
Archivos diarios: 17 de septiembre, 2017
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 80

Venezuela desde etapas muy tempranas de su vida republicana sintió la necesidad de participar en eventos que, bajo la categoría de Exposiciones Universales o Ferias Internacionales, se desarrollaron primordialmente en Europa y Estados Unidos donde la cita tenía mucho de comercial e industrial con una cierta dosis cultural. Entre 1862 y 1888, acorde con las tradición del momento y con las limitaciones económicas del país, éste comparte hasta por 13 veces una gran nave en la que se aglutinaban otras tantas representaciones nacionales intentando cada una destacar por la calidad de sus productos, la particularidad de sus costumbres, el exotismo de su folklor, el talento de sus artistas o la inventiva de sus creadores. Se trató, por lo general, de representaciones discretas, organizadas por pequeñas comisiones designadas por los gobiernos de turno “conformadas por científicos y comerciantes, la mayoría de ellos extranjeros radicados en el país, quienes conocen de cerca los códigos y criterios de los que más tarde contemplarían y juzgarían las muestras” y en los que se buscaba cumplir con decoro el compromiso de dejar en alto al país o en palabras del Ilustre Americano “no hacer un papel ridículo”, cosa que muy pocas veces ocurrió, tal y como relata Orlando Marín en La nación representada. La arquitectura de los pabellones de Venezuela en las exposiciones internacionales durante el siglo XIX (2006), texto fundamental (como hemos señalado varias veces) para entender esta temática.
Así, diluida en enormes espacios de carácter industrial (verdaderos protagonistas de los eventos), sumida en el uniforme espectro que para los europeos se empezaba a conocer como la América Hispana, vemos como Venezuela se esfuerza por organizar los diversos “muestrarios” que irán a Londres (1862), Paris (1867), Viena (1873), Bremen (1874), Santiago de Chile (1875), Filadelfia (1876), París (1878), Atlanta (1881), Venecia (1882), Buenos Aires (1882), Edimburgo (1884) y Londres (1884), hasta que hace acto de presencia por primera vez con un pabellón propio en la Exposition Universalle de Paris (1889) diseñado por el arquitecto francés Edmond-Jean-Baptiste Paulin (ver Contacto FAC nº 13, 05/02/2017).
El debate entre si el peso de la representatividad nacional en una exposición o feria recae sobre el contenedor, sobre el contenido o más bien si se trata de una responsabilidad compartida, o la discusión sobre la interpretación dada a “lo nacional” por los arquitectos venezolanos y en muchos casos extranjeros que han asumido los respectivos proyectos, recorrerá desde ese momento la historia de nuestra arquitectura hasta el día de hoy, con la excepción hecha de nuestra presencia en Osaka (1970), Lisboa (1998), Zaragoza (2008) y Milán (2015) donde el país vuelve a ocupar el interior (compartido) de una gran nave.
Sin embargo, es quizás la participación en Expo Lisboa 98 la que, por su impacto, calidad y repercusiones en cuanto a los temas que incorporó al debate arquitectónico del momento, la que mayor relevancia ha tenido entre las que se han ubicado en un contenedor compartido. Un render (elaborado por Ricardo González M.) de la propuesta ganadora del Concurso Nacional de Proyectos Creativos convocado por la Cancillería en 1996, presentada por el equipo AE + Arquitectura conformado por los jóvenes Matías Pintó, Ricardo González M. y Roberto Weil, ilustra nuestra postal del día de hoy.
El concurso convocado para proyectar el “pabellón” de Lisboa llevaba implícitas varias condiciones que lo determinaban de inicio: la primera era su adscripción a la temática general de la exposición dedicada a la celebración de “Los océanos como patrimonio del futuro”; la segunda era la necesidad de aprovechar de la mejor manera posible el espacio interior (de aquí la dificultad de la denominación “pabellón”) otorgado dentro de la Zona Internacional sur de la Expo (10.000 pies cuadrados equivalentes aproximadamente a 1.000 metros cuadrados); y la tercera, quizás la más retadora, era la incorporación del uso de la realidad virtual y la tecnología multimedia para lograr un efecto que dejase en la retina de los visitantes una impresión imborrable del país. Es por esta razón que la mejor manera de apreciar el impactante resultado final obtenido (limitada aún contra lo que debió ser el recorrido en vivo) no es otra que observar el video alojado en youtube (https://www.youtube.com/watch?v=dYaILl5pLQY).

