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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Sobre Ronchamp

Rafael Moneo

El Acantilado

2022

Resumen

La capilla de Notre-Dame du Haut en Ronchamp, en el Franco Condado francés, es uno de los edificios más singulares y fascinantes de la arquitectura religiosa del siglo XX. Inaugurado en 1955, el inusual proyecto de Le Corbusier supuso la reinvención del espacio sagrado, en el que la luz desempeña un importante papel simbólico. En el presente ensayo Rafael Moneo posa su mirada experta y penetrante sobre ese extraordinario lugar que durante tanto tiempo ha formado parte de su imaginario arquitectónico, y nos ayuda a desvelar los enigmas que se le plantean al visitante que cruza su umbral, a la vez que lo sitúa no sólo en el conjunto de la obra de Le Corbusier, sino en la arquitectura espiritual contemporánea.

ACA

ES NOTICIA

Otorgan León de Oro al arquitecto español Rafael Moneo

Por: Fernando Hernández

30 de abril 2021

Tomado de https://centrourbano.com/2021/04/30/leon-de-oro-rafael-moneo/

El arquitecto español Rafael Moneo recibirá el premio León de Oro a la Trayectoria durante la 17 edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, que abrirá sus puertas del próximo sábado 22 de mayo al domingo 21 de noviembre de 2021. Moneo fue nominado por Hashim Sarkis, curador de la Bienal 2021; y, más tarde, fue seleccionado por el Consejo de Administración del evento. El reconocimiento le será entregado junto con el León de Oro Especial a la Trayectoria in memoriam a Lina Bo Bardi.

Rafael Moneo nació en la ciudad de Tudela en 1937, y realizó sus estudios de arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Madrid donde obtuvo el grado en 1961. Su carrera en la arquitectura comenzó al colaborar en los estudios de Francisco Sáenz de Oiza, en Madrid, y Jorn Utzon, en Dinamarca; antes de regresar a España y abrir su propio estudio en 1965.

Durante su carrera fungió como docente en la Escuela Técnica Superior de Madrid, y luego en la Escuela Técnica Superior de Barcelona. En 1985 fue nombrado presidente del Departamento de Arquitectura de la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard; y en 1991 fue nombrado profesor de Arquitectura en esa misma institución, donde continúa impartiendo clases como profesor emérito.

Además, Moneo es el primer arquitecto español en recibir el Premio Pritzker; y también ha recibido galardones como la Medalla de Oro Real RIBA (2003), y el premio Praemium Imperiale (2007).

Entre sus obras más conocidas se encuentran la transformación del Palacio de Villahermosa en Museo Thyssen-Bornemisza (1989-92); la Fundación Pilar y Joan Miró en Palma de Mallorca (1987-1992); el Edificio Diagonal de Barcelona (en colaboración con Manuel de Solá-Morales, 1988-1993); los Museos de Arte y Arquitectura Moderna de Estocolmo, Suecia (1994-98); el Auditorio y Palacio de Congresos Kursaal de San Sebastián (1991-1999); la Ampliación del Museo del Prado (2001- 2007); los zocos de Beirut (1996-2009); el Northwest Science Building de la Universidad de Columbia (2007-2010); el Princeton Neuroscience Institute y Peretzman-Scully Hall (2007-2013).

Para celebrar al arquitecto, Hashim Sarkis ha montado una pequeña exposición compuesta por una selección de maquetas plásticas y cuadros emblemáticos de los edificios realizados por Rafael Moneo; los cuales encarnan el tema de la Bienal 2021: «¿Cómo viviremos juntos?».

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VISITAS MEMORABLES

Rafael Moneo (Tudela, 1937)

Rafael Moneo visita por primera y única vez Venezuela en 1989 cuando es invitado por los organizadores del Primer Seminario sobre Arquitectura Española, evento estructurado en torno a la exposición “Nuevos caminos de la arquitectura española” montada con el auspicio de la Fundación Museo de Arquitectura en los espacios del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber (MACCSI), la cual a su vez estuvo acompañada por otra titulada “6 arquitectos españoles a vuelo de fotógrafo” con imágenes tomadas por Rosángela Yajure.

