
La Ciudad del Sol se convirtió desde la aparición del nº 0 en noviembre de 2008 en el órgano de difusión del Museo Nacional de Arquitectura (MUSARQ), entidad fundada en 2006 y dirigida desde esa fecha hasta 2018 por Juan Pedro Posani, profesor y crítico venezolano nacido en Roma en 1931; colaborador principal de Carlos Raúl Villanueva en el proyecto de la Ciudad Universitaria de Caracas, desde 1949 hasta mediados de los años 60; cofundador del Sector de Historia y Crítica del Arquitectura de la FAU, UCV; Premio Nacional de Arquitectura (1993); presidente fundador del Instituto de Patrimonio Cultural de Venezuela (1994-1999); y Doctor Honoris Causa, Universidad Central de Venezuela (2000).
La revista, planificada inicialmente para aparecer trimestralmente, se concibió como un instrumento de información participativa, de diálogo y de discusión, entre quienes consideran la creación del espacio habitable como un problema de cultura.


Ese número inaugural lanzado a título de prueba bajo el concepto de revista-periódico (es decir, sin engrapar), conformado por 29 páginas (más la portada y la contraportada) a todo color, cuyas medidas eran 22,5 x 31, tuvo como editor a Juan Vicente Pantin acompañado por un Comité Editorial conformado por Domingo Álvarez, Pablo Balini, Javier Cerisola, Evelyn Gilbert, Juan Pedro Posani e Ignacio Urbina Polo. “Con pretensiones de buena diagramación gráfica…y sobre todo, de pertinencia”, conceptualizado y diseñado por Eduardo López, contiene el nº 0, además del “Editorial”, los artículos: “La Internacional de los Museos”, de J.P. Posani; “Situación del Programa de Habilitación de Barrios”, de Josefina Baldó y Federico Villanueva; “En honor a Roma, A.D.MCMXCV”, de Juan Vicente Pantin; “Tommaso Campanella y La Ciudad del Sol”, de Javier Cerisola; y “Diseño al Límite. Encuentro internacional sobre las fronteras del diseño industrial”, de Ignacio Urbina Polo; la nota “La ciudad de los otros en Venecia”; la presentación de la sede de “La Villa del Cine”, de Carlos Pou Ruán y del proyecto para el “Museo Nacional de la Historia y de la Diversidad Cultural”, de Gilberto Rodríguez; y una sección resaltando las actividades del MUSARQ en el 2007.
Según se recoge en el “Editorial”, La Ciudad del Sol “es una publicación de arquitectura y de diseño industrial con un programa editorial centrado en los grandes problemas que nos angustian a todos los ciudadanos. Una revista de radicalidad de principios, que busca esquivar la frivolidad típica de la decoración doméstica … y la seriedad doctoral de las publicaciones especializadas. Defendemos el lenguaje llano y comprensible para todos”. Y, sin dejar de manifestar las aspiraciones desmesuradas de todo proyecto editorial que se inicia, también se expone lo siguiente: “el tiempo y el dinero que esta revista cuesta al presupuesto público, están dedicados a los temas que realmente constituyen prioridad de una realidad en revolución: La ciudad y sus traumas de crecimiento; el gravísimo problema de la pobreza y sus formas de acceder al espacio; las dificultades de definir las pautas de planificación pública; la calidad de las intervenciones del Estado y de los particulares, las modalidades de participación del diseño industrial en los términos que propone la integración latinoamericana, son parte de los temas que acompañarán a las crónicas especiales y las secciones fijas que se han pautado”.
El número 0 dio paso luego a otros tres: dos de ellos en papel y el tercero en digital que, aunque mantuvieron su carácter de revista-periódico, variaron su formato a uno cuadrado de 21,5 x 21,5 cms y, como también suele ocurrir, rompieron la pauta de aparición trimestral inicialmente prevista. De hecho, el nº 1 (cuya portada ilustra nuestra postal del día de hoy), que podría considerarse como un lanzamiento ya oficial, aparece en agosto de 2010. El Nº 2 lo hace en julio de 2012 y el 3 en marzo de 2015 sin que se registre hasta hoy una nueva salida.



