ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 247

El Centro Rental Profesional Las Acacias “La Parábola”, como llegó a ser conocido el proyecto realizado por los arquitectos Guido Bermúdez, Pedro Lluberes y Carlos Brando junto al ingeniero J.O. Cárdenas, actuando Rino Levi como arquitecto consultor y el ingeniero Johanes Johannson como asesor estructural, fue encargado por sus propietarios Rivero-Rodríguez Ingenieros S.A. para ser ubicado frente al distribuidor de tránsito de Las Acacias y en el cruce de la Avenida Victoria con la futura Norte-Sur 7 y la Avenida Nueva Granada. Ampliamente documentado en la revista Integral nº 3, 1956, el anteproyecto mostraba la intención de convertirse en uno de los centros comerciales más importantes de la Caracas de los años 50.

1. Centro Rental Profesional Las Acacias “La Parábola”. Planta baja
2. Centro Rental Profesional Las Acacias “La Parábola”. Corte longitudinal

Como guía para la toma de decisiones, los arquitectos habían llegado a la conclusión “de que la mejor inversión estaba representada en el diseño de un conjunto grande de Oficinas con un Centro Comercial en las dos primeras plantas el cual incluirá todos los servicios anexos a las Oficinas: bancos, venta, exhibición de materiales, venta de útiles, copiadoras, barbería, baños turcos, restaurant, etc., y, además otros tipos de Comercio de acuerdo a las condiciones excepcionales de ubicación del terreno en relación a la vialidad metropolitana. Finalmente, y como complemento adecuado a semejante uso de la tierra, se planteó la necesidad de dos grandes Estacionamientos: uno subterráneo para personas que trabajan en el edificio y otro exterior para los visitantes al Centro Comercial.”

Pero lo verdaderamente interesante, más allá de las condiciones programáticas y el respeto a la normativa urbana, terminó siendo, por un lado, el estudio llevado a cabo sobre diferentes alternativas y, muy particularmente, la forma parabólica que adquirió dentro del conjunto definitivo el edificio de oficinas: de carácter laminar, orientación franca norte-sur, acentuada verticalidad (22 niveles) y original perfil que, como si emergiera de la tierra, se complementaba con el cuerpo comercial, estructuralmente independiente, de 3 niveles (con una parte a doble altura) y un espacio central provisto de vegetación. Las áreas totales de construcción se discriminaban así: “centro comercial”, 5.848 m2 y “parábola”, 1.7741,84 m2.

3. Centro Rental Profesional Las Acacias “La Parábola”. Plantas de la torre de oficinas y su variación en la medida que el edificio aumenta en altura

La “solución” ofrecía “flexibilidad en las áreas de oficinas” que se originaba no tanto en la tradicional subdivisión de plantas uniformes, sino en la oportunidad que provee la misma forma del edificio que se va reduciendo en la medida que se eleva. Así, el piso 1 de oficinas cuenta con un área rentable de 912 m2 y el 19 con 397,10.  Ello permite disponer de espacios que van desde los 50 m2 hasta los 500 m2, de acuerdo a lo que determina la ubicación del módulo de circulación vertical y de servicios, el cual, vale decir, disminuye también su dimensión en función del área de la planta y en consecuencia es menor en los pisos superiores.

En cuanto a lo que los proyectistas llaman “estética”, que no es otra cosa que la justificación de la escogencia del partido formal de la torre de oficinas, se buscaba “lograr un conjunto que represente un valor para el sitio, es decir, que sea el edificio lo que aumente el valor del sitio y no sólo que éste valorice el edificio. En base a ello, la solución parabólica, que ya había sido estudiada por Rino Levi para el caso especial del gabarito, se adaptaba a perfección a las condiciones requeridas del proyecto. Con esto surgía un verdadero ‘huevo de Colón’, es decir, la parábola como expresión de diversidad de las áreas, pues cada piso es diferente manteniéndose un principio básico de circulación central, y tres oficinas por piso, lo cual permite mayor variedad de áreas.”

Como es costumbre en la época, se subraya permanentemente la racionalidad que existe tras cualquier toma de decisiones entre las cuales se encuentra, entre infinitas posibilidades, la elección del “volumen parabólico que se conjugará mejor en las condiciones del sitio, requisitos de planta, altura, etc.”, para concluir de manera un tanto curiosa, a sabiendas de las reacciones que podía producir la polémica escogencia formal,  manifestando: “Sólo integrando la planta, el volumen, la plástica, los detalles constructivos, etc.; podemos hacer un examen equilibrado de cualquier solución, porque dentro de una misma forma, sea un cilindro, una parábola, un rectángulo o una elipse, existen soluciones malas y soluciones buenas.”

