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¿SABÍA USTED…

… que el 25 de mayo de 1960 se inauguró el Teatro Caribe en el Centro Comercial Mata de Coco, Chacao?

1. Cartel inaugural del Teatro Caribe, Centro Comercial Mata de Coco, Chacao, del 25 de mayo de 1960, donde aparece la lista de diversas empresas que estuvieron involucradas en su construcción, equipamiento e instalaciones.

En un ameno, completo y muy bien documentado artículo de Guillermo Barrios, titulado “La arquitectura de los cines de Caracas: cinco casos emblemáticos (1925-1960)” publicado en Apuntes, 31(1), pp. 8-23, enero-julio 2018 (https://doi.org/10.11144/Javeriana.apc31-1.accc), dedicado a un tema que conoce como pocos, el investigador revisa y analiza “el proceso de creación de las salas de cine de presencia directa en la calle (que) abarca desde la década de los años 1920, cuando se registran las primerísimas huellas de una arquitectura para la exhibición cinematográfica, hasta la de los años 1960, en cuyos inicios se inaugura la última sala de cine construida fuera del precinto de un centro comercial”.

Es dentro de este marco que Barrios selecciona un recinto por década de los que se vale para ilustrar la aparición, el desarrollo y el declive de la arquitectura de cine en Caracas, tipología que “sustentó la modernidad de la ciudad en crecimiento, atenta a las tendencias de su tiempo”. También ilustra cómo las salas de cine, siendo “edificios directamente abiertos a la calle, sobre cuya calzada fortalecían la experiencia del espacio público, esencia misma de la ciudad”, condición que perduró hasta finales de la década de 1950, sufren el embate del desarrollo de los medios de comunicación de masas (y en particular de la televisión) que, junto a la toma de la urbe por el tránsito automotor, significará el inicio de un dramático declive que derivó en “su súbita obsolescencia, cierre y gradual abandono, o con su entrega a nuevas actividades que nada tienen que ver con su vocación original”.

2. Las cinco salas analizadas por Guillermo Barrios en “La arquitectura de los cines de Caracas: cinco casos emblemáticos (1925-1960)”. Izquierda arriba: Teatro Ayacucho. Izquierda abajo: Cine Rex. Centro arriba: Teatro Hollywood. Centro abajo: Teatro Junín. Derecha: Teatro Caribe.

Es justo en el momento en que se inicia “la estampida” de la sala de cine al centro comercial, pasando a “reforzar el papel que estas mega estructuras cumplen en el proceso de disolución progresiva del espacio público que ha marcado la dinámica caraqueña de las últimas décadas”, donde se ubica la aparición del Teatro Caribe el cual “dentro de los cánones de la arquitectura moderna venezolana del momento, ensaya una forma de transición propia de la década de los 60, cuando el sistema intenta resistir a sus crecientes síntomas de agotamiento y debe reinventarse para seguir formando parte de la vida de la ciudad”.

Señala Barrios, a modo de preámbulo a la apertura del Caribe en 1960, cómo pese a que en 1957 el sistema de exhibición alcanza su cúspide, “cuando cuenta con 83 salas de cine en funcionamiento”, a partir de 1958, “en coincidencia con una coyuntura de cambio y movilización política en la calle, la década cierra con un súbito proceso de desactivación en cadena de los cines de barrio”. De tal manera “coincidiendo con estas tendencias a la baja del circuito, en 1958 aparece el Cine California (desactivado 1973; cancha de boliche), en el Centro Comercial California, un prototipo con el cual el arquitecto norteamericano Don Hatch (1910-1977) se adelanta, en por lo menos una década, a la inminente popularización de este formato edilicio, el de los centros comerciales, que poco a poco se afianzó en Caracas”.

3. Tomás José Sanabria. Boceto de la volumetría inicial del Centro Comercial Mata de Coco (c.1958).
4. Tomás José Sanabria. Centro Comercial Mata de Coco. Perspectiva aérea del conjunto (c.1959).

Sin embargo, la incorporación del teatro Caribe en el diseño del Centro Comercial Mata de Coco por parte de Tomás José Sanabria, representó, a diferencia de lo que luego paulatinamente fue aconteciendo, su consideración como una pieza fundamental dentro de la programación y la volumetría de un conjunto que incluyó el uso comercial y recreacional en los cuerpos bajos y de oficinas en una torre de diez plantas. Dicho en otras palabras, la función, lejos de verse engullida por un mall como los que se fueron desarrollando posteriormente, marcó una de las últimas manifestaciones del cine-objeto a diferencia del gran objeto que opacó al cine hasta llevarlo a su mínima expresión.

5. Póster de la película Exodus (Éxodo, 1960, dirigida por Otto Preminger) con cuya proyección se estrenó el Teatro Caribe.

