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1. ManifIesto Realista (Реалистический манифест) de Naum Gabo y Antoine Pevsner. Moscú, 1920.

Manifiesto Realista

Naum Gabo y Antoine Pevsner

1920

No cabe duda de que los primeros 20 años del pasado siglo XX fueron realmente agitados y a la vez trascendentales para el devenir artístico y arquitectónico del resto de los 80 que faltaban por transcurrir. Un breve y somero repaso permite detectar cómo en fecha tan temprana como 1907, tras concluir Pablo Picasso el lienzo “Las Señoritas de Aviñón”, se da inicio al cubismo movimiento que marcará la ruptura definitiva con la pintura tradicional. Dos años más tarde, el 5 de febrero de 1909, Filippo Tommaso Marinetti, redactó el “Manifiesto del Futurismo”, corriente artística directamente vinculada al cubismo en cuanto a su vocación de ruptura con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte, y que verá cómo en 1914, de la mano de Antonio Sant’Elia, encontrará una derivación en el “Manifiesto de la arquitectura futurista”.

Por otro lado, en 1910, Frank Lloyd Wright viaja a Alemania para supervisar la publicación de la primera edición de sus obras completas (también conocida como el Wasmuth Portfolio) y continuó explorando la arquitectura orgánica en Estados Unidos, y en 1913 Adolf Loos publica Ornamento y delito. En 1915 Kazimir Malévich realiza la obra “Cuadrado negro sobre fondo blanco” y redacta el “Manifiesto Suprematista” buscando dejar sentada “la supremacía de la sensibilidad pura en las artes figurativas” y la posibilidad de expresarla a través de la abstracción geométrica. En 1918 De Stijl publica su primer manifiesto y ese mismo año Charles-Edouard Jeanneret y Amédée Ozenfant lanzan Après le Cubisme (“Después del cubismo”) exponiendo las bases doctrinarias del purismo. Walter Gropius en 1919 redactaría el “Programa de la Staatliches Bauhaus en Weimar”, manifiesto fundacional de la célebre escuela de arquitectura de la cual sería su primer director.

2. Viena. 2 de julio de 1914. Funeral del Archiduque de Austria Francisco Fernando y su esposa, asesinados en Sarajevo, evento que marcó el inicio de la Primera Guerra Mundial.

A todas estas, dos importantes acontecimientos políticos se dan cita en aquellos años: la I Guerra Mundial también conocida como “La Gran Guerra” estalla en julio de 1914 tras el asesinato el mes anterior en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando de Austria, prolongándose hasta noviembre de 1918; y, en 1917, con el inicio del movimiento que determinó la caída del zar Nicolas II en febrero y la instauración de un Gobierno Provisional, se desarrollará un proceso que derivó en el derrocamiento en noviembre de dicho Gobierno y la toma del poder por parte del partido bolchevique, dirigido por Vladímir Lenin, y los trabajadores y soldados de Petrogrado, conocida como Revolución de Octubre o Revolución Bolchevique.

3. Petrogrado. 7 de noviembre de 1917. El asalto al Palacio de Invierno, sede del Gobierno Provisional, representó el hito simbólico más potente de la revolución de octubre.

Si por un lado el arte se vio convulsionado por los movimientos de vanguardia que buscaban dejar de mirar al pasado, por el otro, los aires revolucionarios procedentes de Rusia prometían la creación de un clima igualmente de ruptura, en donde la posibilidad de pensar en un mundo nuevo ofrecía a los artistas un territorio fértil para poner en marcha sus propuestas y colocarlas al servicio de la revolución triunfante, donde era necesario educar a las masas, aumentar la producción y destruir las premisas culturales del Antiguo Régimen.

4. Número 1 de la revista G (julio 1923), impresa en Berlín por Hans Richter, en la que se reprodujo un breve extracto del «Manifiesto Realista».

En medio de ese clima que auspiciaba, en principio, un debate cultural abierto y el desarrollo del trabajo creativo y experimental, y que se manifestó en una pluralidad de tendencias, Antoine Pevsner (1884-1962) y su hermano Naum Neemia Pevsner (1890-1977), quien adoptó el nombre artístico de “Naum Gabo”, difunden en Moscú, mediante panfletos, el 5 de marzo de 1920 el “Manifiesto Realista”, en el que utilizan por primera vez el término “Constructivismo” y fijan las bases doctrinarias de un nuevo movimiento que llevaría ese nombre. El texto formalmente fue publicado por primera vez el 5 de agosto de 1920 en forma de carteles por la imprenta estatal, con motivo de una exposición con Gustav Klutsis en Moscú. Más tarde, se reprodujeron extractos en el primer número de la revista alemana G en 1923.

5. Vladimir Tatlin. Monumeto a la Tercera Internacional. Fotografía de maqueta durante su exposición en 1920.
6. El Lissitzki. Proun N 89 (Kilmansvaria) (1925)

Si bien el movimiento tuvo su origen en las obras y teorías de Kasimir Malévich, El Lissitzky y principalmente de Vladimir Tatlin, cuyas “construcciones” se concentran en las propiedades de las formas y de los materiales y de las relaciones de estos con el espacio, Pevsner y Gabo intentan precisar los rasgos de identidad para un arte nuevo, funcional y que contribuyera al progreso de la sociedad, que buscaba distanciarse fundamentalmente del cubismo y el futurismo así como crear una vida nueva que revalorizara al artista industrial, al servicio de un arte de masas, frente al artista-artesano.

7. Naum Gabo. Izquierda: Kinetic-Construction (1919-1920). Derecha: Linear-Construction in space nº 2 (1949-1952)

Sin embargo, es de resaltar que en el manifiesto se prescinde de todo análisis social y político y se indagan posiciones estéticas similares a las del Neoplasticismo, en claro contraste con el “Manifiesto Productivista” que aparecería meses después, en el que los artistas, mostrando una clara adscripción al comunismo científico, basado en la teoría del materialismo histórico, rechazaban el arte y lanzaban vivas apasionadas a la técnica. No pasaría mucho tiempo para que una burocracia ideologizada y castrante comenzara a establecer límites y dictar pautas sobre el rol del arte revolucionario privándolo de toda su frescura creativa.

8. Naum Gabo. Izquierda: Columna (c.1923). Derecha: Construcción en el espacio equilibrada entre dos puntos (1925).

Por el contrario, Pevsner y Gabo afirman que el arte tiene un valor absolutamente independiente y una función que desempeñar en la sociedad, ya sea capitalista, socialista o comunista, dejando clara su postura, por ejemplo, frente al suprematismo. En tal sentido, “enuncian en el manifiesto su idea del constructivismo y tratan de traducir sus conceptos de una realidad absoluta y esencial, en la realización de sus percepciones del mundo, en las formas de espacio y tiempo. Dan forma al espacio por medio de la profundidad más que por el volumen y rechazan la masa como base de la escultura”, tal y como recogemos del artículo dedicado a Anatoine Pevsner en Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Antoine_Pevsner).

9. Antoine Pevsner. Izquierda: Máscara (1925). Derecha: Construction for an airport (1934)

Complementariamente, Giulio Carlo Argán afirmará: «Las construcciones plásticas de Pevsner y de Gabo, no son exactamente esculturas, porque implican la intención de anular el concepto de escultura como disciplina tradicionalmente definida por unos procedimientos, finalidades y materiales. Aún más, se niega la escultura como forma cerrada que interrumpe la continuidad del espacio y lo define en relación a sí misma, como vacío opuesto a la plenitud». Para ellos revisten gran importancia los efectos ópticos que resultan de la reunión de distintos materiales presentes en sus construcciones espaciales.

10. Antoine Pevsner. Izquierda: Model for a Fountain (1920). Derecha: Monde (1947).

Para comprender mejor quienes son los autores del “Manifiesto Realista” hay que decir que los hermanos Pevsner, nacidos en el seno de una familia askenazi, de padre ingeniero, reciben una primera formación científica que les aporta el espíritu de investigación con el que se basa toda su obra.

Antoine inicia y abandona sus estudios en “la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo y viaja a París, donde admira los trabajos de Delaunay, Gleizes, Metzinger y Léger”. Naum, por su parte, “recibió una educación científica. Se graduó en 1910-11 en el instituto de Kursk e ingresó en la facultad de medicina de la Universidad de Múnich. En 1911-12 asistió a las conferencias de Wölfflin sobre historia del arte, mientras que en 1912 realizó un viaje por Italia para revisar las colecciones artísticas de Venecia, Milán y Florencia.

11. Antoine Pevsner (izquierda) y Naum Gabo (derecha) en Paris (c.1920).

Ambos se encuentran en París en 1913 interesándose por el cubismo y el futurismo y pasan la guerra juntos en Oslo. Allí «durante dos años digieren juntos todas sus experiencias y desarrollan el arte que más tarde llamarían Constructivismo. Se puede suponer que Pevsner aportó su conocimiento sobre técnicas artísticas y Naum su aproximación científica a los materiales y a la forma. Durante su formación como médico, Naum había aprendido a hacer construcciones tridimensionales para ilustrar fórmulas matemáticas, de modo que lo que surgió fue una fusión de una visión artística y un método científico». Desde entonces ambos elegirán a la escultura como su medio de expresión por excelencia.

