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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 226

1976 amaneció con la noticia de que Petróleos de Venezuela (PDVSA) asumía formalmente la responsabilidad de extraer y refinar el crudo venezolano, consolidando la nacionalización del sector. El acto formal que daba inicio al proceso estuvo a cargo del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez, quien pronunció un discurso desde el pozo Zumaque I, lugar del reventón de 1914. Estábamos en medio de la “Gran Venezuela” que ese año registra su mínimo histórico de desempleo ubicándose en el 4%.

En esos 12 meses nuestro país recibía las visitas oficiales de Henry Kissinger (Secretario de Estado de los EE.UU), Josip Broz Tito (Presidente de Yugoslavia) y los Reyes de España a un año escaso de la muerte de Franco. Air France inaugura el servicio de sus modernos aviones supersónicos Concorde para cubrir la ruta directa París/Charles de Gaulle-Caracas/Maiquetía con frecuencia de un vuelo semanal, sueño que duró 6 años.

En lo político, la nación se conmociona con el secuestro por parte del Grupo de Comandos Revolucionarios del empresario estadounidense William Niehous, Vicepresidente de Owens-Illinois, quien será rescatado luego de tres años. Durante las investigaciones sobre el secuestro de Niehous, agentes de la DISIP arrestan a Jorge Rodríguez, quien muere en reclusión cinco días después de ser arrestado. También con relación al caso Niehous se levanta la inmunidad parlamentaria a los diputados Fortunato Herrera y Salom Mesa Espinoza.
Otra conmociones de diferente índole las constituyen, por un lado, la voladura en el aire de un avión DC8 de la línea aérea Cubana de Aviación con 73 personas a bordo, acto terrorista que tuvo como responsables a los cubanos Luis Posada Carriles y Orlando Bosch y los venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo; y, por el otro, la tragedia que supuso el estrellamiento cerca de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Lajes (Isla Terceira, Azores) del Hércules C-130 de la Fuerza Aérea que transportaba a todos los miembros del Orfeón Universitario de la UCV, incluido su director Vinicio Adames.

1. Un libro, una obra de teatro y dos películas que aparecieron o se estrenaron en 1976

En aquel agitado año para nuestro país, en el plano cultural se registra la aparición de los libro Del buen salvaje al buen revolucionario, de Carlos Rangel y Algunas palabras, de Eugenio Montejo. También se estrenan importantes películas entre las que se pueden mencionar Sagrado y obsceno, de Román Chalbaud; Fiebre, de Alfredo Anzola, Juan Santana y Fernando Toro; A propósito de Simón Bolívar, de Diego Rísquez; Compañero Augusto, de Enver Cordido; Canción mansa para un pueblo bravo, de Giancarlo Carrer; y Soy un delincuente, de Clemente de la Cerda. José Ignacio Cabrujas, por otra parte, monta por primera vez Acto cultural su fundamental obra de teatro y la Galería de Arte Nacional, creada en 1974, abre sus puertas al público en el edificio que antiguamente ocupaba el Museo de Bellas Artes en Los Caobos donde permanecería hasta la construcción su verdadera sede.

Era la época en que las Bienales Nacionales de Arquitectura se realizaban con regularidad y, luego de celebrada tres años antes la Quinta, entre los días 26 de noviembre y 10 de diciembre de 1976 abre sus puertas la Sexta en la ampliación del Museo de Bellas Artes, proyectada por Carlos Raúl Villanueva y Oscar Carmona con cálculo estructural de Waclaw Zalewski y José Adolfo Peña, inaugurada en 1973. También eran tiempos en que se podía cursar invitación y contar con la asistencia de diversas y connotadas figuras internacionales. Para la ocasión, se tuvo la participación en un ciclo de Conferencias-Debates de los arquitectos Oriol Bohigas (España), Fernando Belaúnde Terry (Perú) y Kenzo Tange (Japón), lo cual garantizaba un atractivo adicional a la muestra en sí de los 64 trabajos participantes, 27 de los cuales optaban al Premio Nacional de Arquitectura.

