¿SABÍA USTED…

… que en 1980 se concluye la construcción del Bulevar de Catia?

1. Bulevar de Catia frente al mercado.

Con la realización de las obras que dieron por resultado la inauguración de la primera etapa de la línea 1 del Metro de Caracas en 1983 desde Propatria hasta Chacaíto, se dejó atrás un período en el que la ciudad se vio impactada a nivel superficial de cuanto acontecía por debajo con los consabidos problemas e incomodidades que afectaron a conductores, transeúntes y comerciantes.

Desde que Rafael Caldera inauguró la estación Agua Salud al final de su mandato en 1974, sin haberse iniciado las obras en el subsuelo pero con el proyecto prácticamente concluido, hasta que Luis Herrera Campíns tiene el privilegio de inaugurarlas en 1983, transcurrieron casi 10 años de trabajos ininterrumpidos que el gobierno intermedio de Carlos Andrés Pérez con visión de Estado y a pesar del fuerte ruido que causó la posibilidad de construir un “Aerocarril”, entendió como una necesidad impostergable y un clamor, por lo que finalmente decidió darle continuidad a la obra, correspondiéndole en marzo de 1975 anunciar la construcción de la línea 1 (Propatria-Palo Verde) comenzando por el oeste.

Si bien el Metro transcurría por debajo y con ello terminaría aliviando de manera importante el siempre problemático tráfico de la capital, las obras, una vez concluida la línea 1 en 1989 hasta Palo Verde (para cuando ya se había terminado el tramo Las Adjuntas-El Silencio de la línea 2), le dejaron a la ciudad una serie de espacios públicos de efectos dignificantes como nunca antes el caraqueño del siglo XX había percibido. En otras palabras al final del camino se entendió que los sacrificios sufridos tenían todo el sentido del mundo y el beneficio colectivo sobrepasaba con creces los posibles efectos individuales que se hubiesen creado.

2. Intervenciones urbanas que se originaron a partir de la construcción de la Línea 1 del Metro de Caracas

Las mejoras sustanciales que trajo la apertura del sistema en su primera etapa dieron como resultado la creación de lo que Max Pedemonte, arquitecto jefe desde 1968 del Metro de Caracas, denominó como “Rutas paralelas”, que no son otra cosa que las intervenciones que a nivel de la superficie se produjeron junto a la construcción del subterráneo que redundaron en un incremento de la movilidad de grandes masas, no dependientes del vehículo privado, y derivaron en la realización de toda una infraestructura peatonal complementaria, consistente en la ampliación de aceras, construcción de bulevares y plazas que le empezaron a dar sentido al término acuñado.

Pedemonte, nacido en Cuba en 1936, residenciado en Europa entre 1938 y 1945 y establecido en Venezuela en 1946, realiza estudios de arquitectura en la UCV entre 1955 y 1960 bebiendo de los aprendizajes que Carlos Raúl Villanueva fue dejando a través de la construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas y en particular del edificio sede de Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Trabaja en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social entre 1961 y 1967 lapso en el que realiza un postgrado en la Universidad de Columbia. Ya previamente había empezado a desarrollar su vena artística la cual lo acompañará desde muy joven lo que le permite obtener en 1962 el Premio Nacional de Escultura del XXIII Salón Oficial de Arte. En 1967 ingresa como docente de diseño arquitectónico en la FAU UCV en el Taller Borges de donde se jubila en 1992. Como ya adelantamos, en 1968 Pedemonte pasa a ser arquitecto jefe del Metro de Caracas encabezando una de las acciones de renovación urbana más importantes en la historia de Caracas. De dicha actividad derivó la publicación en 1983 del libro “Rutas paralelas. Plan de recuperación urbana del Metro de Caracas” que posteriormente presentó para ascender en el escalafón universitario en 1985. En 1987, con motivo de la VIII edición de la Bienal Nacional de Arquitectura, última de las que concedió el Premio Nacional, con la presentación de “Rutas paralelas” dicha distinción recayó en el Metro de Caracas y en particular en el arquitecto Pedemonte por la obra realizada por la División de Arquitectura a su cargo. Otra característica importante de su actuación en el Metro fue la de haber incorporado el arte en cerramientos, revestimientos de paredes y techos, y el haber convocado a diferentes y connotados artistas plásticos a colaborar con intervenciones tanto en el interior como en el exterior de las estaciones del subterráneo incluidos los espacios públicos que se generaron.

