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VALE LA PENA LEER

Entendiendo el Eco-Brutalismo: La paradoja entre estructura, sostenibilidad y estilo

por Olivia Poston

Casa Butantã – Paulo Mendes da Rocha. Sao Paulo, Brasil, 1964.

Traducido por Valentina Díaz

Publicado el 17 de julio, 2025

Tomado de https://www.archdaily.cl

Se espera que el entorno construido reduzca las emisiones de carbono, apoye la biodiversidad y responda a las condiciones ecológicas cambiantes, todo mientras proporciona vivienda para las comunidades y refleja sus valores culturales. En este paisaje cambiante, un estilo arquitectónico que alguna vez fue mal visto surge en una nueva forma sorprendente. El brutalismo, durante mucho tiempo asociado con la gravedad institucional y la austeridad material, ahora se está reformulando a través de un lente ecológico. Este movimiento híbrido, conocido como eco-brutalismo, combina el poder del concreto con la vegetación y estrategias de diseño sensibles al clima. El resultado es un conjunto de espacios que son visualmente impactantes, conceptualmente complejos y cada vez más populares entre diseñadores, urbanistas y el público en general.

Docklands Park / BAU Brearley Architects + Urbanists. Wuxi, China, 2020.

Las estructuras brutalistas se caracterizan tradicionalmente por su uso monumental de concreto y acero, su rechazo al ornamento y una especie de honestidad pragmática nacida de la reconstrucción de la posguerra. Escuelas, iglesias, urbanizaciones, bibliotecas y centros cívicos construidos durante las décadas de 1960 y 70 encarnan este legado. Estos edificios no estaban destinados a encantar. Fueron diseñados para perdurar. El eco-brutalismo desafía y reinterpreta ese legado, a menudo manteniendo la masa expresiva y la claridad del brutalismo mientras introduce elementos orgánicos, como plantas, luz natural y sistemas de rendimiento pasivo. La vegetación se aferra a los balcones, las enredaderas caen sobre las fachadas, los jardines en la azotea recuperan superficies de concreto planas, y los interiores son moldeados por la luz y el aire tanto como por la estructura.

Bosco Verticale / Boeri Studio. Milán, Italia, 2014.

El eco-brutalismo plantea preguntas esenciales sobre la sustancia frente al simbolismo. La suposición de que integrar plantas en estructuras de concreto las convierte automáticamente en sostenibles es un concepto erróneo común. El concreto es uno de los materiales más intensivos en carbono en el planeta. Simplemente agregar vegetación a su superficie no compensa el impacto ambiental de la extracción, producción o energía incorporada. Esta no es una razón para desestimar el eco-brutalismo. En cambio, es una razón para tomarlo en serio. Cuando se hace de manera reflexiva, el eco-brutalismo puede servir como un marco para reconciliar las responsabilidades materiales de la arquitectura con sus ambiciones ambientales. Puede explorar nuevas formas de reutilización, adaptación e integración climática. Puede desafiar la falsa división entre naturaleza y estructura, así como entre belleza y función.

Mamun Residence / Shatotto. Chittagong, Bangladesh, 2013.

Esta tipología encuentra un equilibrio entre densidad y altura, desafiando las limitaciones visuales y ecológicas de las torres convencionales. Las estructuras en esta categoría utilizan formas brutalistas como un marco para sistemas vivos, integrando árboles, arbustos y enredaderas a través de balcones, fachadas y líneas de techos. El resultado es una colisión dramática entre permanencia ingenieril y crecimiento orgánico. Estos edificios son a menudo ecosistemas altamente curados, diseñados para purificar el aire, reducir el calor y reintroducir la biodiversidad en el plano vertical de la vida urbana.

Kampung Admiralty / WOHA. Singapur, 2017.

En regiones húmedas y ecuatoriales, el lenguaje del brutalismo se reinterpreta para responder a las intensas condiciones climáticas. Aleros profundos, circulación abierta, vacíos sombreados y superficies de concreto texturizadas ayudan a regular el calor y fomentar la circulación de aire. La vegetación no es ornamental, sino esencial, actuando como un dispositivo de enfriamiento natural y un alivio psicológico del peso de la paleta de materiales. Esta tipología equilibra la masa con la sensibilidad climática, a menudo difuminando los límites entre interior y exterior.

Algunas manifestaciones

Sitios recuperados del brutalismo ecológico

Esta categoría refleja la relación cambiante de la arquitectura con el tiempo, el deterioro y la reutilización. En lugar de demoler antiguas estructuras brutalistas, los diseñadores preservan sus estructuras de hormigón en bruto y las reactivan mediante intervenciones ecológicas, añadiendo jardineras, renovando con sistemas pasivos o creando nuevos usos públicos en estructuras antiguas. Estos son actos de memoria y renovación, que transforman monolitos obsoletos en estructuras vivas que conservan la historia y se adaptan a las necesidades climáticas del presente.

Ejemplos

Edificio Pirelli Tire / Becker + Becker Associates. New Haven, Connecticut, EE.UU., 2022.

