El asentamiento, el espacio urbano, el edificio público, la casa
Christian Norberg-Schulz
Editorial Reverté
2023
Nota de los editores
Este libro trata sobre el habitar del ser humano. La palabra «habitar» significa aquí algo más que tener un techo que nos cubra y cierto número de metros cuadrados a nuestra disposición.
En primer lugar, «habitar» significa encontrarse con otros seres humanos para intercambiar productos, ideas y sentimientos, es decir, para experimentar la vida como una multitud de posibilidades. En segundo lugar, «habitar» significa ponerse de acuerdo con los demás, es decir, aceptar un conjunto de valores comunes. Por último, «habitar» significa ser uno mismo, en el sentido de tener un pequeño mundo personal. Estas tres modalidades se pueden denominar el «habitar colectivo», el «habitar público» y el «habitar privado».
Sin embargo, la palabra «habitar» también incluye los lugares que el ser humano ha configurado para hacer realidad esas tres modalidades. El asentamiento -es decir, la ciudad con sus espacios urbanos- siempre ha sido el escenario del habitar colectivo. Las sedes de las instituciones han sido la encarnación del habitar público. Y la casa ha sido el retiro privado donde los individuos han podido prosperar.
Juntos, la ciudad, el espacio urbano, el edificio público y la casa constituyen un entorno total. Sin embargo, este entorno siempre está relacionado con lo que nos viene dado, es decir, un paisaje con cualidades tanto generales como particulares. Por tanto, «habitar» también significa entablar amistad con un lugar natural.
Esta edición incluye un prólogo del profesor y traductor Jorge Sainz y un epílogo del profesor Agatángelo Soler. Ambas aportaciones son parte de las labores de investigación del Departamento de Composición arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, que ha colaborado en la edición y publicación de este libro.
Este libro se escribió en la hora más oscura de Alemania, pero por primera vez arroja luz sobre la cuestión de la construcción de iglesias e ilumina todo el problema de la arquitectura en sí mismo.
Rudolf Schwarz, el gran constructor de iglesias alemán, es uno de los pensadores más profundos de nuestro tiempo. Su libro, a pesar de su claridad, no es fácil de leer, pero quien se tome la molestia de estudiarlo con detenimiento obtendrá una visión real de los problemas discutidos. Yo lo he leído una y otra vez y conozco su poder de clarificación. Creo que debería ser leído no solo por quienes se preocupan por la construcción de iglesias, sino también por cualquiera que esté sinceramente interesado en la arquitectura. Sin embargo, no es solo un gran libro sobre arquitectura: es uno de esos libros verdaderamente grandes, de los que tienen el poder de transformar nuestro pensamiento.
Siempre he creído que debería traducirse al inglés. Ahora, gracias a Cynthia Harris, cualquier persona del mundo que hable inglés puede estudiarlo.
Mies van der Rohe (1958)
Extracto de la nota del editor
El texto sorprende por los acentos tan variados con los que Schwarz se expresa. En ocasiones su discurso es puramente arquitectónico; otras veces se parece al de un científico o un naturalista. También lo vemos hablar como un filósofo, como un profeta, como un chamán o como un iluminado. Diversos pasajes profundizan en la tradición cristiana más ortodoxa —mística, más que ascética—, arrojando una luz intensa sobre algunos símbolos que tradicionalmente han sido de difícil lectura.
Por eso, al terminar de leer el libro, uno se acaba preguntando quién fue realmente Rudolf Schwarz; qué tenía en la cabeza ese constructor de iglesias que añadía a su amplia experiencia arquitectónica la profundidad de un teólogo y el imaginario de un liturgista; si lo que expone en el libro son inquietudes que compartía con sus contemporáneos, si solo se trata de reflexiones suyas, o en definitiva, si tal como sugiere Mies, el libro es el intento desesperado de encontrar alguna luz en medio de una época especialmente oscura de la cultura europea.
El 15 de abril de 2019, ocurrió un devastador incendio en la famosa Catedral de Notre Dame en París, Francia. El fuego causó daños significativos a la estructura histórica, que es un punto de referencia en la ciudad y un símbolo de la arquitectura gótica francesa. La catedral ha estado en proceso de restauración y está en camino de reabrir al público en 2024.
