Inaugurada esta semana (a finales de septiembre) en el Centro Nacional de Arte de Tokio, Tadao Ando: Endeavors, es una exposición centrada en la vida y las obras del reconocido arquitecto japonés. La arquitectura autodidacta y minimalista de Ando está asociada con formas geométricas desnudas que están libres de ornamentación, pero ricas en profundidad y carácter. El ex boxeador convertido arquitecto da vida a las líneas simples de sus proyectos a través de la integración de elementos naturales como la luz, el agua y el viento. Sus estructuras, en su mayoría, utilizan materiales ampliamente conocidos como el hormigón, el acero y el vidrio.
Los espacios de la exposición se dividen en seis secciones tituladas: «ORÍGENES / CASAS», «LUZ», «ESPACIOS VACÍOS», «LEER EL SITIO», «CONSTRUYENDO LO QUE EXISTE, CREANDO LO QUE NO EXISTE» y «NURTURANDO». Esta exposición refleja casi medio siglo de la obra de Ando arrojando luz sobre el camino lleno de esfuerzos que ha ido forjando. Cada sección despliega varios aspectos de sus proyectos, incluyendo su uso de la luz y de los espacios vacíos, la integración de sus estructuras con su entorno natural y su participación en iniciativas sociales.
Tadao Ando: Endeavors nos muestra más de 200 maquetas, bocetos y dibujos de algunos de los proyectos más populares de Ando en Japón, como la Casa Row (1976), Iglesía sobre el agua (1988) y la Iglesia de la Luz (1989). Además, la exposición demuestra la pasión de Ando por trabajar con la arquitectura existente, mostrando su serie de proyectos de restauración, incluyendo la del museo de arte contemporáneo Punta della Dogana en Venecia, Italia. Tadao Ando, que es conocido por su currículum no convencional como un ex boxeador profesional convertido en arquitecto autodidacta, inició su carrera arquitectónica en 1969 como «guerrillero urbano». La exposición comienza con una breve narración de su vida unos años antes de convertirse en arquitecto, y continúa describiendo cómo llegó a la arquitectura, y cómo desde entonces ha estado ofreciendo constantemente nuevos diseños que desafían nuestras visiones sobre la arquitectura.
Tadao Ando: Endeavors estará abierta al público en el Centro Nacional de Arte de Tokio, que conmemora con ello su 10º aniversario, del 27-09 al 18-12-2017.
Nota
Con motivo de la entrega el pasado 18 de octubre a Rafael Moneo del Praemium Imperiale en Tokio, el arquitecto navarro visitó junto a su familia como invitados de honor del Centro Nacional de Arte la exposición Tadao Ando: Endeavors. Como se reseña en El País (sección Mundo Global del pasado 23 de octubre), «Ando salió a recibirlos a la puerta y se ofreció a guiarlos con la intermediación de un intérprete. Los llevó a ver la reconstrucción en tamaño real de su famosa Iglesia de la Luz, una sobria caja de hormigón con una fisura gigante en forma de cruz que vista desde dentro casi obliga al feligrés al éxtasis místico. Pero la multitud de visitantes se agolpó cuando entró Ando y muchos reconocieron al español que lanzó el beso al aire en la austera ceremonia de premiación que lo trajo de nuevo a la ciudad.Esta es la tercera vez que Moneo visita Japón y «conoce bien la región de Kansai que recorrió hace años de la mano de Ando. En 1996 Moneo fue su sucesor en la lista del premio Pritzker, conocido como el Nobel de la arquitectura. Y ese mismo año Ando recibió el Praemium Imperiale. El doble hermanamiento se refuerza con la alta estima que se tienen sus respectivas esposas».
En 1929, Ricardo Razetti, quien desde 1897 se ocupaba de registrar la evolución de Caracas, realiza su última representación gráfica de la ciudad que será reproducida por la imprenta Litografía y Tipografía del Comercio.
En este plano, cuyo original de 81 x 59 cms. forma parte de la Colección de la Biblioteca Nacional y está a escala 1:10.000, se presentan una serie de variantes urbanas que terminarán por ocupar mayor extensión que la receta propuesta por la trama colonial originaria. Sin embargo, la legislación urbana existente todavía estaba referida a la ciudad del damero. Así, en “Las Ordenanzas de Policía Urbana” de 1926, las reglas de Arquitectura Civil establecen en el artículo 91: “No se podrá levantar edificio público o de particular, cuyo frente no se halle de manera que las calles resulten rectas del uno al otro extremo”, previéndose en el artículo 106 excepciones tal como: “Podrán permitirse las construcciones separadas de las calles, sólo en caso de que el espacio que medie entre esta alineación y la fachada, lo ocupe alguna gradería, o rodee pilares y rejas o cuando se destine a jardín, en cuyo caso será cercado en toda su longitud”.
