ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 163

El “descubrimiento” a finales del siglo pasado, en los archivos de la Fundación Le Corbusier en París, del expediente que recoge la correspondencia y algunos documentos del anteproyecto realizado por el maestro suizo para la capilla mortuoria dedicada al coronel Carlos Delgado Chalbaud y su padre, el general Román Delgado Chalbaud, en el Cementerio General del Sur, Caracas, permitió indagar más a fondo en los vericuetos del asunto y develar datos que fueron registrados en tres textos a los que hemos tenido la oportunidad de acceder.

El primero de ellos titulado “El proyecto de Le Corbusier para la capilla mortuoria de Delgado Chalbaud en Caracas”, publicado el año 2000 a manera de primicia en el nº 68 de la revista PUNTO, firmado por Ann Kroll, investigadora del Pratt Institute, quien cedió gentilmente los derechos de publicación, recoge de manera ordenada y rigurosa los resultados de su hallazgo puntualizando de entrada que se trata de una de dos tumbas (luego veremos que en realidad fueron tres) diseñadas por Le Corbusier a lo largo de su carrera: la segunda, ubicada en Roquebrune-Cap-Martin, Francia, servirá de sepultura a su esposa en 1957 y posteriormente a él mismo en 1965. También señalará Kroll cómo este diseño singular “ha dormido el sueño del olvido en los archivos de la Fundación Le Corbusier, perdido en una amnesia histórica generalizada tanto entre los estudiosos de Le Corbusier como entre los estudiosos de la arquitectura venezolana”, ya que no aparece recogida, pese a la meticulosidad y cuidado que puso siempre el maestro suizo en llevar el registro de su obra, ni en la Oeuvre compléte (1953) ni en Le Cobusier Archive (1983). “La única referencia a la capilla la hace Lucien Hervé en su artículo ‘Contribution á la connaissance de Le Corbusier’, Neuf, Bruselas, nº 48, Marzo-Abril, 1974, pp 54-55”. Del mismo modo, la tumba que Luis Malaussena diseñó para Delgado Chalbaud (pieza que finalmente sería la que se construyese) no está incluida en el libro monográfico Malaussena. Arquitectura académica en la Venezuela moderna, de Silvia Hernández de Lasala (1990).

Kroll en su relato nos narra las particularidades que rodearon el encargo realizado a título personal a Le Corbusier por Lucie Lévine, viuda de Carlos Delgado Chalbaud, cuando ésta se entera que en las altas esferas del poder se habían empezado a recibir, con la finalidad de lavarse la cara, propuestas “de mal gusto” para el diseño de un mausoleo donde ubicar los restos de su esposo en el Cementerio General del Sur. No pierde la oportunidad Kroll de contextualizar el asesinato del coronel, llevado a cabo en oscuras condiciones el 13 de noviembre de 1950, ni de señalarlo como el primer y único magnicidio dentro de la historia de Venezuela. Tampoco para informar cómo su padre, el general Román Delgado Chalbaud, férreo opositor al dictador Juan Vicente Gómez (de quien fue preso entre 1914 y 1928), se reencuentra al salir de prisión en París con su hijo de 18 años quien vivía allí junto a su madre y cómo muere en el desembarco del Falke (1929) en las costas orientales de Venezuela en un intento por derrocar al régimen gomecista.

Importantes son también los antecedentes y avatares que caracterizaron el encargo, tanto en lo relativo a su inserción cronológica y tipológica, como en la forma como se manejó la contratación, siendo el intercambio epistolar que se inicia con la primera misiva enviada por Lucie Lévine el 10 de marzo de 1951 hasta la última del 15 de enero de 1952, parte fundamental de la pesquisa realizada por Kroll.

1. Arriba izquierda: Vitral de Beauvais, propiedad de la Sra. Delgado Chalbaud, para ser incorporada al proyecto. Arriba derecha: Croquis de Le Corbusier del espacio interior de la capilla mortuoria con la ubicación del vitral. Abajo: Fotografía de los dibujos de Le Corbusier DEL 4346 (planta) y DEL 4347 (alzado) para la capilla que se encuentran en el album del anteproyecto enviado a Venezuela, pertenecientes a la Fundación Le Corbusier.

