
Archivos diarios: 17 de junio, 2018
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 116

Nuestra postal del día de hoy recoge la imagen del edificio EDOVAL, proyecto del arquitecto de origen alemán residenciado en Venezuela Federico Guillermo Beckhoff (1919-1982), cuya construcción se concluye el año 1963. Ubicado en la esquina de Mijares, Av. Este 3 con Av. Norte 2, Caracas, esta edificación de rasgos absolutamente modernos se ubica en el ángulo nor-este del terreno donde se construyó posteriormente la nueva sede del Banco Central de Venezuela diseñada, como se sabe, por Sanabria Arquitectos.
El EDOVAL responde con claridad, precisión y maestría a todos los cánones que regían el diseño de edificaciones de oficinas del momento, tanto en lo relacionado al lenguaje utilizado como a su imagen y organización volumétrica. Conformado por un cuerpo bajo horizontal envuelto por una piel compuesta por cerramientos de vidrio y aluminio (lo que se conoce como “muro cortina”), que aprovecha en su totalidad el área de ubicación permitida por la ordenanza y responde a la continuidad de las fachadas del centro de la ciudad, no deja por ello de considerar su condición de esquina a la que tiende la mano colocando la elegante escalera que permite el ascenso a su muy bien logrado espacio de acceso (ubicado al norte sobre la Av. Este 3), cubierto a su vez por una contundente marquesina. La elevación de la entrada facilita, también, resolver la llegada del cuerpo bajo al suelo generando una clara y delicada transición que se observa en la respuesta dada hacia el este sobre la Av. Norte 2.
La torre de oficinas se retira de acuerdo a la normativa urbana remarcando su condición vertical. Al posarse sobre el cuerpo bajo resuelve correctamente su encuentro con él a través de actividades que aprovechan su cubierta como terraza. Cerrada al este y al oeste, busca iluminarse por igual desde el norte y el sur recurriéndose de nuevo al “muro cortina” como cerramiento enmarcado en este caso entre las paredes laterales y la estructura. El remate, que denota la existencia de actividades diferentes en el último nivel, se logra con acierto vinculando el interior a un exterior protegido por una pérgola.
Por otra parte, Federico G. Beckhoff, quien obtiene en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Carola Wilhelmina, de la Ciudad de Braunschweig el grado de Arquitecto en 1950, se traslada casi de inmediato a Venezuela contratado por Luis Malaussena junto con Klaus Heufer (su compañero de estudios) y K. P. Jebens, para colaborar en el diseño del hotel Maracay y el Círculo de las Fuerzas Armadas en Caracas. De su formación, marcadamente “bauhausiana”, y de su admiración por Mies van der Rohe dan cuenta su colaboración con Malaussena y toda su producción posterior de la que destaca el sentido práctico, la claridad y sobriedad de todos sus proyectos y obras. En 1952, cuando comienza a ejercer la profesión en forma independiente, Beckhoff inicia una actividad orientada a diseñar un nuevo tipo de vivienda multifamiliar, que busca darle al apartamento características similares a la de la casa: la idea de una residencia con jardín y del hábitat cercano a la vegetación prevalecen en este enfoque.
Su arquitectura se reconoce no sólo por la amplitud y buena distribución de los apartamentos sino por la presencia en ellos de terrazas continuas con jardineras, que derivan en la composición con énfasis en la horizontalidad de las fachadas de los edificios, donde hace un riguroso uso del ladrillo, equilibradas por planos verticales recubiertos de canto rodado, apareciendo además cuidadosos detalles que impusieron nuevos estándares de modernidad, calidad y lujo, adquiriendo un sello distintivo dentro de la ciudad.
Dentro de la vasta producción de viviendas en propiedad horizontal alcanzada por Beckhoff, entre las desarrolladas luego de proyectar en Altamira el Palic (1957) y el Mónaco (1964), y que poseen un lenguaje formal común, se encuentran los edificios Albona (1964, Colinas de San Román), Mochima (1965, La Florida), Parque San Felipe (1968-70, La Castellana), Capricornio (1970, La Florida) y El Trapiche (1970, Las Mercedes).

Regresando al caso que hoy nos ocupa, habría que añadir como claro antecedente, dentro de una tipología que no desarrolló con la prolijidad de la de la vivienda multifamiliar, otro importante edificio de oficinas diseñado por Beckhoff en el centro de Caracas: el Ramia (1954), ubicado en la esquina de Carmelitas, sede durante muchos años del Ministerio de Transporte y Comunicaciones (cuya imagen hoy también nos acompaña), objeto de una desafortunada intervención que desfiguró por completo su limpia fisonomía, para servir de asiento primero al Banco Progreso y hoy al Ministerio de Finanzas. Las similitudes entre las respuestas formales y el tratamiento volumétrico dados al Ramia y al EDOVAL saltan a la vista.
