
Archivos diarios: 20 de octubre, 2019
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 183

El proyecto para un Motel en la Ciudad Balneario Higuerote, cuya vista de conjunto desde la playa ilustra nuestra postal del día de hoy, realizado por el arquitecto José Antonio Ron Pedrique (1927-2001), apareció publicado en la revista Integral nº 10-11 (abril 1958) como epílogo del artículo que presentaba justamente la “comunidad tipo recreacional” en la que se encuentra incorporado, la cual fue objeto de nuestra atención a través de la postal 79 comentada en el Contacto FAC nº44 (10-09-2017).


Ubicado en la parte sur del complejo, más próximo si se quiere del pueblo de Higuerote, “frente a la amplísima playa de 70 metros de ancho de la Ciudad Balneario Higuerote”, el Motel se presentaba como una opción alternativa para aquellas personas que no contaban con los recursos suficientes para comprar una parcela urbanizada pero que buscaban disfrutar un corto período de contacto con el mar pudiendo disponer con instalaciones y servicios adecuados. De allí que Ron Pedrique se refiera a él como un lugar “estudiado para servir de Centro Recreacional Vacacional y de fin de semana” que “dispondrá de embarcadero propio y de un vasto jardín con piscina reglamentaria, pérgola, terraza, cine al aire libre, etc.”, tratando de desmarcarse en cierta medida de la connotación no siempre positiva que se le suele dar al motel tradicional, entendido como lugar de paso y con una alta rotación en cuanto al uso de sus instalaciones.


Tendría el Motel 32 “apartamentos” organizados linealmente en un volumen de dos plantas que dispondrían de las comodidades y equipamiento para poder cocinar y albergar familias de hasta cinco miembros, con particular consideración de la privacidad de los huéspedes dentro de cada unidad pero a la vez buscándose propiciar el contacto entre ellos a través de los servicios comunes que se ofrecían: restaurant, bar, piscina, cine y jardines. Otro aspecto en el cual se tuvo “especial cuidado” fue el correspondiente a garantizar “un control riguroso desde la Administración y Gerencia sobre el acceso, el estacionamiento, todas y cada una de las puertas de entrada de los apartamentos, los corredores de circulación y la entrada de servicio”, componentes todos de un cabal funcionamiento al que prestaban mucha atención los proyectistas de la época.
A diferencia de lo que caracteriza a un hotel, este edificio fue pensado para operar con un mínimo de servicios esenciales que, traducidos en sencillez funcional y economía operativa reducen al máximo los costos, tal y como lo evidencia la disposición de las diferentes partes que lo constituyen. Dentro de la misma línea discursiva, la totalidad de los ambientes tanto privados como públicos han sido diseñados tomando en cuenta la ventilación natural cruzada y protegidos de la incidencia directa de la luz solar, lo cual no excluye el que cada habitación posea un aparato independiente de aire acondicionado. Además “el edificio goza de la mejor orientación, siendo óptimo en la playa abrir los servicios comunes hacia el Norte y los dormitorios hacia el Este, defendiéndose bien del Oeste, en este caso el corredor de circulación y grandes voladizos protegen totalmente de la insolación del Poniente y también hacia el Sur el edificio es completamente cerrado”. Como se verá, el arquitecto Ron Pedrique no deja de lado aspectos que, insistimos, eran parte esencial tanto de la formación como del ejercicio profesional durante los años 1950 a la hora de enfrentar cualquier ejercicio de diseño. Cierra la descripción aparecida en Integral señalando: “Esa misma orientación establecida por la insolación nos hace aprovechar la magnífica vista panorámica sobre la playa teniendo como fondo la imponente mole del Cabo Codera”, la cual es aprovechada por la terraza individual que posee cada apartamento.
Si bien el Motel no logró realizarse, pese a ser pensado desde una rigurosa racionalidad constructiva, y de que tampoco constituye una pieza que pudiésemos incluir como obra memorable dentro de nuestra arquitectura moderna, si nos ha parecido interesante encontrar tanto en su presentación como en su descripción y representación modos y atributos propios de un momento en el que los proyectos apelaban a similares medios expresivos para transmitir toda la información requerida para su comprensión. Así mismo, no deja de ser curioso el que este modesto edificio busque cobrar protagonismo en la presentación de la Ciudad Balneario donde se inserta como única muestra de la arquitectura que el planificador podía controlar dentro de la propuesta de conjunto, mostrándonos así su doble faz de urbanizador y diseñador arquitectónico.


