1950•La joven firma de arquitectura Carbonell y Sanabria (Diego Carbonell (1923-2000) (MIT. 1944 / Revalida FI. UCV 1945) y Tomás José Sanabria (1922-2008) (1947. Harvard. Design Reválida 1948. UCV), concluye en un año la construcción de la Casa Degwitz, la primera vivienda unifamiliar proyectada por esta asociación de arquitectos.
Cruz del Sur, revista de cuyo número 1 hoy publicamos la portada, fue, además, como señala Héctor Seijas, una librería y una causa o, como apunta Ramón J. Velásquez, “una empresa de agitación cultural”. Abierta en 1944 por Violeta Roffé, la pequeña librería ubicada inicialmente de Piñango a Llaguno (Av. Baralt) fue lugar de reunión frecuente de intelectuales de diversas generaciones, convirtiéndose la posibilidad de dar salida a sus inquietudes en germen de una publicación periódica que terminó siendo un hito dentro de la historia del país. Proyecto colectivo de izquierda nacido en 1952, paradójicamente incubado y desarrollado durante la dictadura perezjimenista de la mano de los hermanos Roffé (Violeta era licenciada en filosofía y Alfredo, quien se incorpora a la librería alrededor de 1950, arquitecto), a los que se suma el destacado economista Francisco Mieres, la revista se convierte en el órgano de difusión de importantes temas dentro del acontecer político, económico y cultural nacional e internacional. Aunque la política mundial arropa a la nacional (por razones relacionadas con la asfixiante censura existente), “lo político” (ideológicamente cargado) indirectamente aflora cuando de hablar de economía se trataba o cuando se interpretaban las noticias de repercusión mundial, siendo quizás el esfuerzo por vincular cultura y sociedad lo que la convirtió en referencia indispensable. Desde el primer número (marzo 1952), cuando su innovador formato en forma de cuaderno de 22 x 22 cm. y atractivo diseño gráfico (las portadas eran diseñadas por Miguel Arroyo) permitió a más de uno detectar que se estaba ante un producto cuidado y con ánimo de trascender, hasta el 51 (octubre 1961), Cruz del Sur aspiró ser una revista mensual, periodicidad que como en muchos otros casos se altera por las más diversas razones. Sin embargo, al sacar cuentas no queda más remedio que reconocer en ella un ejemplo de permanencia, constancia y asiduidad en vista que promedió siete números durante nueve difíciles años. Alexis Márquez Rodríguez en “La Revista Cruz del Sur: su significado en un momento crítico de la historia contemporánea de Venezuela (1952-1960)”, señala un dato que no deja de ser importante: el hecho de que no tuviera un texto que apareciera como editorial durante los primeros seis años, señal de un anonimato asumido dentro de un momento en el que no había libertad de expresión, “lo cual hacía inútil la presencia de un editorial que necesariamente debía limitarse a temas neutros” y que de haberse roto “las limitaciones impuestas por la censura, se ponía en riesgo la subsistencia de la revista, sin que se lograse ningún objetivo útil”. De hecho, no es casual que la primera editorial de Cruz del Sur haya aparecido en el número 36 (mayo 1958), inmediatamente después de caída la dictadura, a modo de manifiesto que mostró plena vigencia así como su orientación “independiente, ajena a todo sectarismo doctrinario o dogmático, si bien de inequívoca orientación progresista, de izquierda y antiimperialista”. Sin embargo, si algo nos corresponde resaltar desde aquí es el hecho de que Cruz del Sur tal vez sea la primera revista en el país que alberga en sus páginas una sección permanente de arquitectura e ingeniería (que posteriormente amplió su alcance al urbanismo y las artes plásticas), lo cual marca un claro antecedente a la aparición posterior de a, hombre y expresión (1954) e Integral (1955), publicación esta última a la que estuvieron también vinculados los Roffé. De la lectura del libro editado por Héctor Seijas, Cruz del Sur. Una librería, una