El miércoles 30 de octubre a las 5 de la tarde en el auditorio CRV en PB del edificio de la FAU, @rodrigomarinbriceno estará presentando sus trabajos, ideas e investigaciones a toda la comunidad FAU.
Backward Canvas
especulaciones del umbral físico/digital
La creciente digitalización de la vida está conduciendo a los individuos hacia un proceso de hibridación, donde los territorios de interacción humana trascienden el espacio físico, para situarse cada vez más en plataformas inmateriales.
¿Qué consecuencias socio culturales trae consigo este fenómeno, y qué implicaciones disciplinarias puede tener en el diseño, para la concepción de los espacios arquitectónicos?
El arquitecto Rodrigo Marín Briceño (UCV, 2014) al proponer sistemas de relaciones entre el espacio físico y el espacio digital, plantea una discusión sobre este tema, valiéndose del formato video juego y del arte instalativo como recursos para comunicar sus ideas.
Este proyecto, patrocinado por Hyundai Motor Group en Seúl (Corea del Sur) en 2023, procura desde lo experimental abrir caminos para la investigación del espacio contemporáneo, e invita a reflexionar sobre las complejas transformaciones del mundo hoy.
El pasado 12 de mayo, Jonathan Reverón publicó en el diario El Universal (VEN), un artículo titulado “Arquitectos de la UCV impulsan el diseño respetuoso. Llevan propuestas de técnicas amigables con el ambiente desarrolladas por los Warao. Objetos útiles y lúdicos que parten de distintos materiales”.
Se trataba, nada más y nada menos, de reseñar la destacada participación de dos egresados de la FAU UCV, Anita Capozzi y Rodrigo Marín Briceño, quienes presentaron sus prototipos en el SaloneSatellite (la joya de la corona del Salone del Mobile de Milán), abierto entre del 16 al 21 de pasado mes de abril.
El SaloneSatellite es un “semillero creado y curado por la guayanesa Marva Griffin, quien ha sabido conducir y conectar la selección de más de 14 mil jóvenes diseñadores, con el empeño de ofrecer una experiencia integral que permita expandir su consciencia, para que creatividad y negocio concilien y concreten los productos del futuro inmediato”, como apunta Reverón.
Cabe destacar que Marva Griffin, quien se ha dedicado desde 1999 (25 años) a mostrar al mundo a diseñadores jóvenes, o emergentes, organizó en 2009 una experiencia conjunta con la Colección Cisneros y la FAU UCV que permitió la presencia de los hermanos Humberto y Fernando Campana (importantes son diseñadores de muebles brasileños) que incluyó un seminario, taller y concurso de diseño de muebles.
De tal manera, reseña Reverón, para Anita Capozzi, “esta experiencia fue de ‘mucha inspiración para mi futuro como arquitecto y diseñadora’. Su próximo mueble mantendrá la línea de su propuesta actual, Coccodondola, ‘la hamaca, tejida a mano con técnicas desarrolladas por los indígenas Warao, elaborada con fibras naturales biodegradables y respetuosas con el medio ambiente’, un asiento flotante para disfrutar en zonas tropicales.
Por su parte, Rodrigo Marín Briceño “buscó darle rigidez a una forma geométrica que está en millones de hogares del mundo: el cartón de huevo. Con este principio logró diseñar una mesa patentada como Lolli Pop. Experimentando con plástico termoformado, podrá reciclar materiales para convertirlos en objetos útiles y lúdicos. ‘Creo que Venezuela es un bonito lugar para construir un discurso propio, los invito a enfrentarse al mundo desde quien uno es realmente. Creo que la posibilidad de venir a un espacio como este pasa por la convicción de que está bien atreverse y descubrir que tu discurso es tan válido como el de cualquier otro’, declara Rodrigo como su mensaje de aliento para los próximos diseñadores del Satellite”.
Este año, más de 360 mil personas se dieron cita en el Salone, un nuevo récord que deja atrás los aires de pandemia y reivindica el valor que esta feria del mueble y el diseño tiene en el comercio exterior.
Vaya para Anita y Rodrigo desde estas páginas nuestras más sinceras felicitaciones.
