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VALE LA PENA LEER

Entendiendo el Eco-Brutalismo: La paradoja entre estructura, sostenibilidad y estilo

por Olivia Poston

Casa Butantã – Paulo Mendes da Rocha. Sao Paulo, Brasil, 1964.

Traducido por Valentina Díaz

Publicado el 17 de julio, 2025

Tomado de https://www.archdaily.cl

Se espera que el entorno construido reduzca las emisiones de carbono, apoye la biodiversidad y responda a las condiciones ecológicas cambiantes, todo mientras proporciona vivienda para las comunidades y refleja sus valores culturales. En este paisaje cambiante, un estilo arquitectónico que alguna vez fue mal visto surge en una nueva forma sorprendente. El brutalismo, durante mucho tiempo asociado con la gravedad institucional y la austeridad material, ahora se está reformulando a través de un lente ecológico. Este movimiento híbrido, conocido como eco-brutalismo, combina el poder del concreto con la vegetación y estrategias de diseño sensibles al clima. El resultado es un conjunto de espacios que son visualmente impactantes, conceptualmente complejos y cada vez más populares entre diseñadores, urbanistas y el público en general.

Docklands Park / BAU Brearley Architects + Urbanists. Wuxi, China, 2020.

Las estructuras brutalistas se caracterizan tradicionalmente por su uso monumental de concreto y acero, su rechazo al ornamento y una especie de honestidad pragmática nacida de la reconstrucción de la posguerra. Escuelas, iglesias, urbanizaciones, bibliotecas y centros cívicos construidos durante las décadas de 1960 y 70 encarnan este legado. Estos edificios no estaban destinados a encantar. Fueron diseñados para perdurar. El eco-brutalismo desafía y reinterpreta ese legado, a menudo manteniendo la masa expresiva y la claridad del brutalismo mientras introduce elementos orgánicos, como plantas, luz natural y sistemas de rendimiento pasivo. La vegetación se aferra a los balcones, las enredaderas caen sobre las fachadas, los jardines en la azotea recuperan superficies de concreto planas, y los interiores son moldeados por la luz y el aire tanto como por la estructura.

Bosco Verticale / Boeri Studio. Milán, Italia, 2014.

El eco-brutalismo plantea preguntas esenciales sobre la sustancia frente al simbolismo. La suposición de que integrar plantas en estructuras de concreto las convierte automáticamente en sostenibles es un concepto erróneo común. El concreto es uno de los materiales más intensivos en carbono en el planeta. Simplemente agregar vegetación a su superficie no compensa el impacto ambiental de la extracción, producción o energía incorporada. Esta no es una razón para desestimar el eco-brutalismo. En cambio, es una razón para tomarlo en serio. Cuando se hace de manera reflexiva, el eco-brutalismo puede servir como un marco para reconciliar las responsabilidades materiales de la arquitectura con sus ambiciones ambientales. Puede explorar nuevas formas de reutilización, adaptación e integración climática. Puede desafiar la falsa división entre naturaleza y estructura, así como entre belleza y función.

Mamun Residence / Shatotto. Chittagong, Bangladesh, 2013.

Esta tipología encuentra un equilibrio entre densidad y altura, desafiando las limitaciones visuales y ecológicas de las torres convencionales. Las estructuras en esta categoría utilizan formas brutalistas como un marco para sistemas vivos, integrando árboles, arbustos y enredaderas a través de balcones, fachadas y líneas de techos. El resultado es una colisión dramática entre permanencia ingenieril y crecimiento orgánico. Estos edificios son a menudo ecosistemas altamente curados, diseñados para purificar el aire, reducir el calor y reintroducir la biodiversidad en el plano vertical de la vida urbana.

Kampung Admiralty / WOHA. Singapur, 2017.

En regiones húmedas y ecuatoriales, el lenguaje del brutalismo se reinterpreta para responder a las intensas condiciones climáticas. Aleros profundos, circulación abierta, vacíos sombreados y superficies de concreto texturizadas ayudan a regular el calor y fomentar la circulación de aire. La vegetación no es ornamental, sino esencial, actuando como un dispositivo de enfriamiento natural y un alivio psicológico del peso de la paleta de materiales. Esta tipología equilibra la masa con la sensibilidad climática, a menudo difuminando los límites entre interior y exterior.

