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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 430

La imagen que ilustra la postal de hoy, es la portada de un pequeño libro impreso por la Editorial Corporación Mercantil Venezolana en la Cooperativa de Artes Gráficas, Caracas, en 1934: Plano Parcial de Caracas por Esquinas.

Según esta guía, para 1934 el Distrito Federal con una superficie de 1.939 kilómetros cuadrados estaba habitado por 173.201 almas que sumadas a las del Departamento Vargas arrojaban 215.012 habitantes. Las casas, las urbanizaciones, pasajes y callejones de las parroquias urbanas del Distrito Federal, sumadas, alcanzaban las 26.879; las parroquias foráneas alcanzaban las 5.845 casas; y el Departamento Vargas y sus parroquias estaban constituidas por 7.683 viviendas.

La práctica y completa guía comercial editada por José Kuster y José Mimó, se vale de los nombres de las esquinas de la ciudad ordenadas por orden alfabético, asumiendo la tarea de dibujar de forma esquemática todas las esquinas de la ciudad.

Sin embargo, de las cuatro esquinas que conforman una manzana ¿por qué sólo una se nombra? ¿qué pasa con la nomenclatura de las otras tres esquinas que permanecían sin nombre?

Revisando la cartografía histórica caraqueña es visible que el nombre de las esquinas suele estar en la esquina inferior izquierda de cada manzana.  Esta idea de nombrar la esquina, según señala Santiado Key Ayala en el libro “Los nombres de las esquinas de Caracas”, de 1926, no fue otra cosa sino un abuso de una figura retórica, pues lo que “llamamos en Caracas ‘esquina’ es lo que en castellano se llama crucero o cruce de calles”.

1. Plano Parcial de Caracas por Esquinas 1934. Detalle de la Esquina de Solís, indicando los comercios existentes en cada esquina, los nombres de las avenidas, y los nombres de las siguientes esquinas ubicadas al norte, sur, este y oeste, para orientarse en la ciudad. Adicionalmente se señalan las Vías de Comunicación (Tranvía La Guaira)

Es decir, que, en realidad, los nombres de las esquinas de Caracas hacen referencia al cruce de calles, al nodo como tal, a la intersección de vías que genera cuatro esquinas.

Key Ayala atribuye esta ocurrencia a que “el pueblo de Caracas es relativista a su manera y tiene un sistema propio para guiarse en la ciudad. Huye de las grandes líneas y se aferra con terquedad a los puntos. Una esquina es en la geometría caraqueña un punto fijo; la otra esquina es otro punto fijo; y refiriéndose a ellos, por ellos queda determinada la cuadra que los une”.

Siguiendo esta lógica abstracta el Plano Parcial de Caracas por Esquinas centra su atención por primera vez en los nodos, para estructurar un directorio comercial a partir de los cruces de las calles y no de las manzanas como tradicionalmente se hacía. A su vez, esta forma de representar la estructura de la ciudad, permitía señalar en cada esquina la que le sigue en sentido norte, sur, este y oeste.

Así, los autores proponen un sistema de orientación en la ciudad, aparentemente simple: “Este plano no es más que el haber ordenado todas las esquinas por orden alfabético y al querer saber la situación de cualquiera de ellas, no tenemos más que buscarla en el orden que corresponda a su letra para saber su situación, sus vías de comunicación y su nomenclatura oficial”. A su vez, para encontrar un comerciante o profesional también era muy sencillo: “si vive en una esquina se le encontrará anotado en su propia situación, y si vive a media cuadra, con buscarlo por cualquier nombre de las dos esquinas próximas se le hallará lo mismo”.

Sin embargo, los autores en el prólogo reconocen que, aunque la lógica de la nomenclatura caraqueña es sumamente fácil, el seguir designando las esquinas con nombres peculiares dificultaría conocerlas todas, pues simplemente habría que tener una memoria privilegiada.