Tate Modern Switch House / Herzog & de Meuron. Londres, Reino Unido, 2016.

Five Manhattan West / REX. Nueva York, EE.UU., 2017.

Monolitos cívicos

El ecobrutalismo encuentra su expresión natural en las instituciones públicas, donde la arquitectura debe encarnar la durabilidad, la identidad y la función social. Bibliotecas, museos, edificios gubernamentales y centros de transporte de esta tipología utilizan volúmenes de hormigón a gran escala para consolidar el espacio y la autoridad, a la vez que integran estrategias ecológicas, como patios interiores, fachadas verdes o sistemas de gestión del agua. Estos proyectos demuestran que la arquitectura cívica puede ser imponente y receptiva, monumental y ecológica.

Ejemplos

Centro Cívico Plaza de La Libertad / OPUS + Toroposada Arquitectos. Medellín, Colombia, 2010.

Centro Cívico Nanjing Jiangbei / MENG Architects. Nanjing, China, 2020.

Bicentennial Civic Center / Lucio Morini + GGMPU Arquitectos. Córdoba, Argentina, 2012.

Entornos subterráneos

A menudo pasada por alto, esta tipología examina cómo las sensibilidades brutalistas se traducen bajo tierra. El ecobrutalismo subterráneo aprovecha la estabilidad térmica y las propiedades aislantes de la arquitectura de protección terrestre, utilizando hormigón para enmarcar espacios subterráneos o parcialmente enterrados, refrigerados pasivamente y aislados acústicamente. Estos espacios se convierten en refugios introspectivos que interactúan con el paisaje en lugar de erigirse sobre él, ofreciendo una alternativa de integración ecológica tranquila y estable.

Ejemplos

Therme Vals / Peter Zumthor. Vals, Suiza, 1996.

Nine Bridges «The Forum» / D.LIM architects. Seogwipo-si, Corea del Sur, 2013.

Casa de las Ideas Library / CROstudio. Tijuana, México, 2012.

Museu Brasileiro de Escultura (MuBE) / Paulo Mendes da Rocha. Sao Paulo, Brasil, 1995.

Paisajes de Gestos Brutalistas

Aquí, el gesto brutalista se extiende horizontalmente en lugar de verticalmente. Estos proyectos utilizan hormigón vertido, mampostería pesada o tierra apisonada para esculpir el terreno, enmarcar parques públicos o definir umbrales cívicos. A menudo fusionados con techos verdes, terrazas o sistemas de vida, estos paisajes difuminan la distinción entre edificación y movimiento de tierras. Se convierten en ecologías infraestructurales que apoyan la gestión de aguas pluviales, la biodiversidad y el uso colectivo, a la vez que mantienen una presencia sólida y materialmente honesta.

Ejemplos

PARKRoyal on Pickering / WOHA. Singapur, 2013.

El Campestre Recreational Park Complex & Community Development Center / CCA Centro de Colaboración Arquitectónica + Bernardo Quinzaños. Jalpa de Méndez, México, 2023.

Missouri Korean War Veterans Memorial / Tilt-Up Concrete Association. Kansas City, EE.UU., 2011.

Docklands Park / BAU Brearley Architects + Urbanists. Wuxi, China, 2020.

Acaponeta Public Park / CCA Centro de Colaboración Arquitectónica. Acaponeta, Nayarit, México, 2021.

Críticas, promesas y futuro del ecobrutalismo

El auge del ecobrutalismo no está exento de controversia. Los críticos argumentan que coquetea con el lavado de imagen ecológico, apropiándose de la retórica de la sostenibilidad sin cambiar radicalmente la lógica de la construcción. El hormigón sigue siendo uno de los materiales con mayor intensidad de carbono a nivel mundial, representando casi el 8% de las emisiones totales de CO₂. La simple adición de árboles a las losas de hormigón no anula su coste ambiental. El barniz ecológico puede oscurecer cuestiones sistémicas más profundas sobre los ciclos de los materiales, la energía incorporada y el urbanismo equitativo.

Sin embargo, las contradicciones del ecobrutalismo podrían ser lo que lo hace más relevante hoy en día. En lugar de refugiarse en el minimalismo de los pabellones de madera o el tecno-optimismo de las ciudades inteligentes de vidrio y acero, el ecobrutalismo aborda la densidad urbana, la permanencia y la complejidad. Reconoce que las ciudades no pueden rehacerse desde cero, pero sí pueden reestructurarse con intención. El hormigón, recuperado, reutilizado o formulado de forma innovadora, puede seguir desempeñando un papel vital en la construcción de estructuras duraderas, adaptables y de bajo mantenimiento.

El ecobrutalismo es un enfoque de diseño para el Antropoceno: una arquitectura que abraza la contradicción y fusiona la resistencia con la ecología. No es nostálgico del pasado ni idealista respecto al futuro. Es un realismo arquitectónico honesto en cuanto a los materiales, radical en su propósito y ecológico en el sentido más profundo de la palabra.

ACA

¿SABÍA USTED…

… que en 1993 se concluye el proyecto y se inicia la construcción del Centro Ambiental de Venezuela, ubicado en El Helicoide?

