
Archivos diarios: 25 de agosto, 2024
¿SABÍA USTED…
… que en 1945 se inaugura el Liceo Andrés Bello de Caracas?

Como es sabido, durante las primeras tres décadas y media del siglo XX la educación podría decirse que estuvo abandonada en Venezuela. Los presupuestos anuales eran insuficientes, los índices de analfabetismo entre adultos se elevaron al 70%, tan sólo 91.462 estudiantes cursaban la escuela primaria, la Universidad Central de Venezuela estuvo cerrada desde 1912 hasta 1925 y, una vez abierta, justamente el tema educativo fue uno de los primeros en ser denunciado por los jóvenes universitarios que liderizaron la histórica protesta que dio origen a la conocida “Generación del 28”.

Pese a que en 1908 con la llegada de Gómez al poder se abrían esperanzas en cuanto la mejoría y modernización del sistema educativo gracias al nombramiento de Samuel Darío Maldonado al frente del Ministerio de Instrucción Púbica, y de que quienes lo siguieron, Trino Baptista y José Gil Fortoul actuaron de forma coherente en el mismo sentido en cuanto a la importancia de atender el tema, ello no impedirá que a partir de 1912, al escalar el régimen en su tono represivo y con ello cerrar la universidad, se entre en una etapa de total oscuridad y parálisis.
Definitivamente Gómez, más preocupado por la pacificación del país, la organización de las finanzas públicas o la construcción de infraestructura básica, dejó en un segundo plano la atención del sector educación. Como dato complementario de interés se puede decir que la gestión educativa gomecista cerraba en 1935 con un 70% de analfabetismo, con apenas 1372 escuelas primarias, de las cuales 1175 continuaban siendo atendidas por un solo maestro; y que de 698.288 niños en edad escolar se matricularon 137.000. Otro tanto se podría decir en cuanto a la formación media que sólo contaba en el país con tres liceos.

Con la muerte de Gómez en 1935 regresan los estudiantes exiliados, se empiezan a fundar los partidos políticos y los gobiernos de Eleazar López Contreras primero (1936-1941) e Isaías Medina Angarita después (1941-1945) comienzan a abordar el serio problema educativo y a construir la rezagada infraestructura necesaria para atenderlo.
A López Contreras no fue fácil fortalecer una política educativa tendiente a priorizar un sector que había encontrado en ruinas, ni fortalecer las instituciones que atendieran la grave crisis heredada. Basta decir que, sin dejar de contar con insignes figuras, por el despacho de Instrucción Pública pasaron hasta 8 ministros, siendo la cartera que más inestabilidad mostró dentro de su mandato. También sufrió el rechazo en tres ocasiones por parte del Congreso del proyecto de Ley de Educación hasta su definitiva aprobación en 1940.

Sin embargo, al finalizar su mandato, Lopez Contreras logró disminuir el analfabetismo a 52%, aumentar la población escolar y la matrícula estudiantil, ampliar el número de escuelas primarias públicas a 5.647 y de liceos a 11, elevar el número de organismos encargados de la formación de docentes y el número de individuos inscritos para cursar la carrera docente, instalar el Instituto Pedagógico para formar el profesorado de secundaria, duplicar la población universitaria e implementar la técnica educativa moderna en las acciones educativas tomadas con apoyo de personal extranjero con experticia en la organización escolar y con personal venezolano que fue capacitado en el exterior. (Información toda que hemos obtenido tras consultar el trabajo titulado “La Política Educativa en el Gobierno de López Contreras y su incidencia en el Cambio Institucional de Venezuela (1936-1941)” de la profesora Virginia Rondón de Medina, publicado el año 2015, accesible en http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/43078/articulo4.pdf?sequence=1&i.)

Con Medina, acompañado por Gustavo Herrera y Rafael Vegas como Ministros de Educación, se pudo continuar, concretar y enrumbar con mayor firmeza una gestión que derivó en una infraestructura educativa pública cuantiosa y de calidad, sin parangón en la historia del país. La Ley de Educación aprobada en 1940, reformada parcialmente en 1941 y luego tres veces más en los cinco años siguientes, mantuvo la noción del Estado-docente y la idea de que la educación y con ella su orientación y control de la enseñanza eran deber fundamental del Estado. Ello condujo a la elaboración a partir de entonces de un plan que involucró la construcción de un conjunto de edificaciones que debían cubrir los diferentes rangos que iban desde la educación pública primaria a la superior, pasando por la secundaria, arrojando como resultado que para 1945 ya se habían construido un total de 26 edificaciones para la educación primaria en todo el país, cerca de 10 liceos (del total de 97 entre públicos y privados que existían) para impartir la educación secundaria, 24 institutos para formar maestros y ya se había dado inicio a la realización de la Ciudad Universitaria de Caracas.
Dentro de este amplio panorama previo es que se debe entender la realización del Liceo Andrés Bello, proyectado por Luis Eduardo Chataing (1906-1971) e inaugurado en 1945.

