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1. Philip Johnson, Ludwig Mies van der Rohe, y Phyllis Lambert frente a una imagen de la Torre Seagram, Nueva York, 1955.

Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969), uno de los más importantes arquitectos del siglo XX, como se sabe, desarrolló su carrera en dos períodos: el que transcurre en Europa desde que comienza su etapa de aprendizaje e inicios del ejercicio de la profesión (en fecha tan temprana como 1907), y continúa con su crecimiento y madurez como parte de la Escuela de Berlín y como último director de la Bauhaus (1930-1933); y el segundo que se inicia tras emigrar a los Estados Unidos en 1937 donde arranca lo que se conoce como su etapa americana.

2. Número 1 (julio de 1923) de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung. Los dos primeros números de G consistieron en una gran hoja doblada con solo cuatro páginas.

De su ciclo europeo, para muchos el más rico e interesante en lo que a nivel intelectual, experimental y propositivo se refiere, si algo destaca es la intensidad con que Mies vivió el período de entreguerras y las diversas facetas que entonces mostró. Una de ellas, poco resaltada, fue la que desplegó, una vez incorporado al Novembergruppe en 1922, como parte del consejo editorial de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung, publicación de vanguardia editada e impresa en Berlín por Hans Richter de la que se produjeron cinco números en alemán entre 1923 y 26. Si El Lissitzky y Werner Graeff formaron parte del consejo editorial del primer número, Mies y Frederick Kiesler se unieron a Richter como editores a partir del segundo. Entre los colaboradores se encontraban Theo van Doesburg, Ludwig Hilberseimer, Raoul Hausmann, El Lissitzky, Hans Arp, Kurt Schwitters, Piet Mondriaan, Viking Eggeling, Naum Gabo, Antoine Pevsner, Ernst Schön, George Grosz, John Heartfield, Tristan Tzara y Man Ray.

Ubicados en este contexto es donde se puede reconocer, también, a un Mies vehemente que expresa a través de escritos breves y concisos, que algunos han clasificado dentro de la categoría de manifiestos, su visión de la arquitectura en un momento en el que era importante tomar partido ante una época de cambios donde la disciplina debía mirar hacia el futuro e identificarse a través de un lenguaje que fuera reflejo de una sociedad postindustrial y que reclamaba nuevas organizaciones urbanas, funciones, formas, materiales y técnicas, sumándose a lo que es considerado como el período heroico dentro de la evolución del Movimiento Moderno.

3. Los dos textos en los que se recogen los escritos de Mies van der Rohe.

De los textos rescatados de manera integral por Fritz Neumeyer en Mies van der Rohe. La palabra sin artificio. Reflexiones sobre arquitectura. 1922-1968 (1986, traducido al español en 1995), de los cuales 5 de ellos ya habían formado parte de Programas y manifiestos de la arquitectura del siglo XX de Ulrich Conrads (1964, traducido al español en 1973), nos interesa resaltar los publicados en revistas entre 1922 y 1930, en los que se ve con claridad tanto las constantes como la evolución de su pensamiento en torno a la arquitectura.

4. Portada y páginas interiores del nº 4 (1922) de la revista Frühlicht editada por Bruno Taut donde Mies publicó el artículo titulado “Rascacielos” (“Wolkenkratzer”).
5. Izquierda: Páginas interiores del número 1 ( julio de 1923) de la revista G donde aparece el texto “Edificio de oficinas” (“Bürohaus”) firmado por Mies van der Rohe. Derecha: Páginas exteriores del número 2 (septiembre 1923) de la revista G donde aparece el texto “Construir” (“Bauen”) firmado por Mies.

Así, formando parte de esta saga, encontramos que Mies aparece primero en el nº 4 (1922) de Frühlicht (revista editada por Bruno Taut) firmando un artículo titulado “Rascacielos” (“Wolkenkratzer”); luego, ya como colaborador y editor de G, redacta los textos “Edificio de oficinas” (“Bürohaus”) en el nº 1 (julio 1923), “Construir” (“Bauen”) en el nº 2 (septiembre 1923) y “Construcción industrial” (“Industriebau”) en el nº 3 (junio 1924); más adelante “¡Arquitectura y voluntad de época!” (“Baukunst und Zeitwille!”) en Der Querschnitt (nº 1, 1924); y, por último, en Die Form se publicarán “Sobre la forma en arquitectura” (“Über die Form in der Architektur”), nº 2, 1927; y dos veces “Los nuevos tiempos” (“Die neue Zeit”) en el nº 15, agosto de 1930 y luego en el nº 10 octubre de 1932.

Dentro de ese grupo de escritos, con mayor énfasis en unos y otros, se evidencian temas como la importancia de lo constructivo junto a su claridad a la hora de manifestarse a través de la estructura portante, así como su interés por los materiales, sus orígenes y limitaciones técnicas. Suya es la cita “La arquitectura empieza en el momento en que dos ladrillos se ponen con esmero uno junto al otro”. También aparece la idea de flexibilidad espacial y la relevancia de diferenciar la piel (envolvente) de los huesos (sistema estructural) llevando la primera a su mínima expresión encontrando en el vidrio su mejor aliado y en la tipología del edificio en altura su cabal representación. Hormigón, acero y vidrio, los materiales más emblemáticos de la modernidad, son los que Mies utiliza colocando especial cuidado en la resolución de los detalles.

Resalta, además, su postura crítica con la deriva personalista en la que se encontraba gran parte de la arquitectura más representativa de su tiempo ya que consideraba que la arquitectura pertenecía a una época y no a un individuo.