1. El Helicoide: Centro Ambiental de Venezuela.

Cuando en otras tres ocasiones desde estas páginas hemos tocado el “tema Helicoide”, hemos tenido ocasión de mostrar la manera en que la impactante y monumental estructura siempre ha estado en la mente de quienes, desde funciones de gobierno, han buscado aprovecharla tan pronto cesó su construcción en 1961 tras haber alcanzado el 90% de avance. Desde su concepción inicial como “Centro Comercial y Exposición de Industrias”, hasta la oprobiosa y contradictoria función “penitenciaria-judicial-educacional” que alberga el día de hoy, se ha buscado destinarlo a una llamativa diversidad de usos, unos con mayor y otros con menor nivel de concreción tanto proyectual como constructiva, pero todos con igual nivel de fracaso y frustración en cuanto a su feliz finalización.

2. Izquierda: El Portachuelo visto desde la Roca Tarpeya, lugar donde se construirá El Helicoide. Derecha: Vista aérea de El Helicoide en plena construcción.
3. Vista aérea de El Helicoide (c.1985).

Sólo a modo de repaso, recordemos que El Helicoide fue una iniciativa de carácter privado que tuvo en el arquitecto Jorge Romero Gutiérrez su principal ideólogo y promotor, siendo acompañado en la ejecución del proyecto por los también arquitectos Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger. Según los datos aparecidos en la revista Integral (otra iniciativa de Romero) en su nº 5, diciembre 1956, El Helicoide se gesta tras la idea de tallar un pequeño cerro denominado la Roca Tarpeya, ubicado al sureste del casco central de Caracas (sector El Portachuelo), de 101.940 m2 de los cuales 29.192 m2 se destinaron a vías y espacios verdes, y el resto 72.748 m2 a su construcción, siendo 46.715 de ellos dedicados a locales comerciales y exposición de industrias, 8.445 a bienes comunes y 17.588 “a la construcción actual o futura de entrepisos o mezaninas en los locales que sobrepasen el 50% computables”. Además, existían 17.000 m2 destinados a estacionamientos y aceras cubiertas. En resumen, la edificación se ubicó en el 50% del área del lote y se construyó con base en el 100% de su superficie.

Finalizado el proyecto en 1956 se inicia su construcción en 1957 con el capital producto de la preventa inicial de sus espacios, y luego de cuatro años de trabajos ininterrumpidos, El Helicoide se paraliza definitivamente una vez que se ralentiza el ritmo de la obra en 1958 con la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, y no logran cristalizar las múltiples negociaciones entre los promotores, el Gobierno Nacional y los entes económicos financistas.

4. En 1979 el Helicoide pasó a convertirse en «refugio provisional» para damnificados por las lluvias, siendo hacinadas casi 10.000 personas dentro de contenedores en sus rampas, pernoctando 3 años sin las más elementales condiciones.

Asociado equivocadamente a la dictadura perezjimenista, la cual no colocó ni un céntimo en su desarrollo, pero se benefició de su imagen de avanzada y de su sorprendente audacia, aquello que se consideró desde entonces como un “elefante blanco”, empezó tan temprano como 1966 a servir de refugio a damnificados causados por las lluvias, situación que se repitió en 1971 con la colocación de viviendas tipo trailers y se agudizó entre 1979 y 1982 cuando la estructura llegó a estar ocupada por 1.860 familias y unas 9.300 personas.

Entretanto, en 1969 el MOP propone sustituir el uso comercial original del Helicoide por oficinas públicas, centro de estudios y adiestramiento del IVSS y del INCE. En 1971 se presenta la posibilidad de convertirlo o bien en el Centro Nacional de la Cultura, que agruparía todas las instituciones y escuelas de arte dispersas por la capital, o bien en un centro industrial formado por pequeñas industrias y exhibiciones. De 1972 es la fugaz idea, manifestada por la Dirección Nacional de Identificación y Extranjería, de convertir El Helicoide en un centro que prestara servicios de migración y de convertirlo en un terminal de salida de pasajeros que viajarían por avión desde Maiquetía.

5. Propuesta de la Oficina de Arquitectura Oscar R. Tenreiro Degwitz. El Helicoide sería la sede de la Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación, la Imprenta Nacional, el Museo de Historia y el Museo de la Ciencia y de la Técnica.

En 1971, a solicitud del Centro Simón Bolívar, la Oficina de Arquitectura Oscar R. Tenreiro Degwitz propone El Helicoide como sede para la Biblioteca Nacional a la cual se sumarán el Archivo General de la Nación, la Imprenta Nacional, el Museo de Historia y el Museo de la Ciencia y de la Técnica. Se programan las necesidades de todas las instituciones (las de los museos prácticamente se inventan), se presentan hasta tres ideas para lograrlo, y se avanza en el desarrollo de una cuarta llegándose a niveles de anteproyecto. Esta iniciativa, una de las más completas de las que se han presentado para rescatar el polémico edificio, fue interrumpida por el nuevo gobierno electo luego de las elecciones de 1973.