Ubicado sobre la Av. Este 4 (hoy Avenida México), contiguo a la Plaza Carabobo, el edificio se inscribe plenamente dentro de los patrones de alta calidad y excelencia que caracterizaron la política educativa de entonces la cual debía ser acompañada de una infraestructura del mismo nivel. Se sumaba el Andrés Bello a la realización entre 1936 y 1937 del Liceo Caracas (primera sede del Instituto Pedagógico Nacional) primero de una lista que engrosaría el Liceo Fermín Toro (1946) situados ambos en la capital y diseñados por Cipriano Domínguez, a quien le correspondería también proyectar el Liceo Libertador en Mérida cuya primera etapa se inaugura en 1945 y el Liceo Lisandro Alvarado realizado aquel mismo año.

El Andrés Bello de planta baja y dos pisos; tiene las aulas dispuestas de tal forma que poseen excelente iluminación y ventilación natural, disponiendo de áreas verdes entre los cuerpos del conjunto educacional. El Auditorio remata el volumen en la fachada oeste, sobre la Plaza Carabobo permitiéndose desde allí un acceso independiente para las actividades que en él se realicen.


En el acceso al Liceo el arquitecto Chataing colocó un mural en alto relieve alegórico a la educación del artista Mario Giurlani (1906-1979), artista y escultor italiano residenciado en el país desde fines de los años ´20, y en su interior dos figuras talladas en caoba, tituladas “El café” y “Las frutas”, obras del artista venezolano Francisco Narváez, las cuales estuvieron inicialmente expuestas en el Pabellón Venezuela de la Feria Mundial de Nueva York de 1939.
En la misma tónica del Andrés Bello que podríamos asociar a una modernidad de reminiscencias clásicas, posteriormente, en 1947, Luis Eduardo Chataing realizaría, junto a Javier Yárnoz el Liceo Pedro Gual en Valencia.


Los antecedentes del Liceo Andrés Bello como institución se remontan a 1884 cuando se crea mediante decreto de Antonio Guzmán Blanco, refrendado por su ministro de Instrucción Pública, Dr. Manuel Felipe Pimentel, la Escuela Politécnica de Venezuela. Al no existir inicialmente un local adecuado para realizar sus funciones la institución fue ocupando diferentes sedes. La primera “fue una casa del General José Antonio Páez en la esquina de Mamey, donde posteriormente se erigiría el ‘Grupo Escolar Francisco Pimentel’. Durante las presidencias del General Joaquín Crespo, Ignacio Andrade y Cipriano Castro, funcionó en casas particulares, ubicadas en esquinas famosas de la metrópoli, como Hoyo de Castán, Santa Teresa a Cruz Verde, lo que hoy se conoce como la esquina de Colon. (…) Una importante acotación en la reconstrucción histórica de esta institución constituye que, en 1902, el Dr. Luis Espelozin, a consecuencia de la supresión del presupuesto para la Instrucción Pública, realiza gestiones para que la escuela se traslade a la Casa Natal de El Libertador, donde funcionó por 16 meses”, información que hemos obtenido del texto “Historia social e institucional de la educación secundaria. El liceo Andrés Bello de Caracas. 1925 -1945” elaborado por la profesora Suzuky Margarita Gómez accesible en https://web.archive.org/web/20130612235401/http://conhisremi.iuttol.edu.ve/pdf/ARTI000061.pdf.

De la misma fuente hemos conocido que la institución que nos ocupa, como ya se dijo, se denominó Escuela Politécnica Venezolana entre 1884 y 1904, y luego Colegio Nacional de Varones entre 1904 y 1905, Colegio Federal de Varones de 1905 a 1915, Liceo Caracas entre 1915 y 1925, Liceo Andrés Bello de 1925 a 1986 y Unidad Educativa Nacional “Liceo Andrés Bello” desde 1987 hasta la fecha.


Como se podrá notar, también fue variando la metodología y contenidos de la enseñanza que allí se impartían a través del tiempo, desde la instrucción con un giro eminentemente práctico que poseía según su decreto fundacional, hasta el momento en que adquiere la categoría de instituto de educación secundaria en 1904 como Colegio Nacional de Varones “coronándose así, las aspiraciones del Dr. Espelozin su director en ese momento”. Para entonces “estaría ubicada entre las esquinas de Dr. Paúl a Salvador de León y contaba con un curso preparatorio de dos años y un filosófico de tres”.

