Sucursal del Banco Caracas, Calle negrín con avenida francisco solano

1967• Se concluye la construcción y es inaugurada la Sucursal del Banco Caracas ubicada en el cruce de la calle Negrín con la avenida La Iglesia (hoy Av. Francisco Solano), Sabana Grande, proyectada por la firma Galia Arquitectos, integrada por el maestro José Miguel Galia (1919-2009) con la colaboración del arquitecto Adolfo Maslach, 1935-2013).
La agencia bancaria, de un solo nivel, edificación de carácter temporal, construida mayoritariamente en concreto, en obra limpia a la vista, estaba rodeada de espacios cubiertos con pérgolas, señalando la esquina de la parcela con un marcador vertical con el logotipo del banco. El espacio central de la agencia donde se desarrollan los servicios bancarios, tanto públicos como de servicio de apoyo, tiene en su entorno tres pequeñas oficinas, dos bóvedas bancarias con paredes de paredes reforzadas, sanitarios públicos y un espacio de servicio.
La edificación que ocupó la agencia fue demolida pocos años después y en el terreno integrado con otros vecinos, se construyó el Centro Residencial Solano, proyectado por los arquitectos Francisco Pimentel, Bernardo Borges y Oscar Capiello L. e inaugurado en 1998.
El arquitecto Maslach colaboró en el diseño del edificio sede de Seguros Orinoco, esquina Socarrás, Caracas, con el cual el maestro Galia fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura 1973.

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 232

Pocos edificios proyectados como centros recreacionales han tenido tan presente la carga de representatividad o, en otras palabras, el problema del carácter como el Círculo de las Fuerzas Armadas. La institución a la que iba dirigido dentro del momento histórico que vivía el país -gobernado justamente por un régimen militar-, el lugar que ocuparía dentro de la ciudad, las características del programa y el perfil del arquitecto a quien se le encomienda el diseño de la edificación, conforman las cuatro variables que mejor nos ayudan a comprender el por qué ha sido así.

El compromiso de dotar a la institución castrense de un lugar que no tuviera nada que envidiarle a los más aristocráticos clubes de la capital, cuya misión, de acuerdo a la nota que acompaña la presentación de «El Circulo de las Fuerzas Armadas» en Venezuela bajo el Nuevo Ideal Nacional. 2 de diciembre de 1952-19 de abril de 1954 (1954), fuese «contribuir a una mayor identificación entre los profesionales de las Fuerzas Armadas y al incremento de la vida social entre ellos y sus familiares», se había fijado como un objetivo inicial muy claro propuesto desde la misma Presidencia de la República.

Por otro lado, el sitio escogido para ubicar el Círculo, aledaño al Paseo de Los Próceres perteneciente al conjunto urbano «La Nacionalidad», un espacio público longitudinal que, según Silvia Hernández de Lasala en Malaussena. Arquitectura académica en la Venezuela moderna (1990), recuerda el eje Trocadéro-École Militaire, en París, lo obligaba a sobrellevar el peso ideológico y semántico que lo acompañaba: exaltación de los valores patrios y sistema compositivo típicamente beaux art.

De esta manera, cuando a Malaussena (proyectista igualmente de «La Nacionalidad») se le encarga el Círculo de las Fuerzas Armadas, toma inmediatamente dos decisiones muy acordes con su formación académica. En primer lugar trata de desvincular la obra, por obvias razones de solemnidad y representatividad que el uso recreacional no ofrecía, del influyente grupo urbano al que pertenece y, en segundo lugar, para reforzar lo anterior, decide adoptar el lenguaje propio de la modernidad y optar para subrayar este hecho con la colaboración de tres jóvenes arquitectos alemanes recién llegados al país: Federico Beckhoff, Klaus Heufer y Klaus Peter Jebens.

1. Plano General del sistema urbano «La Nacionalidad». Luis Malaussena (1950-53)
2. Luis Malaussena. Círculo de las Fuerzas Armadas, Los Próceres (Caracas), 1954. Vista de la fachada principal desde el eje de «La Nacionalidad».

No es de extrañar, por tanto, que el Círculo de las Fuerzas Armadas se manifieste como un evento independiente, un tanto casual y autónomo del contexto que lo circunda hecho que se lee desde la implantación hasta el esquema compositivo adoptado pasando por su propia apariencia..

3. Luis Malaussena. Círculo de las Fuerzas Armadas, Los Próceres (Caracas), 1954. Izquierda: Dibujo isométrico. Derecha: Corredor de acceso al patio de monta.

