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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Cinés Méditerranée

Stephan Zaubitzer

Building Books

2021

Idioma: francés

Sinopsis

Durante casi veinte años, el fotógrafo Stephan Zaubitzer ha recorrido el mundo en busca de salas de cine, en funcionamiento o en desuso, para captarlas en una cámara de gran formato, de frente y sin efecto. Al inventariar estas arquitecturas regidas por las leyes de la óptica, entrega un testimonio bajo el sello de la memoria. Su serie “Cinés Méditerranée” se centra en cinco países de la orilla sur: Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto y Líbano. El libro acompaña a la exposición del mismo nombre en La Chapelle des Pénitents Bleus en La Ciotat, que linda con Eden, el cine más antiguo del mundo. Está prologado por Alain Bergala y amplía el corpus fotográfico presentado en La Ciotat, ofreciendo también una visión cartográfica de la serie.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 313

La aparición del número 1 de Cine al día en diciembre de 1967, se constituyó en un eslabón fundamental dentro del incesante trabajo que un grupo de intelectuales, críticos y amantes del séptimo arte ya había venido desarrollando desde los años 50 en Venezuela.

Convencido de la necesidad de generar un “pensamiento cinematográfico venezolano” que a su vez acompañara la necesidad de hacer del cine parte de la cultura en Venezuela, cosa que hasta entonces no había ocurrido, Alfredo Roffé (1929-2011), arquitecto graduado en la UCV en 1958, investigador, crítico cinematográfico y profesor universitario, quien ya había tenido una participación importante acompañando desde muy joven a su hermana Violeta en el proyecto que involucró la creación de la revista Cruz el Sur (1952), y presencia como colaborador cubriendo temas cinematográficos desde el primer número de la revista Integral (1955), se convierte en principal promotor de la aparición en octubre de 1962 de Registro, publicación de documentación y crítica cinematográfica del Centro de Investigaciones Cinematográficas (Caracas), convirtiéndose con los trabajos allí aparecidos en pionero de la moderna historiografía del cine en Venezuela.

Tal y como narra la profesora María Gabriela Colmenares España en “Alfredo Roffé (1929-2011) y el pensamiento cinematográfico venezolano”, texto aparecido en el nº157 (primer trimestre de 2012) de Comunicación, revista del Centro Gumilla, cuyo tema central fue el cine, será poco después de la experiencia de solo tres números de Registrocuando Margot Benacerraf propone al Inciba la creación de una Cinemateca Nacional, llama a Alfredo Roffé para que formule el proyecto de la misma. Con la creación en 1966 de la Cinemateca Nacional, según el proyecto de Roffé y con Benacerraf como primera directora, se logra que el Estado venezolano finalmente acepte el valor artístico y cultural del cine y lo incluya entre sus competencias en materia de cultura. A continuación, se producen los tres Encuentros de Cine Nacional que reunieron, por primera vez, un grupo de cineastas, críticos, productores, etcétera, para delinear los fundamentos de lo que deberían ser las políticas cinematográficas del Estado venezolano. Estos encuentros, realizados entre 1966 y 1967 en Ciudad Bolívar, Valencia y Caracas respectivamente, tuvieron como resultado un Proyecto de Ley de Cine que fue redactado por Roffé, Antonio Pasquali, Sergio Facchi, Oswaldo Capriles y Rodolfo Izaguirre y entregado, el 23 de junio de 1967, a Simón Alberto Consalvi, para entonces presidente del Inciba. Aunque este proyecto fue ignorado olímpicamente por el Poder Legislativo, los Encuentros de Cine y su redacción fueron el germen de varias iniciativas perdurables, entre las cuales se encuentran Cine al Día, la primera revista venezolana especializada en crítica cinematográfica, … y la ANAC (Asociación Nacional de Autores Cinematográficos) establecida definitivamente en 1974”.