6. Izquierda: Detalle de la página con el artículo Bürohaus escrito por Mies para el nº 1 de la revista G. Derecha: Original del dibujo del Edificio de oficinas, 1923 (carboncillo y lápiz, 138×289 cm) que acompañó el artículo.

“Rechazamos: toda especulación estética, toda doctrina y todo formalismo. La arquitectura es la voluntad de la época expresada espacialmente. Viva, cambiante, nueva. Ni al pasado, ni al futuro, sólo puede dársele forma al presente. Sólo esta arquitectura puede crear. Crear la forma con los medios de nuestro tiempo, a partir de la esencia de la tarea. Este es nuestro trabajo”, dirá Mies al iniciar el artículo “Edificio de oficinas” (“Bürohaus”).

Justamente en ocasión de comentar el texto mencionado, Juan Calduch Cervera (http://www.mindeguia.com/dibex/Mies_Calduch.htm) devela un interesante paralelismo entre los textos escritos por Mies y los proyectos vanguardistas que los acompañan los cuales “se representan ajustados a las convenciones gráficas vigentes en su entorno”, pero se realizan experimentalmente “sin voluntad de hacerse realidad”, abriéndose y cerrándose un ciclo en el que “el arquitecto nunca más volvería a hacer dibujos de arquitectura que no respondiesen a un encargo o a unas condiciones concretas”.

“En estos textos y dibujos Mies va aislando y analizando, casi como si se tratase de ensayos de laboratorio, distintos problemas disciplinares que le preocupaban. Es como si antes de poner en práctica sus ideas, quisiera concretarlas y aclararlas mediante dibujos y escritos. Hacia 1925 con obras como el monumento a Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht (cementerio de Berlin-Friedrichsfelde, 1926) esa fase experimental y esa doble vía profesional tienden a fundirse abriendo la etapa más fructífera de su etapa europea”.

Es así como hemos tomado la decisión de ofrecerles, como muestra de la actitud y pensamiento de Mies en aquel rico período, donde un grupo textos programáticos nos lo muestran “agresivo, polémico, rabiosamente moderno y provocador”, el escrito “La nueva era” o “Los nuevos tiempos (“Die neue Zeit”) que como ya indicamos apareció en la revista Die Form (La forma) primero en el nº 15, agosto de 1930 y luego en el nº 10, octubre de 1932, en el que muestra si se quiere una faceta diferente, menos vehemente, y a la vez complementaria a la que caracterizó lo publicado entre 1922 y 1927.

7. Portada y página de créditos de la revista Die Form donde se publicó por primera vez “Los nuevos tiempos” (“Die neue Zeit”) .

Se trata de la transcripción de las palabras finales de la ponencia que Mies presentara en el congreso del Deutscher Werkbund celebrado en Viena en 1930. La traducción, proveniente del libro de Ulrich Conrads ya citado, está antecedida por un comentario que señala cómo el arquitecto alemán en “Die neue Zeit” “se erige en defensor decidido de lo ‘espiritual en la arquitectura’. Considera el camino hacia la arquitectura industrial, que había propuesto en 1924, bloqueado por malentendidos. El pregonador se ha convertido en amonestador. Con anticipación profética prevé que el progreso técnico acarreará una pérdida del significado de la arquitectura. (…) … habla del desarrollo de las cosas ‘ciegas a todo valor’, que conduce a la pérdida de significación y, con ello, a la pérdida de criterio y al caos de los valores”.

A continuación, el breve pero sustancioso texto que esperamos puedan disfrutar.

8. Portada de la revista Die Form dedicada a conmemorar los 25 años del Deutscher Werkbund, donde se publicó por segunda vez vez “Los nuevos tiempos” (“Die neue Zeit”) .

La nueva era

La nueva época es un hecho; existe independientemente de que la aceptemos o la rechacemos. Pero no es mejor ni peor que cualquier otra época. Es un puro dato y como tal indiferente a toda valoración. Por ello, no me entretendré mucho intentando explicar la nueva época, señalando sus relaciones y poniendo al descubierto la estructura que la sostiene.

No sobrevaloraremos tampoco el tema de la mecanización, de la estandarización y la normalización.

Y aceptemos como un hecho el cambio de las relaciones económicas y sociales.

Todas estas cosas siguen su evolución predeterminada y ciega de valores.

Lo único decisivo será cómo nos revalorizamos bajo estas circunstancias dadas. Ahí es donde comienzan los problemas espirituales.

No de trata de “qué” sino de “cómo”.

El hecho de que produzcamos bienes y los medios que empleamos para fabricarlos, no significa nada en el plano espiritual.

El hecho de que construyamos vertical u horizontalmente, con acero y vidrio, no dice nada sobre el valor de esa arquitectura.

El hecho de que en urbanismos se busque una centralización o una descentralización es un problema práctico, no valorativo.

Pero precisamente el problema del valor es decisivo.

Debemos establecer nuevos valores, señalar los objetivos últimos, para recuperar el criterio.