Malaussena, más allá del salto expresivo que se produce en el Círculo de las Fuerzas Armadas con relación al rigor de su obra anterior, se comporta en esencia de la misma manera, es decir, selecciona el estilo más conveniente dentro de un amplio repertorio posible, siendo en este caso el «internacional» el que mejor se adaptaba a la caracterización festiva e informal -dentro de los límites que «lo militar» también impone- que se le debía dar al edificio. Por otro lado, el hecho de que nos encontramos ante una actitud eminentemente ecléctica y no militante con los cánones del Movimiento Moderno nos lo demuestra la incorporación de elementos de inspiración prehispánica y colonial en zonas muy precisas del conjunto: en el diseño de una curiosa pared calada y en la ambientación del Patio de Monta, respectivamente, se recurre a la reinterpretación libre de nuestras principales vertientes históricas, como bien apunta Hernández de Lasala en la obra ya citada.

4. Luis Malaussena. Círculo de las Fuerzas Armadas, Los Próceres (Caracas), 1954. Izquierda: Vista del área de la piscina. Derecha: Vista interior.
5. Luis Malaussena. Círculo de las Fuerzas Armadas, Los Próceres (Caracas), 1954. Entrada al Salón Venezuela.

El conjunto, desarrollado en un espacio de 25 hectáreas como parte de la gran superficie antiguamente ocupada por las haciendas llamadas “Conejo Blanco”, cuya idea general se planteó en 1943, y su construcción comenzó en 1950 a cargo del Ministerio de Obras públicas, siendo inaugurado por el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez el 2 de diciembre de 1953 y finalizado en 1957 (Salón Venezuela), obedece a una organización en la que claramente se puede diferenciar un área de residencia temporal destinada a oficiales en tránsito por la capital (que se orienta estrictamente norte-sur) y el resto de las instalaciones donde se desarrollan las actividades culturales, sociales o de esparcimiento (situadas paralelamente al eje de «La Nacionalidad»). La piscina, vital punto de animación compartida, terminada de construir en 1954 por la Compañía “Malausena y Silveira” junto al hotel, sirve como elemento vinculante entre éste último y el resto del edificio todos realizados con concreto pre-mezclado suplido por la empresa Mixto-Listo, C.A. El núcleo central de la composición lo conforma un patio en torno al cual se agrupan los usos socio-culturales más importantes, desprendiéndose y amarrándose, mediante una interesante red de pasillos techados, por un lado, el Patio de Monta y, por el otro, las áreas de servicio y mantenimiento. Este mismo sistema de elementos conectores que producen sombra y controlan la escala son utilizados alrededor de la piscina y de forma muy adecuada en la definición y protección del acceso al edificio a modo de marquesinas.

En el Círculo Militar, sin duda, se logra una acertada articulación de los diferentes volúmenes que lo conforman (casi tantos como funciones hay), manifestándose por tal razón un claro predominio del espacio abierto por sobre el cerrado y un cambio permanente de sensaciones entre el interior y el exterior de acuerdo a cómo sea seleccionado cualquiera de los múltiples e interesantes recorridos posibles: siempre aparecerá algún patio o algún jardín que jugará un importante papel en el reforzamiento de esta sensación.

La yuxtaposición de lenguajes y la multiplicidad de materiales escogidos para la ambientación son dentro de este edificio dos de sus rasgos más notorios. De aquí que sus proximidades y lejanías con la arquitectura del siglo XIX sean claras, no tanto por la coherencia en cuanto al estilo seleccionado, pudiéndose percibir en este caso un eclecticismo más libre y menos estricto, sino por la búsqueda de la estimulación constante de los sentidos. Mármoles de todos los matices, murales de cerámica y pintados, retablos de finísimas maderas, cobres, bronces, cristales, espejos, lámparas y tapicerías, recursos con los que se buscaba dar elegancia y confort a la construcción, sumados a los murales que valoran el mestizaje y la identidad, obra de Pedro Centeno Vallenilla (1904-1988), se mezclan y a la vez encierran gran parte del éxito y aceptación que ha tenido de parte de los usuarios, revelando en el fondo, de nuevo, el hondo calado que tiene la formación del arquitecto proyectista y las nunca desplazadas tendencias del gusto general.

Nota

En fecha tan reciente como 2007, el ahora denominado Instituto Autónomo Círculo de las Fuerzas Armadas (IACFA), convocó un concurso por invitación que consistió en proponer un grupo de nuevas edificaciones (hotel cinco estrellas de 350 habitaciones, teatro para 3500 personas, sala de convenciones y estacionamiento para cerca de 400 vehículos) para a ser ubicadas en parte de los terrenos pertenecientes a la sede social. Dicho certamen fue ganado por Lasala & Lasala Design Studio oficina que desarrolló el correspondiente proyecto el cual fue entregado en 2011 y puede ser consultado en https://www.lasalaylasala.net/nuevas-edificaciones-iacfa-1.

