
Archivos Mensuales: junio 2024
¿SABÍA USTED…
… que en 1973 se concluye la construcción de la Catedral de San Felipe, estado Yaracuy?

Recientemente, uno puede percibir, de la lectura de diversos artículos, trabajos o aproximaciones críticas, que se ha venido utilizando con frecuencia el término “brutalista” para identificar cierto tipo de edificios en los que su expresividad está dominada fundamentalmente por la presencia del hormigón como material de construcción. Algunos han buscado aclarar el origen del término, tanto en lo etimológico como en lo histórico, buscando orientar al lector sobre cómo aproximarse a un grupo de obras que sin duda llaman la atención de quienes las aprecian generando muchas veces sensaciones encontradas.

Vista por algunos como un estilo y por otros como una postura ética, lo que pareciera ser cierto es que si bien algunos ubican el origen de la arquitectura brutalista en el Reino Unido en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial, particularmente vinculado al diseño de una serie de edificios de vivienda en los que los materiales se mostraban tal cual eran, los estudiosos en la materia señalan que “cronológicamente, el primer edificio aceptado perteneciente al brutalismo es la Unité d’Habitation de Marsella (1947-52) de Le Corbusier, convirtiéndose la expresión beton brut -utilizada por el arquitecto para definir las texturas de hormigón visto- en la raíz semántica del término” (ver “Reflexión crítica sobre el brutalismo” artículo de Guillermo Casado López, 2019 publicado https://www.redalyc.org/journal/3768/376862224002/html/).
Sin embargo, el maestro suizo, a pesar de su demostrada agudeza teórica, no llegó a desarrollar los postulados de la tendencia que inauguraba o a formular con claridad los aspectos que la caracterizaban como eje de un proceso reflexivo y crítico. Es esta ausencia por parte del ideólogo de la tendencia, que sin embargo se traduce en una clara influencia a nivel mundial, lo que ha generado un desconcierto entre los críticos e historiadores y lo que ha dificultado caracterizar al brutalismo dentro de un marco consensuado. “Este estado de indefinición, de lo qué es y de cuáles son las obras que lo representan, ha bloqueado la generación de crítica, siendo extraordinariamente escasas las referencias y reflexiones sobre esta tendencia”, señalará también Casado López.

El esfuerzo realizado por Reiner Banham por desarrollar a partir de la obra de los Smithson el concepto de “nuevo brutalismo”, casi una década después de que se había generalizado el uso del término original, es considerado aún el intento más importante por cristalizar un “mito fundacional” de gran valía para la comprensión del concepto. Recordemos que Banham publicó en 1955 el artículo “The New Brutalism”, difundiendo el término acuñado por los Smithson en 1953, dando cierto cuerpo teórico al movimiento. Más tarde (1966) salió a la luz su libro The New Brutalism. Ethic or Aesthetic?, el cual se conviertió en la publicación más extensa y profunda sobre el tema.
Sin embargo, dejando clara la importancia de recurrir a Banham para comprender a fondo el asunto que estamos tratando (cosa que nos es imposible abordar aquí), no está de más rescatar por un lado una cita de los Smithson del artículo publicado en Architectural Design, cargada de un tono moralista que con el tiempo se ha difuminado: “El brutalismo intenta hacer frente a una sociedad marcada por la producción masiva y extraer la ruda poesía de las confusas y poderosas fuerzas que en ella se mueven”, y otra de Le Corbusier, quien en Hacia una arquitectura apuntaba: “Los elementos de construcción son el único medio arquitectónico”, que le permiten a Banham concluir: “Ciertamente el brutalismo llegó a ser un idioma, ‘une architecture’, un estilo vernáculo; una estética suficientemente universal para expresar una variedad de modos arquitectónicos, aun perdiendo algo del fervor moral que iluminó sus primeras pretensiones de ser una ética”. (citas todas extraídas por Casado López). Cabe añadir que desde el momento en el que el brutalismo pasó de ser un planteamiento a convertirse en un estilo los Smithson prefirieron mantenerse independientes: eligieron la ética por sobre la estética.