Corolario importante de todo este proceso lo constituyó sin duda la creación en 1978 de la Escuela de Artes de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV, en la que Roffé jugó un papel determinante “pues su visión de la crítica y la teoría del cine contribuyó a delinear el pensum de la Mención Cine y la conformación del correspondiente Departamento, al cual se incorporaron también Oscar Moraña, Joaquín González, Ambretta Marrosu, José Miguel Acosta, Iván Feo, César Bolívar, Héctor Ríos, Elizabeth Safar, Tulio Hernández, Rafael Zapata, Oscar Lucien, Manuel de Pedro, entre otros cineastas, docentes e investigadores”. A Roffé le correspondió, particularmente, la instauración de la Cátedra de Análisis Fílmico y Cinematográfico.

1. Página de créditos del nº1 de Cine al día

Pues bien, Cine al día se encuentra incorporada dentro del proceso señalado siendo una pieza clave y articuladora de proyectos, iniciativas y material tanto informativo como didáctico durante el tiempo que salió al aire entre 1967 y 1983, lapso en el que se produjo un relevante auge del cine venezolano. Como también señalará María Gabriela Colmenares: “La revista –que estuvo antecedida por la elaboración de un “manifiesto” por Roffé en el que se establecían sus principios fundamentales- fue proyectada como una publicación destinada a: apoyar, estimular y difundir la producción (cinematográfica) nacional, en función de su desarrollo y progreso; informar sobre las actividades culturales relacionadas con el cine que se efectúan en el país; ejercitar una crítica rigurosa y orientadora en los aspectos temáticos, amplia y exigente frente a la elaboración formal; estudiar las obras y autores significativos para el cine y los aspectos más resaltantes de su utilización como medio de expresión; dar a conocer los alcances del cine como instrumento de conocimiento, educación e investigación; analizar las posibilidades y consecuencias del cine como medio de comunicación colectiva; abordar el tema de la televisión mediante estudios sobre sus proyecciones culturales y sociológicas; ilustrar la técnica cinematográfica en sus alcances culturales e industriales; preparar índices bibliográficos de las publicaciones internacionales sobre el cine; poner de manifiesto la importancia del cine en formatos reducidos de 8 a 16 mm”.

Editada por la Sociedad Civil “Cine al día”, conformaron su primer Comité de Redacción (que se mantuvo sólo por tres números): Alfredo Roffé (Dirección), Ambretta Marrosu (para entonces, su esposa), Oswaldo Capriles, Sergio Facchi, Antonio Pasquali, Luis Armando Roche, Miguel San Andrés y Alberto Urdaneta, quienes son considerados como sus fundadores. Con la intención inicial de aparecer cada dos meses (cosa que sólo se cumplió al inicio), las dificultades económicas que desde un principio la limitaron, le permitieron a la revista contar sólo con 25 números al momento de su desaparición lo cual daría un promedio general aproximado de tres números cada dos años. El último Comité lo integraron Alfredo Roffé, Ambretta Marrosu, Oswaldo Capriles, Fernando Rodríguez y Miguel San Andrés.

La portada de aquel primer número estuvo presidida por un fotograma de la película “La guerre est finie” del director Alain Resnais y una copia de ella engalana nuestra postal del día de hoy. El valor del ejemplar fue de Bs. 2,50 y el de la suscripción por 6 números era de Bs. 15,00. Apareció en formato tamaño carta, impreso en papel bond diagramado a tres o cuatro columnas (según la sección) sin mayores pretensiones (apostando básicamente al valor de su contenido), y tuvo un total de 40 páginas. Su publicidad, discreta si se quiere, estuvo conformada básicamente de avisos institucionales y de empresas vinculadas al medio cinematográfico y la cultura buscando siempre estar “fuera de todo mecanismo de poder, sea económico como político”.