Ya como instituto de educación secundaria y habiendo cambiado en 1905 su denominación de Colegio Nacional a Colegio Federal, “en 1915 el Ministro Felipe Guevara Rojas transforma el ‘Colegio Federal’ en ‘Liceo Caracas’, instituto que recogió la visión que se tenía de lo que debía ser un ‘Liceo Nacional’, y que representaba los esfuerzos del Estado para organizar la instrucción secundaria del país, (convirtiéndose) en la prueba piloto del nuevo sistema educativo implantado por el Dr. Guevara Rojas; para cumplir con todos los estudios técnicos y prácticos de la enseñanza secundaria”.
Posteriormente el 26 de mayo de 1925, tras la promulgación en 1924 de la Ley Orgánica de Instrucción Pública, el Ministro Rubén González, a petición de Don Rómulo Gallegos director para la época, cambiará su nombre de “Liceo Caracas” a “Liceo Andrés Bello” en honor a ese gran venezolano.

El Andrés Bello fue desde entonces y muy especialmente desde 1936 testigo de los ajustes progresivos sufrió la educación secundaria en el país, y muy especialmente de los surgidos a raíz de la aprobación de la Ley de Educación en 1940 que estableció dos ciclos: el primero fundamentado en la cultura general, científica y humanística y el segundo, preuniversitario, con la intención de especializar al alumno en Filosofía y Letras, en Ciencias Físicas y Matemática o en Ciencias Biológicas, teniendo el primer ciclo una duración de cuatro años y el segundo ciclo una duración de dos años. Más tarde el primer ciclo sería reducido a tres años y el segundo ofrecería sólo dos opciones: ciencias y humanidades.
Vale señalar que desde 1915 continuó el peregrinaje de la institución por diferentes sitios de Caracas: Cuartel Viejo Nº 49; Carmelitas a Altagracia Nº 17; Principal a Conde Nº 14. De aquí, fue mudada a un edificio entre las esquinas de San Lázaro a Puente Victoria y es 1945 cuando, bajo la presidencia de Isaías Medina Angarita, se inaugura su sede actual proyectada teniendo lo señalado en la Ley de Educación de 1940 como guía programática para su arquitectura.

Su proyectista, Luis Eduardo Chataing, se graduó en 1928, como Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas por la Universidad Central de Venezuela. Trabajó en la oficina de Arquitectura de su padre Alejandro Chataing (fallecido en 1928) y en 1930 pasó a prestar servicios en la Oficina de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas. Posteriormente ocupó la Jefatura de la División de Arquitectura y posteriormente fue director de Hospitales al crearse la Dirección de Edificios Médico Asistenciales. En 1940 ganó el concurso para el diseño del edificio del Colegio de Ingenieros de Venezuela, del cual posteriormente fue presidente. Miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Arquitectos (1945), fue el primer director (1944-1946) de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela (UCV) donde desarrolló actividades docentes como profesor de Teoría de la Arquitectura y Composición Básica. Miembro de la Comisión para la elaboración del proyecto parcial de la Ley de Educación de los estudios de Ingeniería. Miembro fundador de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela en 1953 (UCV). Ministro de Obras Públicas entre 1952 y 1953 y Contralor General de la Nación de 1953 hasta la caída del régimen de Marcos Pérez Jiménez en 1958. Se residenció en Madrid después de 1958 y ya retirado falleció en Caracas en 1971.