Arquitectura HOY dedica su número 201 (2 de mayo de 1997), coincidiendo con la celebración de la salida cinco años antes del número 1 consagrado al Pabellón de Sevilla, a la presentación del proyecto ganador por parte de AE + Arquitectura, y el 202 (9 de mayo de 017) a dos aproximaciones críticas al mismo firmadas por Alfredo Caraballo (“De la piedra a la letra, de la letra a la imagen”) y Alberto Sato (“Transitar por el borde”), cuya lectura recomendamos ampliamente para ampliar no sólo la información sino el impacto que en lo discursivo produjo esta experiencia.
De la memoria publicada por los ganadores se puede extraer lo siguiente: “El ciclo hidrológico será el eje conductor de la muestra que presentará el Pabellón de Venezuela, ordenando así las salas y sus contenidos con base en tres atmósferas: la lluvia, el río y el mar. Tres nociones que fundamentan un ciclo en la historia, de pasado a futuro; un ciclo geográfico que se inicia en la selva tropical lluviosa, presenta una retrospectiva de la Orinoquia y los ejes fluviales más importantes para termina en la enorme riqueza de la costa venezolana frente al mar Caribe y el océano Atlántico; un ciclo de recorridos por nuestra diversa cultura y el desarrollo del país.

Una experiencia ininterrumpida y fluida, a través de un recorrido de 20 minutos en un área de casi 1.000 metros cuadrados de exposición, que permitirá el acceso de dos grupos de 150 visitantes, para un máximo de ocupación simultánea del recinto de 300 personas aproximadamente. (…)
El orden de las imágenes se encuentra basado en un guión cíclico de múltiples lecturas y temas:
a.- Un recorrido hidrológico: del cielo al fondo el mar.
b.- Un recorrido geográfico: de la Guayana al mar Caribe.
c.- Un recorrido histórico: del pasado al futuro.”
La ficha técnica que acompaña el video arriba señalado precisa que el “pabellón” obtuvo una Mención Honrosa de parte del Comité de la Expo. Así mismo da cuenta de que el importante acompañamiento musical que tuvo estuvo a cargo del compositor y músico electrónico caraqueño Miguel Noya, siendo la firma española Sono la responsable de “la producción audiovisual y la instalación de monitores, proyectores, grandes proyectores de vídeo de gran contraste, que ofrecían un impactante audiovisual multi-pantalla.”
Para acercarnos en lo posible a la puesta en escena definitiva habría que apelar de nuevo a la ficha técnica:

“En la primera sección del Pabellón, la selva tropical es interpretada como un laberinto donde paredes de vidrio de doble cara cuelgan del techo y revelan imágenes satelitales del paisaje venezolano. Los pasajes entre las paredes ofrecen diferentes paisajes sonoros como lluvia continua, voces de diferentes grupos étnicos venezolanos y ritmos urbanos.

La segunda sección del Pabellón presenta una abstracción de la belleza y el poder de los ríos venezolanos. Es un espacio tipo túnel que presenta una pared de vídeo con altavoces a intervalos a lo largo de su longitud. En continuo flujo, los contenidos audiovisuales expresan el flujo perpetuo y la energía de los ríos.
La tercera sección, que representa el mar, combina un paisaje sonoro tridimensional de grabaciones binaurales con un entorno visual espectacular. Las imágenes de video en una pantalla de 105 pies de largo por 20 pies de altura se duplican ad infinitum por los espejos colocados en el extremo y fondo de la pantalla. La combinación de la edición de vídeo y la ingeniería de audio crea un efecto mágico; para el espectador inmerso en los sonidos reverberantes de los paisajes acuáticos, imágenes panorámicas y caleidoscópicas de los magníficos mundos submarinos de Venezuela y las impresionantes playas y vistas aéreas de los micro y macrocosmos del país, la experiencia se acerca a lo místico.”