La aceptación del encargo, luego del retorno de Le Corbusier de la India, aclarando éste que “a causa de su cargada agenda y de la brevedad del plazo para efectuar el diseño le delegaría el proyecto a un asistente, el cual sería celosamente supervisado”, da paso a un ir y venir de cartas en las que se conoce el nombre del “asistente” (Jean Claude Mazet, quien recién había regresado a Francia luego de su formación en Harvard), la aceptación sin cuestionamientos de los honorarios solicitados, y las pocas condiciones impuestas por la viuda: incorporación de un vitral de Beauvais con la imagen de la virgen de Coromoto, diseño de una capilla “tan sobria y austera como fuera posible” y respeto a las dimensiones del terreno donde se implantaría el monumento (20×20 mts.).

La memoria descriptiva del proyecto, también obtenida del carteo que reposa en la Fundación Le Corbusier, junto a lo que se ha podido rescatar de la documentación gráfica, permiten a Kroll, fijar claros antecedentes a la forma piramidal asumida por Le Corbusier para la capilla mortuoria, dentro de su propios escritos y obra, y de las referencias provenientes de otras culturas: “La lección de Roma” en Hacia una arquitectura (1923); su temprana propuesta del Mundaneum (1928); el patio de los peregrinos en Ronchamp (cuyo proyecto, junto a la finalización de la Unité de Marsella, el Plan Piloto de Bogotá y parte de los edificios de Chandigarh se realizaban casi al unísono con la capilla venezolana); y la obligada referencia al punto de partida histórico (el templo funerario egipcio), son las menciones de las que Kroll echa mano. En cuanto al diseño del recinto en el que se colocaría la pequeña pirámide de planta triangular y paredes oblicuas en concreto armado, proporcionada de acuerdo a las relaciones matemáticas de El Modulor, también la documentación es clara: se convertiría en un patio cuadrado al aire libre, cerrado por un muro perimetral con perforaciones en tres de sus caras, ocupado por la pirámide y un árbol como únicos elementos que colaborarían a crean un espacio pensado para la reflexión y la contemplación. Los materiales a utilizar están claramente especificados: cerámicas blancas y negras recubriendo el interior de la capilla (donde se ubicarán dos tumbas con placas de bronce que serían diseñadas por Le Corbusier y un altar) y láminas de cobre que se oxidaría con el tiempo para el exterior, usándose piso de piedra tanto dentro como afuera.

2. Imágenes procedentes del ensayo de Alejandro Lapunzina “La Pirámide y El Muro: notas preliminares sobre una obra inédita de Le Corbusier en Venezuela”. Arriba izquierda: axonometría del templo primitivo publicada en Vers une architecture. Arriba derecha: planta de la capilla reconstruida sobre la base de los dibujos y fotografías conservados. Izquierda centro: bosquejo de Le Corbusier de una pirámide y la esfinge en Egipto. Centro derecha: alzado de la capilla reconstruida sobre la base de los dibujos y fotografías conservados. Abajo: dos vistas de la maqueta realizada por Jim Rundle, Peter Truif y Tristen Zednik.

Sumado al texto de Kroll es pertinente mencionar como importante complemento el de Alejandro Lapunzina: “La Pirámide y El Muro: notas preliminares sobre una obra inédita de Le Corbusier en Venezuela”, aparecido en Massilia: anuario de estudios lecorbusierianos (2002), donde se amplían algunos de los aspectos registrados inicialmente por Kroll, se desarrolla una aproximación crítica más aguda y se intenta llevar a cabo la reconstrucción planimétrica completa del monumento con base en la información que se posee.

Con un preámbulo que busca ambientar la proximidad que desde muy temprano se estableció entre Le Corbusier y América Latina, donde se resalta que en los muchos periplos realizados por el maestro curiosamente en ninguno tocó tierra venezolana, comienza Lapunzina por exponer en “Carlos Delgado Chalbaud y los acontecimientos que motivaron el proyecto”, excelente síntesis de una parte fundamental dentro de la historia de Venezuela en la que tanto el coronel como su padre fueron sin duda protagonistas de primer orden, los motivos que pudieron llevar a Lucie Lévine dirigirse a Le Corbusier a título personal como posible proyectista en medio de la tensión originada con el gobierno a causa de las turbias circunstancias en las que murió su marido.

