¿SABÍA USTED…

… que en 1946, hace 74 años, se construye la Plaza de Las Tres Gracias?

1. Postal de la plaza de Las Tres Gracias (circa 1950)

Aunque algún que otro autor afirma que es en 1935 que, con motivo de dotar de una puerta de entrada a la urbanización Los Chaguaramos (emprendimiento de J.A. Madriz Guerrero & Cia), se construye la que hoy conocemos como la Plaza de Las Tres Gracias, lo cierto es que, si bien el crecimiento de Caracas hacia esa zona se inicia por aquellos años, no es sino a mediados de la década de los años 40 que el espacio termina diseñándose y cobrando el carácter con el cual ha llegado hasta nuestros días.

Es interesante notar como, muy probablemente, primero se contó con el trazado vial de la urbanización donde se inserta, y con ello el acceso a Santa Mónica una vez se atraviesa el río Valle, el cual determinó la forma y proporciones del predio donde posteriormente se realizaría la plaza: un rectángulo de unos 25 metros de ancho por 80 de largo con el eje mayor en sentido sureste-noroeste.

2. La plaza de Las Tres Gracias a mediados de la década de 1950 con la Ciudad Universitaria y el Ávila al fondo
3. Izquierda: Edificio del Colegio de Médicos del Distrito Federal (Diego Carbonell, 1956) visto desde la plaza de Las Tres Gracias en fechas cercanas a su inauguración. Derecha: Vista del encuentro de la plaza Las Tres Gracias con el paseo Los Ilustres presidido por el edificio CARS (Pedro A. Dupouy, 1951) hacia 1955.

Más adelante se daría paso al proyecto que el empresario Armando Planchart Franklin, en su afán por donarle una plaza a Caracas, le encarga al arquitecto y urbanista catalán Josep Mimó i Mena -José Mimó Mena- (Barcelona, 1916-s.n., s.f.), cuando ya se habían iniciado los trámites para construir el primer edificio que la acompañaría ubicado al oeste: el CARS, sede de la General Motors Overseas Operations de Detroit (empresa con la cual Planchart tenía importantes vínculos comerciales), cuyo proyecto (atribuido al ingeniero Pedro A. Dupouy) se inicia en 1948 y se termina de construir en 1951. De una fecha posterior datará la realización de la sede del Colegio de Médicos del Distrito Federal (Diego Carbonell, 1956) y, por la misma época, del edificio Odeón, las otras dos piezas que terminarían de conformar el espacio urbano ubicadas, la primera, al este y la segunda, al sur. El borde norte quedaría abierto integrándose al Paseo Los Ilustres y al acceso a la Ciudad Universitaria de Caracas por entonces en plena construcción.

4. Izquierda: Escultura de Las tres Gracias. Antonio Canova (1813) expuesta hoy en día en el Museo del Hermitage (San Petersburgo). Derecha: Escultura de Las Tres Gracias ubicada en la plaza del mismo nombre en Caracas, réplica de la de Canova, realizada por Pietro Ceccarelli (circa 1930)
5. La escultura de Pietro Ceccarelli de Las tres Gracias colocada sobre la base que la soporta sobre el espejo de agua de la plaza caraqueña

Se trata por tanto, la que originalmente fue denominada como “Plaza de Bellas Artes”, de un recinto trazado sin tener como acompañantes edificios que lo rodearan, lo cual le otorgó a Mimó i Mena la más absoluta libertad de diseño y la oportunidad de acudir a los referentes que consideró mejor le podían venir a mano para dotarla de identidad propia. Solo contaría como elemento determinante la incorporación de la escultura en mármol de “Las Tres Gracias”, elaborada por el artista florentino Pietro Ceccarellicirca 1930” (según reza en la base del grupo estatuario), réplica de la obra neoclásica homónima de Antonio Canova (1757-1822), la cual representa a las diosas, hijas de Zeus, Aglaya (la belleza), Eufrósine (el júbilo) y Talia (la abundancia), de la mitología griega, que Planchart había adquirido en algún momento y que formó parte de su donación a la ciudad. De acuerdo al texto “Reorganización de la Plaza Tres Gracias (Caracas-Venezuela): Propuesta de ordenamiento espacial de la plaza”, escrito por Dailin Valero para la Revista Geográfica de América Central (2011), se sabe (sin que se especifique la fuente), que la escultura “fue hecha en Florencia de 1910 a 1920 con mármol de Carrara y su pedestal está fabricado con mármol africano”. También que “llega a Caracas en 1927 y es exhibida en 1929, para luego estar en el salón de ingreso de la casa La Quebradita en La Victoria propiedad de Gonzalo Gómez, hijo menor de Juan Vicente Gómez, presidente de Venezuela”.

