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65 AÑOS DE UN LIBRO DE REFERENCIA

1. Portada y contraportada de la edición del año 2002 en inglés de The image of the city (La imagen de la ciudad) de Kevin Lynch.

The image of the city

Kevin Lynch

The MIT Press

1960

Si afirmamos que The image of the city (La imagen de la ciudad) del planificador urbano y profesor universitario estadounidense Kevin Lynch (1918-1984), es uno de los libros más relevante de cuantos se publicaron en la segunda mitad del siglo XX, no estaríamos exagerando. Su novedoso enfoque, que impulsó y perfiló la naciente disciplina del diseño urbano desde coordenadas distantes y críticas a las propugnadas por los postulados urbanísticos del Movimiento Moderno, los cuales mostraron enormes limitaciones para servir de guía tanto en la reconstrucción de la ciudad europea durante la posguerra, como en la planificación del crecimiento de las grandes urbes norteamericanas tras la gran depresión, lo convirtieron, junto a sus contemporáneos Townscape (El paisaje urbano) de Gordon Cullen y The Death and Life of Great American Cities (Muerte y vida de las grandes ciudades americanas) de Jane Jacobs (ambos publicados en 1961), en ejemplo de una nueva forma de entender y percibir las ciudades, paso previo necesario a la intervención en ellas.

2. Dos libros contemporáneos con The image of the city que compartieron las mismas preocupaciones con respecto al fracaso del urbanismo propiciado por el Movimiento Moderno como guía para la reconstrucción europea.

Los tres textos, valga decirlo, a pesar de tener muchos rasgos en común en sus observaciones, críticas y propuestas, tienen puntos de partida muy diferentes, destacando en el caso de Lynch, la asimilación del paisaje urbano desde su comprensión visual mostrando la ciudad formada por una serie de elementos cuya percepción es básica en la configuración de la experiencia y la memoria de quienes la habitan.

3. Los integrantes del Team 10 en el CIAM XI de Otterlo (1959), el último de los eventos de este tipo. En la foto Peter y Alison Smithson de pie a la izquierda con Voeckler, Candilis y Bakema sosteniendo la pancarta que decreta la muerte de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna. Aldo Van Eyck y Blanche Lemco se asoman por debajo.

Cullen, Jacobs y Lynch, a su vez, muestran una asombrosa sintonía con los planteamientos de un grupo de jóvenes arquitectos conocido como el Team X (Team Ten, Team 10 o Team Diez) que, liderados por Aldo Van Eyck y los Smithson (Alison y Peter), había comenzado a desafiar el enfoque urbanístico predominante en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) desde su creación en 1928. De tal manera, a partir de su primera presencia en la reunión celebrada en 1953 (realizada en Aix-en-Provence) y luego de tomar en 1956 (Dubrovnik) las riendas de dichos eventos, los integrantes del Team X los conducirían a su disolución definitiva en 1959 cuando se celebró el último en Otterlo. Quienes componían el Team X, proponían en sus manifiestos una nueva sensibilidad hacia el espacio y su relación con el usuario, coherente con la influencia que las ciencias sociales adquirían en aquel momento y, pese a la diferencia de intereses, mostraban intenciones comunes con las investigaciones de Lynch en la medida que buscaban desdibujar los límites tradicionalmente establecidos entre la arquitectura y el urbanismo, y se daban pasos hacia una nueva sensibilidad dirigida a incorporar las cualidades y valores del ser humano. En ambos casos, se afirma que dicha condición debe adquirir cada vez más presencia y ser asumida por cualquier planteamiento, técnico o artístico, dirigido a proyectar los lugares en que se desarrolla la vida.

La aproximación de Lynch al fenómeno urbano ligada a su tarea como investigador y docente en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), que tendrá en La imagen de la ciudad su más importante manifestación, debe revisarse a la luz de sus antecedentes y formación.

Nacido en Chicago (crisol del urbanismo estadounidense), en el seno de una familia de ascendencia irlandesa el 7 de enero de 1918, Lynch era el menor de tres hermanos. “Creció en una zona étnicamente mixta y modestamente acomodada del norte de la ciudad. Educado primero con tutores privados y luego en la escuela primaria católica del barrio, Kevin siguió a sus dos hermanos a la Francis W. Parker, una escuela secundaria laica con un currículo progresista que animaba a los estudiantes a reflexionar sobre el mundo que los rodeaba. Significativamente, en una época de depresión económica, esto incluía la reflexión sobre cuestiones sociales. Más tarde, atribuyó su experiencia escolar al factor decisivo que lo interesó por la arquitectura y la filosofía, y a su interés permanente por los entornos humanos y la justicia social”, recogemos del capítulo dedicado a Lynch en Key thinkers on space and place de John R. Gold (2012), quien se apoya a su vez en “Kevin Lynch: his life and work” texto publicado en City Sense and City Design: Writings and Projects of Kevin Lynch, editado por sus discípulos Tridib Banerjee y Michael Southworth en 1990.

4. La Francis W. Parker School de Chicago donde Kevin Lynch de graduó de bachiller.
5. Taliesin Spring Green, Wisconsin donde Lynch cursó con Frank Lloyd Wright durante los años 1937-38.