12. Antoine Pevsner. El dinamismo en 30 grados. Ciudad Universitaria de Caracas (1953)

El “Manifiesto Realista”, de acuerdo a https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_Realista, “expuso sus teorías de la expresión artística en forma de cinco principios fundamentales… Se centró principalmente en divorciar el arte de las convenciones, como el uso de líneas, color, volumen y masa”. Así, “el constructivismo renuncia a la estética de la masa, reemplazándola por la estética de líneas y planos. Afectaba a las artes plásticas, partiendo principalmente de la escultura. Lo plástico interpretado como integración de varios elementos corresponde sistemáticamente a las construcciones de la arquitectura. Se rechazan las sucesivas innovaciones estilísticas del arte moderno como mero ilusionismo (comenzando por el impresionismo e incluyendo el cubismo y el futurismo), abogando en cambio por un arte basado en la realidad material del espacio y el tiempo”, quedando claro que “La realización de nuestras percepciones del mundo en formas de espacio y tiempo es el único objetivo de nuestro arte pictórico y plástico” de acuerdo lo expresado por Charles Harrison y Paul Wood (ed). en “The Realistic Manifesto.», Art in Theory, 1900-2000 (2003).

Para complementar y cerrar esta nota, hemos decidido transcribir el Manifiesto completo publicado en https://arteydisegno.wordpress.com/wp-content/uploads/2010/02/manifiesto-realista-1920.pdf, y también los cinco principios fundamentales que lo conforman presentados en el libro de Ulrich Conrads Programas y manifiestos de la arquitectura del siglo XX (1964, traducido al español en 1973).

Esperamos sean de provecho.

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MANIFIESTO REALISTA o CONSTRUCTIVISTA

Naum Gabo y Antoine Pevsner

1920

En el torbellino de nuestros días activos, más allá de las cenizas y de las ruinas del pasado, ante las cancelas de un futuro vacuo, nosotros proclamamos ante vosotros, artistas, pintores, escultores, músicos, actores y poetas, ante vosotros, personas para las que el Arte no es solo una mera fuente de conversación, sino el manantial mismo de una real exaltación, nuestra convicción y los hechos.

Hay que sacar al Arte del callejón sin salida en que se halla desde hace veinte años.

El progreso del saber humano con su potente penetración en las leyes misteriosas del mundo, iniciada a comienzos de este siglo, el florecimiento de una nueva cultura y de una nueva civilización, con un excepcional (por primera vez en la historia) movimiento de las masas populares hacia la posesión de las riquezas naturales, movimiento que abraza al pueblo en estrecha unión, y, por último, pero no menos importante, la guerra y la revolución (corrientes purificadoras de una era futura) nos ha llevado a considerar las nuevas formas de una vida que ya late y actúa.

¿Como contribuye el Arte a la época actual de la historia del hombre?

¿Posee los medios necesarios para dar vida a un nuevo Gran Estilo? ¿O supone acaso que la nueva época puede acoger una nueva creación sobre los cimientos de la antigua? A pesar de las instancias del espíritu renaciente de nuestro tiempo, el Arte se alimenta de impresiones, de apariencia exterior, y vaga impotente entre el naturalismo y el simbolismo, entre el romanticismo y el misticismo.

Los intentos realizados por cubistas y por futuristas para sacar a las artes figurativas del fango del pasado solo han producido nuevos desencantos.

El cubismo, que había partido de la simplificación de la técnica representativa, acabó por encallar en el análisis. El revuelto mundo de los cubistas, despedazado por la anarquía intelectual, no puede satisfacer a quienes, como nosotros, ya hayan realizado la Revolución y están construyendo y edificando un mundo nuevo.

Se puede sentir interés por las experiencias de los cubistas, pero no adherirse a su movimiento, pues estamos convencidos de que sus experiencias solo arañan la superficie del Arte y no la penetran hasta sus raíces, y también nos parece evidente que su resultado final no conduce más que a la misma representación superada, al mismo volumen superado y, una vez más, a la misma superficie decorativa.

En sus tiempos, se hubiera podido exaltar el futurismo por el nuevo aire que aportó su anunciada revolución en el Arte, por su crítica demoledora del pasado; como único modo de asaltar las barricadas artísticas del buen gusto, exigía mucha dinamita; pero no se puede construir un sistema artístico sobre una sola frase revolucionaria.

Bien mirado, tras la fachada del futurismo solo había un vacuo charlatán, un tipo hábil y equivoco, hinchado de palabras como patriotismo, militarismo, desprecio por la mujer y parecidas sentencias provincianas.

En cuanto a los problemas estrictamente pictóricos, el futurismo no pudo hacer mas que repetir los esfuerzos, que ya fueron inútiles con los impresionistas, por fijar en el lienzo un reflejo puramente óptico. Hoy todos sabemos que el simple registro grafico de una secuencia de movimientos momentáneamente fijados no puede recrear el movimiento. Solo recuerda el latido de un cuerpo muerto.

El pomposo eslogan de la velocidad fue un clarín de guerra para los futuristas. Admitimos la sonoridad de tal eslogan y comprendemos muy bien que es superior al más potente eslogan provinciano. Pero intentad preguntar a un futurista como se imagina la velocidad, e inmediatamente aparecerá todo un arenal de locos automóviles y depósitos de chirriantes vagones y alambres intrincados, el estruendo y el ruido de calles atestadas de vehículos. ¿Es necesario convencer a los futuristas de que todo ello no ocurre por la velocidad y sus ritmos?

Mirad un rayo de sol, la más inmóvil de las fuerzas inmóviles. Tiene una velocidad de 300000 kilómetros por segundo. Observad nuestro firmamento estelar que el rayo atraviesa… ¿Qué son nuestros depósitos comparados con los del universo? ¿Que son nuestros trenes terrestres comparados con los veloces trenes de las galaxias?

Ciertamente, todo el estruendo de los futuristas acerca de la velocidad es un hecho demasiado sabido, pero desde el momento en que el futurismo proclamo que Espacio y Tiempo son los muertos de ayer, se hundió en la oscuridad de las abstracciones.

Ni el futurismo ni el cubismo han ofrecido a nuestro tiempo lo que se esperaba de ellos.

Salvo estas dos escuelas artísticas, nuestro pasado reciente no ha ofrecido nada importante ni interesante.

Pero la vida no espera; las generaciones no cesan de crecer, y nosotros, que sucedemos a los que entraron en la historia y poseemos los resultados de sus experiencias, sus errores y sus éxitos, después de años de experiencias semejantes a siglos, proclamamos:

Ningún movimiento artístico podrá afirmar la acción de una nueva cultura en desarrollo hasta que los mismos fundamentos del Arte estén construidos sobre las verdaderas leyes de la vida, hasta que todos los artistas digan con nosotros: Todo es ficción, solo la vida y sus leyes son auténticas, y en la vida solo lo que es activo es maravilloso y capaz, fuerte y justo, porque la vida no conoce belleza en cuanto medida estética. La más grande belleza es una existencia efectiva.

La vida no conoce ni el bien ni el mal ni la justicia como medida moral…la necesidad es la mayor y más justa de todas las morales.

La vida no conoce verdades racionales abstractas como metro de conocimiento: el hecho es la mayor y más segura de las verdades.

Estas son las leyes de la vida. ¿Puede el Arte soportar tales leyes si se construye sobre la abstracción, el espejismo, la ficción?

Nosotros decimos:

Espacio y tiempo han renacido hoy para nosotros.

Espacio y tiempo son las únicas formas sobre las cuales la vida se construye, y sobre ellos, se debe edificar el Arte.

Perecen los Estados y los sistemas políticos y económicos; las ideas se derrumban bajo la fuerza de los siglos, pero la vida es fuerte y crece y el tiempo prosigue en su continuidad real. ¿Quién nos mostrara formas más eficaces que estas? ¿Quién será el genio que nos dé cimientos más sólidos que estos?

¿Qué genio nos contara una leyenda más maravillosa que la fábula prosaica que se llama vida?

La actuación de nuestras percepciones del mundo en forma de espacio y tiempo es el único objetivo de nuestro arte plástico.

No medimos nuestro trabajo con el metro de la belleza y no lo pesamos con el peso de la ternura y de los sentimientos.

Con la plomada en la mano, con los ojos infalibles como dominadores, con un espíritu exacto como un compás, edificamos nuestra obra del mismo modo que el universo conforma la suya, del mismo modo que el ingeniero construye los puentes y el matemático elabora las fórmulas de las orbitas.

Sabemos que todo tiene una imagen propia esencial: la silla, la mesa, la lámpara, el teléfono, el libro, la casa, el hombre. Son mundos completos con sus ritmos y sus orbitas.