La fase de limpieza interior en Notre Dame tuvo lugar durante la segunda mitad de 2022. El proceso comenzó con la aplicación de una pasta de látex a toda la piedra interior. Cuando se retira el látex unos días después, se eliminan el polvo y la suciedad de las paredes, dejando las paredes “luminosas.” Aunque la limpieza ha sido muy exitosa, muchos críticos argumentan que el resultado de la pasta no está en línea con el estado original de la catedral. Además, los críticos afirman que es una distorsión del relicario de 850 años de antigüedad y de la tradición católica.
El incendio de 2019 destruyó la compleja estructura del techo. De hecho, debido a la gran cantidad de madera utilizada en el techo, solía ser llamado La Forêt, en francés significa El Bosque. Esta estructura del techo se presentó como un grave problema, con algunos diciendo que sería imposible reconstruirlo simplemente debido a la gran cantidad de árboles utilizados en su construcción. Los restauradores recurrieron a artesanos en Guédelon, un castillo en construcción a 2 horas al sur de París, donde los carpinteros están capacitados en carpintería medieval. El proyecto Guédelon es un experimento arqueológico, un castillo construido solo con las herramientas y métodos disponibles en la Edad Media y materiales de origen local. Hoy en día, Guédelon desempeña un papel inesperado y vital en la restauración de La Forêt de Notre Dame.
En febrero de 2023, se erigió el andamiaje que iniciará el proceso de restauración de la famosa aguja del siglo XIX. Diseñada por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, la aguja de madera fue uno de los momentos más vívidos del incendio en 2019. De hecho, la aguja estaba siendo restaurada cuando se desató el fuego. Se ha creado una versión idéntica de la aguja con los mismos materiales originales. Se encontraron 1.400 robles franceses para la nueva estructura y se reconstruirá exactamente según los dibujos de Viollet-le-Duc. El informe oficial tiene como objetivo producirlo con la “autenticidad, armonía y coherencia de esta obra maestra de la arquitectura gótica”.
Los esfuerzos de restauración están en curso y se está avanzando. Se espera que el proceso de reconstrucción se complete en 2024, aunque los expertos afirman que no estará lista a tiempo. En agosto de 2022, la Ministra de Cultura de Francia, Rima Abul-Malak, estaba segura de que la catedral abriría a tiempo para los Juegos Olímpicos que se celebrarán en París en 2024. Sin embargo, como los juegos son del 26 de julio al 11 de agosto de 2024, el objetivo podría ser difícil de lograr. El entorno construido de París ha estado cambiando rápidamente para adaptarse a las preocupaciones y necesidades contemporáneas. En junio, la ciudad reinstauró oficialmente una regla que limita la altura de los nuevos edificios en la capital francesa a 37 metros, o 12 pisos. En agosto, el Ministerio de Turismo de Francia anunció una campaña en todo el país para animar a los visitantes a descubrir atracciones menos populares dentro del país en un esfuerzo por aliviar la presión sobre las ciudades más grandes.
La comercialización en Venezuela de los productos destinados a la industria de la construcción elaborados por la empresa Westinghouse Electric Company LLC (anteriormente conocida como Westinghouse Electric Corporation), estuvo durante los años 1950 a cargo de la S.A. Eugene Capucio y Cía, Sociedad Técnica Comercial (SOTECO C.A.), ubicada inicialmente entre las esquinas de San Francisco y Sociedad del centro de Caracas y posteriormente en la avenida principal de San Agustín del Sur, anunciante desde su primer número de la que fue la primera revista de arquitectura producida en el país (1954): A, hombre y expresión, de cuyo número 2 proviene la imagen de nuestra postal del día de hoy.
1. Otros dos anuncios publicados por S.A. Eugene Capucio y Cía, Sociedad Técnica Comercial (SOTECO C.A.) en las páginas de A, hombre y expresión. El de la izquierda en el nº1 (1954) y el de la derecha en el nº4 (1957).