Ruth Verde Zein en el estupendo artículo titulado “Brutalismo, sobre su definición (o de como un rótulo superficial es, por eso mismo, adecuado)” publicado en https://vitruvius.com.br/index.php/revistas/read/arquitextos/07.084/243/es, deja deslizar como posible conclusión, luego de demostrar la confusión persistente en cuanto a la utilización los términos brutalismo y nuevo brutalismo que “se puede afirmar en base a los hechos, que ciertas obras serán brutalistas, sólo y suficientemente porque parecen serlo. Y que lo que determina su enfoque y su inclusión en la tendencia no es su esencia, pero sí su apariencia, no su ser íntimo, pero sí su superficie, no sus características intrínsecas sino sus manifestaciones extrínsecas”. Sinceridad constructiva; vigas y detalles como parasoles de hormigón (betón brut), en combinación con cierres de hormigón a la vista o en ladrillo visto; equivalente tratamiento y exposición de los materiales en interiores; hacer hincapié en los elementos estructurales; uso a la vista de las instalaciones de servicios; uso de elementos prefabricados de hormigón para los cerramientos y revestimiento; geometrías angulares repetitivas; o cierta rudeza deliberada en detalles y acabados, son características de un estilo que ha hecho de su expresividad un elemento distintivo y que recorrió todo el mundo.
Todo este preámbulo que seguramente vendría a cuento a la hora de llevar a cabo una aproximación crítica en clave brutalista a buena parte de la arquitectura venezolana realizada a partir de los años 1950, nos permite abordar una obra singular realizada en los 70 por el arquitecto Erasmo Calvani (1915-1997): la Catedral de San Felipe en Yaracuy.

Construida entre 1970 y 1973 la catedral, ubicada en la Av. 7, entre Av. Caracas y Calle 9 se levantó en una zona céntrica de San Felipe, capital del estado Yaracuy, frente a la Plaza Bolívar y cercana al palacio de gobierno, el consejo legislativo y la Escuela “República de Nicaragua”. Fue bendecida el 7 de julio de aquel año 1973 con presencia del presidente de la República Rafael Caldera, natural de esa ciudad, importante promotor de la obra.
De acuerdo a la reseña “Catedral San Felipe Apóstol, de San Felipe, Yaracuy” publicada en IAM Venezuela (https://iamvenezuela.com/2016/12/catedral-san-felipe-apostol-de-san-felipe-yaracuy/), “la construcción de esta catedral generó en la población de San Felipe gran controversia, pues se edificó en el lugar en el que se erigía la llamada Iglesia Matriz, o Iglesia Nuestra Señora de la Presentación, sustituyéndola”. Esta circunstancia establece una clara diferencia con lo acontecido con la otra catedral moderna construida en el país, la de Barquisimeto (1969).
Para ahondar en los antecedentes del joven templo que está a punto de cumplir 51 años, hay que remontarse a 1693, cuando al noroeste del actual San Felipe, se agruparon los primeros habitantes de la ciudad en el llamado “Cerrito de Cocorote”, donde erigieron una pequeña iglesia bajo la advocación de Santa María del Valle. “A la iglesia, en lugar de llamarla por su nombre, la llamaban la Iglesia de la Presentación, porque el día en que fue consagrada, el 21 de noviembre, era el día de la Presentación”. Luego, en 1729, al fundarse San Felipe El Fuerte en lo que se conocía entonces como Valle Hondo, los pobladores de la nueva ciudad, mudaron también su iglesia. Así, “se volvió a construir ese centro devocional que congregaba a sus habitantes, sólo que ahora con mayor grandeza que la anterior y en un lugar céntrico, frente a la llamada Plaza de las Águilas”. Años más tarde a raíz del terremoto del 26 de marzo de 1812 el templo quedó totalmente destruido.

52 años después, “con el apoyo de los masones de la Logia Tolerancia N° 15”, así como de la población sanfelipeña fue construido un nuevo santuario de estilo colonial, conocida como la “Iglesia Matriz (…) consagrada el 13 de Agosto de 1864 en el San Felipe renacido, por el Ilustrísimo Señor Doctor Silvestre Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas y Venezuela”, dedicada a la advocación de Nuestra Señora de la Presentación y subordinada al Obispado de Barquisimeto.
La controversial decisión de demoler en 1970 la Iglesia Matriz para construir la nueva catedral data de 1954 y es recogida por los diarios de la época, abriéndose desde entonces el debate entre si lo que convenía era someter a la deteriorada iglesia a una restauración. “Según algunas fuentes, en 1964 se intentó restaurar la Iglesia Matriz pero los trabajos no lograron rescatar la belleza original debido a su mal estado”.

También “se pensó construir la catedral en el lugar en el que se ubicaba el antiguo Mercado Municipal”, idea muy criticada “especialmente por los costos que acarreaba, y se sugería utilizar ese dinero para restaurar la Iglesia Matriz”. Sin embargo “a pesar de los intentos e iniciativas de algunas personalidades de San Felipe, llegó el día en que la Iglesia Matriz fue demolida”.