revista, una causa (piedra angular en la redacción de esta nota), se extrae que fue Jorge Romero Gutiérrez quien le propone a los responsables de editarla la incorporación de dicha sección la cual aparece por primera vez (a modo de separata) en las páginas centrales del número 6 (agosto 1952). La presencia total de temas de arquitectura en la cuantificación global que hace Alexis Márquez Rodríguez en su ensayo sobre Cruz del Sur, alcanza hasta el 10%, cifra que no es nada despreciable si tomamos en cuenta que sólo es superada por temas como Literatura (17,7%) y Ciencias Sociales (13,3%) y es seguido por Política Internacional (9%) y Artes (música, plástica, etc.) con el 8,6% (porcentaje este último que eventualmente podría sumarse al primero). El debate arquitectónico desarrollado desde Cruz del Sur permitió detectar intereses que iban más allá de la descripción de edificios y su consideración como objetos a ser construidos, al colocarse la arquitectura como tema central dentro del crecimiento y evolución de la ciudad y como disciplina vinculada a la cultura entendida ampliamente. En ello tuvo mucho que ver la intuición y las relaciones alcanzadas por Alfredo Roffé con algunos de los protagonistas del acontecer del momento. Cruz del Sur deja de circular a poco de instaurada la democracia cuando la librería ya llevaba más de 5 años instalada en el Centro Comercial de Este (Sabana Grande), donde permaneció como verdadero centro cultural hasta 1975. Unos dicen que tal vez porque desapareció el motivo que le dio sentido a un esfuerzo caracterizado por la resistencia inteligente ante un régimen opresor ante el cual funcionó como válvula de escape, otros por la proliferación de publicaciones similares y otros por el traslado al exterior de algunos de sus pilares fundamentales. El hecho es que dejó para la arquitectura importantes testimonios y debe rescatarse, también, como publicación pionera en el territorio que nos ocupa desde estas páginas, ya que mostró la aspiración de dotar a nuestra identidad de una importante fe en el futuro y un indudable cosmopolitismo.
SEGUNDA ASAMBLEA DE LA FUNDACIÓN ARQUITECTURA Y CIUDAD
La Fundación Arquitectura y Ciudad (FAC) extiende la más cordial invitación a todos sus Miembros a asistir a la celebración de su Segunda Asamblea, donde se tratarán los siguientes asuntos:
Informe de la Junta Directiva de las actividades realizadas durante el período marzo 2016-marzo 2017.
Elección de la Junta Directiva.
Presentación el Plan de Actividades 2017-2018.
Puntos varios.
Fecha: Jueves 30 de marzo de 2017 Hora: 4:00 p.m. Lugar: Urbanización Santa Marta, Calle B, Quinta Terruca, Anexo B, El Cafetal.
Nota: Se recuerda que, de acuerdo a los estatutos, el quórum de la Asamblea se conformará con los Miembros que se encuentren solventes con la Fundación o, en otras palabras, que hayan cancelado las cuotas de mantenimiento correspondientes a los años 2016 y 2017. Dicha condición también determinará el derecho a votar cualquier decisión que se vaya a tomar.
La Fundación Arquitectura y Ciudad (FAC) y Ediciones Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (Ediciones FAU UCV) llaman a participar a autores de cualquier parte del mundo en el
CONCURSO DE ENSAYOS
CARACAS
1567-2017
Caracas al llegar a su 450 aniversario luce agotada, descuidada, olvidada, deteriorada, desarticulada y agredida, y a la vez preservada por su inmejorable clima, su inigualable paisaje y el calor de su gente. Por ende, ofrece la oportunidad única de mirarla sin dejar de pensarla, sentirla, mimarla, reivindicarla, desearla, soñarla, recordarla, imaginarla, proyectarla…
El concurso de ensayos Caracas 1567-2017 se convoca con la intención de dejar plasmadas las múltiples lecturas de que puede ser objeto esta ciudad que es eje de nuestros pensamientos, motivo de nuestras angustias y territorio de nuestros pesares, objeto de amor y de odio, siempre verde como la esperanza.