En su corto viaje a Caracas, Moneo presentó el jueves 11 de mayo en la Sala Plenaria de Parque Central una memorable conferencia donde expuso con excelentes fotografías y coherente discurso lo más relevante de su obra construida y el eje central de su pensamiento. También concedió una sustanciosa entrevista realizada el día anterior en la quinta “Los Aromos”, vivienda particular del arquitecto Oscar Tenreiro quien estuvo acompañado por su socio profesional de entonces, Francisco Sesto, y por Carlos Pou, todos ellos integrantes de la planta profesoral de lo que se conoció con el “Taller Firminy”, experiencia docente fundada por Tenreiro en 1983 en el seno de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela. La entrevista concedida a Tenreiro quedó registrada en el libro Sobre arquitectura. Conversaciones con Kenneth Frampton, Oriol Bohigas, Rafael Moneo, Jaume Bach, Gabriel Mora y César Portela, publicado en 1990 al año siguiente de la realización del evento que trajo a Moneo y además a Bach, Mora y Portela, estándose a las puertas de la realización de un segundo encuentro de similares características, que también promovería la Fundación Museo de Arquitectura, en junio de aquel año y que contaría con la presencia de Oriol Bohigas, Antonio Cruz, Anton Capitel y Manuel de las Casas.

1. Sede del Museo de Arte Contemporáneo e Caracas, Parque Central
2. Izquierda: Oscar Tenreiro, Sobre arquitectura. Conversaciones con… (1990). Derecha: Rafael Moneo, La mezquita de Córdoba, la lonja de Sevilla y un carmen en Granada (2017)

Para 1989, año de agitaciones nacionales e internacionales como “El Caracazo” (27 de febrero) y la caída del Muro de Berlín (29 de octubre), la arquitectura española ya se había posicionado como referencia a nivel internacional. El valor propio que lo hizo posible tiene mucho que ver con la capacidad manifestada por los arquitectos españoles de mirar de forma renovada los postulados de la arquitectura moderna desde el rigor tanto conceptual como tectónico, donde la racionalidad iba asociada al desarrollo de una cultura que incorporaba el análisis interpretativo lo cual, a su vez, derivó en un nuevo lenguaje. Además, España ya había despegado desde el punto de vista económico hacia lugares que la colocarían entre las naciones europeas con mayor crecimiento y, por tales razones, había logrado que Barcelona y Sevilla fueran seleccionadas para albergar en 1992 los XXV Juegos Olímpicos de la era moderna y la Exposición Universal, respectivamente.

Por otro lado, para la arquitectura venezolana el observar la experiencia española cobraba particular interés por lo nutritivo de las raíces sobre las que se fundaba, por el ejemplo que daba el hecho de haberse desarrollado desde la acción pública más que desde la privada, por la relación entre sus representantes más notables con la docencia universitaria, y por la sintonía con una tradición muy próxima a las enseñanzas de Carlos Raúl Villanueva, cuya más importante exposición antológica justamente se había realizado desde el 20 de Noviembre 1988 hasta febrero 1989 en los espacios del MACCSI.

De allí que el haber podido traer a Venezuela a cuatro de sus arquitectos más representativos no deja de ser, además, una señal de las posibilidades y oportunidades que el país ofrecía y de la capacidad que aún se tenía de organizar eventos y traer invitados de gran envergadura, tradición que se remonta a los años 50 del siglo XX.

Moneo, egresado de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1961, quien había trabajado con Francisco Javier Sáenz de Oiza mientras estudiaba (1956-1961) y con Jørn Utzon recién recibido entre 1961 y 1962, se concentra, tal y como se recoge de su biografía, en profundizar su formación superior a partir de 1963 “cuando recibió una beca de dos años para estudiar en la Academia de España en Roma, estancia que tuvo gran influencia sobre su trabajo posterior. Volvió a España en 1965 y fue en primer lugar profesor adjunto en la Escuela de Arquitectura de Madrid (1966-1970). En 1971 ganó la Cátedra de Elementos de Composición en la ETSAB, lo que le llevó a vivir durante casi diez años en Barcelona, hasta que en 1980 ganó la oposición a catedrático de composición en la Escuela de Arquitectura de Madrid, que abandonó tras unos años de ejercicio”. Ya en 1973 había establecido su propio despacho en Madrid “compaginando desde entonces el diseño arquitectónico con la enseñanza”.