6. «Nuevo Helicoide Caracas». Grupo Tekto (Carlos Celis Cepero y Ana Teresa Caraballo-Gramko de Celis Cepero).

En 1975 mediante Decreto de expropiación se autoriza al recién creado Instituto Nacional de la Vivienda (INAVI) la adquisición de los bienes afectados y se encarga el proyecto “Nuevo Helicoide Caracas” al Grupo Tekto (Carlos Celis Cepero y Ana Teresa Caraballo-Gramko de Celis Cepero), quienes solicitan la asesoría de los autores del proyecto original y proponen mantener el uso inicial de centro comercial, ampliando los porcentajes de construcción a cien mil metros cuadrados incorporando un gran hotel en forma de torre cilíndrica y otros cuerpos rentables. De 1977 es la idea que contemplaba la creación del Centro Latinoamericano para la Investigación del Arte y la Cultura con su respectiva galería de arte, talleres, biblioteca y salas de conferencia contando con un complejo de plazas y bulevares representativos de la identidad venezolana, en la que participaron de nuevo Carlos Celis Cepero y Ana Teresa Caraballo-Gramko de Celis Cepero ahora acompañados de un grupo de importantes artistas plásticos. En 1981 se anuncia que el edificio sería convertido al año siguiente en un majestuoso mercado donde también habría helipuerto y restaurantes y en 1982 se propuso convertirlo en la sede del Congreso Nacional.

Pero no es sino hasta 1982 que El Helicoide llega a ser desalojado completamente en seis meses gracias a la presión ejercida por el “Comité de rescate del Helicoide”, luego “Proyecto Helicoide”, coordinado por Sonia Miquilena de Cárdenas, quien propone convertirlo en una “ciudadela cultural”. Entregado en comodato a la Gobernación del Distrito Federal, en 1983 se anuncia la construcción de la primera etapa de dicha “ciudadela” (proyectada por el arquitecto Ralph Erminy), lográndose sólo rescatar y ubicar en su lugar el domo geodésico de Buckminster Fuller (almacenado en cajas desde 1957) para albergar actividades culturales.

Acto seguido, una comisión presidencial después de sesudos estudios recomienda desarrollar el lugar en cuatro etapas: 1) Centro de documentación, información, exhibición y facturación de la industria nacional; 2) Edificio de estacionamientos y servicios; 3) Centro profesional empresarial; 4) Hotel de 500 habitaciones.

En 1984 aparece la propuesta de parte de Guillermo Frontado, Enrique Larrañaga, Nury Bofill, Alicia Vila y David Gouverneur de convertir al Helicoide en un digno monumento funerario, destinado a los héroes nacionales que deben partir del Panteón pero que no pueden reposar junto al común de los mortales en el Cementerio General del Sur, siendo ese el mejor uso a bajo costo que, según los proponentes, podría dársele.

Y, finalmente, en 1985 se vuelve a proclamar por la prensa que “por primera vez en los últimos 27 años El Helicoide tiene un destino cierto y definido”. Mindur (Ministerio del Desarrollo Urbano) en una clara demostración de falta de planificación, puso en servicio sus primeras instalaciones rescatadas, destinándolas a ser la sede de la sección de motorizados de la Disip y, también, apresuraba “los trámites para dar cabida allí a dependencias de la Marina, Universidad Nacional Abierta, Cámara Agrícola, Bandesir, y algunas instituciones sin fines de lucro (…) Además tendrá albergue la Biblioteca del Ministerio de la Defensa (…) Mindur adelanta conversaciones con Fundarte con el objeto de entregarle la cúpula del Helicoide a fin de que administre y organice allí eventos artísticos y culturales para el público en general”. Lo único cierto es que el 10 de septiembre de 1986, El Helicoide es adjudicado por 15 años a la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención DISIP (SEBIN desde 2010).

7. Los arquitectos Julio Coll y Jorge Castillo (izquierda) y el equipo que participó en el proyecto dentro del Taller JC-JC (derecha).
8. Consideraciones iniciales tomadas en cuenta para la conceptualización del proyecto.

En tales condiciones surgirá la que quizás sea la propuesta que logró contar con un planteamiento realmente sólido en cuanto al origen, desarrollo y destino final del Helicoide y la que más lejos llegó en cuanto a su cristalización: su conversión en el Centro Ambiental de Venezuela, sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR).

Estrenándose la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez, que debía transcurrir entre 1989 y 1994, el ingeniero Enrique Colmenares Finol, designado como Ministro del Ambiente, recibe la orden de desalojar el edificio Camejo del Centro Simón Bolívar donde funcionaba la mitad de la entidad (incluida la Dirección de Cartografía Nacional), ya que se requería el inmueble para completar el Palacio de Justicia. Es en ese momento que el propio presidente Pérez propone ubicar Cartografía Nacional en El Helicoide lo cual permitirá a Colmenares Finol percatarse de que en el edificio podría funcionar no sólo Cartografía sino todo el Ministerio.

