¿SABÍA USTED…

… que en 2011 abrió sus puertas al público en Baruta la Hacienda La Trinidad Parque Cultural?

1. Foto tomada en los años 1940 que muestra el lugar en el que durante el siglo XVI se asentó la encomienda de Alonso Andrea de Ledesma en tierras de Baruta y donde luego se ubicaría la Hacienda La Trinidad.

De acuerdo a lo que hemos podido recoger de Wikipedia, si nos remontamos al periodo de la conquista del valle de Caracas y sus alrededores, encontramos que el fundador de Santiago de León, Diego de Losada, “otorgó en encomienda a Alonso Andrea de Ledesma, por título fechado el 12 de marzo de 1568, al rey Baruta, su tribu y sus tierras”. Por otra parte, se reseña que Baruta, “cacique Mariche, hijo del cacique Guaicaipuro y de Urquia”, cuyo nombre deriva de la denominación dada por los mariches al jabillo, “formó parte de la coalición que en el siglo XVI luchó contra los colonizadores castellanos, dirigida por su propio padre y posteriormente por el cacique Tamanaco”.

Tras ser otorgada la encomienda a Andrea de Ledesma, se manejan dos versiones con relación a la reacción que Baruta y su pueblo asumieron ante el hecho. Según una de ellas, el cacique y dos mil indios de su tribu “presentaron batalla y fueron aniquilados; la otra (la más difundida) afirma que … decidió aceptar pacíficamente la presencia de los castellanos, que habrían respetado su autoridad y sus tradiciones y cooperado con él, enseñándoles nuevas técnicas ganaderas y de cultivos”.

2. Centro urbano antiguo de Baruta, autor desconocido. Caracas, 1620.

Lo cierto es que, una vez fallecido el líder indígena, no será sino hasta el 19 de agosto de 1620, cuando “el Gobernador Francisco de la Hoz Berrio y Oruña fundó Baruta, con el nombre de San Francisco de Paula. Los textos hacen referencia expresa a la villa de Baruta como pueblo de indios en la consagración de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Baruta el 14 de julio de 1655”.

Pues bien, ya en plena época de la Colonia, en las tierras fértiles del valle ubicado al este de la villa (donde Andrea de Ledesma había situado el primer hato), se establece “una de las haciendas más antiguas del país” que inicialmente llevará por nombre el de “San Pedro y San Pablo” y posteriormente el de “La Trinidad”. Destinada en sus inicios durante el siglo XVIII al cultivo de café y caña de azúcar, se sabe que poco antes de la creación de la Capitanía General de Venezuela fue propiedad del sacerdote Ignacio Rengifo Pimentel quien en 1740 (aunque otros lo datan en 1759) encargó la construcción, por un lado, de un trapiche para procesar caña de azúcar; producir melaza y papelón “en cuyas paredes mandó a grabar imágenes religiosas” y, por el otro, de la casa colonial.

3. Terrenos urbanizados de La Trinidad y Sorocaima antiguamente ocupados por la Hacienda La Trinidad (c.1960)

De acuerdo a la historia elaborada por IAM Venezuela (https://iamvenezuela.com/2016/08/hacienda-la-trinidad/), “a comienzos del siglo XIX, la hacienda es adquirida por la familia Vegas, quienes la venden, en 1919, al Dr. Rafael González Rincones. El Dr. González mantuvo las siembras de caña de azúcar y café hasta 1945, fecha en que decidió producir tabaco”. Fue así que ordenó la construcción de siete cubos de aproximadamente 8 metros de arista, que funcionarían como secaderos de ristras de tabaco, al arquitecto Bastianini. “Luego, decide vender la mayor parte de los terrenos de la hacienda para construir la ‘ciudad satélite’ de Caracas, llamada La Trinidad”.

4. Lugar donde hoy se asienta la Hacienda La Trinidad Parque Cultural a comienzos de los años 1960.
5. Casa El Trapiche. Cornelis Zitman. 1965

1964 es el año en que al escultor holandés residenciado en Venezuela, Cornelis Zitman emprende la búsqueda de un lugar para construir su vivienda y montar su taller de trabajo lo que lo lleva a adquirir en 1965 los restos del trapiche casi en ruinas de la hacienda La Trinidad del que solo se encontraba en pie la chimenea, cuatro muros y una rueda hidráulica. Zitman para resolver su casa-taller que bautizará como “El Trapiche”, se acopla a las ruinas del antiguo molino los cuales aprovecha para ir labrando, cuan escultor que era, su refugio íntimo mediante toda una aventura constructiva de carácter progresivo. Como señala el Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano (IPC, 2007): la casa “está bordeada por corredores que permiten acceso al dormitorio principal, estudio de escultura, taller de dibujo, lavandero y dos dormitorios. El lugar donde se encuentra la rueda del trapiche, al lado este de uno de los patios, alberga la biblioteca, la sala de exhibición, el estar, y el cuarto de trabajo, en un nivel superior al resto de la vivienda”.