Al inicio, la firma estuvo muy enfocada en presentarse como proveedora de aparatos destinados a facilitar el transporte vertical (ascensores y montacargas) de la conocida firma norteamericana, ampliando luego paulatinamente su oferta a otra serie de aparatos electrodomésticos que ya formaban parte de la cartera de la multinacional.
2. Catálogo de 1888 de la Westinghouse Electric Company anunciando su «Sistema Alterno».
De lo que hemos podido recoger en internet, George Westinghouse, Jr. (1846-1914) fue un empresario, ingeniero e inventor estadounidense titular de más de cuatrocientas patentes, muchas de ellas relativas a la tecnología de los transportes. Se hizo famoso por inventar en 1869 un freno de aire comprimido, ampliamente aplicado en los trenes, posteriormente transformado en automático, que se constituyó en su primera patente. Ese mismo año creó la Westinghouse Air Brake Company.
En 1886 fundó en Pittsburgh la Westinghouse Electric & Manufacturing Company, que contó en los primeros años con la decisiva colaboración el científico croata Nikola Tesla quien revolucionó la teoría eléctrica desarrollando las bases para la generación de corriente alterna (CA).
3. De izquierda a derecha: George Westinghouse (1848-1914), Nikola Tesla (1856-1943) y Thomas Alva Edison (1947-1931)4. La Exposición Mundial Colombina de Chicago de 1893, iluminada con corriente alterna.
Westinghouse, proveniente del sector del ferrocarril, fue el principal responsable de la adopción de la corriente alterna para el suministro de energía eléctrica en Estados Unidos al impulsar las tesis sostenidas por Tesla, para lo cual hubo de vencer la enconada oposición del popular inventor Thomas Alva Edison, partidario de la corriente continua (CC), fundador a su vez de su más acérrima e histórica competencia: la empresa General Electric. Lo que se conoció como la “guerra de las corrientes” encontró durante la Exposición Mundial Colombina de Chicago de 1893 su punto culminante, cuando Westinghouse presentó un presupuesto por la mitad de lo que pedía General Electric. Así, la iluminación de la Feria le fue adjudicada, Tesla pudo exhibir sus generadores y motores de CA y se superó definitivamente a Edison.
La interesante historia que acompaña a Westinghouse Electric permite detectar, entre sus múltiples actividades e incursiones, cómo en 1895 instala generadores de CA en la planta hidroeléctrica de Adama, Cataratas del Niágara, que proporciona electricidad a la ciudad de Búfalo, Nueva York; en 1899 funda la British Westinghouse Electric and Manufacturing Company; en 1909 introduce las bombillas de filamento continuo de tungsteno y en 1914 entra en el mercado de los electrodomésticos.
5. Sistema de control de velocidad Ward-Leonard.
Sin embargo, la participación de la firma en la evolución y desarrollo del ascensor como medio de transporte vertical se hará sentir luego de ser introducido en 1900 el motor de inducción para corriente alterna, que contribuyó a acelerar el avance hacia el accionamiento eléctrico, y de que en 1903 aparecieron en Estados Unidos los modelos de ascensor con corriente de tracción, donde la cabina estaba conectada a un contrapeso mediante un cable y una polea, empleando corriente de tracción. Puesto que sólo se necesitaba un pequeño motor eléctrico para desplazar la cabina por una distancia vertical mucho mayor, fue posible elevar las cabinas en edificios de gran altura con docenas de pisos.
Poco después, la adopción del método Ward-Leonard se convirtió en un extraordinario avance en la evolución de la tecnología de los ascensores. El sistema, introducido por Henry Ward Leonard en 1891, permitió, controlando el voltaje de salida del generador, también controlar la velocidad del motor y con ello permitir que los elevadores lograran su cometido sin alteraciones bruscas de aceleración. Aunque el método se comenzó a utilizar para controlar la velocidad de un motor de corriente continua, en su perfeccionamiento también participó Westinghouse desarrollando la posibilidad de su uso con corriente alterna. Además, mientras la empresa Otis Elevator lo presentó en el mercado como un sistema multivoltaje, Westinghouse lo comercializaba como un sistema de voltaje variable. Con ello, un sistema de corriente continua de precisión que usaba un dispositivo de nivelación de cabina automático, mejoró la calidad del desplazamiento y de la detención en el hall en cada piso.