La posibilidad de pensar la obra en función de albergar el que en su momento fue un organismo como el MARNR, pionero en América Latina, que en 1977 (durante el primer gobierno de Pérez y con Arnoldo José Gabaldón a la cabeza), fue creado a partir de la fusión de la Dirección General de Recursos Hidráulicos del MOP y la Dirección General de Recursos Naturales del Ministerio de Agricultura y Cría, para “garantizar una mejor calidad de vida, mediante la gestión ambiental transversal, rectora, ejecutora y normativa, del uso y conservación de los recursos naturales promoviendo la participación de la sociedad para lograr el desarrollo sostenible”, va tomando cuerpo.

Por otra coincidencia, el ministro entra en contacto con los arquitectos Julio Coll y Jorge Castillo (egresados de la UCV en 1960 y 1959, respectivamente), quienes proyectaban para el ente gubernamental la remodelación de la Torre Sur del Centro Simón Bolívar y, al pedírseles su opinión, entregan en 15 días un informe evaluativo que planteaba la absoluta posibilidad de ubicar el MARNR en El Helicoide. La idea de considerar el proyecto como el Centro Ambiental de Venezuela y ofrecerle al “gigante dormido” la oportunidad de convertirse en punto de partida de lo que podía ser la recuperación ambiental de Caracas, muy pronto empezó a transformarse en un proyecto ambicioso que contempló un plan de renovación urbana y saneamiento que incluía todo el entorno incorporando al Jardín Botánico, previendo, además, las mejores condiciones laborales para los 12.000 funcionarios que integraban las Direcciones Generales Sectoriales de Servicios Autónomos de Geografía y Cartografía Nacional, Investigación, Conservación de Suelos, Aguas y Vegetación, Agencia de la Cuenca del Rio Tuy, la Administración y Servicios Pro-Fauna, así como el Despacho del Ministro y sus dependencias auxiliares.

9. Plan de inversiones para la remodelación y acondicionamiento del Helicoide, del cual se llegó a ejecutar más de las tres cuartas partes.

Jorge Castillo, en entrevista aparecida dentro de la publicación “El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables”, editada en 1993, cuando los avances de la obra eran importantes y todo apuntaba a su exitosa finalización, expresó cómo en 1990, “sin tardanzas empezaron los planes de acción. Había que distribuir esa cantidad de oficinas en disposiciones espaciales lógicas, por vínculos y relaciones, de acuerdo al abultado organigrama del Ministerio. De seguido, el Plan Maestro 1991, 1992 y finalmente el Plan 1993. En total 85.000 m2 existentes, luego de agregarle 27.000 m2 en mezzaninas para llegar al metraje requerido”, para concluir: “en la actualidad el proyecto es prácticamente irreversible, porque ya estamos construyendo”. Para aquel momento solo quedaba por realizar el Plan Maestro 1994, que contemplaba el diseño y construcción de obras anexas, llegando con ello el Centro Ambiental de Venezuela a completar en total 139.000 m2 de construcción.

10. Criterios generales propuestos para el proyecto paisajístico y de condicionamiento ambiental interno.
11. Criterios generales propuestos para el proyecto de señalización.

Teniendo como premisa fundamental la calidad ambiental en todas y cada una de las decisiones que se fueron tomando, el proyecto de arquitectura incluyó como parte muy importante la correspondiente al tratamiento paisajístico (a cargo de Eduardo Robles Piquer y Pedro Vallone), sobre el que empezó a descansar el cambio de lectura exterior (inspirada en la imagen arquetípica de los jardines escalonados y colgantes de Babilonia) de un edificio que siempre fue visto como una mole de concreto de la que poco sabía sobre su destino el ciudadano común, gracias a la integración de la vegetación a la vialidad interna del complejo.

También se tuvo especial cuidado en toda la señalización (proyecto del diseñador Iván Castillo) que debía enfrentar el reto de orientar de manera fácil al usuario y al visitante dentro de una estructura extendida poco profunda que no facilitaba el reconocimiento espacial desde su interior.

Coll y Castillo, arquitectos proyectistas y cabezas visibles del Taller JC-JC, conformaron un equipo con 60 profesionales interdisciplinarios y técnicos, bajo la coordinación de proyectos de Alexandra Englert y la asesoría de Jorge Romero Gutiérrez.

12. Estado de avance que presentaban las obras para el momento de su interrupción.

Como parte de la mala fortuna que a través del tiempo ha acompañado a El Helicoide, el plan a cuatro años presentado por Coll y Castillo para llevar adelante  las obras de remodelación y acondicionamiento del edificio y sus alrededores, a concluirse en 1994, se topó con las accidentadas condiciones políticas que atravesó el segundo período presidencial de Carlos Andrés Pérez (dos golpes militares en 1992 y separación del cargo tras su enjuiciamiento en mayo de 1993), lo cual, pese al empeño que quienes continuaron la gestión de Colmenares Finol después de junio de 1993, se convirtió en una carga muy dura de sobrellevar, quedando muchas de las obras concluidas pero sin que ninguna mudanza se hiciera efectiva, ni siquiera la de Cartografía Nacional, que aún hoy se encuentra en los espacios cuya solicitud de desocupación dio origen hace más de 30 años a todo el proyecto. Valga añadir como otro inconveniente no menor la permanente reticencia de los funcionarios de MARNR a cambiar sus condiciones de trabajo originales por otras dentro de una zona de la ciudad que no contaba con las mejores conexiones ni de transporte ni de seguridad.