3. Rafael Moneo. Edificio sede de Bankinter, Madrid (1972-1976). Dibujo axonométrico

Así, cuando Moneo viene a nuestro país ya era considerado, con 52 años, el más importante e influyente arquitecto español de su generación. Mostraba una muy buena cosecha de proyectos y obras realizadas hasta aquel entonces pero sobre todo personificaba una sólida postura con respecto a la intrínseca relación que debe existir entre el hacer y el pensar la arquitectura. Su trayectoria profesional y su formación intelectual, abonada por un acucioso estudio de las tradiciones nórdica y grecolatina, del aporte de Aldo Rossi y la arquitectura racionalista italiana sin dejar de lado la española, del primer Sterling, de Alvar Aalto y de Robert Venturi, así como el ser un lúcido formador de arquitectos tanto en Madrid como en Barcelona, frentes desde los que “denunció la tendencia moderna de crear edificios con criterios de corto plazo, y defendió el diseño de obras que puedan mantenerse actuales durante un largo tiempo, a modo de monumentos”, representando lo que se ha denominado como “racionalismo contextual”, le habían valido para ser invitado en 1976 a los Estados Unidos, donde trabajó en el Instituto de Arquitectura y Estudios Urbanos de Nueva York y dio clases en la Cooper Union School of Architecture (Nueva York) y, particularmente, para ser nombrado en 1985 decano del Departamento de Arquitectura de la Universidad Harvard, puesto que ocupó durante quince años y que ya había asumido anteriormente Josep Lluis Sert entre 1953 y 1969.

Por tanto, cuando Moneo visita Venezuela detentaba desde hacía 4 años este importante cargo académico en Harvard, dejando en claro de su experiencia norteamericana, tal y como le confiesa a Tenreiro en la entrevista ya mencionada, que si bien las escuelas de arquitectura de ese país hacen un mayor énfasis en lo artístico y muy poco en lo instrumental, “ello tiene como contrapartida una estructura profesional y social muy bien establecida. En el fondo los estudiantes de las escuelas saben que, al final, van a acabar sometidos a la férula de una estructura profesional muy rígida y muy firme y que ese aprendizaje artístico que han tenido, va a tener que redefinirse tan pronto como entren a trabajar en una oficina. Las oficinas, por otra parte, saben que los productos que la sociedad reclama pueden prescindir cada vez más de una buena definición espacial”, viéndose perjudicado, olvidado y excluido el tema de la vivienda, asunto que particularmente le preocupa.

Para 1989 las obras que Moneo ya exhibía en su portafolio se puede decir que conformaban lo más esencial de su exitosa carrera que luego se vería incrementada por la asignación de numerosos encargos, por ser ganador de importantes concursos, amén de la obtención de significativos galardones entre los que destacan el Premio Pritzker (el primero otorgado a un arquitecto español) en 1996 y ese mismo año la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA); la Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects (RIBA) en 2003; el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2012 y el Praemium Imperiale  de Japón en 2017.

4. Rafael Moneo. Izquierda: Ayuntamiento de Logroño (1973-81). Derecha: Museo Nacional de Arte Romano (Mérida) (1980-85)
5. Rafael Moneo. Edificio de la Previsión Española en el paseo de Colón de Sevilla (1982-87)

Son obras medulares que merecen especial mención, de acuerdo a lo conversado entre Moneo y Tenreiro: la Ampliación de la sede principal de Bankinter, Paseo de la Castellana (Madrid) (1972-1976), junto con Ramón Bescós; el Ayuntamiento de Logroño (Logroño) (1973-81); el Museo Nacional de Arte Romano (Mérida) (1980-85); el Edificio de la Previsión Española en el paseo de Colón de Sevilla (1982-87); y la Estación de ferrocarril de Atocha (Madrid) (1985-88). Además, sin mencionarlo, se sabe que estaba proyectando el Edificio L’illa Diagonal en la Avenida Diagonal (Barcelona) (1986-93); el Auditorio (Barcelona) (1987-99) y la Fundació Pilar y Joan Miró, (Palma de Mallorca) (1987-1992), obras que definitivamente lo encaminarán hacia la obtención del Pritzker.