6. Ubicación del la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en la urbanización Sorocaima (izquierda) y señalamiento del acceso desde la calle Rafael Rangel Sur (derecha).

Afortunadamente, gracias a la cuidadosa intervención de Zitman, el resto del terreno de lo que quedó de la hacienda La Trinidad, ubicado en la calle Rafael Rangel Sur, urbanización Sorocaima, de aproximadamente 15.000 m2 (1,5 há), en que se encontraban la antigua casa (utilizada como residencia hasta 2001) y los siete cubos que constituían los secaderos para las hojas de tabaco, fue preservado y declarado en 2005 como Bien de Interés Cultural del Municipio de Baruta por parte del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC). En 2012 ya bajo el nombre de Hacienda La Trinidad Parque Cultural, asociación civil sin fines de lucro (https://haciendalatrinidad.org), fueron renovadas las construcciones bajo la tutela del IPC para preservar y disponer en ellas actividades como galerías de arte y fotografía, tiendas de artesanía, librería, talleres, restaurante y cafés. Así mismo, se llevó adelante un plan integral de paisajismo para las áreas exteriores que incorporó altos árboles centenarios que protegían los cultivos, convirtiéndose el conjunto casi de inmediato en un punto de referencia en lo que a recreación y eventos culturales dentro de la ciudad se refiere.

Un recorrido por el parque cultural permite apreciar desde el acceso por el norte los siete secaderos, luego, hacia el sur, se encuentra la “casa vieja”, que sirve de museo y, justo al frente, está la casa Zitman que permanece habitada por la familia y no está abierta al público.

7. Los secaderos.

En cuanto a las características de cada una de las edificaciones públicas cabe señalar, tal y como se apunta en la página de IAM Venezuela, que “los siete secaderos poseen muros portantes de ladrillo a la vista, reforzados con machones de concreto armado en las esquinas, y techos a dos aguas de madera y cubiertos de teja”. Aunque originalmente, eran prismas macizos, en 2012 “cada secadero fue intervenido con la apertura de vanos de ventanas, así como con la construcción de marquesinas de madera y tejas sobre los accesos y mezzaninas en su interior”.

8. La antigua casa colonial.

La antigua casa colonial de la hacienda (también llamada “la casa vieja”), ubicada como ya se dijo en la parte sur de la parcela, “presenta elementos constructivos propios de su tipología como corredores, pilastras, patios y cubiertas en pendiente con teja criolla. Por el lado oeste se vincula con la casa Zitman, por el este, con la larga crujía de la Caballeriza, que ha sido intervenida para alojar las oficinas del Parque Cultural”.

9. Diversas tomas de la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en la actualidad.

La completa página de Hacienda La Trinidad Parque Cultural permite recoger, para cerrar, que la institución “gestiona directamente la Casa de Hacienda y el Secadero 3, así como también a través de todos y cada uno de los espacios que van conformando la programación que se va construyendo orgánicamente, porque es precisamente la suma de estas iniciativas las que contribuyen para ofrecer una programación global amplia, diversa y multidisciplinar. (…) Naturaleza, arquitectura, historia, salud, arte y gastronomía encuentran aquí un espacio de dinámica convergencia en pro del cultivo del cuerpo y del espíritu. Pues no hay mejor manera de preservar un patrimonio para las futuras generaciones, que mantenerlo vivo”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 3 y 9. Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://haciendalatrinidad.org)

2. CARACAS MODERNA (http://fundamemoria.blogspot.com/2010/08/206-municipio-baruta-parroquia-nuestra.html)

4. Revista CAV, nº34, 1973; y Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://haciendalatrinidad.org/quienes-somos/#historia)

5. Tripadvisor (https://www.tripadvisor.com/LocationPhotoDirectLink-g316066-d7106695-i226271709-Hacienda_La_Trinidad_Parque_Cultural-Caracas_Capital_Region.html); El Trapiche (https://guiaccs.com/obras/el-trapiche-2/); y Graziano Gasparini, Casa Venezolana, 1992.