Al igual que Kroll, Lapunzina en el aparte denominado “El encargo, el sitio, el programa y el proceso de diseño de Le Corbusier”, nos hace saber pero con mayor precisión asuntos como: el monto al que ascendió la contratación ($ 2000 pagaderos la mitad de entrada y la otra mitad al finalizar el proyecto, método utilizado también para la realización de la casa para el Dr. Curutchet en La Plata, Argentina); la manera como fue remunerado el trabajo a Mazet y las discrepancias que aparecieron entre éste y Le Corbusier quien al parecer siempre desconfió del joven; el hecho muy curioso de que luego de iniciarse en firme el trabajo no quedaran pruebas documentales del proceso de generación del proyecto; y el tiempo que tomó su realización: una semana.

Cuando Lapunzina aborda el proyecto en sí nos aporta nuevos datos: la precisa memoria descriptiva enviada por Le Corbusier a su cliente; el que se hayan elaborado dos álbumes idénticos de los dibujos (uno el enviado a la viuda de Delgado Chalbaud y otro para que quedase en el atelier) cuyo contenido era de ocho láminas: planta de implantación, perspectiva aérea de la capilla y su contexto, planta baja con disposición del altar y las tumbas, alzado del complejo desde la vía de acceso, alzado de la capilla dentro del recinto definido por el muro de cierre, perspectiva interior de la capilla, perspectiva exterior de la capilla -mostrada en nuestra postal del día de hoy- y planta de los trazados reguladores que determina la armonía del proyecto; y el saber que Carlos Raúl Villanueva se ofreció para supervisar la obra en caso que se construyese y de servir de puente entre cliente y arquitecto, otro paralelismo con la casa Curutchet y el papel jugado por Amancio Williams.

También dedica espacio Lapunzina a detectar “Analogías y simbolismo en la capilla Delgado Chalbaud” provenientes muchos de ellos de la relectura de textos de Le Corbusier (la descripción del templo primitivo en Hacia una arquitectura retrata prácticamente la propuesta caraqueña) y del momento por que estaba atravesando su producción donde Ronchamp vuelve a surgir como clara referencia de regreso a los orígenes y arquetipos. También nos informa acerca de que la capilla que nos ocupa “no fue la primera vez que Le Corbusier diseñó un monumento/tumba para un dignatario oficial”, citando cómo Josep Quetglas ha señalado el Panteón para el Mariscal Foch como caso que lo precede.

3. Arriba: Trabajo de reconstrucción gráfica de la capilla mortuoria para Carlos Delgado Chalbaud elaborado por José Javier Alayón para el texto «Análisis geométrico y gráfico de las pirámides de Le Corbusier (1950-1957)». Abajo: Dibujos provenientes del texto “Reconstrucción de una pirámide borrada. Análisis de la Capilla Mortuoria encargada por Lucie Delgado-Chalbaud en Caracas, Venezuela, 1951” de José Javier Alayón González, Mariolly Dávila Cordido y Odart Graterol Prado.

El tercer texto consultado titulado “Reconstrucción de una pirámide borrada. Análisis de la Capilla Mortuoria encargada por Lucie Delgado-Chalbaud en Caracas, Venezuela, 1951” de José Javier Alayón González, Mariolly Dávila Cordido, Odart Graterol Prado, presentado en el Congreso Internacional “Le Corbusier, 50 years later” organizado en la Universidad Politécnica de Valencia en 2015 (que puede complementarse con otro del mismo año enviado al XIX Congreso de SIGraDi: “Análisis geométrico y gráfico de las pirámides de Le Corbusier 1950-1957”), permite repasar buena parte de los aportes de Kroll y Lapunzina buscándose, mediante el análisis minucioso de la información con que se cuenta, el poder representar el proyecto del mausoleo dando un paso adelante a lo hecho por Lapunzina. “La reconstrucción planteada -nos dirán Alayón, Dávila y Graterol- se sustenta en la documentación conservada, el análisis histórico de las fuentes documentales, el empleo de la perspectiva clásica y las herramientas digitales para aportar precisiones y avances sobre estudios previos. En paralelo, la comparación con propuestas formales similares, enmarca el objeto de estudio dentro del legado del arquitecto. La pirámide ejemplifica la relación entre hombre y naturaleza, el ‘juego jugado por el hombre con los elementos cósmicos’, el papel de la forma, y de las trazas reguladoras en un período en el que su racionalismo purista se abre a interpretaciones más expresivas de la forma. En el fondo de esta investigación subyace el interés por comprender el proceso proyectual de Le Corbusier y su idea de arquitectura en torno a los años 50, al tiempo que se reconstruye un proyecto prácticamente borrado”.

