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Algo más sobre la postal nº 47

La urbanización Colinas de Bello Monte comienza a promoverse dentro de la sociedad caraqueña desde 1954, apareciendo el primer anuncio del que tengamos conocimiento (de trazos geométricos, diseñado muy probablemente por Mateo Manaure), en el nº 1 de la revista a, hombre y expresión (1954). El que acompaña la postal, quizás el más conocido, contando seguramente con la misma autoría que el primero, apela, sin abandonar la abstracción, a transmitir un mensaje más sugestivo, apacible, cadencioso y acorde con el producto que se intentaba promocionar.
Siendo la primera incursión “urbanizada” que se acometía en una de las zonas de topografía accidentada ubicada al sur de la ciudad (que incluso llevó a realizar una modificación de la Ordenanza vigente para la fecha), no deja de ser sintomático el apelativo al que se recurre (“colinas”) como demarcación del status socio-económico del segmento a quien iba dirigido el mensaje y de una manifiesta voluntad por diferenciarse del término “cerro” con el que se empezaron a denominar los lugares donde se comenzaban a localizar asentamientos de carácter informal o los desarrollos de vivienda de interés social. Luego aparecerían “lomas” y “terrazas”, entre otros, como acompañantes de “colinas” en la designación de urbanizaciones más recientes dentro de la acelerada expansión de la ciudad.
Es Inocente Palacios, en su doble condición de empresario y promotor cultural, quien acomete el reto de poblar lo que hasta entonces habían sido los escarpados terrenos de la hacienda Bello Monte (productora de caña de azúcar), en la ribera sur del Guaire, frente a Sabana Grande. La parte menos accidentada del desarrollo (cercana al río) sería ocupada por edificios corporativos y viviendas multifamiliares, destinándose las laderas para quintas que podrían aprovechar, gracias a la sinuosa adaptación topográfica del trazado, las magníficas visuales abiertas sobre el valle y el Ávila.
El propio Palacios se instala en lo que se conocía como cerro El Perico en una casa-conservatorio (de nombre “Caurimare”) que le proyectó el arquitecto italiano Antonio Lombardini, autor de numerosas obras dentro de la urbanización. También organizó la convocatoria del concurso de una quinta-tipo (ganado por José Miguel Galia) que se ofrecería como modelo a los potenciales habitantes de la zona, y se encargó de salpicar de cultura el naciente asentamiento promoviendo la realización del proyecto para el Museo de Arte Moderno de Caracas (1955) a cargo de Oscar Niemeyer (no construido) y el de la Concha Acústica autoría de Julio Volante (1954), amén de que en sus predios también se instaló el Club Táchira proyectado por Fruto Vivas (1955). En 1956 y 1957, respectivamente, se construirían en algunos de sus solares la Agencia Anglovén (hoy Dambromotors C.A.) y las residencias Meli y Crisbel (conocidas como “Los Morochos”) de Vegas & Galia e, igualmente en 1956, el Edificio Summa (antes National Cash Register) de Don Hatch.

ACA

1951• Casa Modelo en la Urbanización Colinas de Bello Monte

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1951•  Muy poco después de iniciada las obras de urbanismo para crear la Urbanización Colinas de Bello Monte, en lo que fue la hacienda propiedad de la Sucesión Casanova, se concluye la Casa Modelo, ubicada en un terreno «ondulado», como afirmaba la urbanizadora, proyectada por el arquitecto italiano Antonio Lombardini.
Y fue en esa casa, en el mes de diciembre, donde se entregaron los premios a los ganadores del Concurso Internacional «Colinas de Bello Monte» para una quinta en pendiente  promovido por la urbanización, en el cual el arquitecto José Miguel Galia obtuvo el primer premio, el arquitecto italiano Gino Ugo Posani el segundo premio y el tercero, el estudiante Raúl Garmendia.
Antonio Lombardini trabajó conjuntamente con Inocente Palacios en el desarrollo de Colinas de Bello Monte, primer parcelamiento de terrenos en pendiente técnicamente proyectado que se realizaba en Venezuela, que permitía «vivir prácticamente dentro de la ciudad, disfrutando de todas las ventajas, pero apartado del bullicio, del tráfico y de la inusitada actividad de la Caracas moderna».

HVH

1985• Residencias Madrigal

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1985•  Se concluye la construcción y se empieza a vender en régimen de propiedad horizontal las Residencias Madrigal, ubicadas en la Calle Suapure, urbanización Colinas de Bello Monte, diseñado por los arquitectos Román Dávila Hunter (revalida FAU UCV, Promoción 6/1957) y Alberto Espinal Penso (FAU UCV, Promoción 20E/ 1973).
El edificio fue implantado en una estrecha franja de terreno con fuerte pendiente, planteando los arquitectos el acceso a la edificación por una suerte de “puente” en el 5º nivel, desarrollándose los niveles restantes hacia abajo.
En consecuencia el edificio tiene su planta baja en el nivel más bajo, en donde se ubicó una terraza con parrillera, maleteros, sala de fiestas y sanitarios. Sobre éste, 5 plantas hasta llegar al nivel calle, con 60 apartamentos repartidos en ellos y un último nivel, el único sobre la Calle Suapure, con el estacionamiento en el techo del edificio.
Todos los apartamentos tienen la misma configuración y área interna (aproximadamente 80 m2) variando su área total en función del ancho del balcón/terraza que oscila entre 1,50 mts. a 3 mts. dependiendo del nivel, lo que permitió a los proyectistas llevar a cabo un interesante juego volumétrico en su fachada oeste que a su vez ve hacia el valle de Caracas.

HVH

1951• Concurso para el diseño de una quinta en un terreno en pendiente

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1951•  El empresario Inocente Palacios buscando promover el desarrollo de la Urbanización Colinas de Bello Monte, llama a un concurso internacional para el diseño de una quinta en un terreno con pendiente, condición no todavía frecuente en nuestro país. El jurado del concurso, integrado por Leopoldo Martínez Olavarría, Carlos Raúl Villanueva y Diego Carbonell, consideró 75 anteproyectos elaborados por arquitectos y estudiantes venezolanos y extranjeros. El primer premio le fue adjudicado al arquitecto José Miguel Galia, el segundo premio lo obtuvo Gino Ugo Posani y el estudiante Raúl Garmendia el tercero.

HVH