Dentro de la amplia obra edificada de Chataing destacan, además de los mencionados liceos Andrés Bello y Pedro Gual y la sede del Colegio de Ingenieros de Venezuela: la Sala de Lectura Ateneo del Táchira en San Cristóbal (1938), la Escuela Nacional de Enfermeras (1942), el Aeropuerto Grano de Oro en Maracaibo (1944), la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia (1946), las Oficinas del MOP en La Guaira (1946), el Edificio Nacional, en San Cristóbal (1947) junto a Javier Yarnoz y el Gran Hotel Palmar de Caraballeda (1949) junto a Graziano Gasparini.
ACA
Procedencia de las imágenes
1. José E. Arnó Ortega (https://www.pinterest.com/pin/50313720817105461/)
2. Wikipedia. Samuel Darío Maldonado Vivas (https://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Dar%C3%ADo_Maldonado_Vivas); y Venezuela en Retrospectiva. Dr. José Gil Fortoul (https://venezuelaenretrospectiva.wordpress.com/2021/03/29/dr-jose-gil-fortoul/)
3. El Programa de Febrero de 1936 y la educación (https://www.eastwebside.com/freddy-millan-el-programa-de-febrero-de-1936-y-la-educacion.html)
4. Colección Crono Arquitectura Venezuela; y Caracas del Valle al Mar. Guía de Arquitectura y paisaje (https://guiaccs.com/obras/grupo-escolar-gran-colombia/)
5. cinco (https://www.cinco8.com/perspectivas/1945-el-fin-de-la-concordia/)
6. Capturas de Google Earth.
7, 9, 10, 15 y 16. Colección Crono Arquitectura Venezuela
8 y 12. Construido en Caracas. Liceo Andrés Bello (https://construidoencaracas.wordpress.com/2013/10/13/liceo-andres-bello/)
11. Alumnos y ex- alumnos del Liceo Andrés Bello- Caracas (https://www.facebook.com/groups/34965050012/posts/estudiantes-del-liceo-andr%C3%A9s-bello-1948-mujeres-y-hombres-por-igual-practicaban-/10162445152605013/); y Liceo Andrés Bello (http://mismisiones.blogspot.com/2009/03/liceo-andres-bello.html)
14. Alumnos y ex- alumnos del Liceo Andrés Bello- Caracas (https://www.facebook.com/groups/34965050012/posts/estudiantes-del-liceo-andr%C3%A9s-bello-1948-mujeres-y-hombres-por-igual-practicaban-/10162445152605013/)
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Shigeru Ban.
Obras completas. 1985-hoy
Philip Jodidio
Taschen
2024
Idioma: inglés
Nota de los editores
Una visión valiosa de las obras y la mente del arquitecto japonés Shigeru Ban. El autor Philip Jodidio explora los edificios completados de larga data, nuevos proyectos y una perspectiva futura del estudio Shigeru Ban después de que Taschen haya seguido su carrera desde el principio. Esta monografía es un viaje a través de los años y la evolución de un arquitecto que se hizo un nombre con verdaderas maravillas arquitectónicas que no pueden superarse en la innovación, la elegancia y la sensibilidad. Junto a los primeros edificios que despliegan tubos de papel como elementos estructurales, así como casas que desafían una idea tan fundamental como muros, como la casa de la pared de la cortina en Tokio y la casa sin pared en el campo de Nagano, vemos muchos proyectos versátiles recientes. Ver un ático de dos pisos sobre una casa histórica de hierro fundido de la ciudad de Nueva York de 140 años, el campus Swatch/Omega en Suiza, y el Sena Musicale, una sala de conciertos insertada en un plan maestro general concebido por Jean Nouvel para la isla île Seguin en Francia.
El trabajo de Ban se caracteriza por una búsqueda para comprender los edificios y un compromiso de guardar y usar materiales descartados, lo que lo llevó a soluciones inventivas y reclamar el papel material como el elemento básico de varios de sus proyectos. Junto con esta ambición, Ban dio una cara a la arquitectura japonesa mientras se mantenía en contacto con su escritura arquitectónica única, lo que le permite crear una magnitud de proyectos en todo el mundo. La notoriedad del arquitecto ganador del premio Pritzker no le ha impedido dedicar su talento e ideas innovadoras a quienes necesitan ayuda. Ha construido refugios para refugiados en Ruanda y Sri Lanka, y ha utilizado sus estructuras de tubo de papel para erigir rápidamente alojamientos de emergencia en Fukushima y Ucrania en tiempos de crisis. Con su enfoque de resolución de problemas, generoso y elegante, Shigeru prohíbe la arquitectura humanitaria y sigue empujando los límites de su oficio.
ACA
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Empresas editoriales venezolanas: apogeo y ocaso (1958-1998).
Notas de historia cultural
Carmen Verde Arocha
ABediciones-UCAB/Editorial Eclepsidra
2024
Tomado del texto introductorio escrito por la autora
Empresas editoriales venezolanas: apogeo y ocaso (1958-1998). Notas de historia cultural está dirigido a los futuros investigadores de la cultura impresa, a los protagonistas de esta historia que intentamos narrar (autores, directores editoriales, coordinadores, correctores, diseñadores), a los académicos, profesores y estudiantes universitarios y al público lector, ansiosos por conocer y comprender las transformaciones que ha experimentado el campo editorial dentro de la cultura del país. Sabemos que nos estamos metiendo en un terreno movedizo, casi inédito dentro de la historiografía venezolana. Para su desarrollo nos apoyamos en la metodología de Pedro Grases y en la propia de la nueva historia cultural y de las historias alternativas. Los historiadores Peter Burke, Roger Chartier y Robert Darnton han intentado esbozar un corpus teórico y metodológico de las historias alternativas y nos ponen al tanto del giro cultural (Cultural Turn).
Celebramos con gratitud el incondicional apoyo de los autores, editores, impresores, diseñadores y testigos de la época, sin sus testimonios y el acceso a sus archivos y documentos era casi imposible obtener tanta información. En este sentido, distinguimos que hay una escasez de información y de registros de la actividad editorial venezolana, ya sea por falta de recursos del sector privado, por un descuido del Estado ante el sector, o por las mismas empresas editoriales, las cuales han extraviado, por diferentes circunstancias, sus documentos legales y archivos.
Los invito a acompañarnos en este recorrido, recordando las palabras de la historiadora norteamericana Natalie Zemon Davis: «Quiero ser una historiadora de la esperanza, porque el revelar lo posible del pasado nos lleva a pensar en lo posible para el presente y el futuro».
ACA
ES NOTICIA
El Premio Mies Crown Hall Americas anuncia los finalistas del MCHAP 2024