Tampoco es menos relevante recordar que el número 10-11 de la revista Integral en la que aparece el Motel, sale a la luz en abril de 1958, pocos meses después del derrocamiento de Pérez Jiménez, convirtiéndose este ejemplar en pieza altamente significativa desde su editorial, en el que se hace un recordatorio a las nuevas autoridades nacionales sobre la importancia de retomar la planificación como norte en la realización de las obras públicas en el país (ante la amenaza que constituía y constituyó el “plan de emergencia” puesto en marcha por Wolfgang Larrazábal al frente de la Junta de Gobierno y la discrecionalidad con que se actuó durante la dictadura), hasta las señales de un optimismo precario que enviaban los promotores de El Helicoide (quienes a su vez dirigían la revista y promovían la Ciudad Balneario Higuerote con Jorge Romero Gutiérrez a la cabeza) para salvarlo de la inminente quiebra a la que se llegó, pasando por el hecho de que aparezcan edificios notables como el hotel Humboldt (1956, Tomás J. Sanabria), la estación del Teleférico en Maripérez 1956, Alejandro Pietri y Alfredo Jahn -asociado-) y el Club Táchira (1955, Fruto Vivas) -cuyas presentaciones parecieran haber estado represadas-, así como el proyecto urbanístico de la Urbanización Los Canales (1957, Julián Ferris y Carlos Dupuy) acompañando al de la Ciudad Balneario Higuerote ya varias veces mencionado. Por tanto, en este contexto el Motel, sin duda, ocupa el lugar más bajo en escala de importancia.
Integral aparecería en otras cinco oportunidades por lo que el nº 10-11 (cuya portada es diseño de Omar Carreño) marca el punto culminante de su etapa madura y el comienzo a la vez de su declive. Además de lo apuntado aparecen en este número de colección interesantes artículos sobre el siempre importante y relegado tema turístico (“Turismo y turismo en América” del arquitecto Jacques Pereira), “El ocio obrero en Venezuela” y su tratamiento a través de una colonia vacacional en Margarita del arquitecto Simón Quinto, la sección “Flora, Arquitectura Paisajista y Conservación” dirigida por Carlos Guinand Sandoz donde en esta ocasión participa Leandro Aristeguieta con “Generalidades sobre los frailejones”, “El diseño industrial en sus relaciones con las artes visuales” del internacionalmente conocido profesor de estética italiano Gillo Dorfles y “Tiempo y forma fílmica” del asiduo colaborador Alfredo Roffé. Se suman las secciones fijas “Revista de revistas”, “Notas bibliográficas” y “Miscelánea” (dedicada a resaltar como nota luctuosa el fallecimiento de Carmen Méndez Arocha, primera arquitecta graduada en la FAU UCV el 29 de septiembre de 1951), en las que seguramente tienen participación relevante Violeta Roffé como coordinadora y algún que otro miembro del Comité de Redacción integrado por Carlos Guinand S., Leopoldo Martínez Olavarría, Tomás J. Sanabria, Juan Andrés Vegas, Julián Ferris, Fruto Vivas, Juan Otaola, José Sanabria y el aún bachiller Henrique Hernández.
El haberle dedicado la postal a una obra menor, como hemos visto, ha permitido repasar además, y sin proponérnoslo inicialmente, un importante episodio de la historia de nuestras publicaciones periódicas.
ACA
Procedencia de las imágens
Todas. Revista Integral nº 10-11, abril 1958
TAL DÍA COMO HOY…
… el 20 de octubre de 1953 se crea la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.