El tema de “Las Tres Gracias”, recurrente a través de la historia del arte y clave dentro de la trayectoria escultórica de Canova, es tomado por éste para tallar una primera versión en 1813, comisionado por Giussepina Beauharnais como obsequio a su esposo Napoleón I, para ser expuesto en un jardín de la ciudad de San Petersburgo, Rusia, conservándose hoy en día en el Museo del Hermitage de esa ciudad. Una segunda versión del propio Canova, elaborada por encargo del John Russell, duque de Berford, es completada en 1817, y en la actualidad se expone alternadamente en el Victoria & Albert Museum de Londres y en las Galerías Nacionales de Escocia en Edimburgo. La versión del Hermitage está tallada en mármol veteado y tiene un pilar cuadrado detrás de la figura de la izquierda. La versión británica está tallada en mármol blanco y tiene un pilar redondo, y la figura central tiene una cintura ligeramente más amplia.

La versión de Ceccarelli se aproxima más a la londinense en todo sentido.
Pietro Ceccarelli (1888-1946), escultor y músico, realizó estudios en la Real Academia de Florencia (Italia) y ejerció la docencia en la Academia de Bellas Artes de esa misma ciudad. Hizo trabajos escultóricos en el Vaticano, Roma, Nápoles y otras ciudades italianas, y fue proveedor de las logias palatinas de S.M. el Rey Humberto. Vino al país por invitación del representante plenipotenciario de Venezuela en Italia, Sandro Mondolfi, quien lo conoció en 1926. Se ignora el tiempo exacto de permanencia de Ceccarelli en Venezuela y sus entradas y salidas del país. Sin embargo aquí realizó una prolífica obra que respondió principalmente a peticiones privadas y oficiales: las primeras de carácter funerario, y las segundas, conmemorativo. Entre los diversos trabajos escultóricos realizados en Venezuela por Ceccarelli entre 1926-1939 destacan, entre las de carácter funerario, algunas ubicadas en el Cementerio General del Sur de Caracas tales como “La joven del candil” para el Panteón de la Familia Fonseca o la estatua de mármol de Eva C. de Delgado Chalbaud; también los bustos en mármol de los hijos de Juan Vicente Gómez y Alí Gómez en el panteón familiar ubicado en Maracay, estado Aragua. De las de carácter conmemorativo vale la pena señalar las esculturas de Miguel José Sanz (1935), Agustín Aveledo (1935); y Rafael Urdaneta (estatua pedestre, 1939), esta última para el Panteón Nacional, Caracas.

También recordemos brevemente que Mimó i Mena, de quien no sabemos el momento exacto de su llegada a Caracas, ocupó durante su estadía en nuestro país “importantes puestos en la Comisión Nacional de Urbanismo, Banco Obrero, Ministerio de Obras Públicas y Oficina de Planeamiento Urbano. En la capital … colaboró con el urbanista francés Maurice H. Rotival en el planeamiento del Centro Simón Bolívar y en el desarrollo del Plan Urbano de Caracas”, de acuerdo a lo indagado por Hannia Gómez y recogido en Suite Iberia. La arquitectura de influencia española en Caracas (2015), procedente del diario El Mundo de San Juan de Puerto Rico (15 de septiembre de 1964). Gómez complementa que “aunque Mimó Mena se hizo venezolano en 1950 (C.I. 3.307), ya para 1960 lo encontramos viviendo y trabajando en Puerto Rico, primero para la firma J.J. Otero Corp. y la I.B.E.C. Housing Corp., y luego como asesor del Equipo de Mejoramiento Ambiental y de la Junta de Planificación de Puerto Rico. Aún no sabemos el por qué de su partida.”