Por esto, en la creación de los objetos les quitamos las etiquetas del propietario, totalmente accidental y postiza, y solo dejamos la realidad del ritmo constante de las fuerzas contenidas en ellos.

1. Por ello, en la pintura renunciamos al color como elemento pictórico: el color es la superficie óptica idealizada de los objetos; es una impresión exterior y superficial; es un accidente que nada tiene en común con la esencia más intima del objeto. Afirmamos que la tonalidad de la sustancia, es decir, su cuerpo material que absorbe la luz, es la única realidad pictórica.

2. Renunciamos a la línea como valor descriptivo: en la vida no existen líneas descriptivas; la descripción es un signo humano accidental en las cosas, no forma una unidad con la vida esencial ni con la estructura constante del cuerpo. Lo descriptivo es un elemento de ilustración gráfica, es decoración. Afirmamos que la línea solo tiene valor como dirección de las fuerzas estáticas y de sus ritmos en los objetos.

3. Renunciamos al volumen como forma espacial pictórica y plástica: no se puede medir el espacio con el volumen, como no se puede medir un líquido con un metro. Miremos el espacio… ¿Qué es sino una profundidad continuada? Afirmamos el valor de la profundidad como única forma espacial pictórica y plástica.

4. Renunciamos a la escultura en cuanto masa entendida como elemento escultural. Todo ingeniero sabe que las fuerzas estáticas de un cuerpo sólido y su fuerza material no dependen de la cantidad de masas; por ejemplo: una vía de tren, una voluta en forma de T, etc… Pero vosotros, escultores de cada sombra y relieve, todavía os aferráis al viejo prejuicio según el cual no es posible liberar el volumen de la masa. Aquí, en esta exposición, tomamos cuatro planos y obtenemos el mismo volumen que si se tratase de cuatro toneladas de masa. Por ello, reintroducimos en la escultura la línea como dirección y en esta afirmamos que la profundidad es una forma espacial.

5. Renunciamos al desencanto artístico enraizado desde hace siglos, según el cual los ritmos estáticos son los únicos elementos de las artes plásticas. Afirmamos que en estas artes está el nuevo elemento de los ritmos cinéticos en cuanto formas basilares de nuestra percepción del tiempo real.

Estos son los cinco principios fundamentales de nuestro trabajo y de nuestra técnica constructiva.

Hoy proclamamos ante todos vosotros nuestra fe. En las plazas y en las calles exponemos nuestras obras, convencidos de que el arte no debe seguir siendo un santuario para el ocioso, una consolación para el desesperado ni una justificación para el perezoso. El arte debería asistirnos allí donde la vida transcurre y actúa: en el taller, en la mesa, en el trabajo, en el descanso, en el juego, en los días laborales y en las vacaciones, en casa y en la calle, de modo que la llama de la vida no se extinga en la humanidad.

No buscamos consuelo ni en el pasado ni en el futuro. Nadie puede decirnos cual será el futuro ni con cuales instrumentos se le puede comer.

Es imposible no engañarse sobre el futuro y sobre él se pueden decir cuantas mentiras se quieran.

Para nosotros, los gritos sobre el futuro equivalen a las lágrimas sobre el pasado. El repetido sueño con los ojos abiertos de los románticos. El delirio simiesco del viejo sueño paradisíaco con atuendos contemporáneos.

Quien hoy se ocupe del mañana se ocupa en no hacer nada.

Y quien mañana no nos dé nada de lo que haya hecho hoy no es de ninguna utilidad para el futuro.

El hoy pertenece al hecho.

Lo tendremos en cuenta también mañana.

Dejemos el pasado a nuestras espaldas como una carroña.

Dejemos el futuro a los profetas.

Nosotros nos quedaremos con el hoy.

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1920

Naum Gabo/Antoine Pevsner:

Principios fundamentales del constructivismo (extracto)

1. Rechazamos el volumen corpóreo cerrado como expresión plástica para la configuración del espacio. Afirmamos que sólo se puede crear un espacio desde dentro hacia afuera en su profundidad y no de afuera hacia adentro a través de su volumen. En efecto, ¿qué es el espacio absoluto sino una única profundidad coherente e ilimitada?

2. Rechazamos la masa cerrada como elemento exclusivo para la construcción de cuerpos plásticos y arquitectónicos en el espacio. Exigimos, en cambio, que los cuerpos plásticos se construyan estereométricamente.

3. Rechazamos el color decorativo como elemento pictórico en la construcción plástica. Exigimos que se utilice el material concreto como elemento pictórico.

4. Rechazamos la línea decorativa. Exigimos que cada línea de la obra de arte sirva exclusivamente para precisar las direcciones interiores de fuerza del cuerpo en cuestión.

5. Ya no nos contentamos con elementos formales estáticos, en las artes plásticas. Exigimos la inclusión del tiempo como nuevo elemento y afirmamos que el movimiento real debe ser utilizado en las artes plásticas para hacer posible el uso de ritmos cinéticos de una manera que no sea sólo ilusoria.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Geometricae | Geometric Abstract Art Magazine (https://www.geometricae.com/2018/03/03/manifesto-realista-constructivista/)

2. RTE Boston College (https://www.rte.ie/centuryireland/articles/franz-ferdinand-buried-in-vienna)

3. Universidad de Chile (https://uchile.cl/noticias/138530/el-legado-de-la-revolucion-de-octubre-a-100-anos-)

4. VEREDES. Arquitectura y divulgación. Colección completa de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-la-revista-g-material-zur-elementaren-gestaltung/)

5. Wikipedia. Monumento a la Tercera Internacional (https://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_a_la_Tercera_Internacional)

6. Magdalena de Proust (https://magdalenadeproust.com/2020/10/08/el-lissitzki-entre-el-suprematismo-y-el-constructivismo/)

7. Tate Images (https://www.tate.org.uk/art/artworks/gabo-kinetic-construction-standing-wave-t00827) y (https://www.tate.org.uk/art/artworks/gabo-linear-construction-no-2-t01105)

8. Guggenheim New York (https://www.guggenheim.org/artwork/1379) ; y Arte de Ximena (https://artedeximena.wordpress.com/arte-contemporaneo/constructivismo/ub-construccion-en-el-espacio-equilibrada-por-dos-puntos-gabo-1925/)

9. Centre Pompidou (https://www.centrepompidou.fr/en/ressources/oeuvre/cxAxGer); y The Charnel.House (https://thecharnelhouse.org/2015/02/22/naum-gabo-and-antoine-pevsner/antoine-pevsner-construction-for-an-airport-1934-brass-and-crystal-on-marble-base-30-high/)

10. Arthistory (https://www.arthistoryproject.com/artists/antoine-pevsner/model-for-a-fountain/); y Centre Pompidou (https://www.centrepompidou.fr/es/ressources/oeuvre/cL9zq9o)

11. Tate Images (https://www.tate-images.com/M00545-Antoine-Pevsner-and-Naum-Gabo-Paris.html)

12. Ciudad Universitaria de Caracas. Patrimonio Mundial (https://patrimoniocuc.wordpress.com/2019/10/05/dinamismo-en-30-grados-antoine-pevsner/); IAM Venezuela (https://iamvenezuela.org/2018/11/el-dinamismo-en-30-grados-el-antoine-pevsner-de-la-ucv/); y Wikipedia (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:UCV_2015-071_Antoine_Pevsner_1953,_Projection_Dynamique_a_30_de_Gres_o_El_Dinamismo_en_30_grados.JPG)

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Comandante Ferraz Antarctic Station / Estúdio 41.

Sabiduría vernácula eterna para edificios sostenibles en climas fríos

Escrito por Eduardo Souza

Traducido por Agustina Iñiguez

Publicado el 17 de septiembre, 2024

Tomado de http://www.archdaily.cl

Las tecnologías de construcción vernáculas se basan en siglos de sabiduría práctica, resultado de innumerables pruebas y errores. Esto elimina todo lo irrelevante, creando sistemas altamente eficientes y simples que están intrínsecamente adaptados al clima y los recursos locales. Estos métodos muestran cómo conservar el calor con un mínimo de energía, ofreciendo información valiosa para los edificios modernos y promoviendo la eficiencia energética y la armonía ambiental. En este artículo ya hemos cubierto las técnicas tradicionales de refrigeración pasiva, como las torres eólicas persas o la mashrabiya árabe. Ahora, nos centramos en estrategias aplicables a climas fríos, explorando soluciones efectivas para la retención de calor y la calefacción de los espacios.

Refugio Alpino “Bivak II na Jezerih” / AO.

