
Para visualizar la imagen en mejor resolución VER AQUÍ

Para visualizar la imagen en mejor resolución VER AQUÍ

Convocado a finales de octubre de 1997 por la Asociación Venezolana de Amigos del Arte Colonial y el Instituto de Patrimonio Cultural, el Concurso de Ideas para el Edificio de Apoyo al Museo de Arte Colonial-Quinta Anauco, cerró la recepción de trabajos el 20 de enero de 1998.
Las bases del concurso establecían la necesidad de proyectar un área complementaria al museo que comprendiera, por un lado, biblioteca, sala de exposiciones, cafetín y librería y, por el otro, un área de 1.200 m2 para el uso de oficinas rentables. Pero el elemento más disonante y difícil de integrar sería la incorporación de un estacionamiento mecánico para un mínimo de 120 automóviles. Así mismo, entre otros requisitos fundamentales, se encontraba el generar una conexión entre la zona del museo y el terreno adyacente donde se planteaba el desarrollo del concurso, ubicado sobre la avenida Panteón en la urbanización San Bernardino, Caracas.

El calificado jurado integrado por Tomás José Sanabria, Juan Pedro Posani, Gustavo Legórburu, Graziano Gasparini y Pedro J. Mendoza, luego de varias sesiones de revisión y discusión, emitió su veredicto el 17 de febrero de 1998 acordando declarar ganadora del primer y único premio a la propuesta presentada por los arquitectos Miguel Acosta y Claudia Jubes, quienes se verían recompensados por un monto de tres millones de bolívares donados por la Presidencia de la República (ejercida en aquel entonces por Rafael Caldera) y por la ejecución del anteproyecto. Justamente uno de los dibujos que conformaron la entrega triunfadora es el que hemos escogido para ilustrar nuestra postal del día de hoy.
Como reconocimiento, se otorgaron además 4 Menciones de Honor a los planteamientos presentados por los arquitectos Alessandro Famiglieti, Doménico Silvestro, Francisco Bielsa y Carlos Pou.
El material entregado por todos los concursantes sería exhibido posteriormente en los espacios expositivos de la FAU UCV y un resumen de las propuestas galardonadas fue publicado en el número 239 de Arquitectura HOY del 27 de febrero de 1998.
La potente proposición arquitectónica presentada por Acosta y Jubes apeló a la idea de resolver en un solo contenedor todas las funciones exigidas por los organizadores del concurso, el cual se elevaría para lograr una plaza de acceso sobre la avenida Panteón y sería envuelto por una piel de romanillas que garantizaría la uniformidad de lectura de los dispares usos que conformaban el programa. En otras palabras, la ampliación fue concebida como gran puerta de entrada al Museo de Arte Colonial. En los niveles inferior y superior del edificio se colocarían las áreas complementarias y rentales, respectivamente, ocupando el grueso del volumen el estacionamiento. En la transición entre la base y el bloque suspendido se establecería la conexión con el museo la cual también podría ser accesible independientemente desde la plaza de entrada.
Tratándose de un Concurso de Ideas el jurado premió justamente aquella que se mostraba más clara, sugerente, contundente y bien representada para lo cual tuvo mucha influencia la excelente mano que como dibujante posee Miguel Acosta, autor de las imágenes más seductoras e impactantes.