El plano también innova, sumando por orden alfabético todos los barrios, sitios, parroquias y urbanizaciones de la ciudad, explicando su ubicación y carácter, e incorporando un índice nominativo de todos los anunciados para facilitar su búsqueda.

Otra virtud de la guía es que permite ver qué línea de autobús o transporte público permite llegar hasta esa esquina. Por ejemplo, para ir a Brisas de Gamboa (Norte 13 – Este 9) se debía tomar el autobús de la Línea Gamboa. Para ir a la esquina Abanico, se debía tomar el autobús y el tranvía San José, hasta la esquina Socorro, tal y como lo muestra la imagen.

2. Plano Parcial de Caracas por Esquinas 1934. Pagina donde se muestran las esquinas de Bomboná y Boyacá apuntándose la proximidad al Bulevar del Cristo. También se puede apreciar los comercios ubicados en dichas esquinas, el “Movimiento de Pasajeros habido en las Líneas de Tranvías de Caracas y El Valle durante el año 1932, los directorios comerciales entre las esquinas de Boyacá y Junín y del Bulevar El Cristo, y las Vías de Comunicación (Autobús Carabobo)
 

Adicionalmente Kuster y Mimó incorporan una completa descripción de la ciudad, de su historia, situación topográfica y geográfica, clima, edificios públicos e históricos, así como cifras y datos de importancia. También ofrecen una lista de los ríos y quebradas del Distrito Federal, los planteles de instrucción secundaria, las jefaturas civiles, los templos e iglesias católicas, hospitales y asilos. A su vez, introducen datos de interés como las distancias de la carretera transandina, la distancia de las parroquias de la capital al Departamento Vargas, las Normas postales para envíos al exterior; los puertos de Venezuela; la tarifa para la exportación de Bultos Postales para el exterior, y hasta una tabla de multiplicar.

Podríamos decir que esta guía, concebida como plano parcial de la capital, está muy emparentada con las guías telefónicas y páginas amarillas que circulaban anualmente en Caracas en los años 70 y 80, como obsequio de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela CANTV, y de Caveguías.

Sin duda era un producto que buscaba competir con los directorios comerciales, y los planos persuasivos que fueron tan populares entre 1910 y 1940.

El libro entró en circulación a las vísperas de la muerte de Juan Vicente Gómez, el mismo año en que comenzó a circular el conocido Plano de Caracas y sus alrededores (escala 1:30.000) de Eduardo Rohl de 1934 que, como se sabe, mostraba como la ciudad se iba extendiendo hacia el este, conquistando los territorios de las haciendas.

Nota

3. Ubicación en una vista aérea de Caracas actualizada de las esquinas de Solís (izquierda), Boyacá (centro) y Bomboná (derecha)
4. Aproximación a la esquina de Solís.
5. Edificación donde funcionaba la Panadería de Solís en 1919 (izquierda). Aviso publicitario de la Panadería de Solís de 1933 (derecha)

Ampliando la información de las imágenes escogidas del Plano Parcial de Caracas por Esquinas 1934, quizás valga la pena añadir que en la esquina de Solís, situada en la Parroquia Catedral, en la actualidad se encuentran el Liceo Fermín Toro (1943-1946) al suroeste (donde estuvo el negocio de Fulgencio Rodríguez); la entrada a la Plaza Bicentenario (1981-1983) al noroeste (donde estuvo ubicada la recordada Panadería y Pastelería de Solís de la cual se tienen referencias desde 1787-cuando su propietario era Augusto Solís- de quien deriva el nombre a la esquina a partir de 1796); una salida de la estación El Silencio de la línea 2 del Metro de Caracas (1988) al sureste; y el edificio Simón Rodríguez al noreste.

6. Aproximación a las esquinas de Boyacá (izquierda) y Bomboná (derecha)

Por su parte la esquina de Boyacá se encuentra en San Agustín del Norte al igual que la Bomboná (que se ubica aledaña al área que ocupó el estadio de beisbol de San Agustín, terreno donde hoy se encuentra el conjunto Residencias La Yerbera), obedeciendo ambas a la nomenclatura que sus urbanizadores en 1926 utilizaron para denominar los cruces de calles con base en apellidos de próceres y nombres de batallas libradas durante la Independencia.

