuvo lugar el 19 de abril de 1810 que fue la base de la independencia Suramericana”, reclamando para el lugar un respeto patrimonial e histórico que como veremos no fue valorado.
4. El Parque de La Misericordia (luego Parque Carabobo) tras la intervención propuesta por Ricardo Razetti en 1911.
El hecho es que a Antonio Guzmán Blanco en 1881, durante su segundo mandato, con motivo de la conmemoración de los 60 años de la realización de la Batalla de Carabobo, le correspondió ordenar la demolición de la Casa de la Misericordia y destinar la manzana por ella ocupada a crear una plaza ornamental que desde entonces adquirió el nombre de la batalla que selló nuestra independencia. El también llamado inicialmente Parque de la Misericordia contó con una “fontana indígena” que luego estuvo rodando por diversos lugares de Caracas según http://mariafsigillo.blogspot.com/2013/10/la-plaza-de-la-misericordia-y-algo-mas.html.
Tal y como reseñan María Isabel Peña e Iván González Viso en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015): “El diseño inicial integraba con diagonales ocho jardines y un círculo central, donde se implantaron seis bustos fundidos en París (de los cuales sólo se conservan dos) obra de los venezolanos Andrés Pérez Mujica (1873-1920) y Lorenzo González (1876-1948)”. Los bustos mencionados, de los cuales sólo se señalan cuatro dedicados a héroes participantes en Carabobo: Ambrosio Plaza, Thomas Ilderton Farriar, Pedro Camejo (El Negro Primero) y Manuel Cedeño en el blog de María Sigillo ya mencionado, aparecieron con motivo de la celebración en 1911 del primer centenario de la Independencia, cuando el ingeniero Ricardo Razetti (1868-1932), Director de Edificios y Ornato de poblaciones en el despacho de Obras Públicas, “modernizará el área poblada de árboles”.
5. Parque Carabobo (c.1950).6. Fuente central de Parque Carabobo con el conjunto de cinco piezas tituladas «Las indígenas», obra del escultor margariteño Francisco Narváez.7. Detalles de «Las indígenas» en el Parque Carabobo.
El espacio sufrió otra modificación en 1924 hasta que, en 1934, Carlos Raúl Villanueva, a cargo de la Dirección de Obras Públicas y Ornato del Ministerio de Obras Públicas, rediseña la plaza. “Villanueva proyecta una fuente de planta circular y coloca en su interior un conjunto escultórico de Francisco Narváez (1905-1982), formado por cinco grupos de figuras humanas, que exaltan la belleza mestiza. La participación de Narváez en esta obra crea fuertes vínculos entre ambos, que luego los llevará a trabajar juntos en múltiples monumentos públicos que demuestran su afinidad y talento. La plaza, sombreada con árboles de amplias copas, resuelve las diferencias topográficas existentes de un extremo y otro, y ofrece distintas áreas de permanencia. En 1983, sufre una modificación en su cuadrante noroeste, eliminándose la jardinería para ubicar la estación de Metro que lleva su nombre”, precisarán Peña y González Viso.
8. Parque Carabobo. Planta de conjunto.9. Placa colocada en el Parque Carabobo que rememora el sitio donde estuvo ubicada la Casa de Misericodia y remite al confinamiento allí de Joaquina Sánchez, esposa del precursor de la Independencia José María España.
Ubicado entre las esquinas Pelelojo, Las Queseras, Ño Pastor y Misericordia, limítrofe con el Liceo Andrés Bello al este, la avenida Universidad al norte, la avenida Sur 13 al oeste y la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas al sur, sobre el pasado del lugar sólo nos resta añadir que lo único que ha quedado como remembranza de lo que fue la Casa de la Misericordia, aparte de la esquina que lleva su nombre, ha sido una placa de mármol fechada en 1997, colocada a los pies de las escaleras de la plaza que remite a su condición de ser uno de los primeros centros de acogida en Caracas que atendía a pacientes psiquiátricos además de recibir a personas sin hogar, huérfanos y enfermos, pero sobre todo a muchos presos políticos, a los que la Corona hacía pasar por locos. Como señalará en el portal https://eldiario.com/2022/07/24/historias-esquinas-emblematicas-caracas/: “Una de estas víctimas fue Joaquina Sánchez, esposa del precursor independentista José María España. Ella no solo apoyó su causa, sino que además diseñó el pabellón de su movimiento, que ahora es la bandera del estado Vargas. Al fracasar la revolución de su esposo, él fue ejecutado en la Plaza Mayor, mientras ella fue internada en esa casa por ocho años”.
3. Rosario Salazar Bravo, “Caracas, 1753-1810. Morfología y funciones urbanas desde la cotidianidad”, Tesis Doctoral en Arquitectura (FAU UCV) aprobada el año 2013
1945• El Presidente de la República Isaías Medina Angarita, acompañado del Director de la institución académica Prof. Dionisio López Orihuela, inaugura la nueva sede del Liceo Andrés Bello, ubicada sobre la Av. Este 4, hoy Avenida México, contigua a la Plaza Carabobo, diseñado por el arquitecto Luis Eduardo Chataing (1906-1971).