El teatro Caribe, cuya inauguración el 25 de mayo de 1960 se dio con la proyección de la superproducción “Éxodo” (Exodus, 1960, dirigida por Otto Preminger con un amplio elenco encabezado por Paul Newman, Eva Marie Saint, Ralph Richardson, Peter Lawford y Lee J. Cobb), se erige en una curiosa muestra de un momento en que la sala de cine busca redefinirse, manteniendo el espíritu de la pieza independiente con vida propia pero a la vez incorporada a un conjunto alejado del tránsito peatonal intenso, al que se llega fundamentalmente en carro.

6. El Centro Comercial Chacaíto (Antonio Pinzani, 1968) (izquierda) y el Centro Comercial Los Palos Grandes (Coto y Loperena Arquitectos, 1964) (derecha) donde funcionaron el Cinema Uno y el Teatro Canaima, respectivamente, dos de los tres únicos cines de nueva planta que junto al Caribe abrieron sus puertas en Caracas durante la década de 1960.

Barrios recuerda cómo durante la década de 1960, en la que por lo menos veintiséis salas del circuito instalado cesan sus operaciones en diferentes lugares de la ciudad, dentro la construcción de instalaciones que exploran nuevas fórmulas frente a la cambiante realidad urbana, “sólo tres cines de nueva planta abren sus puertas en Caracas… Un itinerario de ensayos de la transición que incluye sucesivamente en 1960, al Caribe; en 1964, al Canaima (desactivado 1981; demolido) y finalmente, en 1969, al Cinema Uno (desactivado 1993; comercio), para anunciar y consumar las tendencias de enclaustramiento del cine caraqueño en los centros comerciales que caracterizarán desde entonces al circuito local”. Se ubican, valga decirlo, en tres centros comerciales que aún apostaban al contacto con el aire libre y donde a diferencia de la localización oculta del Cinema Uno en el sótano del Centro Comercial Chacaíto (preludio junto a sus sucedáneos Cinema Dos y Cinema Tres de nuevas formas operacionales, como la multiproyección y la fragmentación de los aforos que se impondrán como tendencia dominante en el circuito de cines caraqueños a partir de entonces), el Caribe y el Canaima destacan como importantes e impactantes volúmenes en Mata de Coco y Los Palos Grandes.

7. Tomás José Sanabria. Centro Comercial Mata de Coco (1959). Vista aérea del conjunto con el volumen del Teatro Caribe al sur en primer plano.
8. Tomás José Sanabria. Centro Comercial Mata de Coco (1959). Corte norte-sur a través del Teatro Caribe.
9. Dos vistas interiores del Teatro Caribe en fechas cercanas a su inauguración.

Si el Centro Comercial Mata de Coco no respondía a los parámetros tipológicos de lo que empezó a caracterizar dicha denominación, el Caribe, como ya asomamos, también se distancia de los preceptos tradicionales de la arquitectura de cines que se hacía en Caracas. “Su relación con (o su separación de) la calle se estableció mediante sucesivos planos de zonas ajardinadas y generosas áreas de estacionamiento, en un momento en que la audiencia de cine en Caracas se hacía crecientemente dependiente del automóvil. Las áreas de foyer y el auditórium, con aforo para 1.200 espectadores (en patio y balcón), lucieron acabados contemporáneos y un sobrio sistema de iluminación ambiental, a la manera como Sanabria trabajó sus obras capitales…”. Además, contaba con una plaza descubierta que servía tanto de preámbulo y desahogo a una actividad de uso masivo, como de espacio de contrapunto a los estacionamientos que sirven al conjunto de comercios y oficinas.

10. Vista aérea reciente con la ubicación del Teatro Caribe en Chacao.

Al transcurrir del tiempo Mata de Coco fue sufriendo el impacto de la presión que ejercía el valor comercial del terreno que ocupaba en virtud de su localización. En tal sentido, primero fue objeto de una desproporcionada intervención a cargo de la oficina Volante-Monaldi y Asociados C.A. que a comienzos de los años 80 del siglo XX buscó remozarlo abusándose del uso de cubiertas basadas en estructuras tridimensionales. Es el momento en el que el teatro Caribe deja de ser cine para convertirse desde 1983 en sala para presentaciones musicales y teatrales además de grabaciones. La estocada mortal que se le da a la integridad del conjunto surge a finales de siglo XX cuando en la parte norte del terreno “sin consulta ni opinión” se levanta la sede del SENIAT rompiendo por completo la concepción inicial que dio origen a la propuesta convirtiéndose en ejemplo nefasto para el desarrollo de los predios vecinos.

11. Vista desde el sur del Centro Comercial Mata de Coco con el Teatro Caribe a la izquierda donde se observan los efectos de las intervenciones realizadas a comienzos de los años 80.

