… el 25 de marzo de 1995 aparece el número 100 de Arquitectura HOY.

En su transitar desde 1993 hasta el año 2000, en los que acumuló un total de 358 números, Arquitectura HOY se posicionó como la publicación periódica sobre arquitectura y ciudad que con mayor asiduidad abordaba dichos temas de cuantas había en el país, amén de experiencia inédita dentro del periodismo venezolano.
Sin embargo, esta colección no se comportó siempre de la misma manera, lo cual obliga a dividir cualquier aproximación analítica que a ella se haga, en tres etapas: la comprendida entre el número 1 y el 4 (aparecidos el sábado 2 de mayo, el viernes 3 de agosto, el sábado 3 de octubre y el sábado 19 de diciembre de 1992), donde se mostró la aspiración inicial de que el encartado se convirtiera en una revista monográfica; la que se da entre el nº 5 (13-03-93) y el 100 (25-03-1995), en la que se mantiene la figura de suplemento encartado de 4 páginas; y la que va del nº 101 (01-04-1995) al 358 (13-10-2000) donde abandona su formato característico, se reduce a la mitad y pasa a ocupar las dos páginas centrales del diario Economía HOY, con la particularidad de que a partir del número 146 (22-03-1996), al dejar de circular el periódico los sábados, Arquitectura HOY empieza a aparecer los viernes.
Siempre incorporados en la edición sabatina del matutino Economía HOY, los 96 números de 4 páginas de Arquitectura HOY que van del 5 al 100, ofrecieron la oportunidad de poner a prueba el empeño de un equipo de trabajo que se trazó una ambiciosa meta, cuyos antecedentes en cuanto a garantías de permanencia no eran muy alentadores en el ámbito de la cultura arquitectónica nacional. Si anteriormente Posani contaba con una página semanal donde ejercitar y exponer su pensamiento crítico, cuya responsabilidad recaía casi toda sobre sus hombros, ahora, al cuadruplicarse el espacio manteniéndose la periodicidad, se imponía un rigor, tesón y disciplina que debían ser compartidos. La experiencia acumulada en los cuatro números iniciales, aunque ofrecía ciertas garantías a la hora de asumir este reto, no hacía prever necesariamente el exitoso desempeño que abarcaría finalmente más de siete años.
La breve nota editorial que Posani escribe como apertura de esta saga, titulada “Más arquitectura” (Arquitectura HOY, nº 5, 13-03-1993), subraya el compromiso adquirido, su excepcionalidad dentro de la cultura nacional y su condición de “fenómeno único y especialísimo en América Latina, y cuidado si también en el mundo, por lo menos hasta donde llega nuestra información”. El contagioso entusiasmo de Posani, que apuesta a la continuidad de la empresa y a la contribución que ella pueda ofrecer a “elevar el discurso arquitectónico y su práctica urbana”, sirve para encabezar una entrega que busca una vez más sentar las pautas de lo que podría ser el perfil y estructura de una publicación donde se intenta que permanezcan los fundamentos provenientes de la experiencia de los primeros 4 números: carácter monográfico, tono crítico y reflexivo, capacidad de informar sobre la actualidad y compromiso por difundir lo que se está proyectando y construyendo en el país.
Más temprano que tarde, el empeño por abordar cada entrega signada por un argumento central se abandona para que dicha condición aparezca más bien de forma esporádica. En este sentido, si bien el nº 5 se dedica a resaltar la figura de Manuel Mujica Millán y el futuro de la urbanización Campo Alegre, tras el actualísimo tema del cambio de zonificación que para ella se propuso desde la Alcaldía de Chacao, con las correspondientes repercusiones que tendría en una zona de alto valor ambiental, poblada de edificaciones de carácter patrimonial, ya en el nº 6, aunque se le da continuidad a este debate, aparecen otros tópicos y secciones que terminan de perfilar el verdadero comportamiento del encartado lo cual cuajaría finalmente con el nº 7.
Así, de la observación de los primeros números que conforman este bloque se puede resaltar, además de lo ya señalado, una conformación que ofrece la oportunidad de colocar en la primera página (tratada siempre a modo de portada) un artículo o reflexión que por lo general asume Posani, dándole de esta manera continuidad al eje discursivo y abordaje de asuntos variados que ya se han señalado como característicos de su actividad en solitario entre 1990 e inicios de 1993. La página dos se ofrece como espacio para la aparición de diversos textos (extraídos de otras fuentes o escritos ex-profeso para el encartado) con la intención de diversificar y ampliar las colaboraciones tanto nacionales como internacionales más allá del Comité de Redacción. La tercera página se intentó destinar para documentar proyectos u obras recientes de arquitectura, primordialmente realizados en el país y la cuarta para dar cabida a reseñas de eventos, libros, exposiciones, cursos, seminarios y cualquier otro asunto que pudiese ser de interés para un lector ávido de contar con información actualizada.
El esquema general señalado, con algunas alteraciones en cuanto a la ubicación y extensión de unas secciones sobre otras, se mantuvo como guía prácticamente hasta el número 100.
También cabe señalar que esta etapa de Arquitectura HOY caracterizada por la permanencia de casi todos los miembros del Comité de Redacción (Coordinación General: Juan Pedro Posani; Coordinación Editorial: Maricruz Benítez Guimón; Comité de Redacción: Azier Calvo, Alberto Sato, Henrique Vera y Enrique Fernández-Shaw; Colaboradores: Max Rengifo, Claudia Caponi, Roberto Puchetti, Andrea Posani) y la solidez de su estructura, podría ser vista desde diferentes ópticas con la intención
resaltar su peso dentro de una totalidad que abarca 10 años.