El proyecto de la nueva iglesia realizado por Calvani en 1967, de claros rasgos brutalistas, gran expresividad e inspirado en el Le Corbusier, no tanto en la capilla de Ronchamp (como asumen los feligreses), sino más bien de Chandigarh y La Tourette, está construido de manera impecable en concreto obra limpia haciendo alarde de la capacidad plástica que ofrece el material. De planta casi cuadrara, el templo, con capacidad para 700 personas cómodamente sentadas, ocupa una manzana con todos sus anexos y dependencias. “El edificio tiene tres pisos, la planta baja está constituida por una nave única en cuyo centro se encuentra el altar mayor, y los otros dos pisos o plantas que funcionan como la residencia de sacerdotes, y depósito en el que se custodian objetos de la iglesia”, encontramos en la descripción publicada por IAM Venezuela.

El espacio de la asamblea de 45 x 45 mts sin columnas intermedias, está logrado con base en “una estructura conformada por contornos cilíndricos de concreto armado de unos 10 mts de altura. El techo es también de concreto y en él puede apreciarse una gran cúpula o domo circular de 30 mts de diámetro sobre el altar mayor, que lleva una estructura metálica y por la que entra luz al lugar. (…) El espacio de la planta baja tiene cuatro zonas, en tres de ellas están ubicados los bancos y son las destinadas a los feligreses, y la otra la constituye el presbiterio que queda diferenciado de la nave por su elevación de 1,10 mts. La pared del fondo, tras el altar mayor está constituida por una pared inclinada de concreto armado en la que se encuentra una cruz de 8 mts de alto, con una imagen de Cristo Resucitado hecho en resina y saliendo de una cruz de concreto que está adherida a la pared. (…)

Dentro de la nave existen espacios diferenciados por paredes altas de concreto, que dejan a la vista lo que contienen: desde la entrada principal, del lado izquierdo están los confesionarios hechos en concreto y madera; del lado derecho, con paredes semicirculares, el bautisterio cuya pila fue elaborada por el artista Carlos González Bogen. Tanto el altar principal (elaborado también por Bogen) como la pila bautismal están tallados en piedra artificial con relieves simples que recuerdan la iglesia primitiva de los cristianos en Roma. También a la derecha, como un espacio autónomo, está la capilla del Altísimo que puede verse desde el altar, pero a su vez está separada de la nave y tiene una salida lateral a la calle alejada de la puerta principal que permite la entrada independiente a ese espacio; tiene una capacidad de 40 personas. La catedral tiene su entrada principal frente a la plaza Bolívar y dos entradas laterales, una por la av. Caracas y otra por la calle 9. Las puertas fueron elaboradas en caoba y miden 2,5 x 3,5 mts aproximadamente”.


La catedral posee también una importante colección de imágenes, ubicadas sobre repisas de líneas simples. Por otro lado, el interior de la nave posee más de 200 mts2 de vitrales diseñados por los artistas venezolanos Luis Guevara Moreno y Guillermo Márquez utilizándose para su realización vidrio francés de St. Gaubin de una pulgada de espesor. El piso de la catedral es en mármol de color gris y negro. Una mezzanina ubicada frente al altar mayor, a la que puede subirse por unas escaleras laterales, es el espacio concebido para el coro.

En la impactante fachada principal están situados dos murales, también hechos por González Bogen, vaciados en concreto con fondo dorado y relieves simples. “En la parte más alta del frente, a la derecha del techo, se ubica una cruz hecha en corazón de madera de 6,50 mts con un espesor de 40 cm x 40 cm y de unos 2.000 kg. La parte de atrás de la catedral, posee una cruz de concreto en su parte alta que da hacia la edificación del frente, que es la Curia Diocesana”.