Tal y como señalan Federico Vegas e Iván González V. en “Una ciudad en sus redes y en sus tramas” (2000), estas normativas reflejan la importancia que aún se le da a la calle y a la cuadra como unidades urbanas fundamentales promoviendo una lectura ordenada de la trama de la ciudad. Nótese cómo las actuales ordenanzas obligan a retirarse de la calle, mientras las de 1926 condicionaban el retiro a que no se perdiera el frente continuo que formaban las edificaciones.
En este plano de Razetti de 1929 también se ha ilustrado en un pequeño recuadro el intento de implementar una nomenclatura cartesiana para las calles, partiendo de unos ejes sur y norte, este y oeste que comienzan en la plaza Bolívar. Este sistema, que busca separarse del que dictan las costumbres y la historia de la ciudad, reflejada en nombres de esquinas, apunta a la posibilidad de extenderlo a todo el valle; algo que ciertamente no iba a suceder.
Razetti, también, evidencia nuevas propuestas urbanas en este plano de 1929. Como claro ejemplo aparece “en construcción” la urbanización Nueva Caracas, con una extensión equivalente a 80 de las cuadras del centro tradicional. Por su escala y novedad es, proporcionalmente, la intervención más importante hasta esa fecha en la historia de Caracas, emulando una especie de ciudad satélite. La Nueva Caracas estaba destinada y promovida para la clase obrera, una especificidad que difiere de la multifuncionalidad de la trama colonial, e iniciaba la ruta hacia los criterios de zonificación.
El Parque Sucre (futuro Parque Los Caobos) aparece como sucesor del parque El Calvario. Ubicado en la salida de la trama hacia el este de la ciudad, esta importante zona verde proponía una nueva fórmula en el desarrollo urbano: el crecimiento no se dará por cuadras alrededor de plazas, sino a partir de urbanizaciones alrededor de parques.
El plano muestra, además, el ensanche de Caracas hacia el este y el surgimiento de las urbanizaciones para la clase media San Agustín y El Conde. Interesa resaltar cómo San Agustín del Norte plantea una interesante modificación en la retícula originaria, al dividir ésta en una trama de cuadras más pequeñas donde cuatro de ellas equivalen a la manzana típica del damero original. Esta propuesta da continuidad a las calles existentes y no interrumpe la uniformidad del tejido. Se plantean, no obstante, algunos cambios importantes: se trata de una trama con énfasis en el uso de vivienda y con calles ampliadas para el tránsito del automóvil. La preponderancia de estos dos factores va a tener importantes consecuencias en los sucesivos desarrollos urbanos caraqueños.
Por otro lado, el éxito de San Agustín del Norte lleva a sus promotores (Luis Roche y Juan Bernardo Arismendi) a construir un desarrollo similar al sur del Guaire: San Agustín del Sur. De nuevo nos encontramos con una trama, en este caso más adaptada a la geografía, con forma y orientación propia, autónoma y morfológicamente desligada del resto de la ciudad.
Un caso aparte es la urbanización Los Chorros, urbanismo similar a El Paraíso que ya tenía tiempo funcionando pero concebido, al menos inicialmente, como sede para una segunda vivienda, por lo alejado de la ciudad.
Si bien la urbanización El Paraíso fue la manifestación inicial de una nueva etapa de la historia urbana de Caracas en los últimos años del siglo XIX, es durante el gobierno del General Juan Vicente Gómez cuando se consolida, viviendo al inicio de la década de 1920 un momento de particular esplendor, con villas de lujo, parques, plazas y paseos, clubes sociales a lo que se suma la construcción del Hipódromo.
Sesenta edificios públicos, una treintena de paseos públicos y plazas, más de veinte templos y capillas, cuarenta y seis puentes sobre el río Guaire y las quebradas, conforman el catálogo de edificaciones y espacios públicos de la ciudad para el momento registrados en su gran mayoría por el plano de Razetti quien desde el punto de vista arquitectónico muestra en su representación los numerosos los edificios públicos y privados que irrumpen en el centro de la ciudad capital: el Palacio de Gobernación y Justicia (actual Consejo Municipal), el Teatro Nacional, el Teatro Ayacucho, el Ministerio de Hacienda (demolido), el Edificio de Correos (Esquina de Carmelitas), el Hotel Majestic (demolido), el Edificio de la Gobernación del Distrito. Federal, el Ministerio de Educación (actual Biblioteca Simón Rodríguez, Esquina El Conde), son sólo algunos ejemplos de ello. De igual forma los cines (Candelaria, San José, Rialto, San Juan, Bolívar) y los teatros (Municipal, Nacional, Ayacucho, Olimpia); conforman una amplia oferta de espectáculos públicos junto con el Circo Metropolitano y el Nuevo Circo.