6. Lasala & Lasala Design Studio. Propuesta ganadora del Concurso para un hotel, teatro y centro de convenciones (2007-2011), luego denominada «Gran Hotel Venezuela», ubicada en parte de los terrenos pertenecientes al Círculo de las Fuerzas Armadas

Con aportes recibidos del “Convenio China-Venezuela” (también conocido como el “Fondo chino”), el conjunto de 90.000 m2 de construcción (denominado “Gran Hotel Venezuela”) comenzó a ejecutarse en 2014, según voceros del gobierno, como una obra “llave en mano”, que tendría, luego de su inicio, la terminación garantizada para finales de 2019.

Actualmente se encuentra con el esqueleto estructural metálico concluido y avanzando muy lentamente a nivel de albañilería alejándose, como de costumbre, del cronograma inicialmente previsto para lo cual seguramente se esgrimirán las consabidas excusas. Como si de una creación de las Fuerzas Armadas se tratara por el simple hecho de tener bajo su responsabilidad la supervisión, a los arquitectos proyectistas ni se les menciona. Tampoco sabemos con qué fidelidad se está respetando el proyecto entregado.
Teniendo en mente lo que está ocurriendo en La Rinconada con el estadio de beisbol o ha ocurrido con la red de ferrocarriles, entre otros muchos casos, ¿quedará también en el limbo el momento (si lo hubiera) en que se podrá disfrutar de esta “magna obra»?

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2, 4 y 5. GOBIERNO NACIONAL. Venezuela bajo el Nuevo Ideal Nacional. 2 de diciembre de 1952-19 de abril de 1954 (1954).

1 y 3. Silvia Hernández de Lasala, Malaussena. Arquitectura académica en la Venezuela moderna (1990)

6. https://www.lasalaylasala.net/projects#/new-iacfa-buildings-ccs/

¿SABÍA USTED…

… que el 14 de agosto de 1953 se inaugura en Maracaibo el Hotel Del Lago Intercontinental?

1. Hotel Del Lago, Maracaibo. Holabird & Root, 1953

El año 1953 tuvo la particularidad de ver cómo se producía un importante despegue de lo que eran las instalaciones hoteleras nacionales hacia un significativo cambio de escala. Dicho despegue lo encabezan dos edificaciones que, diseñadas bajo estándares internacionales para una misma cadena, espoleadas por la demanda que empezaba a exigir la industria petrolera y con la participación, bien como asesores o bien como proyectistas, de oficinas de arquitectura extranjeras, convierten a las dos principales ciudades del país en puntos de referencia. Así, Caracas y Maracaibo fueron testigo de la inauguración por un lado del hotel Tamanaco y por el otro del hotel Del Lago, los cuales, aunque fueron emprendidos, construidos y administrados por entes privados, casi se podría decir que son precursores de lo que simultáneamente comenzó a gestarse como la Red Hotelera Nacional desde la Corporación Nacional de Hoteles y Turismo (CONAHOTU), confundiéndose a veces como parte de esta iniciativa. 

Dotados de todos los ingredientes complementarios para la celebración de eventos, reuniones sociales y actividades recreacionales, tanto el Tamanaco como el hotel Del Lago pasaron a convertirse de inmediato en importantes puntos de encuentro locales a la vez que relevantes piezas arquitectónicas. Aunque la preeminencia de la autoría del Tamanaco se le reconoce fundamentalmente a Gustavo Guinand Van der Walle lo cierto es que este reconocido profesional venezolano trabajó de la mano con Holabird & Root & Burgee, oficina estadounidense con sede en Chicago, a la cual correspondió asumir la totalidad del diseño del hotel marabino al cual dedicamos la nota de hoy.

2. Izquierda: Holabird & Roche, The Marquette Building, Chicago (1893-1894). Derecha: Monadnock Building, Chicago, Burnham & Root (1891)
3. Dos obras de la firma Holabird & Root. Izquierda: Daily News Building, Chicago (1929). Derecha: Hotel Tequendama, Bogotá (1952)
4. Holabird & Root. Waubonsee Community College, Sugar Grove, Illinois (2012)

El estudio de arquitectura Holabird & Root fue fundado en la ciudad de Chicago en el año 1880 por William Holabird (1854-1923) y Ossian Cole Simonds bajo el nombre de “Holabird & Simonds”, siendo reconocido como su primer proyecto importante la capilla del Cementerio Graceland (1888). Simonds abandonó la firma en 1883 para seguir su carrera como arquitecto paisajista y a partir de ese momento la oficina fue renombrada como “Holabird & Roche” al asumir Martin Roche (1853-1927) papel protagonista dentro de misma. Cabe destacar que Holabird y Roche estuvieron trabajando en el despacho de William LeBaron Jenney antes de independizarse.