Tan alejada y a la vez tan cercana a las elementales experiencias decimonónicas, el montaje del “pabellón” de Lisboa 98 permitió despejar exitosamente las dudas que Alberto Sato colocaba sobre la arriesgada y valiente experiencia asumida por los jóvenes arquitectos venezolanos. En efecto, en Lisboa se alcanzó a plenitud el “valor de la transliteralidad, de la posibilidad de trasponer los límites disciplinares e indagar desprejuiciadamente sobre los sistemas cibernéticos y, más allá de su novedad se (logró) experimentar (con) la inmaterialidad o virtualidad como dimensión de la arquitectura.” También abrió un debate que hoy en día luce asumido como parte integral del discurso arquitectónico y que Alfredo Caraballo dejó suspendido en la siguiente pregunta (aún vigente): “¿cómo materializar con la arquitectura, que es locación por naturaleza, una cultura caracterizada por la imagen y los media, que son ubicuos por naturaleza?”.
ACA
Procedencia de las imágenes
Todas, excepto las páginas centrales del nº del nº 201 de Arquitectura (2 de mayo de 1997), http://www.managualab.com
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Actitud
Anne Lacaton, Jean-Philippe Vassal
Editorial Gustavo Gili
Colección GGperfiles
2017
GGperfiles nace en 2014 como “una colección de libros de pequeño formato y cuidado diseño que recoge selecciones de textos de los pensadores más influyentes en el panorama de la arquitectura contemporánea”. Hasta el momento han aparecido: Acerca de la ciudad (Rem Koolhaas, 2014); Menos es suficiente (Pier Vittorio Aureli, 2016); Habitar (Juhani Pallasmaa, 2016); Pasear, detenerse (Francesco Careri, 2016); y, recientemente, Actitud (Anne Lacaton, Jean-Philippe Vassal, 2017).
Valga señalar que Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal son los integrantes principales del estudio de arquitectura francés Lacaton & Vassal, fundado en 1987 en París. Su trabajo ha sido expuesto tanto de forma individual como colectiva, coincidiendo con otros arquitectos de renombre como Anna Heringer, Fran Silvestre o Aires Mateus. Asimismo, han sido reconocidos con el Gran Premio Nacional de Arquitectura que otorga el gobierno francés en 1999, el Premio de la Ciudad de Madrid en 2006 o el Premio de Arquitectura de la Ciudad de Burdeos en 2008, entre otros.
Su obra ha sido recogida en español a través de sendas monografías elaboradas por las publicaciones periódicas Arquitectura Viva: «Lacaton & Vassal, strategies of the essential» (2014) y El Croquis: «Lacaton & Vassal 1993 2015 – Post media horizon» (2015).
De la Nota del editor de Actitud recogemos: «En paralelo al auge de los ‘arquitectos estrella’ y en una época en la que se estaban gestando las bases de la denominada arquitectura sostenible, en 1993 el estudio francés Lacaton & Vassal irrumpió en la escena arquitectónica internacional con la casa Latapie, una casa suburbana construida con escasos recursos, pero que apostaba por construir más metros con el mismo presupuesto (ajustado) haciendo uso de un sistema barato ajeno a la arquitectura doméstica: el invernadero agrícola, que funcionaba como amortiguador y regulador del clima.
Su trabajo pasó rápidamente a ser un referente internacional al introducir unos ingredientes bastante insólitos por entonces: la arquitectura debía tener un objetivo social dentro de un marco de economía radical de medios y ejercerse con un entendimiento crítico de lo que significaba la sostenibilidad. Su postura ante el proyecto cobró especial relevancia a partir de la gran crisis financiera de 2008, que sacudió los cimientos del estado del bienestar en todo el mundo y dejó sentir sus secuelas en especial en los países del sur de Europa.
La obra de Lacaton & Vassal ha sido capaz de combinar de una forma novedosa una cultura arquitectónica popular muy sui géneris, cargada de sentido común y desarrollada en unas condiciones muy precarias, con todo el bagaje de la historia de la arquitectura moderna, algo bastante patente en el caso de la obra de Mies van der Rohe.