Acosta, egresado como arquitecto de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV en 1979, inicia paralelamente su incursión en las artes plásticas en 1975 cuando se inscribe en el taller de dibujo clásico dictado en la Escuela de Arquitectura por Charles Ventrillon-Horber, en el cual permanecerá hasta 1977. Posteriormente, en 1979, cursa el Taller de Pintura a cargo de José Mohamed. Entre 1979 y 1984 reside en París, período durante el cual profundiza sus estudios de arquitectura con un posgrado en la Unité Pédagogique d’Arquitecture de Villeneuve d’Asq de Lille (1980-1982) y desarrolla proyectos junto al arquitecto Ricardo Porro. A su regreso se vincula a la actividad docente en el área de diseño de la escuela que lo formó donde enseñó desde 1984 hasta 2014 combinando dicha actividad con el ejercicio de la profesión y con su pasión por el dibujo, que complementará con la escultura y la pintura.
De lo que se recoge en su biografía publicada en https://miguelacostaarteyarquitectura.wordpress.com/, la diversidad de ámbitos en los que Acosta se desenvuelve “apuntan a una comprensión de la arquitectura y el diseño en su dimensión artística y cultural, y al abordaje de estas disciplinas como unidades intrínsecamente ligadas a las experiencias estéticas que ligan la historia del arte a través de la arquitectura y la ciudad como máximo exponente de la cultura”.
En el ejercicio profesional Acosta siempre ha manifestado un particular interés por participar en concursos lo cual le ha valido, además de ser el ganador del que hoy nos ocupa, la obtención de igual distinción en el convocado para el Teatro de El Hatillo (2001), para el Mercado Popular de Antímano (2013), para el Banco Central de Venezuela en Puerto Ordaz (2015, integrado al equipo de VAV Proyectos y Construcciones) y para la Rehabilitación y Remodelación de la histórica sede de la Oficina Postal de Miami (2015), además del segundo premio en el de la Escuela de Danza de la Ópera de París, Nanterre (1983) y en el del Concejo Municipal del Distrito Sucre (1986) a los que se suma la Mención Honorífica obtenida en el certamen para el Complejo Residencial IPASME (2004). Como fruto parcial de esta experiencia acumulada surgirá su Trabajo de Ascenso a la categoría de Asistente FAU UCV titulado “Distancias y aproximaciones entre dibujo e idea. Experiencia en cuatro concursos de arquitectura” de 2004.
De su práctica profesional vale la pena destacar la Casa Bahía, Isla de Margarita (1988); la quinta Preludio o “Los Músicos”, Monte Elena, Caracas (1990 en colaboración con Rafael Montes), y su participación en el equipo que elaboró el Plan Parroquial de la Parroquia Sucre, Caracas (1994). Entre sus experiencias más ligadas al arte urbano se encuentran los Portales del Parque de los Caobos, Caracas (1996) y el Mural de la Plaza de Los Palos Grandes, Caracas (2008).
La enseñanza del dibujo la ha combinado Acosta con la comprensión, el reconocimiento y el registro de los valores que toda ciudad posee en sus espacios públicos y edificaciones. De allí surgió en 2009 la idea de conformar grupos de 20 participantes (mayoritariamente estudiantes de arquitectura, urbanismo, diseño, ingeniería civil y carreras relacionadas con las artes plásticas) con los que comenzó a recorrer Caracas dibujándola, actividad que se extendió a Mérida y Barquisimeto y también, entre otras, a Barcelona, Berlín, Nueva York, París, Bogotá, Quito y Buenos Aires, dándose así origen a la Fundación “Dibujo de ciudad” que mantiene activa desde Miami donde Acosta reside desde 2016 y cuyos resultados se pueden observar en el blog arriba señalado, en Instagram y Twitter @dibujodeciudad y en Facebook Dibujo de Ciudad.
“La ciudad –ha dicho Acosta- me interesa como territorio donde el ser humano se demuestra, se comprueba. Ese acto de comprobación está en la historia. Pero para verla así, hay que verificar de dónde viene. El crecimiento de una ciudad es similar al de una célula que se subdivide y apodera, prolifera, invade y se multiplica… para descifrarla se requiere de las herramientas del acto creativo a través del dibujo, la pintura, y la integración de las artes a la ciudad…”.

El Edificio de Apoyo al Museo de Arte Colonial-Quinta Anauco, como tantos otros concursos realizados en nuestro país, fue relegado al olvido una vez que Acosta y Jubes entregaron el anteproyecto. Sin embargo, el primer material consignado quedará como testimonio de la capacidad para mostrar y convencer a un jurado acerca de un concepto arquitectónico sin necesidad de recurrir a medios digitales, apelando a la precisión que debe tener una propuesta y a la comunicación inteligible de las ideas mediante una representación de un alto contenido expresivo.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal, 1 y 2. https://issuu.com/miguelacostagonzalez/docs/portfolio__17.5_m
3. Colección Crono Arquitectura Venezuela