Escrito por Nour Fakharany
Traducido por Agustina Iñiguez
Tomado de http://www.archdaily.cl
Publicado el 21 de agosto, 2024
El Premio Mies Crown Hall de las Américas (MCHAP) acaba de anunciar a los cuatro finalistas para el premio 2024. En la última etapa de su quinto ciclo, este premio para prácticas emergentes ha sido seleccionado de un grupo de más de cincuenta obras nominadas diseñadas por arquitectos/as en la primera década de su formación. El galardón reconoce las mejores obras de arquitectura construidas en las Américas entre 2020 y 2023.
Representando a cuatro países, estos finalistas exhiben una amplia gama de tipologías, escalas, materiales y condiciones del sitio, reflejando los enfoques dinámicos de la próxima generación de profesionales de la arquitectura. Junto a un compromiso con las prácticas colaborativas, los finalistas «ejemplifican un enfoque impulsado por la comunidad e intervenciones arquitectónicas innovadoras dentro del tejido urbano». Además, cada proyecto también fue reconocido por su uso consciente de materiales y métodos constructivos de origen local.
El talento emergente en las Américas está ampliando nuestra comprensión de los roles que juegan los arquitectos y paisajistas en la conformación de contribuciones significativas, innovadoras e impactantes al entorno construido. Agradecemos profundamente la evaluación minuciosa de nuestros dedicados jueces sobre los proyectos, especialmente en cómo abordan y responden a los desafíos contemporáneos. — dijo Dirk Denison, director del Premio.
La primera conferencia MCHAP.emerge sobre Práctica Crítica está programada para llevarse a cabo en el S. R. Crown Hall, un hito arquitectónico central en el Instituto de Tecnología de Illinois. Coorganizada por Leslie Johnson de IIT, la conferencia explorará temas que incluyen sostenibilidad ambiental, avances tecnológicos, el rol de los profesionales de la arquitectura en la sociedad y cambios entre generaciones en el campo. Los asistentes incluirán a estudiantes y profesores de IIT, el jurado de MCHAP, los finalistas de prácticas emergentes de este ciclo y figuras destacadas de la comunidad global de arquitectura. El evento concluirá con una ceremonia nocturna el 27 de septiembre, donde se revelará al ganador del Premio MCHAP.emerge.
Estos son los cuatro finalistas:




ACA
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 417

En el panorama de la arquitectura española del último cuarto del siglo XX, la revista Arquitecturas Bis (que estuvo acompañada del curioso subtítulo Información gráfica de actualidad) ocupó un destacadísimo lugar. Concebida en 1973 por el arquitecto Oriol Bohigas, la editora Rosa Regás y el diseñador Enric Satué como un medio independiente, la publicación circuló durante el período que abarca de 1974 a 1985, en medio del proceso de transición que condujo a España de la dictatura a la consolidación de la democracia después de la muerte de Franco en 1975.

Fue elaborada siempre en los talleres de La Gaya Ciencia, empresa editorial fundada por Regás en 1970, quien a su vez asumió la dirección. Contó, además, con un Consejo de Redacción de lujo que incluyó en un primer momento, además de a los arquitectos Oriol Bohigas, Federico Correa, Lluís Domènech, Rafael Moneo, Manuel de Solà-Morales y Helio Piñón, al historiador y crítico de arte Tomàs Llorens -entonces exiliado en Inglaterra- y al diseñador gráfico Enric Satué. Más adelante el grupo decidió incluir, por mediación de Bohigas, a Luis Peña Ganchegui a partir de 1977 y ese mismo año, por recomendación de Correa, al entonces estudiante Fernando Villavecchia quien fungió de secretario del Consejo y luego, ya graduado, como coordinador de contenidos.
Dos como mínimo son los aspectos que consolidaron la importancia y trascendencia de Arquitecturas Bis en el ámbito de las publicaciones periódicas de la época, diferenciándola del resto. El primero fue que se trató de una revista de autores y no de autor, para lo cual la conformación de su Consejo Editorial tuvo mucho que ver en el hecho de no contar con una marcada línea editorial tantas veces asociada a la figura de un único director. El segundo está relacionado con el innovador formato y diseño gráfico que la caracterizó, fiel reflejo de su espíritu diverso, independiente y carente de una estructura programática, que logró representar e interpretar críticamente, tanto a través del texto como de la imagen, las prácticas discursivas de la posmodernidad en la que también estuvo inmersa.