El edificio tiene planta baja y dos pisos; las aulas esta dispuestas de tal forma que tienen excelente iluminación y ventilación natural, disponiendo de áreas verdes entre los cuerpos del conjunto educacional. El Auditorio remata el volumen en la fachada oeste, sobre la Plaza Carabobo.
En el acceso al Liceo el arquitecto Chataing colocó un mural en alto relieve alegórico a la educación del artista Mario Giurlani (1906-1979), artista y escultor italiano residenciado en el país desde fines de los años ´20, y en su interior dos figuras talladas en caoba, tituladas “El café” y “Las frutas”, obras del artista venezolano Francisco Narváez, las cuales estuvieron inicialmente expuestas en el Pabellón Venezuela de la Feria Mundial de Nueva York de 1939.
… que en 1955 se concluyen los trabajos de remodelación de la Plaza La Candelaria?
1. “Plan de la Ciudad de Caracas, con división de sus Barrios” (1775) de Joseph Carlos resaltando la ubicación de la iglesia y la plaza de La Candelaria.
Dentro de lo que fue la ampliación del damero fundacional de Caracas, consistente en la prolongación directa de las calles y en dar igual medida a la dimensión de las manzanas, se registra ya en el idealizado “Plan de la Ciudad de Caracas, con división de sus Barrios” de 1775 de Joseph Carlos de Agüero, la presencia al extremo este, próximo a la quebrada Anauco que establecía el límite urbano, del señalamiento “Par. de Candelaria”. Dicha señal fue colocada junto a lo que parecía ser una iglesia dentro de un sector que por su color azul establecía la existencia de la Parroquia Candelaria, una de las ocho divisiones proporcionales en las que se dividió la ciudad, gestionada cada una por el correspondiente “alcalde de barrio”. Como bien señalan Iván González Viso y Federico Vegas al referirse al plano de 1775 en el ensayo “Historia de Caracas a través de sus planos”, que sirve de introducción a Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015): “Cada uno de estos ‘barrios’ mantiene las mismas proporciones, funciones y leyes de crecimiento que el resto de la trama, incluyendo una plaza y una iglesia en su centro. Existe un criterio urbano de continuidad, homogeneidad y legibilidad entre las partes y el todo. Al mismo tiempo, el caraqueño encuentra una unidad de menor escala a la cual referirse. Es un ciudadano y también un vecino, un parroquiano”.
2. Camille Pisarro (1830-1903). Iglesia de La Candelaria después del terremoto de 1812. Dibujo a lápiz de 1854.3. Ferdinand Bellermann (1814-1889). Izquierda: Parte de Caracas destruida por el terremoto de 1812 (c.1842). Derecha: Ruinas de la iglesia de Nuestra Señora de Las Mercedes (c.1842). Ambas: Óleo sobre tela
Y es que, en efecto, ya desde mucho antes, en el sector que se constituyó en parroquia en 1750, se había ido congregando una comunidad conformada por un importante número de oriundos de las Islas Canarias (a quienes se les denominaba “blancos de orilla”), la cual formó parte fundamental dentro de la estructura social colonial y cuya patrona justamente dio el nombre a la parroquia. En tal sentido, el 14 de diciembre de 1708 se finaliza, con la participación de maestros de cantería emigrantes de “las islas”, la construcción de la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, iniciada en 1703, costeada por venezolanos naturales del archipiélago español, quienes ya habían traído desde allá una imagen de la virgen. Frente al templo, casi al unísono, se definió una plaza que tomó el mismo nombre y, hacia finales de siglo, se consiguió que el gobernador Juan Guillelmi ordenara la construcción allí de una fuente, con el objetivo que los pobladores de la zona no tuvieran que recorrer largas distancias en busca de agua potable.
4. Fachada (c.1950) y dos tomas interiores recientes de la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria.
Luego del terremoto de 1812 y durante las guerras de Independencia y Federal, la parroquia tuvo por muchos años una imagen de devastación y ruinas. La recuperación comenzó durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, reconstruyéndose en la Candelaria, entre otras edificaciones, la iglesia, colocándose al frente de la obra a los ingenieros Pablo Miguel González, Lorenzo Melencio Osío, Jesús Muñoz Tébar, Santiago Aguerrevere, Juan Hurtado Manrique y Pablo Castillo quienes refaccionaron la fachada entre 1868 y 1872 y, respetando su planta rectangular, la dotaron de una distribución espacial de tres naves divididas entre sí por columnas de orden dórico. Cabe añadir que el templo ya se había desplomado en 1742 lo que ameritó su reconstrucción y tras el sismo de 1766 sufrió daños importantes a los que se sumaron los ocasionados en 1812.
5. 1901. Plaza de La Candelaria en momentos en que pasó a llamarse «Plaza de la Democracia», donde se aprecia la estatua erigida en honor a José Tadeo Monagas.