Alayón, Dávila y Graterol también aportan lo siguiente: “Así como el proyecto no llegó a concluirse, su nombre tampoco llegó a estar claro. Designaciones como Chapelle mortuaire, tal como definió el encargo Lucie Delgado–Chalbaud; Chapelle Funéraire, como aparece en los documentos del taller; Pyramide, como la llama Le Corbusier en su memoria; Monument Delgado Chalbaud, como se hubiese publicado en su Œuvre Complète; o Chapelle commémorative pour les généraux Delgado et Chalbaud, como lo lista la web de la Fondation Le Corbusier, son denominaciones para el mismo proyecto. Como sea, la de Caracas es una pirámide más de la tradición funeraria y una de las primeras del arquitecto suizo, quien acepta el encargo bajo la condición de que un arquitecto asistente, bajo su tutela, sea quien desarrolle el proyecto”.

4. Tumba de Carlos Delgado Chalbaud en el Cementerio General del Sur diseñada por Luis Malaussena.
5. Render elaborado por Odart Graterol como resultado de la investigación conducente al texto “Reconstrucción de una pirámide borrada. Análisis de la Capilla Mortuoria encargada por Lucie Delgado-Chalbaud en Caracas, Venezuela, 1951”.

El sabor que deja la frustrada realización de este proyecto ante la negativa oficial por impulsarlo (cosa que Lucie Lévine se temía desde un principio) al que se suman los misterios que envuelven la pérdida de parte del material original elaborado (el enviado a Venezuela definitivamente desapareció y el que reposa en la Fundación Le Corbusier está incompleto), el desdén de Le Corbusier por asumirlo a riesgo de ser involucrado políticamente en asuntos venezolanos y quizás por ello su no inclusión dentro de su Œuvre Complète, no opacan el importante valor que tiene, pese a su modestia y reducida escala, dentro de una trayectoria a la que sin duda pertenece.

Nota

Quienes quieran aproximarse a la vida y obra de los Delgado Chalbaud sobre la cual, como ha señalado Rafael Arráiz Lucca, “se ha escrito mucho…pero todavía falta mucho” pueden hacerlo través de trabajos de investigación histórica (Ruth Capriles: Los negocios de Román Delgado Chalbaud, 1992; Ocarina Castillo: Carlos Delgado Chalbaud, 1909-1950, 2006 y Un hombre, un dilema, un magnicidio: Carlos Delgado Chalbaud, 2011); novelas (Román Rojas Cabot: Julia o el fatum de los Delgado Chalbaud, 2010, Federico Vegas: Falke, 2005 y Sumario, 2010), o reportajes (Oscar Yanes: La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud).

ACA

Procedencia de las imágenes

Ann Kroll, “El proyecto de Le Corbusier para la capilla mortuoria de Delgado Chalbaud, revista PUNTO, nº 68, 2000.

Alejandro Lapunzina, “La Pirámide y El Muro: notas preliminares sobre una obra inédita de Le Corbusier en Venezuela”, Massilia: anuario de estudios lecorbusierianos, 2002.

José Javier Alayón González, Mariolly Dávila Cordido y Odart Graterol Prado, “Reconstrucción de una pirámide borrada. Análisis de la Capilla Mortuoria encargada por Lucie Delgado-Chalbaud en Caracas, Venezuela, 1951”, Congreso Internacional “Le Corbusier, 50 years later” organizado en la Universidad Politécnica de Valencia (2015).