4. Izquierda: Diagramas de fuerzas para un edificio de forma parabólica. Derecha arriba: Rino Levi y Roberto Cerqueira César (arquitecto asociado), proyecto para dos edificios de oficinas gemelos de forma parabólica en São Paulo. Derecha abajo: Concurso para el Jefferson National Expansion Memorial en la ciudad de San Luis, Estados Unidos, realizado en 1947 cuyo resultado se dio en 1948, ganado por Eeero Saarinen & Associates

A la propuesta estructural se le dedica un buen espacio de la reseña aparecida en Integral. Allí se revelan, aparte de los criterios usados en los cálculos, los referentes que se tomaron en cuenta para llevar a cabo el trabajo: el primero corresponde a los dos arcos asimétricos paralelos de forma parabólica propuestos por Rino Levi y Roberto Cerqueira César (arquitecto asociado), como respuesta en São Paulo para dos edificios de oficinas gemelos que conectan, a través del espacio dejado entre ellos como centro comercial, dos vías publicas; el segundo remite al Concurso para el Jefferson National Expansion Memorial en la ciudad de San Luis, Estados Unidos, realizado en 1947 cuyo resultado se dio en 1948, ganado por Eeero Saarinen & Associates, quien seleccionó como ícono representativo del monumento, que posteriormente lo ha sido de la ciudad, justamente un arco parabólico. Al respecto, los autores de la propuesta realizada en Venezuela comentan lo siguiente: “El proyecto de Saarinen, cuyo mayor interés es la solución urbanística, optó para el monumento por un inmenso arco de forma parabólica, cuyo diseño fue expuesto en más de cien dibujos desde distintos puntos de vista, que sirvieron a su vez para estudiarlo, en sus relaciones con el paisaje con distintos efectos atmosféricos y para refinar su trazado que culminó en la adopción de una sección triangular del arco parabólico introducido como un refinamiento escultural.”

Con relación a los autores del proyecto valga la pena señalar que dos de ellos Bermúdez y Brando venían de haber participado activamente en el Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO), coordinado por Carlos Raúl Villanueva, que realizó el Plan Nacional de Vivienda 1951-55. Bermúdez, quien fue el primero en unirse al TABO, logró que se incorporara al Plan su trabajo final con el que obtuvo el grado de arquitecto que derivó en el proyecto y construcción de la Unidad de Habitación Cerro Grande (1952-54), ubicada en El Valle. Además fue proyectista dentro del TABO de la edificación de 15 pisos denominada Multicelular (MC) utilizada en el Plan Extraordinario de Viviendas Cerro Piloto. Por su parte, Brando también logró aportar el trabajo procedente de su formación académica que originó el diseño dentro del TABO del superbloque tipo DL que se repitió con modificaciones en la Comunidad 2 de diciembre (hoy 23 de enero), la Unidad Vecinal Simón Rodríguez y la Unidad Vecinal 24 de Noviembre (Pariata).

5. Bermúdez y Lluberes. Izquierda: 1957, junto a Cipriano Domínguez y Carlos Brando, proyecto para el Palacio Arzobispal de Caracas, ubicado entre las esquinas de Gradillas y San Jacinto. Derecha: 1967-70, junto a Brando, Centro Nacional de Telecomunicaciones CANTV, ubicado en la Avenida Libertador, Caracas

Por otro lado, Bermúdez y Lluberes, ambos graduados en la segunda promoción de la Escuela de Arquitectura de la UCV en 1951, socios en una oficina de arquitectura muy activa durante los años 50 y 60 (en la que Brando participaba esporádicamente en algunos trabajos), habían ganado en 1956 el Concurso por invitación para el Proyecto de la Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación (EFOFAC), la cual sería construida en los terrenos de la Hacienda Caricuao, Caracas; en 1957 junto a Cipriano Domínguez y Carlos Brando concluyeron el proyecto (no construido) para el Palacio Arzobispal de Caracas, ubicado entre las esquinas de Gradillas y San Jacinto; en 1959 participan en el Concurso por invitación para el diseño del edificio de la Biblioteca Nacional, Los Caobos, Caracas y en 1962 obtienen el segundo premio (compartido) en el Concurso Nacional para seleccionar el Pabellón venezolano que iría a la Feria Mundial de Nueva York de 1964-65; en 1961 ganan el concurso para el anteproyecto del Centro de Profesionales Universitarios de Aragua, construido en 1964 en la avenida Las Delicias, Maracay; y entre 1967 y 1970 junto a Brando proyectan el Centro Nacional de Telecomunicaciones CANTV, ubicado en la Avenida Libertador, Caracas, que se termina de construir en 1973.  Cabe añadir que  Lluberes y Brando ya había trabajado con Bermúdez en el proyecto del centro comercial que acompañó la Unidad de Habitación Cerro Grande.

