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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 155

Entre el importante número de exposiciones sobre arquitectura que se realizaron en Venezuela durante la década de los años 90 del siglo XX, “ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992”, abierta el 14 de octubre de 1992, se constituyó sin lugar a dudas en la experiencia museológica más completa.

Esta afirmación se relaciona, por un lado, con la feliz coincidencia que se dio entre la finalización el 6 de febrero de 1992 en Caracas, luego de tres semanas de reuniones con especialistas de varios países, de un seminario por parte de la UNESCO cuyo objetivo fue analizar los nuevos retos que se le planteaban a la institución museística en el contexto latinoamericano del momento, donde se concluyó, entre otras cosas, que la función del museólogo (profesional indispensable para el cumplimiento de la misión de un museo) no se encontraba suficientemente definida y ubicada, y que, por tanto, debían realizarse ingentes esfuerzos para apoyar su formación; y, por el otro, con la realización en simultáneo entre la Galería de Arte Nacional (GAN) y la Universidad José María Vargas (UJMV) de un seminario-taller para estudiantes de arquitectura y museología de dicha casa de estudios con el fin de concebir, diseñar y ejecutar un proyecto museológico integral, cuyos resultados no fueron otros que la muestra a la cual ya nos hemos referido más arriba.

Exposición ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992. Izquierda: Catálogo-libro bilingüe ALCOCK, Obras y Proyectos 1959-1992. Derecha: Cuaderno de gran formato Taller Alcock. Un aporte a la museología de la arquitectura

También lo inicialmente afirmado tiene su asidero en el hecho de que la fructífera relación lograda arrojó como resultado en la práctica no sólo una ejemplar experiencia entre formación académica y trabajo museístico (cuyo fruto más visible fue la exposición), sino porque se produjeron dos excelentes publicaciones que han permitido que lo entonces mostrado trascienda hasta nuestros días: el cuidado catálogo-libro bilingüe ALCOCK, Obras y Proyectos 1959-1992, con textos de Hannia Gómez y William Niño Araque y fotografías de Gorka Dorronsoro, Paolo Gasparini y Edgar Vergara (Diseño Gráfico de Bettina Bottome y Antonio Huizi, Editor A, C.A./Fundación Galería de Arte Nacional, impreso por Ex Libris C.A., noviembre 1992); y el hermoso cuaderno de gran formato Taller Alcock. Un aporte a la museología de la arquitectura, fruto de la experiencia conjunta realizada entre la UJMV y la Fundación GAN, que recoge los dibujos y fotos de los modelos resultantes de dicho seminario dirigido por los profesores Ana María Marín, William Niño Araque, Rosita De Lisi y Joaquín Russo, cuya Coordinación Editorial estuvo a cargo de María Elena Huizi (GAN) y Ana María Marín (UJMV) -a su vez Coordinadora General del trabajo- (Diseño Gráfico de Producciones Novarq s.r.l. y Juan José Abreu, impreso por Tipografía Guanarteme C.A., octubre 1992). El impecable dibujo realizado por los estudiantes de arquitectura Francisco Benetti y Adriana Loaiza, que acompaña nuestra postal del día de hoy, proviene justamente de esta segunda publicación.

Lo cierto es que “ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992” tuvo, además, un especial significado dentro de la programación de la Fundación Galería de Arte Nacional ya que se trataba de la primera exposición antológica dedicada a un arquitecto contemporáneo activo en nuestro país: Walter James (Jimmy) Alcock (1932). Cabría recordar que la realizada entre noviembre de 1988 y finales de febrero de 1989 en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, de una magnitud similar (“Villanueva, el Arquitecto”), rindió homenaje a Carlos Raúl Villanueva tras 13 años de haber fallecido.
El Taller Alcock, germen y motor fundamental para que este modélico ensayo rindiera frutos, posibilitó, según se recoge en el texto elaborado para el cuaderno reseñado por el entonces decano de la Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas de la UJMV, José Luis Colmenares y los profesores que lo guiaron, “la conexión de las aulas con otros ámbitos de difusión del conocimiento, brindando la oportunidad de acceder a un grupo de profesores y estudiantes de una ‘joven escuela’ a una actividad analítico-investigativa, hasta ahora perteneciente exclusivamente al territorio de los historiadores”. Señalándose más adelante: “… el Taller Alcock ha sido concebido no únicamente como una unidad de producción de material para la exposición ALCOCK Arquitecto, Obras y Proyectos 1962-1992 (…) la investigación nos comprometió en una estrategia docente que abarcó el establecimiento de una serie de talleres (…) concebidos como recintos para la investigación, siendo este el instrumento y la forma más apta para generar e inducir el conocimiento, en oposición a su mera recepción y transmisión de la manera tradicional, garantizando así, la cabal representación y comprensión de la obra arquitectónica, a través de las más adecuadas técnicas de expresión gráfica y tridimensional, lo que pretendemos acerque al público general a esta esquiva disciplina a partir de una lectura más clara de sus contenidos, y de un discurso de proyecto construido con imágenes hermosas en sí mismas”.