IGV

Procedencia de las imágenes

Postal,1 y 2. Plano Parcial de Caracas por Esquinas 1934. Editorial Corporación Mercantil Venezolana, Caracas,1934.

3, 4 y 6. Capturas de Google Earth

5. Caracas en retrospectiva. La Esquina de Solís (http://mariafsigillo.blogspot.com/2011/01/esquina-de-solis.html)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 414

Situada á los 10° 30’ 50” latitud N. y en la longitud 69° 25’ al O. del meridiano de París. Está a la altura de 1041 varas sobre el nivel del mar, en una temperatura media de 19° 45′ (sic.) del centígrado. Fue fundada el 25 de julio de 1566 (sic.), por don Diego Lozada (sic.), con el nombre de «Santiago de León de Caracas”.

Así describe a Caracas, capital de la República de Venezuela, el plano de 1865 reproducido en la imprenta de Federico Madriz. Una ciudad con una retícula de calles (16 de norte a sur y 17 de este a oeste), que forman 135 manzanas y 510 cuadras abarcando 4.300 casas. Su población ronda entre 35.000 y 40.000 habitantes y su territorio lo atraviesan cuatro ríos: Guaire, Caroata, Catuche y Anauco. Tiene, también, 20 iglesias, 10 puentes, 23 fuentes públicas, 7 cementerios, 2 teatros y 13 plazas, además de los Palacios de Gobierno y Arzobispal.

1865. El 7 de junio, Juan Crisóstomo Falcón (izquierda) se juramenta y asume como Presidente de Venezuela para el período 1865-1868. El 8 de junio, a tan solo un día de haber prestado juramento, Falcón notifica al congreso que debe salir en campaña militar hacia el Zulia debido a la invasión de Venancio Pulgar. Antonio Guzmán Blanco (centro) es encargado de la presidencia. El 15 de octubre, enfermo de tifus, Andrés Bello (derecha) muere en Santiago de Chile. Fuente: Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Venezuela_en_1865)

El país y la capital venían de estar sumidos en una situación crítica, no solo por la terrible situación política, económica y social heredada de administraciones anteriores, sino por la negación, censura e invisibilización del gobierno de las epidemias de viruela y cólera, que dejarían un saldo de 20.000 fallecidos, y que, afortunadamente, para 1856 entrarían en período de remisión, de acuerdo al artículo “En el siglo XIX las estadísticas sobre la peste y el cólera fueron tema para la diatriba política” escrito por Elvira Gómez para El Ucabista el 30 de junio 2020 (https://elucabista.com/2020/06/30/en-el-siglo-xix-las-estadisticas-sobre-la-peste-y-el-colera-fueron-tema-para-la-diatriba-politica/), reseña a su vez de la charla dictada por la profesora María Soledad Hernández titulada “Pandemias, estadísticas e historia”.

La riqueza del plano que hoy engalana nuestra postal radica en la calidad de su dibujo hecho a partir de distintos patrones como si fuese un “patchwork”, logrado gracias a la variedad de los trazos usados con la técnica del achurado, utilizada para mostrar la división de las parroquias de la ciudad. Catedral se achura con líneas diagonales; al sur San Pablo, con líneas verticales; al sur este, Santa Rosalía con líneas horizontales; al suroeste San Juan, con líneas horizontales; al este Candelaria con líneas verticales y al norte Altagracia con líneas horizontales.

