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1978• Edificio BANAVEN

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1978•  Se termina la construcción del edificio de oficinas BANAVEN (conocido popularmente como el Cubo Negro), ubicado en Chuao, diseñado por los arquitectos Enrique Gómez, Carlos Eduardo Gómez y Jorge Landi, teniendo como base un anteproyecto en el cual además de ellos, participó la oficina Johnson & Burgee, (NY).
En el año 1974 durante una reunión sostenida con el reconocido arquitecto norteamericano Philip Johnson, se generaron las ideas conceptuales de lo que hoy en día es uno de los inmuebles más emblemáticos de la ciudad de Caracas.
El Arquitecto Johnson reconocido por sus diseños vanguardistas acepta la realización del anteproyecto para la construcción de un edificio único en su estilo en la ciudad de Caracas.
El concepto arquitectónico se basa en un cubo para-geométrico, de la cual algunas secciones han sido removidas generando un espacio central abierto y plantas con áreas diferentes.
El anteproyecto fue presentado con un alto nivel de definición en el primer trimestre de en 1975 por la firma de arquitectura americana Johnson & Burgee, de Phillip Johnson y John Burgee (1906-2005).
Esta primera etapa contó con la colaboración de un equipo de profesionales venezolanos conformado por los arquitectos Enrique Gómez, Carlos Eduardo Gómez y Jorge Landi, quienes conjuntamente con el Ing. Estructural Mathias Brewer se familiarizaron con el criterio de diseño de la firma americana y fueron responsables del desarrollo del proyecto.
La construcción fue realizada por la empresa Tempreca C.A. bajo la coordinación del Ingeniero Domingo Lucca.
Como jefe del Proyecto y de la Obra participó el Ing. Leopoldo Azpúrua y los ingenieros residentes fueron el Ing. Pedro Alfonso y el Ing. Carlos Villegas.
Los trabajos de construcción se extendieron desde abril 1976 hasta septiembre de 1978
Una de los elementos emblemáticos que aún hoy en día imponen un toque de modernidad arquitectónica al Centro Banaven es su fachada.
La planificación y diseño de la fachada tipo “CUARTAIN – WALL“ para el “Cubo de Cristal”, comenzó en agosto de 1977 como resultado de un trabajo en equipo entre todas las empresas que participaron en la obra, permitiendo el diseño de un sistema integral que contempló una serie de innovaciones.
La empresa Industrias Macuto, S.A fue la responsable de la construcción de los vidrios y la estructura de aluminio de las fachadas del edificio, además de esto, realizó el domo de aluminio y vidrio para cubrir el espacio interno de la plaza que abarca 600 metros cuadrados.

Jesús Rafael Soto. “Volumen virtual suspendido” o “Lluvia”. Fotografía ©Archives Soto / DR

El edificio de oficinas BANAVEN se caracteriza por tener líneas sobrias, buenos detalles constructivos y acabados logrados con el empleo de materiales nobles.
La obra del edificio fue concluida con la construcción de un pequeño cubo de vidrio de 3,20 x 2,40 de altura sin estructura de aluminio para la ubicación de los sistemas de control de seguridad del edificio. En el patio central del edificio, de 600 m2. se colocó una obra del artista venezolano Jesús Rafael Soto (1923-2005) llamada “Volumen virtual suspendido” o “Lluvia” como también se le conoce, creada por el maestro en 1978.

HVH

¿SABÍA USTED…

…que entre 1974 y 1978 se proyecta y construye el Centro Banaven, Chuao, edificio de comercios y oficinas, cuyo anteproyecto pertenece a la firma de arquitectura norteamericana Johnson & Burgee, y generó en su momento una agitada polémica?

Centro Banaven. Vista exterior

Coincidiendo casi exactamente con el primer período presidencial de Carlos Andrés Pérez, conocido como el de la “Gran Venezuela” o la “Venezuela saudita”, por el efecto que causó en la economía del país el incremento abrupto de los precios del petróleo y el dispendioso uso que se le dio a la enorme masa de dinero percibida, se proyecta y construye en uno de los lotes del sector de oficinas de La Estancia de la urbanización Chuao, próxima al aeropuerto La Carlota, Caracas, una obra que se ha conocido coloquialmente como “el cubo negro”, cuyo indudable impacto visual y urbano produjo y aún hoy en día produce opiniones encontradas.