Cuando son contratados los servicios de la firma para intervenir en los proyectos tanto del hotel Tamanaco como el Del Lago, ya Holabird y Roche habían fallecido y la firma se había renombrado como “Holabird & Root”, producto de la colaboración de John Augur Holabird (hijo de William Holabird) y John Wellborn Root, Jr., con sede (hasta hoy) en el edificio Marquette obra de Holabird & Roche de 1895 perteneciente a la Escuela de Chicago. A través de su larga y extensa trayectoria, la firma fue cambiando en diversas ocasiones de estilo desde el conocido (y mencionado) como Escuela de Chicago, pasando por el art deco, la arquitectura moderna y, más recientemente, sumándose a la corriente de la arquitectura sostenible (http://holabird.com/).

Ya para 1953 Holabird & Root tenía acumulada una vasta experiencia en el diseño de instalaciones hoteleras siendo importante añadir que casi en simultáneo con los proyectos venezolanos realizan el hotel Tequendama de Bogotá (1952-53) en todos los cuales se sumó como arquitecto asociado Joseph Burgee.

5. Hotel Del Lago, Maracaibo. Holabird & Root, 1953

Ubicado en la Avenida 2, El Milagro, Maracaibo, y construido en los terrenos que pertenecían a la compañía Constructora Moderna propiedad de los hermanos Manuel y Samuel Belloso, la transnacional norteamericana Intercontinental Hotels Corporation, subsidiaria de la Pan American World Airways, inaugura el día 14 de agosto de 1953 el hotel Del Lago, construido por las empresas D.O.F. Compañia Anónima de Construcciones y Tailor Construction Company. La moderna instalación que contó con una clasificación de cinco estrellas, fue el primer recinto con aire acondicionado central en la ciudad. El día de su apertura, encabezada por el primer presidente del hotel, Don Mario Belloso, asistieron Monseñor Rincón Bonilla, quien bendijo el lugar así como otras personalidades del ámbito político, comercial e industrial regional y nacional, presentándose la cantante norteamericana Diana Adrián, y por el Zulia la orquesta del maestro Gregorio Garrido.

El hotel abrió sus puertas con 129 habitaciones disponibles de las 150 previstas, todas ellas con aire acondicionado, siendo administrado, como ya se asomó, por la cadena hotelera Intercontinental. En los primeros doce meses de funcionamiento (según reseña el Diccionario General del Zulia) hospedó a 49.832 personas.

Maracaibo, ciudad que desde la colonia manifestó una clara vocación comercial, cambia en gran medida su fisonomía y empieza a presentar un sostenido crecimiento por el hecho de que allí se instalaron a partir de 1940 buena parte de las sedes y oficinas de la industria petrolera dada la proximidad con el más importante lugar de extracción de hidrocarburos del país ubicado en el Lago. De tal manera, el hotel no hace otra cosa que llenar una ingente demanda que, además de comercial y empresarial, empezará a ser turística.

También la instalación se sumará a una serie de intervenciones en las cuales ya se empezaba a ver la influencia norteamericana en la región y que empezarán a incrementar el acervo de arquitectura moderna en la ciudad, la cual tiene un principalísimo referente inicial en el Mercado Principal de Maracaibo (1931) obra dirigida por el ingeniero belga León Jerome Hoet. Más adelante, en 1943 se inaugura el Club Creole y el Aeropuerto Grano de Oro, construido con la colaboración de la Pan American Airways, Inc.., proyecto de Luis Eduardo Chataing quien diseñará también en 1946 el edificio para la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia (LUZ). En 1948 el Ministerio de Obras Públicas (MOP) concluye la construcción del Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo, proyectado por el arquitecto de origen español Fernando Salvador; en 1949 Don Hatch, arquitecto norteamericano quien vino al pais con el equipo técnico de la empresa IBEC, propiedad de Nelson Rockefeller, diseña el primer centro comercial del país, en el cual funcionaría el Supermercado Todos, C.A. (posteriormente denominado CADA); y en 1951 se ponen en servicio los edificios de Zulia Motors y del Hospital Coromoto construido por acuerdo entre el gobierno nacional y la empresa Creole Petroleum Corporation. En 1952, en fechas próximas a la inauguración del hotel Del Lago, se inaugura en Maracaibo la segunda tienda por departamentos de la cadena norteamericana Sears Roebuck de Venezuela en una edificación proyectada por el arquitecto Tomás José Sanabria. Siguiendo con esta importante inercia sería bueno registrar que en 1954 se inaugura el edificio de la Casa Matriz del Banco de Maracaibo proyectado por Arthur Kahn y en 1956 se concluyen tanto la construcción de la Aduana de Maracaibo de Dirk Bornhorst, Jorge Romero Gutiérrez, Pedro Neuberger y Simón Fernández como el edificio administrativo de la Sun Oil Company- Shell Caribbean Petroleum Company de Juan Andrés Vegas.