José Javier Alayón González, Mariolly Dávila Cordido y Odart Graterol,»Análisis geométrico y gráfico de las pirámides de Le Corbusier (1950-1957)», https://www.researchgate.net/publication/301454031.

Es Noticia

Fueron seleccionadas 210 obras para participar en la XI BIAU 2019

El pasado 23 de mayo se conoció que un total de 210 obras han sido seleccionadas -de aproximadamente 1.000 proyectos- para participar en la próxima XI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, que se realizará por primera vez en la ciudad de Asunción en octubre de 2019. De allí surgirán los ganadores del Premio Panorama de Obras para esta edición.

La convocatoria para la sección Panorama de Obras, indagaba sobre obras de arquitectura y urbanismo construidas en Iberoamérica proyectadas por arquitectos, individualmente o en equipo, cuya fecha de finalización estuviese comprendida entre el 1 de enero de 2016 y el 31 de diciembre de 2018 y que no hubiesen sido presentadas en anteriores ediciones de la BIAU.

En cada país, el número de proyectos seleccionados correspondió para Argentina (20), Brasil (20), Ecuador (20), España (20), Portugal (20), México (18), Chile (16), Colombia (16), Perú (14), Uruguay (13), Bolivia (13), Paraguay (10), Costa Rica (6) y Venezuela (4).

Esta lista de preseleccionados será la base de la que partirá la evaluación del jurado internacional a reunirse los días 25 y 26 de mayo, y de la que surgirán los ganadores del premio en esta edición. El jurado estará compuesto por Gloria Cabral, Solano Benítez, Gabriela Carrillo, Mauricio Rocha, Sandra Barclay, Jean Pierre Crousse, Josep Ferrando, Javier Corvalán, Carlos Quintans, Carla Juaçaba, Nicolás Campodónico y los comisarios Arturo Franco y Ana Román.

Nota

El comité de selección por Venezuela en comunicación formal informa sobre el proceso seguido que ha querido “valorar y reconocer el trabajo de todos los arquitectos que hoy en día -pese a las complejas circunstancias en las que se encuentra inmerso el país- siguen ejerciendo, incentivando y construyendo oportunidades en el país». Igualmente, destaca «el esfuerzo y el rol de la academia y el valor de la reflexión desde las escuelas de arquitectura y su papel fundamental en la formación de un discurso contemporáneo en la búsqueda y desarrollo de los proyectos postulados en esta convocatoria, siendo -en gran medida- profesores universitarios los postulantes de obras”.
Quiso, además, dejar en claro que “a pesar de que la selección de obras que representen a Venezuela en esta instancia continental busca difundir las experiencias más destacadas en el país durante los últimos años -articulando un espacio de reflexión y debate en temas relacionados a la arquitectura-, este comité comprende que a partir de la cantidad y variedad de postulaciones recibidas no es posible realizar una selección que pueda representar un ‘panorama’ de la producción arquitectónica reciente en Venezuela. Frente a la austera -pero no falta de calidad- convocatoria de obras, el comité decide entonces seleccionar un total de 4 obras (de un total de 10 presentadas) que representarán al país en la siguiente etapa de selección, a saber:

– Casa Guaparo (NMD Nómadas).

– Iglesia San Juan María Vianney (Enlace Arquitectura).

– Casa Núcleo (AGA Estudio)– Casa LP (Victor Sánchez Taffur, Anabella Pérez)”.

ACA

Es noticia

FRUTO VIVAS INÉDITO

Tomado del portal de la Galería de Arte Nacional (GAN)

El  jueves 23 de mayo en los espacios de la Galería de Arte Nacional, Caracas, fue inaugurada la exposición del arquitecto venezolano, José Fructuoso “Fruto” Vivas, que se ha titulado “Fruto Vivas Inédito”.

Vivas, quien recientemente cumplió 91 años, es reconocido por obras que han contribuido para el desarrollo de la arquitectura, tanto en Venezuela como internacionalmente. Entre aquellas que llevan su sello se encuentran, entre otras, el Club Táchira en Caracas, la Iglesia del Santo Redentor en San Cristóbal y el Pabellón Venezolano en Expo Hanover 2000.

