El pasado jueves 15 de abril a las 3:00 p.m. se inauguró en la Sala de Exposiciones de la FAU UCV la muestra “Todo llega al mar”, dedicada a exhibir la obra y pensamiento del arquitecto venezolano Óscar Tenreiro, para la cual se contó con una nutrida concurrencia.
Para complementar el evento, se programaron una serie de actividades de las cuales ya dos se han realizado:
La conversación “Leyendo la exposición” efectuada el viernes 16 de junio de 2023 a las 3:00 p.m. en la Sala de Exposiciones de la FAU UCV, que tuvo como moderador a Jesús Galíndez y como expositores a José María Lozano, Augusto Terán y Edwing Otero.
La presentación oficial de los libros Todo llega al mar: pensamiento y obras del arquitecto Óscar Tenreiro y Todo llega al mar: selección de escritos del arquitecto Óscar Tenreiro a cargo de Enrique Larrañaga, palabras de Denise Miodownik y comentarios de Óscar Tenreiro, también realizada el viernes 16 de junio a las 6:30 p.m. en COLLECTANIA, Los Palos Grandes.
Las otras dos conversaciones del ciclo de tres se han programado de la siguiente manera, ambas en la Sala de Exposiciones de la FAU UCV:
El Taller Firminy: una propuesta docente.
Fecha: miércoles 21 de junio, 2023, 3:00 p.m.
Moderador:
José Alejandro Santana
Expositores:
Adriana Figueiras, “El Taller Firminy, lugar de intercambio”.
Antonio Ochoa, “El Taller Firminy: una propuesta académica”.
Juan Alberto Ramírez, “El Taller Firminy: hacia la formación integral”.
Adina Arévalo, “El Taller Firminy: conocimiento nacional y contactos internacionales”.
Lecciones de una práctica.
Fecha: miércoles 28 de junio, 2023, 3:00 p.m.
Moderador:
Moisés Chávez.
Expositores:
Juan José Pérez Rancel, “Óscar Tenreiro en la arquitectura venezolana”.
Azier Calvo, “Óscar Tenreiro y la crítica”.
Iván González Viso, “Óscar Tenreiro y la práctica profesional”.
Víctor Sánchez Taffur, “Óscar Tenreiro y las nuevas generaciones”.
También está previsto para el jueves 6 de julio, 2023, 10:30 a.m. el encuentro “Conversando con Óscar Tenreiro sobre sus obras, proyectos y reflexiones”, que tendrá lugar en el Auditorio Hno. Lanz de la Universidad Católica Andrés Bello, Montalbán.
En él participarán Óscar Tenreiro, Víctor Sánchez Taffur y José Humberto Gómez.
Pocos son los edificios caraqueños que pueden considerarse como verdaderos hitos dentro de su paisaje urbano y entre ellos destaca, sin lugar a dudas, la torre La Previsora.
Proyectado en 1969, terminado de construir en 1972 e inaugurado en 1973, La Previsora es producto de la necesidad de la compañía de seguros que le da nombre de salir de su sede en el centro de Caracas debido a su crecimiento como empresa, del deseo expreso de ser representada mediante un ícono claramente reconocible y del desenlace de un concurso privado que para tales fines fue convocado.
Según hemos rescatado de Internet, Seguros La Previsora fue fundada el 12 de marzo de 1914 con el nombre de La Equitativa con un capital de seis millones de bolívares. Inicia, pues, sus actividades en una época pre-petrolera justo el año que comenzó la Primera Guerra Mundial, fijando su primera sede en la Avenida Este 4, No.11 (de Sociedad a Traposos), en pleno casco central de Caracas. De inmediato comenzó su crecimiento al adquirir la cartera de seguros de la Compañía Venezolana de Seguros (fundada el 19 de junio de 1.893). Poco después se decidió cambiar el nombre a Seguros La Previsora mudándose a una nueva localización (de Conde a Principal). Para 1930 ya había adquirido otra empresa, Seguros Fénix. La ampliación sostenida de su cartera llevó a sus propietarios a plantearse la compra de un terreno para construir una nueva sede cercana al nuevo centro sobre el cual se desarrollaba la ciudad: la zona de Plaza Venezuela.