Por su parte, el Caribe sigue allí como testimonio “del anunciado fin de una arquitectura de los cines de a pie en Caracas, y el arranque del largo epílogo de la azarosa épica de aquéllos que quedaron a la intemperie, en las calles de una ciudad que renunció a la experiencia civilizatoria del espacio público”, apuntará Barrios. Y concluirá: “El otrora imponente Caribe se ha plegado a la opción del silencio frente al imperio del olvido que se ha hecho marca de la ciudad. Un silencio, sí —como el que arropa las modernas líneas del Cine Colinas (1957-1971; depósito) más al sur de la ciudad— con su inmenso volumen como una presencia sigilosa, vacua de señales con respecto a su antiguo uso. Como un espectro desalmado, el Caribe, la última exhalación como se ha llamado en estas páginas, ocupa un lugar en este paisaje de la indiferencia y las frágiles resistencias que, in pectore, mantienen viva la esperanza de que, como ha sucedido en otras ciudades, estas antiguas salas puedan volver a ser parte viva del espacio público”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Nicolas Sidorkovs. Los cines de Caracas en el tiempo de los cines (1994)

2. Guillermo Barrios. “La arquitectura de los cines de Caracas: cinco casos emblemáticos (1925-1960)”. Apuntes, 31(1), pp. 8-23, enero-julio 2018.

3, 4, 7 y 8. Catálogo de la exposición Tomás José Sanabria Arquitecto. Aproximación a su obra. Galería de Arte Nacional, 1995.

5. filmaffinity. Éxodo (https://www.filmaffinity.com/es/filmimages.php?movie_id=732294).

6 y 7. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

10. Capturas de Google Earth.

11. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

1939• Inauguración del Teatro Ávila

Inauguración del Teatro Ávila.jpg

1939•  El 24 de febrero se inaugura el Teatro Ávila. Este novedoso teatro, ubicado calle Sur, nº 50,  fue diseñado entre 1938 y 1939 por los arquitectos Rafael Bergamín (1891-1970), exiliado español y el venezolano Enrique García Maldonado (1905-1990).

Considerada como la más moderna sala de cine de Caracas, destacó por haber sido diseñada en estilo art déco y por contar con un escenario de grandes dimensiones, fuente de soda (la primera en un cine de la capital), y con 784 puestos en su patio y 506 en el balcón. El foyer se encontraba decorado por coloridos murales pintados por el artista venezolano Rafael Rosales (1908-1962) que contrastaban en un espacio dominado por el blanco y el negro (Rosales fue uno de los muralistas que intervino en 1952 en La Exposición Objetiva Nacional. 1948-1952)

La construcción ocupó la parcela en la que se encontraba el Gran Hotel Caracas, donde el arquitecto Bergamín se alojó al llegar a la capital venezolana a raíz de su exilio.

Las puertas del Teatro Ávila se abrieron con la exhibición de la película The Great Waltz (1938), protagonizada por Luise Rainer y dirigida por Julien Duvivier.
Durante muchos años este cine fue el lugar de estreno de las películas de la Metro Goldwyn Mayer en Venezuela.
Cerró sus actividades como cine en 1999.

HVH

¿SABÍA USTED…

… que el 21 de marzo de 1941 se inaugura en Caracas el cine Hollywood, proyectado en 1939?

1. La esquina de Romualda con el cine Hollywood (c.1954)

Con la película «Brigham Young», protagonizada por Tyrone Power, daba inicio en 1941 a sus funciones el cine Hollywood, segunda sala caraqueña donde su arquitecto, Rafael Bergamín Gutiérrez (Málaga 1891-Madrid 1970), pondría en práctica la experiencia que había acumulado sobre el tema a través de su ejercicio profesional afincado en España por 20 años, desde donde había llegado a Venezuela en 1938 como exiliado de la Guerra Civil en el buque Colombie.

2. Rafael Bergamín (1891-1970) y el Colombie, buque en el que llegó a Venezuela como exiliado.
3. Teatro Ávila (1938-1940) primera incursión que realiza Bergamín en torno a la tipología de edificio multifuncional en Caracas.

El primer cine diseñado por Bergamín en la capital venezolana (y una de sus primeras obras), donde rápidamente logró establecer una sociedad con Rafael Emilio Velutini y José María Manrique (la empresa Velutini, Manrique y Bergamín que pronto de convertirá en Velutini y Bergamín C. A.), fue el teatro Ávila (1938-1940), ubicado en el casco central (de Bolsa a Mercaderes) en un terreno entre medianeras. Con él como punto de partida comenzó a desarrollar el “novedoso” concepto de edificio para proyecciones cinematográficas desde una perspectiva multifuncional con la sala de espectadores como elemento jerárquico en lo compositivo, locales de comercio a pie de calle y oficinas en las plantas superiores.