6. Capturas de Google Earth.

7. Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://alcaldiabaruta.gob.ve/turismo/hacienda-la-trinidad-parque-cultural/); Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://haciendalatrinidad.org/quienes-somos/#historia); y Tripadvisor (https://www.tripadvisor.com/LocationPhotoDirectLink-g316066-d7106695-i226271709-Hacienda_La_Trinidad_Parque_Cultural-Caracas_Capital_Region.html)

8. Wikipedia (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Conjunto_Hacienda_La_Trinidad_3.jpg)

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Reflexiones a partir de una caminata improbable

Tomado de https://www.instagram.com/ildisfesve/

Un singular recorrido para una experiencia de reconocimiento, reflexión crítica y diálogo para el diseño en común. Experiencia de voces y miradas diversas que cruzan un territorio complejo, en tiempos que nos exige abrazar la idea de una ciudad completa. Justa y democrática.

El sábado 5 de octubre a partir de las 2:00 pm, recrearemos el cuarto recorrido del taller Ciudad, Cuerpo y Arquitectura, realizado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV entre marzo y julio de 2024. Invitaremos a estudiantes y docentes a que nos acompañen y compartan su experiencia. Y a líderes vecinales, activistas, artistas, para que nutran esta conversación sobre la Caracas que necesitamos construir.

Invitados

Katiuska Camargo (San Blas)

Juan Ayala (La Vega)

Blanca Haddad (La Pastora)

Andrés Antillano (psi UCV)

Pablo Molina (arq UCV)

Chelina Sepúlveda (soc UCV)

Elisa Silva y Cheo Carvajal (moderadores)

Jornada

2:00 pm Salida en bus desde la Plaza Altamira

2:40 pm Caminata entre Topo Las Piñas y La Vega. Con acompañamiento de Juan Carlos Zapata (Casalta III) y Juan Ayala (La Vega).

5:00 pm Llegada a estadio y concretera La Vega.

5:20 pm Llegada al parque William Alexander, La Veguita

5:30 pm Conversación con las personas invitadas.

7:00 pm Salida en bus de La Vega hacia Altamira.

Favor confirmar participación, cupos limitados. Enlace disponible en la página web de @ildisfesve (Link en la bio)

ACA

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¿Arquitectura es femenino? A 33 años de la publicación del libro de Giovanna Mérola

Tomado de https://www.instagram.com/henryvicenteg/

¿Arquitectura es femenino? A 33 años de la publicación del libro de Giovanna Mérola se llevará a cabo el sábado 5 de octubre 2024 a las 11:00 am en Los Galpones de Los Chorros. Con este evento se abre un espacio de acercamiento a la obra de Mérola, tomando como punto de partida el hito que supuso la aparición hace más de tres décadas de Arquitectura es Femenino, libro que sirve de motivación y que da nombre a nuestro grupo de arquitectas. En este sentido, los invitamos a una charla con Henry Vicente, titulada: Giovanna Mérola. Una aproximación a su vida y trayectoria, primera de dos sesiones, contando la segunda con la participación de tres arquitectas entrevistadas por Mérola en su libro: Hélène de Garay, Marilén Hobaica y Maricarmen Sánchez.

Giovanna Mérola nació en Padula, Italia, en 1947. Arribó a Venezuela un año después. Bióloga de la UCV (1971), se trasladó a Francia y entre 1971 y 1973 realizó una Maestría en Ciencias Sociales en la Escuela Práctica de Altos Estudios de París y un Postgrado en Ecología y Gestión del Medio Natural. Fue activista del movimiento feminista tanto en Francia como en Venezuela, y pionera de la aproximación ecológica a la arquitectura y la ciudad. Profesora de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV desde 1978, Doctora en Urbanismo (UCV, 2001). Falleció en 2003.

Henry Vicente es Arquitecto, Magíster en Literatura Latinoamericana de la USB y Doctor en Arquitectura y Patrimonio por la Universidad Politécnica de Madrid. Es Profesor Titular USB y UCAB. Ha recibido, entre otros reconocimientos, el premio Julius Posener del Comité Internacional de Críticos de Arquitectura.

Lugar: Centro de Arte los Galpones @losgalpones Galpón G17.

Día: sábado 5 de octubre

Hora: 11:00 am

ACA

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Inauguración Premios AXIS 2024

Tomado de https://www.instagram.com/eacrvfauucv/

Después de una larga pausa desde el 2017, este lunes 30 de septiembre a las 4:00 pm. se inaugura la XVII muestra de los Premios AXIS de la Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva en la sala de exposiciones de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV.

Una iniciativa que busca reconocer la excelencia en el ámbito del Diseño Arquitectónico y se erige como un reflejo tanto del talento individual de los estudiantes como de la calidad de la enseñanza que reciben.

