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20 AÑOS DE UN LIBRO DE REFERENCIA

Diálogos reconstruidos para una historia de la Caracas moderna

Juan José Martín Frechilla

UCV, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico

Colección Estudios

2004

Diálogos reconstruidos para una historia de la Caracas moderna (2004), puede considerarse, junto a Planes, Planos y Proyectos para Venezuela: 1908-1958 (Apuntes para una historia de la construcción del país) (1994), como un segundo hito dentro de la sólida actividad que como investigador ha desarrollado Juan José Martín Frechilla, caracterizada por mostrar una manera diferente de “historiar” la arquitectura y el urbanismo.

Comprometido desde muy temprano con la valoración del carácter social de la profesión que decidió estudiar, lo cual lo llevó a participar activamente como estudiante en el proceso de Renovación Académica de la Escuela de Arquitectura de la UCV (1969-1970), Martín Frechilla egresa en 1972 y decide incorporarse al Sector de Estudios Urbanos como profesor a dedicación exclusiva en 1976 y así asumir, junto a la docencia, a la investigación como actividad central la cual había reforzado cursando estudios de postgrado en Urbanismo y Ordenación del Territorio, en las universidades de París-Sorbona y Católica de Lovaina, Bélgica, en 1975.

1. Juan José Martín Frechilla.

Su rechazo hacia la figura mitificada del arquitecto proyectista dentro de la formación del estudiante y al entendimiento de la arquitectura como arte, soportan su actitud crítica hacia la manera como se habían construido las historias de la arquitectura y el urbanismo a lo largo del siglo XX en las que se privilegiaba períodos protagonizados por individualidades heroicas que construían edificios y planificaban las ciudades.

Entendiendo, por tanto, que la reducción de la historia urbana venezolana al hecho construido y sus vínculos incompletos con el entorno político y económico, implica también la exclusión tradicional de protagonistas distintos al arquitecto, Martín Frechilla decide centrar su actividad investigativa en tres líneas: «Historia social de la construcción territorial y urbana de Venezuela de finales del siglo XVIII a la primera mitad del siglo XX»; «Historia social de la ciencia y la tecnología en Venezuela» y también «Historia social del exilio republicano español en Venezuela».

2. Algunos de los libros que ha publicado y en los que ha participado Juan José Martín Frechilla.

El valor que tiene para él el acopio documental y el rigor con que deben ser manejados los datos, bajo la premisa de que la arquitectura y urbanismo son disciplinas en las que encuentra mucha improvisación y falta de metodología (inclusive en la academia), lo conducen a crear en 1990 INFODOC BD/JJMF/SEU-FAU-UCV, unidad adscrita al Sector de Estudios Urbanos, que nace como un sistema de información de soporte a proyectos de investigación y como un servicio de consulta especializado para estudiantes de posgrado e investigadores en general, y que, con el tiempo, se convirtió en una base de datos abierta, con información bibliográfica y documental no convencional -actas, informes, correspondencia, fotografías, mapas, planos, grabaciones, videos- que refuerzan “una historia social del proceso de modernización de la Venezuela republicana de finales del siglo XVIII a las primeras cinco décadas del siglo XX, desde la perspectiva del papel del sector público en la construcción territorial y urbana y desde las instituciones, las disciplinas y los temas relativos al desarrollo de la ciencia y la tecnología, tales como: petróleo, publicaciones científicas o inmigración selectiva”, de acuerdo a lo publicado en https://www.fau.ucv.ve/infodoc/.

3. Páginas del cuadernillo «Imágenes para otros diálogos» publicado al final de Diálogos reconstruidos…

Justamente del esfuerzo por dotar de sentido a toda una filosofía en torno a la producción de material útil a la construcción de una historia de la modernidad caraqueña alejada de convencionalismos, nace Diálogos reconstruidos… libro basado “en un grupo de entrevistas realizadas en una o varias sesiones, entre 1990 y 1996, a un grupo de ingenieros, urbanistas, arquitectos, constructores, urbanizadores y abogados que fueron ministros, ingenieros municipales, empresarios, asesores o altos y medianos funcionarios de la administración pública. Ellos fueron: Gerardo Sansón, Julio Bacalao Lara, Pedro Pablo Azpúrua, Leopoldo Martínez Olvarría, Antonio Cruz Fernández, Francis Violich, Juan Otaola Paván, Alberto Urdaneta, Pedro José Lara Peña, Rafael Pinzón, Inocente Palacios, Rafael Alfonso Ravard, Miguel Salvador Cordón, Antonio José Peñaloza, Pedro Elías Olivares, Víctor Sardi Socorro, Celestino Martínez de la Plaza, César Oliver Rugeles, Tony Manrique de Lara y Vicente Fossi, a los cuales habría que agregar las entrevistas a familiares de Rafael Bergamín y de Fernando Salvador, en procura de consultar sus archivos privados”, y la hecha a Maurice Rotival en París en 1977 gentilmente cedida por la profesora Esther Elena Marcano.

En la publicación, Martín Frechilla ubica a la fuente oral por la que se decanta en la línea trazada por los libros de viajeros y las memorias consciente de que en todas se hace presente la imprecisión del recuerdo. Ello, sin embargo, le permitió no sólo reforzar su importancia “como una documentación de primera mano para la investigación histórica”, sino también establecer “los patrones para que el examen permita convertirlas en voces confiables”.

4. Páginas del cuadernillo «Imágenes para otros diálogos» publicado al final de Diálogos reconstruidos…

Es el procesamiento del material recabado a través de las entrevistas realizadas lo que dio origen al concepto de “diálogo reconstruido”, patrón mediante el cual se desechó la publicación literal de lo registrado a través del contacto directo, optándose por su deconstrucción y recomposición “para poder abrirlo a una reconstrucción más compleja con otras entrevistas, con otros documentos olvidados entonces o sin localizar”. En otras palabras, se procedió a “convertir cada diálogo en otro texto, para que sea la totalidad de ellos la que permita componer los diversos estratos, en este caso la historia de la construcción de Caracas entre 1937 y 1957”.

5. Páginas del cuadernillo «Imágenes para otros diálogos» publicado al final de Diálogos reconstruidos…

El libro de 354 páginas, que está muy lejos de ser considerado simplemente como un libro de entrevistas, tal y como explica su autor, “se encuentra dividido en siete capítulos que giran, cada uno alrededor de uno o varios temas, de un personaje central y de una entrevista, a la cual se integran otras junto a distintos documentos a fin de perfilar con ellos las tesis que dan sustento a estos diálogos reconstruidos”. Se encuentran antecedidos de en Prólogo y seguidos de un Epílogo, las Fuentes documentales y bibliohemerográficas y un cuadernillo titulado “Imágenes para otros diálogos” conformado por siete partes que puede ser revisado con autonomía e independencia.