Desde su creación, la plaza de La Candelaria había servido como lugar de encuentro, para realizar corridas de toros y para la celebración de fiestas de la comunidad canaria o sus descendientes que, como ya señalamos, era una de las colonias más numerosa de entre los españoles que poblaban mayoritariamente el sector. Luego de la Independencia las corridas se terminaron en la plaza y sólo se celebraban fiestas patrias. En 1895, con motivo del centenario del nacimiento del General José Gregorio Monagas (a quien correspondió abolir definitivamente la esclavitud en el país en 1854), se decidió cambiarle el nombre a “Plaza de la Democracia”. Años después la estatua pedestre de Monagas erigida entonces en el espacio fue desmontada y la plaza retornó a su nombre original.
6. Vista al sur del espacio conformado por la plaza Urdaneta (en primer plano) y la plaza La Candelaria (en segundo plano) según proyecto realizado por Vegas & Galia en 1952 terminado de construir en 1955.
A raíz de la realización de las obras que entre 1952 y 1953 convirtieron la avenida Este-Oeste 1 en avenida Urdaneta, fue demolida la edificación que por años ocupó el frente norte de la plaza La Candelaria, entre las esquinas de Candilito y Urapal, dándose origen a la creación de la plaza Urdaneta a modo de ampliación de aquella. Finalizado en 1955, el proyecto realizado por los arquitectos José Miguel Galia y Martín Vegas con la colaboración del arquitecto suizo Richard Binggeli, buscó la integración de ambos espacios: el correspondiente a la Urdaneta se plantearía pavimentado, con carácter ceremonial, urbano, y estaría presidido por una escultura del prócer realizada por Francisco Narváez (1905-1982); el de La Candelaria tendría connotaciones más locales, prevalecería la sombra ofrecida por la vegetación y estaría destinado darle desahogo a la iglesia y al descanso, recreación y disfrute de la comunidad de los alrededores.
El alcance del proyecto realizado por Vegas & Galia, de 4.460 m2, incluyó un estacionamiento subterráneo para 300 vehículos, un pequeño edificio que funciona como concha acústica y la Jefatura Civil de la parroquia, construida al lado de la iglesia.
7. Tres tomas de la estatua ecuestre de Rafael Urdaneta realizada por Francisco Narváez en 1952.
Con respecto a la estatua ecuestre de Urdaneta realizada por Narváez, hemos sabido por el portal https://iamvenezuela.com/2015/08/estatua-ecuestre-de-rafael-urdaneta-de-francisco-narvaez/ que se ejecutó en 1952, y que “el artista se trasladó a Pistoia, Italia, donde vivió durante 6 meses mientras supervisaba su fundición. Esta estatua originalmente estaba destinada a la Plaza O’Leary, que inicialmente se iba a llamar Plaza Urdaneta. Se le contrató a Narváez en 1949 para El Silencio. Sin embargo, en vista de que para ese momento se construía también la Avenida Urdaneta (ensanchando la Avenida Este-Oeste 1), se decidió ubicarla en una Plaza anexa a la tradicional Plaza La Candelaria. Es así como la estatua de Narváez se ve finalmente erigida en la Nueva Plaza Urdaneta”.
8. Axonometría del conjunto de las plazas Urdaneta y La Candelaria.
Las plazas de La Candelaria y Urdaneta constituyen el gran vacío de la manzana que abarca las esquinas de La Cruz, Candilito, Urapal y Alcabala. Los llenos están conformados por la iglesia, la jefatura civil, una serie de pequeños edificios ubicados sobre la avenida Urdaneta y la avenida Sur 15 (entre Alcabala y Urapal, ubicados al este de la calle de servicios que permite el acceso a la iglesia), y el edificio París (1948, esquina de Alcabala) del arquitecto Luis Malaussena, también rodeado por otra calle que sirve a la plaza y a la iglesia.
9. Detalle de los planos de Caracas de 1810 (arriba izquierda), 1852 (arriba derecha) y 1929 (abajo) donde se muestra la evolución de la condición de la esquina de Alcabala como puerta de entrada y salida de Caracas.
Recordemos que el nombre dado a la esquina de Alcabala recuerda cómo en la colonia allí existió una de las cinco estaciones de control y pago de peaje que daba entrada y salida a la ciudad. Sería solo en 1776 que se logró construir un poco más adelante el Puente Anauco el cual permitió el paso hacia el este del valle. A principios del siglo XX, allí estuvo una de las estaciones del tranvía que conectaban con el centro y con la terminal Santa Rosa del Ferrocarril Central de Venezuela.
Como es de todos conocido, en el presbiterio de la Iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria reposan desde 1975 (traslados desde el Cementerio General del Sur) los restos del Dr. José Gregorio Hernández, recientemente canonizado como beato el 30 de abril de 2021 y parte importante de la devoción venezolana. La decisión de llevar las cenizas del “Médico de los pobres” a este templo tiene que ver con requerimientos solicitados por la Santa Sede para su proceso de canonización (iniciado en 1949 y ratificado en 1972 cuando se le concedió, como primer paso, el título de Siervo de Dios), con su veneración en las Islas Canarias y con el hecho de que Doña Josefa Cisneros, madre del ilustre y piadoso médico, era de origen canario.