2. Plano de ubicación

Empecemos por señalar que en el año 1974 los propietarios e inversionistas que se encargan del desarrollo del lote de 17.197,74 m2 donde se ubicaría, tras el afán de dotar a la ciudad con un edificio que contase con el más alto nivel de diseño, contactan a la firma de arquitectos norteamericana Johnson & Burgee, de Philip Johnson y John Burgee (socios entre 1967 y 1991) y autores de un importante grupo de sedes corporativas. Sobre la dilatada trayectoria individual de Johnson, caracterizada por un variado eclecticismo que lo llevó de ser considerado uno de los más importantes arquitectos de la vanguardia moderna en la escena estadounidense a reconocido impulsor del “postmodern”, mucho se ha escrito y no es el caso ahondar en ello.

3. Arriba. Izquierda: planta baja. Derecha: planta de un nivel intermedio. Abajo: corte transversal

El hecho es que el anteproyecto para el Centro Banaven fue presentado con un alto nivel de definición en el primer trimestre de 1975 basando su concepto arquitectónico en un cubo parageométrico (en términos estrictos se trata más bien de un paralelepípedo de base cuadrada), del cual algunas secciones han sido sustraídas generando un espacio central abierto iluminado cenitalmente y plantas con áreas todas diferentes. Esta primera etapa contó con la colaboración de un equipo de profesionales venezolanos conformado por los arquitectos Enrique Gómez, Carlos Eduardo Gómez y Jorge Landi quienes, conjuntamente con el ingeniero estructural Mathias Brewer, se familiarizaron con el criterio de diseño de la firma norteamericana y fueron responsables del desarrollo del proyecto.

4. Proceso constructivo
5. Proceso constructivo
6. Proceso constructivo

Tal y como se recoge en el completo portal del Centro Banaven (http://www.centrobanaven.com) : “La construcción fue realizada por la empresa Tempreca C.A. bajo la coordinación del Ingeniero Domingo Lucca. Como jefe del Proyecto y de la Obra participó el Ing. Leopoldo Azpúrua y los ingenieros residentes fueron el Ing. Pedro Alfonso y el Ing. Carlos Villegas. (…) Los trabajos de construcción se extendieron desde abril 1976 hasta septiembre de 1978.”

El resultado final fue una obra de gran pureza volumétrica, impecablemente ejecutada, cuidada al máximo en sus detalles, que combina el poderoso efecto visual percibido desde el exterior con la riqueza espacial que ofrece en su interior, regida por el escalonamiento progresivo de la forma a partir de dos de sus aristas que refuerzan una diagonal vacía cuyo centro contiene una imponente obra de Jesús Soto. Sus 96.000 m2 de construcción distribuidos en 13 plantas vinculadas por 4 núcleos de circulación vertical, con una ubicación de 6.241 m2, encierran una delicada selección de materiales contrastantes y un limpio tratamiento exterior que colabora en gran medida a enfatizar el impacto que produce el edificio dotándolo de una gran sobriedad y serenidad.

7. Proceso de colocación de la envolvente acristalada

Dentro de toda esta positiva apreciación que la obra genera hay que detenerse, sin duda, en las decisiones que giraron en torno al diseño de su envolvente, para lo cual se apeló a un curtain wall conformado por vidrios de un negro grisáceo de 12 mm. de espesor con una modulación horizontal de 2,86 metros y vertical de 1,20 metros (que muestra al exterior la menor cantidad de aluminio posible del sistema que lo soporta), resistente a la presión de vientos de hasta 170 kilómetros por hora, con flexibilidad ante eventos sísmicos, cuya colocación comenzó “en agosto de 1977 como resultado de un trabajo en equipo entre todas las empresas que participaron en la obra, permitiendo el diseño de un sistema integral que contempló una serie de innovaciones. (…) El sistema es hermético cumpliendo con la normas para edificios de oficinas de la National Association of Architectural Metal Manufacturers (Office Building NAAMM Standard), tomando en cuenta los siguientes items: Prueba de presión de viento. Prueba de presión negativa de lluvia. Prueba de viento y lluvia.”