2. De izquierda a derecha: Oriol Bohigas, Fernando Belaúnde Terry y Kenzo Tange, invitados internacionales a la VI Bienal Nacional de Arquitectura

Realizada en homenaje a la memoria de Carlos Raúl Villanueva, fallecido el año anterior (1975), la VI Bienal contó como complemento con una muestra sobre su obra y trayectoria en la que, tal y como se recogía en la prensa (El Universal, jueves 26 de noviembre de 1976), “… el público tendrá la oportunidad de admirar, no sólo los aspectos arquitectónicos de su labor, sino también numerosos escritos, apuntes y guías que utilizó en su labor docente, y también su colección de arte, además de un audiovisual con duración de 20 minutos que recoge momentos de su carrera”.

El evento, organizado por el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV) y coordinado por el arquitecto José Ramos Fellipa, fue auspiciado en esta oportunidad por del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC).
William Niño Araque en el texto titulado “La ciudad recobrada” aparecido en el Catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar (1987), se refiere a la arquitectura que se mostraba en la Bienal que hoy nos ocupa como parte de una posible, desordenada e inconexa “Escuela de Caracas”. La lectura que hace Niño a la distancia apela al uso del término “neovanguardias” (acuñado por Helio Piñón en 1984) que consistía en la reutilización del lenguaje y modos propios de las vanguardias de comienzos del siglo XX para asumir una actitud renovadora. “El ‘nuevo mundo’ arquitectónico -dirá Niño- abandona así en nuestro medio, la ilusión conformadora del Bauhausianismo, centrada en la integración de las artes al servicio de la comunidad y en la idea de la prestación de servicios al proceso de desarrollo económico, para buscar espacio en posiciones más críticas y distantes”.

Inmersa en “el aplastante desarrollo económico venezolano de los años setenta” y asociada a una “arquitectura de la opulencia” la “Escuela de Caracas” se caracterizará por: asumir “soluciones concretas a los problemas concretos, por la ausencia de teorización explícita y por cierto desinterés en la difusión pública de sus aportaciones”; tener en la realización de una serie de concursos de arquitectura, cuyas propuestas ganadoras no se caracterizaron por ser innovadoras, una válvula de escape para ofrecer “operaciones subversivas” y “soluciones alternativas, no como el resultado de un proyecto explícito o de una teoría general, sino como una operación cerrada sobre sí misma”; no haber sido superadas las nuevas exigencias de la arquitectura en el medio intelectual venezolano. Y concluye: “no debe extrañarnos que las proposiciones arquitectónicas más interesantes sean el producto de una insistencia absolutamente individual y no de un consenso o clima intelectual generalizado…”.

3. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Izquierda: Premio Nacional. Torre Europa, Av. Francisco de Miranda. Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes con el acompañamiento de Moisés Benacerraf. Derecha: Premio Metropolitano. Banco Metropolitano, Sabana Grande. José Miguel Galia
4. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Premio Vivienda Unifamiliar. Quinta Gamero, Cumbres de Curumo. Jorge Castillo y Ralph Erminy con participación de Carlos Cruz-Diez
5. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Premio Mejor Tesis (Trabajo final de grado más destacado), “Sistema constructivo para estaciones ferroviarias”. María Teresa Novoa, Ana Isabel Loreto, Martín Padrón y Andrés Simón Herrera 

Bajo esta mirada es que se podría observar el grupo de obras galardonadas en la VI Bienal donde el Premio Nacional fue otorgado a la Torre Europa, de los arquitectos Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes con el acompañamiento de Moisés Benacerraf; el recién creado Premio Metropolitano (fusión de los Premios Municipales que en ocasiones anteriores otorgaban el Distrito Federal y el Distrito Sucre) recayó sobre el edificio para el Banco Metropolitano en Sabana Grande, de José Miguel Galia; el Premio Vivienda Unifamiliar se lo llevó la quinta Gamero en Cumbres de Curumo, de Jorge Castillo y Ralph Erminy con participación de Carlos Cruz-Diez; el Premio de Arquitectura para Proyecto no construido fue para el Parque del Oeste, de Jorge Romero y Daniel Baquero; el Premio Mejor Tesis (Trabajo final de grado más destacado) se le dio a María Teresa Novoa, Ana Isabel Loreto, Martín Padrón y Andrés Simón Herrera  con “Sistema constructivo para estaciones ferroviarias”; el Premio Colegio de Arquitectos de Venezuela (labor gremial, actividad docente y obra destacada) reconoció al arquitecto Heriberto González Méndez; el Premio Nacional de Urbanismo distinguió a los arquitectos Pedro Lluberes, Omer Lares y Mireya Urdaneta; y el Premio Interés Social quedó desierto.