El sentido y la razón de ser de toda época, y por tanto también de la nueva, radica única y exclusivamente en el hecho de que proporcione al espíritu las condiciones previas, la posibilidad de existir”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. 20 cosas que no sabías de Mies van der Rohe (https://www.archdaily.co/co/784292/20-cosas-que-no-sabias-de-mies-van-der-rohe?ad_medium=gallery)

2 y 5. VEREDES. Arquitectura y divulgación. Colección completa de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-la-revista-g-material-zur-elementaren-gestaltung/)

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

4. BIBLIO (https://biblio.es/libro/fruhlicht-taut-bruno-ed/1385112084)

6. VEREDES. Arquitectura y divulgación. Colección completa de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-la-revista-g-material-zur-elementaren-gestaltung/); y Dibujos ejemplares de arquitectura (http://www.mindeguia.com/dibex/Mies_Calduch.htm)

7. VEREDES. Colección completa de la Revista Die Form (La Forma) (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-revista-die-form-la-forma/); y booklooker (https://www.booklooker.de/B%C3%BCcher/Die-Form-1930-Heft-15/id/A01YupzL01ZZ1)

8. plakatkontor.de (https://www.plakatkontor.de/plakatkatalog-15/nr-1—6/index.html

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Pedagogías Bauhaus

Eduardo Prieto y Salvador Guerrero (eds.)

Ediciones Asimétricas

2022

Nota de los editores

Concebida con el propósito adanista de transformar la vida, la Bauhaus fue un experimento radical. Sobre todo en lo que toca a la pedagogía, pues no en vano el proyecto de crear “un hombre nuevo” traía aparejado el de un nuevo modo de enseñar y aprender. Así, estudiar la Bauhaus es en buena medida estudiar sus complejos y variados empeños pedagógicos, un asunto que este libro aborda a través de seis temas significativos: los orígenes de la Bauhaus en las pedagogías radicales del siglo XIX; el papel de la didáctica en la relación arte-diseño; la singular relación literario-plástica entre Rilke y Klee; la segunda vida de la Bauhaus en los Estados Unidos; la influencia bauhausiana en el ‘environmental design’ de la HfG Ulm; y la huella de la célebre institución en los arquitectos, artistas y diseñadores españoles.

Eduardo Prieto, profesor de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo en la ETSAM, es Dr. Arquitecto, licenciado en Filosofía y DEA en Estética y Teoría de las Artes, y autor, entre otros libros, de Historia medioambiental de la arquitectura, La vida de la materia y La ley del reloj. Arquitectura, máquinas y cultura moderna.

Salvador Guerrero, profesor de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo en la ETSAM, es asesor de la Residencia de Estudiantes y ha sido comisario de las exposiciones Antonio Flórez, arquitecto (1877-1941), Le Corbusier, Madrid, 1928. Una casa-un palacio y El arte de saber ver. Manuel B. Cossío, la Institución Libre de Enseñanza y El Greco, entre otras.

ACA

VISITAS MEMORABLES

Marcel Breuer (1902-1981)

El reconocido y notable arquitecto y diseñador de muebles nacido en Hungría Marcel Breuer, uno de los más influyentes del siglo XX, visita Venezuela por primera vez en septiembre de 1955 con motivo de la celebración en Caracas entre el 19 y el 28 de ese mes del IX Congreso Panamericano de Arquitectos, realizado en los espacios de la Universidad Central de Venezuela.

1. Sesión de apertura del IX Congreso Panamericano de Arquitectos en el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas. 19 de septiembre de 1955

Con la presencia de Breuer como invitado especial, sumada a la de Richard Neutra y Pierre Vago (fundador y secretario de la UIA), los organizadores del evento buscaron rivalizar con el nivel alcanzado en el congreso anterior celebrado en la Universidad Autónoma de Ciudad de México en 1952, que contó con la presencia de Frank Lloyd Wright, generándose así una sana competencia entre las figuras invitadas y calidad de las sedes (en este caso los dos campus universitarios modernos de mayor importancia a nivel internacional), que colocaba el listón de estos encuentros en el más alto nivel.

Como ocurrió en otras ocasiones, aquella primera visita hecha por Marcel Breuer a nuestro país, cuando éste atravesaba un momento pujante en lo económico y una febril actividad constructiva convirtiéndolo en lugar sumamente atractivo para el desarrollo de proyectos, le sirvió para hacer contactos y estrechar lazos profesionales y personales que posteriormente se verían reflejados en dos valiosos trabajos que hoy engrosan la historia de la arquitectura nacional: un edificio de apartamentos recreacionales bajo la modalidad de cooperativa realizado con la colaboración con Julio Volante y Herbert Beckhard, en Tanaguarena, Municipio Caraballeda, Estado Vargas, Venezuela, el año 1958; y el Centro Urbano El Recreo, Caracas (1958-1960), para el que fue llamado a participar en igualdad de condiciones (acompañado de Herbert Beckhard) por Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago, luego que éstos ganaran el concurso de ideas de carácter privado organizado por el Banco Unión a través de la empresa FAISA (presidida por Moisés Benacerraf), para desarrollar un terreno de 27.000 m2 ubicado entre la avenida Casanova (al norte), la calle El Recreo (al este) y la avenida Venezuela (al sur) teniendo como vecino al oeste al Centro Profesional de Este de Jorge Romero Gutiérrez, Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger. (ver Contactos FAC números 1 y 25, y en particular los textos desarrollados para acompañar las postales 36 y 60 respectivamente en https://fundaayc.wordpress.com/).

2. Los maestros de la Bauhaus c.1926. De izquierda a derecha: Josef Albers, Hinnerk Scheper, Geoerg Muche, László Moholy-Nagy, Herbert Bayer, Joost Schimdt, Walter Gropius, Marcel Breuer, Wassily Kandinsky, Paul Klee, Lyonel Feininger, Gunta Stölz y Oscar Schlemmer.