6. Índice del libro Diálogos reconstruidos…

Siguiendo lo escrito en el Prólogo por Martín Frechilla tenemos que “el primer capítulo tiene a Maurice Rotival y sus distintos períodos de actuación en el país como eje, para, … mostrar la complejidad del contexto relativo a la historia de la construcción de Caracas entre 1936 y 1958. El segundo capítulo destaca la figura esencial de Leopoldo Martínez Olavarría en el proceso de institucionalización de la planificación urbana al nivel municipal, primero, y nacional después… (…) El tercer capítulo presenta a Francis Violich, cuya … participación en la Comisión Nacional de Urbanismo y sus vínculos profesionales en ella con Maurice Rotival, constituyen un adecuado balance crítico sobre el papel ejercido por los profesionales extranjeros entre 1946 y 1957. El cuarto capítulo incluye la entrevista realizada a Pedro José Lara Peña, Ministro de Agricultura y Cría (MAC) en la década de los cincuenta… (…) El quinto capítulo fue el diálogo oficial por excelencia con Gerardo Sansón, un funcionario que recorrió los distintos niveles de la administración pública hasta llegar al Ministerio de Obras Públicas. La versatilidad y los siempre nuevos horizontes que abrió el diálogo con Pedro Pablo Azpúrua … se recogen en el capítulo seis, destacando su percepción desde el punto de vista de la Ingeniería Municipal y la Dirección de Obras Municipales de la Gobernación del Distrito Federal, de la construcción de Caracas. Termina nuestro recorrido con un capítulo que tiene a Juan Otaola Paván como centro de interés por su destacada labor en el rescate y fortalecimiento de la ingeniería venezolana, protagonista, sin duda, del desarrollo tecnológico de la construcción pública de esos años”.

De lectura obligada para quienes quieran tener información de primera mano de algunos de los personajes fundamentales pero poco publicitados que fueron protagonistas en la vertiginosa transformación física de Caracas entre 1937 y 1957, Diálogos reconstruidos… “deja una cantidad de pistas que se ofrecían y que no se recorrieron pero aguardan a que otros investigadores tomen la iniciativa”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado, 3, 4, 5 y 6. Juan José Martín Frechilla, Diálogos reconstruidos para una historia de la Caracas moderna (2004)

1. Unidad de Documentación INFODOC BD/JJMF/SEU-FAU-UCV (https://www.fau.ucv.ve/infodoc/Que_es.html)

2. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

OTRO LIBRO CENTENARIO

Enseñanza de la Arquitectura

Cultura moderna técnico artística.

Teodoro de Anasagasti.

Sucesores de Rivadeneyra, Madrid

1923

El libro, un fácsimil de la edición original de 1923, recoge las reflexiones sobre la enseñanza de la Arquitectura (planes de estudio, métodos de enseñanza, etc) de Teodoro Anasagasti (1880-1938). A pesar del tiempo transcurrido conserva actualidad y frescura. Anasagasti pasa revista de forma sistemática a todos los aspectos que inciden en la formación del arquitecto. La obra no sólo tiene un interés histórico -conocer la situación en los años veinte-, sino que en muchos casos, los acertados comentarios y observaciones de Anasagasti tienen todavía hoy plena vigencia.

De acuerdo a lo que publicara Carlos Flores en el nº240 de la revista Arquitectura del COAM, Madrid, enero-febrero de 1983, en conmemoración de los 60 años de la publicación del libro que nos ocupa, Anasagasti, Premio de Roma en 1910, Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Madrid del mismo año, Medalla de Oro (junto con Otto Wagner) en la Exposición Internacional de Roma (1911), Catedrático de Proyectos, Académico de Bellas Artes, Presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, hábil dibujante, combativo polemista, incansable viajero, arquetipo del profesional inquieto, abierto a todas las corrientes renovadoras, luchador esforzado en causas perdidas de antemano como ésta de la reforma de las enseñanzas de Arquitectura, tras la obtención del Premio de Roma y la realización de los viajes y permanencias en diversos países, inherentes al mismo (Italia, Francia, Bélgica, Holanda, Austria y Alemania), se verá profundamente influido dada su personalidad de talante fundamentalmente abierto y libre.

Así, Anasagasti “se interesará por conocer las obras más destacadas de las vanguardias arquitectónicas, pero asímismo, por bucear en los planes de estudios de unos centros de enseñanza que, a su juicio, eran capaces de proporcionar al alumnado una formación acorde con los nuevos tiempos. (…) Enseñanza de la Arquitectura. Cultura Moderna Técnico-Artística, será la obra que resuma las experiencias y conocimientos obtenidos durante aquellos años de estudio en Europa, reflejando al propio tiempo sus propias ideas y las teorías elaboradas posteriormente sobre el particular. Anasagasti pretenderá una transformación drástica de los programas de enseñanza, eliminando materias y procedimientos anacrónicos mantenidos sólo como consecuencia de apatías y rutinas; también, un nuevo enfoque en las relaciones alumno-profesor, suprimiendo ‘las doctrinas dogmáticas y el apriorismo’ y rechazando la ‘absurda disciplina que obliga a la quietud y al silencio’. Acusadamente posibilista juzgará como lujo inútil la ciencia no necesaria, considerando el plan de estudios de 1914, entonces vigente, como ‘atiborrado de alta ciencia teórica que no encuentra empleo en las funciones ulteriores de la profesión’ (‘Cuando nos encontramos ante la vida se nos pregunta que sabemos hacer’). Los pilares sobre los que basa su ideario reformista serán: Obtención de conocimientos ligados directamente a la realidad (‘Al alumno le atraen las realidades; éstas deberán ser tocadas por él antes de dedicarse a la teoría’). La teoría como una continuación de la práctica o emparedada con ella (‘Para Kant el mejor modo de comprender es el hacer’). Materias, pocas y fundamentales, eliminando todo aquello que no sea absolutamente indispensable (‘Hay que redimir al alumno para que en sus horas libres sea capaz de desarrollar sus propias observaciones. Hay que redimir, también, al profesor’). Educación de la sensibilidad, capacitando al alumno para que descubra por sí mismo la realidad (‘La realidad ha de presentarse siempre ante nosotros como una revelación»). Supresión de toda retórica y engolamiento en los sistemas de enseñanza (‘El saber se ha hecho verbalista y ha llegado a ser opresor»).