El Concurso Nacional de Propuestas de Espacios Públicos “Amenidades Urbanas”, avenida Bolívar, Caracas, convocado a inicios de 2015, podríamos decir que, pese a la escala aparentemente inocua de las intervenciones que involucraba, marca una ineludible polémica con respecto a cómo debe entenderse la planificación y el diseño urbano, el rol que en todo ello debe jugar tanto la participación ciudadana como la profesional, y la manera cómo ha sido tratado en medio del discurso político el que ha sido considerado históricamente uno de los espacios públicos emblemáticos dentro de la trama urbana caraqueña.
En tal sentido, es ineludible remontarse a 1939 cuando es publicado el Plan Monumental de Caracas o Plan Rotival para encontrar allí el germen de una serie de decisiones que transformaron el hasta entonces apacible centro de la capital. Dicho plan, al plantear la intervención de las manzanas comprendidas entre las avenidas Este-Oeste 6 y Este-Oeste 8 con el objeto de crear en medio un eje flanqueado por edificaciones, dentro de una propuesta general que privilegiaba la vialidad vehicular, aportaría a la bisoña capital venezolana el boleto de entrada a la modernidad.
1. Plan Rotival, 1939. Proyecto de la avenida principal. Perspectiva.
Aunque no nos detendremos a analizar al detalle los lineamientos generales de aquel plan, si vale la pena resaltar que dentro de su espíritu académico no dejó de contemplar la importancia de entender el eje central como punto neurálgico de un sistema del que partían toda una serie de intervenciones y como elemento ordenador del mismo. Tampoco es menos importante el considerar que la avenida que allí se proponía, pese a su carga compositiva, sus dimensiones y su condición de elemento separador del casco histórico, tenía unas connotaciones muy distintas a las que finalmente se le dio en cuanto a la consideración del tránsito y la forma urbana, cuya desvirtualización, que derivó en su conversión en una vía expresa, se inició en 1947 al crearse la Compañía Anónima Obras Avenida Bolívar (con el objetivo inicial justamente de impulsar el proyecto de urbanización derivado del llamado Plan Rotival) y cuando luego se proyecta y construye el Centro Simón Bolívar a partir de 1949.
2. c. 1947. Cipriano Domínguez. Maqueta del desarrollo de la avenida Bolívar a partir del proyecto del Centro Simón Bolívar siguiendo las pautas del Plan Rotival.3. La avenida Bolívar en 1955.4. La avenida Bolívar en 1967.
En todo caso, para comprender de manera integral el origen, evolución y planes desarrollados sobre el eje de la avenida Bolívar y hacerse una opinión propia con relación al tema, no existe mejor documento que el libro El Plan Rotival. La Caracas que no fue. 1939-1989. Un plan urbano para Caracas, coordinado por Marta Vallmitjana, con la participación de Marco Negrón, Ciro Caraballo, Juan José Martín Frechilla, María Fernanda Jaua, Silvia Hernández de Lasala, Max Pedemonte y Jesús Sanoja Hernández, publicado en 1991 luego de que se montara en 1989, como conmemoración de los 50 años del mencionado plan, una excelente exposición en los espacios de la FAU UCV.
De lo que no cabe duda es que las expropiaciones que dieron origen a la demolición de las manzanas afectadas según lo establecido por el Plan Rotival, pero muy particularmente el haber convertido en vía rápida a la avenida Bolívar (acentuado cuando luego se terminó empalmando con la Autopista del Este, hoy Francisco Fajardo), hicieron que el importante eje junto a los terrenos aledaños que conformarían su borde se convirtieran con el pasar de los años en “tierra de nadie”, pasando a ser objeto de múltiples planes y proyectos de muy desigual talante que nunca lograron resolver el tema del carácter que en definitiva debía cobrar como espacio urbano metropolitano.
5. Carlos Gómez de Llarena y Moisés Benacerraf. Maqueta y plan general del Parque Vargas. 1984.6. De izquierda a derecha: Les Champs Elysées (París), Paseo La Castellana (Madrid) y Parque Vargas (Caracas).