1. Torre Seguros La Previsora. Cortes generales con detalle de la parte inferior y una de las plantas.
Es a finales de los años 60 cuando se adquiere el lote en esquina de 3.000 m2 ubicado en la Av. Abraham Lincoln (hoy Bulevar de Sabana Grande) cruce con las avenidas Las Acacias, Bolivia y Valparaíso, frente al cual los estudios realizados por la Oficina Municipal de Planeamiento Urbano tenían prevista la construcción de una plaza cívica y el Metro de Caracas una salida de la estación contemplada en Plaza Venezuela. También, el terreno presentaba un nivel freático elevado con el cual tarde o temprano los futuros proyectistas habrían de lidiar. Valga añadir que para proceder a la compra del predio y acometer la futura construcción del edificio los propietarios se encontraron con serias dificultades para adquirir la totalidad de los terrenos circundantes. Sin embargo, tomando las correspondientes previsiones, procedieron a realizar una emisión de bonos por el orden de 34 millones de bolívares, 8 millones de dólares para la época, que ayudaron en gran medida a la cristalización de la obra.
Decididos a hacer de su nueva sede un ícono representativo, la compañía de seguros convoca un concurso privado de arquitectura el cual es ganado por la empresa de arquitectura BPK (Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman), que para entonces contaba como arquitecto asociado con el talentoso Pablo Lasala quien será el principal responsable del éxito logrado.
Las variables urbanas, características del subsuelo y condiciones propias del lugar llevaron a los proyectistas a hacer una propuesta conformada por dos elementos muy disímiles en lo relacionado a su volumetría y aspecto formal: una torre de oficinas de 30 pisos de altura con locales comerciales en sus plantas inferiores que contemplaban un acceso directo a la estación de metro prevista en el lugar y con dos sótanos de estacionamiento; y un cuerpo que albergaría un aparcamiento vertical para 450 puestos. La potente, limpia y sólida imagen de la torre (de silueta piramidal que da la sensación de emerger del subsuelo tomando en consideración el espacio público que inicialmente se ubicaría al sur), fue lograda mediante una solución de plantas decrecientes a medida que se gana en altura, rematada en su parte superior por un volumen de servicios.
2. Izquierda: Torre La Previsora, Caracas, Borges, Pimentel, Koifman y Lasala, 1972. Derecha: John Hancock Center, Chicago, S.O.M, 1968.3. Tres miradas cercanas al edificio.4. La Previsora vista a la distancia desde su entorno circundante.
La solución fue de la entera satisfacción de los propietarios, irrumpió incorporando una nueva y polémica escala para el lugar y debió contar para su adecuada solución estructural con el aporte del conocido ingeniero calculista Agustín Mazzeo, otro importante protagonista dentro del equipo de diseño, quien preservó la forma original propuesta para la torre resolviendo el encuentro de los dos planos inclinados que conforman las fachadas, vinculándolos horizontalmente por grandes vigas o elementos estructurales, que permiten la formación de atrios interiores cada 5 pisos, todo en concreto obra limpia.
En total, de manos del Consorcio Integral Fertec (formado por los ingenieros Álvaro Fernández Zingg y Emilio Fernández Zingg), se construyeron 25.000 m2. La torre de oficinas, orientada norte-sur, con 117 metros de altura y 30 plantas de diferente superficie cada una, tiene dos cuerpos unidos por una pieza central que contiene la circulación vertical (seis ascensores), escalera y servicios. Los usos que ocupan los tres últimos pisos y rematan el edificio, sirviendo de base para la identificación de la compañía propietaria (sentido norte-sur) y la colocación de dos relojes suizos Patek Philippe (sentido este-oeste), se traducen en un gimnasio y una cafetería. Como dato adicional sobre la instalación de los relojes (que daban no sólo la hora sino también la temperatura), se conoce que los trabajos estuvieron a cargo del equipo de Ignacio Fungairiño y tuvieron una duración de ocho meses.
En la planta baja y mezzanina se encuentran una sala de cine y locales comerciales. El acceso principal ubicado al este cuenta con el mural Cromointerferencia (1973) obra de Carlos Cruz-Diez (1923) ubicado en el hall. El paisajismo estuvo a cargo de Eduardo Robles Piquer, complemento idóneo de una obra técnicamente impecable y que hace del concreto armado un material idóneo para resolver tanto la estructura como la muchos de los elementos arquitectónicos que conforman el conjunto.