Anasagasti sostenía que el arquitecto debería ser un dibujante ‘hábil y exquisito’, puesto que ‘nuestro lenguaje es el dibujo’, y acusaba de ociosos los estudios vigentes en tales materias. (Tiene al lavado por inútil nadería y piensa que ‘proyectando se aprende a dibujar’). Insistirá repetidamente en la necesaria ‘educación del sentimiento’ que, a su juicio, se encuentra por encima de la razón, (‘sin sentimiento no es posible crear obras de arte’) enfoque romántico que no le impedirá, sin embargo, valorar las obras de ingeniería más destacadas a las que otorga una indiscutible potencialidad plástica considerándolas ‘tan bellas como los productos más refinados de la imaginación artística’. Juzga condición esencial que los proyectos dejen de ser escenográficos, ‘como fantasmas arquitectónicos’, deficiencia que será superada una vez que el control de cada proyecto, a lo largo de su desarrollo, sea compartido por profesores de disciplinas técnicas -construcción, resistencia de materiales, salubridad, etc.- en lugar de abandonarse en exclusiva al profesor de composición. El alumno deberá conocer cuanto antes lo que, en términos reales, representa el ejercicio cotidiano y normal de la profesión (‘No al final de los estudios sino desde el primer día de la primera asignatura deben abrirse las puertas de las clases, llevando a los alumnos a los laboratorios, a los talleres y a las obras’).

Tampoco dejará de insistir Anasagasti en la necesidad de una íntima e ineludible colaboración entre arquitectos, pintores y escultores -lo que resulta lógico en un seguidor entusiasta de la Secesión vienesa- colaboración que debería ser iniciada desde los años escolares abogando por una localización de tales enseñanzas dentro del mismo edificio. Los viajes, como medio idóneo de ampliar el horizonte vital y artístico del alumno, constituyen otro de los temas favoritos en los que el autor insistirá una y otra vez a lo largo de su ensayo.

El capítulo final incluye una serie de recomendaciones, agrupadas por temas, entre las que no faltan las referentes a las personas que deberían ser elegidas para las comisiones que estudien y redacten los nuevos planes, comisiones que según Anasagasti estarían integradas por el director, tres profesores y dos estudiantes de cada una de las escuelas de Madrid y Barcelona, dos profesores de academias de preparación de arquitectura y un arquitecto del máximo prestigio. En 42 puntos, divididos en secciones como principios generales, prácticas, laboratorios y talleres, viajes, pensiones y ampliación de estudios, preparación, matemáticas, construcción, dibujo, proyectos, etc., se va exponiendo un cuerpo de doctrina de validez general muchos de cuyos apartados encontrarían plena vigencia aún en nuestros días. Este libro, de propaganda y combate, como su autor lo califica, insólito en el panorama español de su época -y de muchas épocas- no hallaría la respuesta que su importancia e interés exigían; considerado hoy, se nos ofrece como un conjunto de sugerencias e ideas, libres de cualquier dogmatismo, aprovechables en buena parte y siempre estimulantes y vivas. El libro constituye también el mejor documento a nuestro alcance para descubrir la mentalidad del arquitecto, no siempre reconocible a través de una obra sobre la que gravitan influencias y contingencias de cada momento y en la que se superponen o suceden alternativas tan distintas como las procedentes de las influencias secessionistas y el Art Deco francés, de las tendencias casticistas e historicistas, de la ‘sinceridad estructuralista’ próxima a la estética del ingeniero, o de los planteamientos de L’Ecole de Beaux Arts, cuando no aparece teñida por el romanticismo más melancólico como ocurre en aquellos proyectos de Ciudad del Silencio o de Cementerio Ideal que le otorgarían amplia fama en plena juventud”.

ACA

TEXTOS FUNDAMENTALES

1. Carátulas de las primeras ediciones en francés (1992) y español (1993) de Los no lugares obra de Marc Augé.

Los no lugares

Espacios del anonimato

Una antropología de la sobremodernidad

Marc Augé

Gedisa Editorial

1993

Título del original en francés:

Non-lieux

Introduction á une anthropologie de la surmodenité

Edition de Seuil, 1992

Cuando en 1992 aparece de la mano de Edition de Seuil la primera edición en francés de Non-lieux. Introduction á une anthropologie de la surmodenité (traducida el año siguiente al español por Gedisa Editorial con el título de Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad), obra del antropólogo y etnólogo Marc Augé, se produce un impacto casi inmediato no sólo en el área de las ciencias sociales sino en disciplinas como la arquitectura a la cual incorporó un muy interesante debate relacionado a la manera como se presentaban los dos conceptos centrales plasmados por primera vez en el texto: el de “no lugar” y el de “sobremodernidad”.

En momentos en que ya empezaba a superarse la fiebre posmoderna y comenzaban a recuperar terreno algunas de las tesis de la modernidad, Augé lanza una certera mirada sobre uno de los principales efectos que produce el pertenecer a una civilización globalizada en la que se desdibuja cada vez más el sentido de pertenencia y en la que empiezan a surgir lugares, espacios, sitios o edificaciones donde el anonimato es la carta principal de presentación de quienes los frecuentan.

2. Espacios del anonimato.

Estudioso, dada su profesión, de la manera como se comporta el ser humano, es de regreso de su contacto con las culturas africanas de la costa atlántica (las que estudió y trabajó con ahínco durante su estadía allí en los años 70 del siglo pasado) cuando, paradójicamente y por contraste, Augé comienza a reflexionar sobre la civilización moderna, la vida cotidiana, el consumo y el individualismo. Poco a poco va retratando la opulenta sociedad capitalista contemporánea y nos va mostrando sus principales transformaciones haciéndonos ver la manera cómo las representaciones de la realidad pesan más que la realidad original. En consecuencia, la soledad y el tedio (temas transversales si los hay) que las caracterizan se convierten para él en objeto de estudio.

3. Dos libros publicados por Augé: uno anterior (izquierda) y otro posterior (derecha) a
la aparición de Los no lugares.

De allí derivará una saga de publicaciones que tendrá en El viajero subterráneo. Un etnólogo en el metro (1986) el punto de partida y en Los no lugares el nodo desde donde desarrolla con madurez aspectos ya esbozados en aquel ensayo. Le seguirán dentro de las mismas preocupaciones sobre la urbe y la sociedad propias del paso del siglo XX al XXI: Hacia una antropología de los mundos contemporáneos (1994), Por una antropología de la movilidad (2007), Elogio de la bicicleta (2008), El metro revisitado (2008), El viaje imposible. El turismo y sus imágenes (2009) y Ficciones de fin de siglo (2014).

Particularmente en el libro que hoy nos ocupa Augé, cuyo tono académico tiene a la vez algo de confesional, amistoso y a veces hasta bromista, sostiene la hipótesis, basada en la confrontación con la noción antropológica de lugar (identitario, existencial, relacional e histórico) y apoyada en su percepción de lo que ocurre, por un lado, en espacios constituidos con relación a ciertos fines como el transporte, el comercio o el ocio (tales como aeropuertos, habitaciones de motel o supermercados) y, por otro lado, la relación contractual que establecen los individuos con esos espacios (a través del billete de avión, el ticket del cine), de que ese tipo de ambientes y relaciones propios de la sobremodernidad (caracterizada por “la superabundancia de acontecimientos, la superabundancia espacial y la individualización de las referencias”), pueden definirse como “no lugares”. Para él esos espacios no crean arraigo ni propician la interacción sino que potencian la soledad, la similitud, la homogeneidad.