Objeto de estudio tanto por su forma como por su contenido, los 52 números de Arquitecturas Bis han permitido la gestación de numerosos artículos, investigaciones y trabajos académicos de los que es importante echar mano para conocer a fondo su repercusión en el tiempo. También la colección completa puede revisarse a través de un CD ROM editado por Faximil Edicions Digitals de Valencia (España) en 2004, con el auspicio de la Universidad Politécnica de Valencia y Colegio territorial de Arquitectos de Valencia, cuyos datos generales (índice por número, temático y por autores) pueden consultarse a través de https://issuu.com/faximil/docs/indexab1-52.

Tomando como guía la tesis doctoral titulada “Otra Arquitecturas Bis. La aportación crítica de Madrid”, presentada por Alejandro Valdivieso Royo el año 2021 en la Universidad Politécnica de Madrid, claro ejemplo como su título refleja de las diversas vertientes que ofrece la revista para abrir sendas investigativas, vale la pena resaltar, en primer lugar, el rescate de lo disciplinar que se convirtió en eje transversal de quienes colaboraron en su realización desde el comienzo. También destacar el rol jugado por Arquitecturas Bis en el esfuerzo por llenar el vacío en forma y contenido, desde otro polo geográfico y cultural, dejado por las revistas madrileñas que en la década anterior fueron responsables de llevar adelante la discusión arquitectónica: Nueva Forma y Hogar y Arquitectura, cerradas en 1975 y 1977, respectivamente, a lo que se suma el cese en 1973 de Carlos de Miguel como director de Arquitectura, órgano de difusión del COAM.
Sin embargo, para comprender el proyecto editorial de Arquitecturas Bis, afirma Valdivieso, hay que entender, a su vez, su “carácter socialmente circunscrito al contexto barcelonés de la Transición, donde un insólito acoplamiento entre provincianismo y cosmopolitismo -que venía de lejos, mucho antes incluso del paso del realismo existencial de posguerra a las complejidades de la cultura pop- fue capaz de crear un contexto de mayor coherencia donde se produjo una marcada disolución de las hasta entonces estancas comunidades profesionales, es decir, la cohesión de toda élite”.

Así, tras la coincidencia en alejarse de las narrativas unívocas de la arquitectura moderna y de concebirla como un proceso orgánico que permite el crecimiento de sus propios fundamentos de manos de las nuevas generaciones, los contenidos que aparecieron en Arquitecturas Bis también fueron capaces de mostrar la compleja revisión disciplinar posmoderna conformando una línea que, además, puso en entredicho los postulados negacionistas experimentados en los años cincuenta logrando evidenciar, dentro de la diversidad de sus colaboraciones, una postura no militante que dejaba abierta a puerta acerca de si se estaba en presencia de una modernidad ya agotada o un proyecto por completar.

Lo cierto, como señala Valdivieso, es que “Arquitecturas Bis persiguió desde su primer número una ruptura con las prácticas del pasado, tanto en la forma de mirar, pensar, historiar y teorizar la arquitectura, como en la manera de hacerla llegar a sus lectores”, sin necesidad de apelar al compromiso ideológico que mostraban otras publicaciones catalanas de la época como 2C Construcción de la Ciudad (1974-1985) o Carrer de la Ciutat (1977- 1980), convirtiéndose en “signo de aquella sensibilidad inclusiva en un periodo plural de emergencia teórica”. Es por ello que “se prescindió deliberadamente de un editorial o una línea programática que, sumado a las saludables divergencias de su heterogéneo Consejo de Redacción, terminó por reflejar que la no prevalencia de un único tema -o un único punto de vista- caracterizó un periodo plural que de manera imprecisa se ha denominado posmodernidad. Una ruptura ideológica que aún hoy contamina todo aquel debate que habla de la arquitectura posmoderna en términos estrictamente estilísticos y no discursivos”.

Por otro lado, señalará Valdivieso, “a pesar de que Arquitecturas Bis nace en un periodo de emergencia teórica en el que las ideas parecían querer reemplazar a los edificios, y si bien otras publicaciones hermanas como Oppositions desde Nueva York o la renovada Lotus International desde Milán habían mostrado un fervor militante por la teoría, la revista barcelonesa … practicó una teoría donde la referencia (la obra, el edificio), más allá de desaparecer, se destaca. (…) Todo ello sin menoscabo de las influencias procedentes de la semiótica (o de la semiología, según su ascendencia), de la crítica social o de la crítica literaria y de historiadores que habían hecho de ésta última el argumento principal de algunos de sus trabajos”.