En climas fríos, el enfoque de construcción pasiva difiere significativamente del utilizado en regiones cálidas. En lugar de priorizar abundantes mecanismos de ventilación y refrigeración, se adoptan estrategias que favorecen la retención de energía térmica, como el uso de materiales con elevada masa térmica, la creación de efecto invernadero y la minimización de las pérdidas de calor. La inercia térmica, por ejemplo, se recomienda especialmente en lugares con grandes variaciones de temperatura, ya que materiales como la piedra o el hormigón absorben el calor durante el día y lo liberan gradualmente durante la noche, estabilizando la temperatura interna. Los invernaderos funcionan como colectores solares naturales, capturando y almacenando energía solar en espacios cerrados, que pueden usarse para calentar áreas adyacentes de forma pasiva, además de proporcionar condiciones ideales para el cultivo de plantas y confort térmico en climas severos. Las construcciones subterráneas aprovechan la estabilidad térmica del suelo para garantizar el confort tanto en verano como en invierno. Cuando se combinan con un diseño solar pasivo, estas soluciones reducen significativamente la necesidad de sistemas mecánicos de calefacción y refrigeración, promoviendo una arquitectura más sostenible y energéticamente eficiente.

Un primer ejemplo práctico son los iglús: refugios en forma de cúpula construidos tradicionalmente por los Inuit utilizando bloques de nieve compactada. A pesar de estar hechos de agua congelada, el aire atrapado en la nieve actúa como una barrera contra la pérdida de calor, lo que permite que las temperaturas interiores se mantengan muy por encima del punto de congelación incluso en ambientes exteriores extremadamente fríos. Construidos en forma de catenaria, similar a un paraboloide, los iglús optimizan la integridad estructural al distribuir la carga de nieve como fuerzas de compresión, reduciendo el riesgo de colapso. Los bloques de nieve, inicialmente cortados en formas de cuatro lados, se remodelan para mejorar el entrelazado, que recuerda a las técnicas arquitectónicas incas, y con el tiempo se comprimen y se acortan debido al deslizamiento natural de la nieve.

Albert Peter Low, CC BY-SA 4.0 , via Wikimedia Commons

En regiones de gran altitud como el Tíbet, se utilizan gruesos muros de piedra, de más de un metro de ancho en la base, para absorber y liberar lentamente el calor, creando aislamiento y estabilidad. Estas paredes se estrechan a medida que se elevan y están diseñadas para resistir frío intenso y terremotos. En la construcción se utilizan materiales como granito, pizarra y madera, con techos sellados con barro o arcilla y aislamientos adicionales hechos con paja y escombros de piedra, que aportan flexibilidad y protección.

En las regiones desérticas, las estructuras de adobe destacan en la regulación de la temperatura gracias a su capacidad para aprovechar eficientemente la inercia térmica. Utilizando la mencionada inercia térmica, durante el día, los gruesos muros de adobe absorben el intenso calor del sol, almacenando esta energía en materiales como arcilla y barro. Este proceso natural evita la necesidad de sistemas artificiales de calefacción o refrigeración, proporcionando un ambiente agradable en climas extremos y al mismo tiempo reduciendo el consumo de energía por sistemas de calefacción forzada. Además, el adobe es un material local y sustentable, lo que refuerza su relevancia en las prácticas de construcción ecológicas y tradicionales, particularmente en regiones donde la variación térmica entre el día y la noche es significativa.

Cunha House / Arquipélago Arquitetos.

Las casas de madera escandinavas, por otro lado, emplean paredes de troncos apilados interconectados horizontalmente para crear una barrera natural contra el frío, minimizando las corrientes de aire y reteniendo el calor de manera eficiente. Se vuelven energéticamente eficientes de forma natural gracias a las propiedades térmicas únicas de la madera, cuya masa térmica natural significa que puede absorber, almacenar y liberar calor lentamente, lo que ayuda a regular las temperaturas internas. La estructura interconectada de las paredes de madera también reduce las corrientes de aire, garantizando un mejor aislamiento y minimizando la pérdida de energía. Además, la capacidad de la madera para «respirar» ayuda a controlar los niveles de humedad, aumentando aún más el confort interior.

Tree House / FB+ estudio.
The Hermitage Cabin / llabb.

Mientras tanto, las viviendas subterráneas, como los yaodongs chinos y las casas bereberes, aprovechan las propiedades aislantes naturales que ofrece la tierra. Al estar construidos parcial o completamente bajo el nivel del suelo, estos edificios pueden mantener temperaturas internas más estables, protegiendo a los residentes de las variaciones extremas de temperatura que ocurren en la superficie. En invierno, la tierra circundante actúa como aislante térmico, reteniendo el calor y manteniendo los interiores calientes. En verano, la temperatura más baja del suelo ayuda a enfriar el ambiente interior, creando un espacio fresco y cómodo, incluso en climas cálidos. Este tipo de construcción aprovecha los recursos naturales de manera eficiente, reduciendo la necesidad de sistemas mecánicos de calefacción y refrigeración y, en consecuencia, promoviendo un enfoque más sostenible y económico del confort térmico.

Meier&Poehlmann, CC BY 3.0 , via Wikimedia Commons
Encaved Stone Villa / Tsolakis Architects.

Otra estrategia interesante, de baja tecnología y muy inventiva es el muro Trombe, desarrollado en la década de 1960 por el ingeniero francés Félix Trombe y el arquitecto Jacques Michel. Consiste en un muro grueso de gran masa térmica, generalmente de hormigón, piedra o adobe, colocado en el lado de insolación principal de un edificio, con una capa de vidrio instalada unos centímetros delante del mismo. Durante el día, la luz del sol atraviesa el vidrio y calienta la pared, que lentamente absorbe y almacena el calor. A medida que la temperatura desciende por la noche, la pared irradia el calor almacenado hacia el espacio interior, manteniendo una temperatura confortable sin necesidad de calefacción mecánica. También se pueden agregar pequeñas aberturas en la parte superior e inferior de la pared para permitir que el aire caliente circule de forma natural. Las paredes Trombe son particularmente efectivas en climas con importantes fluctuaciones de temperatura diurnas y nocturnas y resultan una característica popular en la arquitectura solar pasiva, proporcionando una solución energéticamente eficiente para regular la temperatura interior.

Hábitat 5 (H5) / Estudio Borrachia Arquitectos. Esquema 3.

Estas técnicas tradicionales, basadas en la masa térmica y la calefacción solar pasiva, ofrecen soluciones sostenibles que, cuando se integran en la arquitectura contemporánea, refuerzan la conexión entre los edificios y el medio ambiente, preservando el patrimonio cultural y promoviendo la sostenibilidad a largo plazo.

ACA

45 AÑOS DE UN LIBRO DE REFERENCIA

1. Portadas de las primeras ediciones en francés y castellano de La condition postmoderne: Rapport sur le savoir (La condición posmoderna. Informe sobre el saber) de Jean-François Lyotard.

La condition postmoderne: Rapport sur le savoir.

Jean-François Lyotard

Éditions de Minuit

Paris

1979

Para quienes aún hoy se preguntan sobre las características de la sociedad en que vivimos y del debate filosófico generado durante el último cuarto del siglo XX tendiente a interpretarla, nada más esclarecedor que la lectura de un libro que a finales de la década de 1970 apareció bajo el título de La condition postmoderne: Rapport sur le savoir (traducido al español como La condición posmoderna. Informe sobre el saber), escrito por el filósofo, sociólogo y teórico literario francés Jean-François Lyotard (1924-1998).

La primera consideración acerca de la obra es que fue escrita originalmente como un informe dirigido al Conseil des universités du Québec, Canadá, lo cual contribuye a que no se trate, pese a su enorme influencia, de un texto extenso ni complejo, sino más bien fácil de entender en cuanto a los planteamientos fundamentales que en él se manejan.

2. Jean-François Lyotard.

Una segunda consideración, muy relacionada con la primera, tiene que ver con la claridad con la que se expone el discurso que el libro encierra y su importancia para comprender el estado del conocimiento en sociedades que continúan progresando y transfigurándose debido al desarrollo tecnológico. En otras palabras, más allá de las simplificaciones que posteriormente han podido surgir y las esquemáticas explicaciones que se han elaborado, el libro, buscando dar una explicación objetiva a lo que acontece en el mundo actual, desmonta el andamiaje sobre el que se sustenta el relato moderno, lo critica y explica cómo se ha ido gestando y manifestado una “condición” que ha ido adquiriendo vida propia: la posmodernidad.

El texto es el primero que introduce el término “posmodernismo” en filosofía, hasta entonces solo utilizado en crítica del arte, por lo que se le considera pieza clave dentro del movimiento calificado como tal. Sin embargo, más allá de las etiquetas, la obra de Lyotard, como bien señala Juan Fernando Piñeres en el artículo “La Condición Postmoderna vs la No-modernidad”, aparecido en Discusiones Filosóficas, Año 20 Nº 34, enero-junio 2019, contiene en sus páginas “una sólida defensa de la pluralidad constitutiva de la realidad y una marcada crítica a toda concepción del mundo que perciba a esta última como un cosmos unificado”. Es así como, la argumentación convincente y seductora de Lyotard analiza “la crisis de los grandes relatos, para proponer la legitimidad de lo discontinuo, de las localidades precisas o de lo fragmentario”. Dicho con sus propias palabras, “Simplificando hasta el extremo, defino lo postmoderno como una incredulidad hacia las metanarrativas», subrayando el escepticismo acerca de las teorías universalizadoras.