4. Izquierda: Cine Hollywood (1939). Derecha: Edificio Arismendi con el Teatro Acacias (1945)
5. Izquierda: Cine Rialto (obra de Alejandro Chataing intervenida por Bergamín en 1943). Derecha: Cine Diana (1948)

Dicha tipología sería puesta a prueba como solución en esquina cuando le corresponde proyectar en La Candelaria (esquina de Romualda, cruce entre las avenidas Este y Norte-Sur 7) el Hollywood. Luego también lo hará en la remodelación y ampliación del teatro Princesa (luego teatro Rialto) para convertirlo en cine Rialto (1943, entre medianeras, de Monjas a Principal, vuelto a remodelar como cine por Gustavo Wallis en 1951 y hoy Teatro Bolívar de nuevo intervenido en 2013), en el cine Diana (1948, también entre medianeras de clara semejanza con el Ávila, ubicado en la avenida San Martín, demolido en 1970), y en el teatro Acacias -incorporado al edificio Arismendi- (1945, otra oportunidad de resolver una esquina en el cruce de la Calle Real de Sabana Grande con avenida Las Acacias).

6. Luis Gutiérrez Soto (1900-1977). Tres cines madrileños insertados en sendos edificios multifuncionales. Arriba izquierda: el Callao (1926). Arriba derecha: el Europa (1928). Abajo: el Barceló (1931)

Como bien apunta Guillermo Barrios en “La arquitectura de los cines de Caracas: cinco casos emblemáticos (1925-1960)”, artículo publicado en la revista Apuntes, vol. 31, número 1, enero-junio 2018, el esquema multiuso utilizado en los cines mencionados “ya se venía practicando en Madrid desde principios de los años 1930, en medio de un trepidante clima de instalación de grandes salas de cine en diferentes lugares de la capital española. Para ese momento se habían construido allí alrededor de treinta de estos establecimientos, lo que había permitido la concreción de fórmulas funcionales y estilísticas de las cuales Bergamín fue un oportuno portador”.

Con el Hollywood, Bergamín resuelve su ubicación en esquina echando mano a la utilización de planos curvos que enfatizan la presencia del volumen, clara referencia a la arquitectura expresionista de Erich Mendelsohn (1887-1953), práctica común dentro del racionalismo español que siguió las pautas del profesional alemán, y de quienes proyectaron edificios para cines por aquellos años en Madrid. Entre ellos, y muy particularmente en el Callao (1926), el Europa (1928) y finalmente el Barceló (1931), llamado por David Miguel Sánchez Fernández en Cines de Madrid (2012) “el padre de los grandes cinematógrafos madrileños”, diseñados todos por Luis Gutiérrez Soto (1900-1977), se puede encontrar “un claro antecedente del partido de diseño que Bergamín planteó en su momento para el teatro caraqueño”, de acuerdo a lo indagado por Barrios. En tal sentido entre Gutiérrez Soto y Bergamín se establecerá con relación al desarrollo de este tipo de edificaciones un notorio paralelismo, el uno protagonizado en la capital española y el otro en la venezolana.

7. Cine Hollywood. Arriba izquierda: Vista de la entrada. Arriba derecha: Vista de la sala. Abajo: Dos tomas de la fuente de soda.

Determinada la analogía, el Hollywood, a menor escala, igualmente envuelve la esquina y se proyecta a la escena urbana con sus niveles en altura contenidos en un plano curvo. “Sobre la sección superior de este plano se impone a todo lo largo el nombre del cine, mientras que las inferiores se intervienen con ventanas incisas y, a nivel de calle, el plano de acceso queda coronado por una generosa marquesina luminosa para el anuncio en grande de la programación. La integración de usos hacia los laterales del edificio justifica las grandes dimensiones del edificio y magnifica su presencia en el entorno”. La actividad cinematográfica, que además de la sala con balcón incluía un foyer de muy buena proporción, un bar y un restaurante, se vio acompañada con locales comerciales, oficinas en las plantas altas, y hasta un hotel de dos pisos en uno de sus flancos.

Barrios a modo de complemento, nos aportará lo siguiente: “Además del Ávila y el Hollywood, sus primeros edificios de cine con usos colaterales, Bergamín contribuye a la expansión del circuito con otros proyectos. Incursiona en el diseño de salas de barrio con el América (1940-1969; actualmente depósito), que integra en su construcción un pionero sistema de climatización; el Plaza (1941-1972; abandonado), y el cine Jardines (1943-1980; estacionamiento para buses)”. El Ávila hoy alberga una especie de mercadillo y tanto el Hollywood como Las Acacias se transformaron en sendos contenedores comerciales.

8. Izquierda: El cine Hollywod en medio de la construcción de la avenida Fuerzas Armadas (c.1955). Derecha: el cine en la actualidad fotografiado desde el elevado de la avenida Fuerzas Armadas
9. Izquierda: el Hollywood pintado por Damián Flores Llanos en 2017 dentro de la exposición abierta en Madrid que tituló «Caracas». Derecha: foto reciente que muestra el estado de la fachada del edificio.
10. Foto reciente del edificio donde funcionó el cine Hollywood.