Algunas manifestaciones

Sitios recuperados del brutalismo ecológico

Esta categoría refleja la relación cambiante de la arquitectura con el tiempo, el deterioro y la reutilización. En lugar de demoler antiguas estructuras brutalistas, los diseñadores preservan sus estructuras de hormigón en bruto y las reactivan mediante intervenciones ecológicas, añadiendo jardineras, renovando con sistemas pasivos o creando nuevos usos públicos en estructuras antiguas. Estos son actos de memoria y renovación, que transforman monolitos obsoletos en estructuras vivas que conservan la historia y se adaptan a las necesidades climáticas del presente.

Ejemplos

Edificio Pirelli Tire / Becker + Becker Associates. New Haven, Connecticut, EE.UU., 2022.

Tate Modern Switch House / Herzog & de Meuron. Londres, Reino Unido, 2016.

Five Manhattan West / REX. Nueva York, EE.UU., 2017.

Monolitos cívicos

El ecobrutalismo encuentra su expresión natural en las instituciones públicas, donde la arquitectura debe encarnar la durabilidad, la identidad y la función social. Bibliotecas, museos, edificios gubernamentales y centros de transporte de esta tipología utilizan volúmenes de hormigón a gran escala para consolidar el espacio y la autoridad, a la vez que integran estrategias ecológicas, como patios interiores, fachadas verdes o sistemas de gestión del agua. Estos proyectos demuestran que la arquitectura cívica puede ser imponente y receptiva, monumental y ecológica.

Ejemplos

Centro Cívico Plaza de La Libertad / OPUS + Toroposada Arquitectos. Medellín, Colombia, 2010.

Centro Cívico Nanjing Jiangbei / MENG Architects. Nanjing, China, 2020.

Bicentennial Civic Center / Lucio Morini + GGMPU Arquitectos. Córdoba, Argentina, 2012.

Entornos subterráneos

A menudo pasada por alto, esta tipología examina cómo las sensibilidades brutalistas se traducen bajo tierra. El ecobrutalismo subterráneo aprovecha la estabilidad térmica y las propiedades aislantes de la arquitectura de protección terrestre, utilizando hormigón para enmarcar espacios subterráneos o parcialmente enterrados, refrigerados pasivamente y aislados acústicamente. Estos espacios se convierten en refugios introspectivos que interactúan con el paisaje en lugar de erigirse sobre él, ofreciendo una alternativa de integración ecológica tranquila y estable.

Ejemplos

Therme Vals / Peter Zumthor. Vals, Suiza, 1996.

Nine Bridges «The Forum» / D.LIM architects. Seogwipo-si, Corea del Sur, 2013.

Casa de las Ideas Library / CROstudio. Tijuana, México, 2012.

Museu Brasileiro de Escultura (MuBE) / Paulo Mendes da Rocha. Sao Paulo, Brasil, 1995.

Paisajes de Gestos Brutalistas

Aquí, el gesto brutalista se extiende horizontalmente en lugar de verticalmente. Estos proyectos utilizan hormigón vertido, mampostería pesada o tierra apisonada para esculpir el terreno, enmarcar parques públicos o definir umbrales cívicos. A menudo fusionados con techos verdes, terrazas o sistemas de vida, estos paisajes difuminan la distinción entre edificación y movimiento de tierras. Se convierten en ecologías infraestructurales que apoyan la gestión de aguas pluviales, la biodiversidad y el uso colectivo, a la vez que mantienen una presencia sólida y materialmente honesta.

Ejemplos

PARKRoyal on Pickering / WOHA. Singapur, 2013.

El Campestre Recreational Park Complex & Community Development Center / CCA Centro de Colaboración Arquitectónica + Bernardo Quinzaños. Jalpa de Méndez, México, 2023.

Missouri Korean War Veterans Memorial / Tilt-Up Concrete Association. Kansas City, EE.UU., 2011.

Docklands Park / BAU Brearley Architects + Urbanists. Wuxi, China, 2020.

Acaponeta Public Park / CCA Centro de Colaboración Arquitectónica. Acaponeta, Nayarit, México, 2021.