Erasmo Calvani, egresado en 1939 de la Escuela Superior de Arquitectura San Lucas de Amberes, Bélgica, al llegar a Caracas se incorporó rápidamente al ejercicio profesional diseñando la Iglesia de San Rafael de La Florida (1940). Le seguirán, entre otros, asociado con el arquitecto catalán Joan Capdevila: el Colegio La Consolación, La Florida (1943), el Colegio Monseñor Castro y la Casa Madre de las Siervas del Santísimo Sacramento, Av. Sur 2, entre las esquinas Hospital a Cárcel (1946), el Edificio Gradillas, esquina de Gradillas (1952), los pabellones y el edificio del rectorado del Colegio San Ignacio de Loyola, Chacao (1953-1958), la Capilla Santa Elena de las Siervas del Santísimo Sacramento, urbanización Los Chorros (1960) y el Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, Guanare (1996).
Este importante arquitecto venezolano sería reconocido 1995 con el Premio Internacional de Arquitectura otorgado por la Sociedad Bolivariana de Arquitectos.
ACA
Procedencia de las imágenes
2 y 4. Revista EXCLAMA. Arquitectura brutalista (https://revistaexclama.com/arquitectura-brutalista/)
3. Wikiarquitectura. Escuela Hunstanton (https://es.wikiarquitectura.com/edificio/escuela-hunstanton/); y Arquine. El Brutalismo nunca existió (https://arquine.com/el-brutalismo-nunca-existio/)
5. Capturas de Google Earth.
6, 7 y 10. IAM Venezuela. Catedral San Felipe Apóstol, de San Felipe, Yaracuy (https://iamvenezuela.com/2016/12/catedral-san-felipe-apostol-de-san-felipe-yaracuy/)
8. Rafael Caldera. 1973. Julio, 13. Nueva Catedral y Plaza Bolívar de San Felipe, estado Yaracuy (https://rafaelcaldera.com/1969-1974/1973-julio-13-nueva-catedral-y-plaza-bolivar-de-san-felipe-estado-yaracuy-01/); y Estampas. San Felipe, estado Yaracuy (https://www.misrevistas.com/estampas/lectura/4127/san-felipe-estado-yaracuy)
9. IAM Venezuela. Catedral San Felipe Apóstol, de San Felipe, Yaracuy (https://iamvenezuela.com/2016/12/catedral-san-felipe-apostol-de-san-felipe-yaracuy/); Conferencia Episcopal Venezolana (https://conferenciaepiscopalvenezolana.com/diocesis-de-san-felipe-celebro-a-su-patrona-nuestra-senora-de-la-presentacion/); y ArquitecturaVZL (https://x.com/ArquitecturaVzl/status/1384704776944893953)
11. IAM Venezuela. Catedral San Felipe Apóstol, de San Felipe, Yaracuy (https://iamvenezuela.com/2016/12/catedral-san-felipe-apostol-de-san-felipe-yaracuy/); Gobierno del Estado Bolivariano de Yaracuy (https://yaracuy.gob.ve/web/noticias/more/14154-Gobierno-regional-inici-restauracin-de-la-cruz-en-la-Catedral-de-San-Felipe); y gilberto vargas (https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=catedral+de+san+felipe+estado+yaracuy#lpg=ik:CAoSLEFGMVFpcE91dlJfNm5neUtBNVZSUXNLV01Lc2w2R1VQOV9tT0RPUjJKMlpY)
12. Venezuela, te extraño (https://www.facebook.com/venezuelatextra/photos/catedral-de-san-felipe-estado-yaracuycomo-estamos-hablando-del-esp%C3%ADritu-religios/1153159681363150/?paipv=0&eav=AfbTtDxCE5KASjrLfXXEpx6i2ynm7Kg1lXfpmRQfJ-cXRnuVcudUxe7jm-8On7M8GhM&_rdr); y IAM Venezuela. Catedral San Felipe Apóstol, de San Felipe, Yaracuy (https://iamvenezuela.com/2016/12/catedral-san-felipe-apostol-de-san-felipe-yaracuy/)
13 y 14. CCS en 365 (https://ccsen365.com/recorridos-virtuales/7-templos/erasmo-calvani-silva/); Edgar Cruz. El espacio sagrado de Erasmo Calvani (https://issuu.com/comunicadorsocial/docs/libro_arquitectos_venezolanos); Arquitectura Venezuela (https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/posts/bas%C3%ADlica-menor-santuario-nacional-de-nuestra-se%C3%B1ora-de-coromotoel-10-de-febrero-/2458201694395161/?locale=pt_BR); y Colección Crono Arquitectura Venezuela
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