Sobre el importante peso que para la publicación periódica tuvo su diseño gráfico, hasta el punto de convertirse en un sello distintivo, Enric Satué, que participaba de las decisiones editoriales del Consejo de Redacción, llegó a construir lo que podría denominarse un “objeto-revista” que evitó en todo momento disociar la forma del contenido. Dicho en otras palabras: “Arquitecturas Bis guardaba una semejanza con la arquitectura que encarnaba, arraigada en la batalla entre la autonomía y la heteronomía, representando e interpretando genuinamente las prácticas discursivas de la posmodernidad -fragmentación, agregación, ensamblaje, referencia histórica-…”, dirá Valdivieso.
Es de boca del propio Satué, quien esperó hasta el último número, el 52, de diciembre de 1985, para escribir “UN FORMATO. El diseño de Arquitecturas Bis” y así explicitar tan importante tema, de quien hemos podido saber que en 1973, en un panorama de revistas internacionales de arquitectura en pleno apogeo, tuvo que asumir que “la única expectativa de éxito en la formalización de una nueva publicación independiente y con muy escasos recursos económicos consistía, por lo visto, en adoptar un planteamiento de diseño experimental y evitar con ello el más leve roce (es decir, semejanza) con las revistas ya acreditadas”.

De allí que, debiendo renunciar a muchas de las ventajas formales que proveía un holgado presupuesto, se apostó por proponer un nuevo formato alejado de lo convencionalmente asumido en el medio editorial, explorando una dimensión inédita en las revistas de arquitectura: la altura. De esta forma, “de acuerdo con las características físicas que determinaban el producto (papel modesto e impresión a una tinta), el formato alargado permitía trabajar en una línea más parecida a los periódicos que a las revistas”, precisará Satué.
La verticalidad, “ritmo compositivo fundamental en arquitectura”, traducida a un tamaño de 230 x 395 mm (con una caja total de 190 x 353 mm), que traía consigo una serie de ventajas para la publicación de fotografías y su juego con los textos, se convertiría en el patrón de identidad del producto junto al manejo del nombre y su tipografía. A diferencia del exceso de diseño de tipos de alfabetos que predominaban en la época, Satué recurrió a combinar la vulgar Times para los textos (como hacían todos los diarios) y la convencional Helvética (de todas las revistas de arquitectura) para los titulares, aprovechándose ésta última fuente, “subrayándolo con el arcaísmo novecentista de la V por la U”, para componer la palabra ARQVITECTVRAS en rojo y en negritas (convertido así en logotipo), al que se le incrustaba la numeración del ejemplar correspondiente en negro, colocando el BIS en cursiva en una segunda línea, acompañado con discreción de la fecha (a la izquierda) y la frase “Información gráfica de actualidad” a la derecha, ambas en cursivas.

Si la numeración iba recorriendo de izquierda a derecha el logo salida tras salida, todo el cuerpo identificatorio, en la medida que transcurría el tiempo, lo fue haciendo de arriba abajo a lo largo de la verticalidad de las primeras páginas con ligeras modificaciones cuando se trataba de números dobles. Esto fue así desde la salida hasta que en el número 34 (mayo/diciembre 1980) se fija el cuerpo identitario al lado izquierdo a lo largo del eje vertical para ser leído de abajo a arriba el cual solo comenzará a desplazarse de izquierda a derecha a partir del número 44, recortándose y alejándose del borde inferior en los números 50, 51 y 52.
Sólo a modo de repaso, valga decir que el primer ejemplar de Arquitecturas Bis (mayo 1974) recogió en su portada (que ilustra nuestra postal del día de hoy) la nota “El neorracionalismo se viste de sport. LA OBRA DE RICHADR MEIER EN BRONX” firmada por David Mackay y Roger Sherwood y otra de carácter luctuoso (sin firma) que anuncia que “LOUIS KAHN HA MUERTO” hecho acaecido el 17 de marzo de aquel año. En una larga y estrecha franja al lado izquierdo se informa sobre la editorial y su dirección; se presenta al Consejo de Redacción y demás créditos, aprovechándose el espacio para incluir el precio del ejemplar y comentar dos fotos asociadas al fallecimiento de Kahn.