Para más detalles, el nº 1, de 31 páginas, tuvo un amplio tiraje de 3000 ejemplares. El rol de editor lo asumió en este caso Juan Pedro Posani y el Comité se mantuvo igual con la excepción de que Ignacio Urbina fue sustituido por Efraín González. Eduardo López siguió encargado del diseño grafico. En el “Editorial” se hace mención a lo aprendido a raíz de la salida del número 0 destacándose fundamentalmente el cambio de formato por razones económicas pero a la vez valorando en la nueva presentación las ventajas que tiene a la hora de “evocar mejor lo transitorio de la palabra y de los hechos, la inmediata función casi periodística de las publicaciones que no pretenden eternizarse en los papeles satinados y en las fotos espectaculares de las típicas revistas de arquitectura, a las cuales, de arquitectura, justamente, interesa más que todo su carácter de espectáculo”.
Tras la invitación “a nuestros lectores a participar en esta pequeña empresa colectiva, construir poco a poco una lectura arquitectónica del país, una lectura nueva, distinta, crítica y autocrítica, pero siempre, eso sí, llena de esperanza y de utopía”, el nº 1 está claramente estructurado en secciones que están antecedidas por el “Editorial” y el texto “La estética de la pobreza”, traducción hecha por Posani del capítulo 4 del libro BRAZIL modern architecture in history de Richard Williams (ed.) de 2009.
En el bloque de “PROYECTOS” aparecen la “Estación Alí Primera Línea 1 Metro Los Teques, El Tambor” acompañada de una entrevista a los arquitectos Max Pedemonte, Teresa Sánchez y Harry Frontado; y el “Mercado Punta de Mulatos, estado Vargas” con otra entrevista en este caso a los arquitectos João de Freitas y Roberto Castillo. La sección “LOS LIBROS INDISPENSABLES” incluye notas críticas y comentarios a los textos La arquitectura del poder, Deyan Sudjic. Ariel, Barcelona, 2007; Brazil, modern architecture in history de Richard J. Williams (ed.). Reaktion Books, UK, 2009 (elaborada por J.P. Posani); y Carlos Raúl Villanueva de Juan José Pérez Rancel. Los Libros de El Nacional, Caracas, 2009 (redactada bajo el título de “Recensión al Villanueva de Pérez Rancel” por Javier Cerisola). El apartado correspondiente a “ACTIVIDADES DEL MUSARQ” contiene “La Ciudad Universitaria de Caracas. La utilidad de una exposición” y “Oscar Niemeyer en Caracas”, ambas reseñadas por Javier Cerisola, así como también “Diseño al límite. Encuentro internacional sobre las fronteras del diseño industrial” con una nota de Ignacio Urbina Polo. Finalmente el capítulo “DISEÑO INDUSTRIAL” está integrado por el artículo “Para crear Identidad y Diseño” de Efraín González.
La Ciudad del Sol, como ya se dijo, hasta que se demuestre lo contrario ha tenido una vida tan larga como lo que duró el empuje de quienes estaban interesados en que apareciera. Bajo su estela declarativa cargada de una ideología complaciente de cara a quienes manejaban las teclas del poder de la cultura nacional, no dejó de aportar una buena documentación sobre el área de su interés, útil para los interesados en seguirle la pista a los temas tratados.


Sobre la institución a la que se adscribe, de cuya polémica sede, su cuestionable relación con el entorno y los discutibles eventos organizados hasta ahora no nos vamos a referir, valga recordar que, de acuerdo a lo que aparece en https://www.fmn.gob.ve/museos/museo-nacional-arquitectura, “se plantea como requisito esencial constituirse en un espacio abierto para el debate y la reflexión de los grandes temas, que conciernen a la arquitectura, la ciudad y el diseño industrial. El MUSARQ se plantea acercar al público a una visión contemporánea del hecho arquitectónico, orientada al saber, la investigación, la reflexión colectiva y la divulgación cultural. Esta institución desarrolla su actividad programática en torno a cinco grandes ejes temáticos estructurales: la historia, la ciudad, el ambiente, la tectónica y el diseño industrial”.
Desde su creación en 2006 hasta que se inaugura su edificio el 1 de octubre de 2011 el MUSARQ funcionó puertas adentro en una oficina administrativa ubicada en los espacios de la Galería de Arte Nacional en aspectos de organización y concepción de su programación inicial así como en la definición de su política editorial, de la cual La Ciudad del Sol es su principal producto. Luego se sumará la publicación del libro Arquitectura HOY. Diez años de pensamiento crítico (2012), recopilación llevada a cabo por Javier Cerisola de los artículos publicados por Posani en el diario Economía HOY a lo largo de la década de los años 90 del siglo XX. Para finalizar, no queremos dejar de señalar cómo el curioso nombre de la revista se trata de otro guiño un tanto idealista de parte de Posani hacia la atracción que aún generan las utópicas sociedades comunistas de las cuales el libro de Tommaso Capanella, titulado justamente La Ciudad del Sol (en latín, Civitas Solis) de 1602, junto a Utopía (1516) de Tomás Moro son paradigmáticos ejemplos desde los propios albores de la Edad Moderna. Inspiradas en La República de Platón pero tomando como referencia la una el misticismo milenarista medieval y la otra el humanismo de Erasmo, la evocación por parte de Posani a Tommaso Campanella, “quien por primera vez en la historia, o casi, pretendió diseñar en el aire las ideas una ciudad perfecta, racional hasta el mínimo detalle, plasmaba con su diseño arquitectónico una perfecta correspondencia con el diseño social”, le permite expresar casi con ingenuidad “que en este nombre, La Ciudad del Sol, pudiesen resonar memorias, aspiraciones de futuro, añoranzas de atrevimientos, hasta alegrías tal vez tropicales, adecuados asideros, en todo caso, para un programa de trabajo, justo para este momento y este clima de nuestra Venezuela”.
ACA
Procedencia de las imágenes
Todas. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad



