Por otro lado, en el plano se identifican grandes edificios públicos, como el Seminario, la Tesorería, la Casa Municipal, la oficina del registro, el parque de artillería, los cuarteles San Carlos y San Pablo, la cárcel, el almacén de pólvora y el edificio de San Francisco, donde funcionaba la Universidad Central, se reunían las cámaras legislativas y se encontraba la Biblioteca Nacional. Allí se dictaban clases de medicina, de química, de dibujo lineal, natural y topográfico, así como de pintura al óleo. Existían tambien otros establecimientos de utilidad común, a saber, el telégrafo, la administración principal de correos, el Colegio Nacional de niñas, y los colegios Cháves, Santo Tomás, Salvador del mundo, Rocío, la Escuela de Ciencias y Artes, la Escuela Normal, la Academia de Matemáticas, seis escuelas parroquiales de niñas, seis de varones entre otras. También existían seis locales de beneficencia: el Hospital de Caridad de hombres, el Hospital de Militares, el Hospital San Lázaro, la Caridad de Mujeres, la Casa de Consultas, el Hospital de Mujeres y la Casa de Misericordia.

La nomenclatura también es protagonista, pues se soporta en un sistema de calles y esquinas. Las esquinas están identificadas numéricamente por cada calle de este a oeste, y en la leyenda se contabilizan 142. Sin embargo, para la época no todas las esquinas tenían nombres, y por lo tanto muchas de ellas no formaban parte del sistema de orientación urbana. Por otro lado, las calles, algunas con nombres bucólicos o endulzados o triunfantes permiten reconocer una retícula que subyace como sistema de orden. Así en sentido norte sur, se muestran las calles Madariaga, Estío, Protección, Fraternidad, Margarita, Bravos, Ciencias, Sol, Orinoco, Juncal, Unión, Agricultura, Fertilidad, Primavera, y Delicias; mientras que en sentido oriente poniente se identifican las calles Campo Elías, Los Plazas, Cedeño, Rivas, Girardot, Ustáriz, Roscio, Zea, Carabobo, Leyes, Patrias, Comercio, Lindo, Triunfo, Ricaurte, Verde y Eras.

El plano gráficamente se concentra a partir de patrones, en describir la ciudad en cuanto a su extensión, a evidenciar su división político administrativa en parroquias, mostrar la nomenclatura de calles y esquinas, así como señalar puntos notables, sus ríos y quebradas, las avenidas principales y los puntos extramuros.

Sin embargo, el Editor además de describir la ciudad, hace énfasis en narrar y elogiar un capítulo de importancia para el abastecimiento de agua, y desarrollo agrícola de las tierras de Valle Abajo, tras la obra realizada por un particular, el señor Guillermo Espino. La obra comenzada en 1852, tenía por objeto garantizar el riego de una vasta zona con potencial agrícola y permitir el desarrollo al sur del Guaire. Así, el plano describe como este venerable dueño de una rica hacienda de caña, construyó el primer proyecto hidráulico para conducir el agua desde la toma de agua de su acequia, taladrando el cerro que separaba dicho lugar del pueblo de La Vega, en dirección de las tierras llamadas de jugo al Rincón de El Valle. En el plano se puede apreciar al sur de la ciudad, el cauce construido por Espino como un canal paralelo al Guaire en las tierras de Valle Abajo, que comienza en las inmediaciones de Caracas, en sentido oeste este hasta ingresar al Rincón de El Valle.

Detalle del Plano de Caracas. Capital de la República de Venezuela (1865) donde se muestra abajo el trazado de la acequia de Guillermo Espino.

Al respecto, el Editor comenta en el plano: “este buen ciudadano, no se valió ni de inteligencia ni de manos extranjeras, sino con hijos del país, y bajo su propia inspección comenzó el cauce en las inmediaciones de Carapa, pasando enseguida a bordear la serranía del sur, como se ve en el plano, hasta hacerlo entrar por el abra del camino carretero que conduce al Valle y llegó a la llanura llevando un declive imperceptible en una longitud de más de 10 millas y un rastro lleno de ondulaciones. En el peaje lo dividió a derecha e izquierda y lo mandó a fertilizar con sus aguas, un inmenso terreno que antes no sirviera sino para apacentar cabras: satisfecha, la necesidad del lugar formó con el sobrante un pequeño lago pintoresco tanto por la variedad de árboles y flores que le circunda como por la rara multitud, de aves acuáticas y bellos pájaros que ha cubierto de las asechanzas del diestro cazador”.