4. Espacios del anonimato.

El resumen del libro de 125 páginas preparado por los editores de su versión en castellano, es harto elocuente y explícito acerca de lo que en él nos vamos a encontrar: “Los no lugares no existían en el pasado. Son espacios propiamente contemporáneos de confluencia anónimos, donde personas en tránsito deben instalarse durante algún tiempo de espera, sea a la salida del avión, del tren o del metro que ha de llegar. Apenas permiten un furtivo cruce de miradas entre personas que nunca más se encontrarán. Los no lugares convierten a los ciudadanos en meros elementos de conjuntos que se forman y deshacen al azar y son simbólicos de la condición humana actual y más aún del futuro. El usuario mantiene con estos no lugares una relación contractual establecida por el billete de tren o de avión y no tiene en ellos más personalidad que la documentada en su tarjeta de identidad. Atento al uso de las palabras, releyendo los lugares descritos por Chateaubriand, por Baudelaire y Benjamin, Marc Augé abre nuevas perspectivas para conceptualizar una antropología de la sobremodernidad, que podría ser también una etnología de la soledad de la condición humana contemporánea”. La publicación, de fácil lectura, está estructurada con base en un “Prólogo”, tres capítulos titulados “Lo cercano y el afuera”, “El lugar antropológico” y “De los lugares a los no lugares”, un “Epílogo” y las “Referencias bibliográficas”.

5. Espacios del anonimato.

Las nociones formuladas por Augé tienen presencia en la arquitectura desde el momento en que consideramos cualquier edificación que es ajena al contexto en el que se inserta o que contiene actividades que propician las situaciones ya señaladas repetidas en otras con las mismas funciones, a los cuales también se puede añadir sitios de tránsito que no dejan huella en las personas carentes, a su vez, de la diversidad de actividades y el intercambio que caracterizan, por ejemplo, a los centros históricos de las ciudades.

6. Tres obras «para todo público» publicadas por Marc Augé.

Polémicas aparte en cuanto a la no existencia de un consenso claro a la hora de precisar la naturaleza de un lugar antropológico, de lo convincente que haya podido ser la definición de no lugar formulada la cual deja por fuera numerosos espacios residuales que pueblan la ciudad contemporánea, de las diferencias en cuanto a representatividad de un espacio de anonimato para diversos actores sociales, y de la convicción de algunos acerca de que el concepto de no lugar sólo es funcional a la ideología de la clase dominante la cual legitima la exclusión de ciertos actores del sistema económico, las obras de Augé han sido fuente de inspiración y reflexión tanto para los académicos en todo el mundo como para el ciudadano de a pie al que estudió a profundidad ofreciéndole textos como: ¿Por qué vivimos? (2003), El tiempo sin edad (2016) o Las pequeñas alegrías (2018), entre otras.

7. Marc Augé en la UCV junto a Catalina Banko en dos momentos que recogen su presencia allí.

Mundialmente reconocido, Augé visitó Venezuela el año 2012, cuando fue invitado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales “Dr. Rodolfo Quintero” (IIES) de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, dirigido entonces por Catalina Banko, a participar entre el 20 y el 22 de noviembre en una serie de actos académicos programados para aprovechar su presencia: el 20 formando parte del Foro “¿Un nuevo orden simbólico en el mundo contemporáneo?” y el 22 dictando la Clase Magistral: “La antropología en un mundo globalizado”. La expectativa y asistencia, huelga mencionarlo, fueron altísimas al igual que el nivel del evento.

8. Marc Augé en 2016.

Marc Augé, a quien con esta nota quisimos rendir homenaje, falleció el pasado 24 de julio en Poitiers, donde también había nacido en 1935, hace 87 años. En vida fue profesor de antropología y etnología de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París (l’École des Hautes Études en Science Sociales de Paris -EHESS-) la cual dirigió entre 1985 y 1995 fundando allí en 1992, junto a Gérard Althabe, Jean Bazin y Emmanuel Terray, el Centro de Antropología de Mundos Contemporáneos. Doctor en Letras y Ciencias Humanas, también ostentó el cargo de director del Centro Nacional para la Investigación Científica investigación (Centre Nacionale de la Recherche Scientifique -CNRS-).

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 3 y 6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

2. https://www.businessinsider.es/culpa-caos-aeropuertos-maletas-negras-1099149

4. https://www.bbva.com/es/supermercados-afianzan-consumidores-bancarizados/

5. https://www.intermundial.es/blog/9-de-las-mas-bellas-estaciones-de-metro-en-el-mundo/

7. Cortesía de Catalina Banko.

8. https://www.lanacion.com.ar/cultura/marc-auge-si-no-fuera-de-mi-tiempo-e-intentara-entenderlo-estaria-muerto-nid1911529/

TEXTOS FUNDAMENTALES

Las casas de los caraqueños

Edgar Pardo Stolk

Gráficas Herpa

1969

La publicación del libro Las casas de los caraqueños el año 1969, le brindó a su autor, Edgar Pardo Stolk (1905-1982), la oportunidad de expresar de una forma sencilla, no necesariamente exhaustiva y sin exageradas pretensiones literarias o académicas, su particular interpretación del proceso de crecimiento y transformación de Caracas a través de un tema que, como para cualquier ciudad, constituye el insumo fundamental de su tejido urbano: la vivienda.

Editado en 1969, cuando ya habían pasado las celebraciones del cuatricentenario de la capital venezolana y el sacudón del terremoto (ambos, como se sabe, acontecidos en 1967), y coincidiendo con la aparición de Caracas a través de su arquitectura de Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani (que quizás lo opacó en cuanto a interés dentro del medio arquitectónico), Las casas de los caraqueños, como el mismo Pardo Stolk manifiesta en el “Prólogo”, parte de una curiosa inquietud originada de una observación que como habitante y conocedor de su ciudad natal lo había acompañado durante mucho tiempo: “la coincidencia entre el estilo de las construcciones oficiales y el de las particulares de la misma época”.

1. Prólogo del libro Las casas de los caraqueños escrito por Edgar Pardo Stolk en
diciembre de 1967.

De dicha semejanza observada, influida sin duda por la presencia de gobiernos de tinte autoritario que caracterizaron el país prácticamente desde su emancipación pero muy particularmente durante los primeros 35 años del siglo XX, surgen como primeras hipótesis, por un lado, el afán de parte de cierto sector de la población de ponerse a tono con lo que el gobierno realizaba y, por el otro, “el hecho de que hasta hace solamente pocos años, la mayoría de las personas que disponían de los fondos para hacer construcciones de relativa importancia, eran parte del Gobierno y por lo tanto estaban afectadas por la misma inclinación”.