6. Rino Levi y tres de sus proyectos más conocidos. Arriba derecha: Casa Olivo Gomes, São Paulo (1949). Abajo izquierda: Hospital Israelita Albert Einstein, São Paulo (1958). Abajo derecha: Propuesta presentada en el Concurso para el Plan Piloto de Brasilia (1957)

Rino Levi (1901-1965) brasileño hijo de italianos, nació en São Paulo y murió en Bahía, estudio en Milán y Roma, y era representante de la llamada “Escuela Paulista” de arquitectura moderna. De la nota aparecida en el número 25 (1965) de la revista Punto a raíz de su fallecimiento, encontramos que en 1957 Levi vino por primera vez a Venezuela invitado para dictar entre los meses de enero y febrero un total de once conferencias en la FAU UCV. “En 1959 volvió a ser invitado actuando como profesor visitante y dictando conferencias sobre hospitales en los talleres de Composición Arquitectónica. Fue invitado por la Gobernación del Disrito Federal para asesorar algunos proyectos de Hospitales. La Sociedad Venezolana de Arquitectos lo nombró Miembro Honorario de la misma.” También formó parte de los colaboradores especiales en el exterior de la revista Integral a partir del número 5.

Dentro de su extensa obra cabe destacar el Edificio Guarani, São Paulo (1936), el Cine Art Palacio, Recife (1936), el Cine Iparanga, São Paulo (1941), la Casa Olivo Gomes, São Paulo (1949), la Casa Milton Guper, São Paulo (1951), el Hospital Antonio Cándido Camargo, São Paulo (1947) y el Centro Cívico, Santo André, São Paulo (1965). El proyecto de la Maternidade Universitária (Maternidad Universitaria) de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo, 1944, si bien no se concreta, obtiene un enorme reconocimiento entre sus pares, y por él recibe el Premio para Proyecto de Edificio de Uso Público en la 1ª Bienal Internacional de São Paulo, 1951. Levi también participó en el concurso de Brasilia (1957) y su proyecto se clasificó en la 3ª posición.

7. Maqueta del Helicoide de la Roca Tarpeya donde se incluye la propuesta del Centro Rental Profesional Las Acacias “La Parábola”.
8. Fotomontaje de la maqueta del proyecto del Centro Rental Profesional Las Acacias “La Parábola” que formó parte de la muestra venezolana en la Exposición Internacional de la Construcción de Berlín de 1957 (Interbau 57)

Tal vez dando la sensación de que nos encontrábamos en un período en el que se asumían riesgos y el arrojo era parte importante en la toma de decisiones por parte de los arquitectos, el Centro “La Parábola”, dada su proximidad con el Helicoide de la Roca Tarpeya, fue incluido en la maqueta realizada donde se mostraba el contexto y servía para promover ambos proyectos cuyos destinos caminaron en sentidos muy distintos. Para finalizar, es bueno señalar que el impactante edificio formó parte de las obras que se expusieron en el pabellón que representó a Venezuela en la Exposición Internacional de la Construcción de Berlín de 1957 (Interbau 57) cuyo proyecto fue realizado por uno de sus autores, Guido Bermúdez y calculado también por Johanes Johannson.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 2 y 3. Revista Integral nº 3, 1956

4 y 6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

7. https://twitter.com/proyhelicoide/status/430343094181969920

8. https://twitter.com/materialesamv/status/551711892184772608

IMPORTANTE INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

En la nota publicada la semana pasada dedicada a Moshe Safdie, brindamos una información incompleta que el arquitecto Oscar Grauer, otro asiduo lector de este Boletín, nos permite en esta ocasión mejorar.