Después de graduarse de la Francis Parker School en 1935, en Wikipedia encontramos que “Lynch se matriculó en la Universidad de Yale con la intención de estudiar arquitectura. Al encontrar su pedagogía demasiado conservadora, se fue a estudiar con Frank Lloyd Wright en Taliesin Spring Green, Wisconsin. Lynch declaró más tarde que Wright fue una gran influencia, pero no estaba de acuerdo con su filosofía social individualista. Dejando a Wright después de un año y medio, se matriculó en el Rensselaer Polytechnic Institute en Troy, Nueva York para estudiar ingeniería en 1939, pero no completó el programa y fue a trabajar para el arquitecto de Chicago Paul Schweikher. En 1941, Lynch se casó con Anne Borders, una compañera graduada de la Parker School. (…) Tres semanas después de su boda, Lynch fue reclutado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, sirviendo en el asedio de Peleliu, Filipinas y Japón hasta enero de 1946. Después de la guerra, completó su educación universitaria en el MIT y recibió una licenciatura en planificación urbana en 1947”. Esta sería su única titulación, ya que nunca realizó estudios de posgrado pese a que participó en algunos de ellos como parte del cuerpo docente en el Departamento de Planificación Urbana y Regional del MIT.

6. The MIT School of Architecture and Planning.

El camino que conduciría a la elaboración de La imagen de la ciudad, estaría precedido por su contratación, luego de trabajar recién graduado para la Comisión de Planeamiento de Greensboro (Carolina del Norte), para ocupar un puesto como docente en el MIT en 1948 llamado por Lloyd Rodwin. Luego se convertiría en profesor asistente (1949), profesor asociado titular (1955) y profesor titular (1963) hasta su jubilación en 1978. Posteriormente, se dedicó a la consultoría a través de la firma que fundó con su colega Stephen Carr (Carr, Lynch and Associates). Sin embargo, mantuvo sus vínculos de investigación y docencia con el MIT hasta su repentino fallecimiento en julio de 1984.

Su estabilidad laboral en el MIT le permitió, más allá de algunas divagaciones iniciales, fijar ya desde 1950 los temas que conformarían el norte de su senda investigativa y que iría retomando continuamente a lo largo de su carrera.

Sin embargo, un notable impacto se originó cuando Lynch tuvo la oportunidad de viajar a Europa durante el año académico 1952-53, principalmente a Florencia, para estudiar la forma urbana gracias a una beca otorgada por la Fundación Ford. Ello “le permitió desarrollar una profunda apreciación de la importancia del lugar dentro de una ciudad, idear principios de notación para registrar sus observaciones y reflexionar sobre la naturaleza de la forma urbana. Esta fascinación constante por la forma urbana lo condujo a un programa de investigación de cinco años, financiado por la Fundación Rockefeller (el cual inaugurarán y del cual también se beneficiarían Jane Jacobs, Edmund Bacon y Christopher Alexander, entre otros), que Lynch codirigió con Gyorgy Kepes, fundador y director del Centro de Estudios Visuales Avanzados del MIT. Iniciado en 1954, el objetivo era emprender una ‘investigación dirigida al desarrollo de un concepto teórico de la forma de la ciudad… y proporcionar los criterios y técnicas fundamentales para concebir, expresar y controlar nuestro entorno perceptivo’. Sin embargo, el énfasis se invirtió a medida que el proyecto maduraba. Para 1958-9, se había convertido en ‘una investigación sobre la percepción individual del paisaje urbano… la imagen que los habitantes y los viajeros tienen de la ciudad, y el uso de las señales y símbolos en el paisaje urbano’. El objetivo de este trabajo era ‘el desarrollo de nuevas posibilidades y principios de diseño para la ciudad’”, acotará el ya citado John R. Gold en Key thinkers on space and place.

7. Kevin Lynch (izquierda) y Gyorgy Kepes (derecha) fueron beneficiados con el otorgamiento de una beca por parte de la Fundación Rockefeller de cuya investigación se derivaría la publicación de La imagen de la ciudad.

Así, luego de haber publicado en 1954 en Scientific American “The form of cities” (La forma de las ciudades), Lynch en 1958 redactaría con Lloyd Rodwin un ensayo titulado “The theory of urban form” (La teoría de la forma urbana) donde la ciudad se describe a través de la complementariedad de dos sistemas -flujos y espacios adaptados- interpretados a partir de un grupo de categorías descriptivas de la forma urbana. La investigación de Lynch y Kepes fue publicada en 1960 como The image of the city (La imagen de la ciudad).

8. Páginas interiores de la versión en castellano publicada por Gustavo Gili (1ª edición, 8ª tirada, 2008) de La imagen de la ciudad.

El libro en sí, en lo que se refiere a su primera edición en inglés, fue lanzado por The MIT Press en formato de 20×13,2 cms y tuvo 194 páginas. El formato se aproxima al de un manual donde el texto adquiere el valor principal, ilustrado con algunos planos y fotografías en blanco y negro. La composición gráfica de sus páginas se realiza con amplios márgenes, que permiten incluir esquemas para acompañar y fijar mediante trazos sencillos las ideas que se desarrollan en los distintos capítulos.