El plano de Caracas de 1929, muestra una ciudad que ha dejado de ser el villorrio de comienzos de siglo presagiando el germen de la capital actual la cual ha sobrepasado sus límites tradicionales hasta entonces determinados por el Ávila al Norte, el río Guaire al sur y las depresiones del terreno al Este y al Oeste.
En la esquina inferior derecha de este plano se encuentra un pequeño mapa titulado: “Caracas, las parroquias foráneas”, donde aparecen los pueblos que rodean la capital, con dameros basados en las mismas normas de la ciudad colonial: Chacao, Petare, Antímano, El Valle, Baruta, El Hatillo, y Los Teques al sur. Al norte y sobre la costa están Maiquetía, La Guaira, Macuto y Caraballeda. Este mapa parece anunciar la inclusión de estas tramas en un conjunto metropolitano y su conexión por medio de vías a El Valle, La Vega, Catia, Las Adjuntas y Los Teques, así como la extensión de la carretera del este hasta Petare, pasando por Sabana Grande, Chacao y Dos Caminos, definiendo un nuevo marco de extensión de la ciudad.
Hacia el este,se detecta el incipiente desarrollo de urbanizaciones como: El Country Club (1928), La Florida (1929), Los Palos Grandes (1930), Los Chorros (1930), Campo Alegre (1932) y Sebucán (1932). De esta forma el plano augura cómo el casco urbano tradicional de Caracas que aún se mantiene como principal escenario de las actividades político-administrativas, comerciales y financieras, dejaría de ser progresivamente el asiento residencial por excelencia que ostentaba desde la época colonial.
IGV
Procedencia de las imágenes
Postal. González Viso I.; Peña M.I.; Vegas F. Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015
… que entre la frustrada asistencia a la Exposición Universal de París (1900) -ver Contacto FAC 43 del 03-09-2017- y la materializada en la Iberoamericana de Sevilla (1929) -ver Contacto FAC 29 del 28-05-2017-, Venezuela no participó con pabellón propio en las ferias internacionales convocadas durante ese período?
1. Cipriano Castro (izquierda ) y Juan Vicente Gómez (derecha), 31 de diciembre de 1905
La entrada del siglo XX encuentra a nuestro país sometido desde 1899 al régimen de Cipriano Castro quien, como se sabe, con ocasión de un viaje que realizara a Alemania por problemas de salud, será desplazado del poder por su compadre y entonces Vicepresidente Juan Vicente Gómez en 1908, iniciándose así una aún más larga dictadura que terminará con su muerte en 1935.
El traumático período que preside Castro estará signado por interminables conflictos tanto internos como externos y por un deterioro creciente de las relaciones internacionales. El primero de ellos se origina a raíz de la negativa del gobierno a reconocer los reclamos de sus acreedores y la subsiguiente suspensión de los pagos de la deuda externa, razón por la que Alemania e Inglaterra resuelven bloquear las costas venezolanas a partir del 9 de diciembre de 1902, iniciativa a la que se unen Italia y, poco después, Francia, Holanda, Bélgica, Estados Unidos, España y México, países que también presentan sus reclamos para que sean considerados junto con los de los países agresores. Levantado el bloqueo en 1903, firmados los Protocolos de Washington que redujeron la deuda a más de la mitad, la política internacional del régimen de Castro continúa desenvolviéndose entre enfrentamientos y conflictos, presentándose ahora pleitos con las empresas trasnacionales que participaron en la Revolución Libertadora (guerra civil desarrollada entre 1901 y 1903 que intentó derrocarlo conformada por una coalición de caudillos encabezados por el banquero Manuel Antonio Matos del Monte), lo cual desencadenará una nueva ruptura de relaciones diplomáticas con Francia, Holanda y muy particularmente con Estados Unidos en 1908, preámbulo, sin duda, de su destitución.
Al asumir Gómez el poder tiene ante sí, por tanto, el enorme reto de recomponer los vínculos rotos entre la nación y las potencias extranjeras. Para ello ofrece garantías a los inversionistas y cuenta con la «fortuna» de que, junto al descubrimiento y explotación de importantes yacimientos, el país define su perfil fundamentalmente petrolero.
Ante este sucinto panorama se puede detectar cómo tímidamente Venezuela empieza a reaparecer en la ferias internacionales, enviando algunos productos a la ExposiciónInternacional de las Industrias y del Trabajo de Turín de 1911, último evento europeo previo al estallido de la Primera Guerra Mundial.