Breuer, perteneciente a la primera generación de alumnos de la Bauhaus de la que fue uno de los estudiantes más aventajados, se ganó el aprecio de Walter Gropius (19 años mayor que él) quien desde entonces se convirtió en su guía. Por tanto, Breuer, quien realizó sus estudios entre 1920 y 1924, vivió todo el tránsito entre la primera etapa de la escuela inicialmente ubicada en Weimar (1919-1923), y la segunda cuando se traslada a su flamante sede inaugurada en Dassau en 1924. Mostrando interés desde un principio en el diseño y la creación de muebles, Breuer cuando egresa en 1924, logra acceder justamente a la dirección de la sección de muebles de la Bauhaus, siendo el encargado de proyectar todo el mobiliario para los nuevos locales de la Escuela. Como director de sección logró imprimir un carácter mucho más racional y objetivo a la producción y métodos de la escuela.

3. Marcel Breuer. Silla Wassily, 1925-1926.
4. Marcel Breuer. Mesas Laccio, 1925.

De su biografía publicada en https://www.urbipedia.org/hoja/Marcel_Lajos_Breuer, extraemos lo siguiente: “Ya en 1924, recién graduado, había desarrollado una serie de métodos para la construcción de mesas, sillas y escabeles, a base de armazones de tubos de acero moldeados, lo cual suponía una gran novedad a nivel mundial. Allí diseñó la silla B3, realizada en 1925, la primera de tubo de acero en la historia, que combinaba las condiciones flexibles de este material con su facilidad para la producción industrial a gran escala. Esta silla fue el diseño más ampliamente reconocido de Breuer, que más tarde fue conocida como la Silla Wassily (en homenaje al célebre pintor ruso Wassily Kandinsky quien fuera su maestro en la Bauhaus). Estaba inspirada en parte, por el tubo de acero curvado del manubrio en la bicicleta Adler que Breuer había adquirido recientemente. (Luego) realizó, hasta 1928 numerosos diseños de sillas y butacas en Suiza e Inglaterra, introduciendo novedades en la forma y el material, como el uso de la madera curvada, de gran influencia posterior, o la realización de la estructura en aluminio”.

Cuando en 1928 Breuer deja la Bauhaus, junto a Gropius, Herbert Bayer y Lázlo Moholy-Nagy, prestó mayor dedicación a su trabajo como arquitecto y diseñador de interiores, estableciéndose en Berlín. “En Berlín recibió su primer encargo arquitectónico, un proyecto para la casa Harnischmacher (en Wiesbaden, 1932), una vivienda modular construida en hormigón con estructura de acero. También diseñó los almacenes de muebles Wohnbedarf de Zurich”.

5. Marcel Breuer. Izquierda: Cesca Chair, 1928. Derecha: Isokon Long Chair, 1935.
6. Walter Gropius y Marcel Breuer. Casa Gropius, Lincoln (Massachusetts), 1937-1938.
7. Marcel Breuer. Casa Geller I, 1945 (demolida).

Tras exiliarse en Inglaterra y Suiza luego de la llegada en 1933 de los nazis al poder en Alemania, Breuer emigra en 1937 a los Estados Unidos donde dará clases en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Harvard donde ya trabajaba Gropius, quien desde 1938 sería su director. Al poco tiempo ambos fundaron una oficina de arquitectura en Cambridge, Massachusetts, que duraría hasta 1941. “Breuer disolvió su sociedad con Gropius en mayo de 1941 y más tarde, en 1945 realizó por cuenta propia el diseño de la Casa Geller I, la primera en usar el concepto de Breuer de la Vivienda binuclear, caracterizada por tener en alas separadas y divididas por el hall de entrada, los dormitorios por un lado y la cocina/sala/comedor por el otro”. Valga añadir que a comienzos de este año 2022 esa icónica casa ubicada en Lawrence, NY, fue demolida dejando claro que en todas partes se cuecen habas.

8. Marcel Breuer. Casa en el jardín del MoMa, 1949
9. Izquierda: Oscar Niemeyer, casa para Juscelino Kubitschek (Belo Horizonte, 1943). Derecha: Le Corbusier, proyecto (no construido) de la casa Errazuriz (Chile, 1931).

“En 1948, 11 años después de que Marcel Breuer llegara a los Estados Unidos, el MoMa dedicó una exposición a su trabajo, seguida de un catálogo organizado por Peter Blake. Probablemente como consecuencia de este contacto Breuer fue invitado para otra exposición, The House in the Museum Garden, organizada por la misma institución entre abril y octubre de 1949. Se trataba de la construcción de una casa tipo pensada para los suburbios de las ciudades norteamericanas y destinada a la familia nuclear de aquel país. Después de terminada la exposición los planos podrían ser comprados y la casa construida”. Este trabajo se constituirá en otro paso importante dentro de la experimentación desarrollada por Breuer en torno al tema de la vivienda suburbana y en ella se pone de manifiesto el muy novedoso uso de la “cubierta mariposa” que Breuer ya había utilizado por primera vez en la Casa H para el concurso Designs for post-war living, en la Casa Geller I y en la Casa Robinson. El particular perfil “en mariposa” de las vivendas de Breuer se puede rastrear con anterioridad en la casa para Juscelino Kubitschek (Belo Horizonte, 1943) de Oscar Niemeyer y en el proyecto (no construido) de la casa Errazuriz de Le Corbusier (Chile, 1931).

10. Marcel Breuer con Pier Luigi Nervi y Bernard Zehrfuss. Edificio sede de la UNESCO en París (1953-1958).
11. Marcel Breuer. Casa Starkey, Minnesota, 1955.
12. El lenguaje brutalista de Breuer en su máxima expresión. Edificio Pirelli, Hew Haven, Connecticut, 1969, cuya influencia puede apreciarse en diversos edicios de Caracas.