En total, participaron en el Taller 80 estudiantes distribuidos en cuatro frentes: Modelos tridimensionales (32), Perspectiva y Axonometría (13), Dibujo como experiencia (21), e Investigación y Museología (14). Además, para la publicación que recoge la experiencia se elaboró un interesante «Glosario» que podría considerarse como un pequeña y sustanciosa guía dirigida a quienes no están familiarizados con los términos asociados al lenguaje expresivo y gráfico allí contenido utilizado para representar la obra de Alcock, clasificada a su vez en tres categorías: el edificio público (donde se representan 6 obras a través de dibujos y maquetas), la vivienda multifamiliar (5 obras) y la casa (8 obras), precedidas de textos elaborados para introducir cada una.

Jimmy Alcock. Edificio Altolar-Loma Verde, Colinas de Bello Monte, 1967

La postal remite también al edificio Altolar-Loma Verde, ubicado en la urbanización Colinas de Bello Monte cuya construcción (concluida en 1967) fue emprendida en dos etapas: la primera correspondiente al Altolar (de planta curva) y la segunda al Loma Verde (de planta recta), articulados de tal manera que constituyen una unidad formal y espacial. Constan de 44 apartamentos dúplex, 8 apartamentos de una sola planta en los dos últimos pisos del Altolar y en la ultima del Loma Verde, tres niveles de circulación y cinco plantas dispuestas horizontalmente, que derivan su forma a un extenso muro de contención que soporta el terreno modificado de la colina sobre la cual se apoyan.  Alcock asumió como partido de diseño colocar el volumen del edificio, siguiendo la dirección de las curvas de nivel, en el borde de la colina aplanada favoreciendo las visuales urbanas a distancia y a la vez creando un hermoso espacio intermedio interno de características tropicales, sombreado y lleno de vegetación en el cual ubicó el acceso, las circulaciones verticales y horizontales. El edificio, toda una lección de cómo responder a la dimensión de la ciudad a partir de su sensible manifestación en el paisaje, fue seleccionado (junto a la obra de otros arquitectos venezolanos) para representar al país en la exposición “Latin América in Construction; Architecture 1955-1980” (marzo 29–julio 19, 2015), aprovechándose parte del material elaborado para la muestra de 1992.

La exposición “ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992”, estuvo abierta hasta el 28 de noviembre de 1992, tiempo muy breve -como normalmente ocurre- si se compara al esfuerzo realizado tras ella. Estuvo acompañada durante el mes de noviembre de la realización de una serie de Foros (“La arquitectura de Jimmy Alcock”, “La arquitectura y el espacio tropical desde la perspectiva de la literatura” y ”El arte y la arquitectura en la experiencia de Alcock”); un grupo de Talleres (“De cómo ver la arquitectura”, “Acuarela y lavado” y “Fotografía”); una visita guiada por el propio Jimmy Alcock y William Niño a las obras del primero; y un Ciclo de Charlas realizadas en la UJMV entre noviembre y diciembre por Enrique Larrañaga, Abner Colmenares y Martín Padrón. Propuso, como señala la Fundación Galería de Arte Nacional en uno de los textos introductorios del libro-catálogo, “el concepto de curaduría múltiple, cuyos aportes, desde diversas perspectivas de investigación, la académica, la editorial y la museística, nos permiten demostrar que los eventos de Arquitectura logran (…) un alcance que va más allá del recinto físico de nuestro museo y que nos permite observar la ciudad como una extensión museística, que atesora en sus edificaciones un conjunto de obras cuyo valor histórico, estético, mitológico y afectivo las incorporan a nuestro patrimonio cultural”. Se trató, en resumen, de una trascendental experiencia que pese a la pervivencia de las instituciones que estuvieron involucradas, lamentablemente, no ha logrado repetirse.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. Catálogo-libro bilingüe ALCOCK, Obras y Proyectos 1959-1992. (Editor A/Fundación Galería de Arte Nacional, 1992) y Cuaderno Taller Alcock. Un aporte a la museología de la arquitectura (Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas de la Universidad José María Vargas/Fundación Galería de Arte Nacional, 1992)

Es noticia

Stoddart.