A pesar de lo poco que estos arquitectos se prodigan escribiendo y del carácter programático de sus textos, nos ha parecido que merecía la pena recoger estos retazos de pensamiento dispersos en un pequeño volumen que sirva como complemento a la lectura crítica de sus obras. Los cuatro textos que aquí se compilan no son textos críticos y carecen por completo de artificio. Sin un formato preconcebido, se incluyen dos entrevistas, un texto más canónico sobre el papel de la estructura, y otros dos que están a caballo entre un cuasi manifiesto y una lista de tareas. Alejados de toda retórica personalista —de hecho, la autoría casi llega a disolverse, pues tres de los cuatro textos comparten autoría con Patrice Goulet y Frédéric Druot—, lo importante de los escritos de Lacaton & Vassal es el mensaje emitido, ese mismo mensaje necesario y fundamental que lanzan con cada obra que construyen.»
ACA
Las publicaciones de Ediciones FAU UCV

LA TECTÓNICA EN LA OBRA DE CARLOS RAÚL VILLANUEVA.
Aproximación en tres tiempos
Nancy Dembo
Ediciones FAU UCV/ CDCH
2006
La historia de las publicaciones que se han emprendido desde la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (FAU UCV) desde su creación en 1953 hasta nuestros días está aún por escribirse. Una iniciativa de ese tipo debería contemplar el amplio abanico que abarca un variado tipo de proyectos: desde aquellos que desembocaron en la realización de revistas a los que se convirtieron en libros; los de claro talante institucional y los de perfil eminentemente académico, que surgen directamente de la actividad investigativa o docente de sus integrantes; los que se debaten entre la costumbre de salir impresos o en formato digital; o, incluso, aquellos, bajo cualquiera de las modalidades señaladas, en los que sus profesores han tenido destacada participación más allá de los límites de la Ciudad Universitaria de Caracas. Pese a la tentación de al menos llevar adelante una crónica sobre el tema no creemos que este espacio dé para tanto. Sin embargo, seguiremos empeñados en la tarea de ir colocando algunos ladrillos que contribuyan a levantar poco a poco la pared que aglutine un buen número de importantes iniciativas.
Como parte de ese relato pendiente, sí se puede detectar cómo desde el año 2003, en momentos en que ya la bonanza económica declinaba, la institución logra consolidar la conformación de un Comité Editorial que no buscaba otra cosa que racionalizar y ordenar el diverso campo de textos, revistas, libros y otras publicaciones que de forma dispersa habían ido conformando tradicionalmente dicho universo. El Comité, que contó con la aprobación del Consejo de la Facultad, permitió abonar el camino para que el año 2005 se produjera el lanzamiento del sello EDICIONES FAU UCV el cual al día de hoy cuenta ya entre emprendimientos propios y coediciones, libros, manuales, agendas y memorias de eventos, publicaciones en papel o digitales con más de 50 productos.
Títulos publicados que, a modo de antecedentes, sirvieron para impulsar finalmente este esfuerzo fueron: la segunda edición de Los hechos de la arquitectura de Fernando Pérez Oyarzun, Alejandro Aravena y José Quintanilla, coeditado con la Pontificia Universidad Católica de Chile (2003) y los números 1, 2 y 3 (2004) de la colección “Incertidumbres y Discordancias” -hoy “Ensayos de Postgrado”- a saber, Arte abstracto y arquitectura moderna de Helio Piñón, Villanueva. Los pasos cubiertos y la idea de ciudad de Rodrigo Pérez de Arce y La caja del arte: los museos de Carlos Raúl Villanueva de Alberto Sato, siendo los dos últimos el ganador y mención de honor del II Concurso Internacional de Ensayos Carlos Raúl Villanueva organizado el año 2000 con motivo de la celebración del centenario del nacimiento del Maestro.