10. Imágenes recientes del espacio conformado por las plazas Urdaneta y La Candelaria. En la de la derecha se puede observar las modificaciones incorporadas en la Plaza Urdaneta tras las refracciones de las que ha sido objeto.
Para finalizar, añadir que en 2002 se inició un programa de refracción de la Plaza Urdaneta por iniciativa de la Alcalía Metropolitana y la Fundación Francisco Narváez, y que en 2016 al espacio se le sustituyó el pavimento original y se eliminaron las pocas jardineras y bancos que poseía acrecentando, si cabe, su condición inhóspita.
Por su parte, la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria afectada en 1967 por el terremoto de Caracas fue posteriormente reparada, registrándose su más reciente restauración en 2013 a cargo de la Dirección de Patrimonio de la Cancillería de la República.
Además, en la plaza, frente al templo, fue develado en 1973 un busto del educador y escritor José Manuel Núñez Ponte, obra del escultor Santiago Poletto. Núñez Ponte fue autor en 1924 de la biografía de José Gregorio Hernández.
El 2 de agosto de 1960 la iglesia de La Candelaria es declarada Monumento Nacional, declaratoria extendida a todos los templos construidos antes de 1830, mediante Resolución de la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación.
1936• Luego de cuatro años de trabajos el Ministerio de Obras Públicas MOP concluye e inaugura el Parque Carabobo, espacio público que ocupa una manzana de la urbanización La Candelaria, ubicado en la Avenidas México, entre las esquinas Pelelojo, Las Queseras, Ño Pastor y Misericordia, proyectado por Carlos Raúl Villanueva (1900-1975) con la colaboración de Francisco Narváez (1905-1982).
Foto anónima tomada de una postal de la época.Foto más reciente con el mismo encuadre de la anterior. Anónima tomada de Internet.
El diseño del maestro Villanueva, quien para el momento se desempeñaba como Director de Edificaciones y Obras de Ornato del MOP, lo realizo modificando sustancialmente la Plaza Carabobo, conjunto de jardines creados en 1881 durante el mandato de Antonio Guzmán Blanco. Su remodelación incluyo como pieza central el conjunto de cinco esculturas tituladas «Las indígenas», obra del escultor margariteño Francisco Narváez. Este fue el primer proyecto conjunto entre Villanueva y Narváez entre muchos que realizaron.
… 4 de octubre, coinciden una serie de acontecimientos, nacimientos, decesos, celebraciones y circunstancias que, seleccionados con cierta aleatoriedad, aprovecharemos para realizar una ecléctica nota que nos alejará y acercará de nuestros temas habituales, licencia que nos damos aprovechando el “quédate en casa” provocado por la pandemia.
1. Izquierda: San Francisco de Asis por Bartolomé Esteban Murillo (entre 1645 y 1650). Derecha: Porciúncula, Umbria, Italia
La primera escala en nuestro recorrido la haremos en 1226. Aunque el día antes (3 de octubre) se registra su fallecimiento en su pueblo natal (Assisi, Umbria, Italia), es al canonizarlo en 1228 que el papa Gregorio IX decreta el 4 de octubre como el día en que se rememora a San Francisco de Asís, quizás el más ecuménico dentro del santoral de la Iglesia Católica y una de las grandes figuras de la espiritualidad en la historia de la cristiandad. Según sus biógrafos, Giovanni di Pietro Bernardone (su nombre de pila) nace en 1182 y pasa de ser el hijo de un rico comerciante a vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios, por lo que fue conocido como “el pobrecillo de Asís”. Funda en 1209 la Orden Franciscana o Primera Orden; en 1212 una Segunda Orden conocida como Hermanas Clarisas; y hacia 1221 una tercera conocida como orden seglar, todas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia Católica en la Edad Media. Es en torno a la pequeña iglesia de Porciúncula hoy incluida dentro de la Basílica de Santa María de los Ángeles, ubicada en el municipio de Asís, conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2000, donde comenzó el movimiento franciscano.
La vida religiosa de Francisco de Asís fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera, actitud que no fue aceptada por algunos miembros de la orden. Debido a su amor por la naturaleza se lo conoce en todo el mundo como el santo patrono de los animales y el medio ambiente, razón por la que en 1929, el 4 de octubre también fue declarado Día Mundial de los Animales, por iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal en congreso celebrado en Viena, lo que animó al papa Juan Pablo II a declarar en 1980 a San Francisco de Asís patrono de los animales y de los ecologistas, momento a partir del cual esta celebración tomó más auge a nivel mundial, celebrándose en muchos países con la «bendición de las mascotas».