La Torre Europa, elegante edificio proyectado en 1971 para un grupo corporativo suizo y terminado de construir en 1975, ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda en el cruce con la avenida Los Cortijos de Campo Alegre sobre un terreno de 4.000 m2, tiene 4 niveles de sótanos para 400 automóviles, planta baja comercial, mezzanina compartida entre dos locales con pequeñas oficinas en la parte superior, una torre de 12 pisos para oficinas de 1.300 m2 por planta y un remate de dos niveles para oficinas especiales. Además, el partido asumido permitió liberar un gran espacio público de acceso a la entrada localizada en la esquina y lograr un aporte significativo al orden urbano de la zona tras una acertada lectura de las variables del lugar.

6. Torre Europa. Izquierda: Planta de techos. Derecha: Planta tipo pisos 1 al 12
7. Torre Europa. Izquierda: Vista de la fachada sur desde la avenida Francisco de Miranda. Derecha: Corte transversal

La edificación ha sido reseñada en dos ocasiones con gran acierto. La primera por Hannia Gómez en el catálogo de la Bienal de 1987 ya señalado y la segunda por Iván González Viso en Caracas de Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015). En ambos casos se resaltan entre los logros alcanzados por esta torre, que de torre no tiene nada, los avances que representó como solución tecnológica por lo cual para Gómez no fue extraño que apareciese por primera vez totalmente publicada en la páginas de la revista Arquitectura e Ingeniería. Entre las innovaciones técnicas que mostró la Torre Europa se encontraban, según Gómez, “la modulación coordinada de todos los elementos internos para flexibilizar las plantas, el criterio de macroestructura del edificio con losas cada dos pisos y membranas en los pisos intermedios, la liberación de las plantas de la escalera de incendio antes de la aparición de la normativa que así lo obliga hoy en día, el uso inaugural de un nuevo diseño de las ventanas Unifedo como courtain-wall, las juntas aislantes horizontales entre los pisos y el mismo diseño de la fachada autoportante y aislante…”.

En 1998 el edificio sufrió un voraz incendio (sin pérdidas humanas que lamentar) a raíz de un corto circuito en los cajetines de electricidad, ubicados entre los pisos 1 y 3, repitiéndose otro dos días después en el piso 5, lo cual dejó inutilizados 6 de las 12 plantas del inmueble y en particular las oficinas del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA). Sin embargo, una reconstrucción, rehabilitación y actualización de sus instalaciones bien llevadas a cabo lograron que se reinaugurara tres años después.

El Premio Nacional de 1976 a la Torre Europa y a sus arquitectos, si bien logró exaltar sus aportes técnicos, ante todo permitió reivindicar el valor que todo edificio debe añadir al sector de la ciudad donde se inserta y el de convertirse en claro ejemplo de arquitectura urbana.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 6 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3, 4 y 5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

INFORMACIÓN DE INTERÉS

El Comité Organizador de la XIII Bienal Nacional de Arquitectura anuncia que se han extendido los lapsos de inscripción del material, así como el de entrega de las obras participantes hasta el martes 30 de octubre. También que se ha incluido la categoría Proyectos de museografía y montajes.

Por otro lado informa que, con mucho orgullo, se cuenta desde ahora con el apoyo de la Red de Bienales de Arquitectura de América Latina (Red BAAL) para la difusión de la convocatoria, por lo que se ha actualizado ligeramente el ribete superior del formato para posters, tal y como se puede ver en el que acompaña esta nota.

También participa el Comité que desde este momento puede accederse al Material XIII Bienal Nacional CAV actualizado desde el link previamente compartido:

CAhttps://drive.google.com/drive/folders/1TnVNSU39qlRb-hyEPCXxDNZHcjfcrYxC?usp=sharing

ACA

¿SABÍA USTED…

… que el año 2001, a 38 años de la realización de la primera y bajo el lema “Arquitectura en contexto: globalidad, identidad y ruptura”, se llevó a cabo la X Bienal de Arquitectura organizada por el Colegio de Arquitectos de Venezuela?