Residenciado en Nueva York donde desde 1946 tenía su propio estudio, con 53 años cumplidos y una importante trayectoria acumulada, Breuer se encontraba en 1955 prácticamente en el ecuador de su carrera y en el tránsito que le permitió dar el salto, de ser un prestigioso diseñador industrial y proyectista fundamentalmente de viviendas unifamiliares, a serlo de importantes sedes institucionales siendo la sede de la UNESCO en París (1953-1958), que realizó con Pier Luigi Nervi y Bernard Zehrfuss, la obra que señala con toda claridad ese tránsito y la apertura hacia un lenguaje claramente brutalista donde predomina del uso del concreto armado tanto en la estructura como en los cerramientos.

13. Marcel Breuer con la colaboración con Julio Volante y Herbert Beckhard. Edificio de apartamentos recreacionales, Tanaguarena, 1958. Plano de conjunto.
14. Marcel Breuer con la colaboración con Julio Volante y Herbert Beckhard. Edificio de apartamentos recreacionales, Tanaguarena, 1958. Bocetos.
15. Marcel Breuer con la colaboración con Julio Volante y Herbert Beckhard. Edificio de apartamentos recreacionales, Tanaguarena, 1958. Estudio de fachada.
16. Marcel Breuer con la colaboración con Julio Volante y Herbert Beckhard. Edificio de apartamentos recreacionales, Tanaguarena, 1958. Perspectiva recreada del conjunto.

Una segunda visita de Breuer, esta vez acompañado de su esposa Constance, se produjo en enero de 1958 mediante invitación extendida por el empresario y hombre vinculado a la actividad científica y académica Guillermo Machado Mendoza, y por el arquitecto argentino de larga experiencia en Venezuela Julio Volante, asociada a los contactos que había establecido a raíz de su asistencia en 1955 al IX Congreso Panamericano de Arquitectos. Será entonces cuando, por un lado, junto a Volante (TEC S.A.) y Herbert Beckhard desarrollará el ya mencionado proyecto del edificio de apartamentos recreacionales en Tanaguarena y, por el otro, dará inicio al también mentado Centro Urbano El Recreo junto a Fuenmayor y Sayago (con colaboración de Beckhard) para el cual se creará la firma El Recreo, S.A. con sede en el Centro Profesional del Este, prolongándose su desarrollo hasta 1960. Ambas experiencias, en las que Breuer pone en práctica la costumbre heredada y desarrollada junto a su mentor Walter Gropius de trabajar en equipo, lamentablemente, no llegarían a construirse.

17. Marcel Breuer, Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago con la colaboración de Herbert Beckhard. Centro Urbano El Recreo, Caracas (1958-1960). Ubicación en la ciudad y planta baja del conjunto.
18. Marcel Breuer, Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago con la colaboración de Herbert Beckhard. Centro Urbano El Recreo, Caracas (1958-1960). Perspectiva y estudio de fachada
19. Marcel Breuer, Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago con la colaboración de Herbert Beckhard. Centro Urbano El Recreo, Caracas (1958-1960). Fachadas este y sur
20. Marcel Breuer, Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago con la colaboración de Herbert Beckhard. Centro Urbano El Recreo, Caracas (1958-1960). Maqueta del conjunto.

Sin embargo, podemos disfrutar de sus dibujos muchos de los cuales pueden ser consultados en https://breuer.syr.edu/xtf/search, archivo digital realizado mediante un esfuerzo de colaboración encabezado por las bibliotecas de la Universidad de Syracuse donde se encuentran más más de 70.000 dibujos, fotografías, cartas y otros materiales relacionados con la carrera de Marcel Breuer.

21. Julio Volante. Izquierda arriba: Quinta en la urbanización El Junko Country Club (1956). Izquierda abajo: Edificio sede de la Universidad Católica Andres Bello (UCAB), 1965. Derecha: Maqueta del proyecto de un edificio de oficinas en Chuao, c.1964
22. Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago. Edificios de vivienda Farallón y Centinela, Avenida Venezuela con Calle El Recreo, Caracas.

La influencia de Breuer en Venezuela se vio plasmada, por un lado, en la obra de Julio Volante a través de edificios como la vivienda diseñada para El Junko Country Club (1956), la sede de la Universidad Católica Andrés Bello (1965) y el edificio Cavendes (1978) y, por el otro, en la de Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago fundamentalmente en la propuesta que hicieran para un conjunto de viviendas a desarrollarse justamente en parte de los terrenos donde habían proyectado con el maestro húngaro el Centro Urbano El Recreo y que, realizado sólo en parte, dejó como huella en 1963 esos dos estupendos edificios que se conocen como Farallón y Centinela.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado, 13, 14, 15, 16, 18: https://breuer.syr.edu

  1. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

2. https://www.arquitecturaydiseno.es/arquitectura/maestros-bauhaus_2515

3 y 4. https://www.connectionsbyfinsa.com/los-10-mejores-disenos-de-muebles-bauhaus/

5. https://steelform.com/es/produkt/marcel-breuer-cesca-silla-b32/ y https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Marcel_Breuer._Long_Chair,_ca._1935-1936.jpg

6. https://atfpa3y4.wordpress.com/2012/11/15/casa-gropius/

7. https://es.wikiarquitectura.com/edificio/casa-geller-i/

8. https://www.urbipedia.org/hoja/Marcel_Lajos_Breuer

9. https://www.urbipedia.org/hoja/Oscar_Niemeyer y https://tecnne.com/arquitectura/le-corbusier-en-argentina-proyectos-que-no-fueron/

10. https://es.unesco.org/about-us/unesco-house y https://arquitecturayempresa.es/noticia/sede-de-la-unesco-en-paris-recordando-la-arquitectura-de-marcel-breuer

11. https://hyperbole.es/2018/08/marcel-breuer-casa-starkey-minnesota-1955/

12. https://metropolismag.com/projects/marcel-breuer-hotel-new-haven/

17 y 20. Mujica V. “El Centro Urbano El Recreo, un modelo de construcción de la ciudad” en Trienal de Investigación FAU, 2014 y en http://www.materialcultural.com/el-centro-urbano-el-recreo-de-marcel-breuer/.