Como parte de esta obra, se construyó la laguna artificial de “El Rincón” de El Valle, con aguas provenientes de la acequia de Espino y aguas de lluvia para vitalizar sus cañaverales, que luego convertía en aguardiente, papelón y azúcar en el “Trapiche Ibarra”. En tal sentido, El Cojo Ilustrado en 1892 mostró una fotografía titulada “Laguna de Espino. Hacienda Valle Abajo” que acompaña una reseña dedicada a comentar la historia de la propiedad de las tierras.

Laguna de Espino, sitio pintoresco de Valle Abajo. Fuente: El Cojo Ilustrado (1892)

La obra de Espino se convirtió así en un enorme aporte a la ciudad, pues Caracas se encontraba en un proceso de modernización fragmentada, debido a que las instituciones públicas encararon el desarrollo de la ciudad por sectores sin concluir proyectos innovadores de importancia. Por otro lado, la falta de recursos presupuestados, y la escasez de capitales privados sumados al mal manejo de los recursos públicos mantuvieron a la ciudad en un precario y modesto desarrollo según relata Izaskun Landa en “Caracas entre 1830 y 1858: fragmentos de modernización”, ponencia presentada en la Trienal de investigación FAU UCV en 2017.

En cuanto a la Imprenta Republicana de Federico Madriz, fundada en el año 1853, ella jugó un papel fundamental en varios aspectos del desarrollo cultural, político y social de Venezuela durante el siglo XIX. Destacó por su papel en la difusión de ideas y conocimientos en Venezuela durante el período de consolidación de la República y se convirtió en un importante vehículo para la circulación de ideas políticas, sociales y culturales publicando documentos que promovían el pensamiento republicano. La impresión de periódicos, revistas y folletos en la imprenta facilitó el acceso de la población a la información y noticias, favoreciendo la formación de una ciudadanía más enterada y activa en los asuntos públicos. Así mismo, la imprenta también tuvo un rol clave en la publicación de documentos oficiales y leyes, ayudando a consolidar la estructura burocrática del nuevo Estado.

IGV

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 390

“El Mapa de una parte de Venezuela y de la Guayana Británica demostrativo del avance de las pretensiones inglesas en el territorio venezolano”, compilado y dibujado por Thomas Hayward Gignilliat en 1896, que ilustra nuestra postal del día de hoy, cobra plena vigencia a raíz de los recientes eventos suscitados por la disputa territorial entre Venezuela y Guyana. En tal sentido, muestra un capítulo importante de la historia de la diplomacia en Venezuela, ya que en él están representadas las múltiples demarcaciones del Reino Unido, principal potencia colonialista para la época, reflejando su deseo de abarcar mayor territorio para la Guayana Inglesa.

Considerando las comunicaciones y notas que se intercambiaron los gobiernos del Reino Unido y Venezuela entre 1840 y 1893, el teniente norteamericano Thomas Hayward Gignilliat se da a la tarea de compilar y dibujar a escala en millas un plano para señalar la reclamación inglesa de territorio luego de haber adquirido a Holanda unas 20.000 millas cuadradas en tierra de Guayana, donde se aprecia la zona en reclamación en color grisáceo, así como las sucesivas demarcaciones que reflejan las pretensiones del gobierno inglés de ir ampliando progresivamente al oeste el territorio de la Guayana Británica sobre Venezuela en el siglo XIX, como parte de la disputa territorial entre ambos países. El plano tambien muestra la reclamación fronteriza máxima de los británicos y el límite actual aproximado en disputa en color negro, así como dos propuestas de demarcación planteadas por diplomáticos de Venezuela.