Sin embargo, una vez graduado en la Universidad Central de Venezuela primero de agrimensor (1921) y luego de Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas (1926), y trabajando en los servicios técnicos del Ministerio de Obras Públicas (MOP) entre 1922 y 1929, a Pardo Stolk se le amplía el rango posibilidades para obtener respuesta a sus inquietudes. Viendo lo que acontecía en otros países intuye que en el nuestro posiblemente impactaban otros dos factores o variantes que influyeron directamente en la ejecución de las construcciones: la moda o gusto del momento, “el cual no sé por qué sistema, dado lo escaso y difícil de las comunicaciones, se regaba por el mundo con una rapidez sorprendente”; y “la aparición de nuevos materiales y la llegada de artesanos con nuevas escuelas”.

Abrumado por lo amplio del tema, número de variantes y causas del fenómeno para cuyo complejo abordaje no se sentía suficientemente preparado, Pardo Stolk había decidido abandonar la idea de realizar publicación alguna. Será gracias a la posibilidad que le abrió el contar con una excelente máquina fotográfica y de “haber leído unos libros sobre la mejor manera de usarla” que retomará, armado con ella y desde otra mirada, sus recorridos por Caracas con base en itinerarios muy precisos. “Mientras hacía esto -dirá Pardo Stolk- iba reviviendo toda una serie de anécdotas e incidentes que sólo quedan en la tradición oral y al final pensé que quizá eso, en sí mismo, era de mayor interés”.

2. Edgar Pardo Stolk (1905-1982).
3. Las únicas páginas del libro que contienen dibujos.
4. Dos de las páginas interiores del libro.

Sobre dicha base absolutamente empírica, a la que se sumaron 40 años de experiencia profesional tanto en el sector público como en el privado (Stolk participó en 1930 como auxiliar del doctor Hernán Ayala en la ejecución de los trabajos de reformas del Panteón Nacional según proyecto de Manuel Mujica Millán, y más tarde interviene en los proyectos de ingeniería de la Escuela de Medicina y del Hospital Universitario de Caracas), el haber liderizado importantes estudios y proyectos (como el estanque de El Polvorín para el abastecimiento del agua de Caracas en 1934 o la planta de las Salinas de Araya inaugurada en 1942), elaborado normas y leyes (en 1936, redactó las primeras “Normas para la construcción de edificios”), participado en o dirigido reconocidas instituciones y ostentado altos cargos (entre otros, Jefe del Servicio de la Dirección de Vías de Comunicación del Ministerio de Obra Públicas entre 1929 y 1930; Director Técnico del Ministerio de Obras Públicas -1933-; Presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela en 1932 y entre 1942 y 1943; Miembro de la Comisión Nacional de Urbanismo -1946-; y entre 1947 y 1948 Ministro de Obras Públicas en el gobierno de Rómulo Gallegos); y elegido Miembro Correspondiente Nacional de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (1960) e Individuo de Número en 1964, Pardo Stolk decide escribir Las casas de los caraqueños.

De esa manera y con ese bagaje, da salida a una visión muy particular salpicada de historia e importantes datos sobre: la manera como se construía en el país, las técnicas utilizadas y los materiales empleados; la tipología de la vivienda entre medianeras del centro de la ciudad; los lugares donde las primeras casas fueron apareciendo fuera del casco central y los estilos que poco a poco se fueron asumiendo; las relaciones entre el desarrollo urbano y el poder; la incorporación paulatina de las normas sanitarias en la construcción; el cambio de paradigma de Europa a los Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial; la escasa participación de profesionales en la construcción de la ciudad durante el primer cuarto de siglo donde cualquiera lo hacía sin orden ni concierto; la tímida presencia inicial de Alejandro Chataing, Ricardo Razetti y Luis B. Castillo en la realización de obras públicas y la posterior llegada de los primeros arquitectos formados en el exterior (Alfredo Jahn, Carlos Guinand Sandoz, Manuel Mujica Millán, Carlos Raúl Villanueva y Luis Malaussena); la aparición de los grandes urbanizadores (Luis Roche y Juan Bernardo Arismendi como los más destacados); el arribo de los constructores catalanes (a finales de los años 20) y vascos (a finales de los años 30); la revalorización de las actividades de los ingenieros y arquitectos tras la muerte de Gómez y la creación de la Escuela de Arquitectura de la UCV; el tránsito de la vivienda unifamiliar a la multifamiliar y el surgimiento de las “casas de vecindad”; las dificultades para implantar la Ley de Propiedad Horizontal; para finalizar con un análisis de la formación y posterior consolidación de los primeros barrios de ranchos y las viviendas que los conforman.

5. Algunas de las páginas interiores del libro.

Con la sinceridad por delante, Pardo Stolk confiesa que, en definitiva, el libro resultante “no es ni de arquitectura ni de historia, sino una simple narración de tradiciones por los mayores en la familia, o de incidencias observadas o vividas por mí y que acompaño con la información gráfica obtenida”.

Pese a ello, por la manera como trata el tema y la abundante cantidad de imágenes que posee (no todas de buena calidad ni debidamente identificadas), Las casas de los caraqueños se trata de un libro de referencia y de consulta de donde se pueden extraer significativos datos sobre la situación política, social y económica del país. Sus 9 capítulos, 136 páginas sin numerar y cerca de 210 fotografías (todas realizadas por Pardo Stolk, a las que se suman dos dibujos) guardan, para quien sepa leer entre líneas, muchos secretos que permiten desentrañar un proceso que se inicia con el análisis de la casa típica de Caracas anterior a 1940 (que no es otra que la casa urbana entre medianeras del centro) y que, transitando por el proceso paulatino de poblamiento de la ciudad primero a través de casas (curiosamente Pardo Stolk no utiliza ni una sola vez el término “quinta” como sinónimo a lo largo de todo el libro) y luego de edificios, concluye con una propuesta de avanzada relacionada con la observación acerca de la manera como se va dando la transformación de ranchos en viviendas consolidadas gracias a la participación de los usuarios en la autoconstrucción de las mismas.