Con una semana de diferencia con respecto a la Escuela de Arquitectura (creada un 13 de octubre) y con una separación de 12 años (la Escuela nace en 1941), siempre será bueno recordar y llevar a cabo un somero repaso relacionado con una conmemoración que marca los 66 años de la Facultad de Arquitectura más antigua e importante del país.
Así, tomando como referencia un texto que elaborásemos para la “Cronología 1953-2003” ubicado al final del libro conmemorativo Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV 1953-2003. Aportes para una memoria y cuenta (Ediciones FAU UCV, 2005), tenemos que 1953 se inicia en medio de un clima incierto en lo político y con la Universidad Central de Venezuela intervenida desde el año anterior. En enero, una vez instalada la Asamblea Nacional Constituyente de la época, ésta ratifica al coronel Marcos Pérez Jiménez como presidente provisional, luego del fraudulento resultado derivado del proceso electoral realizado el 30 de noviembre de 1952. A raíz del desconocimiento de estos resultados renuncia por presiones la Junta de Gobierno, marcándose el inicio “formal” de la dictadura o, según otros analistas, el paso de la “dictablanda” a la “dictadura”, designándose posteriormente a Pérez Jiménez como “Presidente constitucional” el 17 de abril.
En medio de estas circunstancias, el 2 de agosto de 1953 se sanciona una nueva Ley de Universidades, y el 20 de octubre de ese mismo año la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas se divide en dos Facultades: Ingeniería y Arquitectura y Urbanismo (FAU). El ingeniero Willy Ossott, hasta ese momento Director de la Escuela es nombrado Decano y como Director es designado el arquitecto Tomás José Sanabria (graduado de arquitecto -master incluido- en 1947 en Harvard University). Para esta fecha el Pensum, recién estrenado (modificación del anterior de 1946), está conformado por 37 asignaturas a ser cursadas bajo un régimen semestral a lo largo de 5 años. La Escuela tiene 174 alumnos y 25 profesores, y ocupa el primero y segundo pisos del Taller de Electricidad de la Facultad de Ciencias Matemáticas y Naturales, nombre que adoptó la escindida Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
La importancia que en el país ya había cobrado la necesidad de planificar y ordenar el crecimiento urbano de las ciudades se ve reflejado en el doble apelativo que se le da a la Facultad, que seguirá, no obstante, teniendo una sola Escuela: la de Arquitectura, ya que el Urbanismo siempre fue visto como formación de postgrado y es sólo a partir de 1968 que se empieza a organizar con la creación del correspondiente Instituto.
En 1953, aparte del Decano y el Director conforman el cuerpo consultivo de la Facultad: Carlos Raúl Villanueva, Carlos Guinand Sandoz, Diego Carbonell (graduado en el MIT en 1944), Luis Eduardo Chataing (ingeniero, primer director de la Escuela y Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas) y Ernesto Fuenmayor (graduado en 1948 dentro de la primera promoción de la Escuela). Se reconocen como fundadores de la FAU a los profesores: Jean Boistel, Oscar Carpio (profesor de composición, quien antes de graduarse en Caracas en 1948 realizaría estudios de arquitectura en Cornell), Diego Carbonell, Henry Castillo Pinto, Edoardo Crema, Luis Eduardo Chataing, Carlos Delgado Sarmiento, Ernesto Fuenmayor, José Miguel Galia (quien se inicia como profesor de paisajismo, graduado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, Montevideo, en 1944), Santiago Goiri (al igual que Carpio profesor de composición y egresado de la primera promoción del 48), Carlos Guinand Sandoz, Mauricio Iranzo, Roberto Henríquez, Tony Manrique de Lara (al igual que Carpio y Goiri profesor de composición y egresado de la primera promoción), Juan Marichal Linares, Carlos Möller, Willy Ossott, Álvaro Pérez Luciani, Julio Ripamonti, Alfonso Rísquez, Jorge Romero Gutiérrez, Tomás José Sanabria, Horacio Soriano, Arturo Valery Pinaud, Abel Vallmitjana, Charles Ventrillón y Carlos Raúl Villanueva. Se incorporan también como miembros del personal docente los arquitectos: Julián Ferris (encargado del área de construcción, graduado en Syracuse en 1947), Juan Andrés Vegas (encargado del área de urbanismo, graduado en el MIT en 1947) y Martín Vegas (profesor de composición, graduado en el Illinois Institute of Technology -Chicago- en 1949).
Una vez creada la FAU el artista plástico Abel Vallmitjana inicia allí las actividades de extensión, que marcan su inicio formal con la organización de un primer evento conmemorativo, realizado en mayo de 1954 (cercano al primer aniversario), consistente en una exposición dedicada a la obra de Leonardo Da Vinci.
Este sucinto repaso que apunta fundamentalmente a los orígenes no puede dejar de mencionar como hechos relevantes de esa primera etapa: el nombramiento como Director de la Escuela de Santiago Goiri en 1956 primer egresado que ocupa dicho cargo; el estreno en 1957 del edificio sede (sin duda el mejor de los proyectados por Villanueva para la impartición de docencia dentro de la Ciudad Universitaria), la aprobación ese mismo año de un nuevo Plan de Estudios para la Escuela (cuando contaba ya con 313 alumnos) aumentando a 39 las asignaturas y manteniendo el mismo régimen y duración, la obtención también en 1957 por parte de los alumnos de 5º año del Primer Premio de la IV Bienal de Sao Paulo y el nombramiento de Antonio Granados Valdés como encargado de llevar adelante las actividades de Extensión Cultural que inicia con la publicación del primer número de la colección Espacio y Forma (que vio aparecer 23 números hasta desaparecer en 1981); para llegar a 1958 cuando en febrero (una vez que cae la dictadura) son designados como Decano el arquitecto Julián Ferris y como Director de la Escuela Oscar Carpio, pasando a ser Ferris (quien sustituyó al ingeniero Willy Ossott) el primer profesional de la arquitectura que ejerce el cargo y quien al realizarse el año siguiente (1959) las primera elección de autoridades universitarias se convierte en el primer decano electo, designando posteriormente a Ralph Erminy como Director de la Escuela.
