
Ese rincón sonriente
Ramón León
Ediciones FAU UCV
2008
Con Ese rincón sonriente fue posible cristalizar el empeño de la familia de Ramón León Camejo (1936-2001), arquitecto (egresado de la UCV en 1965), artista plástico, dibujante, y muy querido profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la UCV durante más de treinta años, por rendirle un homenaje post mortem y darle visibilidad a uno de los temas u obsesiones que lo acompañó a lo largo de su vida: la recolección y dibujo de retretes o pocetas convertidos en oportunidad para conformar una verdadera colección de piezas que ubicó (a modo de museo) tanto dentro como en el jardín de su casa “La Leonera”, ubicada en la urbanización caraqueña de Altamira, motivo de la mayor curiosidad para todo el que por allí transitara.
El libro, de 216 páginas tipo paperback, que contó con el diseño y diagramación de su hijo Ramón Armando León quien se sumó al resto de la familia (sus otros dos hijos Jaime Andrés León y María Gabriela León y su esposa Felina Ruiz de León) para cubrir las tareas de producción y corrección de textos, estuvo coordinado editorialmente por Michela Baldi.
Tuvo un tiraje de 500 ejemplares e incorporó escritos de Pedro León Zapata, compañero y amigo durante años con quien dentro de la FAU UCV dirigía el Taller Ventrillón, titulado “Ramón León nos alegró la vida”; de Mariano Goldberg, partícipe junto a León tanto en la actividad docente universitaria como en la laboral dentro del Banco Obrero entre 1962 y 1965, quien aportó “Un día cualquiera en la sección de Diseño en Avance y luego”; y del periodista-escritor Doménico Chiappe, compañero de estudios de Ramón León hijo quien atesoró recuerdo muy vividos de sus visitas a “La Leonera”, plasmados a través de “Crónica del artefacto más cotidiano del mundo”.
El corazón del libro, sin lugar a dudas, son las más de 300 ilustraciones que lo llenan, fascinante manera de encontrarse con la mano prodigiosa de quien las realizó y las múltiples formas como aborda y representa el tema que las aglutina, llenas en buena parte de un agudo sentido del humor donde cada objeto, además de protagonista insólito de una historia, cobra vida propia al ser presentado en múltiples facetas utilitarias complementarias a la que lo define por excelencia.
Su hijo, el también arquitecto Jaime León en https://gramho.com/explore-hashtag/ramonleon nos narra, al referirse a la posibilidad que ofrece Ese rincón sonriente para seguir disfrutando de su maravillosa obra gráfica después de la sentida desaparición física de su padre, cómo el WC se convierte dentro de la publicación en “personaje histórico” en virtud de los diferentes roles que ha jugado en la sociedad desde su invención.

“La idea viene de muchos años atrás cuando se desempeñaba como Arquitecto, recién graduado, en el Banco Obrero (hoy INAVI) donde trabajó en el área de diseño de baños para viviendas. Allí el WC se adueñó del trazo de sus dibujos como un personaje de humor. Este proyecto nace de las manos de su autor hace varias décadas atrás, pero al pasar de los años se convierte en una empresa familiar el objetivo de lograr su publicación.”
Dibujante compulsivo e impaciente de enorme talento (Mariano Goldberg expresará “su mano derecha tenía seis dedos, el sexto tenía aspecto de una pluma y era intercambiable con otros cinco descansando en el bolsillo de la camisa”), que hizo del humor prácticamente una forma de vida, a Ramón León se le recuerda por ser el principal enemigo de la hoja en blanco a la que consideraba siempre una tentación, y por la generosidad con que obsequiaba sus trazos a todo el que se lo solicitara. Jesús Yépez, director y editor de la revista Entre rayas recuerda en https://entrerayas.com/2015/07/feliz-cumpleanos-ramon-leon/ el apoyo que le ofreció en todo momento en los albores de la hoy exitosa publicación para la que realizó la primera portada (1992). También Yépez menciona el dolor que le causaba al Prof. José Balbino León, Coordinador de Postgrado de la FAU UCV, el borrar la pizarra que “Ramoncito” (como cariñosamente se le conocía) dejaba llena de sus dibujos, cada vez que finalizaba una reunión en la que participaba. Junto a Servio Tulio Ferrer protagonizó un interesante proyecto editorial que gracias al Centro de Información y Documentación (CID) de la FAU UCV quedó plasmado en el libro Diseñoterapia (1980), correspondiéndole ilustrar de forma amena e ingeniosa los errores, problemas y fallos de los estudiantes que a través de un trabajo de ascenso Ferrer fue recopilando de su experiencia como profesor de diseño.
Zapata, dando cabida a otra versión de la pasión que por el dibujo Ramón León sentía, inicia el breve homenaje que brinda a su compañero de la siguiente manera: “A Ramón León le gustaba dibujar. No dibujaba para publicar, no dibujaba para exhibir, no dibujaba para ninguna otra cosa que para dibujar, porque le gustaba dibujar. Era un caso singular el del dibujante que hace humor para guardarlo dentro de las hojas de una libreta o en una gaveta de su casa”. También resalta a “otro” Ramón León, “el coleccionista”, al cual destaca desde el hecho de considerar que “esos dibujos que hacía a toda hora, permanentemente, … los hacía para coleccionarlos”, pasando por su “célebre colección de pocetas que era todo lo que se quiera menos humorística”, hasta llegar a la “colección de plumas fuentes, de bolígrafos, de instrumentos para escribir y dibujar. Siempre traía un repertorio de estos instrumentos de manera que según fuera el tipo de necesidad, escribir, dibujar, pasar lista, corregir, rayar así era el tipo de instrumento que extraía del bolsillo de su camisa”.

