visitas memorables

Richard Rogers (Florencia, 1933)

Cuando Richard Rogers llega a Caracas en enero de 2014, lo hace con el objetivo de firmar el contrato para la realización del proyecto para el Parque “Hugo Chávez” a ser ubicado en terrenos de La Rinconada, aledaños al Hipódromo Nacional y en las proximidades del Poliedro y del Museo de Artes Visuales Alejandro Otero.
Las características del encargo, solicitado por el Gobierno Nacional para rendir un homenaje más a quien fuera jefe de Estado entre 1999 y 2013 a un año de su fallecimiento, y manejado por la Alcaldía del Municipio Libertador a través de la Fundación Parque Hugo Chávez, tiñeron lo que debía ser un importante aporte para los anales de nuestra arquitectura en manos de una de las firmas más renombradas a nivel mundial, de un cariz político del que le fue muy difícil zafarse, dado el manejo fundamentalmente propagandístico que se le otorgó a la visita y a las actividades, presentaciones y posterior desarrollo de una obra que se inició en 2013, se prometió finalizar para 2015 y hoy se encuentra prácticamente paralizada.

Realmente Rogers no tenía nada que demostrar al venir a Venezuela (ya con 81 años) en cuanto a la capacidad y talla que como arquitecto había alcanzado. Su crecimiento se inicia cuando trabaja como aprendiz con su primo Ernesto Nathan Rogers en Milán; continúa tras su graduación con un master’s degree de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Yale en 1962; sigue al asociarse con Norman Foster (al que conoció en Yale), con quien creó el Team 4 (junto a sus respectivas esposas) experiencia que duró hasta 1967; se eleva a nivel mundial tras ganar en 1971 con Renzo Piano (con quien se asoció sólo para este trabajo), el concurso para el Centro Cultural del plateau Beaubourg (bautizado posteriormente como Centro Georges Pompidou) inaugurado en 1977; y se solidifica al fundar ese mismo año, en compañía de Marco Goldschmied y Mike Davies, Richard Rogers Partnership, que se transforma desde 2007 en Rogers Stirk Harbour + Partners (al asociarse con Ivan Harbour y Graham Stirk, quienes ya se habían unido a Richard Rogers Partnership en 1985 y 1983 respectivamente), lo que le permite cargar a sus espaldas la realización de más de 60 proyectos y obras a lo largo y ancho de todo el mundo entre las que destacan: el edificio Lloyd’s en Londres (1979-84), la Corte Europea de los Derechos Humanos en Estrasburgo (1984), la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas (hoy Adolfo Suárez) en Madrid (1997-2006),  One Hyde Park en Londres (2007-2009) o la Torre BBVA Bancomer en Ciudad de México (2009-2015) en sociedad con Legorreta + Legorreta, por citar sólo unos pocos. Además, en 1985 ya le había sido conferida la Medalla de Oro del RIBA, en 2000 el Praemium Imperiale del Japón y en 2007 el Premio Pritzker.

Quizás haya sido el activismo que asume desde que regresa a Londres desde Italia en 1977 (una vez concluido en Centro Georges Pompidou), manifiesto tras su empeño por mejorar la red urbana de la capital británica y su relación con el Támesis mediante propuestas innovadoras, o a través de sus batallas en defensa del espacio público y contra todas las formas de gueto (tanto para los pobres en los suburbios como para los ricos en sus comunidades cerradas), su afán por impulsar la idea de una ciudad compacta servida por transporte público y respetuosa con el medio ambiente (que lo llevó a chocar directamente con el “campeón de todos los reaccionarios arquitectónicos” -el príncipe Carlos-), traducido en figuración política como militante activo del partido laborista y como Miembro de la Cámara de los Lores (Rogers es nombrado, siendo italiano de nacimiento, Lord a comienzos de los años 90), junto a su visión progresista, que pudo poner en práctica como asesor primero de Tony Blair y luego como director para la arquitectura y el urbanismo del Greater London Authority, lo que despertó su interés hacia la Venezuela de Hugo Chávez que se acrecentó al conocerlo personalmente años atrás en el exterior y verse atraído tanto por el personaje como por la idea que le transmitiera de diseñar un parque recreacional que ayudara a los habitantes de Caracas.

De esta manera, el 17 de enero de 2014 (sin que se hiciera público el pago acordado) se firma el contrato mencionado al inicio entre Rogers Stirk Harbour + Partners (representada por Richard Rogers) y la Fundación Parque Hugo Chávez (representada por Jorge Rodríguez), que permitiría a la firma británica desarrollar el plan maestro y los proyectos para los estadios de futbol y de béisbol y que finalmente se redujo a la realización del correspondiente al “Estadio Nacional de Fútbol de Venezuela”, el único trabajo ampliamente reseñado en la página web de la oficina de arquitectura británica (https://www.rsh-p.com/projects/estadio-nacional/).