Con respecto a la denominación de “Nuevos caminos de la arquitectura española” que se le dio al evento que lo trajo a nuestro país y en donde se le pretendía insertar, fue claro cuando en la entrevista dijo: “Si se hablase de nuevos caminos en la arquitectura española, a lo mejor hay que hablar de una generación que se sitúa inmediatamente después de Juan Navarro, después de Piñón y Viaplana, una generación imprecisa y que seguramente es a la que correspondería en sentido estricto el ser identificada con nuevos caminos. (…) No creo que ni a Juan Navarro ni a mí, nos corresponda ya estar en una exposición que pretende descubrir Nuevos caminos de la arquitectura española”.

Otras dos menciones son importantes hacer dentro de la conversación sostenida con Tenreiro. La primera cuando al hablar de la permanente tensión o debate que se da entre tradicionalistas y modernos en la arquitectura española de los años 50 que se decanta por los últimos y que, luego de la aparición del edificio Torres Blancas de Sáenz de Oiza, se presta durante los 60 a la aparición de muestras “neopopulistas”, “aaltianas” o “historicistas”, introduce el papel que a favor de una ruptura representa el edificio Bankinter “que recoge ya algo de lo que Rossi estaba diciendo; que no se puede decir que sea venturiano pero que no ignora algunos aspectos formales que Venturi ha planteado; que es duro en su respeto a los aspectos disciplinares”, abriendo por aquel entonces “una discusión más general, como en el resto del mundo, y menos determinada por las circunstancias específicas españolas”.

La segunda cuando al referirse al Ayuntamiento de Logroño y todos los avatares que debió transitar su proyecto y construcción en medio del proceso de transición política española, sentencia: “Yo creo que… es uno de los edificios que mejor se podrán citar, dentro de 50 años, como edificios que representaban el espíritu del cambio. Es un edificio que propone que en él actúe una administración seria, digna, abierta. Que trata, con más o menos éxito, de que en él haya la posibilidad de vivir una vida democrática y de que en él se de una relación entre quien administra y quienes son administrados, que no sea retórica ni doméstica. En ese aspecto es un edificio que … a pesar de esa seriedad y de esa condición adusta … tiene también los valores de la arquitectura de las socialdemocracias del norte de Europa. Tiene esa especie de limpieza. Y en eso, me parece a mi, que Logroño resistirá una lectura en clave política más allá de la propia lectura en clave de ideología estética, de la que estábamos hablando.”

El tener presente a la arquitectura española, y a Moneo en particular, es lo que conduce a que en la encuesta realizada desde Arquitectura HOY entre julio y octubre de 1993, dirigida a sus lectores con la finalidad de determinar “La mejor arquitectura reciente en Europa”, el Museo de Arte Romano de Mérida haya sido el edificio más mencionado y España el país más citado entre los 14 arquitectos o grupos de arquitectos consultados.

De los muchos libros que ha escrito, dedicados a analizar críticamente obras de arquitectura y arquitectos de muy diversas épocas en un tono didáctico encomiable, vale la pena destacar el más reciente titulado La vida de los edificios. La mezquita de Córdoba, la lonja de Sevilla y un carmen en Granada, publicado en 2017. Moneo, quien al referirse a Mario Botta, expresaba que “lo peor que le puede pasar a un arquitecto es tener éxito…”, situación a la que siempre se ha visto sometido y de la cual siempre ha tratado de desmarcarse en virtud de que considera que “si no quieres bien a alguien… lo mejor que puedes hacer es desearle éxito, porque no hay quien aguante el éxito…”, vive hoy a los 83 años una etapa de madurez plena y de disminución natural en su capacidad de atender encargos que lo ha llevado a ser, si cabe, aún más selectivo de lo que siempre ha sido. Ya en 1989 decía refiriéndose al edificio de la Previsión Española, y con ello finalizamos, lo siguiente: “Hay un momento … en que los edificios, si se considera que van a tener una vida más larga que la propia tuya, se deben en primer lugar a la ciudad en la que se inscriben. En un sitio tan delicado como era el solar de Previsión Española, mi problema era parecer menos personal… y yo tengo que correr el riesgo de parecer nostálgico, pero lo que no puedo en un lugar como ese, es malograr la coherencia o la tranquilidad, la consistencia de un punto de la ciudad tan claro”, lo cual resume toda una actitud que permite repasar con sus altos y sus bajos una “luminosa trayectoria”.