6. Dos de las páginas interiores del libro.

Así, sobre este asunto, Pardo Stolk nos dejará en el último párrafo del libro la siguiente reflexión: “Vale la pena pensar en la tremenda fuerza de realización que supone esa cantidad de personas, con interés directo en el resultado, y lo que realizaría, si fuera adecuadamente guiada, en la organización y coordinación de un servicio adecuado, que debería prestar gratuitamente, todo profesional de la ingeniería o de la arquitectura, en los barrios cercanos a su vivienda”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas menos la 2. Edgar Pardo Stolk. Las casas de los caraqueños, 1969

2. Venezuela en Retrospectiva (https://venezuelaenretrospectiva.wordpress.com/2018/05/19/edgar-pardo-stolk/comment-page-1/)

TEXTOS FUNDAMENTALES

Apolo en la democracia

Walter Gropius

(Prólogo de Carlos Raúl Villanueva)

Monte Ávila Editores

1968

Apolo en la democracia se trata del último libro publicado por Walter Gropius (1883-1969), el célebre fundador de la Bauhaus, antes de su fallecimiento. El que lo hayamos seleccionado como parte de nuestros “textos fundamentales” obedece al hecho de que su edición para todos los países de habla española junto a su traducción (a cargo de Norberto Silveti Paz), fue realizada en 1968 por la editorial venezolana Monte Ávila Editores, siendo el Prólogo escrito para la ocasión por el maestro Carlos Raúl Villanueva.

1. Ediciones en alemán (1967) e inglés (1968) de Apolo en la democracia.
2. Ediciones en italiano (2009) y húngaro (1981) de Apolo en la democracia.

Fue lanzado un año después de su publicación en alemán, cuyo título fue Apollo in der demokratie (Kupferberg. Mainz & Berlin), y en simultáneo con la edición en inglés (McGraw-Hill) Apollo in the democracy (subtitulado The cultural obligation of the architect). El libro venezolano se realizó en tapa dura, en formato de 25,5 x 18,5 cms, tiene 148 páginas y fue impreso por Editorial Arte. La cubierta la diseñó John Lange.

3. Walter Gropius con su esposa Ise Frank.

La selección, ordenamiento y preparación del material que conforma Apolo en la democracia (alocuciones, artículos y conferencias llevadas a cabo por Gropius entre 1956 y 1965, a excepción de “Construcción de un teatro” y “Estructuración de Edificios para Museos” que se remontan a 1934 y 1946, respectivamente), estuvo a cargo de Ise Frank (1897-1983), su compañera desde 1923 cuando se casó con quien entonces era director de la Bauhaus y ella secretaria, editora y organizadora, compartiendo la autoría de algunos de los escritos de su marido (lo cual no fue reconocido sino muchos años después), asumiendo posteriormente la edición de todo lo producido por él.

El índice del libro está conformado por el “Prólogo” (como ya se mencionó, elaborado por Carlos Raúl Villanueva en 1968), la “Introducción” (escrita por Gropius en 1966) y los siguientes textos: “Apolo en la Democracia” (1956) -que da el nombre a la publicación-; “La ‘Brújula Interior’” (1958); “‘Unidad en la Multiplicidad’. Una paradoja de la Cultura” (1958); «‘El ‘Árbol de la Vida’ y las ‘Espirales de Venta’” (1961); “El Arquitecto en el Espejo de la Sociedad” (1961) -el que expresa con mayor claridad el ideario de Gropius-; “Un Nuevo Pacto con la Vida” (1963); “Tradición y Continuidad en la Arquitectura” (1965) -el más extenso y mejor ilustrado y donde se desmonta la idea de que la “funcionalidad” postulada por Gropius no respondía a un enfoque utilitarista, sino que implicaba una dimensión trascendente que la emparentaba con la noción de “tradición”-; “Japón, País de la Arquitectura” (1960) -en el que lejos de propugnar un universalismo transnacional incluye la cualidad nacional de toda nueva arquitectura-; “Estructuración de Edificios para Museos” (1946); “Construcción de un Teatro” (1934); “Encuentros: Peter Behrens, Frank Lloyd Wright, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Igor Strawinsky” (1963). “Referencias”; e “Índice de Ilustraciones”.

4. Páginas interiores de la edición en español de Apolo en la democracia.

Como se podrá notar se trata de un abanico amplio de tópicos que permiten por su diversidad considerar el libro como resumen de una trayectoria, reflexión madura sobre diferentes asuntos y revisión de algunos de los postulados fundamentales que Gropius enarboló a lo largo de toda su vida tanto en su rol de docente como en el de profesional. Es así como son abordados temas cruciales de la segunda posguerra como la producción de calidad en la sociedad industrializada y en el universo de la mercantilización. También, a la tendencia cada vez más arraigada y extendida hacia la especialización, Gropius opone una concepción «total» del hombre y de la arquitectura que ya había anunciado años antes en Alcances de la arquitectura integral (1943). Entre otros temas tratados en el libro, el ideal de belleza en la era de la máquina, el principio de unidad en la diversidad, el papel del arquitecto en la sociedad moderna y la perennidad de las tradiciones constructivas cobran un lugar preponderante. Para cerrar, el volumen se completa con unos «encuentros» con figuras relevantes de la arquitectura y la cultura del siglo XX a los cuales Gropius, en tono anecdótico, refiere en momentos cuando tuvo la oportunidad de compartir experiencias y dedica elogiosas palabras.

5. Primera página del prólogo escrito por Carlos Raúl Villanueva para la edición en español de Apolo en la democracia.

En el “Prólogo” escrito por Villanueva, quien transitaba si se quiere una etapa particular en su vida, con un bajón en su actividad profesional luego de los intensos años transcurridos entre de 1930 a 1958, encontramos una importante cercanía con los planteamientos hechos por Gropius a quien venía siguiendo desde hacía mucho tiempo. Así, luego de destacarlo dentro de los grandes maestros, por su “prosa concisa pero elocuente, estrictamente utilitaria y verdaderamente explicativa”, y de afirmar que cuando escribe “lo hace con un objetivo muy determinado”, percibiéndose en sus páginas “siempre con claridad el problema que le interesa discutir”, Villanueva considera que el asunto central de Apolo en la democracia “es el de la razón de ser y de existir de la belleza en un mundo caótico y confuso. La Belleza, como posibilidad en todas las cosas, y como derecho colectivo, constituye, como apremio extraordinario, el valor que debe ser institucionalizado nuevamente en la civilización que se está forjando”.

Detecta Villanueva, dentro del discurso del maestro alemán, “un reproche lleno de angustia e impregnado de amargura” hacia el mundo capitalista norteamericano, el cual a través de “un mercantilismo arrollador” considera como causante de “profundos desajustes, incomprensiones y deformaciones” de lo que inicialmente había sido su apuesta por “el amanecer del nuevo diseño, sabio y racional”, impulsado desde la creación de la Bauhaus.

Sin embargo, Villanueva resalta de la trayectoria humana de Gropius tres aspectos totalmente actuales y que sin duda comparte: “la exigencia perentoria de la responsabilidad social, la necesidad de la reforma periódica de la enseñanza, (y) la urgencia de una metodología del diseño ajustada a las nuevas dimensiones de los problemas”. Aquí tal vez vale la pena recordar que un año después de la aparición del libro se desencadenará el proceso de Renovación Académica dentro de la Escuela de Arquitectura de la UCV, que tuvo en Villanueva uno de sus principales puntales, basada justamente esos tres temas subrayados dentro de la actividad vital de Gropius y que ya venían siendo practicados a nivel profesional por algunos jóvenes arquitectos venezolanos.