5. La silueta del edificio convertida en logo de la empresa aseguradora.
La silueta de La Previsora, que la compañía de seguros asimiló como sinónimo de ascenso al fruto del buen trabajo y a la estabilidad, valores que quería transmitir a sus clientes, visible desde diferentes puntos de la ciudad, se convirtió muy temprano en el logo de la empresa manteniéndose así hasta la actualidad. También por su ubicación estratégica ha servido de referencia en la maniobra de aproximación de los aviones que operaban en el aeropuerto de La Carlota.
Seguros La Previsora luego de la inauguración de su flamante sede mantuvo un crecimiento sostenido que la convirtió entre 1990 y 1997 en la séptima aseguradora más grande de Venezuela, pasando en 2004 al tercer puesto y en 2009 al segundo. En 2004, La Previsora adquiere el 95% del capital accionario del Banco Confederado, por un monto de 20 millones de dólares pero luego de dos años deciden vender el banco a finales de 2006.
El 17 agosto de 2010 el gobierno bolivariano decretó a Seguros La Previsora, “como empresa de utilidad pública para ser un modelo de organización del Estado, con visión socialista y base principal de operaciones, para un nuevo sector de seguros”, situación que perdura hasta el día de hoy.
6. Intervenciones recientes en la Torre La Previsora.
El edificio, entre tanto, ha sido objeto de algunas intervenciones que alteran su condición original siendo la más reciente y grave la adhesión en planta baja sobre su fachada sur, sin ningún tipo de consideración sobre su volumetría ni sobre el espacio público, de cubiertas tensiles que techan un nuevo uso que allí ha comenzado a funcionar, lo cual ha afectado de manera considerable la percepción integral de la obra.
…que en 2010 es inaugurada la Plaza Los Palos Grandes?
1. Plaza Los Palos Grandes. Edwing Otero. 2010. Vista sur-norte.
Cuando se habla de los orígenes de la urbanización Los Palos Grandes hay quienes se remontan al año 1929 cuando, luego de haber estado ocupadas sus tierras por una hacienda propiedad de la familia Ribas, se construye en lo que hoy se corresponde con la Tercera Avenida un eje (primero de tierra y luego pavimentado) que iba del camino que comunicaba Sabana Grande con Petare hasta las faldas del Ávila, convirtiéndose en el primer elemento del trazado que hoy conocemos.
2. Izquierda: 1932. Vista de sur a norte del primer camino construido en Los Palos Grandes (avenida principal), lo que hoy es la Tercera Avenida. Derecha: Club Los Palos Grandes (hoy Centro Catalán de Caracas). Guillermo Salas. 1933.
En el lugar se encontraban sembrados enormes mijaos (Anacardium excelsum), árboles de tronco recto, color claro, y de hasta 3 m de diámetro, que pueden llegar a medir 45 metros de altura, de los cuales se derivará la sonora denominación que se le dio a la urbanización.
Posteriormente, como elemento inmobiliario que buscaba servir para promocionar el futuro desarrollo, se construirá en 1933, al final de aquella avenida principal, el Club Los Palos Grandes (hoy en día sede del Centro Catalán de Caracas), instalación social y recreativa que siguió la pauta establecida por otras urbanizaciones caraqueñas que empezaban a surgir entonces. El proyecto del club, en claro estilo neocolonial, estuvo a cargo del ingeniero Guillermo Salas, quien en 1929 formó parte del equipo que restauró el Panteón Nacional conjuntamente con Manuel Mujica Millán y Edgar Pardo Stolk. Salas, también proyectó y construyó el edificio del Ministerio de Educación entre 1936-1938 (hoy Biblioteca Metropolitana Simón Rodríguez) ubicado en la esquina El Conde; el Cine Continental diseñado con Félix Aguilú en 1936; y remodeló el Nuevo Circo de Caracas en 1944.
3. Izquierda: 1946. Detalle del Plano ESSO de «Caracas y sus alrededores» donde se puede apreciar los trazados de Los Palos Grandes y Altamira totalmente desconectados. Derecha: Aviso de prensa en el que se promueve la venta de parcelas de la urbanización Los Palos Grandes.