Siguiendo la pauta que establece la leyenda que acompaña el mapa, encontramos que la primera demarcación (la línea roja) es la denominada línea Schomburgk, que debe su nombre al explorador y naturalista británico Robert Hermann Schomburgk (1804-1865). Nacido en Alemania pero trabajando al servicio de los británicos, en 1841, Schomburgk, auspiciado por la Royal Geographical Society, fue enviado en un viaje de exploración botánico y geográfico a la entonces colonia inglesa de la Guayana Británica para definir las fronteras con Venezuela y Guayana Neerlandesa (hoy Surinam), debido a que esta región no tenía su límite occidental definido con la Venezuela independiente al tomar posesión el Reino Unido de la Guayana de manos de los holandeses mediante el tratado de 1814. Cabe recordar que, para ese momento, la fijación de una frontera precisa no representaba prioridad alguna para las potencias coloniales, debido al menguado desarrollo del territorio en cuestión. La línea Schomburgk fue un trazado arbitrario de una frontera, que otorgaba 30.000 millas cuadradas (80.000 km²) adicionales a la Guayana Británica.

1. Detalle del plano de Gignilliat donde se aprecian los doce líneas con las que el Reino Unido fue asomando sus pretensiones con relación al territorio esequibo.

Lo delineado por Schomburgk tuvo consecuencias pues a raíz de ello en 1841 el Gobierno de Venezuela protestó ante el Reino Unido lo que consideró una invasión, alegando que sus fronteras llegaban al este hasta el río Esequibo invocando el principio del uti possidetis iuris. Posteriormente al descubrirse oro en el territorio en disputa, el Reino Unido trató de ampliar su alcance, reclamando unas 33.000 millas cuadradas adicionales (equivalentes a 85.000 km²) al oeste de la línea Schomburgk. La línea divisoria iba desde el río Moruca hasta el Esequibo sumando una extensión de 4.290 km².

La segunda es la línea Fortique, trazada a partir de la nota del doctor Alejo Fortique, ministro de Venezuela en Inglaterra, enviada a Lord Aberdeen, secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido en enero de 1844. Alejo Fortique fue enviado por el Gobierno de Venezuela para que, con el apoyo del historiador Rafael María Baralt, gestionara con el Reino Unido un arreglo para la demarcación de la frontera, dado que en 1840 Robert Schomburgk había efectuado una segunda demarcación, conocida como la “segunda línea Schomburgk” que ampliaba aún más las pretensiones inglesas sobre el territorio en disputa. Cabe destacar que para Schomburgk las bocas del Orinoco tenían una enorme importancia geopolítica, pues para ese entonces eran la llave de entrada a Colombia, o lo que hoy equivaldría a decir la «puerta de América del Sur».

La tercera demarcación es la línea Aberdeen, (la línea azul) trazada conforme a la descripción hecha en el “Libro Amarillo” de Venezuela en 1891. Lord Aberdeen fue secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido entre noviembre de 1841 y enero de 1842, tal y como señala Rafael Badell Madrid en La Reclamación de Venezuela sobre el Territorio Esequibo (2023)

La cuarta es la línea Consejo-Viso, reflejada en blanco con rayas verticales, tomada del mapa de las varias representaciones limítrofes publicado en 1890. “Una demarcación que va desde la boca del río Moroco hasta el origen de la sierra de Imataca; de allí recto por el meridiano de ese punto hasta la sierra Pacaraima” propuesta por Julián Viso, canciller venezolano. La línea fue rechazada por Venezuela y Reino Unido pues dividía la Guayana a la mitad.

2. De izquierda a derecha: Thomas Hayward Gignilliat (1863-1911), Robert Hermann Schomburgk (1804-1865) y Alejo Fortique ( 1797- 1845), tres piezas clave para entender el desarrollo del diferendo limítrofe a finales de siglo XIX.

La línea Rojas, es la quinta demarcación propuesta, y está trazada en color blanco con rayas verticales, según la descripción contenida en la nota del Dr. José María Rojas, para ese entonces ministro residente de Venezuela ante el gobierno de Gran Bretaña, a Lord Granville, Conde de Derby y Secretario de Asuntos Exteriores, en enero de 1881. Según Badell Madrid, Rojas sugiere fijar una línea convencional, «para prevenir serias dificultades en el futuro, especialmente porque la Guayana está atrayendo la atención general del mundo, a causa de las inmensas riquezas que se descubren allí diariamente». La demarcación fue rechazada.

