TAL DÍA COMO HOY…

… el 5 de mayo de 2000, entrando en la recta final de su existencia, aparece el nº 337 de Arquitectura HOY.

La aparición de este número del encartado que durante casi una década estuvo alojado en las páginas del diario Economía HOY, sirve para evidenciar algunas de las circunstancias que desde algún tiempo lo venían afectando, sin que por ello hubiese perdido su rigurosa periodicidad.

Brevemente podríamos decir que Arquitectura HOY casi milagrosamente había podido sobrevivir desde que nace en 1992, en medio de un país afectado por una aguda crisis. Ello, a pesar del esfuerzo que lo mantenía, logró impactarlo de varias maneras: primero, obligándolo a reducir el número de páginas (de cuatro a dos) a partir del sábado 1 de abril de 1995 (nº 101) y, más adelante, debiendo modificar su día tradicional de salida, los sábados, por los viernes desde el nº146 (22 de marzo de 1996), momento en el que igualmente el diario dejó de ofrecer su edición sabatina. Ambas condiciones se vieron también acompañadas por una merma en lo que fueron los integrantes iniciales del Comité de Redacción y por el espaciamiento cada vez mayor de las colaboraciones aportadas por algunas de sus firmas más consecuentes tanto nacionales como extranjeras.

De hecho, el número que nos ocupa ilustra de manera clara una de las características propias de la última etapa en que el suplemento apareció. Por un lado permite, casi excepcionalmente, ver a sus dos principales promotores (Juan Pedro Posani y Alberto Sato) compartir la página (cosa que no ocurría desde hacía tres meses), quizás como parte de una economía de esfuerzos que había que administrar. Por el otro, sirve para apreciar la presencia como colaboradores del reducido Comité de Redacción conformado por Posani y Sato de Carolina Heredia, Mario Quirós, Stefan Gzyl, Jaime Méndez, Juan Vicente Pantin, Roberto Puchetti, Max Rengifo, Henrique Certad, Erica Sogbe y María Elena Troconis, todos jóvenes, en su mayoría estudiantes de arquitectura en la UCV. Este último dato no es menor ya que sobre sus hombros, bajo la guiatura de los dos veteranos, es que se pudo lograr la continuidad que caracterizó la última etapa, amén de abrirles la oportunidad a muchos de ellos de poder ejercitarse tanto en la actividad crítica y reflexiva como en la reporteril a través de breves artículos, reseñas o entrevistas.

En el contexto del año 2000 que da inicio a un nuevo siglo y con él a la entronización en Venezuela de la V República, gracias a la aprobación de una Constitución sometida a referéndum en 1999 en medio del impacto causado por la tragedia de Vargas, aparece muy temprano la noticia de la muerte de Bruno Zevi (maestro y principal referencia intelectual de Posani durante los años de su formación como profesor de historia y crítica de la arquitectura en la UCV) y se preparan los eventos vinculados a la celebración del centenario del nacimiento de Carlos Raúl Villanueva. A todas estas, Posani ya había escrito hasta en 10 ocasiones entre enero y mayo (mostrando una actividad muy alta en comparación al año anterior) dejando huella, una vez más, de su agradecimiento y reconocimiento a Bruno Zevi con motivo de su partida (“En el nombre de la arquitectura”, 4 de febrero); su admiración por la arquitectura de Alvar Aalto (“Reflexiones circunspectas”, 11 de febrero); mostrándose duramente crítico con la organización del Salón de Arquitectura Centro-Occidental organizado por el Colegio de Arquitectos del estado Carabobo, por el bajo nivel de lo allí mostrado (“Salón decepcionante”, 18 de febrero), o con la respuesta dada por Peter Eisenman en la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela (“Eisenman en gallego”, 31 de marzo); reafirmando su línea de pensamiento en torno a la importancia que tiene tomar en cuenta las condiciones propias del lugar del planeta en que se vive (“¿Dónde está el trópico?”, 3 de marzo); reflexionando en torno al tema de la casa a raíz de la publicación de 24 obras de arquitectos chilenos contemporáneos (“Geografía de la casa”, 7 de abril), o en clave ambientalista (“La naturaleza de la naturaleza o de cómo acercarse a ella sin estropearla ni renunciar a lo humano”, 14 de abril); proponiendo salidas a los temas de la preservación y conservación del patrimonio (“El futuro del pasado. Cuatro afirmaciones perentorias y veintiocho preguntas circunstanciales que surgen de la duda”, 24 de abril); o manifestando un tono más militante en apoyo al Viceministro de Cultura, Manuel Espinoza con quien compartía la necesidad de insistir en la idea de que la arquitectura y el diseño son factores decisivos de la cultura urbana que debían ser incorporados a la discusión política (“El diálogo indispensable”, 10 e marzo).

