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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

DESDE ADENTRO

La construcción de la historiografía de la arquitectura colonial americana

Ramón Gutiérrez

CEDODAL/Soluciones GeoEspaciales

2025

Breve reseña

Libro autobiográfico, en el que el reconocido docente e investigador argentino Ramón Gutiérrez (Buenos Aires, 1939), narra y resume su trayectoria dedicada durante los últimos 60 años a la Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, tomando como excusa un tema que ha formado parte de su línea de trabajo (La construcción de la historiografía de la arquitectura colonial americana), del cual ha sido tanto testigo como protagonista y del cual hoy pretende ser un cronista.

Como el propio Gutiérrez señala en la Introducción: “En este trabajo trato de recuperar una parte importante de los aportes de quienes fueron los historiadores protagonistas de estos avances del conocimiento y las sucesivas miradas que ellos tuvieron a través del tiempo. Si bien todos -y me incluyo sin ninguna duda- hemos sido beneficiados por los trabajos de quienes nos precedieron generacionalmente, la construcción del cuerpo de conocimiento fue creciendo y evolucionando desde diversos aportes y enfoques. Las sucesivas miradas generaban nuevas perspectivas que podían privilegiar rasgos diferenciados en la valoración de las obras. Si bien a esto es posible analizarlo a partir de la impronta de cada uno de los historiadores, es también notorio que hubo grupos de investigadores que se articularon perfilándose de manera diferenciada sobre los temas y las propias obras”.

Para llevar a cabo su aproximación Gutiérrez acudió a fuentes primarias muy poco frecuentadas, como la correspondencia entre los historiadores, y a las vinculaciones de algunos de ellos con los textos disponibles en sus bibliotecas. En tal sentido, más allá de atisbar aspectos metodológicos y abrir interesantes campos indagatorios, afloran a cada paso las dificultades que todo investigador latinoamericano se encuentra a la hora de emprender trabajos de esta naturaleza.

“Es preciso también hacer la aclaración de que este trabajo está desbalanceado en una visión del conjunto del vasto territorio americano en atención a las fuentes documentales que hemos podido consultar. Ellas mantienen grados diversos de calidad y cantidad, y por ende somos conscientes de que este tipo de trabajo podrá complementarse consultando otras fuentes documentales similares a ellas que hoy no están a nuestro alcance. A la vez, en mis trabajos de investigación he recorrido temas de arquitectura y urbanismo de los siglos XIX, XX y XXI, de manera que lo colonial ha sido solamente una parcela de mis estudios”, señalará Gutiérrez.

En cuanto a la estructura del libro, Gutiérrez puntualiza: “Para facilitar un cierto deslinde de los centros de atención del tema, nos ha parecido adecuado compartimentar en cuatro períodos el proceso de análisis de la evolución de la historiografía. Esto correspondería con una etapa que denominamos de ‘Los Precursores’ y que abarcaría de 1900 a 1940. Una segunda etapa sería la de ‘Consolidación de una lectura abarcante’ que llevaría de 1940 a 1960. La tercera etapa sería la de ‘Las irrupciones metodológicas’ entre 1960 y 1980, y finalmente la del ‘Deslinde de nuevas miradas entre 1980 y el 2000. Obviamente, no se trata de fechas rígidas, sino que ellas marcan en general puntos de inflexión aproximados en los centros de interés de cada período. Cada una de estas fases tiene sus propios ejes de caracterización que ayudan a ver la continuidad de propuestas, la superación de algunas de ellas y el surgimiento de nuevas opciones que van consolidando el proceso historiográfico”.

En cuando a la aproximación al objeto de estudio, Gutiérrez subrayará: “Como he insistido en diversas oportunidades, trataré de ver los temas desde nuestra realidad americana, sin dejar de reconocer que muchos de los colegas que conforman esta historiografía, tanto europeos como americanos, los han mirado desde las atalayas europeas. Creo que esta circunstancia enriquece la posibilidad de confirmar uno de los cambios esenciales en la mirada historiográfica del siglo XXI”.

El autor

Ramón Gutiérrez (Buenos Aires, 1939). Arquitecto por la Universidad de Buenos Aires en 1963. Investigador de los temas de Historia de la Arquitectura y Conservación del Patrimonio. Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina (jubilado). Académico de Número de la Academia Nacional de la Historia y de la Academia Nacional de Bellas Artes, además de miembro correspondiente de Argentina en la Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). Docente en diversas universidades e institutos de España, Italia, Portugal y América. Profesor Honorario de las Universidades de Chile, Nacional de Ingeniería y Ricardo Palma de Lima, y de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa – en el Perú- y de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Miembro honorario de los Colegios de Arquitectos de Perú y Chile. Recibió, en 1995, el Premio América, de Historia y Crítica de la Arquitectura, otorgado en el VII Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL), en São Paulo (Brasil). Ha obtenido el Premio Nacional a la Trayectoria en Arquitectura otorgado por el Fondo Nacional de las Artes (2003), y la Mención de Profesor Extraordinario con Distinción de Académico Ilustre por la Universidad Nacional de Mar del Plata (2004), así como el Premio CICOP a la trayectoria en Conservación del Patrimonio (2007). Desde hace más de 40 años es consultor de la UNESCO en temas de Patrimonio Cultural de Iberoamérica. Es Doctor Honoris Causa por las Universidades Ricardo Palma, de Lima (Perú), y de Tucumán (Argentina) (2007). En 2011 fue nombrado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. A lo largo de su trayectoria ha colaborado para distintas universidades americanas y españolas, y ha dictado cursos, conferencias y clases en numerosas universidades de Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Colombia, México, Ecuador, Estados Unidos, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Guatemala, España e Italia, formando parte del colegio docente del Departamento de Geografía, Historia y Filosofía de la Universidad Pablo de Olavide desde 2002. Con más de 300 artículos publicados y 198 libros y folletos, es fundador y director de la revista Documentos de Arquitectura Nacional y Americana (DANA) y del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana, CEDODAL. Buenos Aires.