Críticas, promesas y futuro del ecobrutalismo

El auge del ecobrutalismo no está exento de controversia. Los críticos argumentan que coquetea con el lavado de imagen ecológico, apropiándose de la retórica de la sostenibilidad sin cambiar radicalmente la lógica de la construcción. El hormigón sigue siendo uno de los materiales con mayor intensidad de carbono a nivel mundial, representando casi el 8% de las emisiones totales de CO₂. La simple adición de árboles a las losas de hormigón no anula su coste ambiental. El barniz ecológico puede oscurecer cuestiones sistémicas más profundas sobre los ciclos de los materiales, la energía incorporada y el urbanismo equitativo.

Sin embargo, las contradicciones del ecobrutalismo podrían ser lo que lo hace más relevante hoy en día. En lugar de refugiarse en el minimalismo de los pabellones de madera o el tecno-optimismo de las ciudades inteligentes de vidrio y acero, el ecobrutalismo aborda la densidad urbana, la permanencia y la complejidad. Reconoce que las ciudades no pueden rehacerse desde cero, pero sí pueden reestructurarse con intención. El hormigón, recuperado, reutilizado o formulado de forma innovadora, puede seguir desempeñando un papel vital en la construcción de estructuras duraderas, adaptables y de bajo mantenimiento.

El ecobrutalismo es un enfoque de diseño para el Antropoceno: una arquitectura que abraza la contradicción y fusiona la resistencia con la ecología. No es nostálgico del pasado ni idealista respecto al futuro. Es un realismo arquitectónico honesto en cuanto a los materiales, radical en su propósito y ecológico en el sentido más profundo de la palabra.

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

La nueva pérdida del centro

Fernando Quesada López (ed.)

Ediciones Asimétricas

2024

Sinopsis

Este libro se abre con el relato del desguace minucioso de un coche realizado en público durante cinco días y se cierra con la narración de la reconstrucción de una barca de navegación fluvial para nuevos usos colectivos. Dos vehículos con una enorme carga simbólica de lo que llamamos comúnmente civilización enmarcan la investigación que se recoge en esta publicación, realizada entre los años 2020 y 2023, que aborda las prácticas críticas en el Antropoceno. Los contenidos abordan proyectos arquitectónicos, procesos artísticos e investigaciones alrededor de la pérdida de la centralidad del factor humano en la configuración del ambiente a partir de visiones críticas de este proceso cultural, material y político que marca, como ningún otro, la condición contemporánea de forma global. El título alude a un famoso ensayo del teórico cultural ultraconservador Hans Sedlmayr llamado Verlust der Mitte (pérdida del centro) de 1948. Este mítico ataque contra la modernidad se lamentaba de la pérdida de centralidad del Anthropos en el mundo industrial, visible en las nuevas estructuras descentradas del arte moderno. Lo que el libro procura demostrar es que el centro perdido que anhelaba Sedlmayr nunca existió en realidad. El ambiente, el capital y las economías extractivas están entretejidas en narrativas que la arquitectura, las humanidades y las prácticas artísticas que afectan al espacio pueden y deben desentrañar críticamente.

ACA

HA SIDO NOTICIA

PRIMERA EDICIÓN DEL AÑO DE DIÁLOGOS EN COLLECTANIA

El pasado jueves 13 d febrero entre 9:30 y 11:00 a.m. se llevó a cabo en su sede de la Cuadra Creativa de Los Palos Grandes la primera edición de este año 2025 de DIÁLOGOS EN COLLECTANIA, iniciativa que es posible gracias al apoyo desinteresado de la señora Denise Miodownik y los señores Jacques Miodownik y Michelle Cotter (@collectania.official) quienes en esta ocasión contaron con la colaboración de la revista entrerayas en la persona del arq. Jesús Yepez (@revistaentrerayas).

Con un concurrido público, el evento tuvo como invitado especial al Doctor Arquitecto Domingo Acosta, merecedor del Premio Nacional de la Cultura 2023/24 Mención Arquitectura, quien estuvo acompañado por un panel conformado por la Dra Arq. Beatriz Hernández (Directora de la revista TyC del IDEC FAU UCV); el MSc Arq. Argenis Lugo (Director del IDEC FAU UCV) y el Arq. Henrique Vera (Presidente de la Fundación Arquitectura y Ciudad).