Con el apoyo de la excelente reseña publicada en la versión digital de la revista Proyecto Progreso Arquitectura, nº 19 (Universidad de Sevilla, 2018), escrita por José Manuel López–Peláez, podemos señalar que “El libro de Lynch se ordena mediante un prólogo al que siguen cinco capítulos que presentan las cuestiones principales y tres apéndices, incluyendo una extensa bibliografía. Su exposición avanza desde unos principios más generales y analíticos hasta los planteamientos prácticos, dirigidos de forma concreta a determinados aspectos del diseño urbano. Sin embargo, el interés que producía el libro cuando llegó a los que entonces éramos estudiantes de arquitectura consistía en la originalidad de su enfoque, tan diferente de las publicaciones sobre urbanismo hasta entonces al uso. Aquí se planteaban de forma distinta las relaciones entre la ciudad y sus habitantes, partiendo de una nueva comprensión de las condiciones de diseño desde un enfoque humanista hasta entonces inédito”, lo cual reafirma las ideas que expusiéramos al principio de esta nota y nos permite constatar su plena vigencia.

9. Páginas interiores de la versión en castellano publicada por Gustavo Gili (1ª edición, 8ª tirada, 2008) de La imagen de la ciudad.

Por otro lado, a riesgo de repetirnos, es importante subrayar que el libro producto de la investigación desarrollada junto a Kepes (a quien Lynch dedica unas sentidas palabras en el Prólogo) versa sobre cómo los observadores asimilan la información de la ciudad o, en otras palabras, en la imagen mental que los ciudadanos extraen de ella que se traduce en su “legibilidad” y la capacidad de orientación que los habitantes desarrollan en ella.

Tomando como ejemplo tres ciudades estadounidenses (Boston, Jersey City y Los Ángeles), Lynch planteó que los usuarios comprendían su entorno de forma consistente y predecible, creando mapas mentales con cinco elementos:

10. Páginas interiores de la versión en castellano publicada por Gustavo Gili (1ª edición, 8ª tirada, 2008) de La imagen de la ciudad.

Sendas (path), que no son otra cosa que los caminos, calles, aceras, senderos y otros canales en los que la gente viaja ya sea a pie o en vehículo; Bordes (edge), límites percibidos como muros, edificios y costas. No son importantes como las sendas en el sentido de que no se pueden recorrer, pero sí que juegan un papel esencial en la orientación urbana; Barrios (district) o distritos, secciones relativamente grandes de la ciudad que se distinguen por alguna identidad o carácter; Nodos (node), puntos focales, intersecciones o loci; y Mojones (landmark) o hitos, objetos fácilmente identificables que sirven como puntos de referencia externos en los que el habitante no puede entrar, pero sí usar para orientarse.

Allí, Lynch también acuñó el ya mencionado término “legibilidad” (cualidad visual especifica del paisaje urbano, o “facilidad con que pueden reconocerse y organizarse sus partes en una pauta coherente”); y el de “imaginabilidad” (conjunto clave de elementos físicos que las personas utilizan para comprender el entorno, orientarse en él y asignarle significado). Valga recordar que los cinco elementos del entorno construido detectados por Lynch son interdependientes y se superponen: es su combinación la que proporciona la imagen general de una ciudad. 

11. Izquierda: Portada de la primera traducción al castellano de La imagen de la ciudad (Ediciones Infinito, 1966). Derecha: Portada de la primera edición hecha en España de La imagen de la ciudad (Gustavo Gili, 1984)

La traducción al castellano de La imagen de la ciudad no se realizó sino hasta 1966 cuando Ediciones Infinito (Buenos Aires), con traducción de Enrique Luis Revol, lo incluyó en su Biblioteca de Planeamiento y Vivienda.

Por otro lado, “La primera edición española de La imagen de la ciudad no aparece hasta 1984, año en que la publica Gustavo Gili (Barcelona) con un formato adecuado y cercano en su aspecto a las intenciones de la publicación americana original, utilizando la traducción del texto que realizó Ediciones Infinito. El libro ha tenido sucesivas reediciones hasta 2014, todas ellas actualmente agotadas, por lo que esta misma editorial lo ha vuelto a publicar recientemente, aunque en un formato mayor, más rígido y con fotografías viradas a color, renunciando así al atractivo carácter de manual propio de las versiones anteriores”.

En el blog Apuntes sobre la ciudad (Antropología urbana y smart cities) nos recuerdan cómo, ante los grandes nudos viarios de autopistas tan de moda durante los años 1960 en Estados Unidos y que estaban desgarrando el tejido social de las ciudades con la excusa de facilitar el tráfico, de los cuales Robert Moses (el influtente planificador y funcionario que trabajó principalmente en el área metropolitana de Nueva York, cuyas decisiones priorizaron la construcción de autopistas por encima del uso del transporte público) fue paladín, “Carlos García Vázquez afirmaba que los dos ‘Davides’ que acabaron con el ‘Goliath’ Robert Moses fueron Jane Jacobs, moralmente con el ya citado Muerte y vida de las grandes ciudades, y Kevin Lynch científicamente con La imagen de la ciudad«.

Nota

Dentro de su extensa bibliografía, son siete los libros publicados en vida por Kevin Lynch:

11. Los siete libros publicados en vida por Kevin Lynch.
  • Lynch, K. (1960) The Image of the City. Cambridge, MA: MIT Press.
  • Lynch, K. and Hack, Gary (1962) Site Planning, Cambridge, MA: MIT Press.
  • Appleyard, D. Lynch, K. and Myer, J.R. (1964) The View from the Road. Cambridge, MA: MIT Press.
  • Lynch, K. (1972) What Time is This Place? Cambridge, MA: MIT Press.
  • Lynch, K. (1976) Managing the Sense of a Region. Cambridge, MA: MIT Press.
  • Lynch, K. (ed.) (1977) Growing up in Cities: Studies of the Spatial Environment of Adolescence in Crakow, Melbourne, Mexico City, Salta, Toluca and Warsaw. Cambridge, MA: MIT Press.
  • Lynch, K. (1981) A Theory of Good City Form. Cambridge, MA: MIT Press.
12. Portada de City Sense and City Design: Writings and Projects of Kevin Lynch, editado por Tridib Banerjee y Michael Southworth.

Después de su muerte, sus discípulos Tridib Banerjee y Michael Southworth editarían en 1990 City Sense and City Design: Writings and Projects of Kevin Lynch. Cambridge, MA: MIT Press.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 11 y 12. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

3. Un día una arquitecta (https://undiaunaarquitecta.wordpress.com/2015/06/16/alison-smithson-1928-1993/)

4. Parker (https://www.fwparker.org/about/history)

5. Wright in Wisconsin (https://wrightinwisconsin.org/taliesin-spring-green)

6. MIT News (https://news.mit.edu/2024/mit-graduate-engineering-business-programs-ranked-highly-us-news-0618)

7. The MIT Museum (https://mitmuseum.mit.edu/collections/person/lynch-kevin-andrew-11907); y Centro Vasco de Arquitectura (https://intranet.pogmacva.com/es/autores/31748)

8, 9 y 10. Kevin Lynch. La imagen de la ciudad. Gustavo Gili, 1ª edición, 8ª tirada, 2008.

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Agonistic Assemblies

On the Spatial Politics of Horizontality

Markus Miessen (ed.)

Sternberg Press

2024

Idioma: inglés

Descripción

Un llamado a una forma revisada de política espacial.

Esta antología presenta trabajos sobre culturas de asamblea. Destaca la relevancia de los formatos espaciales descentralizados y de pequeña escala de producción de conocimiento local para la construcción de comunidades y la toma de decisiones políticas integradas en el contexto de la transición socioecológica. Refuerza el papel de la acción individual y colectiva al tiempo que propone la asamblea distribuida y la proximidad como atributos centrales en la producción de la ciudad contemporánea y futura. Hace un llamado a una forma revisada de política espacial.

La trayectoria de investigación en curso de Miessen, Cultures of Assembly, comenzó inicialmente durante una beca GSD de Harvard en colaboración con Joseph Grima, en la que los dos arquitectos investigaron la dimensión sociopolítica del diseño espacial (urbano). Al observar el paisaje cultural y social kuwaití con un interés específico en el fenómeno político-espacial de Diwaniya, esta forma urbana distribuida de asamblea parainstitucional estableció un punto de partida para un cuerpo de investigación a largo plazo.

Diwaniya puede entenderse e interpretarse de múltiples maneras. Más allá de una idea tecnofuturista del progreso, presenta una muestra de una alternativa que intenta imaginar un modelo de ciudad (más) solidaria. A escala de una ciudad, y de hecho de un país pequeño, interroga cómo nosotros, como sociedad, podemos aprender de formatos alternativos de intercambio físico y producirlos, trabajando hacia escenarios realistas de toma de decisiones descentralizada y justicia espacial.

Agonistic Assemblies pregunta: ¿cómo se pueden concebir los espacios, tanto físicos como virtuales, para crear públicos? ¿Cómo se genera la colectividad y la sociedad espacialmente y en términos de política? ¿Cómo “practicamos” la sociedad como una forma corporal y espacial, y cómo esta práctica contribuye a la justicia espacial? ¿Existen entornos espaciales específicos que puedan intensificar estas prácticas? ¿Qué tipo de diseño espacial podemos imaginar como plataformas para el cambio?

El eje central de este proyecto es la reflexión y la representación de las fuerzas impulsoras subyacentes de la construcción de instituciones informales en la interfaz de la política espacial agonística (urbana), en un clima político global que enfrenta lo que Mark Fisher enmarcó célebremente como “realismo capitalista” en conjunción con la transición socioecológica, y al mismo tiempo, podría decirse, una crisis de imaginación.

Este proyecto articula un impulso curatorial hacia la formulación de políticas urbanas en conjunción con la proximidad espacial como herramienta para mediar entre el individuo, el colectivo, el barrio, la ciudad, la política estatal y la sociedad en general. Si entendemos la asamblea como una forma de reunión espacial y la hoguera como el espacio prehistórico de reunión, ¿qué constituye su equivalente contemporáneo?

Colaboradores

Zahra Ali Baba, Ole Bouman, Francelle Cane, Giancarlo De Carlo, Claudia Chwalisz, Kenny Cupers, Anne Davidian, Diane E. Davis, Erhard Eppler, Jesko Fezer, Joseph Grima, Amelie Klein, Charlotte Malterre-Barthes, Florian Malzacher, Markus Miessen, Chantal Mouffe, Gustav Kjær Vad Nielsen, César Reyes Nájera, Dennis Pohl, Patricia Reed, Vera Sac chetti, Nikolaj Schultz, Rahel Süss, Pelin Tan, Roemer Van Toorn, David Mulder Van Der Vegt, Sarah M. Whiting, Mirjam Zadoff

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Participatory Design Thinking in Architecture & Urban Planning

John Odhiambo Onyango

Actar Publishers

2023

Idioma: inglés

Nota de los editores

Desde la publicación de Building Communities: A New future for Architectural Education and Practice. A special report de Ernest Boyer y Lee Mitgangde en 1996, ha habido algunos movimientos en las escuelas y profesionales de arquitectura y diseño que exploran formas de inculcar una preocupación por cuestiones sociales más amplias en el proceso de diseño.

Han surgido varios enfoques alternativos a la educación, la práctica de la arquitectura y el diseño urbano arraigados en la Arquitectura Social basados en cuatro grupos de participantes; el visionario privado; el profesional público con visión; el profesional radicado en organizaciones sin fines de lucro y la universidad activista.

El modelo de laboratorio urbano es uno de esos modelos ubicado en la universidad activista. Uno de los argumentos a favor de esta metodología es que conduciría a un mejor proceso de creación de lugares.

Participatory Design Thinking in Architecture & Urban Planning proporciona literatura sobre los movimientos sociales que llevaron al surgimiento de métodos de diseño alternativos.

También examina críticamente las metodologías utilizadas y cómo contribuyen a las mejores prácticas en la creación de lugares; y sugiere una aplicación universal que puede incorporarse en el uso del modelo de laboratorio de diseño urbano como herramienta para educar a futuros arquitectos y diseñadores urbanos.

ACA

EXCELENTE NOTICIA

Equipo venezolano gana concurso internacional impulsado por el gobierno de Costa Rica

El proyecto presentado por la firma venezolana Micucci Arquitectos Asociados titulado “Parque Cívico Metropolitano”, ha resultado ganador del concurso internacional Ciudad Gobierno impulsado por el gobierno de Costa Rica.

El veredicto se hizo público el pasado 8 de febrero a través de los medios de comunicación locales y posteriormente la noticia ha sido difundida por las redes sociales.

El concurso de ideas arquitectónicas recibió 28 propuestas de diseño admitidas provenientes de España, Venezuela, Estados Unidos, Colombia, Alemania, México, Puerto Rico y Costa Rica. Un jurado de cinco arquitectos se encargó de elegir al ganador.

Durante todo el proceso la identidad de proponentes y jueces se mantuvo en anonimato.

El objetivo del concurso era encontrar un diseño que sirva como base y guía de lo que será el complejo de edificios que espera albergar a 18 instituciones públicas al oeste de Plaza González Víquez, en San José.

Con este diseño, la firma Micucci Arquitectos Asociados propone “reconciliar” a la ciudad de San José con su paisaje y su entorno natural. Incluye un parque y un corredor verde en medio de los edificios a construirse que conecta Plaza Víquez con la estación de tren al Pacífico.

Los arquitectos proponen utilizar materiales como madera, ladrillo y arcilla para exaltar el carácter ecologista de Costa Rica. También necesitará la siembra de unos 5.000 árboles, según expuso el arquitecto Franco Micucci.

Además, varios espacios peatonales permitirán a las personas transitar desde el centro de San José, ubicado al norte del terreno, hasta la Ciudad Gobierno.

El desarrollo tendrá espacios de usos mixtos: oficinas, comercios y otros servicios compartirán el mismo espacio donde trabajarán 10.000 funcionarios del Estado en 140.000 metros cuadrados.

La inserción del proyecto en el entorno, la calidad del diseño arquitectónico y la estrategia de reducción de huella de carbono fueron algunos de los elementos tomados en cuenta durante el proceso de selección, según comentó la ministra de Vivienda, Jéssica Martínez.

Una de las principales razones por las que el Gobierno impulsa esta miniciudad radica en el ahorro. Según han repetido las autoridades, estas instalaciones propias permitirán ahorrar $26 millones anuales que actualmente las 18 instituciones gastan en alquileres de diferentes edificios en toda la Gran Área Metropolitana (GAM).

En el evento también se anunció el financiamiento para Ciudad Gobierno. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobó destinar $450 millones para este proyecto.

Un estupendo video de la propuesta puede ser observado en https://www.instagram.com/p/CpQxuagAD1b/

El equipo ganador estuvo conformado por los arquitectos Franco Micucci, Cruz Criollo, María Isabel Peña, Aliz Mena, Juan Manuel Díaz, Rafael Osorio, Fernando Peraza, Luis Matos, Valentina Conde y Fernando Pérez; el ingeniero Bernardo Dorbessan; el licenciado Reynaldo Díaz; y los bachilleres Alessandro Amundarain, José David Naar y José Daniel Rivera.

A todos ellos le enviamos nuestras más sinceras felicitaciones y les deseamos el mayor de los éxitos.

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Foundations of Urban Design

Marcel Smets

Actar Publishers

2022

Idioma: inglés

Nota de los editores

El libro está estructurado en veintinueve ensayos, cada uno dedicado a un par de conceptos urbanísticos. Discutiendo enfoques históricos y contemporáneos, interpretativos y de diseño de la urbanidad, las nociones que componen los 29 pares se relacionan dialécticamente, como tesis y antítesis. Aún así, se nos advierte, “los antagonismos presentados no son a priori opuestos, sino más bien complementarios.

“Con este libro, Marcel Smets no solo ofrece un vocabulario inspirador para describir las características espaciales de la ciudad, sino, sobre todo, un dictionnaire razonado único para discutir intervenciones pasadas y futuras en nuestro artefacto más grande hecho por el hombre”.
Tom Avermaete, Catedrático de Historia y Teoría del Diseño Urbano, ETH Zürich.

“Los fundamentos de Smets pueden compararse con los emblemas. Un género renacentista que proliferó antes de la era industrial, los emblemas son repositorios de conocimiento complejo, su significado emerge en la intersección, pero no como una «suma» de, un título, un texto y una imagen. Los títulos emparejados, el análisis escrito, la alternancia de abstracciones y referencias históricas, junto con los pares de infografías esencializadas de Heinrich Altenmüller, no “explican” completamente ni agotan las capacidades sugestivas de cada uno. Algunos de los pares, como Ribbon – Cluster, Ladder – Star, Fabric – Citadel, abarcan la historia de la ciudad, denotando morfologías cuasi ubicuas. Otros, como Monumento-Icono, Calle-Carretera, Agujero-Vacío, abordan la (larga) modernidad, la segunda noción ilumina desarrollos más recientes. Flujo-Refugio, Castillo-Palacio, abordan la escala de ciudad propiamente dicha, mientras que otros, como Red-Territorio Polinuclear, Isla-Archipiélago, abordan la escala de región, caracterizando planteamientos urbanísticos recientes, como el Urbanismo Paisaje o el Urbanismo Infraestructura. Finalmente, Destino – Morfología, Creador – Curador, Crecimiento – Mejora, procesos de cuestionamiento y paradigmas de hacer.”

Cristina Purcar, Perspectivas de Planificación, 2021, 36,6,

“El léxico de fundamentos de Marcel Smets ofrece un marco conceptual operativo para el diseño urbano, una serie de elementos espaciales, sistemas y enfoques que se convierten en un conjunto de herramientas de inicio para el urbanista contemporáneo. Es una contribución importante a la idea de una forma de urbanismo reflexiva pero pragmática que mapea la condición urbana existente y al mismo tiempo la reescribe como una serie de figuras espaciales para una urbanidad posible o incluso deseada”.

Els Verbakel, Cátedra UNESCO de Diseño Urbano y Estudios de Conservación, Academia BEZALEL de Artes y Diseño, Jerusalén

“Sin embargo, lo más intrigante y fascinante en la estructura de este libro sigue siendo el hecho de que el diseño urbano no se presenta como una fase transitoria en el enfoque del urbanismo, sino como el núcleo de la disciplina urbanística como ciencia urbana”.

Ed Taverne, Profesor Emérito, Historia de la Arquitectura, RU Groningen.

Ilustraciones por Heinrich Altenmüller

ACA

VALE LA PENA LEER

Para cerrar temporalmente el debate que ha podido suscitarse alrededor del texto publicado la semana pasada, hemos decidido incluir como lectura navideña y despedida del 2021, las reflexiones actualizadas que la misma autora ha llevado al cabo a un año de presentado el tema en cuestión.

Reexaminando la ciudad de los 15 minutos

El crono-urbanismo es una alternativa esperanzadora ante el futuro desolador post-pandemia, pero ¿cómo responde a los problemas sociales actuales?

Alexandra Paty

1 de Noviembre de 2021

Tomado de transecto.com

El crono-urbanismo, o la ciudad de los 15 minutos, ganó popularidad durante la pandemia por predicar la accesibilidad como elemento fundamental de una buena calidad de vida urbana. Cuando Carlos Moreno presentó el modelo en el 2015 durante la conferencia COP21, la propuesta fue desechada ya que no se veía posible conseguir dicho cambio dado los valores sociales y económicos del momento. Cinco años después, luego de una pandemia que hizo evidente la necesidad de asegurar el acceso a bienes y servicios básicos a escasos minutos, el concepto es pilar de C40 Cities Mayor’s agenda for a Green and Just Recovery.

El crono-urbanismo ganó muchos fanáticos y defensores en los gobiernos locales de ciudades alrededor del mundo ya que brindó una aparente alternativa al futuro de cómo trabajamos, con una vida urbana más simple y sin carros. Se presentó como una alternativa esperanzadora, hacia un futuro diferente y optimista, en medio de una crisis mundial desoladora.

Sin embargo, las primeras críticas destacaron cómo el modelo desincentiva el movimiento alrededor de la ciudad. Algunos relacionaron la anti-metrópoli con la exacerbación de la inequidad social. Muchos otros nos hemos preguntado, con respecto a las propuestas establecidas, dónde está el espacio para la participación ciudadana. A pesar de las críticas, muchas ciudades han continuado con su implementación y otras se han sumado a esta visión para transformarse, mientras otros se están aventurando en utilizar su filosofía para diseñar ciudades desde cero. 

Nos preguntamos entonces ¿dónde están las oportunidades para mejorar el modelo de la ciudad de los 15-20 minutos? ¿Cuáles son las cuentas pendientes que las ciudades tienen con sus ciudadanos? ¿Es este modelo sólo una nueva forma de mercadeo para las nociones básicas del buen diseño urbano?

Falta de innovación en la participación ciudadana 

Una de las críticas principales es que el modelo no incorpora nuevos métodos de participación, no propone novedosas maneras de involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones, y que los planes vienen propuestos desde los gobiernos locales. Cuando leemos sobre cómo fueron elaboradas las estrategias, no hay indicio de información que venga de procesos de participación ciudadana sino de análisis de bases de datos y/o promesas hechas durante campañas políticas. Hasta ahora, sólo Melbourne y Londres abren camino a que la selección e implementación de las estrategias sea a cargo de los residentes, no sin antes contar con un menú preparado de opciones y financiamiento a escoger. Quizás el caso más avanzado en este sentido es Suecia que, junto a su modelo de ciudad de un minuto, da el control a sus ciudadanos de cómo diseñar sus calles, con la meta de ser implementado en todo el país.

Este modelo busca mejorar el sentido de comunidad, incentivar encuentros sociales locales y generar confianza y cooperación entre ciudadanos y agencias de gobierno. Empoderar a los ciudadanos a que organicen un block-party o una guardería comunitaria, como es el caso de Londres y Melbourne, no tiene las mismas implicaciones que diseñar y construir una nueva ciclovía o viviendas asequibles en la ciudad. Usualmente, los ciudadanos pueden dar su opinión en proyectos de transformación urbana cuando la Ciudad organiza una asamblea de vecinos, en un tiempo y espacio físico determinado, o cuando se abre un proceso de consulta pública.

Muchas quejas a estos procesos argumentan que son poco accesibles y no diseñados para facilitar la recolección de datos. Sin embargo, no hacer ninguna consulta pública puede conllevar a que las intervenciones puedan ser vistas como prácticas “colonizadoras” y/o impuestas para generar gentrificación. Por eso extraña que un modelo que busca potenciar las dinámicas urbanas locales no innove en cómo involucrar a los ciudadanos en su diseño y planificación.

Evento comunitario en Coney Island relativo al Plan de Resiliencia ante Inundaciones.

La innecesaria y excesiva vigilancia policial

París propuso la utilización de 5.000 policías – con igual cantidad de mujeres que hombres – para asegurar la implementación de las estrategias para lograr la ciudad de los 15 minutos. No hay argumento o descripción alguna que justifique por qué el uso y la presencia de la fuerza policial es necesaria. Dicha práctica parece contradictoria al espíritu del modelo que promueve que las personas mejoren su calidad de vida estrechando sus lazos comunitarios. 

El uso de la fuerza policial debe verse con cautela y contexto cultural. No es recomendable utilizar una misma estrategia exactamente en una locación que en otra, las políticas públicas deben adaptarse basadas en la historia, cultura y costumbres de sus habitantes. París podría tener una sociedad donde la supervisión policial pueda ser bienvenida sin mayor resistencia pero, por ejemplo, este no es el caso de ciudades estadounidenses, donde la presencia policial y el exceso de su fuerza ha generado traumas irreparables en grandes sectores de la población. Siendo el modelo de ciudad de los 15 minutos un modelo europeo, por estrategias como la utilización de la fuerza policial, refuerza la perpetuación de conflictos locales en otros contextos. Por ello, muchos llegan a catalogar la réplica literal de este modelo como colonizador y conquistador que, sin la apropiada adaptación cultural, llega a ser presuntuoso e imponente.

Un concepto espacial que puede exacerbar las inequidades sociales

Edward Glaeser argumenta que el modelo no promueve a la ciudad como un todo sino se enfoca en promover a las comunidades como autosuficientes. Esto puede sonar tentador para habitantes de ciudades donde la segregación basada en usos del suelo es tan severa que, para poder satisfacer cualquier necesidad o buscar una actividad, se ven en la obligación de pasar horas en el carro u otros medios de transporte, impactando negativamente la calidad de vida.

El concepto de ciudad se basa en comunidades entrelazadas que se complementan en un movimiento circular donde sus debilidades están cubiertas por las fortalezas de otras, es un modelo económico que gira alrededor de la noción de metropolitanidad. Uno de los beneficios más importantes de las ciudades es la noción que asegura que los recursos y servicios de las zonas acaudaladas puedan ser disfrutados por los ciudadanos de otros sectores, ayudando a quebrar el círculo de la pobreza y la distribución de riqueza.

Alrededor del mundo, los ciudadanos están pidiendo soluciones a la falta de equidad racial, al irrespeto a los derechos de la mujer y de la comunidad LGBTIQ+, los efectos  devastadores del cambio climático y la falta de prosperidad económica para todos los estratos. Si bien el modelo busca una justa e igual distribución de uso de suelo en todas las comunidades, no solventa los grandes problemas sociales. De hecho, muchos argumentan que el modelo es peligroso ya que puede llegar a exacerbarlos – tanto por su práctica como por su metodología de implementación.

Petare Norte, Caracas.

La pequeña escala, ¿estrategia u objetivo?

La infraestructura existente de las ciudades juega un papel fundamental en la implementación del modelo. La propuesta es utilizada por ciudades occidentales para contrarrestar el dominio del carro a diferencia de las ciudades europeas, antiguas y densas, donde la proximidad para solventar necesidades diarias ha sido la regla. Muchas de las intervenciones físicas del modelo, como las nuevas plazas y la doble utilización de los edificios públicos y privados, están narrados a ser implementados en toda la ciudad. Sin embargo, no se exponen con qué criterios los espacios son elegidos, diseñados e intervenidos. Esto da a entender que las intervenciones pueden pasar en cualquier parte o momento, sin una visión estratégica de crear una red de espacios interconectados o que busquen solventar otros problemas sociales más allá de los espaciales. Sin embargo, para muchas ciudades el solo hecho de hacer unas intervenciones es en sí un progreso significativo.