Dijimos que Safdie había venido sólo una vez a Venezuela en 1967, cuando en realidad estuvo en una segunda ocasión a finales de 1999 invitado por la Maestría en Diseño Urbano de la Universidad Metropolitana, de la que Grauer era profesor y coordinador desde 1994 cuando supervisó desde la estructuración del programa y su desarrollo curricular, hasta la aprobación del Plan de Estudios, y existía la figura de convenio con la Universidad de Harvard, el Ministerio del Desarrollo Urbano y Lagoven, S.A. Además, “en esa oportunidad -nos apunta Grauer- como hacíamos con todos los profesores invitados, el dictó una conferencia en el Centro de Arte La Estancia abierta al público en general.”

Siempre se agradece a quienes nos leen que estén pendientes, nos corrijan o aporten datos que se nos hayan pasado por alto para con ello ayudarnos a perfeccionar lo que publicamos.

ACA

¿SABÍA USTED…

… que el 31 de octubre de 1969 el presidente Rafael Caldera inaugura el hotel Caracas Hilton, construido por la nación venezolana y cedido para su operación a esa cadena hotelera internacional?

1. Vista exterior del hotel Caracas Hilton en los años 1970

Los antecedentes que se tienen en relación al sitio donde se construyó el hotel Caracas Hilton (hoy hotel Alba Caracas), apuntan a que se trataba de unos terrenos propiedad de la familia Mohedano al este del casco central de Caracas, ubicados al norte de la hacienda El Conde localizada entre las quebradas Catuche (al oeste) y Anauco (al este), la avenida Este 6 al norte y el río Guaire al sur. Ya el plano de Ricardo Razetti de 1897 destaca cómo el solar se encontraba perfectamente delimitado producto de la prolongación de la cuadrícula colonial, cosa que permanecerá incluso cuando en 1927 los hermanos Machado Hernández ya tenían cuadriculada y parcelada la vieja hacienda El Conde, lo que dará origen a la urbanización del mismo nombre también conocida como El Ensanche.

2. Trazado de la prolongación de la avenida Bolívar y futura conexión con la Autopista del Este. Se puede observar la ubicación del Edificio Creole donde posteriormente de ubicará el hotel Caracas Hilton
3. Izquierda: Primer edificio sede de la Creole Petroleum Corporation (1944). Derecha: Saqueo del edificio de la Seguridad Nacional (antiguo edificio Creole) el 23 de enero de 1958.

El terreno de aproximadamente una hectárea que delimitaba al sur con la plaza Mohedano y al norte con la avenida México, cercano a la Plaza Morelos, será adquirido, simultáneamente al inicio de los trabajos de la avenida Bolívar y con ello la puesta en marcha del Plan Rotival, por la Creole Petroleum Corporation para construir en la capital la que sería su primera sede en 1944. Cuando la petrolera se muda sólo diez años después a una nueva edificación ubicada en Los Chaguaramos que albergara todos sus departamentos, el antiguo edificio de la Creole se convertirá en el asiento desde 1955 de la Seguridad Nacional (SN), policía política del régimen de Marcos Pérez Jiménez, uno de los primeros focos que fueron atacados y saqueados cuando cae la dictadura el 23 de enero de 1958.

4. Primer edificio del Conjunto Residencial El Conde en construcción de acuerdo al proyecto del arquitecto José Joaquín Álvarez. Luego entre 1966 y 1969 de manos de la firma de arquitectos venezolanos Edmundo Díquez, Oscar González y José Alberto Rivas sería transformado en el hotel Caracas Hilton

Demolido el edificio de la SN, los terrenos pasan a ser propiedad del Centro Simón Bolívar que en 1965 designó al ingeniero Juan Sánchez Carranza para la construcción del Conjunto Residencial El Conde de acuerdo al proyecto del arquitecto José Joaquín Álvarez. Será la primera edificación inconclusa del también inconcluso conjunto la que se transformará entre 1966 y 1969 de manos de la firma de arquitectos venezolanos Edmundo Díquez, Oscar González y José Alberto Rivas en el primer hotel con que la cadena Hilton abrirá operaciones en Caracas. La instalación de 238 habitaciones, categoría cinco estrellas, con todos los servicios que dicha clasificación exigía, fue manejado desde su apertura por el Barón Marcos von Nesselhauf y contó con un completo proyecto de diseño gráfico realizado por el artista Gert Leufert. Casi de inmediato por la calidad de los servicios que ofrecía se convirtió en referencia dentro de la ciudad.