2. Giovanni Battista Piranesi. Grabados. Izquierda: Vistas de Roma. Panteón de Agripa. Derecha: Antichità romane (1750-53). Templo de Cástor y Pólux3. Giovanni Battista Piranesi. Grabados. Le Carceri d’Invenzione, 1745-1760
En una segunda parada, aproximándonos más a nuestros temas de interés, se recuerda que el 4 de octubre de 1720 nace en Mogliano Veneto (cerca de Treviso, Italia), Giovanni Battista Piranesi (fallece en 1778), arqueólogo, arquitecto, investigador y grabador que, según sus biógrafos, es reconocido porque “realizó más de 2000 grabados de edificios reales e imaginarios, estatuas y relieves de la época romana así como diseños originales para chimeneas y muebles”.
Piranesi, quien estudió arquitectura en Venecia con su tío materno Matteo Lucchesi, apenas llegó a ejercer la profesión, destacando fundamentalmente por su obra como grabador la cual desarrolla en Roma sumada a su pasión por la arqueología. Allí “combinando afán descriptivo y fantasía, Piranesi levantó acta de las ruinas romanas y de los hallazgos que se iban produciendo. (…) Sus primeros grabados fueron vistas de la ciudad, destinadas a guías ilustradas. En 1743 publicó su primera gran serie de estampas, Prima Parte di Architettura e Prospettiva. Elaborada con apenas 23 años, desvela ya su maestría como grabador y su inventiva.”.
Piranesi, cuyas reproducciones e interpretaciones de antiguos monumentos romanos supusieron una importante contribución para la formación y desarrollo del neoclasicismo, cuenta entre una de sus primeras y más renombradas colecciones de grabados las conocidas como “Prisiones” (Carceri d’Invenzione, 1745-1760), “donde transformó las ruinas romanas en fantásticos y desmesurados calabozos dominados por enormes y oscuros pasadizos, empinadas escaleras a increíbles alturas y extrañas galerías que no conducen a ninguna parte. Estos grabados ejercieron una enorme influencia en el romanticismo del siglo XIX, jugando también un destacado papel en el desarrollo, ya en el siglo XX, del surrealismo e incluso en los decorados para el cine de terror”. Por tal razón, el trabajo de Piranesi y su figura ha tenido importante trascendencia prácticamente hasta nuestros días.
4. Izquierda: Francisco Narváez. Derecha: Francisco de Asís Cabrero Torres-Quevedo
Otras dos figuras nacen un 4 de octubre y ambas llevan el nombre del santo a quien se le dedica el día: en 1905 lo hace en Porlamar (Isla de Margarita) el importante artista plástico venezolano Francisco José Narváez Rivera (fallece en 1982); y en 1912, en Santander, Francisco de Asís Cabrero Torres-Quevedo (fallece en 2005), una de las figuras principales de la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX.
5. Francisco Narváez. Izquierda: Fuente del Parque Carabobo, Caracas (1934). Derecha: Mural “La Medicina” (1950), entrada del Instituto de Medicina Experimental, Ciudad Universitaria de Caracas6. Francisco Narváez. Izquierda: “El atleta”, Estadio Olímpico (1951), Ciudad Universitaria de Caracas. Derecha: “La Educación”, Instituto Anatomopatológico (1950), Ciudad Universitaria de Caracas
Narváez, hijo del ebanista, maestro de obras y restaurador José Lorenzo Narváez y de Vicenta Emilia Rivera, ambos margariteños, se trasladó aún adolescente a Caracas, donde comenzó a estudiar en los años 20 del siglo XX en la Academia de Bellas Artes los rutinarios cursos de enseñanza pictórica.
Su biografía recoge, por un lado, que “en 1928 embarcó hacia París, donde acudiría a la Academia Julian y establecería nexos con el movimiento de Montparnasse, del cual le influenciaron poderosamente Modigliani, Raoul Dufy y Moisés Kisling”; y, por el otro, que cuando “regresó a Caracas en 1931, nadie entendía su arte, porque era demasiado violento; por su parte, el artista no hizo concesiones de ningún orden, porfiado como lo fue siempre, creando por primera vez en Venezuela un lenguaje escultórico propio, asociado a las raíces nacionales, exaltando y valorando la belleza de sus elementos étnicos.”
En 1939, Narváez viajó a Nueva York por encargo del gobierno para la decoración del Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de esa ciudad, para la cual ejecutó 5 tallas monumentales en caoba entre ellas Café y Frutas (actualmente en el Liceo Andrés Bello) y Perlas y Cacao (en el Liceo Fermín Toro). A partir de 1940, expone regularmente en los salones oficiales de arte de Caracas. En 1948, obtiene el Premio Nacional de Pintura en el IX Salón Oficial de Arte Venezolano.