19. Trasnocho Arte Contacto (TAC). Our Architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas, 2017 y Mujica V. “El Centro Urbano El Recreo, un modelo de construcción de la ciudad” en Trienal de Investigación FAU, 2014 y en http://www.materialcultural.com/el-centro-urbano-el-recreo-de-marcel-breuer/

21. Colección Crono Arquitectura Venezuela y Revista Punto nº 17, abril 1964

22. y Mariano Goldberg. Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. CARACAS. Parte 1, 1980

ES NOTICIA

Abre sus puertas el Museo de la Bauhaus en Dessau (Alemania)

17 septiembre, 2019

Tomado de arquitecturaviva.com

El estudio de Barcelona Addenda Architects —Roberto González, Anne Hinz, Cecilia Rodríguez, Arnau Sastre y José Zabala— resultó ganador del concurso celebrado en 2015, imponiéndose a las otras 830 propuestas presentadas, para construir este nuevo museo en la ciudad alemana de Dessau —sede de la Bauhaus entre 1925 y 1932—, cuya inauguración coincide con el centenario de la fundación de esta escuela en Weimar. Situada en el casco histórico de Dessau y junto a un parque, la caja de vidrio rectangular retrasa un poco su posición respecto a la alineación de los edificios de la calle. Con una superficie construida de 5.513 metros cuadrados y un presupuesto de 15.500.000 euros, el edificio con una escala urbana intermedia orienta sus cuatro fachadas según los ejes cardinales. La estructura consiste en una viga de 90 metros de largo, sustentada por dos núcleos de hormigón, con voladizos de 15 metros en cada extremo. Rodeado por una fachada de vidrio de 14 metros de altura, este puente queda suspendido sobre un espacio destinado a exposiciones temporales y otros eventos. La colección permanente de la Bauhaus se encuentra en un cuerpo hermético, monolítico y diáfano situado en la primera planta, al que se accede a través de escaleras y ascensores ubicados en los dos volúmenes que sirven de apoyo.

ACA

VALE LA PENA LEER

Walter Gropius: La Bauhaus o la vida

Joaquín Medina Warmburg

10 agosto, 2019

Tomado de arquitecturaviva.com

El centenario de la Bauhaus coincide con los cincuenta años del fallecimiento de quien fuera su fundador y director, el arquitecto Walter Gropius (1883-1969). La doble efeméride viene a confirmar la común identificación del personaje con la escuela, por mucho que, evidentemente, la Bauhaus fuera más que sólo Gropius, pero también la vida de Gropius mucho más que sólo la Bauhaus. La institución ha llegado a eclipsar al hombre, quien siempre reivindicó su acto fundacional como la expresión de la Bauhaus genuina, hasta tal punto que aún hoy cabe preguntarse quién fue realmente Walter Gropius más allá de la Bauhaus. Esta pregunta es precisamente el punto de partida de la biografía Walter Gropius. La vida del fundador de la Bauhaus, obra de Fiona MacCarthy.

La autora, crítica de arquitectura del diario londinense The Guardian desde hace cinco décadas y reconocida biógrafa de figuras fundamentales de la cultura inglesa, como William Morris, Edward Burne-Jones o Lord Byron, se enfrentó a un doble reto. Por un lado, se embarcó en una aventura que la alejaría de los contextos culturales transitados hasta el momento. Además, suponía un reto colosal por la extensión, complejidad y dispersión del legado de Gropius. Acaso el mayor mérito de MacCarthy consista en haber sabido hilvanar un discurso claro y consistente, en el que, pese al ingente volumen de información, logra hacer justicia a la intensa vida de Gropius en lo personal y lo profesional, dando cuenta de los avatares emocionales, así como, aunque en mucho menor medida, de su bagaje intelectual.

Todo este rico material se estructura dividiendo la vida de Gropius en tres: una primera vida en su Alemania natal (1883-1934), una segunda como emigrante en Inglaterra (1934-1937) y la tercera como profesor de Harvard y ciudadano de los Estados Unidos de América (1937-1969). Particularmente valiosa, por lo que tiene de novedosa, es la detallada descripción que MacCarthy hace de la etapa londinense de los Gropius. La importancia concedida a estos episodios guarda sobre todo relación con el profundo conocimiento que la autora tiene de este contexto cultural, lo cual, por otra parte, condiciona que el libro esté claramente dirigido a lectores del mundo anglosajón. Por comprensible que sea el punto de vista británico de la autora, no deja de ser demasiado buscada su caracterización como «segunda vida» de lo que no pasó de ser una frustrante fase de zozobra y precariedad. La cuestión no merecería ma-yor comentario si no fuera porque la generosa atención prestada a las vivencias inglesas contrasta con la discutible omisión de otros contextos, en particular con la casi total ausencia —con excepción del viaje de Gropius a España en 1907-1908— de referencias a las estrechas relaciones que Gropius estableció y cultivó con el mundo de habla hispana, un hecho que resultará particularmente llamativo para los lectores de la traducción al castellano. MacCarthy señala como objetivo prioritario de Gropius la integración del arte y la vida. Para poder entender el alcance de este propósito y el grado de compromiso con él por parte de Gropius, resulta indispensable recurrir a sus escritos. Sin embargo, el libro no es ni pretende ser una biografía intelectual, por lo que cabe remitir, a modo de complemento, a la biografía que ultima Winfried Nerdinger, anunciada para otoño de este año. El retrato de MacCarthy nos permite entender mejor el lado más personal de Gropius y acaso incluso admirar la inteligencia con la que supo sobreponerse a varias profundas crisis existenciales a lo largo de su vida, pero sin que de ello se desprenda necesidad alguna de volver a monumentalizar su figura como la de un héroe de la modernidad.