Pensada fundamentalmente para albergar viviendas unifamiliares, Los Palos Grandes termina de desarrollarse a partir de la apertura en 1947 de la Carretera del Este (devenida en avenida Francisco de Miranda desde 1954), con la particularidad de no contar ni con aceras ni con espacios públicos a lo largo de las cinco avenidas norte-sur y diez transversales este-oeste que formaron su trazado inicial. Además del clima agradable que poseía, los urbanizadores ofrecían como elementos atractivos a los compradores de las 400 parcelas que la conformarían, la apertura de “nuevas avenidas y calles pavimentadas” y de un “empalme con la bella urbanización Altamira”, “servicio permanente de autobuses” y “agua en abundancia”. No olvidemos que Los Palos Grades está atravesada por las quebradas de Pajaritos y Sebucán que confluyen en La Floresta para luego desembocar en el río Guaire. Tampoco que su suelo está constituido por sedimentos aluvionales con espesores de hasta 320 metros lo que ocasiona, según los geólogos, “problemas de amplificación sísmica”.
4. Imágenes y propaganda del Coney Island de los Palos Grandes ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda cruce con Tercera Avenida de Los Palos Grandes en cuyo terreno se construyó el centro comercial «Canaima» (demolido) y hoy se encuentra la Torre Telefónica o Movistar.5. Arriba a la izquierda: Centro Petrolero de Caracas, Angelo Di Sapio, 1957, perspectiva aérea. Abajo a la izquierda y derecha: Vistas exteriores del edificio Atlantic.6. Parque de Cristal. Jimmy Alcock. 1977-1986. Ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda entre la Tercera y Cuarta avenidas de Los Palos Grandes. Intervención con vocación urbana que otorgó a la urbanización por primera vez un espacio público del cual adolecía, claro antecedente de la Plaza Los Palos Grandes.
Más temprano que tarde, la urbanización cambia de zonificación como consecuencia de la aprobación en 1953 del Plano Regulador de Caracas y su correspondiente Ordenanza. Desde entonces las quintas situadas entre la cuarta transversal y la avenida Francisco de Miranda empezarán a ser sustituidas por edificaciones multifamiliares, lo que convertirá Los Palos Grandes en todo un laboratorio cargado de modernidad en el que se comprobarán los efectos de la Ley de Propiedad Horizontal promulgada en 1958 pero puesta a prueba desde algunos años antes. Sin embargo, el aumento considerable de su densidad poblacional tuvo la particularidad de que no estuvo acompañada ni de mejoras en la movilidad peatonal ni de espacios públicos de importancia de los que adolecía desde su creación. En todo caso, cabría señalar la aparición durante la década de los 50 y hasta 1963 del Coney Island, centro de atracciones a escala metropolitana que se ubicó sobre la Francisco de Miranda en el terreno que luego ocupó el Centro Comercial Canaima (Coto y Loperena Arquitectos, 1964, demolido) y ahora la Torre Movistar (primero Telefónica). También valdría la pena resaltar cómo la ordenanza permitió desarrollar sobre el frente de la avenida Miranda usos comerciales, de servicios y de oficinas que dieron pie para que en 1957 Angelo Di Sapio propusiera el Centro Petrolero de Caracas (elemento clave en lo que Henry Vicente calificó como el tercer distrito petrolero de la ciudad), del que sólo se realizó el emblemático edificio Atlantic. Luego vendrían el edificio Mene Grande (Rafael José Larraín Basalo, 1966), el Centro Plaza (Oscar Lupi, 1972-1979), el Parque de Cristal (Jimmy Alcock, 1977-1986) y la Torre Cavendes (Julio Volante, 1978).
7. Izquierda: Ubicación de la Plaza sobre la Tercera Avenida de Los Palos Grandes. Derecha: Planta de techos.8. Render del proyecto de la Plaza Los Palos Grandes.
Será durante la primera década del siglo XXI cuando, aprovechando una iniciativa de los vecinos de la zona, quienes le habían puesto el ojo a un terreno venido a menos en el que funcionaba una clínica veterinaria en una desvencijada casa, un desorganizado estacionamiento para los clientes de un cercano auto mercado y un pequeño centro comercial de muy escasos locales, rodeado de aceras estrechas y destruidas, que la Dirección de Planeamiento Urbano de la Alcaldía de Chacao con María Fernanda Gómez de Llarena al frente, decida emprender el proyecto de una plaza con estacionamiento subterráneo que le será contratado el año 2008 al arquitecto y profesor Edwing Otero, egresado de la UCV en 1973, con una dilatada y a la vez exitosa trayectoria profesional.
No sabemos si será por casualidad o por cosas del destino, pero el hecho es que la plaza se situará no sólo en su corazón sino justamente sobre el eje a partir del cual se originó la urbanización (la actual 3ª avenida de Los Palos Grandes cruce con la 2ª Transversal), flanqueado hoy cuando desemboca en la Francisco de Miranda por los ya mencionados Parque de Cristal y Torre Telefónica.