El paisaje que nos une.

Historia de un británico en Venezuela

El pasado 8 de diciembre fue abierta en la Sala I  de la Galería de Arte Nacional (GAN) la exposición “Stoddart. El paisaje que nos une. Historia de un británico en Venezuela”, dedicada a reconocer la trayectoria y obra del importante arquitecto paisajista John Stoddart (Beckenham, 1929).

La muestra, cuya curaduría estuvo a cargo de Verónica Fraiz, Esmeralda Niño y Luis Chacín y que contó con el auspicio del Fondo de Valores Inmobiliarios (FVI), recoge al iniciar el recorrido una cronología que refiere la vida de Stoddart a través de fotografías. Seguidamente, puede apreciarse una pequeña muestra de su obra acompañada de algunos planos originales y maquetas de sus trabajos más emblemáticos dentro y fuera de Venezuela, así como otras reproducciones. Un espacio de la sala dispone de dispositivos museográficos con los que el visitante puede interactuar, que hacen referencia a algunas de sus obras ejecutadas en Venezuela, muchas de ellas realizadas en conjunto con el arquitecto chileno Fernando Tábora (cuya sociedad Stoddart + Tábora Arquitectos Paisajistas se mantuvo desde 1965 hasta 1997), entre las cuales destacan: el Parque Generalísimo Francisco de Miranda (anteriormente conocido como «Parque Rómulo Betancourt» y luego como «Parque del Este», donde además participaron Mauricio Monte y Julio César Pessolani fungiendo de coordinador del equipo Roberto Burle Marx), la Plaza Diego Ibarra, el Hotel Humboldt, la Galería de Arte Nacional, el Boulevard y Paseo Vargas, el Centro de Arte La Estancia, el Parque Recreacional Sur de Valencia (en Carabobo), el Parque Zoobotánico El Ingenio (en Miranda) y las Residencias Isla Paraíso & Yacht Club (en Anzoátegui), entre otros.

ACA

¿SABÍA USTED…

… que entre el 10 de septiembre y el 19 de noviembre de 1995 abrió en los espacios de la Galería de Arte Nacional (GAN) la exposición “Tomás José Sanabria Arquitecto. Aproximación a su obra”?

1. Exposición Tomás José Sanabria Arquitecto. Aproximación a su obra, 10 de septiembre-19 de noviembre 1995. Izquierda: Guía de estudio. Derecha: Circuito museográfico

“Tomás José Sanabria Arquitecto. Aproximación a su obra” se constituyó, sin lugar a dudas, en el evento expositivo más importante de los realizados el año 1995 a nivel nacional y en uno de los más relevantes de cuantos históricamente se han registrado en nuestro país, en lo que a arquitectura se refiere.

La muestra, llevada a cabo gracias al patrocinio de Alberto Vollmer Foundation Inc., La Electricidad de Caracas, el Banco Central de Venezuela, la Fundación Sivensa, Henrique Machado Z. y Oscar A. Machado K., fue el resultado de una cuidadosa investigación y curaduría encabezada por William Niño Araque acompañado de Mónica Silva Contreras, Carmen Cecilia Araujo y Gipsy Venegas (Conservación y selección de documentos), quienes durante más de un año pudieron acceder al rico y muy bien ordenado archivo que atesoraba casi 50 años de trabajo del propio Tomás J. Sanabria, y revisar allí 12.000 planos, 300 proyectos, cuadernos de viaje, de construcción, apuntes, dibujos y maquetas, lo cual dio como resultado un impecable montaje logrado con el apoyo del equipo museográfico y museológico de la GAN, los integrantes de Sanabria Arquitectos & Asociados y un grupo de estudiantes de la Universidad José María Vargas (UJMV).