La línea Granville en amarillo, es el sexto límite, y sigue la misma descripción indicada en el memorándum con el que Lord Granville acompaña la nota del 15 de septiembre de 1881, al doctor J M. Rojas, donde descarta la demarcación propuesta por éste.

La séptima línea en color marrón es la línea Rosebery de 1886. Está trazada como la descrita en el memorando que Lord Rosebery dirigió al general Guzman Blanco aquel año. Su curso plantea ampliar los limites al oeste del río Guaima, pues Rosebery sostenía que el Orinoco debía ser un río libre al comercio y a la navegación.

La octava línea en color rojo, es la línea Schomburgk alterada, tomada del mapa de “Parte de la Guayana Británica y Venezuela”, publicada en las actas de la Real Sociedad geográfica, en abril de 1895. Cabe destacar que para ese año el territorio de la Guayana Inglesa había ido extendiéndose –tal y como se señala en el mapa– a fuerza de alteraciones de la línea Schomburgk hasta otorgarle 76.000 millas cuadradas.

La novena línea, en color verde, es la denominada “Salisbury”. Está tomada del mapa de las varias líneas arriba citadas que se publicó en Caracas en 1890 y aparece en dicho mapa con el nombre de “caprichosa línea de arbitraje” y evidentemente se refiere al memorándum que, por instrucciones del marqués de Salisbury (por entonces Primer ministro del Reino Unido), dirigió Sir Thomas Sanderson al doctor Modesto Urbaneja, agente de Venezuela en Londres, el 19 de marzo de 1890. Salisbury proyectó esta nueva línea y no aceptó la del Esequibo fijada por Guzmán Blanco. Según señala el historiador Rafael Badell, el ejercicio de las funciones de Salisbury, coincidió con la usurpación de territorio adyacente a la frontera oriental de Venezuela.

La décima línea en color gris, es la denominada línea de “extrema pretensión inglesa”, pues es la que mayor superficie de territorio pretendía adjudicarles. Está tomada del referido mapa de Venezuela de 1890.

La onceava línea es amarilla y corresponde a la línea Sanderson, tomada de una nota de puño y letra de Sir Thomas Sanderson, titulada “Indicación Personal” pasada al doctor Lucio Pulido, agente de Venezuela en Londres en 1890, según reza en el plano.

La doceava y última, la línea Rosebery, trazada en color blanco que data de 1893, fue propuesta como límite occidental del territorio disputado por Lord Rosebery en su respuesta a la memoria del señor Michelena, Agente de Venezuela en Londres, el 26 de mayo de 1893.

Tal como se señala en el mapa el área rosada donde se ha impreso estos textos representa exactamente 33,000 millas cuadradas. Esa es la extensión de avance de las reclamaciones inglesas en un solo año entre 1885 y 1886, según el Statement Yearbook (véase la memoria número dos del departamento Agricultura Estados Unidos del año 1892).

Según declara Hayward Gignilliat en el propio mapa “para 1886 el territorio de la Guayana Inglesa creció de un salto hasta las 109.000 millas cuadradas”. Esta apropiación sistemática del territorio, así como estas líneas de demarcación de frontera, “nunca fueron reconocidas por Venezuela, ni aún como señal del territorio en disputa”.

3. Caricatura de 1887. Avance británico por los ríos Barima, Amacuro, Yuruán y Cuyuni luego de la ruptura de relaciones diplomáticas.