La convocatoria estará vigente desde el viernes 17 de febrero de 2017hasta el viernes 30 de junio de 2017.
Se otorgarán 2 premios en efectivo y tantas menciones como el jurado considere pertinentes.
Quizás es temprano para afirmarlo pero la Filarmónica del Elba (Elbphilharmonie), ubicada en Hamburgo (Alemania), proyectada por Herzog & de Meuron entre 2003 y 2009, terminada de construir el 31 de octubre de 2016 e inaugurada por todo lo alto el 11 de enero del presente año con el Prometeo de Ludwig van Beethoven y el estreno de una pieza del compositor Wolfgang Rihm (interpretados por la Orquesta Sinfónica de la NDR), encabeza hasta la fecha el grupo de edificaciones, inscritas dentro del star sistem y aupadas por el dinámico e interesado mundo de las publicaciones de arquitectura, para obtener la corona de “edificio del año”.
Y no es poco lo que puede decirse a partir del despliegue informativo y la cobertura de que ha sido objeto esta peculiar pieza de 125.512 metros cuadrados de construcción, que ocupa un poco más del 50% de un lote de 10.540 metros cuadrados, que se superpone a unos robustos, pesados y abstractos almacenes portuarios abandonados que soportan la acristalada masa colocada sobre ellos, la cual alberga un centro cultural con una sala de conciertos para 2100 asientos y un salón de música de cámara para 550 oyentes (incrustados entre pisos de lujo y un hotel de cinco estrellas con servicios integrados como restaurantes, un centro de salud y fitness e instalaciones para conferencias), cuyo costo se elevó de 75 a 789 millones de euros en siete años, tan alejada del austero y sobrio trabajo desplegado, por ejemplo, por el grupo RCR Arquitectes, ganadores de la más reciente edición del Premio Pritzker.
Sólo el esfuerzo tecnológico utilizado para resolver “a la perfección” la acústica de la sala, dejada en manos del “número uno del mundo, el japonés Yasuhisa Toyota, de Nagata Acoustics”, da para redactar un interesante y aleccionador análisis comparativo de lo que significa forzar dentro de una forma predeterminada un uso de estas características a diferencia de la honesta perfección lograda cuando se acondicionó el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas, en un esfuerzo integrador conjunto emprendido por Alexander Calder, Carlos Raúl Villanueva y la firma estadounidense Bolt, Beranek y Newman.
De nuevo, la arquitectura hecha espectáculo hace eclosión en una apuesta por hacer de Hamburgo, ciudad portuaria, el centro de atención del que fue objeto otra (Bilbao) hace ya 20 años de la mano de Frank Gehry.
Tecoteca C.A. firma creada en 1952 por Cornelis Zitman (Leiden,1926- Caracas, 2016), con el apoyo financiero de los hermanos Diego y Antonio Carbonell marca, sin lugar a dudas, un antes y un después en el diseño industrial de muebles en Venezuela. Su aparición se ubica, dentro de la trayectoria de Zitman, en el momento de su madurez como fabricante y creador y como oportunidad de demostrar la evolución de una idea que se venía fraguando desde muchos años antes: “la elaboración de un mueble nacional de calidad al alcance de los hogares más humildes”, tal y como él mismo manifiesta en “Tecoteca: cómo se industrializa el mueble moderno en Venezuela” (Cruz del Sur, nº 9, noviembre-diciembre, 1952). La apertura de Tecoteca estuvo precedida por el transitar de Zitman desde su llegada en 1947 a Coro, donde se instala y logra ampliar su formación adquirida en la Academia de Bellas Artes de La Haya, diseñando muebles de madera a escala industrial para “De León y Magdaleno” y luego para “Caideco”; su traslado posterior a Caracas (1949) donde trabaja en la compañía “Promociones y Decoraciones Dibo” (conocida luego como Deco Dibo); y la apertura de su primer negocio propio “Talleres Zitman A.A.”, carpintería que monta junto a Antonio García Arcos y un grupo de jóvenes arquitectos. Cabe destacar cómo en todo momento no pierde oportunidad de usar el equipamiento de los lugares donde vive junto a su familia para avanzar en el perfeccionamiento y el diseño de piezas que luego reproduciría en serie.