Los años 60 transcurren con la Facultad consolidándose en cuanto a su condición de primer centro de estudios a nivel nacional, lo cual la lleva a contar en 1960 con 793 estudiantes y 110 profesores, momento en que el Plan de Estudios se renueva y eleva el número de asignaturas a 42 bajo el mismo régimen semestral y a lo largo de 5 años de duración de la carrera. En 1961 aparece bajo la dirección de Antonio Granados Valdés el primer número de la revista PUNTO (desaparecida en 2001 luego de acumular 69 números) y se le otorga a Carlos Raúl Villanueva el Doctorado Honoris Causa. En 1963 por iniciativa de Graziano Gasparini se crea el Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas (CIHE), primer centro de investigación de la aún joven institución, y al año siguiente (1964) aparece el nº1 del Boletín de dicho Centro (descontinuado en 1994 tras 31 ediciones). La creación en 1967 (año de conmemoración del cuatricentenario de la ciudad de Caracas) del Instituto de Urbanismo marca otro momento importante que permite ir consolidando la actividad de investigación dentro de la FAU. Así, lo que empezaba a ser el transitar pausado de la institución, se ve impactado por los influjos del mayo francés que en toda la UCV dan inicio al proceso de Renovación Universitaria, de particular resonancia en la Escuela de Arquitectura a partir de 1969, y que duraría más de dos años en medio de los cuales se vive el 26 de octubre del 70 el allanamiento de la Universidad la cual permanecerá cerrada hasta el 25 de julio de 1972.
La década de los 70 se inicia con la aprobación de un nuevo Plan de Estudios para la Escuela de Arquitectura producto del impacto de la Renovación que conlleva a una reestructuración académica: se habla ahora de Unidades Crédito que en número de 170 (distribuidas entre obligatorios -115- y optativos) se deben aprobar para obtener el título y los cuales son impartidos entre Unidades Docentes y Sectores de Conocimiento. En 1975 nace el Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción (IDEC) y en 1976 el Consejo Universitario aprueba el Reglamento de Funcionamiento Interno de la Escuela de Arquitectura y se crean la Comisión de Estudios para graduados y el Centro de Información y Documentación de la FAU. En 1978 la Escuela alcanza su tope histórico de población estudiantil: 3500, incremento que ya había llevado a las autoridades a realizar importantes modificaciones en la planta física del edificio sede que derivaron en su desnaturalización.
Podría decirse que una vez finalizada la década de los años 70 ya la FAU presenta con claridad una estructura organizativa que con pocas modificaciones ha perdurado hasta nuestros días, apareciendo únicamente como novedad en 2005 el surgimiento de un nuevo esquema de gestión que contempló la creación de entes coordinadores de las actividades de docencia, investigación y extensión. Por otro lado, en 1980 el Instituto de Urbanismo lanza la revista Urbana (cuya continuidad se vio interrumpida en 2007 tras alcanzar el número 40), en 1985 el IDEC publicará el nº 1 de Tecnología y Construcción (que sobrevive en formato digital hasta nuestros días) y en 2006 se crea el sello Ediciones FAU UCV buscando, tras una política editorial coherente ya aprobada en 2003, unificar esfuerzos diversos e importantes que a través del tiempo la institución siempre llevó adelante en ese campo.
Desde su fundación, la FAU ha podido constatar como la mayoría de los Premios Nacionales de Arquitectura han sido otorgados a egresados de las aulas de su Escuela, y cómo ha sido objeto de múltiples reconocimientos. Ha impulsado la creación de otras instituciones, ha visto pasar por sus aulas miles de estudiantes, por sus espacios a importantes figuras del acontecer arquitectónico internacional y ha sido sede de memorables eventos.
También, es bueno decirlo, ha sido dirigida por un total de 13 Decanos que han colaborado cada uno de diferente forma en su crecimiento y a darle la robustez de la que ha podido vanagloriarse, encontrándose hoy al frente como encargado el arquitecto Gustavo Izaguirre, a quien le ha tocado lidiar con los difíciles momentos que transcurren, ensombrecidos por una terrible crisis presupuestaria que ha afectado de manera ostensible su operatividad y mantenimiento, una disminución dramática de la planta profesoral y estudiantil alcanzando cifras similares a las registradas a comienzos de los años 60, y la amenaza de un régimen que apunta a desconocer definitivamente por la vía judicial la autonomía consagrada en la Constitución, buscándose tergiversar mediante un sistema de elección de sus autoridades impuesto, su esencia como entidad eminentemente académica.
Si algo requiere la Facultad de Arquitectura de la UCV en los actuales momentos, más allá de las felicitaciones que le corresponden por su onomástico, es la solidaridad y unidad de todos quienes han tenido que ver con ella a lo largo de 63 años. Sólo de esa manera será posible enfrentar con entereza y firmeza, junto los que aún allí permanecen y el resto de la comunidad universitaria, los aciagos momentos que atraviesa y los aún peores que se avecinan que amenazan con remontarnos, como hemos visto, a episodios signados por las intervenciones ya vividas en 1952 y 1970.
ACA
Procedencia de la imagen
Colección Crono Arquitectura Venezuela
ES NOTICIA
Grafton Architects, ganadoras de la RIBA Royal Gold Medal 2020
Por Eric Baldwin