De tal manera, cuando Planchart contacta a Minó i Mena ya éste estaba participando en trabajos relacionados con el desarrollo urbano de Caracas, pero a la hora de enfrentar el proyecto de la plaza apunta a unificar principios neoclásicos y románticos tras la búsqueda de dotar de carácter al lugar: el clasicismo estaría implícito en la escultura de Ceccarelli que debía cobrar un lugar preponderante en el espacio, y al romanticismo recurre a través del tratamiento, salpicado de rasgos pintorescos, de los jardines que la acompañarían, como bien señalará Edgar Cruz en Monumentos de Caracas (Ediciones Fundarte, 2000).

6. Izquierda. Arriba: plano de conjunto de la plaza Las Tres Gracias y sus alrededores con el edificio CARS resaltado. Abajo: Fotografía aérea (2020). Derecha: Planta de la plaza diseñada por Josep Mimó i Mena en 1946, con su entorno inmediato en la actualidad
7. Toma de la plaza mirando hacia el norte con la Ciudad Universitaria como telón de fondo

En términos generales se podría decir, siguiendo a Cruz, que la plazaestá conformada por un espejo de agua de forma orgánica, con curvas libres, bordeado por aceras y jardines con especies arbóreas representadas por el llamado sauce llorón” traídas de la Argentina. Como recordará Hannia Gómez, al igual que ocurre en la escultura de la Fuente de Las Tres Gracias ubicada en la Plaza Real de la natal Barcelona de Minó i Mena, en Caracas la obra se ubica sobre el agua al extremo sur del estanque donde, además, “unas escalinatas suben hasta una plataforma con bancos de cemento, tras la cual se elevaba una hilera de magníficos cipreses provenientes del Cementerio de los Hijos de Dios”. La plataforma estaría cubierta por una pérgola lográndose a través del conjunto conformado por la escultura, la plataforma, los bancos y la pérgola dotar al extremo sur de mayor definición y jerarquía, otorgándole verdadera significación.

“Por otra parte, la concepción espacial tridimensional y perspectiva que caracteriza a la plaza tiene claras influencias del Renacimiento italiano, a partir de la reinterpretación del difuminado leonardesco, principios que le permiten establecer una continuidad entre la plaza y el entorno de la ciudad; como si se tratase de una gran representación, de una gran escenografía”, nos precisará Cruz en su descripción.

8. Dos tomas en la que contrapone la apacible tranquilidad que normalmente se respira en la plaza Las Tres Gracias con los momentos en que fue escenario de enfrentamientos entre policías y estudiantes durante las décadas de 1960 y 1970.

El espacio urbano que protagoniza la plaza se mantuvo exento solamente durante los años transcurridos entre su construcción (1946) y el inicio de las obras del edificio CARS. Sin embargo, conservó su condición bucólica hasta entrados los años 60 cuando se empezó a convertir en escenario de protestas estudiantiles y disturbios cargados muchas veces de violencia. Pasó de pertenecer a la urbanización Los Chaguaramos a formar parte de Valle Abajo y de integrar la Parroquia Santa Rosalía a ser considerada dentro de la Parroquia San Pedro a partir de 1994. Sus diversas denominaciones hasta la adopción del nombre actual (desde ya mencionada “Bellas Artes” a la que se suman “Los Chaguaramos”, «Las Cariñosas», “La Facultad” y «Salsipuedes», expresión propia de la chispa caraqueña que se le endilgó durante la construcción del sistema vial El Pulpo por lo dificultoso que resultaba incorporarse al tránsito que llegaba a formarse frente a la entrada de la UCV), van mostrando poco a poco su transformación de lugar plácido a otro más congestionado. Los párrafos recogidos por María F. Sigillo en su blog “Caracas en retrospectiva” https://mariafsigillo.blogspot.com/2013/06/las-tres-gracias-plaza-de-bellas-artes.html donde se expresa: “Junto al Colegio de Médicos, hay una placita pintoresca, rodeada de sauces llorones, que proyectan su triste silueta en las aguas dormidas del estanque. A derecha e izquierda entre el césped, crecen rosales, con rosas rojas, muy rojas (…) El cincel inmortal del artista, creó este tríptico inmaculado -besos de luna llena, la carne suave-, que a través de los siglos perdura y es manantial fecundo de poesía romántica … Este tríptico de la placita caraqueña, que se arrulla, como un pájaro travieso, bajo el cielo siempre azul, mañana y tarde … (…) Placita de Bellas Artes, con sauces llorones  y rosas rojas tan rojas como mi corazón; eres muy simpática y al atardecer, cuando este tráfico escandaloso apaga su grito estridente, dejas que contigo sueñen los enamorados”, rememoran sensaciones que, más allá de lo cursi, no se han desprendido del todo del lugar.