Pues bien, quizás entre las más importantes “Rutas paralelas” que dejó la apertura de la línea 1 del Metro estuvieron las plazas Caracas (entre las torres del Centro Simón Bolívar), La Hoyada, Palo Verde y Brión en Chacaíto y, sobre todo, la transformación de la antigua avenida España en Catia y la Calle Real de Sabana Grande (avenida Abraham Lincoln) en sendos bulevares que se convirtieron de inmediato en disfrute y desahogo del ciudadano y alegría para los comerciantes dado el notable incremento en la calidad ambiental que ello trajo consigo y el cambio en la conducta de quienes usaban dichos espacios y también las instalaciones ubicadas bajo tierra.

3. Izquierda: La trama reticular de la Nueva Caracas. Plano de Caracas y sus alrededores, 1941. Derecha arriba: Oficinas de venta de la Nueva Caracas, 1929. Derecha centro: Vista aérea de Catia. Derecha centro: Plaza Pérez Bonalde. Derecha abajo: Inauguración de la Plaza Sucre por Juan Vicente Gómez en 1928 con el nombre de su hermano Juan Gómez.

El Bulevar de Catia, abierto en 1980 y terminado en 1984, transcurre en una longitud de 870 metros ocupando el eje central de lo que fue la urbanización Nueva Caracas, creada en 1929 por el Sindicato de ese mismo nombre donde se desarrollaron unas 58 manzanas (rectangulares y cuadradas), equivalentes a 80 cuadras del casco tradicional, diseñadas por el ingeniero Oscar Ochoa. De entre ellas, doce manzanas con nombres de países hispanoamericanos y siete avenidas, convergen en una plaza de planta circular (atribuida a Ochoa) que inicialmente fue denominada “Plaza Cataluña”, luego se llamó “Plaza Las Orquídeas” y finalmente, en 1946, plaza Pérez Bonalde en honor al poeta Juan Antonio Pérez Bonalde -máximo exponente de la poesía lírica, el romanticismo y el modernismo venezolanos del siglo XIX-, momento en que se coloca un busto de mármol blanco sobre un pedestal del escultor Lorenzo González (ejecutado en la Marmolería Artística Prof. Emilio Gariboldi) en medio del espacio arbolado. El desarrollo de Ochoa incluía un club social y deportivo ubicado frente a la plaza y estuvo conformado por casas adosadas sin retiro de frente para vivienda y comercios, y áreas de uso industrial que ocupaban parcelas de mayor tamaño al sur. El Banco Obrero, por su parte, construye a través de la empresa de los Hermanos Mancera en 1929, dentro del trazado de la Nueva Caracas, luego de su exitosa experiencia de San Agustín del Sur, 38 viviendas adosadas las cuales sólo podían alcanzar un solo piso adicional, ya que el suelo era arenoso, inestable y con niveles freáticos altos corroborado por la existencia en las proximidades de la Laguna de Catia.

4. Izquierda: Dos tomas de la avenida España en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX. Derecha: La avenida España transformada en el Bulevar de Catia
5. El Bulevar de Catia y algunos de sus hitos más importantes hoy en día: la Plaza Sucre y la Plaza Pérez Bonalde (izquierda), el Mercado de Catia y el Teatro Catia (centro). A la derecha el Bulevar cualquier día de la semana.

De tal manera, entre la Plaza Sucre al norte (inaugurada por Juan Vicente Gómez en 1928 con el nombre de su hermano Juan Gómez tomando su actual denominación en 1935) y la Pérez Bonalde al sur, el Bulevar de Catia se convirtió acto seguido a su inauguración en una pujante zona comercial y lugar de recreo y esparcimiento para los habitantes de la zona, actividades que se incrementan durante los fines de semana sobre las calles que corren paralelas y se colman por la gran afluencia de vecinos desde los superbloques del 23 de Enero, las Lomas de Urdaneta y Altavista, y la zona baja de los Magallanes. En su recorrido se ubican dos edificaciones de carácter patrimonial: el Mercado Municipal de Catia instalado en 1951 (que tomó como referencia el Mercado de San Jacinto –demolido en 1942- del cual aprovechó el techo y las rejas) y el teatro Catia inaugurado en 1940 y cerrado en 1980 para convertirse hasta 2006 en una tienda clausurada por el mal estado del edificio en 2007, el cual fue restaurado en 2015.