9. Dos cortes del proyecto de la plaza.10. Vista general de la plaza hacia el oeste.
Pese a tratarse de un lote en esquina que no alcanza siquiera un cuarto de la superficie total de la manzana donde se ubica (el cuadrante sureste de la cuadra delimitada por las 2º y 3ª Avenidas y entre la 2ª y 3 Transversales), la escasa superficie fue aprovechada al máximo por Otero logrando una propuesta clara y contundente que, sumada al ansia acumulada por parte de la comunidad de tener un lugar de desahogo, han dotado al lugar de una intensa actividad urbana.
Otero, en la memoria presentada el año 2010 cuando la obra participó en la BAQ, Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito (consultable a través de https://arquitecturapanamericana.com/plaza-los-palos-grandes/nggallery), con relación al problema a enfrentar expone: “Se nos solicitó en esencia resolver un estacionamiento en sótanos, una plaza que lo techara y algunos servicios sin programa definido. La vecina presencia de lo que sería la sede de Salud-Chacao en la urbanización Los Palos Grandes, planteó además la conveniente integración”.
El planteamiento que en todo momento, según palabras de Otero, buscó “ser honesto con el lugar”, contempló la importancia de resolver la esquina (condición poco frecuente en las plazas presentes en el paisaje urbano caraqueño) y de incorporar los linderos (norte y oeste) como parte de la conformación del espacio vacío y como recurso para garantizar la ventilación del estacionamiento. Así, el borde oeste, complementado con el edificio de Salud Chacao de Alberto Manrique (2007), se plantea como “un paseo elevado con vegetación sembrada en una amplia jardinera cuyo perfil en ‘V’ facilita la entrada de aire fresco al sótano”, donde un mural del artista plástico y arquitecto Miguel Acosta se asoma sobre el nivel plaza surgiendo desde el estacionamiento. Por su parte, para el lindero norte, al que conduce el paseo elevado, se propuso un edificio estrecho compuesto por una biblioteca para adultos (la Eugenio Montejo) a nivel con el paseo, un cafetín, sanitarios, una biblioteca infantil (ludoteca) y el espacio para la colección Herrera Luque a nivel con la plaza y, en los niveles de sótano, espacios de oficina para la Fundación Cultural Chacao.
11. Diversas tomas de la plaza y de algunos de sus detalles.
La resolución de los dos niveles del estacionamiento subterráneo se convirtió en un reto que debía garantizar tanto su propio funcionamiento como la constitución del piso de la plaza. De allí que se asumiera una trama en concreto armado con intercolumnios cada 8,40 metros a la que se asocia otra trama modular de 0,60 metros que permitirá disciplinar la totalidad del proyecto. Así, según Otero, “la distribución del estacionamiento con entrepisos de tres metros de alto descendiendo a medio nivel, produce al ser cubiertos con una placa horizontal, espacios de cuatro metros y medio en el primer tramo. Se aprovecha esta circunstancia para la creación de poncheras útiles que producen materos de gran capacidad permitiendo sembrar vegetación en la propia plaza y la creación de un ‘Espejo de Agua’ de gran dimensión que colocado paralelo al lindero Este refresca el ambiente y delimita a la plaza”. También, en un alarde de aprovechamiento al máximo de la superficie a diseñar se logró la incorporación de un área de anfiteatro a cielo abierto. En total la plaza tiene un área de construcción de 2983,39 m2, 581,68 m2 la biblioteca y áreas de circulación y 5012,42 m2 los estacionamientos.
12. Otras dos vistas de la Plaza Los Palos Grandes. Una de sur a norte (izquierda) y otra de norte a sur (derecha)13. Piñón y Viaplana. Plaza de Sants, Barcelona, España (1981-1983).
Son dos las cubiertas presentes en el espacio: una sólida en concreto armado perteneciente a la biblioteca que se separa del cuerpo del edificio “con volados que se afinan hacia sus extremos y aligeran su peso visual”, dirá María Isabel Peña en la nota dedicada al espacio público aparecida en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015); y otra ligera y etérea que ocupa el espacio central que “como un baldaquino hace referencia a estructuras marinas, tensadas en sus cuatro columnas de apoyo, combinadas con superficies tensiles, amarradas como velas en un nivel de menor altura”. En este sentido y en cuanto a la capacidad de desmaterializarse yendo de lo sólido a lo etéreo, el techo formulado por Otero remite indefectiblemente a la propuesta realizada por Piñón y Viaplana (con la colaboración de Enric Miralles), para la plaza ubicada frente a la estación de Sants en Barcelona, España (1981-1983).