9. Zona Rental Sur o Plaza Las Tres Gracias. Fotomontaje. En primer plano el Centro de Postgrados UCV (inicialmente destinado a los postgrados de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas) proyecto del arquitecto Jesús Tenreiro.

Mientras algunos sauces llorones aún se conservan, los cipreses fueron talados por la C.A. Metro de Caracas con motivo de construcción la Línea 3 la cual, a su vez, complicó la relación de la Plaza con el acceso al campus de la Universidad Central de Venezuela, que incluye a la salida más empleada de la estación Ciudad Universitaria del Metro de Caracas, detectándose la presencia de una serie de espacios residuales ocupados por vendedores ambulantes que hacen vida en este lugar de forma constante, obstruyendo los importantes flujos peatonales que desde y hacia la estación se generan. Así mismo, las características del espacio verde que constituye la finalización este de la rambla central del Paseo Los Ilustres, producto de la modificación por parte del Metro de la conflictiva redoma que existía por otra ocupada por dispositivos para extracción de gases de la estación, también dificulta enormemente la integración espacial del lugar.

La plaza ha sido objeto de cíclicas intervenciones, que han ido de la atención al abandono, encontrándose hoy en día en un estado relativamente aceptable gracias al compromiso de los vecinos de la zona quienes deben lidiar con la tentación permanente de convertirse en hogar de la indigencia. Por su parte la Fundación Fondo Andrés Bello de la Universidad Central de Venezuela, como parte del Plan maestro de la denominada Zona Rental Sur o Plaza Las Tres Gracias, solicitó al arquitecto Jesús Tenreiro entre finales de los 90 e inicios de los 2000 la elaboración del proyecto para el edificio denominado Centro de Postgrados UCV (inicialmente destinado a los postgrados de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas) a ubicarse en el sector este de la plaza, entre el antiguo Colegio de Médicos (hoy Casa del Profesor Universitario) y la salida del Metro, el cual espera por mejores momentos para ser construido. La escultura de Ceccarelli fue restaurada por última vez en 1997 por Luis Guillermo Marcano Radaelli y Gabriel Ernesto Guevara Jurado, con el patrocinio de la Gobernación del Distrito Federal y la empresa Toyota de Venezuela, bajo la coordinación del grupo de vecinos organizados de la parroquia San Pedro de Caracas. La plaza y la escultura han sido declarados bienes patrimoniales y de interés cultural desde 1999.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 5. https://iamvenezuela.com/2015/09/plaza-las-tres-gracias/

2. https://twitter.com/GFdeVenezuela/status/1107381583525359621/photo/1

3. Colección Crono Arquitectura Venezuela

4. Izquierda: https://es.wikipedia.org/wiki/Las_tres_Gracias_(Canova). Derecha: https://www.desdelaplaza.com/raiz/las-tres-gracias-de-rusia-a-los-chaguaramos/

6, 8 y 9. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

7. https://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_Las_Tres_Gracias

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 210

La muestra “La casa como tema. Primera aproximación antológica de la casa en Venezuela”, cuya curaduría estuvo a cargo de la Fundación Museo de Arquitectura (FMA), se mantuvo abierta entre el 15 de octubre y el 26 de noviembre de 1989, “Año Centenario del nacimiento de Armando Reverón”, en los espacios del Museo de Bellas Artes (MBA), dirigido por María Elena Ramos cuando era Ministro de Estado para la Cultura y a la vez encabezaba el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) José Antonio Abreu.