2. Vista general de la Panama Pacific International Exposition de San Francisco de 1915
Por otro lado, recogiendo una vez más lo documentado por Orlando Marín en el Epílogo “La persistencia del tutelaje” de su texto La nación representada: La arquitectura de los pabellones de Venezuela en las exposiciones internacionales durante el siglo XIX (2006), “el gobierno gomecista realiza preparativos para seleccionar el proyecto del pabellón que representaría al país en la Panama Pacific International Exposition de San Francisco de 1915 (2), exhibición con la cual se celebrarían tanto la reciente apertura del Canal de Panamá como el promisorio desarrollo que, a partir de entonces, se auguraba a las ciudades de la Costa Oeste de los Estados Unidos, país que aún se mantenía al margen del violento enfrentamiento que entonces se sucedía en el viejo continente y que ya asumía el rol de primera potencia económica mundial”.
3. Panama Pacific International Exposition de San Francisco de 1915. Propuesta para el pabellón venezolano. Willis Polk
Marín logra detectar, sumergiéndose en el Archivo del Ministerio de Obras Públicas (incorporado vía comodato al Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional) hasta cuatro propuestas realizadas por los profesionales norteamericanos Willis Polk, Albert Farr, Edward Mc Manus y M. A. Singer, remitidas desde San Francisco, de entre las cuales se podría haber seleccionado el edificio que nos representaría, cosa que finalmente no ocurrió.
Más allá de revelarse otra ocasión en la que el encargo de un pabellón nacional se deja en manos de profesionales extranjeros, tal y como se ha evidenciado a través diferentes manifestaciones tratadas en este espacio, todas las alternativas “presentan en común la filiación a un lenguaje arquitectónico que entonces cobraba fuerza en los nuevos desarrollos urbanos de California: el llamado ‘Mission Style’, ‘Neo-colonial’ o ‘Neo-hispano’, nuevo estilo del eclecticismo de entonces en el que se revalorizan elementos arquitectónicos autóctonos provenientes de la cultura de raíz ibérica que caracterizaba el territorio californiano antes de la ocupación angloamericana”, señalará acertadamente Marín.
4. Panama Pacific International Exposition de San Francisco de 1915. Propuesta para el pabellón venezolano. Albert Farr
El cambio de mirada en la actitud ecléctica de quienes interpretaban lo que debe representarnos como país es lo que dejan como comprobación los ejercicios proyectuales remitidos desde California. Por un lado se reconstruye una visión romántica de un pasado que no fue y por el otro se asocian de forma análoga a todo un subcontinente códigos vaciados de significado inexistentes en muchas de sus regiones, dejando entrever un cambio de paradigma en cuanto la sustitución del modelo cultural europeo por el norteamericano.
5. Panama Pacific International Exposition de San Francisco de 1915. Propuesta para el pabellón venezolano. Edward Mc Manus
Así, el anteproyecto de Polk (3) (con el acompañamiento de John Galen, uno de los teóricos más importantes del “nuevo estilo”), hace destacar en su fachada “una elaborada portada plateresca de dos cuerpos, similar a la de algunos templos mexicanos (como los de Acolman o de Yuriria)…”. El enviado por Albert Farr (4) “parece reproducir los esquemas compositivos del llamado Alcazar de Diego Colón en Santo Domingo, República Dominicana y de la Villa de Cortés en Cuernavaca, México, dos de las edificaciones hispánicas más antiguas del continente y que probablemente reproducen el modelo de algunas villas renacentistas italianas”. Edward Mc Manus (5), por su parte, “desarrolla un esquema más identificado con el eclecticismo neo-barroco francés, destacando el volumen cilíndrico de la esquina (donde se produce el acceso) coronado con una estatua ecuestre del Libertador, y el sistema neo-barroco de escaleras que comunica los diferentes niveles”. Aunque el “Neo-colonial” se impondrá definitivamente en la década de 1930, una vez superada la leyenda negra que ideológicamente acompañó la ocupación española por más de 3 siglos desde los años posteriores a la Independencia, no deja de ser aleccionador ver en estos ejemplos provenientes de arquitectos que nos miran desde afuera, una demostración más de cómo poco a poco la penetración cultural y la sustitución de patrones se ha ido dando en nuestros países, acompañando la búsqueda permanente de la caracterización arquitectónica de “lo nacional”.
3, 4 y 5. Marín O. La nación representada: La arquitectura de los pabellones de Venezuela en las exposiciones internacionales durante el siglo XIX, 2006.