6. Anuncios de los productos Westinghouse publicados en 1920 (izquierda), 1924 (centro) y 1934 (derecha).7. DuMont Building, 515 Madison Avenue, Nueva York. Arquitecto: J.E.R. Carpenter. Año: 1929. Equipado con ascensores Westinghouse.
En 1922, Westinghouse instaló un ascensor sin engranajes en el Physical Education Building de Chicago; en 1931 instaló también en el Edificio Rockefeller, Nueva York, los ascensores más rápidos de la época con dispositivo de detención en hall automática, que alcanzaban una velocidad de 420 metros por minuto (1.378 pies/min.). Dentro de esta competencia sostenida con Otis Elevator Company, empresa pionera fundada en Nueva York en 1853 por Elisha Graves Otis (quien resolvió el principal problema que afectaba a los ascensores de esa época: el fallo del cable) y que fabricó el primer ascensor de servicio de pasajeros del mundo para un hotel de cinco pisos en Broadway, Nueva York, en el año 1857 accionado a vapor, Westinghouse perdería en 1930 la oportunidad de instalar los 58 ascensores del Edificio Empire State en Manhattan (en aquel momento el más alto del mundo), destinado a prestar servicio a unos 15.000 usuarios diarios, correspondiéndole a Otis hacerlo. Hoy en día Otis es el principal fabricante de ascensores y escaleras mecánicas en el mundo.
8. Edificio Botica Nueva, Maracaibo (1925)
En nuestro país, se registra el año 1925 como la primera ocasión en que en una edificación se instaló un ascensor de pasajeros. Se trata del edificio Botica Nueva ubicado en Maracaibo, propiedad de M.A Belloso & Hermano y proyecto de la oficina de ingeniería Rojas y Poveda, siendo el responsable de la ejecución de la obra el Dr. Pedro José Rojas.
9. Izquierda: Hotel Majestic. Derecha: Ministerio de Educación Nacional (hoy Biblioteca Metropolitana Simón Rodríguez)
En Caracas le corresponderá la primicia al hotel Majestic, inaugurado en 1930 (hoy demolido), diseñado por Manuel Mujica Millán y construido por Eloy Pérez Alfonso. En el sector público el primer edificio que contó con ascensor fue el Ministerio de Educación Nacional (hoy Biblioteca Metropolitana Simón Rodríguez), construido entre 1935 y 1938 ubicado en la esquina de El Conde, proyecto de los ingenieros Guillermo Salas y Armando Vegas.
10. Anuncios de oferta de servicio de instalación de ascensores publicados en el nº2, septiembre 1955, de la revista A, hombre y expresión.11. Propaganda de 1951 publicada en la prensa nacional ofreciendo la lavadora automática Laundromat de Westinghouse.
Durante los años 1950, década de febril actividad constructiva en nuestro país, se detecta la presencia como proveedores de ascensores y escaleras mecánicas de tres empresas: las norteamericanas Otis y Westinghouse y la suiza Schindler, que acapararon la casi totalidad de las instalaciones de esos equipos que se realizaron en la capital. En el ramo de electrodomésticos de la ya prestigiosa marca Westinghouse, será la firma González & Bolívar C.A. la que distribuya y lidere las ventas en Caracas.
12. Evolución en el tiempo del logo de Westinghouse.
En cuanto a la trayectoria de Westinghouse, la compleja diversificación de los negocios en los que fue incursionando a través del tiempo y los cambios de propietarios han devenido en que actualmente, como marca, se encuentre a la cabeza de la producción mundial de electrodomésticos, además de lo cual desarrolla una notable actividad en el sector nuclear.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal. Revista A, hombre y expresión, nº2, septiembre 1955
Revista A, hombre y expresión, nº1, enero 1954 y Revista A, hombre y expresión, nº4, julio 1957.