Visiblemente afectado por la construcción e inauguración 1956 de la avenida Fuerzas Armadas sobre el trazado de la calle Norte-Sur 7, el Hollywood, como tantas otras salas de cine funcionó como tal hasta 1979 cuando cambió de uso, fenómeno que también ha afectado a las salas madrileñas que tomó como modelo. Anclado en La Candelaria, lugar que desde los años 1940 acobijó a numerosas familias españolas que migraron hacia Caracas, el edificio, que aún permanece en pie, sesgó desde muy temprano su programación hacia la presentación de cine español del cual se fue paulatinamente alejando en virtud del viraje que acompañó la comercialización del cine a nivel internacional.

Bergamín regresará a España en 1958 dejando tras su estadía de veinte años en Venezuela una obra construida que superó las cincuenta edificaciones (valga como dato decir que para el año de 1941, Bergamín ya había realizado en Caracas 155 proyectos, de los que se habían ejecutado 42), de entre los cuales las diferentes salas de cines proyectadas son un valioso legado, así como las variantes que realizó de edificios en esquina para otros usos. En particular, el cine Hollywood, de las pocas que quedan en pie, se trata de una pieza que debe ser protegida en virtud de su valor y atendida dado su acelerado deterioro.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://prodavinci.com/la-esquina-de-dona-romualda/

2. https://www.urbipedia.org/hoja/Rafael_Bergam%C3%ADn_Guti%C3%A9rrez y https://vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/11.128/3545

3. https://vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/11.128/3545

4. https://www.facebook.com/179485905418972/posts/3614647191902809/ y http://viejosrecuerdos.eklablog.com/teatro-acacias-a125652520

5. https://haimaneltroudi.com/el-hoy-teatro-bolivar-fue-la-primera-sala-de-cine-de-caracas/ y Colección Crono Arquitectura Venezuela

6. https://edificiosdemadrid.es/cine-callao/, https://www.tetuan30dias.com/reportajes/cine-europa-cumple-90-anos-entre-memoria-barrio-olvido y https://twitter.com/arquitect_viva/status/1658895259655458816/photo/1

7. https://www.facebook.com/179485905418972/posts/3614647191902809/ y Colección Crono Arquitectura Venezuela

8. Colección Crono Arquitectura Venezuela y file:///C:/Users/USER/Downloads/rigon,+01+Barrios-1.pdf

9. https://www.damianflores.com/caracas-por-damian-flores-llanos/ y https://vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/11.128/3545

10. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

¿SABÍA USTED…

… que el 15 de abril de 1955 se llevó a cabo la primera función en el Teatro del Este?

1. Teatro del Este. Vista del acceso desde el noreste con la Torre Polar al fondo (c.1955).

El conjunto Torre Polar-Teatro del Este le fue encargado en 1952 por la empresa que le da nombre (recordemos que Cervecería Polar se funda en 1941), encabezada por Lorenzo Mendoza Fleury, a la ya para entonces reconocida firma de arquitectos Vegas & Galia, con la finalidad de proveerla de una imagen corporativa impactante y acorde con el espíritu modernizador que vivía la capital de Venezuela así como de dotarla, dada la inclinación de Mendoza hacia el espectáculo de categoría, de un teatro que sirviera de escenario para montar y presentar varias obras y revistas así como a la exhibición de cintas cinematográficas.

2. Panorámica de la Plaza Venezuela y sus alrededores donde destaca la silueta del conjunto Torre Polar-Teatro del Este (c.1955).
3. Vegas & Galia. Vista desde el este (en fechas cercanas a 1960) del conjunto Torre Polar-Teatro del Este, Plaza Venezuela, Caracas (1953-1955).

Como señal de ello, Alberto Sato inicia su aproximación crítica a la edificación (incluida dentro de la categoría “Los palacios del trabajo”) en el libro de su autoría titulado José Miguel Galia. Arquitecto (2002), de la siguiente manera: “Cualquier relato de la arquitectura venezolana contemporánea menciona inevitablemente al conjunto Polar, que se ha constituido en un paradigma de modernidad y también de emulación metropolitana. Gozaba del privilegio de ser tan contemporáneo como el Seagram de Mies van der Rohe y la ciudad de Caracas, por lo tanto, era tan moderna como Nueva York”.