ACA

65 ANIVERSARIO DE UN VALIOSO LIBRO

20 años en Caracas

1938-1958

Rafael Bergamín

Gráficas Reunidas, S.A.

Madrid

1959

1. Rafael Bergamín Gutiérrez (c. 1929)

Rafael Bergamín Gutiérrez (Málaga, 5 de noviembre de 1891-Madrid, 6 de octubre de 1970), hijo del abogado penalista Francisco Bergamín García y de Rosario Gutiérrez López, es considerado como uno de los pioneros de la modernidad española e introductor del racionalismo en ese país. En 1910 inició sus estudios en la Escuela de Ingenieros de Montes, ubicada en El Escorial y un año después la carrera de Arquitectura, por libre, en la Escuela de Madrid. De ambas se graduaría en 1917 y 1918, respectivamente.

En España, entre 1918 y 1937, desarrollaría una fructífera trayectoria que comenzaría como arquitecto de edificaciones hospitalarias en la Dirección General de Sanidad. Su actividad en el sector privado se inicia en 1921 con el proyecto realizado con Luis Elizalde, para el concurso del ensanche de San Sebastián, en el que obtiene el segundo premio. Ese mismo año, comienza su sociedad con su compañero de estudios Luis Blanco-Soler (1894-1988) cuando participan en el concurso del Teatre de la Ciutat de Barcelona. Blanco-Soler y Bergamín considerados por Carlos Flores López como integrantes de la generación del 25, diseñarán la Casa Vega (1931), la Colonia Parque Residencia (1931- 1933), el Gaylord’s Apartments (1931-1933) y la Residencia Fundación del Amo (1928-1930) de la Ciudad Universitaria, desaparecida durante la batalla desarrollada en ese campus en el comienzo de la defensa de Madrid durante la Guerra Civil española.

También, desde su participación en 1927 en el concurso de la Ciudad Satélite Loma Larga, en Ceuta, Bergamín y Blanco-Soler proyectarían a solicitud de la Dirección de Marruecos y Colonias varios edificios: una iglesia con residencia para los franciscanos en Larache; el edificio del consulado de España y un grupo escolar en Casablanca; y otro grupo escolar en Tánger.

2. Tres obras realizadas por Rafael Bergamín asociado a Luis Blanco Soler. Izquierda: Iglesia de Lareche, Marruecos. Derecha arriba: Fundación del Amo, Madrid. Derecha abajo: Hotel Gaylord, Madrid.

Henry Vicente Garrido, estudioso de la vida y obra de Bergamín, apuntará en “Rafael Bergamín. De la ‘gran borrasca’ y el exilio a la evanescente figura del arquitecto en Venezuela”, artículo publicado en la revista entrerayas 84, julio-agosto 2010, con relación a la obra realizada en el “Protectorado” de Marruecos: “Es importante tener en cuenta esta serie de edificios porque las condiciones singulares de clima, contexto y paisaje, aparte de la inserción en otro contexto cultural, obligaron a la generación de unas obras cuya impronta común puede darnos pistas, especialmente, sobre la actividad posterior de Bergamín en su exilio caraqueño”.

3. Izquierda. Dos viviendas diseñadas por Bergamín de carácter racionalista: Casa del marqués de Villora, Madrid (arriba) y Chalet de Matías Bergua, Zaragoza (abajo). Centro y derecha. Colonia El Viso, Madrid, primer ejemplo de arquitectura moderna a gran escala en España.

De manera muy apretada podemos decir que durante el periodo posterior a 1928 Bergamín diseña la Casa del Marqués de Víllora (1928-1929) y más tarde, en 1931-1932, la Colonia Parque Residencia que construye, con Gregorio Iturbe y Javier Gómez de la Serna (hermano de Ramón) en un lugar en promoción cercano al Paseo de la Castellana. Como continuación de este levantó la Colonia El Viso (1933-1936). Uno de sus más importantes proyectos fue el Sanatorio Antituberculoso de Los Montalvos a unos 8 km de Salamanca, obra del año 1935, de un depurado racionalismo, que no se terminará hasta 1948.