3. La obra de Lyotard publicada antes de la aparición de La condición posmoderna.

En La condición posmoderna Lyotard intenta desmitificar fundamentalmente tres narrativas: la que concibe la historia como un relato único; la que fundamenta el ideal de orden y progreso; y la que soporta la promesa del bienestar de hombre a través del desarrollo científico e industrial. Según el autor “ninguna de ellas logra abordar, de manera completa, el constructo social, y simplemente reiteran el ideal moderno que distancia la verdad del conocimiento”.

El libro de 120 páginas fue traducido al castellano por Mariano Antolín Rato para su primera edición por parte de Ediciones Cátedra C.A. en 1987.

Está estructurado con base en una “Introducción”, 14 capítulos y “Notas”. La transcripción de los capítulos puede darnos pistas de los caminos que Lyotard recorre para estructurar su discurso: 1. El campo: el saber de las sociedades informatizadas; 2. El problema: la legitimación; 3. El método: los juegos de lenguaje; 4. La naturaleza del lazo social: la alternativa moderna; 5. La naturaleza del lazo social: la perspectiva postmoderna; 6. Pragmática del saber narrativo; 7. Pragmática del saber científico; 8. La función narrativa y la legitimación del saber; 9. Los relatos de la legitimación del saber; 10. La deslegitimación; 11. La investigación y su legitimación por la performatividad; 12. La enseñanza y su legitimación por la performatividad; 13. La ciencia postmoderna como investigación de inestabilidades; y 14. La legitimación por la paralogía.

4. Parte de la obra de Lyotard publicada después de 1979.

Apoyado en el análisis llevado a cabo por diferentes autores, varias pueden ser las conclusiones que se desprenden de la lectura del libro que quedan como parte importante de su mensaje:

  • Las pequeñas narrativas se han convertido en la manera adecuada de explicar las transformaciones sociales y los problemas políticos siendo para Lyotard la fuerza impulsora detrás de la ciencia posmoderna.
  • A medida que las metanarrativas globalizadoras se desvanecen, la ciencia sufre una pérdida de fe en su búsqueda de la verdad y por tanto debe encontrar otras formas de legitimar sus esfuerzos. Conectada a esta legitimidad científica está el creciente dominio de las máquinas de información.
  • La razón (gran fundadora de varios metarrelatos) es solo una narración igual que muchas otras. Todo relato lleva implícita la concepción de lenguaje, y por eso, Lyotard no tiene ningún inconveniente en afirmar que el mundo está constituido por juegos de lenguaje, que en este caso también vendrían siendo luchas de poder.
  • Si la modernidad a través del lazo social concebía una realidad estática y plana, para el posmodernismo la verdad está permeada por la incertidumbre y por diferentes tipos de juegos. Por ende, la sociedad debe ser vista como “una masa compuesta por átomos individuales” que luchan entre sí, forjando así la imposibilidad de comprender la existencia desde una única mirada.
  • En la sociedad se dan diferentes luchas y no una en particular El posmodernismo, en consecuencia, busca llegar al saber de la humanidad y no al saber por el saber que el pensamiento ilustrado defendía.
  • Lyotard, consciente de que el saber se ha constituido como el valor de cambio por excelencia de la sociedad afirma que hoy día quien controla la información tiene el poder. En consecuencia, saber y poder son las dos caras de una misma moneda.
  • Para Lyotard los datos y variables son esenciales para que pueda haber una mayor performatividad, y por ende se necesita de un sistema abierto que pueda estructurar las inestabilidades o incertidumbres al transformarlas en posibles variables.
  • Hay un lazo de similitud entre el tipo de lenguaje que llamamos ciencia y ese otro que llamamos ética y política: ambos proceden de la misma tradición occidental.
5. Otra parte de la obra de Lyotard publicada después de 1979.

Tildada de antropocéntrica por insistir en que el mundo es aquello que los individuos interpretan que es y no partiendo de lo que es realmente, decidiendo qué es real y que no y, arbitrariamente, ubicándose en un plano superior, la teoría de Lyotard se suma a la de otros pensadores importantes como Jean Baudrillard, Gilles Lipovestky, Gianni Vattimo, Jacques Derrida, Cornelius Castoriadis, Gilles Deleuze y Michel Foucault para conformar el cuerpo de lo que se ha llamado del movimiento filosófico posmodernista.

6. Portadas de las ediciones en inglés y español del libro de Hal Foster.

A lo expuesto por Lyotard en La condición posmoderna, replicó el filósofo alemán Jürgen Habermas, quien le respondió, primero, en una conferencia, “La modernidad: un proyecto incompleto” (1980) y, posteriormente, en un libro: El discurso filosófico de la modernidad (1985), originándose a partir de allí un importante debate que copó el interés de muchos estudiosos en la década de los 80, recogido de manera amplia en la recopilación hecha por Hal Foster que tituló The Anti-Aesthetic: Essays on Postmodern Culture (1983), traducido al español como La posmodernidad y publicado por Editorial Kairós en 1985, de particular interés para entender un fenómeno que tuvo importantes repercusiones en el mundo de la arquitectura. En tal sentido, de la edición de Foster, además de “La modernidad: un proyecto incompleto”, destaca el importante texto escrito por Kenneth Frampton «Hacia un regionalismo crítico: Seis puntos para una arquitectura de resistencia»

7. Primera y tercera ediciones en español del best-seller de Charles Jencks.

Acerca de si le correspondió a Lyotard acuñar el nombre de posmodernismo, como ya señalamos, existen claras evidencias de que ello no fue así. De hecho, el propio Lyotard ha manifestado haber tomado el término de la crítica arquitectónica para aplicarlo la condición contemporánea del saber. En tal sentido, no olvidemos que el best-seller The Lenguage of Post-Modern Architecture (traducido al español como El lenguaje de la Arquitectura posmoderna) de Charles Jencks ya había aparecido dos años antes que La condición posmoderna para recoger claras manifestaciones que decretaban, según su autor, la muerte definitiva del Movimiento Moderno convirtiéndose en puntas de lanza de un nuevo estilo y de otro planteamiento que le reabría las puertas a lo popular y a la historia, y que fue Jenks quien señaló que la palabra posmoderno empezó a utilizarse ampliamente en mundo del arte en 1976, siendo Nikolaus Pevsner en 1966 quien en “su ataque a los Antipioneros” utilizó el término por primera vez.

8. Dos textos fundamentales publicados en 1966 que remiten a los inicios de la posmodernidad en arquitectura.

Otros han convenido que en obras como Complejidad y contradicción en la arquitectura (Robert Venturi, 1966) y La arquitectura de la ciudad (Aldo Rossi, 1966) y un poco antes en la figura de Louis Kahn, se ubican tres referentes claros para detectar, particularmente en las dos primeras, cómo “Por primera vez vemos el proyecto de revisar el Movimiento Moderno desde una perspectiva que ya no está dentro del propio Movimiento Moderno”, en palabras de Alan Colquhoun, sin que por ello podamos tildarlas de posmodernas.

El tiempo ha demostrado que el pensamiento posmoderno ha tenido un calado mucho más profundo que el lenguaje promovido por Jencks, sin dejar por ello de reconocer que las perspectivas de la arquitectura se ampliaron y se diversificaron propiciándose a la vez un clima de creciente confusión donde «todo vale».

ACA

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VALE LA PENA VOLVER A LEER

1. Las dos primeras páginas de De Stijl, Vol. 2, nº 1, noviembre de 1918, donde apareció publicado en cuatro idiomas el Manifiesto I.

Manifiesto I

De Stijl

1918

En octubre de 1917, cuando estaba a punto de estallar la Revolución Bolchevique y la Gran Guerra comenzaba a transitar su último año, aparece en Delft (Holanda) el primer número de la revista De Stijl y, con ella, el movimiento del mismo nombre (conocido también como neoplasticismo), que tendrá en la figura del pintor, arquitecto, diseñador y teórico Theo van Doesburg (1883-1931) su fundador y guía espiritual, quien compartirá ese rol con el también pintor Piet Mondrian (1872-1944). Casi de inmediato se sumarán Robert Van’t Hoff, Wilmos Huszar, Antony Kok, Georges Vantongerloo y Jan Wils quienes, junto a Van Doesburg y Mondrian, firmarán el célebre Manifiesto I que aparecería publicado en holandés, francés, inglés y alemán en las páginas 2 a la 5 del Vol. 2, nº 1, noviembre de 1918, de la revista.