1. Logo de la X Bienal de Arquitectura de Caracas

En medio de un clima de contracción en la industria de la construcción y de cuestionamiento a este tipo de evento, cuyo agotamiento en cuanto a su capacidad de promover el interés nacional y el debate con contenido crítico eran evidentes, e intentando darle un giro al hecho de haber perdido desde 1987 su condición de marco en el cual se seleccionaba al Premio Nacional de Arquitectura (en manos desde entonces del Consejo Nacional de la Cultura), la organización de la X Bienal se propone, a tono con los vientos que soplaban ya en el país, renombrar la convocatoria, direccionar el enfoque general de la muestra y apostar por la reflexión y el intercambio.
Oscilando entre «I Bienal de Arquitectura de Caracas» y «X Bienal Nacional de Arquitectura», finalmente se registra la del 2001 como X Bienal de Arquitectura de Caracas, lo cual introdujo de entrada un claro elemento de confusión en cuanto a su propia identidad y alcance. Por otro lado, a la tradicional presentación de trabajos arquitectónicos y urbanísticos de diversa índole, publicaciones y tesis de grado, se le abre la puerta a modo de invitados especiales a proyectos y obras ganadores de premios nacionales e internacionales en el lapso 1998-2001 y a temas que evidenciaran el “interés del sector público, privado y profesional de formular propuestas para atender a las grandes mayorías de menores ingresos” en particular los trabajos ganadores de los Concursos de Habilitación Física de Barrios convocados por el CONAVI en 1999 y 2000, el Proyecto para la Declaratoria de la Ciudad Universitaria de Caracas como Patrimonio Cultural de la Humanidad, los Proyectos para la recuperación del estado Vargas y los Proyectos para Nuevas Ciudades. Adicionalmente, se logró organizar un ciclo de once foros aglutinados bajo el título “Ciudades para vivir” llevados a cabo en tres momentos y tres sedes diferentes, que, sin dejar de ser importantes válvulas de escape ante problemas acuciantes, permitieron evidenciar las tensiones presentes dentro de la organización misma del evento.
Un calificado y exigente jurado preseleccionó, del total de inscritos, 37 trabajos «en los que fuera manifiesta la intención de combinar de manera armónica la pericia profesional y la búsqueda de soluciones renovadoras” que, junto a los temas invitados, serían posteriormente considerados por un segundo jurado cuya misión consistió en llevar adelante la selección final y otorgar los premios. Todo ello dio pie al montaje de una exposición en los espacios del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (que desde el mes de enero ya no contaba con Sofía Imber como su directora) entre el 30 de septiembre y el 4 de noviembre.

2. Zonas afectadas por el deslave del estado Vargas en 1999. Maiquetía-  La Guaira- Punta de Mulatos- Macuto-  El Cojo- Camurí Chico- Los Corales  Caraballeda – Tanaguarena – Carmen de Uria
3. Propuesta de diseño urbano para el sector Los Corales. Oscar Grauer, David Gouverneur y Nuri Bofill


En un inusual y ambiguo fallo, que descolocó a propios y extraños, el jurado decidió “otorgar el Premio Nacional a la totalidad de los Proyectos para la recuperación y desarrollo de Vargas”, grupo conformado por 10 propuestas elaboradas por diferentes sectores, grupos e instituciones, públicos y privados, profesionales y académicos, nacionales y extranjeros, individuales y colectivos, como clara señal del sesgo que desde un inicio se le buscó dar al evento y demostración del interés que propició atender la tragedia que afectó en 1999 el Litoral Central y de entenderlo como una oportunidad para resolver sus problemas de fondo.

3. X Bienal de Arquitectura de Caracas. Premio Mejor Obra Arquitectónica. Edificio de telecomunicaciones IMPSAT, La Urbina, Caracas. Arquitectos Alessandro Famiglietti y Álvaro Rodríguez