2. Páginas interiores del nº1 de Cine al día.

El sustancioso sumario del nº1 de Cine al día tiene a modo de editorial el artículo “Cine y cultura en Venezuela”, toda una declaración de principios y profundo análisis crítico de la situación del cine y su inserción dentro del campo cultural del país para el momento en que aparece. También contará con: una entrevista al productor venezolano de largometrajes Lorenzo González Izquierdo; “Nota sobre el nuevo cine inglés” de Oswaldo Capriles; “La crítica según los hijos de Gramsci y Luckács” de Guido Aristarco; “Caminantes, leyes, universidades y cine” de Alfredo Roffé; Tres preguntas a Leopoldo Torre Nilsson; “Cineastas sin distribución en Venezuela” de Chris Marker; “Uso y posibilidades del zoom” de Miguel San Andrés; las secciones “Ocho a dieciséis”, “Cine y TV”; “Índice Bibliográfico” y “Notas críticas”, para cerrar con “Información Nacional” e “Información Internacional”. Como se verá se trataba de un ambicioso producto que proporcionaba a los interesados en el cine no sólo un denso y variado contenido sino todo lo necesario para estar actualizado.

Aparece Cine al día, como ya se dijo, el año 1967 momento en que se conmemoró el cuatricentenario de Caracas y se montó el célebre así como efímero espectáculo audiovisual Imagen de Caracas, dirigido por Jacobo Borges, en los terrenos que hoy ocupa Parque Central sobre la avenida Bolívar. Desaparece en 1983 año en que se produce el “viernes negro” situación que arrastró a la economía y la cultura venezolana a una crisis que no ha hecho sino empeorar desde entonces. El número 25 (último de la revista) es precisamente «un balance de la situación imperante en el cine, la cultura y la política venezolanos para 1983. Un balance negativo desde cualquier punto de vista”, señalará Colmenares.

María Gabriela Colmenares, quien fuera discípula Roffé en la Escuela de Artes de la UCV, obtuvo su licenciatura en 1993 con la tesis Contextualización de la revista «Cine al día» (1967-1983) y sus planteamientos en torno al cine venezolano y latinoamericano, convirtiéndose desde entonces en una de las mejores conocedoras del tema y referencia ineludible. Como señala la autora en el resumen de la tesis, “En esta investigación, examino la trayectoria de la revista de crítica cinematográfica ‘Cine al día’ (1967-1983), desde sus antecedentes hasta su cierre, la contextualizo en el pensamiento cinematográfico venezolano y latinoamericano de su momento y discuto sus aportes tanto a la reflexión sobre el cine en Venezuela como a las políticas cinematográficas y culturales del Estado venezolano durante las décadas de 1970 y 1980”. Localizable y descargable a través de http://saber.ucv.ve/handle/10872/21032, se trata de un extenso documento de referencia que ofrece toda la información necesaria sobre tan importante evento dentro de la evolución del cine venezolano.

3. Alfredo Roffé.

A toda la labor que Roffé desempeñó dentro de la Escuela de Artes, habría que sumar otra importante faceta desarrollada en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo como docente e investigador adscrito al Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción (IDEC) del que fue uno de sus primeros integrantes tras su fundación en 1975, así como miembro del primer Consejo Editorial de la revista Tecnología y construcción (1985) junto a Luis F. Marcano, Raquel Gamus, Alberto Lovera y Ute Romero. En ese número publica “Las reglas del juego. Una aproximación al problema de la evaluación de proyectos de arquitectura”, una muestra clara del polifacetismo que lo caracterizó a lo largo de su vida. Como especialista en la programación de edificaciones Roffé será el encargado de elaborar el estudio pormenorizado de las áreas que formaron parte del Concurso Nacional para la sede de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV convocado en 1986. También del programa que acompañará el acondicionamiento del edificio San Pedro como sede del Instituto de Provisión del Profesorado (IPP) de la UCV, terminado en 1992.