No es de extrañar, por tanto, que en 1956, tan solo tres años después de su inauguración haya sido necesario ampliar el número de habitaciones, salones y restaurantes del hotel Del Lago. Por otro lado, en 1972, la CONAHOTU, adquiere la mayoría de las acciones y asume el control de la instalación.

6. Ampliación y remodelación del Hotel Del Lago, 1975. Arquitectura: Américo Faillace. Diseño interior: Nikolajs Sidorkovs

Será en 1975 cuando se lleve a cabo su tercera y más ambiciosa ampliación según proyecto del  arquitecto Américo Faillace: una torre de 14 pisos (que contrapone armoniosamente su verticalidad con la horizontalidad del edificio original) con 128 habitaciones, nuevos salones y piscina la cual se inaugura en 1980 luego de 5 años de trabajos, aprovechándose la ocasión para remodelar totalmente la parte original del hotel. Faillace ya había realizado en 1967 junto a Manuel Corao la ampliación del hotel Tamanaco Intercontinental en Caracas lo que lo calificaba con creces para el trabajo que le tocó enfrentar en Maracaibo. El proyecto de diseño interior de los espacios de la ampliación del hotel Del Lago quedó en manos del arquitecto Nikolajs Sidorkovs, quien venía de haber trabajado en la adecuación interna del hotel Anauco Hilton en Parque Central, Caracas (1972-77). Más tarde, en 1981 se habilitaron las 369 habitaciones y el centro de convenciones y en 1998 se inauguraron los salones Zapara A y B, con vista a la ciudad y al lago, desde donde se observa la Isla de Zapara.

Renovado nuevamente el año 2003, en 2006 una vez conformada el año anterior la Sociedad Mercantil Venezolana de Turismo Venetur, se inició el proceso de transferencia de la propiedad de varios hoteles, dentro de los que figuró el hotel Del Lago InterContinental, que pasó a manos del Ministerio del Poder Popular para el Turismo, con el nombre de Venetur del Lago.

A partir de 2017, el ampliamente conocido “Hotel Del Lago” se denomina “Tibisay Hotel del Lago” y es administrado por la empresa venezolana que le ha incorporado su nombre. Desde entonces se empezó un proceso paulatino de recuperación de las habitaciones que aún continúa.

Hoy, golpeado por la crisis y la pandemia, sin embargo se promociona de la siguiente manera: “Cuenta con 360 habitaciones: 208 son sencillas, 140 dobles, 9 junior suites y 3 suites. Además cuenta con 8 salas para eventos y tres restaurantes con platos de cocina local e internacional. Incluye instalaciones deportivas como cancha de raquetbol, pista para correr y gimnasio. Asimismo dispone de barbería, salón de belleza, tienda de artesanía, boutique de ropa masculina, floristería y librería. Cuenta con conexión wifi, lavandería, aparcamiento y helipuerto. Proporciona también piscina, espacios verdes y parque infantil. Sus habitaciones disponen servicios como televisión por cable, aire acondicionado, caja de seguridad, minibar, conexión wifi y baño privado”. En otras palabras, un hotel que, con todas las dificultades mantiene aún su estatus y se encuentra a la altura de la ciudad a la que pertenece.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2 izquierda. https://www.researchgate.net/figure/The-Marquette-Building-Dearborn-and-Adams-streets-Chicago-Holabird-and-Roche-1895_fig4_236723904

2 derecha. https://www.pinterest.com/pin/251779435388253290/

3 izquierda. https://es.wikipedia.org/wiki/Holabird_%26_Root

3 derecha. https://twitter.com/HistoriaFotBog/status/1248974281511514113/photo/1

4. http://holabird.com/

6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad