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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

(de las) Trazas y formas urbanas: un glosario

José María García-Pablos

Ediciones Asimétricas

2025

Descripción

Este libro, cargado de croquis, esquemas y bocetos del autor, se conforma como un glosario de mirada muy personal y subjetiva en la intención de contribuir a «nombrar bien las cosas» y a entenderlas a través de la mano que piensa… y dibuja. Sin pretender conformar una historia de la Urbanística, José Ma García-Pablos recorre y selecciona casos, lugares y autores que ha estudiado o manejado en una larga trayectoria como alumno, arquitecto y docente y que forman parte de su universo personal y profesional. Junto a los dos libros anteriores, publicados también en la colección Investigación y Universidad de Ediciones Asimétricas y que tocaron a través de los casos y en un formato muy coral el papel (de las) Arquitecturas que hacen ciudad y (de las) Periferias: ciudad, paisaje y territorio, este tercer volumen viene a completar la trilogía en una iniciativa editorial esperando sea de interés para el lector.

José María García-Pablos Ripoll es arquitecto por la ETSAM desde 1969, se dedica a este oficio en ejercicio libre y compromiso público, así como a la docencia en distintas Escuelas de Arquitectura entre ellas la UEM (1999–2020). Recibió el Premio Nacional de Urbanismo en 1983 por el Plan General de Madrid, y en 2005 por los Desarrollos Urbanos de Fuenlabrada. Sigue estudiando, enseñando y participando en proyectos de investigación.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 451

Para engalanar nuestra postal del día de hoy hemos vuelto a recurrir a otro excelente dibujo de Manuel Mujica Millán (1897-1963). En este caso se trata de uno de entre los elaborados para el proyecto para la reforma completa de la casa y jardines de la Hacienda Montalbán (Caracas), concluida en 1940, propiedad del Sr. Alfredo Vollmer, trabajo en el que Mujica demostró un manejo depurado del neocolonial elegido como estilo que desarrolla con énfasis en la perfección de los detalles (relieves en piedra artificial para el portal, ventanas y otros elementos decorativos, así como rejas y barandas en hierro forjado), del cual la representación es claro ejemplo.

1. Carátula del catálogo de la exposición Manuel Mujica Millán. Arquitecto. Galería de Arte Nacional (1991).

Esta selección nos permite no sólo resaltar el sitial que el dibujo siempre ocupó en la manera de exponer sus ideas y como recurso para la resolución técnica de sus propuestas por parte de uno de los arquitectos pioneros de la incorporación de la modernidad en Venezuela, sino también recordar la realización en 1991 de la primera exposición antológica de su obra en los espacios de la Galería de Arte Nacional (actual Museo de Bellas Artes): “Manuel Mujica Millán. Arquitecto”, donde la representación que recoge la postal estuvo presente.

2. Manuel Mujica Millán. Quinta Las Piedras (residencia «estilo vasco») en Los Chorros, Caracas, 1928. Propietario: Sr. Rotundo Mendoza.
3. Manuel Mujica Millán. Remodelación del Panteón Nacional, Caracas, 1930.

Abierta el 11 de julio de 1991, la muestra impulsada por la Fundación Galería de Arte Nacional (FGAN) y la Fundación Museo de Arquitectura (FMA), tuvo como base la curaduría realizada por los arquitectos Bernardo Moncada (profesor de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Los Andes), Martín Padrón (profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, quien además tuvo a su cargo la edición del catálogo) y William Niño (profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad José María Vargas, quien fungió como Coordinador General por parte de la FGAN). Contó, además, con el respaldo institucional de la FAD-ULA y la FAU-UCV cumpliendo los roles de asistentes generales la arquitecta Meridalba Muñoz Bravo (representando a la primera) y el bachiller Jesús Yépez (representando a la segunda, quien luego, ya graduado, iniciaría en 1992 la experiencia editorial, aún vigente, de la revista Entre Rayas).

4. Manuel Mujica Millán. Fuente, Campo Alegre (c.1933). Acuarela.
5. Manuel Mujica Millán. Patio del Norte (c.1933). Acuarela (11,3 x 10,6 cms).

Como bien narra Martín Padrón en “Historia de la muestra de Mujica Millán en Caracas” (accesible en https://es.scribd.com/document/891885459/El-11-de-julio-de-1991-MUJICA), para el trabajo de curaduría de la exhibición se pudo contar con el aporte de la viuda del arquitecto, doña Bertha Heny de Mujica, quien, a pesar de su avanzada edad, residenciada aún en su casa Las Guaicas (urbanización Campo Alegre, Caracas, 1932-1935), atesoraba recuerdos lúcidos de su esposo celosamente conservados en cuadernos llenos de precisas notas. También con los extraordinarios dibujos del arquitecto conservados por el Sector de Historia y Crítica de la Escuela de Arquitectura de la FAU UCV, “devueltos posteriormente a la Biblioteca de la FAU y ubicados en la sección de incunables debidamente protegidos”.

6. Manuel Mujica Millán. Corredor y patio (c.1934). Acuarela (26,3 x 22,1 cms).
7. Manuel Mujica Millán. Estudio para un patio interno (c.1937). Acuarela (34 x 27,3 cms).

El modesto pero sustancioso catálogo preparado para la ocasión permitió, por un lado, apreciar parte de los expresivos bosquejos, apuntes, planos y fotografías del trabajo de Mujica Millán realizado en Venezuela los cuales conformaron el eje central de la muestra y, por el otro, una selección de textos que podrían considerarse como una valiosa aproximación crítica a su obra con los cuales se reafirmaba el valor antológico de la exposición y su vocación de trascender como referencia a futuro.

8. Manuel Mujica Millán. Serie de dibujos en los que el arquitecto muestra su valor como instrumento creativo indispensable y como aproximación a la comprensión del espacio.

Los escritos presentes en el catálogo están encabezados por una sucinta “Biografía”, elaborada por Cruz Barceló, que repasa el origen vasco de Mujica Millán (nace en Vitoria, Álava el 26 de mayo de 1897); el traslado de su familia a Barcelona siendo aún muy joven; su formación en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona con maestros como Josep María Jujol (colaborador de Gaudí), Eusebi Bona i Puig, Pedro Domenech y Joaquím Bassegoda i Amigó; la obtención del título de arquitecto el 27 de enero de 1925; su intensa actividad en Barcelona durante dos años hasta su llegada a Venezuela el 12 de octubre de 1927 requerido por Eloy Pérez para corregir defectos de distribución y reforzar las bases del edificio del hotel Majestic; sus inicios como proyectista de una casa de “estilo vasco” en Los Chorros, su incorporación en el desarrollo de la urbanización La Florida a partir de 1929 desarrollando obras en estilo neo-colonial y su contratación para remodelar el Panteón Nacional concluido en 1930 para conmemorar el centenario de la muerte del Libertador, con lo cual obtendrá gran notoriedad tras haber cambiado radicalmente su aspecto neogótico a una forma neobarroca y a proporciones más monumentales.

9. Manuel Mujica Millán. Urbanización Campo Alegre, 1932.
10. Manuel Mujica Millán. Urbanización Campo Alegre. Izquierda: Dibujo de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (c.1935). Derecha: Casa Tucker o Atalaya (1935). Ambas edificaciones, con el Ávila como telón de fondo, rematan el Paseo central de la calle El Parque y la Avenida 4, respectivamente. Cabe añadir que la quinta (hoy ya demolida) constituyó un trabajo de acondicionamiento de la vieja casa de la Hacienda Pan Sembrar donde se desarrolló la urbanización.

También resalta Cruz Barceló su participación como proyectista de la Urbanización Campo Alegre a solicitud de Carlos Heny Benítez a partir de 1929 y el posterior matrimonio con una hermana de éste (Bertha Heny Benítez) el 31 de agosto de 1931; la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y de hasta 39 quintas en Campo Alegre de diferentes estilos, destacando dos diseñadas para él, siendo reconocida la primera (“Las Guaicas”, iniciada en 1932 y finalizada en 1935) como el primer ejemplo de arquitectura abstracta realizado en el país, y la segunda (su “casa-estudio” de 1936 -demolida-), como la de mayor calidad diseñada por él; el haber revalidado el título de arquitecto en la UCV en 1937; el haber sido declarado ganador del Concurso Internacional para la Basílica de Santa Rosa de Lima (Perú) en 1943 de formas neobarrocas que no se construyó; la invitación en 1945 del Arzobispo de Mérida para encargarse de la remodelación de la antigua Catedral y su traslado definitivo a esa ciudad en 1950 donde tuvo una importante participación, particularmente en el corazón urbano proyectando el Palacio de Gobierno y el Edificio Sede de la Universidad de Los Andes; y, finalmente, su fallecimiento allí el 13 de febrero de 1963 de donde fua trasladado a Caracas para ser enterrado en el Cementerio General del Sur.

11. Manuel Mujica Millán. Urbanización Campo Alegre. Quinta Las Guaicas (1932-1935).
12. Manuel Mujica Millán. Urbanización Campo Alegre. Casa de habitación o Casa-estudio (1936). Demolida.

Ya en un tono más crítico el catálogo recoge en estricto orden: “Mujica Millán y la Modernidad en Venezuela” y “Mujica Millán y la Arquitectura Urbana” de Bernardo Moncada; “Manuel Mujica Millán: Dibujante y Alarife”, “Los Estilos y Mujica Millán” y “Mujica Millán y la relación espacio-forma” de Martín Padrón; “Tiempo de Mujica: Inicio de la Modernidad” y “’Lo extraño’ como poética” de William Niño Araque; las notas dedicadas a la descripción de tres obras: “Las Guaicas”, “Casa de Habitación” y “Casa Blanca” elaboradas también por Niño Araque; “Memoria Descriptiva del Proyecto de la Basílica de Santa Rosa de Lima” de Manuel Mujica Millán; para cerrar con una completa “Cronología” donde se detecta que a pesar de haber adoptado, gradualmente, el diseño moderno para varias de sus arquitecturas, permanece contemporáneamente fiel al repertorio ecléctico.

13. Manuel Mujica Millán. Tres de los dibujos elaborados para la presentación del Proyecto ganador del concurso para la Basílica de Santa Rosa de Lima (Perú).

Mujica Millán, previamente a la muestra reseñada, tuvo un primer e importante reconocimiento cuando Juan Pedro Posani lo convirtió en bastión de su discurso en tres de los capítulos de la segunda parte (1900-1968) de Caracas a través de su arquitectura (1969): “La arquitectura neo-colonial”, “La quinta un modelo para la expansión de la ciudad” y “El Estilo Internacional”, temas en los que su obra jugó un papel relevante. Luego, en 1985, la Revista CAV dedicó especialmente el número 25 al arquitecto, y también en 1985 se dictó una conferencia-homenaje como parte del ciclo “Encuentros con la Arquitectura” en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen organizada por el Instituto de Arquitectura Urbana. Posteriormente a la realización de la exposición de 1991, en marzo de 1993 el semanario Arquitectura HOY dedicaría los números 5 y 6 a debatir en torno al efecto pernicioso que la nueva ordenanza aprobada para la urbanización Campo Alegre acarrearía (como en efecto ocurrió) a la preservación patrimonial de la amplia obra de Mujica Millán desplegada en ese lugar.

14. Manuel Mujica Millán. Remodelación de la Catedral de Mérida (1945-1960). Arriba izquierda: Croquis de estudio. Arriba derecha: Fachada hacia el espacio urbano. Abajo: Nave central. El trabajo transformó sustancialmente la espacialidad interna.

En resumen, la realizada en la GAN se convirtió en la primera exposición organizada por la Fundación Museo de Arquitectura dedicada a mostrar la obra de un arquitecto nacional, que posteriormente sería seguida por otra serie de propuestas museísticas que llenaron un importante vacío durante la última década del siglo XX y la primera del XXI.

15. Manuel Mujica Millán. Izquierda: Claustro del edificio Sede de la Universidad de Los Andes (1955-1956). Derecha: Palacio de Gobierno de la ciudad de Mérida (1946).

Al año siguiente, del 11 de marzo al 29 de abril de 1992, “Manuel Mujica Millán. Arquitecto”, fue montada de nuevo en la sala de exposiciones de la FAU UCV, el lugar de donde provino la mayor parte del material que la constituía, auspiciada una vez más por la FGAN y la FMA.

Nota

Desde estas páginas al menos en tres ocasiones anteriores hemos abordado la obra de Mujica Millán por lo que, como información de apoyo y para no repetir conceptos y referencias, remitimos a revisar:

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 derecha, 11, 12, 13, 14 y 15. Catálogo de la exposición Manuel Mujica Millán. Arquitecto. Galería de Arte Nacional (1991).

2. DOCOMOMO VE (https://www.facebook.com/DOCOMOMO.VE/posts/tbt-en-el-cat%C3%A1logo-de-la-exposici%C3%B3n-sobre-manuel-mujica-mill%C3%A1n-realizada-en-la-g/3782539998452669/?locale=zh_CN&_rdr)

10 izquierda. Colección Crono Arquitectura Venezuela

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Textos gráficos: paisaje, cartografía, patrimonio y proyecto

Miguel Martínez-Monedero (ed.)

Ediciones Asimétricas

2024

Sinopsis

Textos gráficos reúne 15 aportaciones de 23 autores, profesores e investigadores de áreas de conocimiento que tienen en la representación gráfica su hilo conductor. Una representación que se sirve de la expresión escrita para, conjuntamente, trazar una investigación propia a la arquitectura y que encuentra un argumento adecuado en el título del presente volumen.

Poner palabras a lo que los arquitectos e ingenieros transmitimos habitualmente a través de imágenes y dibujos es una dificultad propia al mundo académico en su intención de divulgar conocimiento a la sociedad. Esto obliga, en estos campos de conocimiento, a la aportación de planos, cartografías, imágenes, dibujos, figuras… argumentos visuales en definitiva dotados de una precisión y significado que refrende y amplíe el valor de lo textual. De manera que estos Textos gráficos, como gráficos textualizados, acaban siendo una manera muy particular de afrontar la divulgación de la investigación en arquitectura.

Agrupados alrededor de 4 temáticas: paisaje, cartografía, patrimonio y proyecto, Textos gráficos propone una transversalidad en la que se pueden encontrar proximidades, sintonías y asintonías, préstamos, hallazgos casuales e intencionados, los cuales trazan, en conjunto, un intenso panorama de investigación.

Miguel Martínez-Monedero (ed.)

Profesor Titular de Proyectos Arquitectónicos de la ETS de Arquitectura de la UGR, en donde imparte docencia desde 2005. Dirige el Grupo de investigación HUM-1056 Proyecto Arquitectónico y Patrimonio Cultural, de la Junta de Andalucía. Ha realizado estancias de investigación en las universidades de Roma, París, Múnich y Berlín. Su labor académica la comparte con encargos profesionales que mantienen un compromiso con la investigación aplicada, en la voluntad de transferir conocimiento a la sociedad. Autor de diversas patentes y modelos de utilidad que combinan arquitectura y ecología urbana, ha proyectado y construido la Ampliación del Centro de Investigación Biomédica, el Instituto Internacional de Flebología, ambos en Granada, el Centro de Educación Infantil y Primaria en Villarcayo (Burgos) y la restauración de la Ermita románica de San Miguel de Sacramenia (Segovia), entre otros.

Textos de:

Antonio Conde Garrido, Gloria Mª Cuenca-Moyano, Rafael de Lacour, Juan Domingo Santos, Thomas E. Boothby, José Francisco García-Sánchez, Juan Francisco García Nofuentes, Tomás García Píriz, Ubaldo García Torrente, Diego Garzón Osuna, Jose Antonio González Casares, Ricardo Hernández Soriano, Olympia Martín Gómez, Eduardo Martín Martín, Miguel Martínez-Monedero, Carmen Moreno Álvarez, Pablo Nestares Pleguezuelo, Juan Carlos Olmo García, Patricia Romero Leal, Rafael Sánchez Sánchez, Juan Antonio Serrano García, Francisco Javier Suárez Medina, Elisa Valero y Jaime Vergara-Muñoz.

ACA

45 AÑOS DE UN LIBRO DE REFERENCIA

1. Carátula de la primera edición en inglés de Architecture: form, space and order, Van Nostrand Reinhold, 1979

Architecture: form, space and order

(Arquitectura: forma, espacio y orden)

Francis D. K. Ching

Van Nostrand Reinhold

1979

Seguirle los pasos a la trayectoria de Frank (Francis D. K.) Ching, nacido en Honolulú, Hawái, en 1943, permite encontrar a través de la literatura ligada a la arquitectura y el diseño un interesantísimo filón, donde la vocación y capacidad de enseñar van de la mano con la apropiada y talentosa utilización de la expresión gráfica, para hacer de los contenidos algo que puede ser amable, atractivo y fácil de digerir.

2. Francis D. K. Ching y sus libros publicados en inglés entre 1983 y 2007.

Quienes han escrito sobre este reconocido profesor emérito del College of Built Environments de la University of Washington (Seattle), destacan que recibió el título Bachelor of Architecture en la Universidad de Notre Dame en 1966 y que tras varios años de práctica, en 1972 se unió a la Universidad de Ohio para enseñar dibujo. Fue entonces cuando, aprovechando su indudable habilidad para expresarse gráficamente, Ching comenzó a elaborar notas y dibujos a mano que le servirían como material pedagógico de apoyo para dictar sus clases.

3. Portada y tabla de contenidos de la primera edición de Architectural graphics, Van Nostrand Reinhold, 1974.
4. Algunas de las páginas interiores de Architectural graphics.

Se dice que las notas docentes elaboradas por Ching llegaron “casualmente” a manos de la editorial Van Nostrand Reinhold, publicándose en 1974 en una versión titulada Architectural graphics (traducida al castellano por Gustavo Gili en 1976 como como Manual de dibujo arquitectónico), la cual, habiendo llegado ya a su séptima edición convertida en un clásico de la enseñanza del dibujo, marcó el inicio de una secuela que hoy alcanza 12 libros caracterizados siempre por la impronta del buen diseño gráfico, la frescura y la sensación de lo “hecho a mano”, lo cual derivó, por ejemplo, en que Adobe tomara su caligrafía como modelo para diseñar su familia de tipografías Tekton.

Ching, quien durante un tiempo fue profesor en la University de Wisconsin-Milwaukee, a fines de 1980 comenzó a enseñar en el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Washington donde se convirtió en profesor oficialmente en 1991. Los siguientes quince años, enseñó introducción a la arquitectura y al dibujo arquitectónico. Se retiró en el 2006 y actualmente trabaja a media jornada como profesor emérito.

5. Portada y tabla de contenidos de la primera edición de Building Construction lllustrated , Van Nostrand Reinhold, 1975.

Sin embargo, es de su experiencia iniciada en la Universidad de Ohio de donde aparecerá a continuación de Architectural graphics, en 1975, Building Construction lllustrated otra cuidada edición orientada en este caso a introducir al estudiante en el dibujo relacionado al universo constructivo, mano derecha de toda formación arquitectónica y, cuatro años después, en 1979, Architecture: form, space and order (Arquitectura: forma, espacio y orden) de cuya primera edición se cumplen 45 años y al cual dedicamos esta nota.

6. Páginas que contienen el índice de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

A diferencia de sus predecesores, sin dejar de lado el valor que posee para enseñar arquitectura el acompañarla de las imágenes (en este caso de nuevo realizadas a mano), Architecture: form, space and order se trata fundamentalmente de un texto iniciático que contribuye a que todo estudiante comprenda paso a paso cuáles son los elementos que permiten generar, componer y organizar cualquier edificación dotándolo del vocabulario fundamental que debe manejar todo diseñador. Como en alguna parte se ha escrito, el libro “destila conceptos complejos de diseño en un enfoque claro y da vida a abstracciones difíciles”.

7. Páginas interiores de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

Apelando desde su título a presentar la arquitectura, siguiendo la estela de Vitruvio, resumida en tres de sus componentes esenciales, Ching complementa la tríada del maestro romano (utilitas, firmitas y venustas) con otras tres nociones atemporales sin las cuales tampoco la arquitectura puede llegar a ser: la forma, el espacio y el orden.

8. Páginas interiores de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

Ching, aprovecha parte del material elaborado en sus libros anteriores complementándolo con creces, y analiza de manera sistemática y exhaustiva los fundamentos de la forma, el espacio y el orden arquitectónicos a partir de prototipos y de ejemplos históricos de todas las épocas, culturas y ámbitos geográficos.

9. Páginas interiores de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

Begoña Uribe, al elaborar una nota sobre la cuarta edición ampliada en español del libro publicada en www.archdaily.cl en diciembre de 2015,  además de apuntar que incluye ilustraciones de más de 400 obras de cerca de 150 arquitectos y diseñadores, y está complementada con un breve glosario de vocabulario básico, comentará lo siguiente: “Partiendo de los elementos primarios hasta llegar a las composiciones arquitectónicas más complejas, el libro examina la cadena secuencial que va desde el punto, la línea, el plano y el volumen hasta la forma, el espacio, la organización, la circulación, la proporción, la escala y los principios ordenadores. Esta exploración se realiza por medio de las célebres ilustraciones de Francis D. K. Ching que, gracias a su rigor técnico y unidad estilística, homogenizan el discurso gráfico para subrayar los valores atemporales de los modelos y de los ejemplos concretos expuestos. (…) Lejos de reducirse a una presentación teórica de los fundamentos de la arquitectura, este tratado se ha convertido en un manual de extraordinario valor gracias al perfecto equilibrio existente entre los esquemas, prototipos y modelos arquitectónicos establecidos y el extensísimo catálogo de casos reales que los materializan y ejemplifican: desde el teatro de Epidauro, la catedral de Reims o el templo Horyu-Ji en Nara (Japón), pasando por la villa Rotonda de Andrea Palladio, la Ciudad Prohibida de Pekín o la mezquita de Beyazid II en Bursa (Turquía), hasta llegar a las obras de los grandes maestros de la arquitectura moderna, como Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe o Le Corbusier”.

10. Carátulas de la segunda, tercera, cuarta y quinta ediciones en inglés de Architecture: form, space and order.

Los éxitos en ventas acompañados de múltiples ediciones y la traducción a más de dieciocho idiomas, han llevado a las editoriales a convertir en libros “rústicos” las primeras y muy cuidadas ediciones de lo publicado por Ching para la editorial Van Nostrand Reinhold elaboradas prácticamente a mano y en tapa dura. En el caso de Architecture: form, space and order, su cambio del formato apaisado a otro más convencional comienzó a darse a partir de la segunda edición de 1996 cuando la editorial fundada por David Van Nostrand (adquirida en 1981 por International Thomson Publishing) es de nuevo vendida en 1997 a la multinacional Wiley (John Wiley & Sons) centrada como las anteriores en la publicación académica y de materiales didácticos. Desde entonces el libro ha sido reeditado en inglés en 2007 (tercera edición que incorporó un CD-ROM), 2016 y 2023.

Los cambios incorporados a esta clásica introducción a los principios de la arquitectura también han redundado, con relación a la primera edición, en mayor nitidez tanto en los textos como en las ilustraciones, la incorporación de nuevos dibujos (siempre elaborados a mano), ampliación de las secciones dedicadas a “aberturas” y “escala” y del capítulo sobre “principios de diseño”, así como un nuevo glosario e índice categorizados por el autor.

11. Portadas de las cuatro ediciones en español publicadas por Gustavo Gili de Arquitectura: forma, espacio y orden.

La primera versión en castellano de Arquitectura: forma, espacio y orden (que en las escuelas es mejor conocido con «el Ching») se realizó en 1982 (3000 ejemplares) en formato apaisado y así se reeditó hasta en 6 ocasiones hasta 1989. Estuvo a cargo del arquitecto Santiago Castán, la revisión bibliográfica la realizó Xavier Guell y el diseño de la cubierta lo hizo Eulália Coma. Desde entonces y en sus reediciones en nuevo formato (21 x 30 cm) de 1998, 2010 y 2015 la editorial siempre ha sido Gustavo Gili en las que, con los lógicos cambios de carátula, se ha respetado la traducción original hecha por Castán.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 411

El dibujo que ilustra nuestra postal del día de hoy, tomado del libro Gustavo Legórburu y la conciencia del lugar (2023) de José Humberto Gómez y Víctor Sánchez Taffur, ilustra la solución planteada para la zona sur de la Plaza Altamira (separada de la norte por la avenida Francisco de Miranda), que forma parte de la propuesta integral del diseño arquitectónico y urbano hecha por el reconocido arquitecto venezolano en 1976 para la estación Altamira, tercer eslabón del tercer tramo de la línea 1 del Metro de Caracas, puesto en servicio el 23 de abril de 1988.

1. Maqueta de una estación tipo del Metro de Caracas con andén central.

Varios son los aspectos que valdría la pena acotar antes de entrar a comentar la intervención de Legórburu en ese importante sector de la ciudad. La primera tiene que ver con las consideraciones técnicas y funcionales que toda estación de metro lleva implícitas y que en cierta medida las igualan: las dimensiones de los espacios de embarque y desembarque de pasajeros (150 metros de largo y ancho de alrededor de 18 metros a fin de albergar dos vías férreas); el prever una altura de aproximadamente 10 metros, que permiten contemplar un nivel de mezzanina la cual hace las veces de vestíbulo (donde se ubican los equipos de cobro de pasajes y las escaleras fijas y mecánicas que conducen al nivel de los andenes); la imperiosa necesidad de facilitar que cualquier pasajero pueda cambiar de dirección sin tener que salir de la estación; y la relevancia que tiene el seguir las pautas ligadas a la accesibilidad y fluido movimiento del público tanto para llegar a los andenes como para salir a la superficie, siendo la versión estándar la que dispone de cuatro entradas o “bocas” ubicadas en sus extremos (coincidiendo preferiblemente con las esquinas de calles principales) desde donde se circula mediante escaleras fijas y mecánicas.

A partir de allí empiezan a establecerse los matices que permiten clasificar las estaciones en cuanto a sus características como subterráneas, semi-enterradas, a nivel y elevadas, lo cual abre la oportunidad de generar variantes en cuanto al diseño de las mezzaninas que las acompañan, a prever la incorporación de la luz natural o a la de realizar juegos espaciales, siendo la profundidad a la que circula el tren un elemento de relevancia a ser tomado en cuenta. Otro matiz lo encontramos en la manera como se produce la aproximación de los trenes a la estación, que a su vez condiciona las plataformas donde el pasajero aborda y baja de los vagones, diferenciándose entre las que tienen un andén central o dos laterales.

2. Intervenciones urbanas que se originaron a partir de la construcción de la Línea 1 del Metro de Caracas.

De primordial consideración y rasgo que a su vez provee a cada estación su especificidad, se convierte la proximidad a edificaciones o espacios urbanos de importancia, teniendo en cuenta que siempre fue política del Metro el promover el desarrollo urbano de los alrededores para lograr una cabal integración con el medio circundante tras el objetivo de acrecentar su calidad, sea cual fuera el caso. Por ello es que el impacto causado por el Metro a su paso por Caracas se trata de la acción de renovación urbana de mayor importancia del siglo XX.

La valoración de la arquitectura y la dignificación del entorno, entendida como línea estratégica por parte del Metro, fue lo que ofreció la posibilidad de que, una vez seleccionados los diseñadores por su comprobada experiencia y nivel, se pudiera concebir cada estación como una entidad individual e independiente con libertad para poder responder a las condiciones y necesidades específicas del sitio y sus usuarios, además de favorecer la identificación de las mismas y aminorar la monotonía de un sistema fundamentalmente subterráneo.

3. La Plaza Altamira y sus alrededores en los años 50 (izquierda) y en la actualidad (derecha).

Es tomando en cuenta buena parte de las variables señaladas que cabe entender la solución que Gustavo Legórburu planteó para resolver la estación de Altamira: se debía diseñar una terminal subterránea ubicada bajo la avenida Francisco de Miranda a la altura de la Plaza Altamira y, en consecuencia, dotada de antemano de un compromiso urbano relevante y complejo que obligaba a tomar muy en cuenta condiciones ambientales excepcionales y prestar particular atención a las transiciones entre la superficie y los andenes.

4. La estación Altamira durante su construcción (c.1980)

Las consideraciones en torno al valor histórico y ambiental de la Plaza Altamira (hoy Plaza Francia), proyectada con la participación de Arthur Kahn y promovida, construida e inaugurada en 1945 por el urbanizador Luis Roche, que se distingue por su inconfundible obelisco de 45 metros de altura, orientaron la actuación de Legórburu quien para responder a las condiciones que imponía el desarrollo de la estación, debía intervenir y modificar de manera parcial el sector sur de la plaza (al norte de la avenida Francisco de Miranda) respetando los rasgos que la identifican y revalorizando lo preexistente, mediante la incorporación de una dinámica diferente ligada en este caso al moderno sistema de transporte que hacía acto de presencia. También debía atender el espacio ubicado al sur de la avenida dotándolo de un carácter propio.

5. La estación Altamira durante su construcción (c.1980)

La operación que guiaría la conformación del nuevo conjunto consistió en impactar el esquema típico de una estación de 150 metros de largo con cuatro bocas a los extremos, con la creación en la mitad de dos accesos (uno al norte y otro al sur de la Francisco de Miranda) que obedecían a los dos polos dispares que muestra la plaza. Con ello se reconocía como elemento ordenador su eje principal y su perpendicularidad al eje de la terminal dio pie a la aparición de un recorrido que hace del tránsito hacia el subsuelo una rica experiencia espacial salpicada de usos complementarios que es recogida por la mezzanina ubicada encima de los andenes.

6. Áreas exteriores de la estación Altamira recién inaugurada. Vista desde el noreste (c. 1983)

Gómez y Sánchez Taffur, quienes llevan a cabo un muy detallado análisis de la estación, precisan que ella “se puede entender como una organización programática estratificada. Legórburu estableció tres niveles claramente diferenciados por sus usos específicos: en el primer nivel, el más público, a ras de calle, se resuelve escenográficamente la transición interior-exterior. Se trata de una promenade arquitectónica que nos conduce desde la plaza hasta las entrañas tecnológicas del sistema Metro. En el lado norte, en alineación axial con el obelisco, se ubica la escalinata principal que desciende acompañada de una sonora caída de agua, la cual amplifica la experiencia mientras gradualmente se pierde ante nuestra mirada el monumento egipcio y el majestuoso cerro El Ávila en la panorámica de fondo. (…) Por su parte en el lado sur de la plaza, nos encontramos con un semiarco de escalinatas cuyo desarrollo y geometría sirven también de gradas de anfiteatro urbano para un aforo controlado y uso cultural esporádico. Es claro que se trata de un espacio exterior polivalente que, por su ubicación cuasi residual y condición semienterrada, tiende a pasar inadvertido en lo cotidiano”.

7. Planta de la Plaza Altamira (izquierda) y dos vistas del acceso a la estación desde el norte (derecha)

Continúan Gómez y Sánchez Taffur refiriéndose al segundo nivel en el que se desarrolla la organización programática indicando que, “ubicado a unos 4 metros bajo el nivel de la calle y de naturaleza multipropósito, fue pensado para albergar generosos espacios de recepción de los flujos de usuarios provenientes de los seis accesos disponibles en las inmediaciones de la estación, y cuenta con amplios pasillos de distribución, locales comerciales, servicios públicos, estaciones para la venta de boletos, sala de controles de la estación, un punto de información al público, depósito de baterías de emergencia para la estación, sala de bombas, oficina para la vigilancia, estación de primeros auxilios, torniquetes de controles de acceso y sistemas de circulación vertical para el desplazamiento desde y hacia los andenes de abordaje de trenes. (…) El tercer nivel, ubicado a 8 metros bajo el nivel de la calle, es propiamente la estación de trenes. En él se encuentran los espacios de recepción y espera de pasajeros. Se trata de un ancho andén central al que se llega a través de los sistemas de circulación vertical provenientes del nivel intermedio. Adicionalmente, en este nivel se ubican los rieles y los túneles ferroviarios, sistema de drenaje, salas de ventilación mecánica y presurización, instalaciones eléctricas, espacios para mantenimiento y seguridad”.

8. Dos vistas de la mezzanina de la estación Altamira.
9. Zona de embarque, modalidad de andén central.

Con relación a la combinación balanceada que se da en la estación entre el alto tráfico de usuarios y la organización espacial Gómez y Sanchez Taffur reafirmarán lo que ya hemos señalado más arriba: “En esta estación nos encontramos con una integración espacial total, es decir, el nivel intermedio se ubica sobre bandejas flotantes en la doble altura que define y relaciona la totalidad del recinto”. En cuanto a la realización de la obra llevada a cabo por la Constructora Ghella Sogene, toda ella caracterizada por la robustez estructural ejecutada en concreto armado a la vista, señalarán que a partir de allí se establece un “macroorden” que ya venía siendo un tópico propio de la arquitectura de Legórburu.

10. Anfiteatro y acceso sur a la estación Altamira.

Una vez transcrita la detallada descripción y sus aspectos complementarios, quizás valga la pena volver la mirada al dibujo colocado en la postal para develar un detalle importante que distancia lo allí expresado con la solución final dada al espacio al sur, donde se ubican el anfiteatro y el acceso desde allí a la estación. En tal sentido, como puede apreciarse, se trataba de una intervención que para Legórburu debía estar caracterizada por el predominio de líneas rectas y quebradas que permitía crear una pequeña pero cómoda plaza como preámbulo al acceso a la estación. No obstante, lo que finalmente se construyó (presumimos que de manos de la oficina de arquitectura del Metro de Caracas), se encuentra guiado por un espíritu posmoderno en el que prevalece la geometría de la curva y no pocas reminiscencias clásicas y que por valorar en exceso el anfiteatro y las escalinatas que permiten el descenso sacrificó el preámbulo al acceso a la estación.

11. Anfiteatro y acceso sur a la estación Altamira.

Otro asunto que llama la atención de las imágenes que recogen el proceso de construcción de la estación es la presencia de puentes metálicos “provisionales” o “elevados” (realizados también en otros lugares de la capital durante la década de los años 1970 para aliviar el tráfico), que en este caso sorteaban el paso a nivel de la avenida Francisco de Miranda e impactaban negativamente la percepción urbana del lugar, afortunadamente eliminados posteriormente.

Valga señalar, para finalizar, que a Gustavo Legórburu (1930-2013) también le correspondió diseñar otras dos estaciones de importancia consideradas como parte de la tipología “a nivel” del Sistema Metro: Antímano (perteneciente a la línea 4) y Chacaíto (integrante, al igual que Altamira, del tercer tramo de la línea 1), las cuales permiten encontrar de nuevo un correcto y sabio manejo de las transiciones entre el exterior y el interior a través de una rica y generosa espacialidad, sin descuidar la importancia de proporcionar lugares a escala urbana trascendentes.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Revista Croquis, nº 6, 1982

2. Max Pedemonte, Rutas paralelas. Plan de recuperación urbana del Metro de Caracas, 1983

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad; y Captura de Google Earth.

4. Construcción – Estación Altamira (https://www.pinterest.com/pin/684406474636622104/); y arquitecturayempresa (https://arquitecturayempresa.es/noticia/plaza-altamira-lugar-emblematico-de-caracas)

5 y 6. CARACAS en Retrospectiva II (https://www.facebook.com/groups/24371473543/posts/10158685652498544/?locale=hu_HU)

7. Caracas del valle al mar. Guía de Arquitectura y paisaje (https://guiaccs.com/obras/plaza-francia/); IAM Venezuela ( https://iamvenezuela.com/2018/09/la-plaza-francia-de-altamira-guarda-el-alma-caraquena/); y CARACAS METRO GALLERY Part 1 (https://www.urbanrail.net/am/cara/pix/caracas-gallery1.htm)

8 y 9. CARACAS METRO GALLERY Part 1 (https://www.urbanrail.net/am/cara/pix/caracas-gallery1.htm)

10 y 11. PAKD (https://peakd.com/hive-146620/@marcosmilano71/esp-anfiteatro-de-altamira-eng-altamira-amphitheater)