6. A la izquierda, planta de la propuesta para el Bulevar de Catia hecha por el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU). Derecha: Torres de vivienda y Jefatura Civil de la parroquia Sucre, únicos elementos construidos (1984) por el Centro Simón Bolívar.

Para el Bulevar, mientras se construía el Metro, el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU) creado en 1979 por 26 arquitectos de reconocida trayectoria, que Oscar Tenreiro define en su blog Entre lo cierto y lo verdadero del 01/02/2014 como “institución de carácter gremial-cultural … en cierto modo calcada del IAUS (Institute for Architecture and Urban Studies) que funcionaba en Nueva York por esos tiempos y disfrutó de un considerable éxito”, hizo una propuesta enmarcada en «la exploración de ideas de Diseño Urbano para distintas zonas de la ciudad, (que era) su actividad preferencial». Dicho planteamiento interesó particularmente al Centro Simón Bolívar y a la Gobernación del Distrito Federal, «instituciones donde tenía un buen poder de decisión (era miembro de la Directiva del Centro Simón Bolívar y alto ejecutivo de la Gobernación) el Arq. Francisco Pimentel Malaussena”, quien “se abrió hacia este grupo promoviendo un diálogo sobre la ciudad de carácter muy fructífero y de allí dependieron algunas realizaciones promovidas por el Centro Simón Bolívar, entre las que destacan lo que se llamó el Boulevard de Catia en el Oeste de la Ciudad…”. De hecho, el Centro Simón Bolívar con base en la propuesta del IAU, emprendió la construcción de tres torres de vivienda sobre el espacio que estamos comentando (que no tuvieron la repercusión deseada) y de la Jefatura Civil de la parroquia Sucre, ambos trabajos de 1984.

7. Diversas tomas del Bulevar de Catia en la actualidad

Como se recoge de la ficha elaborada por María Isabel Peña  en Caracas del valle al mar. Guía de Arquitectura y paisaje (2015), “desde 2009 el Bulevar se extendió a partir de la sexta avenida de El Atlántico hasta la avenida principal de La Silsa, en una modalidad mixta, incorporando en tramos el paso de automóviles. Las ultimas transformaciones efectuadas en el Bulevar hicieron esfuerzos importantes en recuperarlo para el uso de los niños y la población de la tercera edad, incorporado mobiliario urbano”.

8. El Bulevar de Catia en tiempos de pandemia a comienzos de 2021

Hoy en día, en medio de la pandemia, el Bulevar de Catia mantiene su vitalidad, cuenta con una buena arborización, sigue siendo el espacio de mayor dinamismo de la zona, y su principal lugar de abastecimiento, encontrándose, una vez más, tras haber sido recuperado entre 2012 y 2014, preso de la anarquía y tomado por el comercio informal. Es la clara demostración de que ante la necesidad de obtener los medios mínimos para subsistir no hay prohibición que obligue a la gente a quedarse en casa.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. http://guiaccs.com/obras/bulevar-de-catia/

2. Max Pedemonte, Rutas paralelas. Plan de recuperación urbana del Metro de Caracas, 1983

3. http://guiaccs.com/zona-2/, https://twitter.com/tachirense89/status/1302715211095461889?lang=bg, http://guiaccs.com/obras/plaza-sucre/, Colección Crono Arquitectura Venezuela

4. https://www.facebook.com/lavenezuelainmortal/photos/boulevard-de-catia-caracas-a%C3%B1os-50comparte/778165202282415/ y https://twitter.com/caracascuentame/status/1296491817022697475

5. http://guiaccs.com/obras/plaza-sucre/, https://m.facebook.com/venezuelatextra/posts/3317755694903527?locale2=es_LA, http://guiaccs.com/zona-2/ y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

6. https://oscartenreiro.com/2014/02/01/una-pequena-historia-necesaria-vii/ y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

7 y 8 . Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 265

Gracias al descubrimiento hecho por nuestro asiduo lector y amigo Lesmes Castañeda en una ya desaparecida librería de publicaciones usadas de Las Mercedes, llegó a nuestras manos, digitalizado, este número 1 (abril-mayo junio), de la revista Artes del año 1952, verdadera reliquia para curiosos.