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Procedencia de las imágenes

  1. https://www.elnacional.com/entretenimiento/museo-sofia_221580/

2. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. https://www.wearch.eu/sede-de-bankinter-madrid-espana-1972-76/

4 izquierda. https://eardleydesign.com/halls/logrono/

4 derecha. http://www.diedrica.com/2015/07/museo-de-arte-romano-de-merida.html

5. https://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/09/andalucia_sevilla/1336567906.html

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

La vida de los edificios

La mezquita de Córdoba, la lonja de Sevilla y un carmen en Granada

Rafael Moneo

Editorial Acantilado

2017

Nota de los editores

A través de tres artículos escritos en distintas épocas y circunstancias, Rafael Moneo nos acerca a la arquitectura invitándonos a observar con una nueva mirada dos edificios tan conocidos como la mezquita de Córdoba y la lonja de Sevilla, y a descubrir otro más reciente y secreto: el carmen de Rodríguez-Acosta en Granada. «Sobre los edificios -señala el reconocido arquitecto- gravita el tiempo […] estamos obligados a aceptar que sus vidas implican continuo cambio […] Al mismo tiempo la vida de los edificios está soportada por su arquitectura, por la permanencia de sus rasgos más característicos y, aunque parezca una paradoja, es tal permanencia la que permite apreciar los cambios». Un revelador e instructivo acercamiento a la historia y la geografía de nuestro país de la mano de uno de los arquitectos contemporáneos que mejor ha sabido hacer dialogar pasado y presente.

Nota de Javier García Librero

Tomada de Plataforma arquitectura

18 enero 2018

Bajo el título La vida de los edificios, se presentó a fines de diciembre el más reciente libro del arquitecto español Rafael Moneo -Premio Pritzker 1996- en un intento de ver la arquitectura desde “dentro, desde sus entrañas” a partir de tres edificios: la Mezquita de Córdoba, la Lonja de Sevilla y el carmen de Rodríguez-Acosta de Granada. Tres edificios de tres ciudades que el arquitecto considera imprescindibles para quien quiera conocer España y su arquitectura.

De esta manera, el libro se compone y divide en tres artículos asociados a cada uno de estos edificios, escritos en diferentes circunstancias y que han sido rescatados para componer y dar vida a este ensayo del gran arquitecto navarro y Premio Pritzker de la arquitectura en 1996.

El primero de ellos se titula “La mezquita de Córdoba: la vida de los edificios”, conferencia pronunciada por Moneo en la Harvard Graduate School of Design en mayo de 1977 y que estudia los criterios formales que subyacen tras las intervenciones que a lo largo del tiempo ha ido sufriendo el edificio cordobés. Un conjunto arquitectónico en cierto sentido huérfano, ya que, tal y como explica Moneo en el prólogo, su origen no se puede atribuir a un único arquitecto. Es por ello que el edificio se analiza a partir de lo que es en la actualidad y en el que, según el autor, “ha quedado fielmente documentada toda la historia de España”. 

La segunda parte del libro rescata el artículo “El arquitecto Juan de Herrera y el Discurso de la figura cúbica: la lonja de Sevilla como cubo elementado” y, como su propio título índica, tiene como protagonistas a la lonja de Sevilla y los propósitos de su arquitecto, Juan de Herrera. En este sentido Moneo explora “hasta qué punto un modo de pensar está en el origen de una obra de arquitectura”, es decir, el interés no se centra tanto en los aspectos formales que configuran este edificio como en el soporte ideológico que lo sustenta. 