Aunque el mayor peso de los comentarios que Sato lleva adelante en la publicación están dirigidos al cambio sufrido sobre la marcha (y prácticamente por casualidad) en la envolvente de la torre (que pasó de tener sus fachadas este y oeste cerradas revestidas de ladrillo de arcilla y las norte y sur con protecciones solares, a estar recubierta en su totalidad con curtain wall), al impacto que ello produjo en el contexto donde se ubicó y a las polémicas que suscitó tanto positiva como negativamente en el mundo de la crítica arquitectónica del momento (desde Henry-Rusell Hitchcock hasta Juan Pedro Posani pasando por Francisco Bullrich), no deja de recordarnos algunas de las interpretaciones que enfatizan el contraste evidente en el tratamiento exterior de los dos volúmenes que forman el conjunto. Tal contraste, que aquivocadamente llegó a atribuírsele a las diferencias de formación y búsquedas entre Martín Vegas (graduado en M.I.T., Boston, a quien se atribuía el diseño de la torre) y José Miguel Galia (egresado de la Universidad de la República, Uruguay, quien se habría encargado del teatro), también se usó como excusa para establecer juicios sobre la presencia o no de la identidad nacional dentro de un edificio señero, pasando por alto que el proyecto con el que se inició la construcción de la obra mostraba total coherencia en el sistema estructural y uso de los materiales que se emplearían en ambas piezas, siguiendo las pautas seguidas para caracterizar el edificio El Municipal (1951).

4. Fachada del Teatro del Este.
5. Dos vistas de foyer original del Teatro del Este.

De tal manera, habría que decir que el Teatro del Este (definido como “cine” en el programa inicial), se sumó a la condición volumétrica plasmada a través del cuerpo bajo de la torre de oficinas, buscándose con ambos acentuar el contraste horizontalidad-verticalidad que ya era característico de diversos conjuntos modernos y que tuvo en el Lever House (Nueva York) de Skidmore, Owings and Merril un ejemplo paradigmático. Asimismo, el cuerpo bajo de la torre y el teatro se conectaban a través de un puente que fungía de articulador desde donde se podía acceder, siendo este un complemento de la amplia escalera central ubicada en su frente hacia la avenida Lima, la cual se constituye en su entrada principal.

Diseñado con base en una estructura aporticada de concreto armado postensada con vigas exteriores a la vista (la primera construida en el país), calculada por el ingeniero italiano Riccardo Morandi (diseñador del Puente Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo y del Viaducto Puente República), sería luego realizada por sus colegas locales Otaola y Benedetti a través de la empresa Precomprimido C.A. El teatro disponía de una capacidad para 1242 asientos -todas butacas de lujo- (769 en la platea y 473 en el balcón), “que lo convertía en una de las salas de espectáculos más grandes y modernas de la ciudad, sólo comparable con el cine La Castellana de 1952”, afirmará Sato. La superficie exterior del volumen estaría revestida cuidadosamente con ladrillos de arcilla lográndose con ello una textura que le otorga la calidez propia del material.

6. Izquierda: Acceso al Teatro del Este (c.1955). Derecha: Conjunto Torre Polar-
Teatro del Este. Planta mezzanina.
7. Interior de la sala original del Teatro del Este.

El teatro se inauguró el 19 de abril de 1955, con la presencia del dictador Marcos Pérez Jiménez, como teatro en vivo con Pilar López y su Compañía de Danza Ballet Español. Proyectó su primera película el 11 de octubre de 1955: “The Seven Year Itch” con Marilyn Monroe. A partir del 13 de septiembre de 1956 se convirtió en «Cinerama» y continuó proyectando películas de ese formato de 3 proyectores actuando simultáneamente hasta el 2 de octubre de 1960.

“La tradición artística que obligaba todo lugar público en la tradición moderna venezolana, se resolvió en el frontón de la fachada del teatro con el mural bajorrelieve de Carlos González Bogen y policromías de Alejandro Otero; otra escultura de Bogen (hoy desaparecida), emplazada en el pequeño jardín de acceso, conformaban un fragmento de integración plástica que por esos años había enriquecido y también caracterizado a los espacios arquitectónicos internos y externos”, afirmará Sato.

Con el tiempo, dentro del conjunto, también fue habilitada, echando mano de la posibilidad existente de contar con acceso independiente, una pequeña sala ubicada en el cuerpo bajo de la Torre Polar para abrirla al público ofreciendo cine de arte y ensayo que se conoció como el “Pequeño Teatro del Este”.

8. Imágenes del proyecto de remodelación interna del Teatro del Este (1985-1987).
Juan Carlos Parilli con la colaboración de Francisco Arocha y Tabaire Pérez.

Como se reseña en Crono Arquitectura Venezuela, tras treinta años de funcionamiento, “en 1985 se cierra el Teatro del Este habiendo sido una de las grandes salas de proyección de cine caídas en desuso y se acomete su remodelación por parte de los arquitectos Juan Carlos Parilli, Francisco Arocha y Tibaire Pérez, con estructura de los ingenieros Fuentes y Gallango. El proyecto de 3.900 m2 de construcción dividió la sala de espectadores en dos espacios de igual dimensión, creó una recepción, un bar-restaurante, locales comerciales, un centro de comida rápida y un bar con escenario, espacio para mesas y pista de baile. La nueva estructura, metálica, construida en el interior del teatro no tocó las paredes de ladrillo en obra limpia del edificio original”.