Asimismo, la exposición estuvo acompañada por un hermoso catálogo (diseñado por Juan Carlos Fernández e impreso por Gráficas Armitano C.A.), que recogió el estudio sobre el que se basaron los curadores, ilustrado con bocetos y croquis de Sanabria, excelentes fotografías de la obra construida a cargo de Gorka Dorronsoro, la presentación elaborada por Clementina Vaamonde de Roosen (Presidenta de la Fundación GAN), un texto central de William Niño Araque titulado “La arquitectura como ciudad”, otros correspondientes a las obras y proyectos a cargo del propio Niño, Mónica Silva y Carmen Araujo y una detallada cronología realizada por Silva y Araujo.
Adicionalmente, en torno a la exhibición se organizaron una serie de foros y conferencias y, además, buena parte de la actividad crítica desplegada se pudo seguir a través de las páginas del semanario Arquitectura HOY y otros medios de comunicación impresos.

2. Arquitectura HOY, nº 123, 9 de septiembre de 1995

En particular, Arquitectura HOY le abrió aquel año de 1995 generosamente sus puertas al evento de muy diversas maneras: el 9 de septiembre (nº 123) apareció la invitación a la inauguración y Mónica Silva publicó “El dibujo según Tomás José Sanabria”, texto en el que resume su trayectoria siguiendo la relación entre su forma de proyectar y una fundamental herramienta (el dibujo) que lo acompañó permanentemente tanto en “su interés por archivar la memoria de los lugares visitados alrededor del mundo”, como en “el apego a dejar constancia de los procesos constructivos proyectados en las edificaciones en las que trabajó a lo largo de toda su carrera”. Las impresiones expresadas a través de la tinta, el creyón, la acuarela, el pastel o cualquier otra técnica sirven para que Silva valore en Sanabria una inclinación permanente por registrar cuidadosa y metódicamente lo que visitaba, construía e incluso percibía en su faceta de aviador atento por el desarrollo de la ciudad y el comportamiento de su clima.

3. Arquitectura HOY, nº 128, 21 de octubre de 1995

Más adelante en el nº 128 del 21 de octubre, junto al ciclo de conferencias organizado por la GAN (6 en total) aparece el artículo “La corona de la ciudad” de María Fernanda Jaua quien, utilizado el mismo título de otro anteriormente escrito por Bruno Taut en el que “propuso una ciudad como una pirámide, coronada por un edificio sobresaliente, brillante, resplandeciente como un diamante”, desmitifica el “eficientismo” con que Sanabria ha sido etiquetado, utilizando como excusa la poderosa imagen del hotel Humboldt.

4. Arquitectura HOY, nº 129, 28 de octubre de 1995

Contestando a la pregunta que también se le hiciera a Jaua sobre lo que representan la trayectoria y la obra de Sanabria, Manuel Delgado Arteaga escribe en la entrega del 28 de octubre (nº 129), en tono no necesariamente complaciente, “SANABRIA amor y odio por la ciudad” donde, centrándose fundamentalmente en el desarrollo del Foro Libertador y su condición de isla dentro del casco de Caracas, devela la presencia de un arquitecto formado bajo los cánones del Movimiento Moderno que recurre a “la negación de la ciudad tradicional para dar paso al desarrollo”.

Para finalizar el seguimiento dado por Arquitectura HOY a la exposición, pero a su vez dando inicio a la columna titulada “En clave” que sostuvo durante más de dos años con periodicidad quincenal, Azier Calvo, el 11 de noviembre (nº 128), se refiere a la muestra en su escrito “Otra manera de leer los años 50”, década en la que Tomás Sanabria y su arquitectura jugaron, junto a otros protagonistas, un papel muy relevante.