8 de octubre, 2019
Tomado de Plataforma arquitectura
Grafton Architects, el estudio de arquitectura con sede en Dublín, ha sido anunciado como el ganador de la RIBA Royal Gold Medal 2020, un premio que representa el mayor honor y prestigio para los arquitectos y arquitectas del Reino Unido. Valorando la importante contribución global que las oficinas galardonadas hacen a la arquitectura, el premio se caracteriza por ser reconocido de manera personal por la Reina Isabel II. RIBA identificó que la práctica del estudio y su enfoque en las personas ha alcanzado actualmente una trascendencia a nivel mundial, siendo especialmente reconocidos por sus ejemplares edificios educativos.

Yvonne Farrell y Shelley McNamara fundaron «Grafton Architects» de manera conjunta en el año 1978, en el cual actualmente siguen trabajando con la colaboración de los directores Gerard Carty y Philippe O’Sullivan, vinculados a la oficina desde el año 1992. El nombre del mismo se inspiró en la ubicación original de su primer estudio, localizado en la calle Grafton en el centro de Dublín: una ciudad que ha influido en su enfoque sobre la arquitectura y que ellos ciertamente han ayudado a formar. Formando parte del Grupo’91 – un colectivo que agrupaba ocho jóvenes estudios- en la década de 1990, por ejemplo, participaron en la regeneración del distrito Temple Bar de Dublín.

Actualmente, el estudio se encuentra trabajando en diversos proyectos obtenidos mediante concursos internacionales, entre los que se encuentran el Marshall Building para la Escuela de Economía de Londres (LSE); el Town House Building para la Kingston University de Londres; la Escuela de Economía para la Universidad de Toulouse I Capitole; el Edificio Universitario para el Institut Mines-Télécom de París Saclay; el proyecto del City Library & Parnell Square Cultural Quarter en Dublín, junto con Shaffery Architects; y la nueva sede de la Electricity Supply Board en Dublín, con arquitectos del estudio O’Mahony Pike.


Las directoras de Grafton Architects han dado clases y conferencias en algunas de las universidades más famosas del mundo. También, han sido curadoras de exposiciones y exhibido sus propios trabajos a lo largo de todo el mundo. En 2018 Yvonne Farrell y Shelley McNamara curaron la Bienal de Arquitectura de Venecia que, con el temática ‘Freespace’, reflexionó sobre la disciplina poniendo énfasis en la humanidad y la generosidad – principios que se extienden a lo largo de su propia práctica.
Al escuchar la noticia de que recibirán la RIBA Royal Gold Medal 2020, Yvonne Farrell y Shelley McNamara comentaron que: «Al igual que los arquitectos de todo el mundo, todos en Grafton Architects trabajamos duro, otorgándole a cada proyecto la atención necesaria para enriquecer la vida de las personas. Para nosotros, la arquitectura es una profesión optimista que tiene la oportunidad de anticiparse a las realidades del futuro. Es una de las disciplinas de mayor importancia cultural pues configura los espacios destinados al desarrollo de la vida humana y traduce las necesidades y los sueños de las personas en formas construidas. Compartimos este honor con todos nuestros clientes, equipos de diseño, contratistas y colegas – pasados y presentes – con los cuales, trabajando juntos, podemos traducir nuestras ideas en realidades. La noticia de que Grafton Architects recibirá la RIBA Royal Gold Medal 2020 hace de este un momento muy especial y feliz en nuestras vidas. ¡Un sincero ‘Gracias’ a todos los que han hecho esto posible!» La RIBA Royal Gold Medal le será entregada a Grafton Architects en una ceremonia especial a celebrarse a comienzo del año 2020.
ACA
Postal nº 183

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