Concluirá Villanueva en un momento de su escrito cómo “la actualización de las estructuras, realizada con audacia, sin prejuicios y como prueba de participación y de conciencia de cada quien”, propiciada por Gropius, se convierte en una lección actual y permanente.

6. Páginas interiores de la edición en español de Apolo en la democracia.
7. De izquierda a derecha, Walter Gropius, Le Corbusier, Marcel Breuer y Sven Markelius discuten durante una sesión de trabajo con motivo de la construcción del edificio de la Unesco en París, año 1952. Foto extraida del capítulo «Encuentros» de la edicion en español de Apolo en la democracia.

Tras destacar como temas “gropiusianos” el del caos urbano patente tanto el mundo desarrollado como subdesarrollado, “que no admite … otra solución fuera de un auténtico control de los cambios de uso mediante la propiedad colectiva de la tierra urbana”; el de “la importancia, para el arquitecto, de practicar desde el comienzo, con la autoridad derivada de la experiencia compartida en el equipo, en la prefabricación y la industrialización”; o el de su preocupación por la pasividad del arquitecto frente a los cambios y a los saltos cualitativos y cuantitativos (“…la sordera del corazón y de la mente, de que padece el arquitecto de hoy”), Villanueva concluye que “la audacia de la previsión y la previsión de la audacia es, en el fondo, lo que más nos atañe, en nuestro difícil y atormentado desarrollo, de la enseñanza de este grande, ilustre maestro”.

8. Ediciones en inglés (revisada de 1962, la primera fue de 1956 por Routledge) y en español (1956, Ediciones La Isla) de Alcances de la arquitectura integral de Walter Gropius.

Sobre el cómo se le abrió a Monte Ávila Editores la oportunidad de publicar el libro sabemos a través de Walter GROPIUS proclamas de modernidad. Escritos y conferencias, 1908-1934, editado por Joaquín Medina Warmburg en 2018, que “En el Bauhaus Archiv de Berlín ha quedado constancia de un ambicioso proyecto de la editorial Nueva Visión: a comienzos de 1957 se pusieron en contacto con Gropius para pedirle las ilustraciones originales de la monografía de Argan (publicada ese mismo año por Nueva Visión) y de paso le anunciaron su intención de traducir y editar en 1958 la serie completa de los Bauhausbücher, en relación con lo cual le consultaron sobre la viabilidad técnica y legal del proyecto, que finalmente no prosperó. Fue Ediciones Infinito -otra editorial bonaerense nacida en 1954 como escisión de Nueva Visión- la encargada de publicar en 1963 un único volumen de aquella legendaria colección: La nueva visión, de László Moholy-Nagy. Infinito había traducido y editado ya, por mediación de Hardoy, una antología de artículos de Gropius con el título de Arquitectura y planeamiento (1958). Simultáneamente publicaron el Pioneros del diseño moderno: de William Morris a Walter Gropius, de Nikolaus Pevsner. Hardoy había intentado publicar la versión en español de su Scope of total architecture, de 1955, pero una tercera editorial porteña, Ediciones La Isla, se le adelantó con la compra de los derechos y lo publicó como Alcances de la arquitectura integral en 1956. El éxito de ventas de todos estos libros hizo que Infinito, esta vez a través de Carlos Méndez Mosquera -antiguo secretario de redacción de Nueva Visión y cofundador de Infinito junto a Hardoy-, propusiera a Gropius ya en 1960 la traducción de su conferencia ‘Apollo in democracy’ (1956), pero en este caso fue la editorial venezolana Monte Ávila la que finalmente se hizo con los derechos del libro con el mismo título, cuya versión en español editó en 1968”.

Para finalizar y como explicación del título del ensayo que a su vez permitió denominar el libro (que en resumen “trata de la creación de lo bello y de la intensidad de su eco dentro de la sociedad democrática”), Gropius en la “Introducción” apunta con clara vocación nietzscheana: “El eterno péndulo de la posición del espíritu en la cultura y la arquitectura oscila del polo dionisíaco al apolíneo, de la ebriedad y el caos a la contención y la armónica medida. Hasta en el artista individual hallamos estos antagonismos polares en permanente lucha y equilibrio. El Apolo de los antiguos era aristócrata y aliado cultural de los príncipes y las clases privilegiadas. El mecenas se desarrolló conforme a su modelo. La democracia del siglo XX tiene que sustituir al mecenas por la voluntad cultural del ciudadano. En ella Apolo se convierte en un nuevo símbolo cultural, haciendo contrapeso frente al poderío materialista de la técnica. Todos estamos llamados a colaborar en esa imagen”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado, 4, 5, 6 y 7. Walter Gropius. Apolo en la democracia (1968)

1, 2 y 8. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. https://www.artsy.net/article/artsy-editorial-forgotten-story-mrs-bauhaus

TEXTOS FUNDAMENTALES

Dos parques, un equipo

Parque del Este, Caracas-Venezuela/Aterro do Flamengo, Río de Janeiro-Brasil

Fernando Tábora

Embajada de Brasil en Venezuela/Norberto Odebrecht Constructora S.A.

Editorial Ex Libris

2007

Cuando el arquitecto de origen chileno residenciado en Venezuela Fernando Tábora se aproximaba a cumplir los ochenta años, tomó la decisión de dejar testimonio escrito de lo que fue su participación durante los años 50 y comienzos de los 60 del siglo XX en dos proyectos de arquitectura paisajista donde, invitado por Roberto Burle Marx, actuó formando parte de un equipo junto a John Godfrey Stoddart, Julio César Pessolani y Mauricio Monte que hizo posible la realización tanto del Parque del Este en Caracas como del Aterro do Flamengo en Río de Janeiro. El libro Dos parques, un equipo es justamente el producto del esfuerzo realizado por Tábora por dejar testimonio de dicha experiencia echando mano de la valiosa información que había logrado acumular en sus archivos y los recuerdos que se fueron cruzando en la medida que los consultaba y convertía todo ello en texto.

1. Dos parques, un equipo. Índice

Narrado como una historia salpicada de anécdotas conformada por pequeños segmentos dedicados cada uno a un tema, abundantemente documentada, en la que se entrecruzan múltiples escenas en simultáneo de su vida personal, de su contacto y relación con Burle Marx, de los proyectos y viajes realizados como parte de los encargos realizados en el atelier del maestro brasileño, de su encuentro con Venezuela y de las etapas del desarrollo de los dos proyectos en los que busca centrarse la publicación, Dos parques, un equipo fue estructurado por Tábora en dos partes.

2. Burle Marx con el equipo: los arquitectos Fernando Tábora, Julio César Pessolani y John Godfrey Stoddart con el plano general del Parque Naciones Unidas de Santiago. 1960. Rio de Janeiro.