Bajo la Coordinación General de Celina Bentata y William Niño, Diseño y Producción Museográfica de María Teresa Novoa y Coordinación Editorial del Catálogo de Martín Padrón, todos miembros de la Fundación, la exposición, primera que se realizaría como producto del apoyo mutuo entre la FMA y el MBA y, por tanto, “primera referencia histórica”, podría catalogarse como una de las que mejor reflejaron el empuje dado por un importante grupo de arquitectos a la divulgación de la arquitectura venezolana, de lo cual fue un fiel reflejo.

A las puertas del inicio de una década como la de los años 1990 donde la arquitectura terminó de hacer acto de presencia constante en los museos y a ocupar importantes espacios en los medios impresos, la FMA fue pionera dentro de todo este rico, interesante y estimulante clima que poco a poco se incrementaría.

Son muy variadas las aristas que permite explorar la revisión de la exposición a través del impecable catálogo de 107 páginas (el nº 821 del MBA), impreso por Tipografía Guanarteme, con papel donado por VENEPAL, que la acompañó. La primera es el compromiso e importante apoyo recibido no sólo por el CONAC, el MBA y su Fundación, sino por el sector privado y en particular por las siguientes empresas: Belfort Glass, Duplex Industrial, Vencerámica, C.A. Venezolana de Pulpa y Papel (VENEPAL), C.A. Manufacturas de Papel (MANPA), Veba Oel, Plus Sistemas, Agregados Livianos (ALIVEN) y Viveros Capaya, a las que hay que sumar el patrocinio de Petróleos de Venezuela como parte del Estado.

Otro aspecto significativo surge de poder constatar que para la fecha entre Directores (9), Miembros Honorarios (4), Miembros Internacionales (16), Miembros Institucionales (15), Miembros Activos (75) y Miembros Estudiantes (50), la Fundación Museo de Arquitectura contaba con 169 personas interesadas en participar en actividades que buscaban animar el alicaído medio arquitectónico donde la asociación gremial a la que debía corresponder esta tarea siempre dio muestras de flaqueza. En otras palabras, como se suele decir con frecuencia, la FMA estaba llenando un importante vacío en lo correspondiente a la organización de eventos, publicaciones, conferencias o exposiciones solo compensada por la permanente actividad que iban desarrollando las Facultades, Escuelas y Carreras de Arquitectura.

Así, cuando el MBA en la primera nota escrita que aparece en el catálogo expresa como institución que “a pesar de la intensa actividad museística desarrollada a lo largo de más de cinco décadas en Venezuela, el tema de la Arquitectura y su Museología continúa siendo un raro y difícil desafío”, no estaba sino expresando una realidad tangible que poco a poco empezó a cambiar abriéndose en simultáneo “una entusiasta perspectiva para una naciente área de investigación”, donde la Fundación Museo de Arquitectura (nacida justamente en la sede del MBA un 26 de enero de 1988 cuando la institución cumplía 50 años), “garantiza la continuidad de estos eventos inéditos, cuya realización marca pauta para perfeccionar y enriquecer la labor museística que nos hemos planteado.”

Con el tema escogido para la exposición (La Casa) enfocado de una manera diferente “bajo la cual su esencia como hecho cultural se devela ante nosotros como paradigma, asombrosamente preterido, a pesar de su cotidianidad”, también se abrían las puertas, no sólo a demostrar el esmero y rigor necesarios para llevar adelante la importante tarea, sino para exponer todas las posibles aristas que la más común pero a la vez más difícil de las tipologías arquitectónicas entraña. Por ello María Elena Ramos no dudará en expresar y esbozar en el “Prólogo” la condición intrínseca de la casa como “tema eterno”, “uno de los logros más primarios del amor y del hacer”, “uno de los primeros diseños del arquitecto”, idea que “está en todas partes”, “lugar de los encuentros”, “lugar de los secretos”, “lugar de las adivinanzas”, para finalizar afirmando: “Casa es lugar. Objeto. Cosa. Invento hecho materia. Y materia permanente para nuevos inventos. Motivo de reflexiones. Tema del cual hablar. Tema de la cultura. Tema para un museo. El museo puede ser un espacio donde las casas develan parte de sus estructuras, sus arquitectura y sus secretos”, y concluir: “El Museo de Bellas Artes es también ahora la casa de las casas. Y el hogar para recoger palabras, dibujos y proyectos de la casa como tema eterno”, jugando con la simetría que ofrecía el utilizar la misma oración para comenzar y finalizar el texto.