2. Theo van Doesburg (izquierda) y Piet Mondrian (derecha)

Van Doesburg y Mondrian, quienes se habían conocido en Laren (Holanda) donde el segundo residía luego de haber regresado de París tras el estallido de la Gran Guerra, gestan el movimiento y la revista en Leyden. El propósito de la publicación “que recogió en un tiempo breve las mejores energías pictóricas europeas orientadas en sentido abstracto”, tal y como se señala en el texto “De Stijl contra el capricho” publicado en en masdearte.com (https://masdearte.com/especiales/de-stijl-neoplasticismo-mondrian-van-doesburg/), fue promover el nuevo ideal que proponían como grupo, contribuyendo al desarrollo de una nueva belleza plástica ya no desde un punto de vista individual sino a partir de lo universal, descartando toda subjetividad. En ella publicaron críticas, teorías, manifiestos y obras originales, por lo que este medio jugó un rol crucial en la difusión de los nuevos pensamientos. De Stijl, que circuló entre 1917 y 1932, fue, por tanto, la primera publicación periódica de vanguardia dedicada a la causa de la abstracción en el arte y la arquitectura.

Si bien “buena parte del mérito de la difusión de las ideas de De Stijl se debe a un Van Doesburg infatigable que en 1920 hizo un viaje de propaganda a la capital francesa y a las principales ciudades de Europa Central, pronunciando conferencias y manteniendo contactos con artistas y arquitectos”, siendo el auténtico organizador del movimiento, es gracias a Mondrian que alcanza su formulación ideal que ya se asoma desde el primer número de la revista. Allí aparece la primera entrega (“Introducción” o “Inleiding”) de un largo ensayo titulado “Sobre la nueva plástica de la pintura” (“De nieuwe beelding in de schilderkunst”), cuyas ideas Mondrian continuó desarrollando en números posteriores, destacando el aparecido en el número dos (diciembre de 1917) subtitulado “La nueva imagen como estilo” (“De Nieuwe Beelding als Stijl”) en el que el artista definiría uno de los conceptos más importantes del lenguaje neoplástico y que daría nombre a su órgano de prensa: el estilo.

3. Portada y primera página del nº 1 de De Stijl fechado el 1 de octubre de 1917.

Aquel primer número de De Stijl fechado el 1 de octubre de 1917, vino acompañado con un texto en su portada (diseñada por Vilmos Huszár) que decía: “De Stijl, revista de las artes visuales modernas, edición Theo van Doesburg con la participación de colaboradores nacionales y extranjeros. Edición Harms Tiepen en Delft en 1917”. Será el propio Van Doesburg quien escribirá la editorial titulada “A modo de introducción” (“Ter inleiding”), fechada en Leyden el 16 de junio, en cuyas primeras líneas se anunciaba que “Esta revista quiere ser una contribución al desarrollo de una nueva conciencia estética”. También colaborarán Bart van der Leck, Antony Kok y Jacobus Johannes Pieter Oud.

4. Theo van Doesburg. Serie: La vaca , 1918.

Es así como tras la estela de Van Doesburg y Mondrian y habiendo éste último aclarado que con el término “stijl” los artistas “no se referían un conjunto de características formales, sino a una voluntad de forma que iba más allá del arte mismo” y que “la lucha de estilo que propugnaban no buscaba imponer unas determinadas formas, teniendo como objetivo el lograr expresar lo intemporal (universal), lo eterno y aquello que convierte a cada estilo en estilo”, transcurrirá un poco más de un año y habrán aparecido 12 números de la revista hasta que se publica el ya citado Manifiesto I.

5. Georges Vantongerloo. Interrelation of Volumes, 1919.

En concordancia con aquello que define a un manifiesto como “una declaración pública de principios e intenciones” o como “un escrito en el que una persona o un grupo de ellas declaran públicamente sus ideas o propósitos”, el texto que hoy reproducimos, constituye junto con los dos Prefacios, publicados en junio de 1917 y octubre de 1919, respectivamente, y otros dos manifiestos más, el 2 dedicado a la literatura, que apareció en el número 3 de De Stijl, en 1920 y el 3 (“Hacia la formación de un mundo nuevo”) publicado en el número 4 de De Stijl, en 1921, la base ideológica del movimiento. Las tres declaraciones, en su conjunto, sostienen una tesis fundamental: el individualismo, en el arte y en la vida, es causa de toda ruina y desviación del gusto; es necesario oponerle la claridad serena del espíritu, la única que puede crear el equilibrio entre lo universal y lo individual.

6. Piet Mondrian. Composition II in Red, Blue and Yellow, 1930

Estudiosos del tema han detectado la existencia de hasta seis manifiestos elaborados por el grupo en el lapso de entreguerras en que apareció publicada la revista, lo cual termina de configurar un amplio marco que reafirma, tal y como ha publicado Ana Moreno en el blog Fragmentos del cosmos. Arte y arquitectura el 28 de febrero de 2011 (http://fragmentosdelcosmos.blogspot.com/2011/02/la-revista-de-stijl-1917-1932.html), cómo la “tarea ética y estética que había emprendido De Stijl estaría encaminada a renovar los lazos que unían el arte con la vida y los artistas neoplásticos pensaban que con la creación de un nuevo estilo visual estarían fundando también un nuevo estilo de vida. Si la capacidad creativa del hombre se aplicaba a todo lo que lo rodeaba −los objetos de la vida cotidiana, los productos de la industria y el entorno urbano− entre el arte y la vida se volvería a restablecer esa unidad que se nunca se debería haber quebrado. En palabras de Mondrian, ‘cuando el arte se transforme en la vida real llegará el fin del arte de hoy día’”.

7. Piet Mondrian. Composición nº 11, 1913.

MANIFIESTO I por “De Stijl”, 1918

  1.  Hay una vieja conciencia del tiempo, y hay otra nueva. La primera tiende al individualismo. La nueva tiende hacia lo universal. La batalla del individualismo contra lo universal se revela tanto en la guerra mundial como en el arte de nuestra época.
  2. La guerra destruye el viejo mundo con su contenido: la dominación universal en todos los campos.
  3. El arte nuevo ha puesto en evidencia el contenido de la nueva conciencia del tiempo: proporciones equilibradas entre lo universal y lo individual.
  4. La nueva conciencia del tiempo está preparada para realizarse en todo, incluso en la vida externa.
  5. Las tradiciones, los dogmas y las prerrogativas del individuo (lo «natural») se oponen a esta realización.
  6.  El fin de los fundadores del nuevo arte plástico es hacer un llamamiento a todos los que creen en la reforma del arte y de la cultura para aniquilar tales obstáculos, del mismo modo que ellos mismos aniquilaron en su arte la forma natural que obstaculiza una auténtica expresión del arte, última consecuencia de toda cognición artística.
  7.  Los artistas de hoy, movidos en todo el mundo por la misma conciencia, han participado, en el campo espiritual, en la guerra contra la dominación del individualismo, el capricho. Simpatizan con todos los que combaten espiritual y materialmente por la formación de una unidad internacional en la Vida, en el Arte, en la Cultura.
  8.  El órgano De Stijl, fundado con este propósito, se esfuerza en sacar a la luz la nueva conciencia de la vida. La colaboración de todos es posible:
  9.  I. Enviando a la redacción, como prueba de aprobación, su nombre, dirección y profesión.

II. Haciendo una aportación a la revista, crítica, filosófica, arquitectónica, científica, literaria, musical, etc., o mediante reproducciones.

III. Traduciendo a todas las lenguas las ideas enunciadas por De Stijl y difundiéndolas.

THEO VAN DOESBURG, Pintor.  ROBERT VAN ’THOFF, Arquitecto. VILMOS HUSZAR, Pintor. ANTONY KOK, Poeta. PIET MONDRIAAN, Pintor. G. VANTONGERLOO, Escultor. JAN WILS, Arquitecto

8. Gerrit Rietveld. Casa Schröder, 1924

Nota

En 1923 con el título de “Hacia una arquitectura colectiva” se publicó en París el quinto manifiesto del grupo De Stijl, el cual fue transcrito por Ulrich Conrads en su libro Programas y Manifiestos de La Arquitectura Del Siglo XX (edición original de 1966 y en español de 1973). Como muestra de la visión que desde el movimiento se tenía en torno a la arquitectura y lo que supone hacer una arquitectura colectiva: “una colaboración constructiva de arquitectos, escultores y pintores en una obra en el espacio y el tiempo”, donde “todos trabajan de acuerdo con las leyes elementales de su materia específica dando como resultado una unidad inconsútil de las artes, de la que se han eliminado todas las emociones individuales”, nos ha parecido pertinente incluirlo por los efectos que trajo en años posteriores y por la vigencia que aún puede tener.