En cuanto al autor del mapa, el teniente Thomas Heyward Gignilliat (1863-1911) graduado de la Academia Naval de los Estados Unidos, hemos averiguado (gracias a la página https://es.findagrave.com/memorial/102000321/thomas-heyward-gignilliat), que se trataba de un brillante matemático al servicio como militar en el cuerpo de ingenieros que trabajó en fortificaciones costeras, pero su pasión eran las máquinas voladoras, pues tenía la convicción de que se convertirían en una necesidad y un importante instrumento para la guerra. Gignilliat desarrolló múltiples patentes y diseños, centrados en la elevación vertical, biplanos y triplanos en la American Aeronautic Machine Company de Georgia, fundada en 1892. Esta cita de Gignilliat de 1895 manifiesta sus expectativas en relación a las máquinas voladoras y la guerra: “(…) Imagínese en un día nublado o lluvioso un barco aéreo pintado de un color gris opaco casi invisible flotando en la parte inferior de las nubes hasta que ve que está directamente sobre algún buque de guerra o fortificación. Imagínese la nave aérea con el poder de elevarse a voluntad a millas de altura, de posarse, de dar vueltas y vueltas o de lanzarse en línea recta hacia adelante a una velocidad de setenta y cinco millas por hora. Supongamos que llevara a bordo quinientas o mil libras de dinamita en paquetes de cien libras. ¿No crees que podría dejar caer cada paquete con precisión y sin ser visible para los que están abajo?

Infortunadamente, ninguno de los aparatos diseñados por Gignilliat logró un vuelo sostenido. Sin dinero para la investigación, recurrió al gobierno venezolano ofreciendo producirle una flota de aviones si financiaba su investigación. Un plan que nunca llegó a concretarse truncando el trabajo de toda su vida. Al morir en 1911, a sus tempranos cuarenta y ocho años, no tuvo la oportunidad de ver que sus predicciones sobre el poderío de la aviación en la guerra finalmente se harían realidad poco tiempo después.

4. Portada de The National Geographic Magazine que dedica una muy buena parte de su contenido a Venezuela gracias a un texto elaborado WM. E. Curtis
5. Mapa plegable de 6 pulgadas x 9 ¾ pulgadas del Valle del Río Orinoco, publicado por Gignilliat, en la revista National Geographic, Vol. VII, No. 2. febrero de 1896

Gignilliat, también, publicó en 1896 un mapa plegable de 6 pulgadas x 9 ¾ pulgadas del Valle del Río Orinoco, en la revista National Geographic, Vol. VII, No. 2. febrero de 1896, perteneciente a la National Geographic Society, donde muestra la zona en reclamación entre Venezuela y Guayana Inglesa.

El mapa de Gignilliat de 1896 sobre la disputa territorial es de inmenso valor, y forma parte del producto de la asignación de gastos para averiguar la verdadera línea divisoria entre la República de Venezuela y la Guayana Británica, ordenada por el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos de América reunidos en el Congreso. A su vez formó parte del ya nombrado Libro Amarillo de los Estados Unidos de Venezuela que presentó el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Pedro Ezequiel Rojas, ante el Congreso durante el mandato del presidente Joaquín Crespo para ratificar los resultados de la investigación de la comisión presidencial.

Apunte final.

6. Dos apoyos fundamentales en la elaboración de esta nota.

Esta nota ha sido posible gracias al apoyo brindado por el libro de Rafael Badell Madrid, La reclamación de Venezuela sobre el territorio Esequibo (2023), donde se relata en detalle con gran minuciosidad la historia de esta disputa histórica. También nos ha sido de gran ayuda el artículo “El problema histórico-jurídico de la Guayana Venezolana” de Enrique Gandía, aparecido en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, núm. 273, enero-marzo, 1986.

Hoy, después de más un siglo la disputa fronteriza aún se mantiene viva, y la región se encuentra, de facto, bajo el control administrativo y económico de Guyana.

IGV

Procedencia de las imágenes

Postal, 1 y 3. Wikipedia. «Laudo arbitral de París» (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:La_Ocupaci%C3%B3n_Efectiva_III.jpg)

2 y 6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

4 y 5. National Geographic, «Venezuela», Vol. VII, No. 2. febrero de 1896