De Philadelphia a Washington
La creación de la capital nacional
Miguel Aguiló
Grupo ACS
2023
Comentario crítico
Territorio americano
Construir una nación
Alejandro Bernabeu
Tomado de arquitecturaviva.com
23 de abril de 2024
Con el título ‘Cuidar la tierra, rehacer el mundo’ pronunciaba Miguel Aguiló su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el pasado 14 de enero de 2024. En él abordaba patrimonio, paisaje y planeta; tres ámbitos esenciales de la ingeniería civil que explican su alcance a distintas escalas: un nutrido y poco conocido patrimonio, un paisaje definido por la presencia de sus obras y un planeta acuciado por extremos climáticos.
La ingeniería civil y sus escalas protagonizan también su nuevo volumen publicado por ACS, que profundiza en cómo las obras públicas, caminos, puentes, canales, puertos y tramas urbanas fueron piezas esenciales en la construcción de los Estados Unidos, así como en el proceso de creación de la capital nacional. Así, el libro plantea un recorrido territorial, histórico y simbólico de Filadelfia a Washington, dos metrópolis proyectadas para plasmar significados.
La Declaración de Independencia de 1776 y la aprobación de la Constitución tuvieron lugar en la ciudad de Filadelfia, por entonces la segunda mayor del mundo, solo detrás de Londres. Para alcanzar tal envergadura resultó esencial el sistema de abastecimiento de agua desde el río Schuylkill, con sus obras hidráulicas, azudes y embalses. En ese mismo río, a principios del XIX, unos pioneros carpenter engineers construyeron puentes de grandes dimensiones con arcos rigidizados con triangulaciones, dando origen a toda una generación de patentes de celosías americanas que pronto empezaron a emplear el hierro, así como a los primeros puentes colgantes de cadenas y cables.
Los canales permitieron a su vez el nacimiento de ciudades hacia el interior, y entre ellos destaca el que conecta la bahía de Chesapeake con el estuario del río Delaware, que sitúa a Baltimore como centro portuario de Filadelfia y Washington D.C. No obstante, el ferrocarril se convertiría pronto en el auténtico eje vertebrador del territorio norteamericano. La Pennsylvania Railroad Company acabaría siendo emblema de su época, e impulsora de varias de las estaciones más famosas de los Estados Unidos.
El automóvil superpuso más adelante una nueva red. La autopista que acompaña al río Potomac por su margen derecha fue la primera diseñada con calzadas separadas y criterios paisajísticos para disfrutar las vistas del estuario. La US1 entre Nueva York y Washington, la ‘calle mayor’ de los Estados Unidos, configuró un efectivo eje estratégico al apoyarse sobre los caminos vernáculos y los antiguos embarcaderos de los ferris que cruzaban ríos y estuarios.
Por otra parte, la decisión de levantar Washington D.C. en un gran espacio de 10×10 millas situado en la desembocadura del Potomac y sin ninguna estructura urbana previa fue un hecho insólito. El plano, encargado por George Washington, tampoco tenía precedentes en sus disposiciones diagonales múltiples que otorgaban la máxima visibilidad a sus dos principales referentes: el Capitolio, sede del pueblo, y la Casa Blanca, sede del presidente.
La contestación de Luis Fernández-Galiano en la Real Academia de Bellas Artes retomó la estructura ternaria de Aguiló para recorrer su biografía, y culminó con su último período de «colosal aventura investigadora y editorial», que ha dado origen a la colección de la que el presente volumen constituye el número 21. Tras las series Ingeniería Civil y Grandes Ciudades, de diez libros cada una, ahora se inaugura una etapa dedicada a los ‘paisajes de metrópolis’: una fructífera línea que actualiza y revela el quehacer de la ingeniería civil en la construcción y el cuidado del territorio.
ACA
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Arquitectura
Revista de Arquitectura y Urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid
Nº387
El futuro de Madrid
Volumen II
Territorio
Javier García-Germán & Alejandro Valdivieso (eds.)
Marzo 2024
Sinopsis
El número 387 de Arquitectura, centrado en la noción de territorio, es el primero de los seis temas (territorio, clima, inclusión, cuerpo, belleza y práctica) del proyecto editorial ‘El futuro Madrid’. De entre los tres ejes —sostenibilidad, inclusión y belleza— que estructuran la agenda de la New European Bauhaus sobre la que se ha contextualizado parte del proyecto, los números dedicados a territorio y a clima abordan aquellas cuestiones que giran alrededor de la sostenibilidad, desmitificándola con el objetivo de convertirla en una herramienta real de trabajo para los arquitectos.
El área metropolitana de Madrid constituye la segunda ciudad más grande de la Unión Europea, después de París. Además, entre las grandes ciudades europeas de más de un millón de habitantes, Madrid será la única que crecerá más de un 20%, aumentando su población en casi 1,5 millones de habitantes en 25 años. Esta transformación presenta importantes oportunidades, pero también plantea importantes retos territoriales. Estos abarcan tanto cuestiones infraestructurales -provisión de aire limpio, agua y energía, entre otras- como la consideración de un mosaico territorial que incluya el abastecimiento alimentario o la conservación de la biodiversidad. Un crecimiento demográfico tan profundo hace necesaria la creación de un tejido urbano que favorezca la interacción ciudadana, creando espacios públicos, equipamientos y viviendas de calidad a precios asequibles. Este número de la revista Arquitectura pretende estudiar prácticas ejemplares en Madrid que puedan demostrar cómo la dimensión infraestructural y ecológica de la ciudad debe impregnar todas las escalas para que, partiendo de la dimensión territorial, llegue a través de todas las capas a la vida cotidiana de los ciudadanos.
Con contribuciones de: Iñaki Ábalos, Toni Cañellas, Eduardo Castillo-Vinuesa, Albert Cuchí, José María Ezquiaga, Ginés Garrido, Daniel Ibáñez, Nikos Katsikis, Javier Martínez, Silvia Muñoz, Manuel Ocaña, Pablo Pérez Ramos, Eduardo Prieto, Chris Reed, Andrés Rubio, Álvaro Sevilla-Buitrago y Luís Asín (fotógrafo).
ACA
EXCELENTE NOTICIA

A través de las cuentas de Instagram @bastidas_salinas y @revistaentrerayas, hemos conocido que el equipo conformado por Marcos Coronel, Ricardo Sanz, Khristian Ceballos, Ana Valenzuela, Gabriel García, Cristian Fontana y Carlos Arellano resultó ganador del Concurso Nacional para la Rehabilitación de la Plaza Guaicaipuro de Los Teques, anuncio que fue hecho el pasado martes 25 de junio.