De Stijl

MANIFIESTO V

1923

  1. En estrecha colaboración hemos examinado la arquitectura como una unidad plástica formada por todas las artes, la industria y la técnica y hemos establecido que el resultado será un nuevo estilo.
  2. Hemos examinado las leyes del espacio y sus infinitas relaciones (o sea, contrastes espaciales, disonancias espaciales, integración espacial) y hemos establecido que todas esas variaciones pueden reunirse en una unidad equilibrada.
  3. Hemos examinado las leyes del color en el espacio y el tiempo y hemos establecido que de las relaciones concordantes de estos elementos resulta, en definitiva, una unidad nueva y positiva.
  4. Hemos examinado las relaciones entre espacio y tiempo y hemos encontrado que con el proceso de hacer visibles estos dos elementos mediante el color se produce una nueva dimensión.
  5. Hemos examinado las interrelaciones entre medida, proporción, espacio, tiempo y material y hemos descubierto un método definitivo para construir una unidad a partir de ellos.
  6. Hemos eliminado la dualidad entre interior y exterior mediante la supresión de los elementos de cierre (paredes, etc.).
  7. Hemos dado al color el lugar que le corresponde dentro de la arquitectura y afirmamos que la pintura separada de la construcción arquitectónica (es decir, el cuadro) no tiene ninguna razón de ser.
  8. La época de la destrucción toca su fin. Se abre una nueva época: la época de la construcción.

Van Eesteren/ Theo van Doesburg/G. Rietveld.

ACA

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1 y 3. University Libraries Home Page/International Dada Archive Main Page/Dada Documents/De Stijl (http://sdrc.lib.uiowa.edu/dada/de_stijl/index.htm)

2. CASIOPEA. Silvana Sarrocchi, Caso de Estudio: De Stijl (https://www.wiki.ead.pucv.cl/Silvana_Sarrocchi,_Caso_de_Estudio:_De_Stijl)

4. De Stijl (https://pt.frwiki.wiki/wiki/De_Stijl#Premier_manifeste_de_De_Stijl,_1918)

5 y 6. MASDEARTE.COM (https://masdearte.com/especiales/de-stijl-neoplasticismo-mondrian-van-doesburg/)

7. Wikipedia (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Mondriaan_-_No._11.jpg)

8. Cosas de Arquitectos (https://www.cosasdearquitectos.com/2014/04/arquitectura-la-casa-schroder-de-gerrit-rietveld/) ; y Tecne. Casa Schröder Rietveld (https://tecnne.com/arquitectura/casa-schroder-rietveld/)

45 AÑOS DE UN LIBRO DE REFERENCIA

1. Carátula de la primera edición en inglés de Architecture: form, space and order, Van Nostrand Reinhold, 1979

Architecture: form, space and order

(Arquitectura: forma, espacio y orden)

Francis D. K. Ching

Van Nostrand Reinhold

1979

Seguirle los pasos a la trayectoria de Frank (Francis D. K.) Ching, nacido en Honolulú, Hawái, en 1943, permite encontrar a través de la literatura ligada a la arquitectura y el diseño un interesantísimo filón, donde la vocación y capacidad de enseñar van de la mano con la apropiada y talentosa utilización de la expresión gráfica, para hacer de los contenidos algo que puede ser amable, atractivo y fácil de digerir.

2. Francis D. K. Ching y sus libros publicados en inglés entre 1983 y 2007.

Quienes han escrito sobre este reconocido profesor emérito del College of Built Environments de la University of Washington (Seattle), destacan que recibió el título Bachelor of Architecture en la Universidad de Notre Dame en 1966 y que tras varios años de práctica, en 1972 se unió a la Universidad de Ohio para enseñar dibujo. Fue entonces cuando, aprovechando su indudable habilidad para expresarse gráficamente, Ching comenzó a elaborar notas y dibujos a mano que le servirían como material pedagógico de apoyo para dictar sus clases.

3. Portada y tabla de contenidos de la primera edición de Architectural graphics, Van Nostrand Reinhold, 1974.
4. Algunas de las páginas interiores de Architectural graphics.

Se dice que las notas docentes elaboradas por Ching llegaron “casualmente” a manos de la editorial Van Nostrand Reinhold, publicándose en 1974 en una versión titulada Architectural graphics (traducida al castellano por Gustavo Gili en 1976 como como Manual de dibujo arquitectónico), la cual, habiendo llegado ya a su séptima edición convertida en un clásico de la enseñanza del dibujo, marcó el inicio de una secuela que hoy alcanza 12 libros caracterizados siempre por la impronta del buen diseño gráfico, la frescura y la sensación de lo “hecho a mano”, lo cual derivó, por ejemplo, en que Adobe tomara su caligrafía como modelo para diseñar su familia de tipografías Tekton.

Ching, quien durante un tiempo fue profesor en la University de Wisconsin-Milwaukee, a fines de 1980 comenzó a enseñar en el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Washington donde se convirtió en profesor oficialmente en 1991. Los siguientes quince años, enseñó introducción a la arquitectura y al dibujo arquitectónico. Se retiró en el 2006 y actualmente trabaja a media jornada como profesor emérito.

5. Portada y tabla de contenidos de la primera edición de Building Construction lllustrated , Van Nostrand Reinhold, 1975.

Sin embargo, es de su experiencia iniciada en la Universidad de Ohio de donde aparecerá a continuación de Architectural graphics, en 1975, Building Construction lllustrated otra cuidada edición orientada en este caso a introducir al estudiante en el dibujo relacionado al universo constructivo, mano derecha de toda formación arquitectónica y, cuatro años después, en 1979, Architecture: form, space and order (Arquitectura: forma, espacio y orden) de cuya primera edición se cumplen 45 años y al cual dedicamos esta nota.

6. Páginas que contienen el índice de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

A diferencia de sus predecesores, sin dejar de lado el valor que posee para enseñar arquitectura el acompañarla de las imágenes (en este caso de nuevo realizadas a mano), Architecture: form, space and order se trata fundamentalmente de un texto iniciático que contribuye a que todo estudiante comprenda paso a paso cuáles son los elementos que permiten generar, componer y organizar cualquier edificación dotándolo del vocabulario fundamental que debe manejar todo diseñador. Como en alguna parte se ha escrito, el libro “destila conceptos complejos de diseño en un enfoque claro y da vida a abstracciones difíciles”.

7. Páginas interiores de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

Apelando desde su título a presentar la arquitectura, siguiendo la estela de Vitruvio, resumida en tres de sus componentes esenciales, Ching complementa la tríada del maestro romano (utilitas, firmitas y venustas) con otras tres nociones atemporales sin las cuales tampoco la arquitectura puede llegar a ser: la forma, el espacio y el orden.

8. Páginas interiores de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

Ching, aprovecha parte del material elaborado en sus libros anteriores complementándolo con creces, y analiza de manera sistemática y exhaustiva los fundamentos de la forma, el espacio y el orden arquitectónicos a partir de prototipos y de ejemplos históricos de todas las épocas, culturas y ámbitos geográficos.

9. Páginas interiores de la primera edición en español de Arquitectura: forma, espacio y orden.

Begoña Uribe, al elaborar una nota sobre la cuarta edición ampliada en español del libro publicada en www.archdaily.cl en diciembre de 2015,  además de apuntar que incluye ilustraciones de más de 400 obras de cerca de 150 arquitectos y diseñadores, y está complementada con un breve glosario de vocabulario básico, comentará lo siguiente: “Partiendo de los elementos primarios hasta llegar a las composiciones arquitectónicas más complejas, el libro examina la cadena secuencial que va desde el punto, la línea, el plano y el volumen hasta la forma, el espacio, la organización, la circulación, la proporción, la escala y los principios ordenadores. Esta exploración se realiza por medio de las célebres ilustraciones de Francis D. K. Ching que, gracias a su rigor técnico y unidad estilística, homogenizan el discurso gráfico para subrayar los valores atemporales de los modelos y de los ejemplos concretos expuestos. (…) Lejos de reducirse a una presentación teórica de los fundamentos de la arquitectura, este tratado se ha convertido en un manual de extraordinario valor gracias al perfecto equilibrio existente entre los esquemas, prototipos y modelos arquitectónicos establecidos y el extensísimo catálogo de casos reales que los materializan y ejemplifican: desde el teatro de Epidauro, la catedral de Reims o el templo Horyu-Ji en Nara (Japón), pasando por la villa Rotonda de Andrea Palladio, la Ciudad Prohibida de Pekín o la mezquita de Beyazid II en Bursa (Turquía), hasta llegar a las obras de los grandes maestros de la arquitectura moderna, como Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe o Le Corbusier”.

10. Carátulas de la segunda, tercera, cuarta y quinta ediciones en inglés de Architecture: form, space and order.

Los éxitos en ventas acompañados de múltiples ediciones y la traducción a más de dieciocho idiomas, han llevado a las editoriales a convertir en libros “rústicos” las primeras y muy cuidadas ediciones de lo publicado por Ching para la editorial Van Nostrand Reinhold elaboradas prácticamente a mano y en tapa dura. En el caso de Architecture: form, space and order, su cambio del formato apaisado a otro más convencional comienzó a darse a partir de la segunda edición de 1996 cuando la editorial fundada por David Van Nostrand (adquirida en 1981 por International Thomson Publishing) es de nuevo vendida en 1997 a la multinacional Wiley (John Wiley & Sons) centrada como las anteriores en la publicación académica y de materiales didácticos. Desde entonces el libro ha sido reeditado en inglés en 2007 (tercera edición que incorporó un CD-ROM), 2016 y 2023.