La relación de Narváez con la arquitectura y en particular con Carlos Raúl Villanueva nace cuando éste le empieza a solicitar obras escultóricas para los proyectos que empezó a emprender a partir de la década de los años 30 y 40: la fuente del Parque Carabobo (1934), los relieves de las fachadas de los museos de Bellas Artes (1938) y Ciencias Naturales (1939), y para el acceso de la Escuela “Gran Colombia” -hoy Grupo Escolar Francisco Pimentel- (1939), así como el grupo de piezas para la fuente de la Plaza O’Leary, en El Silencio, conocida como «Las Toninas» (1943); todas ellas en la ciudad de Caracas.
Posteriormente, entre 1949 y 1952, ejecuta hasta 12 obras para la Ciudad Universitaria de Caracas en el marco de la “síntesis de las artes”, entre las que destacan: las esculturas “La Educación”, Instituto Anatomopatológico (1950), “La Ciencia”, Instituto de Medicina Experimental (1950), “El atleta”, Estadio Olímpico (1951) y “La cultura”, Plaza del Rectorado (1954); los murales “Cristo”, capilla del Hospital Clínico (1950), “La anatomía”, entrada del Instituto Anatomopatológico, (1950) y «La Medicina» entrada del Instituto de Medicina Experimental(1950); y el relieve “Formas”, biblioteca Henri Pittier del Jardín Botanico (1956).
De acuerdo al artículo elaborado por Alfredo Boulton Pietri para el Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Empresas Polar “en el campo de la escultura, él fue quien inició una manera de ver totalmente apartada de cuanto anteriormente había existido en Venezuela. El arte de la escultura adquiere una nueva etapa y un nuevo sentido con Narváez y después de Narváez. La escultura se vuelve verdadero arte en manos suyas al crear otra dimensión, totalmente distinta a la que los artistas venezolanos habían previamente aprendido en Europa. Es el primer escultor venezolano en romper con todas las reglas académicas ya desgastadas. Con él la escultura alcanza una altura y una posición que no se habían conocido antes en Venezuela. Se valió de la rica variedad de las maderas del país y fue el primero también en hacerlo en gran escala, con las piedras nativas: las de Cumarebo y Araya. En más de un sentido, le dio una nueva valoración y un sitial a la escultura nacional. Objeto de varios homenajes y reconocimientos, representó a Venezuela junto con Héctor Poleo, en los segundos encuentros internacionales de Arte Contemporáneo, celebrados en el Grand Palais de París (1979). Ese mismo año, se inauguró en Porlamar el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez, para el cual el artista donó una serie de sus obras (35 esculturas, 11 pinturas y varias serigrafías). En 1981 ejecutó para la empresa Lagoven S.A. la escultura monumental Gran volumen para la planta de Amuay y, en 1982, terminó una de sus últimas obras, la escultura monumental Armonía de volúmenes y espacio, ejecutada para la C.A. Metro de Caracas.”
7. Tres edificios de Francisco de Asís Cabrero Torres-Quevedo. Izquierda: Casa Sindical (hoy Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad), Madrid. 1949. Derecha arriba: Escuela Nacional de Hostelería (1958-59). Derecha abajo: Pabellón de Cristal de la Casa de Campo (Madrid, 1964)
Francisco de Asís Cabrero, habiendo dado muestras desde niño de gran facilidad para el dibujo, se traslada de su tierra natal a Madrid en 1930 para estudiar la carrera de Arquitectura e ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se gradúa de arquitecto, afectado por la interrupción causada por la Guerra Civil, en 1942. Durante ese intervalo de 12 años aprovechó para viajar a Italia, visitar Milán y Roma, conocer la Roma antigua y la cultura italiana del momento tomando contacto con la arquitectura de Giuseppe Terragni. Al volver, entró en el estudio del arquitecto vasco Eduardo Olasagasti y en el departamento técnico de la Obra Sindical del Hogar (OSH).
Según se recoge en el artículo dedicado a Cabrero por el Diccionario de la Real Academia de la Historia preparado por Pilar Rivas Quinzaños, “la pintura y su necesidad de conocer el mundo fueron sus grandes aficiones que, unidas a la Arquitectura, marcaron toda su vida. Viajero incansable, recorrió medio mundo para estudiar, dibujar y fotografiar las culturas más remotas y tener contacto directo con las obras y los arquitectos más famosos del momento. Todas esas experiencias adquiridas durante una parte importante de su vida le llevaron a escribir sus Cuatro Libros de Arquitectura, que no fueron publicados hasta 1990”.
Una vez graduado, Cabrero se mantiene vinculado por muchos años con la OSH donde llegó a ser nombrado como jefe del Departamento Técnico y bajo su dirección se redactó y aprobó una legislación complementaria para realizar proyectos de vivienda social. Allí realizó uno de sus primeros trabajos: “el Grupo Virgen del Castañar, un conjunto de trescientas cincuenta viviendas protegidas en Béjar (Salamanca), realizado para la OSH (1942), en donde ya aparece la esencia de su arquitectura: la cuadrícula, la desornamentación, limpieza de materiales, las estructuras vistas y su concepción neoplasticista”.