Tras las intervenciones de Beatriz Hernández, Argenis Lugo y Henrique Vera, quienes a modo de abreboca mostraron desde tres ángulos diferentes las facetas que abarca la importante trayectoria académica y profesional de Domingo Acosta, le correspondió a éste dictar una conferencia que inició mostró la evolución del diseño sostenible desde sus vinculaciones con la arquitectura bioclimática y el diseño ecológico, hasta el momento en que la arquitectura y el urbanismo acogen como paradigma del diseño el concepto de sostenibilidad, incluyendo en esta nueva visión los derechos de las generaciones futuras y la lucha contra la desigualdad económica y social.

Sin embargo, la crisis ecológica y la crisis ecosocial que actualmente vivimos evidencian que el concepto de desarrollo sostenible es insuficiente. Una vez entrados en el Antropoceno (la nueva época geológica en la que la huella humana determina el funcionamiento del clima y la biodiversidad del sistema Tierra), Acosta señaló cómo la visión moderna del desarrollo como progreso y crecimiento económico perpetuo ha fallado en sus intenciones de dotar de bienestar a la humanidad. “El obstáculo más formidable que ha encontrado el concepto de desarrollo sostenible ha sido el predominio global del modelo económico basado en el dogma del crecimiento ilimitado y permanente del producto interno bruto como indicador del bienestar y progreso de una sociedad”.

Llegados a este punto, dos preguntas clave dejó Acosta en el ambiente: ¿Cuál ha sido la responsabilidad de la profesión? ¿Debería la crisis ecosocial ser parte de nuestra discusión sobre la arquitectura?

A la primera responde que de hecho desde la profesión “hemos contribuido a la crisis al adoptar un enfoque de dominación de la naturaleza, explotación de los recursos naturales y al entender la tecnología como panacea, visión que se manifiesta en intervenciones con una enorme carga de violencia contra el medio ambiente y contra las propias ciudades”.

A la segunda responde afirmativamente para lo cual es indispensable profundizar en el conocimiento de la crisis para poder hacer aportes significativos en la resolución. En tal sentido, los profesionales “tenemos una oportunidad única para contribuir en la lucha contra el cambio climático, a aminorar el daño ecológico y la desigualdad social, y asumir que más que una obligación ética, que lo es, hoy esta tarea es indispensable para la supervivencia”, reconociendo que el cambio climático, el calentamiento global y la extrema desigualdad social son los problemas más apremiantes de nuestro tiempo”.

La conferencia continuó, luego de reiterar que “la promesa del desarrollo sostenible, tal como se ha venido aplicando, ha quedado en deuda con la realidad”, mostrando una serie de visiones alternativas de la crisis ecosocial que le abren la puerta a la esperanza de su superación para lo cual expuso como estrategias de diseño fundamentales la adaptación y la mitigación desglosando cada una de ellas.

“Sin embargo, la adaptación y la mitigación no serán suficientes para salvarnos de una debacle ecológica”, expuso Acosta. “Se requieren cambios sistémicos profundos para la transformación a fondo los sistemas de producción tecno-industrial y de consumo y despilfarro exacerbados, enfocados hacia modelos de desarrollo alternativos, enfocados en el bienestar humano y la estabilidad ecológica”. En tal sentido puso a la consideración y discusión cinco visiones alternativas que van más allá́ del diseño sostenible:

  • Diseño regenerativo: más allá del diseño sostenible. Un enfoque que busca no solo minimizar el impacto ambiental de la construcción, sino también restaurar y mejorar los ecosistemas dañados.
  • Lo viejo es hermoso: rehabilitación del patrimonio construido. En lugar de demoler y construir de nuevo, esta visión propone dar una nueva vida a los edificios existentes, reconstruir la infraestructura de las ciudades. Visión que acompaña con frases y cifras que las avalan tales como: “El edificio más verde es el que ya está construido”, “La durabilidad es un valor”, “Lo más verde es dar nueva vida a los edificios”. “Lo más destructivo es demoler un edificio” o “Más vale deconstruir que demoler”.
  • Transición energética rápida y justa hacia energías renovables, tema crucial para lograr frenar el calentamiento global que, sin embargo, debe abogar “por una transformación radical del sistema energético hacia fuentes renovables, pero sin dejar de lado las dimensiones sociales y ambientales de este proceso”.
  • Sin espacio público no hay ciudad. El espacio público debe ser concebido como el corazón de las ciudades, un lugar de encuentro, intercambio y cohesión social. Reconociendo que sin espacio público no hay ciudad ni comunidad, Acosta reitera que “planificar la renovación urbana de nuestras ciudades a partir del espacio público es una manera idónea de hacer ciudad y de promover la democracia”.
  • Exploraciones para la arquitectura del Antropoceno, visión que plantea una serie de preguntas sobre como la arquitectura puede responder a los desafíos del Antropoceno que, recogiendo los aspectos más importantes anteriormente expuestos y a modo de conclusión, giran en torno a:
    • Diseño regenerativo.
      • Rehabilitar lo construido.
        • Transición energética rápida y justa.
          • Sin espacio público no hay ciudad,