Más allá de las grandes estructuras arquitectónicas en las cuales Vivas ha trabajado, “Fruto Vivas Inédito” busca mostrar la sensibilidad creativa del artista (poemas, dibujos, pinturas) y sobre todo el rol fundamental que juega la familia dentro de su arte.

La exhibición cuenta con 44 piezas, divididas en 3 secciones. En la primera sección, los espectadores pueden observar a Vivas como creador multifacético, es decir, se puede apreciar una selección de pinturas, acuarelas y dibujos. En la segunda se visualizan dibujos a mano alzada de obras arquitectónicas inéditas y una semblanza de su trayectoria y logros. En la tercera se muestra a Vivas como el arquitecto.

La curadora Deyanira García señaló que la exposición se logró gracias a una alianza con su hija, Zuleida Vivas. “La razón de la muestra es poder difundir un aspecto más allá de su obra arquitectónica (…) los retratos que se observan en sala muestran una parte íntima del maestro.” Del mismo modo, García indicó que “Fruto Vivas es patrimonio, al igual que sus obras, por ende cada obra arquitectónica de Vivas, muestra su sensibilidad y lo que le gusta”.

La directora de la Galería de Arte Nacional, Yennai Quintero, sostuvo que la exposición muestra a un Fruto Vivas familiar, como el esposo, padre, amigo, en resumidas cuentas, la exhibición expone al artista como el ser humano y no como el arquitecto. “La muestra devela el lado sensible del artista, para conectarnos con ese lado desconocido del maestro”.

La inauguración contó con un aporte musical que estuvo a cargo de la sección de cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, quienes interpretaron piezas de autores nacionales e internacionales. La exposición estará abierta hasta mediados de noviembre de este año.

ACA

textos fundamentales

Contribución al estudio de los planos de Caracas

La ciudad y la provincia 1567-1967

Irma De Sola Ricardo

Ediciones del Cuatricentenario de Caracas.

Dirección de Cartografía Nacional

1967

Contribución al estudio de los planos de Caracas: La ciudad y la provincia 1567-1967, publicado por el Comité de Obras Culturales del Cuatricentenario de Caracas, es una voluminosa edición que selecciona y recoge los mas importantes planos que han representado a la ciudad a lo largo de su historia. No resulta casual que su titulo sea “Contribución”, tal cual y como lo declara su autora, pues persigue ayudar al estudio de la urbe al abrir un capitulo inicial en la exploración de su cartografía, así como de otras ciudades del interior del país que formaron parte de la Provincia de Caracas. Los 114 planos y mapas, las 20 fotocopias y las 165 fichas de planos que presenta De Sola, cuya tarea de recopilación y curaduría comenzó cuando se le encomendó la catalogación de los planos que se ofrecieron en la Segunda Exposición Bibliográfica sobre Caracas de 1957, abren un infinito mundo de posibilidades para la comprensión de la historia a través de la representación de momentos históricos específicos.  

Este libro es una “rara avis” dentro de la prolífica producción intelectual de la escritora venezolana Irma De Sola Ricardo nacida en 1916, hija de padres oriundos de Curazao, pues ella es más conocida por poemarios, ensayos, e investigaciones relacionados con la lucha por los derechos de la mujer y el niño. Obras como “Balbuceos” – poemas (1938), “El americanismo y la colaboración de la mujer y de las juventudes en el acercamiento de los pueblos del nuevo continente» – ensayo (1938), “Síntesis” – cuentos (1940) o “Teresa de la Parra semblanza de una escritora” – ensayo (1982), evidencian un universo literario muy distinto al gran “libro gris” que publicó en 1967.  

El ensayo inicial que precede a los planos muestra las infinitas posibilidades que ofrece el rico mundo cartográfico y su vinculación con la historia, donde De Sola se pasea por diversos temas y episodios de la ciudad haciendo referencia a los valores urbanos de la capital y la importancia de su conservación y rescate. No faltan menciones que van desde aspectos de memoria e identidad, a otros de carácter legal, normativo, arquitectónico, histórico, ilustrativo, didáctico, pintoresco y turístico, pasando por sugerencias prácticas sobre la importancia de la nomenclatura caraqueña, y que evidencian la complejidad de la construcción urbana de una ciudad que se ha venido gestando por más de cuatro siglos.