El primer texto que aparece identificado con el sello EDICIONES FAU UCV es Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV. 1953-2003. Aportes para una memoria y cuenta (2005), impulsado desde el decanato con el objetivo de dejar un necesario testimonio vinculado al 50 aniversario de la creación de la institución. Pero el libro con el que se logró cristalizar por vez primera el objetivo fundamental del sello editorial, el de darle difusión y visibilidad a la producción académica que permanentemente se gesta dentro de sus espacios, fue La tectónica en la obra de Carlos Raúl Villanueva: aproximación en tres tiempos de Nancy Dembo, Trabajo Final con el que obtuvo el grado de Magíster en Historia de la Arquitectura, fruto de una coedición con el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH) de la UCV y que gracias al empeño de la autora contó con una versión abreviada en inglés que ocupa sus páginas finales.
La investigación de Nancy Dembo se enmarcó junto con la que le precedió (La relación forma-función en el lenguaje estructural del siglo XX, publicada por el CDCH en 2003) dentro de la línea de trabajo por ella abierta muy vinculada con su labor docente en el área de las estructuras dentro de la Escuela de Arquitectura y se sumó al interés que fue despertándose por estudiar la obra del más importante arquitecto venezolano del siglo XX a raíz de la celebración del centenario de su nacimiento.
Apelando a los expresado por la autora en la introducción del libro vale la pena resaltar varios tópicos. El primero se centra en el reto por develar dentro de la obra de Villanueva un asunto que había sido objeto de admiración y reverencia más no de un análisis a profundidad: los aspectos tecnológicos y estructurales y el desarrollo que ambos alcanzaron en sus manos que le permiten asociarlos a una tectónica, concepto desarrollado por Keneth Frampton, que se traduce en “la fuerza expresiva derivada de la interpretación de los materiales y del elemento portante, como recurso que permite la concreción del espacio”.
El segundo, resumen a su vez de la hipótesis del trabajo, tiene que ver con “poder descifrar los criterios que privaron en la definición de las formas estructurales, la selección del material y los procesos constructivos que hicieron posible la materialización de las ideas vanguardistas de este arquitecto”, donde “el proceso de creación de formas estructurales sólo fue posible como resultado de un diálogo diáfano, claro y honesto entre las distintas disciplinas que conforman los equipos de proyecto.”
El tercero apunta a la selección dentro de su extensa obra de los tres momentos que ilustran en Villanueva el “aspecto evolutivo de su producción para la comprensión de las transformaciones del carácter tectónico de su legado” que “de alguna manera ilustran la transición, tanto en el uso de los materiales como en las consideraciones referidas al diseño estructural”. De esta manera se abre un primer capítulo “correspondiente a la década de los treinta, donde la mampostería tradicional prevalece en la configuración del contenedor, cediendo cautelosamente oportunidades al concreto armado; luego, un segundo capítulo dedicado a algunas de las obras producidas por el Arquitecto en los años cincuenta, donde la hegemonía del hormigón reforzado será determinante en la definición del carácter tectónico de las obras de esta década y fundamental para la transición hacia el tercer capítulo, la década de los setenta, donde se concretan los proyectos del Maestro comprometidos con las posibilidades de la industrialización.”La tectónica en la obra de Carlos Raúl Villanueva: aproximación en tres tiempos valió para concretar el objetivo de la joven editorial nacida en 2006 de colocar en manos de estudiantes, estudiosos y público en general un texto de gran valor cultural y didáctico que, además, por el interés y calidad de su contenido, agotó su primer tiraje reeditándose el año 2011, cumpliéndose así no sólo el sueño divulgativo sino el anhelado éxito económico que debe acompañar a toda empresa de este tipo, más allá de su adscripción a una institución pública.
ACA
NotiFAC (Contacto nº 45)

La revista ESPACIO, publicación periódica bimestral que apereció por primera vez en marzo de 1988 y alcanzó la cifra de cuatro números, editada por Hans Ch. Hirsch y Henrique Vera, ha sido digitalizada por la Fundación y puesta gratuitamente al alcance de todos los interesados en el portal de Ediciones FAU UCV (www.edicionesfau.com). Otro modesto logro que desde aquí celebramos y esperamos puedan disfrutar.
NotiFAC (Contacto nº 45)