La primera arranca contextualizando a “Caracas en el momento del proyecto del Parque del Este”, para abrirle así la puerta a la llegada de Burle Marx a Venezuela por primera vez en 1956 en compañía de Tábora (solicitado por Daniel Camejo Octavio para resolver los problemas presentados en el tratamiento de las áreas exteriores del Club Puerto Azul) y la conformación del “atelier” en Río de Janeiro a partir de los numerosos encargos que tras la visita se debían atender, lo que daría paso luego a la creación de una “sociedad” que tendría una de sus sedes en Caracas. El desarrollo de este primer tramo del libro, sin duda el de mayor valor documental, transcurre a través de toda la experiencia que se inicia con la participación en los proyectos de las áreas exteriores para la Exposición Internacional, que se realizaría en Caracas en 1960 en las setenta y cinco hectáreas provenientes de parte de la expropiación de los terrenos agrícolas de la hacienda “San José” y los del fundo “La Carlota”, lo cual derivaría, tras la caída de la dictadura, y gracias a la intervención de Carlos Guinand Sandoz (otro personaje vital dentro de la historia) en el proyecto para el Parque del Este. Serán justamente todos los aspectos involucrados en el diseño y realización del parque caraqueño lo que consuma el mayor espacio de la primera parte del libro: la consolidación legal de los terrenos, el concepto de diseño y la elaboración de un plan maestro, “el equipo de apoyo en la ejecución del proyecto”, “las expediciones en busca de plantas y animales”, los componentes fundamentales de la propuesta, la consideración de “las plantas como estructura espacial”, “los proyectos arquitectónicos” y “los problemas de diseño de los patios”, constituyen un valioso testimonio digno de ser leído y consultado.

Luego se le abre un breve espacio a la experiencia que en simultáneo fue realizada en Río, iniciándose con otra contextualización que en este caso abarca “Brasil, la ciudad universitaria del Distrito Federal, Brasilia y el ‘Aterro do Flamengo’”, para luego dar paso a la “presentación del anteproyecto del Plan Maestro”, hablar de las “afinidades de los dos parques” y aclarar el grado de participación de los componentes de la sociedad con Burle Marx en cada caso, correspondiéndole a Tábora y a Stoddart hacerlo de manera más activa en Caracas y a Julio César Pessolani en Río.

3. Dos paques, un equipo. Extracto de algunas de las páginas de la primera parte del libro.

La muerte de Guinand en 1963 le permitirá a Tábora dar inicio al fin de la primera parte del libro donde se referirá, con relación al Parque del Este a: “el diseño del serpentario y del aviario junto  a la presencia de Augusto Ruschi”, “el diseño final e implementación del proyecto de los Patios” (con explicación detallada de cada uno), para finalmente abordar temas relacionados con el futuro del parque una vez terminadas las obras: su mantenimiento, su consideración como “hito de la arquitectura paisajista contemporánea” y “parte del Patrimonio Cultural de la Nación”, “los primeros proyectos de rehabilitación y la creación de la Comisión Asesora” y “El Plan de desarrollo, administración y manejo”.

Los dos últimos segmentos de la primera parte se dedican, a modo de cierre, a efectuar, por un lado, un breve balance de lo que significó para Tábora abordar a través de un equipo el diseño de los dos parques y su relevancia para su crecimiento como profesional y, por el otro, a referirse a “La arquitectura paisajística en Venezuela y Brasil” como “un “problema de escala”.

4. Seis de las fotografías de la segunda parte de Dos parques, un equipo. Arriba: Parque del Este, Caracas. Abajo: Aterro do Flamengo, Río de Janeiro.

La segunda parte está conformada por una serie de excelentes fotografías tomadas en fechas cercanas a la publicación del libro de los dos espacios objeto de atención a lo largo del mismo. Cada foto está acompañada por una breve cita seleccionada por Tábora de los textos elaborados para la primera parte del libro alusiva a cada imagen presentada.

Dos parques, un equipo tiene 208 páginas (145 ocupadas por la primera parte y 63 por la segunda) y fue diseñado en un formato de 23 x 26 cms. La edición es bilingüe correspondiéndole hacer la traducción al inglés a Petra Kowalsky. Contó con la dirección de arte y edición de Carla Tábora.

Las 241 imágenes con excelente definición que lo acompañan se diferencian claramente en función de las dos partes en que está dividido. Así, las 185 correspondientes a la primera parte se nutrieron del material proveniente de: Archivo Fernando Tábora (153), Archivo John Stoddart (8), Manuel Díaz (1), Andrés Manner (11), Carla Tábora (3), Fernando Rey (56) y Archivo Alejandro Pietri (1).

Las 56 magníficas fotos que constituyen el grueso de la segunda parte fueron tomadas Andrés Manner (56) y Luciana Leal (2).

5. Izquierda: Roberto Burle Marx, John Stoddart y Fernando Tábora en el Atelier de Río de Janeiro (1960). Derecha: Fernando Tábora y John Stoddart en el Parque del Este (c.1990)

Fernando Tábora fallece en Caracas en 2005 después de finalizar la escritura del libro el cual se publica de manera póstuma en 2007. Se había residenciado en la capital venezolana desde 1964 una vez finalizadas las experiencias del Parque del Este, el Aterro do Flamengo y el proyecto para el Parque de las Naciones Unidas en Santiago de Chile, entre otras, que lo llevaron a participar dentro de la sociedad creada por Burle Marx con sede principal en Brasil. A partir de 1964 funda junto a John Godfrey Stoddart la firma Stoddart+Tábora Arquitectos en la cual se realizan innumerables proyectos en Venezuela, Latinoamérica y el Caribe. La asociación con Stoddart se rompe en 1997 y entonces decide fundar la empresa TTB junto al ingeniero Enrique Blanco y a su hijo el arquitecto Andrés Tábora quien al fallecer su padre continuará dirigiendo la firma tábora+tábora.

De la reseña biográfica de Fernando Tábora que aparece en Dos parques, un equipo, extraemos lo siguiente, con lo cual concluimos la presente nota: “Paralelamente ejerce como profesor en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela durante más de treinta años en el Departamento de Acondicionamiento Ambiental y en 1987 hasta 1992 es coordinador del Comité Académico de la Maestría de Arquitectura Paisajista que se inicia en 1990. Es invitado a dar cursos, conferencias y sus proyectos son expuestos en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. (…) Recibió innumerables premios y reconocimientos”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas menos 5 derecha. Fernando Tábora. Dos parques, un equipo. Parque del Este, Caracas-Venezuela/Aterro do Flamengo, Río de Janeiro-Brasil (2007)

5 izquierda. https://iamvenezuela.com/2019/06/john-stoddart-el-paisajista-britanico-que-llena-de-belleza-a-venezuela/