Será en 1984 cuando, mediante decreto presidencial, quedó instituido el uso de parque para los terrenos propiedad del Centro Simón Bolívar ubicados al norte y al sur de la avenida, a lo que se sumaría posteriormente una normativa que reglamentaría en detalle dicho uso durante diez años. Ello, traducido en la elaboración de un Plano General a cargo de los arquitectos Carlos Gómez de Llarena y Moisés Benacerraf, retomará el interés por entender el espacio como una totalidad. Así, el planteamiento de lo que se denominó como Parque Vargas, entre otras cosas, buscó minimizar dentro de lo posible la condición expresa de la avenida abriendo la posibilidad de rescatar las conexiones norte sur que el Plan Rotival siempre consideró de vital importancia para dar continuidad a la trama urbana fundacional. Pero lo que particularmente conviene resaltar de él es que, si bien se aleja visiblemente los lineamientos originales del Plan Monumental en cuanto a la definición del borde mismo de la avenida con volúmenes relativamente importantes, otorgándole un aspecto parecido a otros espacios similares en el mundo en los que predomina la vegetación (las referencias a Les Champs Elysées de París o el Paseo de La Castellana en Madrid son inevitables), dejó sembrada la semilla “de su propia aniquilación, o tal vez, de su propia revitalización, en tanto que se deja propuesta, para el futuro, la posibilidad de redensificar los bordes actualmente propuestos, tanto desde el punto de vista de los volúmenes edificables posibles, como desde el punto de vista de los usos que eventualmente requería una Avenida de esa naturaleza”, afirmará premonitoriamente Silvia Hernández de Lasala en el ensayo “Violaciones sucesivas. Notas sobre la arquitectura de la avenida Bolívar de Caracas, después del Plan Monumental de 1939”, publicado en el libro que ya citamos.
7. Edificios de la Gran Misión Vivienda Venezuela construidos sobre la avenida Bolívar a partir de 2011.
El Parque Vargas con el transcurrir del tiempo pasaría a denominarse “paseo” y acarrearía, a causa de la no implementación de las medidas correspondientes, una situación de indefinición para la otra mitad de la manzana que había quedado sin desarrollar a lo largo del eje de la avenida Bolívar, lo cual sin duda afectó la revitalización del espacio y aceleró su deterioro. Es así como sorpresivamente desde el gobierno, sin que mediara un necesario debate sobre el destino de la avenida que, valga decirlo, anteriormente tampoco se había dado, se toma la polémica decisión de ubicar allí desde 2011 el desarrollo de una parte importante de las edificaciones de la Gran Misión Vivienda Venezuela, una vez que se hubo consumado la desaparición del Centro Simón Bolívar. El trecho comprendido entre el Nuevo Circo y Parque Central, tanto al norte como al sur de la avenida, sería ocupado por bloques habitacionales sin servicios complementarios adecuados, que buscarían alojar a los damnificados de las lluvias de 2011 e incorporar dicho uso en los terrenos más importantes de la ciudad, acrecentando así su condición de colcha de retazos en la que poco a poco se ha convertido.
Es bajo lo que se podría considerar, siguiendo a Hernández de Lasala, como una nueva “violación sobre la violación”, que los terrenos ocupados por lo que pudo desarrollarse del Parque Vargas empezaron a ser vistos como posibles espacios de esparcimiento y desahogo de las viviendas construidas, asumiéndose como escala de referencia un ámbito intermedio entre la local y la metropolitana. Y es dentro de este contexto que hay que entender el llamado que el 12 de enero de 2015 se dirige a “colectivos, oficinas o estudios venezolanos de arquitectura y/o afines” (a los que se podrían sumar jóvenes estudiantes y colectividad en general), quedando “exentas, en su defecto, firmas personales o representaciones individuales”, para participar en el Concurso “Amenidades Urbanas”.
Fueron por tanto muy elaborados los argumentos y debatibles las justificaciones cargadas de ideología que los organizadores del concurso (Pico Estudio y PGRC, apoyados en la Gran Misión Saber y Trabajo y con el patrocinio del Gobierno del Distrito Capital, la Alcaldía de Caracas y el Movimiento por la Paz y la Vida) debieron redactar para dar soporte a un evento que, sin embargo, tuvo una significativa participación de hasta 366 trabajos del más variado nivel.