Dirigida por Diego de Viana e impresa en el taller gráfico Cromotip, con portada sencilla en blanco donde aparece únicamente la caligrafía con que se escribe su nombre, se descubre en este ejemplar de Artes, además de su aparente periodicidad trimestral, que está integrada por siete secciones: Cultura, Teatro, Arquitectura, Pintura, Música, Letras y una especie de misceláneos que titulan como “Kaleidoscopio”. Como se ve, abarcaba, al menos de inicio, casi todo el espectro de la cultura y las bellas artes.

De los dos artículos de Cultura uno titulado “Holanda cultural” estuvo firmado por Su excelencia Hendrick Riemens, Ministro de Holanda, y el segundo, “Educación primaria”, fue escrito por Eduardo Picón Lares; los de Teatro, “Lawrence Olivier y su Hamlet” y “Hacia el porvenir”, llevaron la firma de Ernesto Estrada; la sección de Pintura conformada por los textos “Joyas de arte de Venezuela” y “Vida artística” estuvo a cargo de Gastón Diehl; el escrito sobre Música “Variaciones sobre Chopin” lo elaboró Israel Peña; la sección de Letras contó con cuatro artículos y tres firmas: “Relicario” y “Alfonso de Lamartine” de René Durand, “Las dos retretas” de Eduardo Arroyo Lameda y “Ella va a misa” de Roberto Picón Lares; y Kaleidoscopio recoge los artículos “El paisaje y su flora” de Tobías Lasser y “La televisión” de James Angus.

Lamentablemente no contamos con la totalidad de la revista para saber el sesgo e inclinaciones de los textos aparecidos. Sin embargo, entre los colaboradores se encuentran verdaderos especialistas en sus respectivas áreas lo cual habla muy bien del alto nivel que se esperaba alcanzar con la publicación.

De lo anterior puede dar fe el hecho de que el artículo sobre Arquitectura, titulado “Luz, estructura y forma”, haya sido escrito nada más y nada menos que por Carlos Raúl Villanueva siendo ello un verdadero descubrimiento ya que, según tenemos entendido, no forma parte de ninguna de las antologías publicadas sobre el Maestro. También se podría afirmar que se trata de uno de sus primeros textos breves después de la aparición del libro La Caracas de ayer y de hoy, su arquitectura colonial y la Reurbanización de “El Silencio” (1950) y un poco anterior (casi simultáneo) del muy conocido ensayo “El sentido de nuestra arquitectura colonial” incluido en la Revista Shell en junio del mismo año 1952.

En “Luz, estructura y forma”, cuya extensión es de una sola página, Villanueva establece el paralelismo existente entre la arquitectura gótica y la arquitectura contemporánea en cuanto a la utilización de las técnicas propias de cada época para lograr cubrir convenientemente los espacios y a la vez permitir que la luz los bañe y “los haga vibrar”. A pesar de contar con materiales muy distintos, a la hora de resolver el mismo problema (el de cubrir e iluminar espacios) en ambos casos se apela al mismo principio: “eliminar la estructura de muros cargantes que limitan, a causa de la estabilidad, la entrada de la luz solar y a adoptar una estructura orgánica basada en el punto de apoyo que concentra las cargas sobre ciertos elementos y permite abrir totalmente el espacio facilitando la entrada triunfal de la luz”.

Para finalizar, concluye Villanueva: “Conviene también comparar similitudes de expresión en la organización del espacio exterior, en la unidad de conjunto y, sobre todo, en la forma como expresión rigurosa y fiel de la estructura”.

Fotos y dibujos que acompañan el texto «Luz, estructura y forma» de Carlos Raúl Villanueva

Ahora bien, tanto o más interesantes que el texto son las fotos y sobre todo los dibujos que lo acompañan. Así, aparecen una imagen de Notre Dame de París (siglo XII) y otra de Notre Dame de Raincy de Auguste Perret de 1921-22 que explican por si solas el breve discurso elaborado por Villanueva. Adicionalmente se presentan una serie de pequeños bocetos que exponen la evolución histórica con relación al tema tratado en lo relativo, por un lado, al muro como elemento portante versus el punto de apoyo y, por el otro, la concordancia absoluta entre la estructura, la forma y los materiales utilizados en cada época.