El artículo que Posani escribe para el número que hoy nos ocupa, “La provocación de Maiquetía”, como su nombre lo indica, puede considerarse un texto que apela a la exageración pedagógica y a la ambigüedad ideológica como posibles detonantes de otra polémica dentro de las páginas del semanario que en este caso nunca se dio. El artículo valora en positivo algunas invasiones de edificios a medio construir en el estado Vargas después del deslave que, tras la provisionalidad, improvisación, suave alegría y azar con que los ocupantes actúan, piensa Posani, se encierran lecciones para quienes proyectan y construyen viviendas convencionales, rígidas, pesadas e inflexibles. Apelando a referentes que podrían servirle de apoyo que van desde “los hallazgos momentáneos de Le Corbusier” a “la casa-cortina de Shigeru Ban en Tokio”, pasando por la Plaza Cubierta de Villanueva, “las cortinas al viento de Krier” o “las telas de Christo”, se afirma que “del azar de las acciones humanas y de las catástrofes de la naturaleza, estalla instantánea y providencial una visión de futuro, una proposición robinsoniana de invención y de reto”, afirmación que apelando a una “autenticidad que no terminamos de descubrir” podría justificar lo injustificable y que convertida en costumbre amparada desde el gobierno que tanto apoyó Posani, tuvo su máxima expresión en la llamada “torre de David”.

Sato por su parte, menos activo a lo largo del año que Posani, sólo había intervenido en dos ocasiones: la primera el 4 de febrero con el texto “Rancho indocumentado” en el que habla del fenómeno que está ocurriendo ante la reciente catástrofe venezolana, como es la proliferación de imágenes bi y tridimensionales de viviendas que, aparte de su homogeneidad y regularidad, guardan gran semejanza con los ranchos (vivienda espontánea indocumentada) con la particularidad de que disponen de documentación legalizada por estar diseñadas por profesionales universitarios expertos en la materia; y la segunda dando inicio el 28 de abril a una trilogía de textos que tocan tres categorías con los cuales la arquitectura ha de toparse en los tiempos actuales, dedicando a lo efímero y lo transitorio el primer episodio tratando de reivindicar para ellos un lugar respetable dentro de la lógica proyectual.

En el artículo “Solidez” del 5 de mayo, Sato se ocupa de la durabilidad y perpetuidad física y simbólica de los edificios como atributo no necesariamente intrínseco de la arquitectura: “puede ser efímera y transitoria como el útero materno, como la choza primitiva, como una estructura tensil, o como un carro. Todo depende, cuándo y cómo se desarrolla un grupo social en un territorio determinado, aún contraviniendo las leyes generales de la institución arquitectónica, que de paso, trastabilla por todas partes”, dirá. Así, volviendo a lo expresado en su artículo anterior, lo efímero y lo transitorio, conceptos “que no parecen ocupar un lugar respetable en el lenguaje arquitectónico” lucen hoy como términos motivadores para el proyecto arquitectónico más aún en zonas propensas a un desastre natural.

Sin proponérselo, Posani y Sato coinciden en manifestar ambos aún la resaca producida por el deslave de Vargas dirigiendo cada uno su pensamiento hacia alternativas que permitan, no sólo la prevención, sino la posible solución de los problemas que allí se evidenciaron. También la dualidad sólido-efímero ronda sus preocupaciones en diferentes claves, las cuales marcan el alejamiento ideológico que paulatinamente se irá dando entre ellos.

Hasta el 13 de octubre, fecha de aparición del último número de Arquitectura HOY, Posani participará otras 8 veces. Sato lo hará en 3 ocasiones más.

ACA

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s