1. Imágenes del proyecto para el Estadio de fútbol ubicado en el Parque Hugo Chávez, La Rinconada, Caracas. Rogers Stirk Harbour + Partners

Del proyecto del estadio (supuestamente “en proceso” de desarrollo desde 2013) se puede señalar que tiene un costo estimado de 325 millones de dólares, un área de 121.000 m2 de construcción y una capacidad para 50.000 espectadores. También que tuvo como arquitecto asociado a Simon Smithson y la colaboración de más de 17 personas, que la estructura de la cubierta estuvo a cargo de la firma de ingenieros Schlaich Bergermann und partner, la ingeniería estructural quedó en manos de ARUP y la arquitectura paisajista fue propuesta por la oficina Arquitectura y Agronomía.
La instalación deportiva, en forma de tazón, ubicada en una colina con excelentes vistas hacia la ciudad cuenta, según los proyectistas, “… con terrazas cortadas en la ladera que dan paso a una serie de explanadas flotantes que brindan acceso a los distintos niveles: es una adición liviana a la topografía circundante, con huecos deliberados en la estructura para proporcionar vistas espectaculares de la ciudad al noreste. Un techo de dosel de rueda de bicicleta de colores brillantes se cierne sobre el complejo, que será certificado por la FIFA y será la sede del Caracas FC.”

2. Estado de avance de las obras del Parque Hugo Chávez, La Rinconada, Caracas

Del trabajo publicado el 11 de abril de 2018 por elestímulo.com titulado “Las mentiras repetidas del Parque Hugo Chávez” (http://elestimulo.com/climax/las-mentiras-repetidas-del-parque-hugo-chavez/) hemos podido saber y corroborar cómo “el parque metropolitano más grande de toda Sudamérica” albergaría “la edificación de un estadio de fútbol con aforo para 53.200 espectadores y un campo de béisbol para más de 30.000 asistentes, con especificaciones de Grandes Ligas, (convirtiéndose) entonces en la carta de presentación —y principal promesa— del eje deportivo y recreativo del proyecto, que abarca el levantamiento de, al menos, una decena de estructuras con fines educativos y de transporte.”

También allí se recoge cómo la Fundación Parque Hugo Chávez se encargaría de la ejecución del estadio de fútbol mientras Fundapatria 2000 haría lo propio con el de beisbol (al cual se le dio la mayor prioridad en virtud de ser el deporte favorito de Chávez), cuyo proyecto quedó en manos de la firma Landscape Vision Corporation S.A. (Lanvicorp), empresa panameña con sede en Venezuela cuya “filial caraqueña fue creada en julio de 2013 y, en menos de un mes, estaba suscribiendo su primer acuerdo con el gobierno venezolano. En marzo de 2014 se le asignó la construcción del estadio de pelota. Otros proyectos en los que trabaja, según informa su página web, son gimnasios verticales en 15 localidades del país, la recuperación del Hotel Caribe (antiguo Meliá) en Caraballeda, estado Vargas; y la del Hotel Gaicamacuto, en la misma población. Todas son obras acordadas con el Estado. Los hoteles tampoco han sido terminados.”

Tras la erogación de ingentes cantidades de dinero y las promesas sucesivas de inauguración, sólo el estadio de beisbol pareciera avanzar a paso lento sin que aún se sepa, luego de más de seis años de iniciadas la obras cuándo definitivamente se terminará. Menos aún se conoce sobre el destino final del estadio de fútbol proyectado por Rogers.

3. Richard Rogers en Caracas. Izquierda: Recibiendo las llaves de la ciudad. Derecha: Conferencia dictada en el Museo de Arquitectura (MUSARQ)

En lo que concierne a la visita a Caracas del personaje que nos ocupa el día de hoy, Rogers, tal y como se recoge en https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-329284/richard-rogers-participara-en-diseno-de-parque-hugo-chavez-en-caracas del 24 de enero de 2014, “recibió las llaves de la ciudad de las manos del alcalde. En esta ceremonia expresó a los asistentes: ‘Creo que lo importante está en rescatar espacios para la recreación, para el buen vivir de la gente. Que los habitantes de la ciudad sientan que disfrutan del ambiente, bien sea con los paseos, solos o en grupos, y en esos rescates se encuentran los estadios, porque de lo contrario dirán que vine por política y no por ejercer mi labor de arquitecto en búsqueda de beneficios que se encuentran en el ambiente’. Finalizado el evento, el arquitecto se dirigió a hacer una inspección al terreno donde se edificará el parque Hugo Chávez y también participó en la inspección de las obras del Proyecto Integral Santa Rosa en El Recreo, complejo urbanístico diseñado por el arquitecto venezolano Fruto Vivas.”