El primer aspecto a destacar es el relativo a la paulatina apertura que se va dando en cuanto a la participación en la página, la cual terminará de eclosionar a partir del número 100. Es bueno reconocer que, sumada a la estabilidad de los responsables que figuran en la redacción (incluyendo el equipo del propio diario), existe una labor soterrada e importante que consiste en obtener semana a semana el material que llenará las páginas del encartado. Así, a la intensa participación (con diferentes grados) de los integrantes del Comité de Redacción, habría que añadir la de quienes escriben, aportan información, ofrecen sus archivos para que aparezcan proyectos, obras y planes, y, finalmente, de quienes realizan la selección y consolidación de lo que debe aparecer en cada número. Densidad y divulgación, actualidad y reflexión crítica, opinión y análisis conforman un mosaico del que, con dosis bien administradas, se va dando cuenta. A las notas sin firma asumidas por los redactores y los textos rubricados por sus integrantes, se debe sumar la participación de más de 70 colaboradores, algunos esporádicos, otros más constantes y, los más, puntuales.
Por otro lado, en esta etapa se logra contar con la participación de firmas reconocidas a nivel internacional cuyos textos (según el caso) son traducidos, transcritos, presentados e incorporados dentro de una matriz en la que siempre hay cabida. Numerosos son también los profesionales que gentilmente aportan información sobre proyectos o planes con sus respectivas fichas técnicas y memorias descriptivas, necesarias para complementar su publicación.
Como se ve, el total de 384 páginas que hubo que producir en este lapso ameritó un ingente y sostenido esfuerzo el cual es imposible tratar de forma pormenorizada en esta nota.
Sin embargo, la inercia que produce la tesonera labor de Posani como coordinador general del semanario y articulista incansable, tiene importantes repercusiones en cuanto a lo que temáticamente empieza a cobrar relevancia. Tampoco se obvia, como ya se ha señalado, el mirar atenta y permanentemente cuanto acontece tanto afuera como dentro del país como parte de un interés marcadamente divulgativo que incorpora la reflexión y la crítica e intenta valorar lo que se hace, actitud que asumen los diferentes colaboradores que de forma desinteresada se van incorporando en la tarea de escribir sobre una llamativa variedad de tópicos.
Al leer tanto la reseña menuda como la colaboración esporádica, los artículos de fondo o las notas informativas, es casi imposible desprenderse de la sensación de que se transita la última década del siglo XX y se participa de lleno dentro de un mundo globalizado, signado en buena parte por la tecnología, donde persiste el debate entre modernidad y postmodernidad, permanencia y cambio, lo local y lo universal, lo metropolitano y lo periférico, lo individual y lo colectivo. El fenómeno urbano contemporáneo, el pensamiento que se origina desde su comprensión y su relación con la arquitectura, su enseñanza, las teorías que intentan dar cuenta de ella y los casos que pueden convertirse en referencia, se convierten en las constantes que permiten hablar de Caracas, los planes que buscan ordenarla, la arquitectura que la llena, los arquitectos que la hacen posible y los objetos que acompañan a quienes la habitan, intentando responder las acuciantes preguntas que desde cada ámbito aparecen, abriendo la oportunidad para el debate. La grave crisis político-institucional que atravesó el país a través de toda la década, latente, pareciera tocar de soslayo las páginas de Arquitectura HOY sin que ello le haga perder un ápice de optimismo y ganas por permanecer como ventana necesaria que permite asomarse al paisaje disciplinar. Aunque en algún momento será oportuno resaltar de forma más pormenorizada los temas, eventos, proyectos, obras o actividades que entre marzo de 1993 y marzo de 1995 fueron particularmente tratados, valga por ahora apuntar que el nº 100, punto de llegada de este recorrido parcial, es aprovechado por el Comité de Redacción para celebrar el arribo a cifra tan redonda haciendo un recuento de las portadas mejor logradas y ubicando en las páginas centrales las citas más significativas, extraídas de los diferentes textos escritos fundamentalmente por Posani y por Sato, que remarcan una línea editorial signada por el hacer y el pensar la arquitectura desde una determinada perspectiva. Se cierra el número mostrando algunas imágenes que refuerzan el empeño puesto en publicar obras recientes de la arquitectura venezolana, en apoyar los concursos realizados a nivel nacional, en difundir la experiencia de los Planes Parroquiales (promovidos desde el Municipio Libertador) como demostración del interés sostenido por la ciudad, en incentivar la reflexión sobre lo realizado a escala internacional recogida en “La mejor arquitectura reciente europea”, en mostrar la constante preocupación por el patrimonio, su conservación y restauración, en resaltar el espacio facilitado al diseño industrial, en mantener informado al lector a través de “Vuelos de Murciélagos” y en abrirle las puertas a diversos colaboradores. Con este número se cierra una etapa que podríamos calificar de sólida, estructurada y hasta cierto punto predecible del encartado para dar paso a otra que tendrá connotaciones más fluidas, más dúctiles, de mayor libertad para interpretar las líneas maestras del semanario ya consolidadas, en la que se entregará paulatinamente el testigo y buena parte de las responsabilidades a una generación más joven que, además, se tuvo que defender ocupando la mitad del espacio que durante dos años le había ofrecido el diario.
ACA