El EDOVAL fue adquirido, debido a su localización y proximidad, por el Banco Central de Venezuela a sugerencia de Tomás José Sanabria y ha servido para resolver la expansión hacia el norte de esa institución siendo hoy en día un anexo de ella donde funcionan las oficinas de varios de sus departamentos. En su planta baja se encuentra ubicada la Oficina de Atención al Ciudadano, donde se canalizan distintas ayudas sociales a personas, consejos comunales, organizaciones sociales, etc, uso que le ha incorporado, junto a la falta de mantenimiento, un visible nivel de deterioro.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal y 1. Colección Crono Arquitectura Venezuela
Contacto FAC 81
Las publicaciones de Ediciones FAU UCV

Creando lugares
Entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala
Isabel Lasala Hernández
Ediciones FAU UCV
2014
Creando lugares. Entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala (Gráficas Lauki, 2014), se trata de una de las publicaciones más cuidadas y mejor logradas dentro la producción alcanzada hasta la fecha por Ediciones FAU UCV. Basada en el trabajo de ascenso a la categoría de Asistente dentro del escalafón universitario presentado en 2007, su autora, la profesora Isabel Lasala Hernández, rindió con él un merecido reconocimiento a la obra de su padre el también profesor, exdecano y talentoso arquitecto Pablo Lasala, fallecido el año 2000, hecho que sirvió de detonante para emprender una investigación apoyada en la documentación atesorada en el archivo personal del propio Lasala y financiada por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico.
El libro (de 192 páginas, impreso en papel lumisilk 150 grs), también ofrece la oportunidad de encontrarnos con una coedición, en la que tuvo particular relevancia la participación de la Fundación Pablo Lasala quien asumió buena parte de los costos de producción y edición de la obra. El concepto editorial, diseño y diagramación estuvo a cargo de Catherine Goalard y la producción editorial en manos de Mayoira Flores.
El filón sobre el que se indaga primordialmente a lo largo de este trabajo, una vez lograda la distancia necesaria entre la obra de un padre y el interés de su hija por develarla, tiene que ver con la persistencia de una serie de ideas que se hacen presentes a la hora de analizar la propuestas presentadas para una serie de Concursos de Arquitectura, actividad de la que se afirma que Lasala era un adicto y de la que siempre estuvo agradecido por el aprendizaje que le aportaban. A ello se suma su condición de gran dibujante y excelente pedagogo que su discípulo y gran amigo Joel Sanz resumirá en la siguiente frase acuñada por Lasala que cita dentro del Prólogo: “La arquitectura es muy fácil. Se trata de construir un paisaje donde no lo hay, y completarlo donde se considere incompleto”, síntesis perfecta de su actitud ante la disciplina que profesaba con verdadera pasión.
Tres partes, dividida cada una en capítulos, estructuran el libro. La primera le abre la puerta a dos aspectos generales que pueden contextualizar la totalidad de su obra: La expresión de la arquitectura de Pablo Lasala titula el capítulo 1 que encierra a su vez “El dibujo como búsqueda”, “Lo que quería mostrar” y “La importancia de la representación en su obra”; La actitud de Pablo Lasala ante la creación de la forma arquitectónica (capítulo 2) se subdivide en “Inconsciencia, memoria e imaginación… además de la razón”, “Ideas recurrentes”, “La predilección por lo geográfico”, “Propuestas dobles” y “Cruce de temas”.
La segunda parte analiza aquellos temas que de manera particular hacen acto de presencia en las obras presentadas a concurso (ganadoras o no) seleccionadas dando pie a que el capítulo 3 se titule El basamento y la caja flotante apoyado en “El acercamiento entre materia y espíritu”, “La apariencia de la caja” y “El logro de una búsqueda”; en el capítulo 4, Un volumen más complejo en el paisaje, son “La valorización y enriquecimiento del entorno” y “Completar un conjunto” los temas develados para que en el quinto y último, Puro paisaje, aparezcan “Una escultura en el parque”, “La insinuación de la sorpresa”, “La percepción del tiempo”, “El borde y los dedos en el parque” y “La exaltación de lo existente” como ideas y estrategias de diseño presentes en otros tantos concursos desmenuzados.