Estratégicamente ubicado en la zona de mayor potencial cultural de Caracas donde ya se encontraban los museos de Bellas Artes y de Ciencias Naturales, el hotel se verá beneficiado por la construcción del Parque Central (1970-76) y la ampliación del Museo de Bellas Artes (1973) y más adelante la realización del Ateneo de Caracas (1981) y el Teatro Teresa Carreño (1972-83) así como la apertura de la línea 1 del Metro (1983).

5. Izquierda: Vista panorámica del conjunto de Parque Central. Derecha: Edificio Anauco de Parque Central utilizado en 1974 como alojamiento para los asistentes de la III Conferencia Mundial sobre los Derechos del Mar. Después del evento se remodelaría para convertirse en las Residencias Anauco Hilton

Justamente, en la medida que el Parque Central se estaba construyendo, a finales de 1973 a la oficina de Siso Shaw y Asociados, sus proyectistas, llegó la noticia de que Caracas asumiría en abril de 1974, como relevo de Chile (a raíz del golpe de estado llevado a cabo contra el gobierno de Salvador Allende), la sede de la III Conferencia Mundial sobre los Derechos del Mar y se debía contar con espacios suficientes para que los 3000 delegados participantes fueran alojados. Ello originó la conversión de uno de los edificios residenciales del conjunto (el Anauco) que ya estaba listo para la venta en aparta-hotel. Los locales comerciales que fueron diseñados para supermercados y tienda por departamentos se convirtieron en Salas de Exposiciones; el espacio concebido para un concesionario de automóviles dio paso al Museo de Arte Contemporáneo; y la planta baja del edificio se transformó en el lobby.

Pasada la Conferencia, a fines del año 1974, el arquitecto Nicolás Sidorkovs y el diseñador de interiores Julio Obelmejías, a solicitud del Centro Simón Bolívar, rediseñan el mismo edificio para 330 habitaciones tipo suite el cual, dada la proximidad con el Caracas Hilton, se convierte en Residencias Anauco Hilton, primera ampliación de los servicios que se registra del proyecto original.

6. Ampliación del Caracas Hilton realizada en 1979 según proyecto de la firma DGR (Díquez, González y Rivas)

En virtud de la demanda creciente que la ciudad estaba teniendo de servicios de alojamiento, en 1979 de nuevo la firma DGR (Díquez, González y Rivas) será la seleccionada para proyectar una importante ampliación del Caracas Hilton la cual es inaugurada por el presidente Luis Herrera Campins en 1984. Se trata de una torre de 27 pisos situada al norte de la instalación original que le añadió 500 nuevas habitaciones (para un total de 738) con vistas panorámicas de la ciudad, 20 salas de reuniones, una Gran Salón para 6.000 personas, piscina, 2 canchas de tenis, 24 cabañas, 2 restaurantes, cafetería, bares, salas de fiestas, gimnasio, locales comerciales, alquiler de autos y un estacionamiento adicional de 600 puestos. Se incorporaron obras de reconocidos artistas venezolanos a la colección de arte del hotel, tales como: Jesús Soto, Harry Abend, Elsa Gramcko, Alejandro Otero y Víctor Valera, entre otros.

7. Fotografía del conjunto de las dos edificaciones que conformaron el hotel Caracas Hilton en los años 1980

La concesión del hotel fue renovada en 2006 por el Centro Simón Bolívar por un plazo de cinco años. Después de esto, la empresa hizo varias mejoras a la infraestructura: actualizó su imagen corporativa, reparó la piscina, los baños y otras áreas. No obstante, al poco tiempo se recibe la noticia de que el Gobierno decidió rescindir el contrato y, a través de un decreto publicado en la Gaceta Oficial, ordenó la adquisición forzosa de los activos del complejo. En 2007 reabrió sus puertas con el nombre de Hotel Alba Caracas y según fuentes oficiales, se invirtieron seis mil millones de bolívares en su modernización, adaptándolo a los nuevos tiempos.