En tal sentido, a sabiendas de que se estaban contraponiendo dos visiones de ciudad, de su planificación y de la manera como se concibe, proyecta y construye el espacio público, no es extraño encontrar en los documentos elaborados tanto por los organizadores como en el propio veredicto del jurado (que se pueden revisar en https://amenidadesurbanas.tumblr.com/), frases, algunas polivalentes y otras discutibles, como las siguientes: “El objetivo de este Concurso es despertar el interés en enriquecer a la urbe caraqueña, con intervenciones arquitectónicas que vitalicen los espacios en desuso para transformarlos en lugares de encuentro, que mejoren la convivencia ciudadana e inviten al sano esparcimiento”; “El modelo de gestión para el desarrollo de los Proyectos de Arquitectura estará relacionado a la metodología del diseño participativo, a partir de fórmulas de trabajo que implican la ampliación de información, aprendizaje, acuerdos y cooperación basados en el intercambio y transferencia de conocimientos y experiencias con la comunidad y diversos actores de la ciudad”; “Amenidades Urbanas consiste en una estrategia de vitalización urbana basada en el principio del Derecho a la Ciudad, para la activación de dinámicas que inviten a la ocupación colectiva del espacio público, a partir de la generación de una oferta permanente de servicios para el disfrute cotidiano desde lo lúdico, relacionada al esparcimiento, la recreación, el descanso, la educación y el deporte”; y, la que tal vez llama más la atención, “Amenidades Urbanas no es tanto un concurso destinado a una búsqueda de proyectos cerrados sino de potencialidades, por lo cual está diseñado para convertirse en un semillero de proposiciones abiertas y no de intervenciones ya terminadas, totalmente preparadas para ser construidas de manera inmediata, sin ser refrendadas por otros procesos más allá de nuestra evaluación. Entendemos que es por eso por lo que el concurso no aparece con un plan general ordenador diseñado apriorísticamente sino que tiene una vocación de ir construyéndolo a partir de esas potencialidades, derivadas de las propuestas premiadas o mencionadas en el veredicto del jurado”.
8. Parte de la entrega ganadora del lote B1 (Deporte): Ricardo Sanz, Rodrigo Marín, Anastasia Carvallo y Sergio Fernández (Caracas).9. Parte de la entrega ganadora del lote D1 (Artes): Ricardo Sanz, Rodrigo Marín, Anastasia Carvallo y Sergio Fernández (Caracas).10. Parte de la entrega ganadora del lote C3 (Deporte): Daniel Madrid, Andrés Rengifo, Orlando Rosales, César Figueroa, Claudia Millán, Andrés Benítez, Silvia Uzcátegui, Robert Montilla, Genesis Loizaga, Rafael Suarez, Freddy Mendoza, Gerardo González, Carlos Alcalá, José Sulbarán, Mariano García, Luis Morillo y Cristóbal Mendoza (Barquisimeto)
El jurado convocado para evaluar los trabajos entregados el 30 de marzo de 2015, integrado por: Antonio Salas, Alejandro Haiek, Melissa Parra, Marcos Coronel, José Naza Rodriguez, Diego Peris (España), David Barragán (Ecuador) y Carmelo Rodríguez (España), con el apoyo como consejeros de Juan Pedro Posani y Domingo Álvarez, declaró ganadores, dentro de las diferentes zonas y modalidades sometidas a escrutinio, a los siguientes grupos: lotes B1 (Deporte) y D1 (Artes): Ricardo Sanz, Rodrigo Marín, Anastasia Carvallo y Sergio Fernández (Caracas); lote C3 (Deporte): Daniel Madrid, Andrés Rengifo, Orlando Rosales, César Figueroa, Claudia Millán, Andrés Benítez, Silvia Uzcátegui, Robert Montilla, Genesis Loizaga, Rafael Suarez, Freddy Mendoza, Gerardo González, Carlos Alcalá, José Sulbarán, Mariano García, Luis Morillo y Cristóbal Mendoza (Barquisimeto); y lote D3 (Descanso); Antonio Bockh, Marco Henríquez, Gabriel Martín y David Tovar (Puerto La Cruz). Además, se otorgaron siete menciones. Cabe añadir que, más allá de no haberse logrado cubrir todas las variantes previstas, el concurso previó no sólo premiar a los ganadores y menciones sino también otorgar una bonificación a todos los trabajos que, cumpliendo con las bases, fueron entregados.