Otro punto a considerar es cómo se decide por dónde empezar. Ciudades como Melbourne y Barcelona han creado metodologías que determinan las comunidades específicas donde se enfocan estos esfuerzos, lo que da a pensar que la proximidad no solo es una prueba piloto en escala controlada sino también una nueva variable a tomar en cuenta en la priorización de las inversiones locales. Adicionalmente, Barcelona siempre aplica una política de rehabilitación física en toda la ciudad donde primero se realiza en una zona específica, para luego ser replicada en la ciudad. No queda claro cómo las intervenciones estarán interconectadas o si es incluso una meta. Lo que sí deja claro la estrategia catalana es la sabiduría de que antes de implementar una estrategia urbana en mayor escala, es necesario su implementación local que permita testear, aprender y ajustar para garantizar su éxito en otras escalas.

Supermanzana de Pobleneu, Barcelona.

Los 15 minutos como bandera para atender la salud pública urbana

Parte de los servicios que deben asegurarse en la burbuja de los 15 minutos son aquellos relativos a la salud ambulatoria, dispensarios, farmacias y espacios públicos abiertos. El modelo busca asegurar el fácil y rápido acceso a los bienes y servicios, incluyendo aquellos que forman parte de la salud pública. Al asegurar que las personas solo deben invertir 15 o 20 minutos, contribuye también al acceso de servicios médicos e implícitamente -por ejemplo- a la reducción de la transmisión del coronavirus. París atribuye su expansión de ciclovías como una de las razones que ha contribuido a la disminución de casos de coronavirus. Salud pública es también viviendas asequibles de calidad, buenas oportunidades de empleo y acceso a comida fresca. En Portland, la iniciativa de las “Comunidades Completas”, una variación de la ciudad de los 15 minutos, busca ubicar más supermercados en comunidades de bajos recursos, o la localización de nuevos empleos locales.

Comercios de las aceras de Hanoi, Vietnam.

¿Cómo ha sido implementada la ciudad de los 15 minutos?

París ha logrado avanzar el modelo en la Ciudad de la Luz luego de la exitosa campaña de reelección de Anne Hidalgo donde lo introdujo y ha nombrado un Comisionado para la Ciudad de los 15 minutos. Hasta el momento, se han incorporado más ciclovías y viviendas sociales en las zonas afluentes, los patios de escuelas han sido habilitados para servir como parques comunitarios, y se ha visto el surgimiento de espacios de co-working comunitarios. Sin embargo, se han incorporado tantas ciclovías en tan corto tiempo que la ciudad ahora está sufriendo muchos conflictos de transporte, especialmente con peatones.

Bogotá ha incorporado el modelo de Ciudad de los 30 minutos en su desarrollo urbano (Proximity City Urban Development Model) para lograr comunidades con bajas emisiones de carbono. Por su parte, Suecia está implementando un plan para lograr la ciudad de un minuto a través del diseño participativo de sus calles. Madrid anunció planes para dividir sus supercuadras en supercuadras autosuficientes, Milán está utilizando el modelo en el marco de la recuperación post-covid y Edimburgo utiliza el modelo para intervenir su casco histórico.

Telosa, con un costo estimado de $400 billones de dólares y financiado por el millonario Marc Lore, estará a cargo de BIG y será basada en el modelo de ciudad de los 15 minutos, buscando crear una urbe donde norme la arquitectura amigable con el ambiente y la producción de energía sostenible, que cuente con un sistema de agua a prueba de sequías, vehículos autónomos que no dependen de combustibles fósiles y edificios cubiertos de terrazas verdes habitables, incluyendo cultivos hidropónicos. Estas son algunas de las propuestas que están planteadas para lograr la ciudad utópica.

Refrito del buen diseño urbano

Para nosotros, los diseñadores y planificadores urbanos, leer sobre crono-urbanismo genera un déjà vu hacia el salón de clase donde aprendimos sobre las teorías de Kevin Lynch o Jane Jacobs. El buen diseño urbano se fundamenta en proveer un acceso justo de los bienes y servicios a todos los ciudadanos. Nos preguntamos entonces: ¿es este movimiento una nueva estrategia de marketing para el buen diseño y planificación urbana, o de verdad incorpora nuevas variables de análisis que oriente la creación e implementación de nuevas políticas urbanas?

Atardecer de París desde el Centro Pompidou.

Si medimos el impacto de este nuevo movimiento con lo ‘vivo’ que se encuentra en el léxico o la organización de las ciudades, pareciera que no tiene el impacto de la ciudad jardín, la ciudad moderna o, la más pertinente, la ciudad ecológica. Una victoria innegable es que el crono-urbanismo finalmente conquistó a los diseñadores de políticas públicas y agentes gubernamentales para atender la calidad de vida urbana en minutos, auspiciada y deseada por los planificadores urbanos, sin asegurar que los cambios sean permanentes o reales.

ACA