Allí estarán presentes los mejores trabajos que se realizan en los talleres de diseño de nuestra Escuela, compitiendo en 10 categorías, y que serán evaluados por un calificado jurado.

La realización de este evento no sólo celebra el talento de los estudiantes, sino que también fomenta un ambiente de colaboración y reconocimiento en el ámbito académico.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 422

La imagen que acompaña nuestra postal de hoy hace referencia al “Proyecto del sistema de parques y jardines” para Caracas desarrollado por la Junta Ejecutiva “ad honorem” creada el 30 de marzo de 1959, a solo dos meses del inicio del gobierno de Rómulo Betancourt. El plan elaborado para la Gobernación del Distrito Federal bajo la gestión de Francisco Carrillo Batalla, intentó darle un impulso al desarrollo de la ciudad, entendiendo los problemas de áreas verdes y los espacios públicos como un gran proyecto capitalino, destinado a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Un destacado grupo de profesionales aprovechaba así el impulso que había tenido Caracas en enero de ese mismo año, con la celebración de los VII Juegos Centroamericanos y del Caribe, para intentar promover áreas de recreación, que buscaban reforzar el espíritu moderno y vanguardista de la ciudad.

El proyecto de áreas verdes para Caracas Metropolitana, es en realidad un conjunto de proyectos de espacios públicos, elaborados por distintos arquitectos, agrupados en una suerte de informe incompleto, que conseguimos en el estante de libros de intercambio del cafetín de arquitectura, que de manera muy esquemática un poco “a mano suelta”, propone espacios verdes estratégicos en dos escalas donde están contemplados espacios recreacionales para la periferia de la ciudad y para el área urbanizada considerada como central.

De hecho, la conceptualización urbana del plan, hecho casi de manera diagramática sobre un plano de la ciudad, con trazos gruesos, se contrapone a los proyectos que le acompañan, los cuales han sido prolijamente desarrollados, en cuanto a su forma y contenido, llegando incluso a proponer especies vegetales.

El plan estuvo dirigido por Tomás Sanabria como presidente de la Junta y Eduardo Trujillo como director. Como vocales participaron Carlos Guinand, Tobías Laser, Fruto Vivas, Gustavo Wallis, Leandro Aristeguieta, Enrique Tejera, Julián Ferris, Manuel González Vale, Luis Armando Kerch García, Guillermo Vogeler, Armando Planchart, Luis Roche, William Phelps, Cecilia Branger de Pocaterra, Liliana Iturbe de Blanco, Kathy Phelps y José Miguel Galia como asesor.

El objetivo de la propuesta era investigar, analizar y programar un sistema de parques para el área metropolitana de Caracas, así como contribuir a la solución del problema recreacional del conglomerado urbano. El proyecto se propuso la utilización máxima del sistema de parques y áreas verdes, existentes y propuestas del área metropolitana para su uso cívico, relacional, recreacional y deportivo con el mínimo de horas necesarias para su correcto acondicionamiento.

Dentro de los factores considerados por el plan estaban los aspectos urbanos, sus características y necesidades, así como un plan de acción urgente de acondicionamiento básico de las zonas recreacionales existentes, como para generar un robusto sistema en la capital.

El plan aclara que su necesidad responde a tres factores: la desproporción notoria entre la oferta de zonas verdes en la ciudad y la alta demanda de la población; que los parques y las zonas públicas existentes no tienen un carácter ni uso definido; y, en tercer lugar, que existía una falta de costumbre, e interés de la población de utilizar las zonas verdes existentes como resultado de las dos condiciones anteriores.

Cómo aspecto determinante para ejecutar el plan se señalan problemas como la escasez e inadecuación de las zonas públicas existentes, el alto costo del terreno en el área metropolitana y la dificultad para la adquisición de nuevas áreas para desarrollo recreacional, así como la necesidad de utilización intensiva del sistema total mediante un balance de sus elementos en el territorio de la ciudad.

Este plan sería una doctrina básica del sistema de parques aprobado de manera preliminar en la reunión efectuada el 16 de julio de 1959, que establecía dos tipos de espacios libres para la recreación urbana en Caracas, a saber: el espacio libre activo y el espacio libre pasivo. Ambos conceptos son explicados en el informe cuyas páginas no están numeradas: “El espacio libre activo, se define como aquel en el cual la recreación y el esparcimiento se realizan por medio de la actividad física en general y el deporte en particular, mientras que contrariamente el espacio libre pasivo, es aquel en el cual la recreación y el esparcimiento se efectúan por medio del descanso, de la contemplación de la naturaleza, el paseo, la asistencia a espectáculos culturales, recreativos, espacios para la reunión y la conversación”.