Tras las elecciones de finales de 1993 ganadas por Rafael Caldera en medio de una importante crisis política y financiera, el proyecto se engavetó y lo realizado fue aprovechado en la medida de los posible por los sucesivos ocupantes del edificio, mostrando hoy niveles muy altos de descuido y falta de mantenimiento.

La sugerente frase pronunciada por Colmenares Finol que rezaba: “Por los alrededores del Helicoide empezó el deterioro urbano ambiental de Caracas, y por ahí debe empezar su recuperación” quedó como otro sueño que acompañará al “elefante blanco” en su desdichada historia.

13. Portada de la publicación “El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables”, editada en 1993

Nota

Esta reseña sólo ha sido posible elaborarla gracias a la consulta hecha a la completa publicación “El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables”, editada en 1993 bajo la coordinación general y diseño del diseñador gráfico Iván Castillo y un amplio equipo de colaboradores, e impresa por Jaspe Editores.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y 13. El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, Iván Castillo (coord.), 1993.

2 y 3. Colección Crono Arquitectura Venezuela

4. https://twitter.com/GFdeVenezuela/status/1421573440604147717

5. Oscar Tenreiro, Todo llega al mar, 2020

6. Revista ARKETIPOS, nº1, 1984.

VALE LA PENA LEER

La reutilización adaptativa como estrategia para el desarrollo urbano sostenible

Por Andreea Cutieru

Elbphilharmonie Hamburg, Hamburgo, Alemania, de Herzog & de Meuron.

Traducido por Piedad Rojas

28 de octubre 2021

Tomado de Plataforma Arquitectura

«Las nuevas ideas deben utilizar edificios antiguos«, dijo Jane Jacobs en su libro seminal La muerte y la vida de las grandes ciudades estadounidenses, defendiendo la reutilización de los edificios existentes como un medio para catalizar un cambio positivo y fomentar entornos urbanos diversos.

Insertar nuevas actividades dentro de un marco existente se está convirtiendo cada vez más en un aspecto definitorio de la arquitectura contemporánea, a medida que la necesidad de alternativas sostenibles para construir de nuevo se vuelve más urgente. Desde una perspectiva urbana, la reutilización adaptativa es una estrategia valiosa para revitalizar las ciudades postindustriales, crear densidad y mitigar la expansión urbana, o ayudar a las ciudades que se encogen a redefinir su tejido urbano.

Coal Drops Yard, Londres, por Heatherwick Studio.

En algún momento de la historia reciente, la idea de prescindibilidad arquitectónica se ha vuelto aceptable, lo cual ha derivado en estructuras de una sola generación. La vida útil promedio de los edificios en el mundo desarrollado ha disminuido a 70 años -incluso ha bajado a 30 años en lugares como Japón- donde existe una expectativa inherente de obsolescencia, que debe cuestionarse por razones ambientales.

Esperando para el año 2050 que más de 2.500 millones de personas vivan en áreas urbanas debido a las preocupaciones climáticas y los niveles insostenibles de consumo de recursos, las ciudades deben encontrar estrategias para aprovechar al máximo la infraestructura y los edificios existentes.

En los últimos años, la reutilización adaptativa se convirtió en una práctica común, con firmas establecidas como MVRDV, Herzog y De Meuron o Heatherwck Studio defendiendo la estrategia a través de varios proyectos. En este sentido, el ex presidente de AIA Carl Elefante estima que en las próximas décadas, los proyectos de reutilización adaptativa serán dos veces más numerosos que las nuevas construcciones.

Densidad urbana e intensidad social 

Transformación de oficinas e instalaciones de impresión en urbanizaciones de uso mixto. Kiel Höfe, Kiel, Alemania, concurso ganado por el grupo EFFEKT.

En una entrevista, Winy Maas argumentó la necesidad de la reutilización adaptativa diciendo que «por muchas razones ecológicas — uso de tierra y energía, infraestructura disponible — es mejor tener ambientes más intensos que continuar la expansión de los suburbios. Si se desea intensificar las ciudades existentes, se debe lidiar con el [entorno] construido existente». El stock de construcción es un recurso para el crecimiento y, con la introducción de nuevos elementos, los sitios en desuso pueden convertirse en un punto de intensidad social.

Canal en Wijnegem, Amberes, Bélgica, por Stéphane Beel Architects.

En este sentido, el diseño de Heuvelkwartier de MVRDV transforma el sitio de un centro comercial obsoleto en Eindhoven en un atractivo barrio cultural al transformar y expandir los edificios existentes. Del mismo modo, EFFEKT ganó recientemente un concurso para convertir un bloque urbano ocupado por una oficina editorial y una imprenta desmanteladas en Kiel, Alemania. El proyecto está destinado a impulsar la revitalización del centro de la ciudad y dar forma a un nuevo destino cultural mediante la infusión de nuevos programas dentro de las estructuras existentes y la ampliación de la masa construida. En ambos casos, aún por construir, la reutilización adaptativa a escala de manzana es la premisa para la regeneración urbana.