También, cuando la Fundación Museo de Arquitectura desarrolla el “Preámbulo” del catálogo asomando el concepto y dando las primeras pinceladas sobre la estructura de la exposición, nos ofrece todo lo necesario para entender la trascendencia del evento. “La casa como tema surge de la necesidad de compilar, por primera vez en nuestra naciente actividad museística, los más variados aspectos que apoyan y fortalecen la idea de arquitectura como hecho de creación que construye y estructura la cultura de un lugar. Y es que, sin duda, no sólo la música, el arte, la literatura, la alimentación o, los modismos al hablar, señalan la especificidad de un tipo cultural. En efecto, la arquitectura de ‘la casa’, su atmósfera, las maneras seguidas para su construcción, la organización de su espacio interno, su huella en la geografía o los ritos escenificados en su interior, expresan sólidamente, el espíritu de un tiempo y la rigurosa agudeza, transparencia, sensualidad, afectos, desafectos y, por qué no, también las torpezas de quienes la habitan”. Aclarando que en la muestra no se trata de “atrapar un elenco completo de Monumentos” sino, por el contrario, “apuntar a los conceptos y destacar el espíritu de una exposición antológica”, se pasa a explicitar los 6 capítulos que la constituyen, a saber: “Casa e historia”; “Inicios de la modernidad”; “Casa contemporánea”; “Casa y paisaje”; “La poética de la construcción”; y “La casa ideal”.

La FMA cerrará el “Preámbulo” manifestando su aspiración de que “esta primera selección antológica a propósito de las casas realizadas a lo largo de nuestra geografía durante el siglo XX, afirme la sana práctica de pluralismo en el tratamiento de amplios aspectos comprometidos y tendencias de los arquitectos del país; actitud que plantea comenzar estrategias culturales capaces de descubrir y ampliar las expectativas de vida en ese lugar fundamental que consideramos la casa.”

Como reafirmación de lo adelantado, a través del índice descubrimos que, mediante textos preparados especialmente para la ocasión que no ofrecen ninguna clase de desperdicio, Leszek Zawisza tratará los tópicos “La casa tema universal de la arquitectura” y “La casa venezolana y su historia” (acompañado éste último de 8 casos “notables”); William Niño desarrollará “La casa como tema de abstracción” (10 casos) y “Casa y contemporaneidad” (80 casos); Fernando Tábora aborda “Casa y paisaje” (9 casos); Martín Padrón “Casa y tecnología” (19 casos) y Jorge Rigamonti expone sus “Apuntes para la casa ideal” (14 casos). Como cierre, María Teresa Novoa muestra textual y gráficamente el Proyecto del montaje de la exposición.

Se trata de un gran total de 140 ejemplos expuestos para los cuales se elaboró en cada caso una ficha que incorpora fotografías y/o dibujos, una breve descripción y una aproximación crítica.