Por último, el ensayo se cierra con el texto «El carmen de Rodríguez-Acosta en Granada» en el cual Moneo saca a relucir sus dotes detectivescas para identificar los autores de la que él considera una de las obras de arquitectura más notable y valiosa construida en España durante los años veinte.

Son muchos los arquitectos que intervinieron en el diseño de este edificio y que consiguieron materializar en un edificio el modo de ver y entender el mundo que tenía el pintor Rodríguez-Acosta. Entre los arquitectos que intervinieron en su construcción se encuentran: Ángel Casas, Ricardo Santa Cruz, Modesto Cendoya, Teodoro de Anasagasti y Felipe Giménez Lacal.  Este libro, por lo tanto, supone una estupenda oportunidad de adentrarse en la historia de tres edificios y ciudades imprescindibles de la arquitectura española y todo ello de la mano de un gran arquitecto que nos guía para descubrir y desentrañar los diferentes tiempos ocultos que la vida de estas arquitecturas escoden.

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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Rafael Moneo

Una manera de enseñar arquitectura

Lecciones desde Barcelona, 1971-1976

Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona

Universitat Politècnica de Catalunya

2017

En una nota de prensa de EFE aparecida en el diario La Vanguardia de Barcelona el pasado 26 de octubre se lee lo siguiente:

El arquitecto Rafael Moneo ha reivindicado hoy el espíritu transformador de la arquitectura durante la lección inaugural del curso 2017-18 de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), de la UPC, en el que se conmemora el bicentenario de los estudios en esta materia en la capital catalana. Moneo, premio Pritzker de arquitectura, ha pronunciado una conferencia con el título «El retorno de la Ilustración», en el que ha defendido la recuperación del espíritu racional de la arquitectura, que tuvo sus mejores años en la década de los 70 con figuras como Aldo Rossi, y que la situaba como elemento transformador de la sociedad.

En la inauguración del curso han estado presentes el rector de la UPC, Enric Fossas, el vicerrector del Área de Arquitectura, Josep Parcerisa, y el director de la ETSAB, Jordi Ros.

En el acto académico también ha tenido lugar la presentación del libro «Una manera de enseñar arquitectura. Lecciones desde Barcelona, 1971-1976», editado por la UPC, que recoge la totalidad del legado del profesor Moneo durante su paso por la Escuela de Arquitectura de Barcelona, coincidiendo con el 80 aniversario del arquitecto.

La publicación pretende documentar una época en la que los años en Barcelona constituyen un período bien definido de la vida de Moneo: el edificio Urumea, en San Sebastián, la ampliación de la sede principal de Bankinter, en Madrid, y el edificio del Ayuntamiento de Logroño.

En el prefacio, de 20 páginas, Moneo reflexiona sobre su contribución a la ETSAB e insiste en el valor del libro como «testimonio de lo que fue una actitud ante la arquitectura en los años 70 en una ciudad como Barcelona, en la España de finales del siglo XX que comenzaba a ser consciente de pertenecer a una cultura, la occidental, en la cual la arquitectura se iba a discutir globalmente».

Por otro lado, la reseña editorial del libro señala:

La presente publicación reúne la totalidad de los ejercicios, anotaciones y lecciones de doctorado que el profesor Rafael Moneo impartió como Catedrático de Elementos de Composición en la ETSAB entre los años 1971 y 1976. Admitiendo una posible «manera» desde la que el autor utiliza la historia como base crítica de su proyecto docente, Moneo insiste en el prefacio a la presente edición sobre el valor de la idea de arquitectura que entre sus páginas se desprende: «Todavía hoy suscribiría estas citas tomadas de los enunciados de los ejercicios, lo que implica admitir que, a pesar de las radicales transformaciones ocurridas a lo largo de estos años, la idea de arquitectura que se defendía tiene vigencia todavía «. Así, la obra de Le Corbusier, Tessenow, Mies van der Rohe, Wright, Hejduk, Voysey, Giurgola, Rietveld, Kahn, Meier, Krier o Rossi, por citar algunos de los que han protagonizado los últimos cien años de arquitectura, se abre paso entre los estudiantes, al tiempo que «se rescata la memoria de un pasado que aún vemos cercano y que, sin embargo, puede que ya pertenezca sólo a los historiadores».

