… que en 1993, hace ya 25 años, durante la gestión de José Antonio Abreu como Presidente del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), se concluye la recuperación y restauración del Teatro El Paraíso?

El teatro, ubicado en la avenida Santander de la urbanización El Paraíso, fue diseñado originalmente como auditorio de la Casa Sindical, obra del arquitecto Enrique García Maldonado (1905-1990), edificación terminada de construir en 1954 por el Ministerio de Obras Públicas (realizada a caballo entre las gestiones de Luis Eduardo Chataing y Julio Bacalao Lara al frente del despacho), dentro de la política emprendida por el Ministerio del Trabajo (encabezado por Carlos Tinoco Rodil) de levantar sedes para centralizar las actividades y recreación de la clase trabajadora a lo largo del país, enmarcada a su vez en el Nuevo Ideal Nacional propugnado por el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez.

Tal y como señala Guillermo Barrios en “El nuevo Teatro de El Paraíso”, reseña aparecida en Arquitectura HOY el 16 de abril de 1994: “La aparición de la Casa Sindical y de su teatro anexo, erigidos sin mayores alardes arquitectónicos -pero apegados a los criterios de lineareidad y pureza de los dogmas en boga- en terrenos flanqueados por El Paraíso y la avenida San Martín (y unidos funcionalmente al área de influencia de esta última), forma parte de este proceso de cambio crítico que se operaba no sólo en el plano urbano sino en la sociedad venezolana de principios de los 50”.

Por otro lado, en lo referido a su localización, la Memoria y Cuenta del MOP del año 1952 recoge: “La ubicación del edificio es tal que en lo posible queda equidistante de los lugares que habitan las masas obreras y de fácil acceso a todas ellas. Sin embargo, se ha desplazado del centro de la ciudad para evitar posibles perturbaciones en la circulación”. Pero, tal y como se señala en “Enrique García Maldonado: entre el olvido y la persistencia de la modernidad venezolana”, ponencia presentada en la Trienal de Investigación FAU 2011 por Lorenzo González, Orlando Marín y María Moleiro, “la decisión de tal escogencia tuvo, aparte de la disponibilidad de un terreno de suficiente superficie (…), razones de carácter estratégico y también de carácter representativo, que pueden asociarse al proceso de nivelación social que se pretendía para la clase obrera, las cuales recuerdan las empleadas por el mismo Pérez Jiménez en relación con la creación del Círculo Militar, previsto para dotar al estamento militar de instalaciones que superasen a las del Country Club. En este sentido, Vallenilla Lanz dijo escuchar a Pérez Jiménez expresarse de la siguiente manera: En Caracas me he fijado en un terreno vecino al “Club Paraíso”. Llena las condiciones necesarias. Además, tiene un valor simbólico. El local de los asalariados será infinitamente mejor que el de los ricos. El 18 de Octubre de 1945, la multitud saqueó el “Club Paraíso”. La próxima vez serán los miembros de esta asociación quienes cargarán con el mobiliario de la Casa Sindical. (Vallenilla Lanz, Laureano. Escrito de memoria, 1961: p. 196)”.

Así, el conjunto proyectado por García Maldonado (perteneciente a la generación del 28, quien revalida en 1936 su título obtenido en el exilio en la Ecole Spéciale des Travaux Publics de París, uno de los fundadores de la Sociedad Venezolana de Arquitectos en 1945, y otro importante profesional al que se le debe un justo reconocimiento por su obra realizada -que tiene en la ponencia ya citada un importante cimiento-), contempló en sus 6.200 m2 de construcción lo siguiente: el teatro propiamente dicho con un aforo de 728 puestos entre platea y mezzanina, áreas sociales, piscina, restaurante, áreas de usos múltiples, áreas administrativas, zonas verdes, estacionamiento, habitaciones para huéspedes, con sus respectivos servicios, todo lo cual lo convirtió durante muchos años en sitio predilecto de recreación urbana de los trabajadores y de reuniones y asambleas del movimiento obrero.
Como tantos edificios de valor dentro de la ciudad la Casa Sindical a lo largo de casi 40 años cayó paulatinamente en el abandono producto del descuido y falta de mantenimiento. En el intervalo, tal y como señala Barrios, la vida útil de su teatro “que llegó a congregar a la inteligencia de la escena local, dada sus alabadas virtudes técnicas, no se extendió por muchos años. Ya a principios de los 60 se había consagrado a las agotadoras asambleas sindicales y, al igual que en el resto del edificio, el abrumador desgaste de la falta de rumbo de nuestra clase sindical se hizo presente. En la década de los 70 devino en el ‘Cine Impacto’, uniendo su infortunio al resto de las salas de Caracas que no se habían refugiado en los insurgentes shopping centers”.

La recuperación completa a la que se sometió el teatro en 1992 “en medio del auge de las salas de cine … constituye un hecho singular”. Los trabajos, teniendo como norte la restitución del uso de los espacios originales, apuntaron a la restauración de los acabados y materiales (frisos, pinturas, maderas, luminarias, pasamanos), la sustitución de los elementos de aluminio de las fachadas, de las instalaciones eléctricas y sanitarias, la modernización de la tramoya, así como una fuerte intervención en las áreas exteriores. Su aforo quedó finalmente en 450 puestos a lo que se suman cuatro salones para reuniones: uno para 400 personas, dos para 150 y una para 100.
Al concluirse su restauración y recuperación luego de un año de arduos trabajos, el teatro fue entregado para convertirse en la Sede del Teatro Profesional de Venezuela llegando a ser considerado el segundo más importante de Latinoamérica y el primero del país.
El proyecto integral fue realizado por el arquitecto Pedro Wilmer Guédez Rojo, quien contó con la participación de las empresas constructoras: OMNIUM (ing. Leopoldo Márquez); BEN y SAM Construcciones (ing. José Garcé); PHASEAUDIO (ing. Antonio Violano); y AG7 Arquitectos Constructores (arq. Leonor Montero).

Para el momento el Teatro Profesional de Venezuela estaba presidido por José Ignacio Cabrujas, con Iraida Tapias como Directora General y Moisés Guevara Director de Programación y Producción, lográndose desarrollar durante años importantes programas culturales a nivel metropolitano. Actualmente, la Casa Sindical de El Paraíso es la Sede Central del INCRET (Instituto Nacional de Capacitación y Recreación de los Trabajadores) y tanto ella como su teatro requieren con urgencia que se les vuelva a tomar en cuenta. El deterioro se ha apoderado de nuevo de sus instalaciones.
ACA
Procedencia de las imágenes
- Venezuela up-to-date, vol. 7, nº 4, 1956
2. Arquitectura HOY, nº 56, 16 de abril de 1994
3. Memoria y Cuenta del Ministerio de Obras Públicas, 1953
4. Arriba izquierda: Foto tomada de Google Earth. Arriba derecha. https://vigilantessocialistas.blogspot.com/2009/09/si-al-rescate-de-la-casa-sindical.html. Abajo: Venezuela Bajo el Nuevo Ideal Nacional, Imprenta Nacional, 1955
5. https://mariafsigillo.blogspot.com/2012/03/la-casa-sindical-del-paraiso.html
6. https://vigilantessocialistas.blogspot.com/2009/09/si-al-rescate-de-la-casa-sindical.html
















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