También dio, siempre arropado por las autoridades gubernamentales, una conferencia para todo público titulada “Richard Rogers. Edificios y ciudades” el 17 de enero en la sede del Museo de Arquitectura (MUSARQ). Ninguna aproximación a la academia o a los gremios y cero contacto con los estudiantes en su relampagueante viaje. De esta manera, el paso de Richard Rogers por Caracas, trascendente pero a la vez sesgado como tantas otras situaciones que, buscando otras finalidades, se manipulan políticamente, quedará registrado como una modalidad y claro ejemplo de la presencia de importantes figuras de la arquitectura que, obedeciendo a diferentes intereses, han hecho de Venezuela un país atractivo desde hace mucho tiempo por muy diversas razones.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-329284/richard-rogers-participara-en-diseno-de-parque-hugo-chavez-en-caracas y https://www.rsh-p.com/projects/estadio-nacional/

2. https://www.rsh-p.com/projects/estadio-nacional/ y http://elestimulo.com/climax/las-mentiras-repetidas-del-parque-hugo-chavez/

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 153

Aceras y Brocales. Una página para debatir el hábitat, cuya primera aparición en la sección “La Vida” dentro del diario Últimas Noticias data del 22 de septiembre de 2005 (y que hemos elegido para ilustrar nuestra postal del día de hoy),  se convierte por muchas razones en clara muestra de los avatares que han acompañado estos 20 años de gobierno “revolucionario”.
Para empezar sería bueno señalar cómo en su estreno, a través del texto “¿Qué es Aceras y Brocales?” se declara, transcurridos seis años de que Chávez asumiese el poder, la imposibilidad de que “… la gran tarea, convocada por este proceso revolucionario, de ordenar el territorio, dar calidad de vida a las ciudades, rescatar el valor primordial de la vivienda” pueda emprenderse, “sin que los arquitectos, ingenieros, estudiantes y el pueblo participen en ella con ideas, crítica e imaginación creativa”. Quedaba asentada así por un lado la “militancia” ideológica de los cuatro arquitectos responsables de la página (Juan Pedro Posani, Henrique Hernández, Alfredo Roffé y Alejandro López, los dos primeros distinguidos con el Premio Nacional), su condición de arquitectos “comprometidos”, esperanzados en que el futuro (que ya estaba transcurriendo) depararía mejores resultados a los vividos hasta el momento y algo que a la larga se perderá definitivamente: la convocatoria y amplia participación a un proceso necesitado de ideas e imaginación pero sobre todo de crítica.
En segundo lugar, la nota antes señalada también anunciaba el interés de contraponerse y provocar a lo que podría considerarse con el statu quo y a la vez demarcar un territorio que ya el titulo de “Aceras y Brocales” atisbaba. Es decir, la propia selección del nombre “… es, en más de un sentido, sarcástico, porque, de manera excesiva, va en contra de una concepción elitesca, sifrina, hermética, de la actividad del arquitecto. Y para exagerar le pusimos, (…) lo más balurdo, ordinario e inconveniente (…) con toda intención e ironía, para quitarnos esa imagen arrogante y esnobista del arquitecto, que manejando un lenguaje esotérico e inaccesible se dedica a algo que los comunes mortales no pueden comprender en profundidad.”

En tercer lugar, los editores de Aceras y Brocales exponían que les interesaba “hablar sencillamente de cosas serias relacionadas con el acto eterno y hermoso de construir”, colocando siempre a la ciudad, el ambiente y sobre todo la vivienda como ejes temáticos fundamentales.

Con toda esta carga implícita transcurrió la primera y más fructífera etapa de la página, que podríamos decir abarcó hasta el 31 de enero de 2008 (nº 121), momento en el que sale misteriosa y repentinamente de la redacción Posani por razones que luego se develarían y que nos pondrían frente a los derroteros autoritarios e intolerantes a la crítica que siempre han acompañado a los que nos gobiernan desde 1999.