Fiona MacCarthy
Walter Gropius. La vida del fundador de la Bauhaus.

Turner, Madrid

2019
598 páginas

ACA

VALE LA PENA SABER

Lilly Reich y el «pequeño y sucio secreto» de Mies van der Rohe

La influencia de esta alemana fue crucial en la obra del arquitecto, y uno de los diseños más emblemáticos de la Bauhaus podría ser suyo

Por Ana Ramírez

Lilly Reich y Mies van der Rohe

Tomado de elconfidencial.com

15 de agosto 2019

Una de las primeras medidas que Adolf Hitler tomó como canciller de Alemania fue el cierre de la Bauhaus. El Partido Nazi incluyó a la escuela de diseñadores y arquitectos más influyente de su tiempo entre las filas del “arte degenerado”, de carácter “bolchevique” y promotor del “el cosmopolitismo judío”.

El último director de la Bauhaus, Ludwing Mies van der Rohe, se enfrentó a la presión de la censura e intentó trasladar la escuela desde Weimar a Berlín, confiando en que las autoridades se contentaran con un sistema de enseñanza más conservador. No fue así: la Bauhaus estaba condenada se disolvió el 20 de julio de 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial, Mies van der Rohe emigró a Estados Unidos, dejando en Alemania miles de dibujos y bocetos que hubieran ardido en los bombardeos de no ser por Lilly Reich. Ella hizo posible el archivo Mies van der Rohe que hoy descansa en el MoMa. Conservó más de mil diseños, suyos y del arquitecto, en una casa de las afueras de Berlín. Colaboró con él en sus exposiciones más emblemáticas, pero rara vez se cita como coautora.

Mies van der Rohe y Lilly Reich (Berlín, 1885 – 1947) se conocieron en 1926, y desde entonces no dejaron de colaborar profesionalmente. Cuando Reich empezó a dar clases en el Taller de Tejidos de la Bauhaus, una de las pocas profesoras en la historia de la escuela, ya era una reputada diseñadora. Sus primeros encargos en el ámbito de la moda, el interiorismo y el mobiliario impresionaron a los padres de la arquitectura moderna. En 1914, abrió su propio estudio y fue la primera mujer en el Consejo de Dirección del Deutscher Werkbund, la asociación de arquitectos precursora de la Bauhaus.

Walter Gropius concibió la Bauhaus como una escuela que aunara la diversidad de las artes bajo el paraguas de una nueva arquitectura. En 1919, el manifiesto de su fundación aseguraba que no habría distinciones entre sus alumnos, tampoco por su sexo. En el primer semestre tras su apertura, se matricularon 84 mujeres y 79 hombres. La tímida emancipación femenina tras la Primera Guerra Mundial y su introducción en el mundo laboral comenzaba a dar sus frutos en la República de Weimar. Pero a Gropius le preocupaba que su escuela se convirtiera en «un centro de Artes y Oficios donde las mujeres acudían a pasar el rato».

Walter Gropius, arquitecto y fundador de la Bauhaus. (Lucia Moholy, Bauhaus-Archiv Berlin)

Según la arquitecta Josenia Hervás y Heras, “Walter Gropius quiso reducir la proporción femenina al tiempo que creaba un taller especial para mujeres”. Él mismo escribió a su Consejo de dirección: “Sugiero que, para un futuro próximo, sólo las mujeres de extraordinario talento sean admitidas”. En su primera etapa, el ala femenina de la Bauhaus se concentró en el taller de tejidos, el mismo que Reich regentaría en 1932.

Como recoge Hervás en su investigación, las relaciones de Reich con sus alumnas no siempre fueron amistosas: “A ella le gustaba enseñarnos muestras de tela, por lo que aparecía esporádicamente por el taller de tejidos para mostrarnos una de sus nuevas colecciones. Me parecía un molesto trastorno para nuestro trabajo, así que yo me alegraba mucho cuando a veces aparecía Mies [van der Rohe] por la puerta y la llamaba con la frase: ‘¿Vienes ya?’”, recordaba la alumna Katja Rose.

Silla Brno, habitualmente atribuida a Mies van der Rohe. (Knoll)

La colaboración de la diseñadora y el arquitecto coincidió en el tiempo con los diseños más emblemáticos de la Bauhaus, en los que el nombre de Lilly Reich como coautora se ha reivindicado en las últimas décadas. Para el investigador Ludwig Glaeser, es “más que una coincidencia” que el éxito de Mies en el diseño de exposiciones y de muebles se solape con su relación.