14. La vitalidad urbana de la Plaza Los Palos Grandes.
Con el transcurrir de los años, superado el trauma causado por el terremoto de 1967, Los Palos Grandes, como bien apunta Faitha Nahmens Larrazábal en “La democracia, clorofila de Los Palos Grandes” artículo publicado en eneltapete.com el 5 de junio de 2019 con motivo de la celebración de los 90 años de la urbanización, se ha convertido en “lugar común de buena vecindad, acogedora sala de estar de 21.320 habitantes (que) detenta entre sus encantos ser un vecindario devenido cofradía. Inmigrantes europeos —polacos, checos, españoles, italianos— integrados a los nativos del valle han conformado una comunidad cohesionada de gentes comprometidas con esa escenografía que celan tanto, devenida el Soho caraqueño. (…) Habitada en abrumadora mayoría por profesionales y profesores universitarios cuenta más que con pobladores con convencidos defensores de las mejores causas ciudadanas. Como el derecho a ser flaneur. Es así como se empeñaron hace 30 años en tener aceras, no acequias, y lo lograron. Y es así como cerraron filas para impedir que la fachada de singulares aleros del edificio Atlantic, trazo del napolitano Angelo Di Sapio, fuera destruida; ahora la construcción es bien patrimonial de arquitectura. Y así mismo es como hicieron realidad el sueño de tener un ágora propia: la Plaza de Los Palos Grandes. Que no es cualquier plaza”.
15. Los Palos Grandes sirve como ejemplo de un barrio que cumple con las condiciones de la «ciudad de 15 minutos».
Los Palos Grandes dentro de Caracas se constituye en un claro ejemplo de lo que hoy se conoce como “la ciudad de 15 minutos”, un sector donde se puede encontrar lo necesario a 15 minutos del hogar moviéndose a pie o en bicicleta, propuesta que nace dando respuesta al problema del cambio climático, ofreciendo una disminución de los desplazamientos forzados en las ciudades actuales. De este modo se crea una accesibilidad a los servicios necesarios sin tener ni siquiera que coger el transporte público. Es decir, se trata de configurar microciudades autosuficientes dentro de la gran ciudad.
Es en este marco que los planteamientos por convertir la Tercera Avenida en un bulevar que permita alargar la energía que emana la plaza desde la Francisco de Miranda hasta El Ávila o la puesta en práctica del Plan de Ordenamiento Urbano Local para el sector permiten vislumbrar para Los Palos Grandes un futuro dentro del cual bien valdría la pena ir incorporando espacios públicos de la calidad de la plaza que hoy nos ha ocupado.
Es este un libro muy personal y, al tiempo, tiene vocación de ser universal. Es universal porque la colección de arquitectos que en él se trata —aunque no agoten en absoluto lo más importante de la arquitectura del siglo XX, una historia por completo interminable— reúne episodios y arquitecturas altamente cualificadas y muy significativas de la arquitectura del siglo moderno, representando también de modo muy adecuado la diversidad de estilos y de tendencias que se cobijaron bajo el título de «arquitecturas modernas». Que eran tales no por seguir una manera común, sino por ser revolucionarias, rompiendo con los historicismos del siglo XIX e inventando una nueva manera de concebir la arquitectura. O unas nuevas maneras, podríamos decir mejor. Pero es también un libro personal porque esta selección está inevitablemente sesgada por la preferencia del autor y su particular valoración histórica, y porque, además y sobre todo, la mayor parte de estas figuras, si no todas, está críticamente tratada mediante puntos de vista personales. El libro, pues, no renuncia a ser una historia de la arquitectura del siglo XX, pero tampoco a representar unos puntos de vista propios sobre dicha historia.
Antón Capitel. Ensayista, historiador y crítico de arquitectura, es catedrático emérito de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Fue fundador de la revista Pasajes de Arquitectura y Crítica y director de ArquitecturaCOAM. Es autor de varios libros, entre los que cabe señalar el hoy ya clásico Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración o el sugestivo y original Las formas ilusorias en la arquitectura moderna, sin olvidar sus monografías sobre Moya, Coderch o Aalto o sus visiones de conjunto sobre la arquitectura española e internacional del siglo XX.
ACA
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