Modernización en paisajes postindustriales

Zeche Zollverein, Essen, Alemania.

Originalmente construidos en las afueras de las ciudades, muchos complejos industriales han sido engullidos por el extenso entorno urbano. Estos terrenos abandonados y su arquitectura orientada a las máquinas representan una oportunidad importante para que las ciudades crezcan hacia adentro, construyendo sobre los cimientos de un marco robusto pero flexible, cuya gran escala e identidad establecida constituyen argumentos para la reutilización adaptativa.

La transformación de las áreas industriales cobró impulso en la década de 1970 con la conversión de distritos como el SoHo en Nueva York y se volvió cada vez más importante en la década de 1990, especialmente en Europa occidental, impulsada por la transición de una sociedad industrial a una sociedad de la información.

Edificio KB dentro del parque industrial Kleefse Ward, Arnhem, Países Bajos, rediseñado por HofmanDujardin + Schipper Bosch.

La reutilización adaptativa de sitios industriales adquiere una variedad de formas, con una amplia gama de programas, escalas e intensidades, como lo demuestra la remodelación orientada hacia la cultura y el turismo del sitio del patrimonio de la UNESCO del Complejo Industrial de la Mina de Carbón de Zollverein en Alemania, la transformación del parque industrial Kleefse Ward en los Países Bajos en un campus tecnológico o la remodelación de LXFactory en Lisboa en un distrito comercial.

La escala de la inversión y el esfuerzo también varía. En el caso de la fábrica de acero Sulzerareal en Suiza, los grandes planes de remodelación fueron reemplazados por la reocupación orgánica del complejo por pequeñas empresas. El sitio se incorporó al tejido urbano rediseñando las áreas intersticiales en espacios públicos.

Reestructurar el tejido urbano de las ciudades que se reducen

El fenómeno de la reducción de la ciudad es un proceso de declive urbano con causas complejas que van desde la desindustrialización, la migración interna hasta el declive de la población. Las estrategias para abordar la contracción urbana generalmente toman dos direcciones distintas: adoptar la desurbanización a través de métodos como la reducción de tamaño inteligente o la reinvención de la ciudad bajo nuevas premisas, las cuales implican la reutilización adaptativa.

El dimensionamiento correcto a veces puede implicar la demolición, pero en casos más sostenibles, la estrategia capitaliza los activos pasados por alto en la ciudad y asigna nuevos usos urbanos a los sitios vacíos, estabilizando así los vecindarios mediante la curación de una pieza programáticamente diversa del tejido urbano.

Detroit, Michigan, Estados Unidos.

Con la reutilización adaptativa convirtiéndose en un elemento básico de la arquitectura contemporánea, el tema necesita una mayor exploración en varios niveles, desde la perspectiva de la planificación urbana hasta la metodología de diseño y los aspectos técnicos relacionados con las estructuras obsoletas. A nivel urbano, el fenómeno brinda una oportunidad para reinventar el entorno construido a través de un proceso de estratificación y curación, lo que lleva a ciudades más diversas y arquitectónicamente ricas.

ACA

VALE LA PENA LEER

La transformación de oficinas en viviendas, ¿una nueva tendencia mundial?

Andreea Cutieru

Edificio Cosmopolitan, Bruselas, años 1960. Reacondicionado por Bogdan & Van Broeck en 2019.

Traducción: Fabian Dejtiar

23 de octubre 2021

Tomado de Plataforma Arquitectura

La escasez de viviendas ha sido durante mucho tiempo el catalizador de la especulación arquitectónica sobre escenarios de recursos adaptativos o la valorización de lugares infrautilizados en las ciudades. Al mismo tiempo, la crisis de salud y los imperativos del trabajo en el hogar han traído más que reflexiones sobre el potencial de la reutilización adaptativa de los espacios de oficinas. La probabilidad de que algunos edificios de oficinas permanezcan vacíos después de la pandemia abrió la posibilidad de devolver viviendas a los centros de las ciudades, lo que muchos buscan acompañar con la implementación de una visión de la ciudad de 15 minutos. A continuación, se analizan los desafíos y oportunidades de transformar espacios de oficinas en viviendas, destacando la viabilidad e impacto a largo plazo de este fenómeno limitado.

Los expertos indican que la ocupación total en los distritos comerciales no regresará en el futuro previsible, una razón más para considerar usos alternativos para los espacios de oficinas existentes. Por ejemplo, en París, el 33% del espacio de oficinas disponible ha estado vacío durante más de 4 años. Dado que las empresas están recortando los arrendamientos a largo plazo y están evaluando los beneficios financieros de reducir la cantidad de bienes raíces, el esquema podría volverse más atractivo económicamente para los desarrolladores. Además, como explica David Bourla, economista en jefe de la consultora inmobiliaria Knight Frank, «los inversores ahora buscan reequilibrar sus carteras a favor de la propiedad residencial, que está menos correlacionada con las crisis económicas y menos expuesta a los trastornos estructurales asociados con la pandemia del Covid-19».