El Premio Mejor Obra Arquitectónica, que en otras circunstancias habría sido el de mayor jerarquía, recayó sobre el Edificio de telecomunicaciones IMPSAT de los arquitectos Alessandro Famiglietti y Álvaro Rodríguez, ubicado en la urbanización La Urbina, Municipio Sucre, Caracas. El jurado “llegó a esta obra a través de la presentación de una condición global y objetiva de su propio partido. Era una obra muy bien planificada que posteriormente a su visita se demostró como una bellísima interpretación de un edificio neutro y de programa predeterminante (…). Complementariamente, una vez más aquí apareció un cierto atributo de ‘perfección en su factura’, que Le Corbusier resaltó en Vers une Architecture como esencial en arquitectura. Por otra parte, valorizando una posición y cualidades más particulares que las otras, ésta resumía su condición de contemporaneidad y globalidad”. El transcurrir de casi 20 años le han dado en cierta forma la razón a los argumentos señalados de manera que se puede hoy seguir sosteniendo que el IMPSAT se trata de un edificio referencial dentro de la arquitectura venezolana del aún joven siglo XXI.
El balance que a la distancia se puede hacer de esta X Bienal viene acompañado por la frustración que ha originado la desatención que se le dio al conjunto de proyectos ganadores a la luz de la situación que hoy se vive en el estado Vargas. Las observaciones y recomendaciones hechas por el jurado que apuntaban “al insoslayable papel que el poder público tiene como convocador y conductor de un proceso  de urbanización y participación, donde múltiples actores sociales deben elaborar propuestas negociadas”, sumadas a la necesidad de “complementar las propuestas con estudios de factibilidad económica e impacto ambiental, capaces de garantizar la viabilidad de las propuestas elaboradas en un territorio que históricamente ha demostrado su vulnerabilidad”, son argumentos suficientes para colocar esta declaración como acompañante de un numeroso grupo de oportunidades perdidas.

Procedencia de las imágenes

1, 2, 3 y 4. Colegio de Arquitectos de Venezuela. Catálogo de la X Bienal de Arquitectura de Caracas, 2001.

1967• III Bienal de Arquitectura en Venezuela

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1967•  En el mes de diciembre se celebró en el edificio de exposiciones de la Zona Rental de la Plaza Venezuela, la III Bienal Nacional de Arquitectura.
Los reconocimientos entregados correspondieron a proyectos realizados y terminados durante el lapso julio 1965 a julio 1967 y fueron: Premio Nacional de Arquitectura, otorgado por en INCIBA; Premio Colegio de Arquitectos de Venezuela, otorgado por el C.A.V.; Premio Municipal del Distrito Sucre, otorgado por el Concejo Municipal del Distrito Sucre; Premio Especial Fundación Mendoza; Premio Municipal del Distrito Federal; Premio Mejor Tesis de Grado y Premio Revista C.A.V.
Durante el evento se realizaron cinco conferencias a cargo de reconocidos profesionales venezolanos: «La colaboración entre el arquitecto y la industria, la experiencia del Banco Obrero», de Henrique Hernández; «El arquitecto como coordinador del proceso constructivo», de Tomás Sanabria; «La industria privada y la prefabricación» de Tulio Pinedo; «Posibilidades actuales y futuras del ejercicio de la Arquitectura en Venezuela» con la participación de los arquitectos Jesús Tenreiro, Leopoldo Martínez Olavarría, Oscar González Bustillos, Carlos Becerra, Elena de Ruíz e Ignacio Zubizarreta quienes fueron moderados por Américo Faillace; como cierre del evento Juan Pedro Posani hizo un «Balance de la III Bienal».

El Premio Nacional le fue otorgado al edificio del Banco Central de Venezuela proyectado por el arquitecto Tomás José Sanabria.

HVH

¿SABÍA USTED…

… que en 1998, tras una pausa de más de 11 años, se realiza la IX Bienal Nacional de Arquitectura, obteniendo el Gran Premio Bienal CAV la Abadía Benedictina de San José, ubicada en Güigüe, estado Carabobo, proyectada por el arquitecto Jesús Tenreiro Degwitz (1936-2007)?

Portada del catálogo de la IX Bienal Nacional de Arquitectura. Diseño: Martha Sanabria y Catherine Goalard.
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2014• XI Bienal Nacional de Arquitectura

Se inaugura XI Bienal Nacional de Arquitectura.jpg

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2014•  El día 5 de noviembre se inaugura simultáneamente en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad Simón Bolívar la XI Bienal Nacional de Arquitectura.
El evento, organizado por el Colegio de Arquitectos de Venezuela con apoyo institucional de las Facultades de Arquitectura de las Universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar, Santa María, Rafael Urdaneta, UNET del Estado Táchira, LUZ y varias empresas privadas, contó con la participación de más de 120 trabajos realizados en el lapso de los últimos doce años, parte de los cuales se expusieron en la Sala de Exposiciones de la FAU UCV y en la Biblioteca Central de la USB.

HVH