Cerró Acosta subrayando que ha intentado abrir “un campo de búsqueda para la arquitectura del futuro, invitándonos a repensar nuestro rol en la construcción de un mundo más sostenible y equitativo” y a asumir “el compromiso con estas ideas, anticipando y desarrollando proyectos que encarnan estas visiones transformadoras”.

La presentación, que próximamente será montada en el canal de YouTube Collectania Channel, puede ser vista en su totalidad a través de @revistaentrerayas.

Nota

Agradecemos encarecidamente a Domingo Acosta el habernos facilitado el guión que utilizó para dictar su conferencia del cual hemos intentado, con nuestras limitaciones, hacer un apretado resumen.

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Tecnología y Construcción

Vol. 35 Núm. II

2023

Editorial

Construyendo un futuro sostenible: retos y reflexiones en la arquitectura contemporánea

Michela Baldi

El desarrollo continuo y futuro de la arquitectura está marcado en la actualidad por desafíos clave, algunos de ellos explorados en este número como el impacto y la responsabilidad de la sociedad contemporánea en el cambio climático y las consecuencias de la pandemia, subrayando la necesidad de concebir espacios sostenibles y resilientes a partir de un análisis del paradigma tecno-industrial para la producción con combustibles fósiles y abogando por una revisión urgente del concepto de desarrollo sostenible y el papel de la tecnología como instrumento para alcanzarlo.

En este contexto, los artículos de Alfredo Cilento y de Domingo Acosta, así como fragmentos del trabajo de Francisco Javier Velasco recogidos en la sección documentos, evidencian que los llamados de alerta sobre daños ambientales y cambio climático que a nivel nacional e internacional viene realizando la comunidad científica desde los años setenta, no solamente no han sido atendidos, sino que se han ido agravando como resultado del actual modo de vida hegemónico produciendo desarreglos ambientales profundos, múltiples y sinérgicos a escala global hasta llegar a la actual situación de emergencia que hace ya insuficiente el concepto de sostenibilidad.

Es así como el concepto de “era Antropoceno” se ha convertido en un punto en torno al cual se congregan científicos e intelectuales de las ciencias sociales, filósofos y militantes ecologistas. Más allá de una crisis ecológica (que según algunos el mercado, el crecimiento verde o la tecnología aún nos permitirían resolver), se señala que ahora se hace necesario cambiar la forma en que funciona la economía. Para ello se recomiendan políticas públicas concretas que deben estar orientadas no tanto a identificar progreso con crecimiento económico sino más a la necesidad de cambiar modos de vida que reduzcan el consumo masivo y requieran menos recursos materiales. Y dentro de estos planteamientos: vivir con menos y repartir mejor.

Para la arquitectura en particular, se destaca la importancia de valorar de manera simultánea aspectos sociales, ambientales y económicos.

Considerando que las edificaciones constituyen un sector determinante, la preocupación por la sosteniblidad hace que el equipamiento para climatización sea una de las áreas de mayor interés por su repercusión en el consumo energético y emisiones de CO2. Pero, en el caso concreto de Venezuela, poco se profundiza en la evaluación de la sostenibilidad de distintas tecnologías de climatización antes de su aplicación en la edificación. De ahí la relevancia del trabajo de Ernesto Lorenzo, un caso de estudio en una edificación industrial, enfocado en la aplicación de un modelo de análisis de indicadores multicriterio para la comparación de alternativas valorando tres alternativas de climatización.

Todo este contexto concede un papel preponderante a la formación de los nuevos profesionales. De ahí la importancia del trabajo de Eugenia Villalobos que, refiriéndose a la arquitectura, plantea la necesidad de adaptación de los currículos para formar generaciones de relevo capaces de dar respuestas rápidas a los problemas que plantea una sociedad en constante transformación.