El libro, de gran formato, horizontal (59×39 cms. en cartoné), de 281 páginas, pensado para mostrar los planos a escala adecuada, posibilita según las ideas de Karl Schlogel “leer el espacio en el tiempo”. Armar este relato le tomó a De Sola 9 años de investigación y peregrinaje. Es quizás el único compendio cartográfico extenso de la capital venezolana y una pieza de gran valor investigativo, hoy difícil de conseguir. La portada diseño de Mateo Manaure, lo hace aún mas especial. El formato permite hurgar en detalle sobre los planos y escudriñar en episodios cartográficos, para visualizar hechos del urbanismo y la arquitectura de la ciudad gracias a que su encuadernación permite desprender independientemente cada una de las hojas que lo conforman.

Desde un punto de vista investigativo De Sola más que proporcionar respuestas, es hábil en generar preguntas a través de los planos, que hablan por si solos, y van construyendo, a medida que se avanza, una compleja y rica lectura de la historia de la ciudad, invitando al lector a pensar en el lenguaje y finalidad de cada mapa, como una forma de conocimiento.

La reproducción de los planos en el libro no fue un tema menor. De Sola ilustra de forma cronológica la evolución de la historia, el proceso de creación y desarrollo de la capital, que requirió un manejo por parte de expertos en impresión en los talleres de la Cartografía Nacional, para poder manipular y reproducir cada plano en blanco y negro, conservando los atributos propios de cada uno, por la perdida del color.

Desde planos antiguos del siglo XVI, que nos muestran como nos veían los conquistadores y cuyo encanto radica en su muy personal forma de representación que se acerca al manuscrito, pasando por los maravillosos planos de reconocidos ingenieros y cartógrafos Venezolanos como Eduardo Röhl o Ricardo Razetti, hasta complejos planos técnicos elaborados por la Dirección de Cartografía Nacional, a mediados del siglo XX, De Sola muestra un mundo infinito de historias y episodios que se transforman en nítidas representaciones que congelan la ciudad en momentos específicos. El libro es en realidad una compilación informativa de documentos, a ratos fresca y a ratos obsesiva, llena de transcripciones exactas de los textos de los planos y de útiles anotaciones propias de la autora, que deja abiertas múltiples interrogantes sobre la época histórica contenida en cada mapa y las razones que detonaron profundos cambios en su fisonomía.

La aproximación de la autora no persigue ser académica ni rigurosa. En efecto, De Sola es absolutamente honesta al declarar que el ensayo no pretende ser una cátedra. Su mérito, más bien, está en haber reunido una colección de planos de la ciudad de distinta índole y procedencia: desde algunos que reposan en el Archivo General de Indias de Sevilla y el Histórico Militar de Madrid, hasta los elaborados por Cartografía Nacional o que forman parte de archivos particulares, entre otros.

La compilación realizada por De Sola formó parte de una serie de monografías cuyo objeto fue acopiar material sobre diversos aspectos actuales e históricos de la vida de la capital, con motivo de cumplirse cuatrocientos años de su fundación. Estas monografías estuvieron a cargo de la Comisión Nacional para el Cuatricentenario de Caracas dirigida por el Presidente del Comité de Obras Culturales, Don Alfredo Boulton actuando Pedro Grases como secretario.  Por otra parte, la Comisión Nacional, de carácter multidisciplinar, que abarcaba distintos ámbitos para la difusión de los valores de la ciudad en aniversario, estaba integrada por el Gobernador de Caracas, Raúl Valera, Augusto Márquez (Comisionado especial de la Presidencia); Tomás Carrillo Batalla (Presidente del Comité de Obras Económicas); Julián Ferris (Presidente del Comité de Obras Públicas) y Carlos Eduardo Frías (Presidente del Comité de Obras Cívicas). Dentro de las publicaciones con fines conmemorativos que formaron parte de esta serie, se encuentran: “Caracas en tres tiempos” de Carlos Raúl Villanueva (1966); “El Área Metropolitana de Caracas” de Marco Aurelio Vila (1965); y la “Fundación y la conquista de Caracas” de el Hermano Nectario María (1966).

IGV