Por las características del trazado y la caligrafía, los dibujos son bastante similares al muy conocido “Elementos plásticos en defensa contra los elementos” de “El sentido de nuestra arquitectura colonial”, no existiendo dudas de que se trata de la misma mano del Maestro que se muestra prácticamente en el mismo momento.

Por lo que nos ha informado Lesmes, la revista Artes, al menos llegó hasta el número 7 ya que en su poder también se encuentra un ejemplar doble (números 6-7) en el que aparecen dos artículos de arquitectura: uno de Albert Harkness quien para ese momento era el agregado cultural de la embajada de Estados Unidos en el país y otro de Villanueva dedicado a la nueva ala del Museo de Bellas Artes.

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

AA 443

Juin 2021

Especial Estados Unidos

Enero de 2021: Afortunadamente, la administración de Biden ha reemplazado a la de Donald Trump. La pregunta de Hashim Sarkis, comisario de la Bienal de Venecia 2021, ya tiene más sentido: ¿Cuáles son las vocaciones de los arquitectos estadounidenses? ¿Quiénes son los representantes dignos, y menos dignos, de la escena arquitectónica estadounidense? ¿Cuáles son sus respuestas a la pregunta de la Bienal de Venecia: cómo viviremos juntos?

SUMARIO

ARTE: Land Art y gigantismo en el desierto americano.

CINE: la ciudad de San Francisco vista en pantalla.

CIENCIA: Objetos genéticos no identificados por Christina Agapakis.

ENTREVISTA: Poesía en política con Morgan Parker.
RETRATO: Denise Scott Brown.

DOSSIER: Cuestionamiento de la herencia de los supremacistas blancos; los logros de SHoP Architects, Studio Gang, SOM y No Architecture; historia de la arquitectura hecha en Disneyland; entrevista con el arquitecto «especulativo» Liam Young; en el ojo de ZUMO; una selección de libros del Instituto Strelka de Moscú; impresiones de Venecia de Catherine Sabbah; el nuevo pabellón de la Serpentine Gallery de Sumayya Vally; homenaje a Paulo Mendes da Rocha; el concepto de suburbanismo presentado por Vincent Laureau y Victor Meesters; los actos de resistencia de Steven Holl; y muchas otras sorpresas.

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

El caso Calatrava

Luis Fernández-Galiano

Editorial Arquitectura Viva

Colección Retratos

2021

Información de la publicación
La nueva colección ‘Retratos’ recoge diferentes textos de Luis Fernández-Galiano sobre la vida y obra de un conjunto de arquitectos contemporáneos. El caso Calatrava es el octavo título de la misma, a la que sólo cabe añadir una entrega especial que recuerde a Enric Miralles en el 20 aniversario de su desaparición. Ilustrados con dibujos de los propios arquitectos, y enriquecidos con entrevistas en profundidad, reseñas biográficas y análisis de las obras, estos pequeños libros quieren ofrecer retratos pixelados de los maestros actuales, informativos y críticos a la vez.

El libro El caso Calatrava, con 72 páginas y en tapa blanda, comprende trece artículos que componen un recorrido por el pensamiento y la obra del creador valenciano. Personaje polémico como pocos, ha reunido su triple condición de arquitecto, ingeniero y escultor para construir una obra de extraordinaria ambición y reconocible singularidad. Esta colección de artículos se inicia con su primera realización española, el puente barcelonés de Bac de Roda, y en textos sucesivos se glosan sus proyectos en Sevilla, en Tenerife o en Valencia, como el colosal complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que da pie a un cervantino coloquio entre perros. Pero también se comentan muchas de las titánicas construcciones levantadas en todo el mundo, se hacen dialogar sus obras con las de arquitectos como Gehry o Nouvel, y se intenta desentrañar lo que lo hace a la vez discutido y característico de nuestro tiempo. La secuencia de textos se cierra con un registro personal de los encuentros y desencuentros con el arquitecto, tan impopular entre sus colegas como reconocido por el público, y sin duda uno de los grandes protagonistas de la escena contemporánea.

ACA