“Talleres Zitman A.A.” (ubicada en la zona industrial de Boleíta, Caracas), le permitió forjar un lugar dentro del mercado del mueble y, gracias al encargo que le hicieran Guinand y Benacerraf para equipar las Residencias Montserrat en Altamira, Caracas (1951), entrar en contacto con Emile Vestuti (proyectista norteamericano asociado al proyecto del edificio e insigne diseñador) y sentar las bases definitivas de lo que será su producción hasta finales de la década de los años 50. Jorge F. Rivas Pérez en el texto que acompaña el cuidado catálogo elaborado con motivo de la Exposición “Cornelis Zitman. La década de diseño. 1947-1957” (montada en la Sala TAC en 2011), destaca de esta etapa: “Son piezas ligeras, realizadas con economía de medios. La estructura portante está claramente identificada y las demás partes están siempre subordinadas a ellas. El lenguaje formal se alinea con la estética moderna del mobiliario escandinavo e italiano de la época”.
Una vez emprendido su negocio más ambicioso, vale decir que el taller de Tecoteca estaba conformado por 7 departamentos: administración y compras, corte de material crudo, máquinas, ensamblaje, acabados de madera, lacas y pintura y tapicería, lo que nos da una idea de su envergadura y capacidad de enfrentar trabajos de diferente proporción, siempre caracterizados por el estar formando parte de una clara línea de producción en serie. La madera y el hierro materia prima fundamental de lo que se hacía, se buscaba fueran, en la medida de lo posible, de procedencia nacional. La comercialización, pieza clave sobre la que Zitman basaba buena parte de su esfuerzo, permitió a Tecoteca contar con varios locales de venta directa al público de sus productos en Caracas: “Tecoteca Muebles C.A.” en el Centro Comercial El Recreo, “Tecoteca Este 1” en la Avenida Urdaneta y, finalmente, “Muebles Tecoteca”, tienda de mayor tamaño (que incorporará diseños provenientes de otras firmas), localizada en la esquina de la avenida Andrés Bello con Francisco de Miranda en Los Palos Grandes.
Catalogar los productos, otra de las fases primordiales en el proceso de comercialización, permitió a Zitman diseñar una primera publicación en 1953 que se ha constituido en toda una pieza de culto dentro de la historia del diseño industrial y gráfico del país. Allí los muebles está organizados según su tipo y cada elemento se muestra por separado con dibujos a escala y varias vistas fotográficas ambientadas según el espacio para el que están destinadas. Tecoteca desde 1952 hasta 1957 tuvo un crecimiento sostenido y un exitoso desempeño. La febril actividad de Zitman, sin embargo, le empezó a pasar factura y a finales del 57 se retira para descansar cuando ya la fábrica empezaba a sufrir graves problemas económicos que desembocarán en su cierre definitivo y liquidación luego de la caída de Pérez Jiménez (1958). Tal y como señala Lourdes Blanco en ”Zitman y Tecoteca. Conocido y desconocido”, texto introductorio al catálogo arriba citado, “queda para la reflexión, propia de una publicación más ambiciosa…, el programa concebido por Zitman para la nueva Tecoteca” y que puede resumirse según sus propias palabras extraídas de lo publicado en Cruz del Sur: “Tecoteca presenta por fin un mueble honesto en la expresión misma de su estructura, en el empleo de los materiales, en la terminación de sus componentes”. Toda una declaración de principios que se encuentra en plena sintonía con las aspiraciones de los arquitectos de la época.
ACA
Procedencia de las imágenes
Catálogo de la exposición de la Sala TAC: Cornelis Zitman. La década del diseño / 1947-1957, 2011
Nos interesan temas relacionados con el desarrollo urbano y arquitectónico en Venezuela así como todo lo que acontece en su mundo editorial.