La convocatoria a participar de esta iniciativa abierta a todos los profesionales de la arquitectura, en la que el sector público y el privado unieron fuerzas y actuaron como auspiciantes, estableció entre el 1 y el 20 de marzo de este año para hacer las inscripciones. Una vez cerrado el lapso, la fecha tope para la entrega de las propuestas se fijó para el 18 de mayo.

El jurado integrado por Isabel Maria De Jesús Pereira (antropólogo), Manuel Almeida (historiador), Justine Caballero (arquitecto), Larissa Slibe (arquitecto), Alejandro López (arquitecto), Cesar Vielma (abogado) y Karin Bolívar (representante de la comunidad), tras revisar los trabajos presentados por más de 60 concursantes, preseleccionó 12 de entre los cuales escogió como ganador el identificado con el seudónimo “Suelo/Sombra/Luz” consignado por el equipo ya señalado.

“Suelo/Sombra/Luz” funge a la vez de marco conceptual de la propuesta triunfadora gracias al énfasis particular que se hace en esos tres elementos: “Suelo que nos recuerda nuestros orígenes, lo interpretamos como una gran superficie porosa, lo que permite drenar las aguas de lluvia con facilidad, a la vez que extiende la superficie verde habitable. (…) Sombra que rinde homenaje a la vegetación emblemática que existe en el lugar, potenciado en este caso con un grupo de cubiertas ligeras apergoladas, que resguardan a los usuarios y que hablan del clima tropical. (…) Luz, una apuesta optimista al futuro, un lugar que rinde homenaje a la atmósfera donde se inserta y busca ser mediador entre la tradición y la innovación.

En el acto público presidido por Farith Fraija Norwood, alcalde del Municipio Guaicaipuro y su equipo de gestión, por un lado, se exaltó la iniciativa de convocar al talento nacional para aportar nuevos enfoques, estrategias y tecnologías a la resolución de temas urbanas locales y, por el otro, se anunció que las obras de rehabilitación de la plaza comenzarán las próximas semanas.
Vaya desde aquí las más sinceras felicitaciones para los ganadores.
Nota
Las imágenes que publicamos proceden de @bastidas_salinas y @revistaentrerayas.
ACA
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 409

Entre las revistas de arquitectura de mayor relevancia tanto en Argentina como en el resto de Latinoamérica se encuentra Summa. Considerada dentro del ámbito comercial, sigue a Nuestra Arquitectura, que circuló entre 1929 y 1986, como otra publicación periódica argentina exitosa en cuanto a regularidad: si esta alcanzó las 523 ediciones, aquella llegaría a las 300 entre abril de 1963 y finales de 1992. Sin embargo, existe la opinión generalizada de que Summa, en virtud de la línea editorial seguida, el abanico de proyectos que de ella se desprendieron, los debates que suscitó y el trecho que abarca, ocupa quizá el máximo escalón en cuanto a importancia para informar, referenciar y entender casi treinta años de pensamiento y praxis disciplinar del país sureño.
La creación de la revista se encuentra ligada a las figuras de los arquitectos Carlos Méndez Mosquera (1929-2009) y Adolfina Birute Vilcinskas (1930-2022), casados desde 1952, momento en que Adolfina (Lala) adopta el apellido de su marido con el que será desde entonces ampliamente conocida. Ambos para 1963 ya traían a cuestas una importante experiencia previa en el mundo editorial.