9. Vista exterior actual de lo que fue el Teatro del Este hoy ocupado por una
congregación religiosa.

Desde 2007 la congregación Iglesia Santuario G3D fundada por el pastor Rogelio Suárez fija como sitio de reunión para sus seguidores el Teatro del Este en donde se reúnen 600 personas cada domingo. A partir de entonces se encuentra protegido de los intrusos por una sólida cerca de metal que hoy define su frente hacia la calle.

10. La Torre Polar en fechas cercanas a su inauguración.

Como dato curioso vinculado al momento en que el conjunto Torre Polar-Teatro del Este entró en funcionamiento, al ser encuestados Vegas & Galia por los editores de la revista A, hombre y expresión en el nº3 (enero 1957), respondieron a las provocadoras preguntas “¿Creen Uds. que se debe estimular la búsqueda de los caracteres nacionales de nuestra arquitectura?» y «¿Sobre cuáles bases habría que plantear esa búsqueda?”, de manera clara, para nada complaciente y a tono con un momento en el que el profesionalismo era la medida del comportamiento de los arquitectos del país, de la siguiente manera: “La interdependencia y difusión de la cultura del mundo actual restan toda significación a una búsqueda de caracteres ‘nacionales’ en la arquitectura. Es nuestro criterio que la arquitectura es producto de factores de orden social, económico, tecnológico y regionales. (…) Por tanto, la aparición de caracteres nacionales en una arquitectura, de producirse, sería una resultante histórica”. Una muy interesante reflexión.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. https://twitter.com/Caracascuentame/status/1251229964265021442

4 y 7. http://mariafsigillo.blogspot.com/2015/04/teatro-del-este.html

5. https://precomprimido.com/project/teatro-del-este/ y http://mariafsigillo.blogspot.com/2015/04/teatro-del-este.html

6. https://www.pinterest.at/pin/290834088417170440/ y http://guiaccs.com/obras/torre-polar-y-teatro-del-este/

8. Revista Punto, nº 68, abril 2000

9. http://cinematreasures.org/theaters/16430

10. http://guiaccs.com/obras/torre-polar-y-teatro-del-este/

¿SABÍA USTED…

… que el 21 de julio de julio de 1950 abrió sus puertas el Teatro Junín?

1. El Teatro Junín en la actualidad visto desde la plaza O’Leary.
2. Ubicación del Teatro Junín en el centro de Caracas.

Con la inauguración del Teatro Junín, ubicado en la esquina de Aserradero (Sur 9 con Oeste 6), Parroquia Catedral, Caracas, se da un decidido paso en la construcción de teatros de lujo en la capital venezolana y en la revitalización de una parte importante del centro de la ciudad iniciada con la Reurbanización de El Silencio (1942-1945).

3. John Eberson. Exterior e interior del Teatro Majestic, Houston, Texas, EE.UU. (1926), primer teatro con «estilo atmosférico» (demolido).

Reflejo de la pujante economía petrolera de los años cincuenta del siglo XX, el Junín fue proyectado por uno de los más reconocidos diseñadores de instalaciones teatrales a nivel internacional, el arquitecto John Adolf Emil Eberson (1875-1954), nacido en Czernowitz, Bukovina, Austria-Hungría (que hoy forma parte de Ucrania), educado entre Dresden y Viena (donde obtiene el título de ingeniero eléctricista en 1896), que emigra a los Estados Unidos en 1901. Creador en 1909 del llamado “estilo atmosférico” inspirado en los viajes que solía hacer Eberson a la Florida, caracterizado por la incorporación de “opulentos y exóticos paisajes, con ‘patios’ internos bordeados de villas y follaje tropical, cubiertos por techos pintados para parecer el cielo con nubes y estrellas”, en el Junín también participa como arquitecto su hijo Drew Calvin Eberson (1904-1989), formado en la Universidad de Pensilvania, con quien se asoció desde 1928 creando la firma John & Drew Eberson, radicada en Nueva York, a la que se le acredita el diseño de un centenar de teatros a lo largo de los Estados Unidos, tal y como apunta Hannia Gómez en Our Architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas. 1925-1975, catálogo de la exposición del mismo nombre abierta en la Sala TAC del Trasnocho Cultural, Paseo Las Mercedes, en 2017.

4. Teatro Junín. Planta alta, nivel balcón (arriba). Planta baja, nivel patio (abajo).
5. Teatro Junín. Corte longitudinal.

Lo complicado del lote en esquina y entre medianeras donde fue proyectado, permite constatar no solo la maestría con la que fue resuelto tanto el acceso (ubicado justamente en la esquina) como el programa previsto para albergar 1.218 espectadores en dos niveles (patio con pasillo central -714 butacas- y lujoso balcón -504 butacas-), sino también la impecable construcción llevada a cabo por la reconocida firma Velutini & Bergamín. Cabe acotar que en planta baja hacia la avenida Oeste 6, el teatro posee un acceso adicional, que atraviesa al edificio que da frente y borde dicha calle, el cual está integrado a los usos del teatro.