Posani, quien seguramente corría con la mayor carga a la hora de elaborar los textos que aparecían en la página, ya para entonces fundador y primer director del recién creado Museo de Arquitectura (MUSARQ), proyecto por el cual siempre luchó, nunca dejó de poner en práctica el espíritu crítico que todo genuino militante de izquierda debe profesar, pensando ingenuamente que ello no traería consecuencias. Así, en un texto seguramente escrito por él titulado “Algunas explicaciones necesarias” (aparecido en el nº 122), se señala: “Hemos recibido algunas observaciones oficiosas al contenido de esta página que precisan unas explicaciones. Nos interesa sobremanera el éxito de este ensayo revolucionario que ya ha transformado a Venezuela y que debería transformarla aun más hasta llegar a convertirla en el país que todos los ciudadanos progresistas y moralmente sanos deseamos. Para ser coherentes con ello, estamos convencidos de que un instrumento absolutamente pertinente y necesario es el ejercicio de la crítica y la autocrítica. Creemos que la modestísima labor realizada por el colectivo de esta página, durante los cortos años de su existencia, es justamente eso: el ejercicio de la crítica constructiva, dirigida a señalar errores y a plantear soluciones, conjuntamente con destacar los éxitos y aciertos.

Pero se nos dice que nuestro estilo es demasiado agresivo y descalificador, se nos reprochan algunos adjetivos y un supuesto desequilibrio en las afirmaciones que hemos venido haciendo sobre el sector de la vivienda y el hábitat, que ha sido para nosotros un tema privilegiado. Si se nos señalaran razonadamente, estamos muy dispuestos a reconocer nuestros posibles excesos. Tal vez sirva como explicación la angustia ante las metas no logradas, las afirmaciones equivocadas y los errores evidentes cometidos durante el período revolucionario que comenzó en 1999. Quedan firmes los hechos a los cuales nos hemos referido: el sector vivienda es uno de los sectores públicos con el cual se han cosechados menos éxitos y donde se concentran muchas críticas. ¿Deberíamos callarnos frente a las evidencias porque con ello se le hace el juego a los adversarios? (‘¿por qué no te callas’ les recuerda algo?)”. Y cierra con esto: “Todo lo anterior viene a cuento porque a partir de esta semana se retira uno de los compañeros que han escrito en estas páginas. La razón es parte de una realidad pesada y compleja con múltiples interpretaciones. Una de ellas es que nos falta mucho para aplicar correctamente la muy actual consigna del Presidente, la de las tres R. Y esto va directo a quien le toca: a las autoridades revolucionarias que deben aprender a tolerar las críticas, a convertirlas en aprendizaje y a no dejarse llevar por tentaciones retrógradas. En ello nos jugamos el destino del nuevo socialismo del siglo XXI, que queremos verdaderamente democrático y no una mala repetición de las prácticas cuartorrepublicanas”. Todo un testimonio absolutamente premonitorio a la luz de lo que hoy vivimos.

Como complemento, en el nº 124 del 21 de febrero de 2011 aparece en “Explicando las explicaciones” lo siguiente acerca de la salida de Posani: “… hay autoridades que todavía son incapaces de admitir críticas, de discutir y razonar para aceptarlas o rechazarlas, en aras del proceso revolucionario. Este es un momento en que el manejo de la crítica –quien la hace y quien la recibe– es especialmente delicado y exige una seria revisión para evitar la intolerancia disfrazada de disciplina revolucionaria. Puesto en la disyuntiva de tener que salir del Museo de Arquitectura o retractarse de su posición crítica, ha escogido una vía intermedia. Ni un extremo ni el otro. Por eso simplemente se ha retirado, esperamos que temporalmente, del grupo redactor de Aceras y Brocales. Por lo demás, sigue siendo nuestro gran amigo y un revolucionario contumaz.”

Pese a este incidente, lo que pudo haberse traducido en una actitud solidaria de renuncia por parte del resto del equipo de redacción trocó, quizás con la intención de no perder un espacio que se creía importante, en una paulatina autocensura que fue invadiendo poco a poco la página.

Muy probablemente Posani siguió “tras bastidores” escribiendo durante un tiempo buena parte de los textos de Aceras y Brocales pero la actitud crítica languideció. Más adelante, la página sufre otra dura pérdida: muere Henrique Hernández el 8 de marzo de 2009 apareciendo como parte del equipo editor hasta el nº 176 del 12-3-2009. A ello seguirá el deceso en diciembre de 2011 de Alfredo Roffé siendo el último número en que está su firma el 303 del 22 de aquel mes.