En 1928, Lilly Reich y Mies van der Rohe trabajaron juntos en el interior y el mobiliario de un icono de la arquitectura Bauhaus: la Casa Tugendhat, en Brno (República Checa). En esta villa se incluyó el diseño de la Silla Brno, habitualmente atribuido a Mies, con la ayuda de su colaboradora. Algunos investigadores sospechan, dando un paso más que Glaeser, que Lilly Reich fue más que una ayuda y que podría ser la verdadera autora de la silla de Tugendhat.

Así lo recogió la primera biógrafa de Lilly Reich, Sonja Günther, a través de las palabras de la diseñadora y amiga íntima de la pareja Mies-Reich, Mia Seeger: “Su influencia en Mies era muy grande. […] Sé, con toda seguridad, que la silla diseñada para la casa Tugendhat, firmada por Mies, fue un diseño de ella”.

Hace once años, la arquitecta y actual directora de la Cátedra Blanca de la Universidad Politécnica de Valencia, Laura Lizondo, encontró un vacío de información en la etapa de colaboraciones entre Mies van der Rohe y Lilly Reich: “No te creas que entonces había mucho escrito sobre los dos, por eso decidí dedicar mi tesis a investigar sobre sus trabajos conjuntos”, cuenta a El Confidencial. “No se le dio bombo y platillo a esta colaboración, pero tampoco a otras. Mies trabajó con muchos ingenieros que tampoco se han estudiado mucho”.

‘¿Arquitectura o exposición?’ es el nombre de este primer trabajo, tras el que vinieron otros artículos académicos. “Lilly Reich era diseñadora, no arquitecta. Influyó mucho en los tejidos, el color, el diseño de interiores, los muebles… Pero su nivel arquitectónico no es comparable al de Mies van der Rohe”. Lizondo opina que ambos se beneficiaron en su trabajo conjunto. “Ella era miembro del Deutscher Werkbund mucho antes que él. También tenía contactos y clientes ricos. Mies aprendió de su sensibilidad para los materiales y los tejidos. Pero, en lo arquitectónico, no creo que Reich le aportara nada”.

En el MoMa, Lizondo estudió la correspondencia que mantuvieron cuando Mies emigró a Estados Unidos: “Reich intentó acercarse, ir a donde él estaba, pero el arquitecto no quiso colaborar más con ella. Más o menos, se podría decir que ‘la utilizó’. Los dos ‘se utilizaron’ profesionalmente”. Lilly Reich quedó a cargo del estudio de Mies y cuidó de su archivo en Alemania. Sobrevivió a la guerra, pero murió de cáncer en 1947.

El Pabellón Alemán de Reich y Mies en Barcelona

Como en el diseño de la famosa silla de Tugendhat, también existen dudas sobre el papel de Lilly Reich en el mobiliario del Pabellón Alemán en Barcelona. La pareja recibió el encargo para la Exposición Internacional de 1929. Allí se exhibió por primera vez la Silla Barcelona, un clásico del diseño en el siglo XX, concebida para servir de trono a Alfonso XIII y Victoria Eugenia. “Es una evidencia que las cortinas y la alfombra son un diseño de ella, estoy convencida de que la silla también. Existen muebles previos de Lilly Reich con muchas similitudes”.

Knoll, la empresa que ostenta los derechos de la Silla Barcelona, no menciona a Lilly Reich en el diseño, ni siquiera como colaboradora. “En la Exposición de Barcelona, sí que la reconocieron como diseñadora del Pabellón, junto con Mies van der Rohe. Pero lo curioso no es que los historiadores no hayan hablado de ella durante mucho tiempo, es que Mies van der Rohe tampoco lo hizo. Ni de ella ni de otros colaboradores”. Lizondo opina que el olvido de Lilly Reich está relacionado “con el papel de la mujer en los años 30”, pero no atribuye al talento de la diseñadora la fama de Mies van der Rohe: “Le aportó gusto para la nobleza de los materiales y el interior, para ‘vestir los edificios’, pero Reich no tenía la sensibilidad arquitectónica de Mies van der Rohe”.

Pabellón Alemán de Barcelona. (Hans Peter Schaefer)

“No creo que la fama viniera sólo de sus colaboraciones. Como investigadora, no puedo asegurar que Mies no hubiera llegado donde llegó si no hubiera conocido a Lilly Reich. Son especulaciones”.

Lo que sí tiene claro Lizondo es la enorme influencia que ejerció el estilo de Reich en la obra de uno de los iconos de la Bauhaus, y su posterior silencio en la historia de la arquitectura. Sobre ello se pronunció el arquitecto Juan Navarro Baldeweg durante una conversación recogida en un artículo de Beatriz Colomina, ‘The Private Life of Modern Architecture’: “Antes de que me diera cuenta, estábamos hablando del enorme papel que Reich debió haber desempeñado en el desarrollo de la arquitectura de Mies van der Rohe”.

Vista de la villa Tugendhat, en Brno.

“Estuvimos hablando de la importancia de proyectos como el ‘Café de Terciopelo y Seda’ y cómo estos espacios no tenían nada que ver con el trabajo realizado por Mies van der Rohe anterior a su colaboración con Reich, nada que pudiera sugerir algo similar a la definición del espacio de superficies sensuales y suspendidas que comenzó a ser su sello personal, como su Pabellón de Barcelona en 1929. […] Y luego Juan [Navarro Baldeweg] dijo: ‘Es como un pequeño y sucio secreto que nosotros -todos los arquitectos- guardamos. Algo que todos sabemos, que todos vemos, pero de lo que nadie habla”.

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