La publicación se estructura de la siguiente manera:

Índice

Prefacio, Rafael Moneo

Programa de la asignatura de Elementos de Composición, 1971

EJERCICIOS

Ejercicios del Curso de Elementos de Composición, 1971-1972

Ejercicios del Curso de Elementos de Composición, 1972-1973

Ejercicios del Curso de Elementos de Composición, 1973-1974

Ejercicios del Curso de Elementos de Composición, 1974-1975

Ejercicios del Curso de Elementos de Composición, 1975-1976

LECCIONES DE DOCTORADO

Apuntes sobre Pugin, Ruskin y Viollet-le-Duc, con Ignasi de Solà-Morales i Rubió.

APUNTES

La idea de arquitectura en Rossi y el cementerio de Módena.

La llegada de una nueva técnica en la arquitectura: las estructuras reticulares de hormigón.

Comentarios sobre dibujos de 20 arquitectos actuales, con Juan Antonio Cortés.

Listado alumnos

Índice onomástico

Créditos ilustraciones

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LA NOTICIA DE LA SEMANA

El arquitecto español Rafael Moneo, galardonado con el premio imperial nipón

Tomado de EFE Tokio

12 de septiembre 2017

El arquitecto español Rafael Moneo ha sido galardonado con el máximo premio de las artes de Japón, el Praemium Imperiale, que le será entregado el 18 de octubre, anunció hoy la Asociación de las Artes nipona.

Moneo (Tudela, 1937) se convierte así en el cuarto español en recibir este prestigioso reconocimiento, tras el tenor Plácido Domingo (2013), el escultor Eduardo Chillida (1991), y el pintor Antonio Tàpies (1990).

El resto de los premiados este año son la pintora iraní Shirin Neshat, el escultor ghanés El Anatsui, el músico senegalés Youssou N’Dour y el actor y coreógrafo ruso Mikhail Baryshnikov.

El arquitecto navarro, que entre otros reconocimientos ha recibido el premio Pritzker, fue galardonado por su «estilo refinado que tiene en cuenta la historia de cada lugar», y por una trayectoria «de búsqueda de la armonía entre los diseños de los edificios y su entorno», señaló la Asociación de las Artes de Japón.

«La continuidad ordenada es la característica principal de su diseño», destaca en un comunicado la organización cultural nipona, que desde 1989 concede el Praemium Imperiale anualmente en las categorías de pintura, escultura, música, arquitectura y cine y teatro.

Moneo consolidó su reputación a nivel nacional e internacional con el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (1986), y desde entonces ha completado numerosos proyectos tanto dentro como fuera de España, destacó la Asociación de las Artes nipona.

Entre ellos figuran el Museo de Arte Moderno y Arquitectura de Estocolmo, la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles (EE.UU) o las ampliaciones del Museo del Prado y de la Estación de Atocha de Madrid.

«La arquitectura tiene más sentido cuando tiene en cuenta una parte de la ciudad», señala Moneo en declaraciones a la Asociación de las Artes, en las que también destaca la importancia de «la historia» y la «cultura» locales, así como de los materiales empleados.

El arquitecto afirma que las décadas de los ochenta y los noventa fueron «una época feliz para los arquitectos en España», al aumentar la demanda pública mientras el país avanzaba en su transición democrática.

A su juicio, «la arquitectura ha perdido la importancia que tenía antes», y por ello considera que este arte «debe centrarse en dar una forma pero también en mejorar la calidad de vida», según recoge la organización nipona.

El premio, dotado con 15 millones de yenes (unos 114.000 euros), les será entregado a los cinco ganadores en una ceremonia que se celebrará en Tokio el próximo 18 de octubre y que estará presidida por miembros de la familia imperial japonesa.

En anteriores ediciones han recibido el Praemium Imperiale artistas como el director de cine estadounidense Francis Ford Coppola, el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, o el director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim.

El Premio Imperiale fue creado en 1987 para conmemorar el centenario de la Asociación de las Artes de Japón, y como reconocimiento a artistas de todo el mundo que se hayan destacado por su contribución al desarrollo y promoción de la cultura.

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