5. Tomás José Sanabria. Hotel Humboldt, 1956. Perspectiva de la propuesta inicial

En definitiva, los textos, gráficos, maquetas, apuntes, bocetos, dibujos y fotografías que llenaron los espacios de la GAN durante poco más de dos meses, hicieron de “Tomás José Sanabria Arquitecto. Aproximación a su obra” un evento memorable que mostró una historia de cómo hacer arquitectura y la relación de uno de nuestros más insignes maestros con la ciudad que tanto le apasionaba, plasmadas a través de una obra en la que su conceptualización, su representación, su materialización y la consideración del contexto en el que se inserta constituyen hechos inseparables. Tal y como señala William Niño Araque al final del ensayo central del catálogo de la exposición: “la arquitectura de Sanabria es una mezcla de realismo y utopía venezolana: es decididamente racional, a veces de una forma rígida, pero por todo ello, inclinada a gestos esculturales y a una intensa identificación. (…) Su arquitectura tiene un motivo profundo y su centro de desarrollo se ubica en el concepto de lugar: espacio entendido no como el resultado de una apropiación aritmética … sino como conclusión de un proceso de apropiación en el que la arquitectura adquiere el valor de escenario para el rito que signa habitar en comunidad, en esta asoleada y querida ciudad… en este asoleado y querido país”.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 90

La exposición José Miguel Galia, arquitecto, realizada entre el Museo de Bellas Artes (MBA) de Caracas y el Centro de Información y Documentación (CID) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la UCV, forma parte de un numeroso grupo de más de 15 muestras que llegaron a montarse a lo largo de la década de los 90 del siglo XX en diferentes espacios, producto del esfuerzo llevado a cabo por diversas instituciones o grupos interesados en divulgar la arquitectura en nuestro país, abriéndole espacio muy especialmente a la labor de recopilación, documentación y catalogación sobre el quehacer nacional iniciada con entusiasmo durante aquellos años.

José Miguel Galia (Gualeguaychú, Argentina,1919-Caracas, 2009), en particular, por la magnitud de su obra construida se constituyó en foco de atención de investigadores dada la amplitud de temas que llegó a abordar y el sello personal que logró imprimir a su producción luego de una exitosa sociedad con Martín Vegas en la década de 1950. Su ascendencia dentro del ámbito profesional se equiparó a la que logró como docente, influyendo en la formación de varias generaciones de arquitectos a lo largo de 35 años de labor ininterrumpida que se inicia dos años antes de su participación como fundador de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV en 1953. Venezolano por decisión propia desde 1974, obtiene ese mismo año el Premio Nacional de Arquitectura otorgado en la V edición de la Bienal por el edificio Seguros Orinoco (Esquina de Socarrás, Caracas) y en 1976 el Premio Municipal del Distrito Federal por el Edificio del Banco Metropolitano en Sabana Grande, Caracas. Galia, además, dignificó el diseño de edificios de vivienda multifamiliar en propiedad horizontal, convirtiéndose en pionero y viva demostración de los alcances que dicha Ley ofrecía desde su entrada en vigencia en 1960, enriqueciendo su tipología y mostrando alternativas que daban con el máximo aprovechamiento de las ordenanzas y el mejor funcionamiento posible. El ladrillo como revestimiento o cerramiento exterior imprimió a sus obras una marca de fábrica que aún hoy es claramente reconocible dentro del paisaje caraqueño.

Tras la apertura en los mismos espacios del MBA de las muestras dedicadas a Franco Purini (1986), Alvar Aalto (1989), La casa como tema (1989) y El espacio, escenario de un Museo (1991) y haber dado cabida en 1987 a la VIII Bienal Nacional de Arquitectura, José Miguel Galia, arquitecto se convirtió en la primera que esa institución destinó en solitario a la obra de un arquitecto venezolano. Anteriormente le había correspondido a la Galería de Arte Nacional (GAN) abrirle las puertas a sendas exhibiciones consagradas a la obra de Carlos Raúl Villanueva. 1900-1975 (1982), La Arquitectura de los 80 (1985), Los signos habitables: Tendencias de la Arquitectura Venezolana Contemporánea (1985) y Manuel Mujica Millán. Arquitecto (1991). Por su parte el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber (MACCSI) empezaba a dar sus primeras muestras de interés por la arquitectura de la mano con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, la Embajada de Italia en Venezuela y el Instituto Italiano de Cultura en Venezuela a través de Alessandro Anselmi. Dibujos y Proyectos (1990) y Las Escalas del Espacio. Arquitectos Italianos Contemporáneos (1991).