Los cambios incorporados a esta clásica introducción a los principios de la arquitectura también han redundado, con relación a la primera edición, en mayor nitidez tanto en los textos como en las ilustraciones, la incorporación de nuevos dibujos (siempre elaborados a mano), ampliación de las secciones dedicadas a “aberturas” y “escala” y del capítulo sobre “principios de diseño”, así como un nuevo glosario e índice categorizados por el autor.

11. Portadas de las cuatro ediciones en español publicadas por Gustavo Gili de Arquitectura: forma, espacio y orden.

La primera versión en castellano de Arquitectura: forma, espacio y orden (que en las escuelas es mejor conocido con «el Ching») se realizó en 1982 (3000 ejemplares) en formato apaisado y así se reeditó hasta en 6 ocasiones hasta 1989. Estuvo a cargo del arquitecto Santiago Castán, la revisión bibliográfica la realizó Xavier Guell y el diseño de la cubierta lo hizo Eulália Coma. Desde entonces y en sus reediciones en nuevo formato (21 x 30 cm) de 1998, 2010 y 2015 la editorial siempre ha sido Gustavo Gili en las que, con los lógicos cambios de carátula, se ha respetado la traducción original hecha por Castán.

ACA

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VALE LA PENA CONOCER

Beira Railway Station, Mozambique.

Redescubriendo el modernismo en África: de la nostalgia al optimismo

Escrito por Mohieldin Gamal

Publicado el 17 de septiembre 2024

Tomado de www.archdaily.com

La mitad del siglo XX marcó un período transformador para África, ya que 29 países lograron la independencia entre 1956 y 1964, señalando los albores del estado-nación en todo el continente. Esta era resonó con un espíritu de liberación y progreso, paralelo a los movimientos globales de la época, como el establecimiento de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas (1945) y la Organización de la Unidad Africana (1963). En este contexto, la arquitectura modernista surgió como un poderoso símbolo de la identidad nacional, acompañando la ambición y la aspiración colectiva de un futuro más brillante. Como las naciones recién independizadas trataron de definirse alejadas de sus pasados coloniales, la adopción de principios del Movimiento Moderno facilitó la construcción de infraestructuras clave, como centros de convenciones, edificios parlamentarios y hoteles, así como el desarrollo de la educación arquitectónica, dando como resultado el que los arquitectos nativos comenzaran a reemplazar o cooperar con profesionales nacidos en el extranjero.

Este artículo inaugura una nueva serie titulada Redescubriendo el Modernismo en África, con el objetivo de explorar el legado arquitectónico del Movimiento Moderno en África, destacando su papel en la construcción de la nación y la evolución de la educación arquitectónica, al tiempo que arroja luz sobre los arquitectos y movimientos que dieron forma a esta era transformadora.

La Pyramide, Abidjan, Côte d’Ivoire.

El estado de ánimo de liberación en el continente podría compararse con la euforia al final de la Segunda Guerra Mundial que condujo a la creación de las Naciones Unidas y la arquitectura modernista de su sede. Como se señala en el sitio web de las Naciones Unidas, «el edificio no tiene referencias históricas y pretende simbolizar el futuro brillante y pacífico que nos espera y que no se queda anclado en el pasado». Esta ruptura con el pasado es un aspecto del Movimiento Moderno adoptado por los países africanos de reciente independencia, y marca un alejamiento de las tradiciones arquitectónicas del pasado colonial.

El término modernismo puede tener una definición amplia y quizás intercambiable. Para el propósito de este tema, se entiende como la arquitectura del Movimiento Moderno iniciada por arquitectos como Le Corbusier y Walter Gropius en la Europa continental a principios del siglo XX. Junto con el rechazo de la historia, se caracterizó por un enfoque en la función, la destitución del ornamento y el uso innovador de nuevos materiales y capacidades estructurales. Estos hicieron del Modernismo un enfoque fácilmente transferible para el diseño de edificios, y sus ideas se extendieron gradualmente por todo el mundo. Su énfasis en la destreza técnica también lo hizo sinónimo de progreso y, por lo tanto, era atractivo para los Estados nacientes que deseaban participar en un rápido desarrollo.

TAP-Montepio Mozambique, Maputo, Mozambique.

Inicialmente, con casi toda África colonizada, el Modernismo llegó al continente a través de arquitectos europeos. El Modernismo Tropical, por ejemplo, fue un estilo desarrollado por Gran Bretaña en África Occidental. En las décadas de 1940 y 1950, preocupados por el aumento de los sentimientos independentistas, la potencia colonial buscaba contrarrestarlos a través de proyectos educativos y de infraestructura. Los arquitectos británicos Maxwell Fry y Jane Drew, pioneros en el Modernismo Tropical y involucrados en el establecimiento de la Escuela Tropical de Arquitectura en Londres, diseñaron numerosos edificios en Ghana. El Modernismo Tropical fue una adaptación de la arquitectura del Movimiento Moderno para adaptarse a los climas cálidos y húmedos. A pesar de estas raíces coloniales, este estilo de arquitectura fue adoptado por el líder de la Ghana independiente, Kwame Nkrumah.

El Ikhwa Building, Khartoum, Sudan.

A mediados de siglo, cuando la independencia se extendió por África, más gobiernos adoptaron el modernismo. Se mantuvieron estrechos vínculos con las antiguas potencias coloniales, cuyos arquitectos siguieron ejerciendo después de la independencia, mientras que los estudiantes nativos eran enviados al extranjero para estudiar y formarse. Las primeras escuelas de arquitectura se establecieron muy poco después de la independencia: por ejemplo, en Kumasi (Ghana), con estrechos vínculos con la AA de Londres, y en Jartum (Sudán), donde un profesor británico fue designado fundador de la escuela.El trabajo de los arquitectos africanos que regresaron y se formaron en el extranjero, junto con la nueva generación de arquitectos formados localmente, recién se está reconociendo. Sin embargo, curiosamente, los arquitectos nacidos en el extranjero también procedían de terceros países que no tenían ninguna relación previa con el continente, en particular de Escandinavia y Europa del Este. El libro de Łukasz Stanek, «La arquitectura en el socialismo global», detalla algunas de estas relaciones y atribuye algunas de ellas al Movimiento de Países No Alineados, del que eran miembros muchas naciones africanas.

Baxter Theatre, Cape Town, South Africa.

Naturalmente, los países africanos tienen historias complejas y diversas y relaciones con el Modernismo. No necesariamente siguen esta narrativa exacta que ilustran los pocos ejemplos. Los países de la costa mediterránea (excepto Argelia) obtuvieron la independencia mucho antes que los del sur del Sahara. Los países lusófonos ganaron la independencia más tarde y la mayoría de sus edificios modernos ocurrieron bajo el colonialismo. Etiopía se mantuvo en gran medida independiente durante todo el período de los imperios europeos y Sudáfrica siguió otra relación histórica distinta con el colonialismo. También hay diferencias culturales y climáticas en todo el continente que dan como resultado diferentes arquitecturas. El Modernismo Tropical adecuado al clima cálido y húmedo se asumiría para adaptarse al clima cálido y seco de otros lugares.

Kariakoo Market, Dar es Salaam, Tanzania.

Documentar el modernismo en África es importante por varias razones. La documentación en sí es un acto de conservación. Manuel Herz en «El Modernismo Africano: La Arquitectura de la Independencia» (2015) lamenta la ausencia de ejemplos de Modernismo en África en los libros de historia, citando grandes obras como el Foire Internationale de Dakar y el Centro Internacional de Convenciones de Kenyatta como ejemplos de obras omitida pero relevantes. Además de su importancia histórica al marcar la construcción de una nación, aboga por su inclusión en historias más amplias de la arquitectura debido a sus cualidades y su centralidad en la historia del Modernismo.

Tit Mellil Rehabilitation Centre, Morocco.

En la actualidad, el movimiento moderno en el continente africano está cobrando cada vez más importancia en el campo de la arquitectura. Ocho años después de la publicación del libro de Manuel Hertz, se presentó una exposición sobre el Modernismo Tropical en la Bienal de Venecia centrada en la arquitectura africana. En el momento de escribir estas líneas, está a punto de concluir una exposición sobre el Modernismo Tropical en el Victoria & Albert Museum de Londres. Sin embargo, los edificios modernistas africanos no son inmunes al deterioro, la demolición o incluso la destrucción en la guerra, como se vio en la exposición «Mogadiscio Lost Moderns» en 2014. Incluso los edificios bien conservados corren el riesgo de sufrir reparaciones y ampliaciones insensibles. La esperanza es que documentar y celebrar estos elementos del patrimonio construido pueda fomentar su conservación para la posteridad.

ACA