También hay que tomar en cuenta cómo las migraciones han influido en la arquitectura y el desarrollo social, enriqueciendo estilos y patrones urbanos, aunque plantean desafíos como la preservación de identidades culturales y la adaptación de infraestructuras a comunidades cambiantes. Por eso resulta pertinente revisar cómo la noción de sostenibilidad no ha sido ajena para los profesionales que se ocupan de las edificaciones de culto de distintas religiones, como se examina en el artículo de Jesús Rafael Galíndez López, que aborda el tema de la sostenibilidad en edificios de culto de tres religiones monoteístas, a partir de tres ejemplos: una mezquita (en Reino Unido), una sinagoga (en Paraguay) y una catedral (en Colombia), evaluadas bajo los criterios de certificación internacional para edificaciones sustentables Living Building Challenge (LBC).

Para reforzar los temas tratados en los artículos que dan cuerpo a este número, se presentan también dos documentos que son aporte para la reflexión a la hora de pensar y plantearse opciones alternativas para diseñar la senda a transitar. Uno de ellos, el trabajo de Francisco Javier Velasco –ya mencionado en párrafos anteriores– aborda alternativas frente al tema crisis civilizatoria y Antropoceno. El otro, de Helena González, quiere llamar la atención sobre una nueva realidad en Venezuela, con especial resonancia sobre los posibles desarrollos de la actividad académica y el concepto mismo de universidad, como consecuencia del éxodo de venezolanos que ha tenido lugar durante la última década, muchos de ellos con altos niveles de formación. Porque entre las claves de las transformaciones sociales se cuenta también la migración como un motor de enriquecimiento que puede aportar distintas y valiosas perspectivas en los países a los que llegan los que se van, pero también ideas frescas, estilos de vida y nuevos conocimientos que diversifican nuestro entorno y pueden contribuir al florecimiento económico del país que dejaron. Así se formaron y desarrollaron nuestros países.

Los desafíos señalados demandan múltiples y variados recursos. Nuestra revista quiere unirse a ellos publicando, señalando y promoviendo la reflexión y el intercambio de ideas y conocimiento para actuar e impulsar procesos de transformación ecológicos, ambientales, sociales, políticos… Estos problemas son asunto de todos.

La revista puede ser consultada y descargada en

http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_tc/issue/view/2773

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Green Obsession

Trees Towards Cities, Humans Towards Forests

Stefano Boeri Architetti

Actar Publishers

2021

Idioma: inglés

Nota de los editores

Las ciudades han contribuido durante siglos a la promoción de algunas de las grandes ideas de la humanidad. Ahora debemos incluirlas urgentemente entre los principales actores del debate ambiental y al frente de cualquier política que aborde el cambio climático. Sin embargo, aún hoy en día una de las tecnologías más significativas capaces de absorber CO2 y restaurar nuestro medio ambiente es la fotosíntesis. La plantación de árboles, además de proteger, restaurar y gestionar los espacios naturales y la biodiversidad existentes, junto con la descarbonización, las energías renovables, la digitalización, la movilidad inteligente y la economía circular podrían ser el conjunto de herramientas necesarias para contrarrestar la crisis climática.

Hoy los efectos de la era del Antropoceno son cada vez más visibles, cambiando nuestro entorno y afectando a todas las especies que habitan en él. Green Obsession ofrece un camino a seguir, un cambio de paradigma duro pero aún necesario –incluso para la arquitectura y el urbanismo– que pretende dar voz a esta transición ecológica tan necesaria.

Este libro pretende desvelar los procesos y la complejidad que implica la búsqueda de un nuevo tipo de urbanismo, al mismo tiempo que plantea interrogantes y abre viejas heridas relacionadas con la relación entre la especie humana y la Naturaleza y, finalmente, junta estos fragmentos para crear un retrato de nuestra era.

Con colaboraciones de

Enrico Alleva, Emanuele Coccia, Fredi Devas, Laura Gatti, Jane Goodall, Paul Hawken, Cecil Konijnendijk, Davi Kopenawa Yanomami, Pier Mannuccio Mannucci, David Miller, Harini Nagendra, Thomas B. Randrup, Giuseppe Sala, Mitchell Silver, Giorgio Vacchiano, Li Xiangning

Apoyado por

Graham Foundation for Advanced Studies in the Fine Arts.

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