El primer número, de 36 páginas, incorporó, además, los textos “¿Existe una arquitectura sin significado?” de Lluís Domènech; “Lo paupérrimos museos españoles van a gastar dinero en anuncios inútiles” de O.B.; “El Modernisme y la arquitectura española del siglo XIX: Textos sobre el Modernisme” de Oriol Bohigas; “Arquitectura del siglo XIX en Madrid, Valencia y Mallorca” de Rafael Moneo; “Enfrentamiento a Gaudí” de Lluís Domènech; “Il Giardinetto de Correa-Milá” de Rafael Moneo; “Montblanc: Los fantasmas de la muralla” de Manuel de Solá-Morales; “Magnificent intentions” de Suzanne Stephens; “Conversación con Alejandro de la Sota desde su propio arresto domiciliario” de Mariano Bayó; “Impresiones de un arquitecto catalán en una primera visita a Brasil” de Federico Correa; y “Tumba de asfalto para Mackintosh” de J.U.
Al igual que el nº 1 el 34, el 35 y el 45 tuvieron 36 páginas siendo la cifra más repetida la de 32, hasta 21 veces. Los ejemplares más voluminosos fueron el 23-24 y el 36-37 ambos de 64 páginas. El nº 52 con el que se cerró la aparición de la revista tuvo carácter de «final extraordinario» y contó con 48 páginas siendo de los números sencillo el más corpulento.
En cuanto a participaciones, las firmas que más veces se registraron en Arquitecturas Bis fueron las de Oriol Bohigas (40), Helio Piñón (28), Lluís Domènech (19), Rafael Moneo (16), Manuel de Solá-Morales (15), Federico Correa (10), Tomás Llorens (8), Ignacio de Solá-Morales (8) y Maite Muñoz (5).

El índice temático ya señalado al comienzo de la nota contenido en el CD ROM citado se organizó con base en los siguientes ítems: actualidad, historia, teoría y crítica, comentario de textos, arquitectos y obras y libros reseñados, lo cual habla a las claras de los intereses que guiaban a la redacción.

Con respecto a su periodicidad, tal y como ocurre comúnmente con las publicaciones de este tipo, Arquitecturas Bis fluctuó de un comportamiento que fue desde el bimestral, al semestral pasando por el trimestral y el cuatrimestral. Sin embargo, podríamos decir que se editaron en promedio 4 o 5 números al año durante sus casi 11 de existencia.

Ya para cerrar quizás valga la pena volver a seguir a Satué, quien en el mismo artículo que hemos citado reconoce que para el cierre de su periplo en 1985, si bien Arquitecturas Bis en sus inicios fue todo un suceso editorial en cuanto experimentación e innovación en el diseño, con el transcurrir del tiempo ya había dejado de tener el impacto inicial. En tal sentido confiesa: “Hoy el formato acentuadamente vertical, el referente pseudoperiodístico y, en ocasiones, el uso del rojo y el negro en la primera página, la Helvética u otro tipo convencional cualquiera para el diseño de logotipos o bien el protagonismo visual del número de orden, no constituyen novedad alguna en este sector”. Luego de señalar numerosos ejemplos que asimilaron las novedades que en su tiempo impulsó Arquitecturas Bis (recogidos en la portada del nº 52) y de congratularse por ello, Satué concluirá diciendo: “La generosa moraleja que parece desprenderse de esta intangible epopeya gráfica es que, nacida en su tiempo con el deseo de no parecerse a ninguna otra, Arquitecturas Bis se detiene hoy autocomplacida de ver perpetuada su imagen, en mayor o menos medida, en otras revistas, herederas, al menos, de su fisonomía”.

La otra moraleja, proveniente de evaluar el peso de los contenidos publicados, de la apertura conducente a abrir el debate sin inhibiciones y como consecuencia la de convertirse en referencia de cómo enfocar lo disciplinar desde la propia arquitectura, permanece como experiencia que difícilmente podrá ser igualada.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal, 1, 6 y 13. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad
2, 10 y 11. Arquitecturas Bis: Índices de los números 1 al 52 (https://issuu.com/faximil/docs/indexab1-52)
3. Nueva forma. Arquitectura, urbanismo, diseño, ambiente, arte (https://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=8819) ; y Hogar y Arquitectura 75 (https://es.scribd.com/document/371469567/Hogar-y-Arquitectura-75)
4, 7, 9, 12 y 14. Alejandro Valdivieso Royo. Otra Arquitecturas Bis. La aportación crítica de Madrid (2021) (https://oa.upm.es/69590/1/ALEJANDRO_VALDIVIESO_ROYO_01.pdf)
5. 2C. Construcción de la ciudad. Número 1. Febrero 1975. Stirling (https://issuu.com/faximil/docs/1975-2c-01); y VEREDES Arquitectura y Divulgación (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-revista-carrer-de-la-ciutat/)
8. Un formato: El diseño de Arquitecturas Bis (https://issuu.com/faximil/docs/1985-52-02); y Alejandro Valdivieso Royo. Otra Arquitecturas Bis. La aportación crítica de Madrid (2021) (https://oa.upm.es/69590/1/ALEJANDRO_VALDIVIESO_ROYO_01.pdf)