Aceras y brocales, página semanal del diario Últimas Noticias, creada en 2005 por Roffé, junto a Juan Pedro Posani, Henrique Hernández y Alejandro López, lo mantendrá activo y será una de sus últimas incursiones en los medios hasta que se produce su fallecimiento en 2011. A Roffé se le otorgó el Premio Nacional de Cine el año 2000.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1 y 2. Revista Cine al día, nº1, diciembre 1967.

3. https://twitter.com/profe_emege/status/1382690608746221579

1946• Cine Lido

Se diseña el cine Lido.jpg

1946• El 18 de diciembre se inaugura el Cine Lido, ubicado en el cruce de la avenida Francisco de Miranda, con la calle El Parque, proyectado por Gustavo Guinand Van der Walle (1920-c.2004) (ingeniero FI UCV 1942 / Arquitecto FAU UCV 1967).
El Cine fue el primer cine de lujo de la zona este de la capital. Fue proyectado con un aforo de 712 puestos en un solo nivel, sin balcón.
La fachada acristalada, orientada hacia el nor-oeste, permitía ver a través del amplio y alto vestíbulo el hermoso mural de figuras femeninas danzantes, pintado por el artista de origen francés, Charles Ventrillón-Horber (1889-1997).
El vestíbulo tenía hacia uno de sus extremos una fuente de soda y en el otro los sanitarios públicos
El Cine Lido cerró sus puertas en 1977. Adquirido por la Constructora Sambil se demolió en 1978 para construir el Centro Comercial Lido.

HVH

¿SABÍA USTED…

… que el 6 de septiembre de 1940 es inaugurado el Teatro Boyacá?

El sobrio y elegante Teatro Boyacá, proyectado por Carlos Guinand Sandoz (1889-1993) con la colaboración del arquitecto de origen belga Henry Brons, fue considerado como una de las más notables edificaciones de su tipo en la ciudad desde el momento mismo de su apertura.

1. Ubicación del Teatro Boyacá en la urbanización San Agustín del Norte sobre la avenida Este 10.

Se ubicó sobre la avenida Este 10 (hoy Lecuna) entre las avenidas Sur 11 y Sur 9 (muy cerca del Nuevo Circo de Caracas) en la ya para entonces consolidada urbanización clase media San Agustín del Norte, iniciativa del Sindicato Prolongación de Caracas, constituido por Juan M. Benzo, Santiago Alfonso Rivas, Tomás Sarmiento, Luis Roche y Juan Bernardo Arismendi Lairet, quienes adquieren terrenos que formaban parte de la antigua Hacienda La Yerbera y de las vegas del Río Guaire. Igualmente, su proximidad a la urbanización El Conde lo convirtió en sitio de reunión de los pobladores de las que fueron dos de las primeras ampliaciones de la trama urbana del centro de la ciudad de Caracas hacia el este.

Guinand, quien se gradúa en el Technische Hochschule, Munich, Alemania, en 1913, regresa a Venezuela en 1915, y revalida su título de arquitecto en la Universidad Central de Venezuela en 1936, diseña el teatro en estilo art-déco constituyéndose en referencia de dicha tendencia dentro del uso cinematográfico para el que estuvo destinado.

Su fachada, en la que predomina la presencia del volumen cúbico que contiene la sala de espectadores, se aligera a partir del vacío conformado por un pórtico que contiene, simétricamente dispuestas, cuatro columnas cilíndricas separadas delicadamente por paños de bloque de vidrio que iluminan el foyer, lográndose definir una ventana urbana de proporciones monumentales que apela a un ritmo emparentado con la arquitectura clásica.

2. Fachada principal (norte) del Teatro Boyacá.

El volumen cúbico ya señalado, se eleva a partir de un basamento de mármol negro diseñado con proporciones áureas, para permitir el acceso independiente desde la calle tanto al confortable hall que precedía a las localidades de patio como al balcón y la galería ubicados en la parte superior y posterior, tradición espacial impuesta durante los años treinta. A la vez, se encuentra bordeado simétricamente por tres lucernarios circulares dispuestos de lado y lado y cinco más que rematan su frontón, lográndose con ello obtener una composición equilibrada y limpia. Valga añadir que el juego compositivo utilizado en la fachada se reprodujo en un pórtico similar que se utilizó como boca del escenario interno.