11. Amenidades Urbanas. Master plan.
Después de realizado el evento, en 2018, se constituyó la oficina “Amenidades Urbanas” que tuvo la responsabilidad de elaborar (a posteriori y tras consulta pública con la contribución de expertos, investigadores, comunidades del entorno e instituciones públicas) un plan maestro a cargo de Camilo González (director) y el apoyo de Verónica Rodríguez, Damián Castillo, Rafael Solano, Miguel León, Guillermo León, Ana Vielma, Aurynes Rojas, Ángel Rodríguez, Javier Barrios, Fabricio Mora y Génesis Lozada. Desde allí se le ha dado curso a la realización del proyecto del grupo ganador encabezado por Ricardo Sanz y Rodrigo Marín (del cual recogemos uno de los dibujos entregados para ilustrar nuestra postal del día de hoy), que tuvo por objetivo proponer espacios culturales y una plataforma deportiva. También a los proyectos de un dispositivo de juegos (Rafael Suárez de 439 estudio) y de un mercado itinerante (Marcos Colina, Gresly Monsalve y Darianna Urbina de Abono arquitectura).
12. Ricardo Sanz y Rodrigo Marín. Lote deportivo.13. Ricardo Sanz y Rodrigo Marín. Lote cultural.14. Marcos Colina, Gresly Monsalve y Darianna Urbina de Abono arquitectura. Mercado.
El trabajo de Sanz y Marín fue publicado por https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/906383/amenidades-urbanas-sector-deportivo-ricardo-sanz-sosa-and-rodrigo-marin-briceno y del texto remitido por los autores rescatamos lo siguiente: “La obra aquí publicada corresponde al lote deportivo, y para su desarrollo, decidimos comprometernos con las actividades de recreación y ejercitación más comunes del ciudadano venezolano, entendidas más como dinámicas de tipo lúdico que fomenten el espíritu de cohesión comunitaria y de salud, que de competencia y formación deportiva profesional.(…) En efecto, en un lote que, por sus dimensiones, difícilmente podía asumirse la práctica deportiva de forma estricta, tenía más sentido ofrecer un conjunto de actividades, que, articuladas de manera flexible, respondieran a los distintos intereses de los habitantes del sector. (…) Los dos elementos que se utilizaron de forma sistemática fueron el concreto para las superficies, y el acero, para los dispositivos.(…) El primero, busca construir una topografía de discretos desniveles, que resuelve, las conexiones entre la calle y la edificación, las jardineras, los asientos y los anclajes para las estructuras livianas; propone también el tema de la rampa de patinaje, y el tenis de mesa, como una pieza escultórica maciza que pueda resistir el impacto del uso público.(…) El segundo por su parte, se presenta como una estructura de tubería continua que recorre la plaza, baja, sube, circunda un árbol, y que va determinando el espacio, orientando los recorridos y sugiriendo sus usos. Unas barras paralelas, una baranda, un riel para patinar; hay una estructura que sostiene un aro de baloncesto, y unos columpios protegidos tras una reja para mecerse suavemente, y mirar la ciudad (o el juego) sin temor de recibir un pelotazo. (…) La multiplicidad y flexibilidad, busca satisfacer a todas las edades. Los jóvenes y adultos que persiguen mejorar su condición física tienen un espacio en la figura de gimnasio a cielo abierto, pero la ambigua articulación de límites, construye esa plataforma de juegos capaz de albergar la siempre cambiante aspiración del niño, que, de un momento a otro pasa de ir tras una pelota a treparse sobre algo, en inquieta e inagotable emoción”.