Dentro de su actividad docente Ramón León formó parte como profesor de Composición Arquitectónica del Taller Carlos Raúl Villanueva y del Taller Galia. Fue también profesor de Métodos de Análisis aplicados al Diseño; Coordinador y profesor de Diseño en la Unidad Docente UNO; profesor y coordinador del Taller de Dibujo Charles Ventrillon y Coordinador del CID FAU UCV y, más allá de los límites de la UCV, profesor de dibujo en el Instituto de Estudios Superiores de Arte Plásticas Armando Reverón y en la Asociación Prodiseño.
Como Artista Plástico, participó en la exposición colectiva “Dibujos contemporáneos” montada en la Sala Mendoza (1973), en individuales en la Sala Ocre y la Galería de Arte del BANAP (1974) y en la Galería El Muro (1986). También estuvo incluido en la exposición “Sepias” (Galería de Arte de la UCV -1986-), “El trópico visto por 33 arquitectos” (FAU UCV -1990-) y “Ecología y Humor” (Ateneo de Caracas -1990-). Obtuvo las siguientes distinciones: Premio para Dibujo, VI Salón de Arte Facultad de Arquitectura UCV; Premio para Dibujo, V Salón Nacional de Dibujo y Grabado, ambos en 1963; Primer Premio de Dibujo, Salón de Arte APUCV, 1978 y 1984. En homenaje a su memoria, en Junio del 2003, es creada la sala permanente “Manchas Vivas de Ramón León” en el Museo Anzoátegui en la ciudad de Barcelona.
Como Ilustrador y Humorista, participó en la elaboración de diversos libros y revistas. De sus publicaciones artísticas destacan la ya mencionada Diseñoterapia, Glosario de términos de Transporte Terrestre usados en Venezuela, Ramón León, Ilustraciones para La Vivienda (Alemo) y Ese rincón sonriente a quien hemos dedicado esta nota.
Como tantos otros caraqueños, de los que ya quedan pocos, Ramón León vivió su infancia en la desaparecida urbanización El Conde a la que siempre tuvo en mente para rescatar del olvido a través de un proyecto editorial que no tuvo la posibilidad de concretar.
Ese rincón sonriente, espacio que para Ramón León estaba ocupado por el inodoro (o cualquiera de sus múltiples denominaciones: escusado, retrete, sanitario, servicio, taza de baño, poceta, váter, wáter, wáter closet o WC), junto a las actividades fisiológicas que con él realizamos, lugar donde todos somos iguales, “invento que nos convirtió en reyes”, ha sido objeto de múltiples estudios y posee su propia historia vinculada a su fin eminentemente utilitario que no ha impedido el desarrollo de piezas con un alto valor estético y de marcado avance tecnológico a pesar de que su funcionamiento difiere poco entre ellas. De origen difuso y disputado por varias civilizaciones desde hace más de 4000 años, se considera que fue Sir John Harrington en 1569 quien fabricó (uno para la Reina Isabel I de Inglaterra y otro para él) un predecesor del inodoro que se vaciaba mediante una válvula. Posteriormente, en 1775, Alexander Cummings patenta el sistema de cierre hidráulico con el tubo en forma de S, convirtiéndose en el primer inodoro, iniciándose con ello su producción en serie. En 1883 Tomas Turifeld fabricó el primer retrete de porcelana incorporando con ello importantes mejoras sanitarias.
Convertido en personaje caricaturizado, el que podría ser considerado como el artefacto más cotidiano del mundo es objeto, gracias a León, de una crónica que abarca sus usos y transformaciones desde su versión más primitiva del hoyo escarbado en el piso hasta aquel que ha colonizado los hogares trastocándose en objeto sentimental y decorativo.
Texto de consulta obligado sobre el tema, así como lo es Cotidiano de Alberto Sato (Debate, 2005), Ese rincón sonriente forma parte del grupo de publicaciones que sin tener un corte estrictamente académico, Ediciones FAU UCV decidió incorporar dentro de su programación del año 2008, por la significación que su autor tuvo dentro de la historia de la institución. Puede adquirirse a través de www.edicionesfau.com.


Como nota adicional valga decir que el 19 de noviembre se celebra desde el año 2013 a escala internacional, promovido por las Organización de Naciones Unidas (ONU), “El Día Mundial del Inodoro” (World Toilet Day) asumiéndose este año bajo el lema “Cuando la naturaleza llama”, marcando un claro compromiso con el desarrollo sostenible y el saneamiento de 4.200 millones de personas que no cuentan con acceso a lugares adecuados para hacer sus necesidades y mucho menos a redes de cloacas y alcantarillados.
Del portal https://www.worldtoiletday.info/theme/ dedicado al tema extraemos: “Un baño no es solo un baño. Es un salvavidas, un protector de la dignidad y un creador de oportunidades. Debemos ampliar el acceso a baños seguros y no dejar a nadie atrás. Porque quienquiera que seas, estés donde estés, el saneamiento es tu derecho humano”. El asunto, como se verá, es más serio de lo que parece y este viraje tendría muy satisfecho a Ramón León quien siempre se caracterizó, además, por ser una persona comprometida con grandes ideales.
ACA