“Aquí el enfoque -dirá Isabel Lasala- es principalmente ontológico, se concentra en los proyectos arquitectónicos en sí mismos, en la lectura que podemos hacer de ellos; más que en el contexto social, político e histórico en el que estos proyectos surgen”. Con dicha premisa por delante y el acompañamiento del valioso material gráfico presentado en el libro se puede, no sólo apreciar la extraordinaria capacidad que Lasala desarrolló como dibujante, sino el poder y carácter de su expresividad gráfica mostrada en sus diferentes facetas como proyectista. De las conclusiones, englobadas bajo el rótulo Una arquitectura que permanece, la autora destaca dos aspectos fundamentales que la publicación pone en evidencia: “la expresión de su arquitectura y su arquitectura misma” donde la creación de lugares, los acercamientos formales al lugar, la exaltación del objeto arquitectónico y la creación de lugares, la acentuación de lo perceptual, el énfasis en lo constructivo, el tema de la protección solar, el valor asignado a la geometría, el placer de diseñar, el aportar a aquello en lo que se cree y utilizar las herramientas adecuadas para expresarlo, dejan como gran premio una serie de enseñanzas e ideas que muchas generaciones han podido disfrutar y un legado que las futuras pueden aprovechar. “Las teorías que se deducen de sus proposiciones -concluirá Isabel Lasala- todavía son posibles a través de otras mentes y de otras manos”.
ACA
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

City of Play.
An urban and architectural history of recreation and leisure
Rodrigo Pérez de Arce
Bloomsbury Visual Arts
2018
A finales del pasado mes de mayo fue presentado el libro City of Play. An urban and architectural history of recreation and leisure de Rodrigo Pérez de Arce, publicado por Bloomsbury Academy, en Londres, bajo la categoría de Urbanismo: Historia y Teoría. El libro, escrito en inglés, se basa fundamentalmente en la tesis doctoral del autor, titulada originalmente “Materia Lúdica (juego, ciudad, arquitectura)”, con la que se tituló de Doctor en Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela el año 2011.
La nota de los editores señala lo siguiente:
City of Play muestra cómo se construye el juego en la estructura misma de la ciudad moderna. Desde áreas de juego hasta parques temáticos, desde juegos de bolos hasta piscinas, pasando por los innumerables espacios sin control que ofrece el hábitat urbano, el juego no es sólo un asunto de la infancia. Un sinnúmero de actividades lúdicas esencialmente improductivas han modelado, a lo largo del tiempo, la ciudad y el paisaje modernos.
El estudio erudito, original y sorprendente del arquitecto Rodrigo Pérez de Arce explora una dimensión curiosamente descuidada del diseño y la práctica arquitectónicos: el espacio lúdico. Es una historia arquitectónica del patio de recreo -desde el hipódromo hasta la ciudad situacionista- del espacio liberado de fines productivos en la búsqueda del ocio. Pero esto es más que un libro sobre cómo la arquitectura ha incorporado el juego en sus espacios y estructuras, es una historia de la ciudad moderna en sí misma. La imaginación lúdica impregnaba los ideales modernistas, y lo que comienza con el patio de recreo termina con una reconsideración de toda la extensión del movimiento moderno a través del filtro del ocio y el juego.
Como el juego es una experiencia humana básica o fundamental, el libro reafirma las preocupaciones del arquitecto con las de los no arquitectos, y no solo las de los adultos, sino también las de los niños. Busca dar a todos, arquitectos y otros habitantes comunes de la ciudad, una mejor comprensión de lo que está en juego en la creación de los espacios públicos de nuestras ciudades.
El libro, de 296 páginas y tapa dura, se encuentra dividido en dos partes que pueden ser recorridas a través de diversos temas. La primera, abarca cuatro importantes cuestiones: la primera se refiere al tema de El Campo: Esferas de acción; Campo y etapa; El Canon; El primordial; Campo y cuadrado; Campo, piel y recintos. La segunda toca diversos Rasgos formales y relacionales: Escala; Topología; Topografía; Simetría; Perspectiva lineal; Lo informal y lo informe. El tercer tema tratado remite a los Atributos del material: El césped; Arena y nieve; Agua. El cuarto a los Atributos de ubicación: la Orientación; las Adaptaciones; Acoplamientos y mosaicos; El no oficial; Juego específico del sitio y el genius loci; Parque y feria.
La segunda parte recoge como primer tema Los Jugadores / El atleta: Células y arenas; Manipulaciones bucólicas; el segundo versa sobre El niño; El cielo; La calle; En cualquier sitio; Tumuli; Desplazamientos; Futuro imperfecto; Quietud y la miniatura; Rapidez oblicua; Regresar al orden. Cierra la segunda parte con El ciudadano; El regreso del Homo Ludens y la Venganza de Paideia. Pérez de Arce es actualmente profesor titular de la Escuela de Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha enseñado en la Architectural Association y en las universidades de Bath, Pennsylvania y Cornell, entre otras. Entre sus publicaciones se encuentran los libros La Escuela de Valparaíso, Grupo Ciudad Abierta (2003) y Domicilio Urbano (Ediciones ARQ, 2006 y 2012).
ACA