A partir de 1945 interviene en la fase III del Grupo de edificios de viviendas protegidas Virgen del Pilar, en Madrid en el barrio de Prosperidad y en 1949 realiza los dúplex de la IV fase, un bloque de viviendas protegidas en la calle Quintiliano también en Madrid (1949). Junto con Rafael Aburto, ganó en 1949 el primer premio del concurso para edificio de la Delegación Nacional de Sindicatos en Madrid, más conocido como Casa Sindical (hoy Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad) frente al Museo del Prado, el primer edificio moderno construido a instancias del gobierno franquista tras la Guerra Civil, que se convertiría en su obra más conocida.
Rivas Quinzaños apuntará: “La década de 1950 fue para el arquitecto una época de investigación en las formas y en los materiales que desembocó en su etapa de arquitectura de hierro, como ha establecido Ruiz Cabrero. Así, la vivienda como objeto de reflexión fue una de sus mayores preocupaciones. (…) Otro tema de investigación fueron las formas geométricas puras. Un ejemplo es: Forma Conmemorativa (1950), dos aspas situadas frente al mar que nunca se construyó. En cambio en su propuesta para el concurso Monumento a Calvo Sotelo (1955) eligió dos grandes triángulos rojos encontrados por sus lados mayores. (…) Una faceta poco conocida son sus trabajos como urbanista. En 1961 fue nombrado director técnico de la Gerencia de Urbanización del Ministerio de la Vivienda, en cuyo puesto permaneció hasta 1968, colaborando directamente con Pedro Bidagor Lasarte, desarrollando y gestionando una serie de polígonos residenciales por toda la geografía española”.
La mayor parte de la obra de Cabrero se sitúa en Madrid o sus alrededores. Destacan entre otros, sumados a los ya mencionados, el edificio del periódico Arriba (Paseo de la Castellana, 222, Madrid, 1962), el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo (Madrid, 1964) y el Ayuntamiento de Alcorcón (1973). También es obra suya la ampliación del Parque Sindical que albergó desde entonces la piscina más grande de Europa. Su último trabajo, llevado a cabo con su hijo José Cabrero y Carlos de Riaño data de 1990 y es la remodelación de la Casa del Pastor, edificio de viviendas en la calle Segovia de Madrid. Por esa casa recibieron el Premio del Colegio Oficial de Arquitectos 1990, año en el que Cabrero también recibió la Medalla de Oro de la Arquitectura, otorgada por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.
8. José Plecnik. Arriba derecha: Iglesia de San Miguel, Liubliana (1937-1940). Abajo izquierda: Puerta de esclusa de Liubliana (1939-1943). Abajo derecha: Iglesia del Sagrado Corazón, Praga (1928-1932)
Un 4 de octubre pero de 1992 Oscar Tenreiro, desde la página de arquitectura que compartía con Francisco Sesto en El Diario de Caracas, nos puso en contacto a través de “El poderoso lenguaje de José Plecnik” con la figura un tanto oculta para el mundo y desconocida en nuestro país del más importante arquitecto esloveno del siglo XX, en momentos en que su tierra natal daba los primeros pasos luego de independizarse en 1991 de esa federación que durante la mayor parte del siglo XX se llamó Yugoslavia, término que describió genéricamente a varias entidades políticas que existieron sucesivamente en la parte occidental de la península balcánica en Europa. Cabe destacar que Eslovenia se separa tal y como se recoge de Wikipedia “tras un conflicto armado relativamente corto denominado Guerra de los diez días (que fue la primera guerra de la disolución de Yugoslavia), en la que se opuso al ejército de la antigua federación yugoslava. Por aquel entonces, ya era el país más desarrollado de aquella federación. (…) Cultural e históricamente, Eslovenia gravita hacia Italia, Austria y Alemania (cultura católica y protestante). A lo largo de la historia, Eslovenia siempre fue parte de los imperios, reinos, etc. de Europa central y nunca ha sido parte de los cuerpos políticos que gobernaron la mayoría de los Balcanes, por ejemplo del Imperio Romano de Oriente (iglesia ortodoxa) y el Sultanato de Turquía (islam).”
José Plecnik (Jože Plečnik, Ljublana 1872- Trnovo 1957) a quien Tenreiro se antoja “comparar con Antoni Gaudí” porque al igual que éste “resumió el alma de su pueblo, la sensibilidad de la tierra donde nació, a través de una arquitectura fuerte, nueva, inédita, original”, es definido en tono más nacionalista y algo exagerado por Wikipedia como “arquitecto esloveno que trabajó en Viena, Belgrado, Praga y Liubliana. Considerado el Arquitecto Nacional esloveno, quiso hacer de su arte un instrumento al servicio de la afirmación de la identidad eslovena frente a la cultura germánica dominante en el Imperio austrohúngaro”.