3. Vista interior de la sala.

La solución estructural adoptada convirtió al Teatro Boyacá en el cine de mayor área libre y sin columnas intermedias construido hasta el momento en la capital (24 metros de luz). Tal y como se señala en la nota elaborada para el catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998) a cargo de Carmen Araujo y William Niño Araque, “el sistema de soporte está conformado por un conjunto de pórticos de concreto que permiten el desarrollo de esta espacialidad fluida. La inmensa viga de concreto, además de un alarde tecnológico para la época, permite recoger todo el peso del balcón a todo lo ancho de la sala, constituyendo una experiencia espacial novedosa”.

4. Detalles del espacio del vestíbulo.

Otro tema destacable dentro del diseño del Teatro Boyacá fue el esfuerzo llevado adelante para entender la edificación como un todo integrado, donde arte y arquitectura intentan fusionarse a través del uso cromático de los materiales utilizados como revestimiento, en pisos y cerramientos donde predomina el color negro. A ello se suma la incorporación de enormes murales realizados por el artista Rafael Rosales, “los cuales, pintados en dorados sobre zócalos en negro, reseñaban una referencia inmediata al edificio de la RCA del Rockefeller Center de Nueva York”. Las butacas eran de cuero de dos colores y los pisos eran de granito en diversos tonos de gris y negro.

Como no se descuidó ningún detalle, el nombre del teatro realizado en relieve, estaba perfectamente proporcionado y colocado en la fachada, acentuando su elegante y monumental aspecto.

En resumen, el Teatro Boyacá contó con un considerable aforo de 1.597 puestos: 741 en patio, 506 en balcón y 350 en una galería ubicada detrás del balcón.

Guinand, uno de los más importantes arquitectos de Venezuela durante el siglo XX, quien encabezó la generación que impulsó la modernización de Caracas entre 1920 y 1970, desde su regreso al país en 1915 hasta la construcción del Teatro Boyacá enfocó su práctica en viviendas privadas (donde destaca la suya propia en El Paraíso) predominando entonces el estilo neocolonial. Completó entre 1928-29 los diseños para la ejecución del Caracas Country Club Golf House y construyó entre 1933-1935 el conjunto original, inicialmente proyectado en mission style por el arquitecto californiano Clifford Wendehack, para la urbanización homónima. En 1930 proyecta la Policlínica Maracay, mientras en Caracas realizaba la Policlínica Caracas finalizada en 1932. En 1934 realiza la moderna edificación del Ministerio de Fomento (hoy Vicepresidencia de la República), obra encargada por el Ministerio de Obras Públicas, de corte beauxartiano. En 1935 realiza la nueva sede del Club Alemán en El Paraíso, donde evidencia sus vínculos con el art-déco y sus referencias con la arquitectura wrightiana, en especial el Templo Unitario de Oak Park (1906).

5. Carlos Guinand Sandoz. Ministerio de Fomento 1934-35.
6. Carlos Guinand Sandoz. Casa Taurel (1938-1940) y Club Alemán (1935)
7. Carlos Guinand Sandoz. Sanatorio Antituberculoso (1939).