Interior del edificio Cosmopolitan, Bruselas, años 1960. Reacondicionado por Bogdan & Van Broeck en 2019.

La reutilización adaptativa, en general, es el enfoque más sostenible para el desarrollo debido a la energía incorporada y la huella de carbono de los edificios existentes. Sin embargo, convertir edificios de oficinas en residenciales conlleva una serie de desafíos. El marco normativo de la edificación y la morfología de los edificios de oficinas son los obstáculos más importantes para la reutilización adaptativa generalizada de esta tipología. Además, los edificios de oficinas más nuevos tienen placas de piso más grandes, lo que deja una parte significativa del edificio con poca luz natural y, por lo tanto, no es apto para la conversión. Las restricciones del código de construcción agregan otro obstáculo para la reutilización adaptativa de la oficina a la vivienda.

El tipo adecuado de edificio de oficinas

No todos los edificios de oficinas son aptos para un cambio de programa debido a la altura del piso o la distancia del núcleo a la fachada; sin embargo, los edificios de oficinas más antiguos son más adecuados para este tipo de transformación que los más nuevos. El parque de oficinas de los años 60 y 70, en su mayor parte, ha llegado al final de su vida útil, los edificios ya no cumplen con los estándares contemporáneos del programa. Las mejoras de eficiencia energética, las actualizaciones de la filtración de aire y las actualizaciones de los ascensores son costosas y no garantizan la competitividad del edificio envejecido frente a los nuevos desarrollos de clase A. Con edificios de oficinas vacíos y baja ocupación de las áreas del centro, la reutilización adaptativa se convierte en una opción sensata y, en muchos casos, es más rentable que la demolición.

Edificio en Charenton-le-Pont , París, años 1970. Reacondicionado por MoattiRivière en 2016.

Algunas características hacen que los edificios de oficinas más antiguos sean mejores candidatos para la reutilización adaptativa. Para fines residenciales, la distancia entre la fachada y los ascensores, conocida como «el espacio de arrendamiento», debe estar entre 10 y 15 metros; cuanto más pequeño, mejor. Los edificios de oficinas más antiguos también tienen una altura de piso más baja, lo que los hace más adecuados para uso residencial que las operaciones de oficina actuales. Como lo describe Gensler en su evaluación del potencial de conversión de la oficina de Calgary a residencial, cuanto «peor» es el edificio de oficinas (típicamente edificios de Clase C), mejor candidato es para la conversión a residencial.

Vista de los edificios antiguos en Franklin Street en el barrio de Tribeca de Manhattan, Ciudad de Nueva York.

En Estados Unidos, la conversión de oficinas a viviendas de edificios -de antes y después de la guerra- ya se ha producido en los años ’80 y ’90 en ciudades como Nueva York, Chicago o Los Ángeles, y las oficinas vacías actuales están lejos, siendo más difícil de reutilizar. Como resultado, las solicitudes de planificación para conversiones comerciales a residenciales en los EE. UU. son todavía pocas y distantes entre sí, a pesar de que las tasas de desocupación están en su punto más alto. Además, muchos de estos proyectos de reutilización adaptativa se convierten en unidades residenciales de lujo, de ninguna manera ayudando con la falta de viviendas asequibles. Sin embargo, el financiamiento de subsidios para convertir edificios de oficinas en viviendas podría cambiar el resultado, contribuyendo a aliviar la crisis de la vivienda.

Una tendencia creciente

En Europa, varias ciudades y entidades profesionales apoyan los esquemas de reutilización adaptativa de oficinas a viviendas, con la intención de acelerar la producción de viviendas. Paris Ile-de-France Capitale Economique y Maison de l’Architecture Ile-de-France han establecido un premio internacional que destaca la conversión de oficinas en viviendas. Actualmente, en su segunda edición, el premio Bureaux-Logements tiene como objetivo fomentar la valorización de los edificios de oficinas vacíos y, al mismo tiempo, abordar la crisis de la vivienda mostrando proyectos de transformación ejemplares. En abril de este año, la Ciudad de Londres anunció planes para crear al menos 1500 unidades residenciales para 2030 mediante la conversión de edificios de oficinas. La estrategia está destinada a ayudar a crear un entorno urbano más resiliente para las pequeñas empresas y preparar el distrito para el futuro frente a las grandes empresas que renuncien a su centro de operaciones en el centro.

Vista panorámica del centro de Londres. 2018.

La reutilización adaptativa de oficinas en viviendas tiene valor en múltiples niveles, extendiendo la vida de una estructura obsoleta o infrautilizada, ayudando a que el entorno urbano evolucione y ayude a abordar la crisis de la vivienda. En el contexto adecuado y con el candidato adecuado, puede convertirse en una solución viable para implementar enfoques de vida más centrados en el ser humano.

ACA