6. Teatro Junín. Lobby.
7. Teatro Junín. Plafón luminico del lobby.
8. Teatro Junín. Escaleras y detalles de la herrería.

El hecho de que el Junín fuera concebido también como un cine le permitió a Eberson alejarse un tanto de la saga de “teatros atmosféricos” que con gran profusión construyó. Sin embargo, ello no le impidió, tal y como señala Gómez, con el apoyo de la investigación realizada por Nicolajs Sidorkovs plasmada en el libro Los cines de Caracas en los tiempos de los cines (1994), incorporar “muchos de los elementos de su legendaria arquitectura: el emblemático lobby de doble altura, con la hollywoodense escalera en cascada; el juego de plafones iluminados tipo Ziegfeld Follies, único en la ciudad, y los pisos decorados con las siglas TJ en medio de la rosa de terrazzo”. Así, el Junín logró mantener en buena medida su condición de “templo de ilusión” con que fue asociada buena parte de la obra de Eberson, a través de un cuidadoso estudio de la iluminación de su fachada que, a modo de faro lumínico, impactó a la ciudadanía desde la misma noche cuando se estrenó con la proyección del clásico animado de Walt Disney “La Cenicienta”, el 21 de julio de 1950, sumándose a la transformación metropolitana de Caracas.

9. Teatro Junín. Sala.
10. Teatro Junín. La boca de la escena.

Por su parte, Iván González Viso en la nota escrita sobre el teatro aparecida en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), subraya la valoración que el edificio hace del espacio urbano de la Plaza O’Leary ocupando la única esquina que no forma parte del conjunto residencial de El Silencio de Carlos Raúl Villanueva. Ello lo hace a través “de un cuerpo vertical curvo de seis plantas, soportado por tres columnas que permiten el acceso al hall de doble altura. Bajo la marquesina, el acceso conduce a un vestíbulo circular. Una magnífica escalera lleva al foyer del balcón. El preciosismo de los detalles se muestra en las butacas tapizadas y en las barandas y pasamanos con soportes Art Deco, acordes con la espiral de luz que iluminaba el hall. La atmósfera interior es el resultado de receder la (cuadrada) boca del proscenio tras de una pieza curva, con dos cajas falsas en los extremos” que asemejan dos palcos. Cabe añadir que el cine, una de las últimas obras que John Eberson realizara en vida, “estaba equipado con un órgano (cuya marca y estilo no han llegado a nuestro conocimiento) que fue inaugurado por Steve Weltner”, de acuerdo a la información encontrada en https://www.trekearth.com/gallery/South_America/Venezuela/West/Distrito_Federal/Caracas/photo562577.htm.

11. Teatro Junín. Perspectiva nocturna del proyecto (izquierda). Iluminado de noche tras su restauración (derecha).
12. Tres momentos del Teatro Junín. En fechas cercanas a su inaguración (izquierda). En el momento de su mayor deterioro (centro). Luego de su restauración (derecha).
13. El Teatro Junín en 2015.

Luego de años en los que se evidenció un marcado nivel de deterioro en la edificación por la falta de mantenimiento, a lo que se sumó la degradación de la zona donde se encuentra, el Teatro Junín, siendo ya propiedad pública, fue sometido en 2012 a una restauración que no tuvo el rigor que una edificación, declarada como Patrimonio el año 2010, requería. De tal manera, “gran parte de las luminarias, colores, mobiliario, molduras y detalles desaparecieron”, reclamó con razón Hannia Gómez. La reinauguración que se produjo en 2015 dejó, sin embargo, el edificio en muy buenas condiciones.

El teatro, que sus propietarios pensaron denominar “Urdaneta” cuando encargaron el proyecto, se terminó llamando “Junín” en honor a la batalla del mismo nombre, uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realistas y patriotas en el proceso de la independencia del Perú, el 6 de agosto de 1824.

Sus planos originales forman parte del John and Drew Eberson Architectural Records Archive, el cual se puede consultar en The Wolfsonian Florida International University Museum.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 4 y 5. https://www.ccscity450.com/obra/teatro-junin/

3. https://hmong.es/wiki/John_Eberson y https://www.researchgate.net/figure/Majestic-Theater-Houston-Etats-Unis-John-Eberson-arch-1923-Lun-des-premiers_fig15_327849282

6. http://guiaccs.com/obras/teatro-junin/

7, 8, 9 y 10. Hannia Gómez. Our Architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas. 1925-1975 (2017).

11. Hannia Gómez. Our Architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas. 1925-1975 (2017) y http://guiaccs.com/obras/teatro-junin/

12. https://www.ccscity450.com/obra/teatro-junin/, https://www.trekearth.com/gallery/South_America/Venezuela/West/Distrito_Federal/Caracas/photo562577.htm y https://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_Jun%C3%ADn_%28Caracas%29

13. http://guiaccs.com/obras/teatro-junin/