Se deduce fácilmente que dentro de un sistema de parques deben existir entonces ambos tipos de espacios libres y, dentro de ellos, diferentes escalas. Simultáneamente, se deduce que los espacios libres actuales existentes dentro de la ciudad, salvo contadas excepciones, deben ser programados y desarrollados con el carácter de espacio libre pasivo, puesto que el espacio activo demanda un área mayor de difícil obtención dentro del perímetro urbano.

De esta manera, el sistema de parques metropolitanos a desarrollarse en los límites del área urbana y estarían ubicados sobre las carreteras de acceso a la ciudad, a una distancia no mayor de 20 km y con un área de 100 ha. como mínimo.

Este tipo de parque de carácter fundamentalmente activo, será el que constituya los sitios de recreación de fin de semana del conglomerado urbano y sus espacios estarán dedicados a actividades como zona de picnic con kioscos, zonas deportivas, piscinas, restaurant y fuente de soda, caballos, viveros para mantenimiento y enseñanza.

De esta forma, el sistema periurbano estaría compuesto por ocho parques ubicados sobre la carretera vieja de la Guaira, la carretera vieja de El Junquito, la carretera vieja a los Teques, la carretera Panamericana, la autopista central, la circunvalación, la carretera Santa Lucía y la carretera de Guarenas. La ubicación se indica en el plano del sistema general, así como sus respectivas alternativas. Al sistema denominado como metropolitano, se sumaba el parque nacional el Ávila, formando un conjunto orgánico.

En cuanto al sistema de parques urbanos propuesto estaría compuesto de cinco sectores acordes con las distintas zonas de la ciudad, la topografía del valle de Caracas y el uso fijado por el plan regulador. Estos sectores se establecen como: el sector central que comprende el casco central San Bernardino, los Caobos; el sector oeste de Catia; el sector sur oeste que contempla El Paraíso; el sector sur que contempla Las Acacias, Santa Mónica y el Valle; y el Sector este, que comprende de Sabana Grande a Petare.

Cada uno de estos sectores estaría compuesto de parques de carácter activo y pasivo, a manera de núcleos fundamentales y de conjuntos secundarios compuestos de espacios libres menores a la escala de las distintas comunidades que sirven. Los conjuntos secundarios estaban formados por pequeños parques, plazas, y parques infantiles, cada uno de los cuales forman un conjunto orgánico dentro de la comunidad y a su vez dentro del sistema de sector.

Por otro lado, el plan establece los llamados “parques de base”, o parques ancla, que resultan fundamentales por su ubicación: el parque Los Caobos-Andrés Bello para el sector Central, el Hipódromo-El Paraíso para del sector Suroeste, el paseo Los Próceres para el sector Sur, y el Parque del Este para dicho sector, el cual, según proyecto de Roberto Burle-Marx con la colaboración de Julio César Pessolani, Fernando Tábora y John Stoddart, recibiría gracias a las gestiones de la Junta un impulso definitivo.

El plan establecía como factor determinante para la ubicación de los espacios dentro del sector y la de sus elementos entre sí, el que su radio de acción no excediera una distancia mayor de 1 km, distancia adoptada por considerarla como óptima compatible con la escala peatonal.

De esta forma se establecieron “ocho parques de aproximadamente 100 ha. cada uno, para recreación activa de fin de semana destinando de ocho a 10 millones de metros cuadrados para una población de millón y medio de habitantes para el año 1965 dentro del sistema urbano, estimando una inversión de 20 millones de bolívares, o sea una media de 20,000 bolívares por hectárea llegando a una gran inversión total de 170 millones de bolívares”.

En el plan se detallan los proyectos emparentados con el paisajismo y la forma moderna elaborados por distintos profesionales que participaron en él. El proyecto para el parque para la Urbina fue realizado por Gustavo Legórburu y Américo Faillace; el Parque La Veguita y el parque Las Palmas por Elías Toro y equipo; la Plaza de Cotiza y el Parque de la Urbanización Gran Colombia por Raúl Garmendia; el Parque Las Américas por TEDECO, C.A. (Raúl Garmendia); el parque infantil de Valle Abajo por R. de White; y el parque del Oeste, proyectado por Roberto Burle Marx con la colaboración de Pessolani y Tábora.

El plan-informe, a pesar de estar incompleto, da cuenta de las coherentes y válidas intenciones de un grupo de profesionales, que generosamente, aportaron sus ideas para lograr desarrollar una mejor ciudad a futuro, lo cual lo convierte en un documento de gran valor referencial.

IGV