Hace bien Tenreiro en ubicar a Plecnik generacionalmente (con diferencia de pocos años) junto a Frank Lloyd Wright, Lutyens, Hans Poelzig, Peter Behrens, Charles Rennie Mackintosh y Van de Velde, formando parte “de una generación que rompió brechas a favor de la arquitectura moderna”. También en señalar que habiendo estudiado en Viena con Otto Wagner, al regresar a su país fue considerado “como el creador de Ljublana de entreguerras y aunque su fama rebasó las fronteras de su ciudad y se extendió por la Yugoslavia de entonces, fue ignorado por el resto de Europa, desconocido por los historiadores más importantes, hasta el momento de su redescubrimiento, que culminó con una gran exposición retrospectiva hace unos años en el Centro Pompidou”. Penalidad que Plecnik debió pagar por pertenecer a “un país periférico y socialista del cual nadie esperaba algo demasiado interesante”.
A la exposición del Centro Georges Pompidou en 1986 instalada al año siguiente (1987) en la sala del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo de Madrid, y que también llegó a Milán, Nueva York y Munich, se sumaron la organizada en 2017 para los 145 años desde el nacimiento y 60 años desde el fallecimiento de Plecnik por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), otra en 2018 que se abrió primero en la Sala de Exposiciones y patio del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia (CTAV) y luego en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia titulada “Plečnik (1872-1957): el arquitecto de la Liubiliana, Praga y Viena (la casa Zacherl)”, siendo la más reciente “Plecnik e il Sacro. Jože Plečnik, architetto e designer sloveno (Plečnik y lo Sagrado. Jože Plečnik, arquitecto y diseñador esloveno) abierta el 2019 en los Muesos Vaticanos, Roma.
Al redescubrirse a Pletnik ante el mundo en 1986 arquitectos como Robert Venturi, James Stirling, Álvaro Siza o Hans Hollein se interesaron en su obra olvidada por el movimiento moderno de los años veinte al no utilizar un lenguaje internacional y nuevo, sino otro basado en elementos regionales, viendo en ella un marcado sesgo de posmodernidad. Damian Prelovsek, conocedor como pocos de su obra, destaca de Pletnik sus formas clásicas mediterráneas y tradicionales, su consideración ética de la arquitectura, su compromiso con Eslovenia y el sentimiento nacional y su profunda religiosidad. Autor de proyectos de iglesias y cementerios y de objetos religiosos, se le ha comparado (compartiendo apreciación con Tenreiro) con Gaudí, por su trabajo artesano y místico, así como el empleo de formas modernistas en la decoración.
Sus obras maestras son, además de la transformación del centro de Ljublana, la casa Zacherl, en Viena (1903-1906); la biblioteca de la universidad de Liubliana (1928-1930); la transformación del castillo de Praga (1921-1937) y la iglesia del Sagrado Corazón de Praga (1928-1933).
9. Izquierda: el Sputnik, primer satélite artificial de la Tierra puesto en órbita por la Unión Soviética el 4 de octubre de 1957. Derecha: la cantante estadounidense de rock y blues Janis Joplin fallecida el 4 de octubre de 1970.
Para cerrar nuestro paseo por el 4 de octubre mencionaremos que también se conmemora un año más de la puesta en órbita en 1957 por parte de la Unión Soviética del Sputnik, el primer satélite artificial de la Tierra; y otro aniversario (el nº 50) de la muerte en 1970 de la cantante estadounidense de rock y blues Janis Joplin. Considerada por la crítica especializada una de las mejores y más influyentes artistas de todos los tiempos y la primera mujer estrella del rock and roll, Joplin se sumó en su momento al “Club de los 27”, grupo de músicos populares que fallecieron a la edad de 27 años, conformado inicialmente por Robert Johnson, Brian Jones, Jimi Hendrix y Jim Morrison al que se agregaron más recientemente Kurt Cobain y Amy Winehouse. Joplin falleció en Los Ángeles por una sobredosis accidental de heroína en circunstancias confusas.
10. Aguacero propio del día de San Francisco conocido como «el cordonazo»
Si por casualidad en estos días han notado que el tiempo se encuentra alterado con lluvias torrenciales acompañadas de truenos y descargas eléctricas, no olviden que estamos en pleno “cordonazo” de San Francisco, fenómeno cuyo epicentro es el 4 de octubre. Tradicionalmente en estas fechas después de la gran tormenta finaliza la temporada de lluvias (o invierno) en nuestro país. Claro, eso era cuando el clima era predecible.
1936•El día 19 de abril el Presidente Eleazar López Contreras inaugura la nueva sede del Museo Boliviano, ubicado en la esquina de Pajaritos, entre la avenida Sur 2 y la calle Oeste 6, al Sur del templo de San Francisco, diseñado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva (1900-1975), con la participación del artista plástico venezolano Francisco Narváez (1905-1982), quien creó el relieve alegórico de la fachada.
La vieja sede de la institución al norte de la Plaza Bolívar había quedado pequeña para albergar y exhibir la colección relacionada con El Libertador, que había crecido por las adquisiciones realizadas por el Ejecutivo Nacional y las múltiples donaciones de particulares, razón que llevó al General Juan Vicente Gómez a decretar la construcción del nuevo edificio el 24 de julio de 1934.
HVH
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