“La casa como tema” marcó hace ya 31 años no sólo el inicio sino un antes y un después en la historia de la aparición de la arquitectura como tema museístico en nuestro país. Colocó la vara muy en alto y por tanto se convirtió en deber ser que muchas veces no fue superado y sólo algunas igualado. Sin embargo, esta misma condición y patrón hizo que la Fundación Museo de Arquitectura realizara una importante serie de muestras tanto antológicas como monográficas a lo largo de la década de los 90 del siglo XX que dejaron a su vez un valioso material publicado, imprescindible para quienes están interesados en seguirle los pasos a nuestra historia y nuestro quehacer reciente y no tan reciente.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas: Catálogo de la exposición “La casa como tema. Primera aproximación antológica de la casa en Venezuela”, Museo de Bellas Artes, 1989

VALE LA PENA LEER

El día después, seis disparos

Luis Fernández-Galiano

10/05/2020

Tomado de arquitecturaviva.com

De un mercado feral nos llegó ‘una mala noticia envuelta en proteínas’, y Wuhan iba a ser el Chernóbil de China. Pero el confinamiento masivo dibujó una historia de éxito, y por la nueva Ruta de la Seda viajaron a Europa mascarillas y equipos. En la pugna ideológica y geopolítica, el consenso de Pekín avanza frente al consenso de Washington, y la disciplina confuciana se mide con la democracia liberal, porque en tiempos de tribulación el miedo hace preferir seguridad a libertad.

Europa se ha hecho en las crisis, pero la emergencia vírica ha abierto grietas entre las hormigas calvinistas y las cigarras católicas, sin duda menos importantes a la larga que el retorno del Estado Nación. Es posible que la mutualización de los riesgos exija la vigilancia de los hombres de negro; sin embargo, la decepcionante respuesta solidaria ha trasladado el foco al esfuerzo independiente de cada país para enfrentarse a la pandemia y caminar hacia una mayor autosuficiencia.

Las tentaciones autoritarias de muchos gobernantes elegidos han hecho temer el surgimiento del ogro filantrópico como un Leviatán que te protege so-metiéndote a su poder absoluto. La naturaleza excepcional de los estados de alarma sanitarios, sin embargo, no remite tanto a Hobbes como a Carl Schmitt, y a la peligrosa ventana de oportunidad que abre para aquellos que admiran regímenes totalitarios, cuando los gobiernos se saben soberanos para decretar el estado de excepción.

La retórica bélica ante poblaciones sumisas, consagrada equívocamente por la unanimidad sonriente de los aplausos, oculta no obstante la fragilidad de los Estados, manifiesta en la ausencia de prevención, la lentitud de respuesta y la precariedad de los medios materiales disponibles. Ante la inevitable próxima epidemia, no necesitamos más héroes sanitarios como los de ahora, sino más ciencia y mejor administración, y esa será la más eficaz expresión de nuestro duelo.

Una vez superada la actual etapa del aterriza como puedas en la pista oximorónica de la ‘nueva normalidad’, la difícil regeneración del tejido productivo deberá tender hacia la independencia agrícola, sanitaria, industrial y tecnológica, pero sin que el énfasis en lo local oculte la necesaria recuperación de las cadenas de suministro en la economía global, y sin que la atención a lo material frente a lo virtual desdibuje el imprescindible reforzamiento de las infraestructuras digitales.

Si huimos del coronapesimismo, cabe preconizar un green digital deal que use la pandemia como estímulo para llegar a un pacto social y generacional ante ese dinosaurio que, cuando despertemos, seguirá ahí: el cambio climático. El desplome de la actividad ha beneficiado al planeta, pero la España urbana deberá usar energías renovables, la España vacía hacerse digital, y la España turística transitar de Florida a California para mirar de frente a un futuro que será verde o no será.

ACA

TIEMPOS DE CUARENTENA

Descarga gratis publicaciones de arquitectura editadas por la Universidad Nacional Autónoma de México

Escrito por Mónica Arellano

15/03/2020

Tomado de Plataforma arquitectura

Como parte de un esfuerzo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Librería Carlos Obregón Santacilia pone a disposición del público algunas de sus publicaciones de forma digital y gratuita. Dichos textos van desde publicaciones que desglosan temas como métodos de investigación, análisis de procesos administrativos relacionados al ámbito arquitectónico, publicaciones teóricas de Alberto T. Arai, historia de la arquitectura en distintos periodos y contextos, sistemas estructurales, eficiencia energética, urbanismo, paisaje, patrimonio, reconstrucción, bienales y guías para apoyarte al momento de concebir nuevos proyectos arquitectónicos.

ACA