Este proceso paulatino de pérdida de fuerza hacen que la página, aún hoy bajo la sola responsabilidad de Alejandro López (quien en 2018 sustituirá a Posani en la dirección general del MUSARQ), vaya apagándose hasta convertirse, a pesar de haber transcurrido en total casi 14 años, en un remedo de lo que fue, de donde se debe rescatar el esfuerzo por crear un blog que contiene todos los números del 1 al 453 del 8 de enero de 2015, cuya consulta permite un estudio más minucioso que el comprendido en esta nota. En resumen, Aceras y Brocales ha perdido poco a poco su periodicidad (hay que recordar que la página se publicaba, al menos hasta el nº 453, todos los jueves) y reaparece sin solución de continuidad dando cabida a otras voces, acompañando así la creciente conversión del diario que siempre la ha alojado en órgano de propaganda y divulgación complaciente del régimen.

ACA

VALE LA PENA LEER

PLANETA ROJO

Anatxu Zabalbeascoa

29 de enero 2019

Tomado del blog Del tirador a la ciudad

Diario El País

Vital, visceral, dinámico y también tabú, el rojo colorea cada vez más edificios de la arquitectura actual. Un libro reúne 150 ejemplos recientes de inmuebles escarlata levantados por todo el mundo.

Picasso decía que utilizaba el rojo cuando se quedaba sin azul. Tiziano, que un buen pintor solo necesita tres colores: blanco, negro y rojo. Christian Louboutin está convencido de que, aunque a uno no le gusten los colores, acaba siempre teniendo algo rojo. Por eso, aunque la autora del libro de la editorial Phaidon RED, Stella Paul, sostiene que la condición humana es roja, la humanidad no sería capaz de ponerse de acuerdo para describir qué es el rojo. Lo anunció Josef Albers. “Si 50 personas oyeran la palabra rojo, 50 rojos distintos aparecerían en sus mentes”.

El color de los colores para los renacentistas, el color del peligro y la prohibición para la circulación, el carmín de la seducción, la marca del tabú, la huella del crimen y la referencia de la tierra. El rojo pompeyano evoca riqueza y sofisticación, el bermellón de los alquimistas, componentes tóxicos; el escarlata, las suntuosas coronaciones de los príncipes medievales, los ropajes de los generales romanos y el trabajo de los gremios de tintoreros. El rojo es a la vez el color del martirio y el de los cardenales, el de las novias chinas y el del partido comunista. El del enfado y el de la prosperidad. Por eso el rojo puede ser metáfora, marcar contraste, indicar dinamismo y anunciar a los bomberos. O a Coca-cola, cada vez con menos azúcar y, tal vez por ello, cada vez menos roja.

Lina Bo Bardi fue una de las primeras arquitectas en emplearlo en edificios recientes. Lo hizo para destacar la estructura de su Museo de Arte MASP en São Paulo. También Ricardo Bofill bautizó sus viviendas en Calpe como la Muralla Roja. Souto de Moura cubrió de rojo la Casa das Historias que levantó para Paula Rego en Cascais (Portugal), Frank Gehry pintó de encarnado sus oficinas para el puerto de Düsseldorf y hasta Foster coloreó el Pabellón de los Emiratos Árabes Unidos en la Expo de Milán. Es cierto que el Hotel Danieli de Venecia lleva más de seis siglos contrastando su teja con la Laguna. También que el Fuerte Rojo de Nueva Delhi habla tanto de los emperadores mogoles como de la tierra sobre la que construyeron.

La Casa das Artes Miranda do Corvo (Portugal) es un símbolo: un lugar de encuentro. Por eso sus autores: Future Architecture Thinking, la han hecho hablar desde su arquitectura dinámica y angular y desde su rojo brillante exterior, para anunciarla.

En lugar de para destacar la arquitectura, en San Petersburgo, los arquitectos Vitruvius and Sons emplearon el rojo para camuflar su edificio. Demostraron que algo tan visible y molesto como un código de barras desaparece bajo una mano de pintura. Este centro comercial no engaña a sus visitantes, pero transforma el ubicuo símbolo de la vida moderna convirtiendo los números y los cortes en ventanas y puertas. Es lo que es, pero el rojo, en lugar de destacarlo, lo camufla.

En Estocolmo la cooperativa de vivienda sueca SKB encargó al estudio Wingardh Arkitektkontor 100 viviendas de ladrillo en las que los balcones parecen salir disparados. También en la Universidad de Gotemburgo, estos arquitectos eligieron el rojo para anunciar a los barcos que amarran en el puerto su edificio Kuggen, el departamento de educación. Los proyectistas hablan de la nueva catedral para la ciudad del siglo XVI. El diseñador de moda Bill Blass decía que el rojo es la cura total para la tristeza.

Ficha editorial del libro comentado

RED: Architecture in Monocrome

Stella Paul

(Concebido y editado por Phaidon Editores)

Phaidon Editors

2018

224 páginas

Tapa dura

ACA