En 1938 forma parte de la Comisión Nacional de Urbanismo, donde trabaja junto a Rotival, Lambert y Prost en el Plan Rector de Caracas publicado en 1939. Entre 1938 y 1940 proyecta y construye la Casa Taurel (art-déco) en la Urb. Los Caobos y en 1939 realizó una de las obras más ambiciosas: El Sanatorio Antituberculoso en Antímano que fue uno de los logros más importantes en materia de asistencia pública para Venezuela. De comienzos de la década de 1940 serán: la Urbanización Pro-Patria Venezolana (1939-1940) -317 casas junto con su plaza, parque deportivo, la casa-club (casa del obrero) y la capilla-, el teatro Continental (remodelación, 1941) y el puente art-déco sobre el río Guaire hacia la Urbanización Las Mercedes (1941). En la misma década proyectó y construyó importantes residencias privadas en lenguaje neohispanista, en diversas urbanizaciones de Caracas, entre ellas la Casa Gathmann en La Florida y su residencia familiar Atapaima en la Urb. Los Chorros (1943-1944 y ss.).

8. Vista del Teatro Boyacá en 1968, pocos meses antes de su demolición, agredido en su fachada principal con la colocación de un aviso luminoso de plástico.

Tras una larga agonía que también persiguió a las más importantes salas de cine de la capital, el Teatro Boyacá fue cerrado en 1963 y finalmente demolido en 1969. Ligada a su desaparición asociada a la finalización de la construcción de la avenida Lecuna en 1970, el Boyacá tuvo una vida paralela y simultánea con otra importante edificación de gran calidad ubicada pocas cuadras más hacia el este (en Puente Mohedano, El Conde) que corrió con la misma suerte: el edificio de A. Planchart y Cía. Sucr. C.A. concesionario de vehículos inaugurado en 1947 propiedad del empresario y mecenas, Armando Planchart Franklin y diseñado por el ya mencionado arquitecto norteamericano Clifford Wendehack.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado, 2, 3, 4, 5 y 7. Galería de Arte Nacional. Catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998)

  1. https://guiaccs.com/planos/ultimo-plano-de-razetti/

6. Colección Crono Arquitectura Venezuela y Galería de Arte Nacional. Catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998)

8. Colección Crono Arquitectura Venezuela

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

La ciudad en el cine

Antonio Pizza (ed.)

Ediciones Asimétricas

2022

Sinopsis

La cinematografía y la arquitectura destacan como dos actividades de modificación de la realidad, enriquecidas por sus múltiples intercambios. A las dos corresponde un trabajo peculiar de manipulación con “el espacio”, “la luz” y “el movimiento”; y si la arquitectura vive en el “tiempo”, evoluciona y se transforma, de la misma manera uno de los objetivos de la cinematografía será registrar el innato tránsito espacio-temporal de los acontecimientos. Por otro lado, se establecen de inmediato otras interacciones: es manifiesta la presencia del cine en la ciudad: la arquitectura de las salas de proyección, los estudios de producción cinematográfica, la presencia de publicidad en el contexto urbano; a su vez, será llamativa desde sus inicios la exhibición de la ciudad en las pantallas, a menudo como “actriz protagonista”. Existe además un nexo directo y verificable entre la realidad metropolitana, las diversas fenomenologías de lo moderno y la técnica de representación cinematográfica, convertida —desde su nacimiento, ya en el siglo XX—, en un medium privilegiado para interpretar las múltiples facetas de la cultura arquitectónica y urbana. Los ensayos recogidos en este volumen enfocan una historia de las relaciones que se han ido tramando entre el proyecto arquitectónico-urbano y la “nueva” técnica de representación cinematográfica. Parte de ellos son fruto de investigaciones docentes llevadas a cabo en la asignatura Arquitectura y Cine, activa en la ETSAB-UPC desde 2010; otra parte está constituida por ensayos a cargo de destacados especialistas sobre el tema, que han sido invitados a propósito para colaborar en esta publicación.

TEXTOS de Eusebio Alonso García, Cristina Arribas, Manuel García Roig, Jorge Gorostiza, Ramon Graus, Celia Marín, Maria Mauti, Sara Pérez Barreiro, Marta Peris, Antonio Pizza, Daniele Porretta, Carme Puche, Iván Rincón Borrego, David Rivera, Alessandro Scarnato, Daniel Villalobos.

ACA