Carlos, graduado en 1953 de la Universidad de Buenos Aires (UBA), desde muy temprano se vinculó con quienes se convertirían en protagonistas de la arquitectura argentina, como Horacio Baliero o Juan Manuel Borthagaray. De lo que se recoge en la página MODERNABUENOS AIRES (https://www.modernabuenosaires.org/arquitectos/carlos-mendez-mosquera): “Siendo estudiante estableció relaciones con el grupo de Arte Concreto, liderado por Tomás Maldonado, quién realizaba el diseño gráfico de la revista Ciclo. (…) En 1950 participó en la fundación de Axis, primera organización de comunicación integral, junto a Maldonado y Alfredo Hlito. Al año siguiente, el trío creó la revista Nueva Visión, un hito en la renovación de la arquitectura local y una avanzada en la formación de los campos novedosos del diseño gráfico e industrial en la Argentina; la editorial del mismo nombre se fundó en 1954, con el libro de Maldonado sobre Max Bill. En 1953, integró el grupo Harpa, estudio dedicado principalmente al diseño de muebles modernos, junto a los arquitectos Aubone, Aizenberg, Hardoy y Rey Pastor”. A su regreso de Europa después de graduado, donde conoció la obra de László Moholy-Nagy, “…fundó la Editorial Infinito y Cícero Publicidad, la empresa con la que continuó durante toda su vida. Desde entonces, se dedicó fundamentalmente a las tareas editoriales vinculadas al mundo del diseño, la arquitectura y la estética, a la publicidad y a la docencia universitaria”. Tras crear en 1963 la revista Summa en cuyos primeros números mostró una visión integral del diseño, “dejó la dirección en manos de su ex esposa Lala Méndez Mosquera, a partir de 1966, y se dedicó de lleno al diseño”.
Por su parte, Lala, quien a la larga se convertiría en la más importante editora argentina de arquitectura, estudia la carrera también en la UBA de donde egresa en 1957 y donde conoce a Carlos quien, como ya mencionamos, sería su marido. “A la par de sus estudios trabajó cinco años en la Editorial Abril en la edición de revistas de historietas”, encontramos en “LALA MÉNDEZ MOSQUERA 1930”, texto biográfico publicado el 13 de marzo de 2019 en el blog Un día/una arquitecta que nos apoyará a lo largo de la elaboración de esta nota. Luego, Lala acompaña a Carlos en la creación de Cícero Publicidad y Ediciones Infinito. Desde Cícero, en momentos de alta tensión entre las universidades y el gobierno, cuando muchos docentes debieron suspender su actividad y se acrecentaba el interés por gestar en el grupo de arquitectos, profesores universitarios y artistas, un proyecto editorial para difundir las vanguardias internacionales y la producción de América Latina, nace Summa, Revista de Arquitectura, tecnología y diseño, nombre que “marcaba una búsqueda de lo excelso –y su doble m, una diversión privada en familia-”, de la que Lala será directora desde 1966 hasta su cierre en 1992.

Con un formato de 21,5 x 29,4 cms, en el contenido de su número 1 (abril 1963) se encontraban en Summa, entre otros, “La obra del arquitecto Eduardo Sacriste” y “Olivetti: dos nuevos diseños” así como los artículos “El caso contra la arquitectura moderna” de Lewis Mumford, “Arquitectura argentina, hoy” de Francisco Bullrich y “La prefabricación en la construcción” de Reinaldo Leiro. También se publicó una amplia reseña y la polémica sobre los resultados del primer concurso internacional organizado en Argentina: el del Edificio Peugeot (nunca construido) ganado por el estudio brasileño Aflalo/Gasperini, y aparecieron los resultados del concurso de anteproyectos para la construcción del edificio de la Biblioteca Nacional en Buenos Aires, cuyo primer premio recayó en el equipo conformado por Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga, y del Concurso nacional de anteproyectos para la sede del Jockey Club de la Ciudad de Buenos Aires ganado por el arquitecto Roberto Álvarez.

Así, “los cuatro primeros números de Summa se hicieron en Cícero en dos años. Carlos sostuvo el motor creativo, dirigió el proyecto, ocupándose de lo económico (mientras) Lala estaba a cargo de la edición: formaba parte del planteo editorial, la visión, la dirección de arte, el diseño de la revista y la ponderación de los contenidos. Participaron como Directores Ejecutivos José A. Le Pera y Jorge Grisetti”.
En 1965, Lala decide renunciar a Cícero para tomar la dirección de la revista con la idea de transformarla en una publicación con mayor frecuencia de salida y desarrollar los mismos conceptos planteados en esos cuatros números iniciáticos. “No fue fácil para ella independizarse y comenzar su propio camino pero supo que era necesario para la supervivencia de la revista, que quedaba en segundo plano frente a las urgencias de la agencia”.


Por tanto, a partir del nº 5 en nueva sede (ubicada en Viamonte 494 edificio del estudio OAM donde también se encontraba la librería Nueva Visión) y con el apoyo de Francisco Bullrich y Victoria Ocampo, Summa de la mano de Lala aumenta su periodicidad y alcance marcando el inicio de su segunda etapa. “Los 14 números siguientes, con Leonardo Aizenberg como secretario de redacción, incluyeron ediciones monográficas dedicadas a la Arquitectura Moderna en Argentina, Chile, México, Brasil y Uruguay, a temas de vivienda y a distintas tipologías”.