15. La avenida Bolívar en la actualidad.
Como corolario de este polémico evento quedará flotando la pregunta acerca de si se debe participar o no en concursos sesgados ideológicamente o formulados bajo premisas que pudieran estar equivocadas y añadir las siguientes ¿Qué competencia arquitectónica no peca de ello? o ¿Concursar significa necesariamente compartir los lineamientos de los promotores o más bien aprovechar las pocas oportunidades que se presentan para ofrecer posturas, ejercitar la imaginación, darse a conocer, abrir una fuente de trabajo u ofrecer resultados viables y atractivos que logren convencer a un jurado?
El proyecto venezolano denominado “Catia 1100 – Sistema de Equipamientos Comunitarios”, fue recientemente nominado para la edición 2022 del reconocido premio Mies Crown Hall Americas Prize (MCHAP), el cual es organizado por la Facultad de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Illinois (IIT) en Chicago, con la finalidad de reconocer la excelencia en las obras arquitectónicas desarrolladas en las Américas en los últimos diez años.
El Sistema de Equipamientos Comunitarios es un proyecto de rehabilitación integral entre el barrio Los Frailes de Catia y el Parque Nacional Waraira Repano en Caracas, diseñado por los arquitectos Marcos Coronel, Stevenson Piña (PICO Colectivo), Gabriel Visconti (Aga estudio), Ricardo Sanz y Rodrigo Marín, y ejecutado junto a la comunidad dentro de un programa impulsado por el Instituto Nacional de Parques (Inparques) y la Vicepresidencia Territorial de Venezuela.
Tal como lo reseña la nota de prensa, el proyecto implementó una serie de nuevos espacios comunitarios, una cancha deportiva, un centro cívico y una plaza, obras de mitigación, muros y elementos estructurales, refacciones de viviendas y construcciones existentes, orientadas a subsanar las condiciones del barrio y su relación con el lugar, donde la sinergia entre el espacio social y el ecosistema natural fue la estrategia decisiva, de acuerdo al criterio de los responsables de la obra.
En la construcción participó una importante cooperativa de autoconstrucción local, liderada por Jesús Fuentes, Danny Arráez, Juan Ortega, Máximo Fonseca, Roger Colmenarez, Juan Linares; contando también con la participación de un destacado equipo conformado por María Isabel Ramírez, Ana Cristina Morales, Laura Di Benedetto, Karina Domínguez, José Bastidas, Adriano Pastorino, Joan Martínez, Ruth Mora, Ángel Chaparro, Nelyfred Maurera.
El MCHAP fue fundado en 2012 en Chicago (EEUU) con la premisa de exaltar “aquellas obras construidas que reconocen las circunstancias alteradas de la condición humana. Honrar a los proyectos que elevan la calidad de nuestros entornos más allá de las proverbiales cuatro paredes y respaldar a quienes reconocen la naturaleza interdisciplinaria de nuestras nuevas empresas. Sobre todo, a aquellos que han investido su trabajo con el misterio y el poder de la imaginación humana. El objetivo es premiar la atrevida contemplación de la intersección de la nueva metrópolis y la ecología humana”, según se explica en su sitio web https://www.mchap.co/
En este contexto, el Sistema de Equipamientos Comunitarios, una obra referente en cuanto a intervenciones de arquitectura de escala social, vuelve a estar vigente en el panorama arquitectónico del país, con este importante reconocimiento que señala el potencial del proyecto al pasar de los años.
El proyecto será evaluado junto a otros 200 proyectos de todo el continente, por un jurado compuesto por Sandra Barclay (Perú), Mónica Bertolino (Argentina), Alejandro Echeverri (Colombia), Julie Eizenberg, FAIA (EEUU), Philip Kafka (EEUU) y Dirk Denison (EEUU). El simposio y la ceremonia de premiación de MCHAP tendrán lugar en la primavera de 2023.
Nota
La propuesta 1100 Sistema de Equipamientos Comunitarios fue seleccionada como uno de los trabajos internacionales ganadores en la categoría Hábitat Social y Desarrollo de la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito BAQ 2016. Lo presentado entonces puede ser consultado en https://arquitecturapanamericana.com/1100-sistema-de-equipamientos-comunitarios/
ACA
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