El esfuerzo compartido entre la Fundación MBA y la FAU dio como resultado que entre el 8 de marzo al 3 de mayo de 1992 se abriera en las Salas 6, 6A y 7 del Museo un verdadero evento que combinaba el rigor académico producto de la puesta en orden del archivo personal de Galia y la producción de un material especialmente preparado para la ocasión. Así, tal y como señala Henrique Vera (responsable de la curaduría y museografía) en la presentación del hermoso catálogo que la acompañó, el guión museográfico se concibió para exhibir planos originales, dibujos, maquetas, croquis, detalles constructivos en escala 1:1, planos especialmente redibujados, axonometrías y fotografías, “dividiéndose en cuatro partes: la primera (…) integrada por una selección de proyectos realizados por los arquitectos Martín Vegas y José Miguel Galia, entre los años 1951 y 1958, en la firma Vegas & Galia Arquitectos Asociados. Destacan aquí por su importancia y significación el Conjunto Polar (1953), el Edificio Anglo-Ven (1956) y el Banco Metropolitano, agencia principal (1957). (…) El segundo grupo lo constituyen aquellos edificios diseñados por Galia desde 1958 hasta 1988. Aquí resaltan, por una parte, los dos Edificios Seguros Orinoco, el de la esquina de Socarrás (1971) (…) y el de Puerto Ordaz (1976). Igualmente el Edificio Banco Metropolitano, agencia Sabana Grande (1976) y la Remodelación del Parque Los Caobos. Por otra parte, se destaca un grupo de proyectos de vivienda multifamiliar, construidos y no construidos, los cuales fueron agrupados en seis familias tipológicas, tomándose el mejor ejemplo de cada familia para presentarlo con mayor detalle. (…) El tercer grupo está integrado por proyectos de diferente naturaleza, que no fueron construidos  y que sin embargo ayudan a tener una visión más completa de este singular diseñador: tres diseños que participaron en concursos, una Quinta en Colinas de Bello Monte y el Edificio Sede para la Biblioteca Nacional, ambos para Caracas, y el de la Torre Peugeot, en Buenos Aires. También aquí se exhibe por primera vez un valioso material original. (…) El cuarto grupo de diseños exhibidos lo constituyen los tres proyectos en los cuales José Miguel Gala trabaja actualmente, el edificio Seguros Orinoco de Los Palos Grandes, el Centro Otassca en el Paseo Colón, y por último el Edificio Centro Princesa, ubicado en el Boulevard de Sabana Grande…”

Vera, contó para alcanzar con éxito este recordado montaje, con el inestimable apoyo de la oficina de Galia y en particular de los arquitectos Magali Ruz-Brewer, Sabino Marotta y José Antonio Maldonado, con el aporte del personal del MBA con María Elena Ramos, su directora, a la cabeza y del CID FAU UCV en las personas de las diseñadoras Martha Sanabria y Catherine Goalard.

El catálogo numerado como el 869 (la exposición fue la nº 984), cuya portada preside la postal de esta semana, diseñado por Andrés Carnevali, fue impreso por Unión Offset y tuvo un tiraje de 1500 ejemplares, pudiéndose aún adquirir a través de www.edicionesfau.com.

Destacan en él no solo su impecable impresión y el acompañamiento de las estupendas fotografías de Paolo Gasparini (protagonistas del montaje expositivo junto a las maquetas realizadas por Julio Camacho y José Ricardo Olivares), sino muy particularmente los dos textos preparados por José Miguel Roig y Federico Vegas: el uno titulado “Galia, La revolución a medida”, centrado en analizar críticamente el Banco Metropolitano de Sabana Grande; el otro, “El monasterio vertical”, dedicado a develar los entresijos y reflexiones, que en tono si se quiere más poético, suscita en su autor Seguros Orinoco. Del escrito de Vegas, extraemos, para terminar, la siguiente cita que ilustra la actitud de un profesional dedicado, tenaz, inquieto, que por sobre todo amaba la arquitectura y además logró que ella trascendiera: “La inmovilidad, la idea de que el edificio no se moverá de sitio como las Arcas, está a cargo del ladrillo. Aquí está la gran paradoja: el ladrillo, repetible y ancestral, lo imaginamos en muros de carga, pero éstos son inoperantes después de cierta altura. En el edificio de Socarrás, el ladrillo o la arcilla, es recubrimiento, y para que no haya dudas, no tiene trama y cambia de sentido cuando recubre el concreto y cuando es simple pared. No es posible un juego más diáfano, hacer más advertencias sobre la verdadera estructura del edificio, y sin embargo queda el sentimiento de un solo y gran ladrillo tallado”.

ACA