El 15 de abril de 2010 pasa a la tutela del Ministerio del Poder Popular para el Turismo para forma parte de la red denominada como Venezolana de Turismo (VENETUR), pasando a tener nueva denominación, directiva e imagen corporativa. Sus condiciones de mantenimiento desde entonces han sufrido un marcado deterioro. Pese a las vicisitudes asociadas a todo lo que ha pasado a manos del Estado en los años recientes que hemos vivido, aunque le hayan cambiado de nombre, el Hilton sigue siendo un hotel de referencia perviviendo aún así (no sabemos hasta cuando) en la memoria colectiva.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.pinterest.com/pin/607634174695045669/

2, 3, 4, 5 y 6. Colección Crono Arquitectura Venezuela

7. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Hotel_Caracas_Hilton.jpg

VALE LA PENA LEER

Genios desvelados

Sobre Guastavino y Gaudí

Eduardo Prieto

31/01/2021

Tomado de arquitecturaviva.com

Uno de los atributos del genio es caer en el olvido. El olvido causado por la incomprensión del presente, que es también el olvido del que acaba rescatándolo la posteridad. El olvido provisional, sin drama, al que descendieron personajes que hoy forman parte del Olimpo, desde Velázquez hasta Lautréamont, desde Borromini hasta Tesla, y al que bajaron también los dos arquitectos borrosos a los que dos libros recientes ayudarán a perfilar con más precisión: Rafael Guastavino y Antoni Gaudí.

Aunque a su muerte en 1908 los periódicos estadounidenses lo calificaran de ‘arquitecto de Nueva York’, Rafael Guastavino pasó pronto al limbo de la arquitectura, y los nuevos tiempos de la modernidad amnésica lo retuvieron en él. No fue hasta la década de 1980, con la nueva sensibilidad patrimonial, que el personaje volvió a valorarse como lo que siempre fue: el testimonio genial de la tradición inventiva del denostado siglo XIX. Consecuencia de esta resurrección fueron las monografías que dieron cuenta de su imaginación constructiva y olfato empresarial, y recopilaron los datos claves de su biografía. Con todo, Guastavino no consiguió calar en el imaginario colectivo: siguió siendo un nombre famoso al que resultaba muy difícil ponerle cara.

Es probable que A prueba de fuego, la novela que Javier Moro ha dedicado a la familia Guastavino, contribuya a darle carne y huesos a esa sombra historiográfica que en parte sigue siendo el arquitecto nacido en Valencia en 1845. No sólo por la eficacia de la escritura de Moro, sino sobre todo por el trabajo de investigación que ha permitido desenterrar las cartas personales del artífice y construir con ellas un relato donde la exposición atinada de los hechos se enriquece con la revelación de las peripecias íntimas.

Moro describe bien el periodo de formación de un Guastavino talentoso y precoz —aunque nunca incomprendido—, y retrata los indiscriminados escarceos amorosos —hijos ilegítimos de por medio— que le llevaron a un callejón sin salida personal y profesional: el mismo que le hizo embarcarse hacia los Estados Unidos con 39 años y sin saber apenas inglés.

En el efervescente país de las oportunidades, Guastavino encontró un campo abonado para desarrollar su inventiva. Lo hizo extrapolando la construcción con bóveda tabicada típica del Levante español —el ‘Guastavino System’ que patentó en 1885— a los tipos exigidos por la modernidad americana: puentes, estaciones, iglesias. El fruto fueron los más de trescientos edificios en Nueva York que Gustavino levantó primero solo y después junto a su hijo homónimo y en cierto sentido rival, entre ellos la mítica Penn Station —donde colaboró con sus amigos McKim, Mead y White—, el Great Hall de la isla de Ellis o el metro de Manhattan.

Las virtudes del sistema Guastavino eran la eficacia estructural, la adaptabilidad tipológica y la resistencia al fuego, y su inventor supo sacar partido de ellas, convenciendo antes a los técnicos reticentes mediante pruebas espectaculares, como aquella que da título al libro, en la que un tramo de bóveda sometida a una carga de doscientos kilos por pie cuadrado se hizo arder hasta los mil grados durante cuatro horas, sin que se resintiese.

Aunque sirva también para perfilar a un personaje tan célebre como en realidad poco conocido, Yo, Gaudí, es un libro muy distinto al anterior. Su autor, el director de orquesta Xavier Güell —tataranieto del mecenas de Gaudí—, continúa en él la vía introspectiva de obras anteriores como La música de la memoria, para dar voz a un Gaudí que escribe en primera persona sobre sus anhelos y decepciones. El resultado es una semblanza muy bien construida merced a un lenguaje exquisito aunque por fuerza un tanto impostado que evoca aspectos desconocidos de la vida del maestro y sirve a la postre para iluminar al hombre real que se sigue ocultando tras el glorioso pero arcano nombre de ‘Gaudí’.

A prueba de fuego

Javier Moro

Editorial Espasa

2020

424 páginas

Yo, Gaudí

Xavier Güell

Editorial Galaxia Gutenberg 

2019

300 páginas

ACA