Desde 1969 y hasta 1976, la revista logra salir mensualmente y Lala, junto a su equipo editorial, “deciden dedicar la publicación principalmente a la producción arquitectónica nacional y latinoamericana reforzando su propuesta inicial. Por lo tanto, el material de arquitectura europea que llegaba a la editorial desde diversas fuentes … se vuelca en otras publicaciones como los Cuadernos Summa-Nueva Visión (dirigidos por Ernesto Katzenstein) ordenados en diferentes temas por directores invitados. (…) Paralelamente con el sello editorial Ediciones Summa se publican nuevas colecciones. En 1976, Marina Waisman comienza con la producción de la Colección Summarios, también centrada en temas internacionales. (…) Waisman también estuvo a cargo de la sección Summa-Historia, publicada desde 1974, donde analizaba la arquitectura americana desde la época de la Conquista hasta 1960. Esta sección fue editada y recopilada en forma de libro tres años después”.


Durante la tercera y última etapa de la editorial entre 1976 y 1992 Summa, salvo breves sobresaltos, logra mantener su periodicidad mensual y la editorial añade a sus productos en 1983 Summa-Temática de aparición trimestral, bajo la coordinación de Julio Cacciatore y Horacio Pozzo, y las ‘tapas homenajes’ (destinadas a dar cuenta de la obra de arquitectos de relevancia), igualmente a cargo de Cacciatore. “También durante este período, Lala decide ampliar la actividad de Summa no sólo a los productos editoriales: a partir de 1977, y desde la revista, propugna campañas públicas: ‘Summa invita a la preservación del Patrimonio histórico y urbano’, ‘Campaña en pro de la recuperación de las costas y los ríos para uso del hombre’, ‘Energía: ahorrar, no contaminar, investigar’ y ‘Preservación del Patrimonio’”. Esta última campaña comienza al cumplirse 25 años de Summa (1988) momento en que se decide cambiar la diagramación general y una foto de detalle pasa a la imagen de tapa. “También aquí Julio Cacciatore y Horacio Pozzo tomaron la continuidad de la sección”.


En 1992, Lala y su socia Susana Benedit, debieron cerrar su empresa por lo que la revista Summa y Ediciones Summa dejaron de existir a finales de aquel año.

Al año siguiente (1993) bajo la dirección de Martha Magis y periodicidad bimestral es lanzada la revista Summa+, buscando mantener la continuidad y nivel de su predecesora, tras una idea que implicaba la apertura a todos los diseños en consonancia con el contexto del momento. En Summa+, que a la larga se ha consolidado como revista de arquitectura, Lala siguió su actividad como asesora, y desde 2006 también lo fue de otro producto editorial salido del mismo grupo: la revista Barzón centrada en el diseño gráfico y diseño de indumentaria. Lala,“por varios años continuó desarrollando su rol de editora de contenidos editoriales de arquitectura y diseño, además de enseñar y entrenar a jóvenes arquitectas y arquitectos que daban sus primeros pasos en el mundo de la comunicación de arquitectura”.

Convertida en objeto de culto, la colección de 300 números de Summa, ha servido para llevar a cabo innumerables trabajos de investigación que abarcan temas tan variados como su rol en la creación de un nuevo campo disciplinar, en la modernización y surgimiento de una vanguardia dentro de la arquitectura y el urbanismo argentinos, su papel innovador en el diseño gráfico o como plataforma para tender diversas miradas sobre la ciudad de Buenos Aires durante las décadas de los años 1960 y 1970.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal, 1 y 11. udgba. Lala Méndez Mosquera (https://udgba.org.ar/lala-mendez-mosquera/)
2. Summa n1 (https://es.scribd.com/document/442274994/summa-n1); y Fundación IDA (https://www.instagram.com/fundacionida/p/CShSuwCjmAl/?img_index=2)
3, 4, 5, 6 y 7. Fundación IDA (https://www.instagram.com/fundacionida/p/CShSuwCjmAl/?img_index=2)
8. Un día/una arquitecta . LALA MÉNDEZ MOSQUERA 1930 (https://undiaunaarquitecta4.wordpress.com/2019/03/13/lala-mendez-mosquera-1930/)
9. Fundación IDA (https://www.instagram.com/fundacionida/p/CShSuwCjmAl/?img_index=2); y udgba. Lala Méndez Mosquera (https://udgba.org.ar/lala-mendez-mosquera/)
10. Biblioteca de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (UNLP) (http://www.biblio.fau.unlp.edu.ar/meran/opac-busquedasDB.pl?tipoAccion=BUSQUEDA_AVANZADA&autor=Spinetto,%20Horacio%20J.)