Tras la indudable conmoción que la construcción y puesta en funcionamiento del Centro Banaven generó en la Caracas de finales de la década de los 70 del siglo XX, mucho se especuló y debatió acerca de su condición de claro representante de la opulencia que signaba aquellos tiempos de bonanza petrolera; de obra “importada” ajena al contexto donde se insertó producto del desconocimiento del medio; de vedette que intentaba sobresalir, llamando la atención, de los otros edificios que lo rodean; de objeto creador de un status y un patrón de gusto; y de su desprecio hacia la consideración de las condiciones climáticas del trópico y, en consecuencia, del derroche energético que se derivaba de la acumulación de calor derivada justamente de la decisión que estuvo tras el diseño de sus herméticas y oscuras fachadas.
La revista Punto número 62 (junio de 1980), que dedica un importante espacio al análisis crítico y descripción del «Edificio de Trasbordo» (ver Contacto FAC, nº 39, 06-08-2017), incluye un polémico artículo aparecido en el cuerpo E del diario El Nacional (3-6-1979) con el título “¿Ha muerto la arquitectura?” firmado con el seudónimo Urbano del Valle en el que se comparan las actitudes asumidas por los proyectistas del “Cubo Negro” y del “banco de aulas” diseñado por el IDEC en la Ciudad Universitaria de Caracas.

Dicho texto empieza disparando lo siguiente: “El panorama de nuestra arquitectura actual es heterogéneo, presenta gran diversidad de enfoques que intentan abrirse camino por la vía de una experimentación gratuita, sin referencia cultural y ética alguna transformando la ciudad en un gran laboratorio del caos. (…) Esta situación se refleja tanto en la arquitectura comercial como en las propuestas calificadas de ‘progresistas’; de ambas podemos extraer dos ejemplos extremos, opuestos y que a la vez se tocan como dos caras de una misma moneda, cuyo valor se afirma en la tecnología, desplazando al hombre como centro del proceso de diseño y producción del objeto, y estableciendo una definida formulación ideológica no sólo ante la arquitectura, sino ante la sociedad misma. (…) Estos edificios son el conocido “Cubo Negro” en Chuao … y el menos conocido “Edificio de Trasbordo” construido en la Universidad Central de Venezuela.”

8. Espacio central con la impresionante obra «Lluvia» de Jesús Soto realizada en 1978

La relectura del artículo en cuestión, cargado de una vehemencia crítica propia del momento, respaldada por una clara postura a favor de “la recuperación de las formas significativas en una ciudad que deberíamos construir a través de su arquitectura”, permite hoy, también, llevar a cabo un balance sobre la vigencia de las consideraciones hechas acerca de la aparición en escena y la sobrevivencia de cada una de las piezas objeto de su atención, particularmente en lo relacionado al envejecimiento de ambas y al valor anticipativo que debe albergar todo proyecto a partir de los objetivos para los que fueron pensados cada uno, comparación (odiosa como todas) de la que sale airoso el edificio de Chuao, que con el transcurrir del tiempo se ha convertido en referencia dentro de la ciudad de Caracas ante la proliferación de ejemplos de dudosa calidad que podrían sumarse a la tipología por él representada. Luego de casi 40 años, gracias justamente a la comprensión del papel que juega la calidad del contenedor arquitectónico en el éxito corporativo de cualquier empresa, debidamente acompañada de políticas que velan por el cabal mantenimiento y cuidado tanto del objeto como de la imagen edificada, debe reconocerse que el “Cubo Negro” mantiene intactas las aspiraciones para las que fue creado, lo cual permite disfrutarlo a cabalidad hoy en día como una llamativa excepción (una burbuja) que confirma la decadencia de una ciudad que en buena parte se cae a pedazos.
Sobre su carácter de obra ajena a criterios de sostenibilidad que más que nunca se deben exigir a las nuevas edificaciones, las críticas hechas en su momento dirigidas al derroche energético que lo sostiene, sin lugar a dudas, tienen aún plena validez.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 8. González Viso I.; Peña M.I.; Vegas F. Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015

2. https://fundamemoria.blogspot.com/2013/05/333-municipio-chacao-parroquia-chacao.html

3. Revista Punto, nº 61, junio 1979

4 y 6. http://www.centrobanaven.com

5 y 7. https://www.ccscity450.com/obra/centro-banaven/