4. Rafael Bergamín y el Colombie, buque en el que llegó a Venezuela como exiliado.
5. Tres salas de cine diseñadas por Bergamín en Caracas. De izquierda a derecha: el teatro Ávila (1938-1940), el cine Diana (1948) y el teatro Acacias (1945).

Con el bagaje acumulado y debiendo huir como exiliado político en medio de la Guerra Civil por sus convicciones republicanas, Bergamín llega a Caracas en 1938 a bordo del buque Colombie, tres años después de la muerte de Gómez, donde transcurrirán los mejores años de su carrera profesional. Aquí revalidará su título de arquitecto en 1939, se comprometerá de lleno con el desarrollo de la ciudad, se convertirá en un articulista asiduo y punzante, llevará adelante una significativa actividad gremial, se vinculará a la enseñanza y junto a Rafael Emilio Velutini y José María Manrique fundará Velutini, Manrique y Bergamín y luego con el primero Velutini y Bergamín C.A. una de las empresas de proyectos y construcción más importantes de la época, lo que le permitirá ejecutar una considerable cantidad de edificios entre los que destacan: “los cines Ávila (1938- 1940), Hollywood (1939), Rialto (1940) y Las Acacias (1945), en los que Bergamín replanteó el concepto de edificio cinematográfico desde una perspectiva multifuncional; un conjunto de viviendas en la urbanización San Martín (1941-1942), en el que aplicó los conocimientos desarrollados en las colonias residenciales de Madrid; edificios como el Madrid (1943), Ambos Mundos (1944-1945), Sociedad (1945) o Studebaker (1950); los bancos Unión (1945), Caracas (1951), Mercantil y Agrícola (1952-1953), Venezolano de Crédito (1952-1953) y Maracaibo (1955), en los que creó un tipo que durante años definió la imagen de edificio bancario en Caracas; y una gran cantidad de casas, incluyendo su propia casa, Las Moradas (1950)”, tal y como recogemos del artículo “Rafael Bergamín Gutiérrez” montado en Urbipedia. Archivo de arquitectura (https://www.urbipedia.org/hoja/Rafael_Bergam%C3%ADn_Guti%C3%A9rrez).

6. Otros cuatro edificios construidos por Velutini y Bergamín C.A. en Caracas. Izquierda: Agencia El Recreo del Banco Venezolano de Crédito (1947-1948). Centro: Edificio Mercaderes (1941-1942). Derecha arriba: Planta embotelladora de Canada Dry (1948-1949). Derecha abajo: Agencia Cisneros & Cía. S.A. (1950).

Veinte años vivirá Bergamín en nuestro país (de los 47 con que llegó a los 67 con que se fue), y al regresar a Madrid en 1958 decide recopilar buena parte de los escritos que había publicado en Venezuela (fundamentalmente en la prensa diaria) a través de un libro que verá la luz en 1959 y que titulará justamente 20 años en Caracas. 1938-1958, que en el 2024 que transcurre está cumpliendo ya 65 años.

7. Índice de 20 años en Caracas. 1938-1958.

El valor del libro de Bergamín, más allá de lo testimonial, es que permite obtener la mirada de quien ve el desarrollo caótico de la ciudad provinciana a la que llegó (que apenas tenía 200.000 habitantes) con ansias de poder participar en su planificación y colaborar en la comprensión de lo que se llamaba “Urbanismo”, confrontado con sus frustrados esfuerzos por disuadir a las autoridades de afrontar con antelación un crecimiento promedio de 50.000 habitantes que durante veinte años se tradujo en 1.200.000.

Conforme fueron avanzando los años los primeros artículos que Bergamín publica, escritos en un tono orientador, con ánimo didáctico y divulgativo se fueron tornando cada vez más críticos en vista de la incapacidad de parte de las autoridades para afrontar a través de Ordenanzas incompletas y anticuadas los temas de vialidad, tránsito y desarrollo urbano, lo cual él calificaba de “imprevisión” pero que en otro momento tildó de “improvisación” que condujeron a errores que luego no tendrían solución.

8. Caótico aspecto de la ciudad actual… Imagen del centro de Caracas (c.1955) incorporada al libro de Bergamín.

Varios fueron los apostolados asumidos por Bergamín que se sumaban a todo aquello que tenía que ver con buscar un crecimiento planificado para la ciudad. Uno de ellos fue el proponer desde 1942 “el establecimiento en Caracas de un ferrocarril subterráneo (Metro), y esto no sólo con el fin de conseguir el único sistema de transporte colectivo eficaz, mientras no existan calles anchas y en número suficiente para la circulación sin entorpecimiento de un sistema de autobuses, sino para que el número de automóviles disminuya en un porcentaje considerable”. Otro, quizás el más reiterativo y del cual le quedó el sabor de no haber logrado resultados prácticos, fue “la defensa del árbol” y el predicamento con que lo acompañaba orientado a subrayar la importancia de preservar la vegetación existente, plantar variadas especies en toda la ciudad y a lo largo de la cordillera que la acompaña y de reforestar las cuencas de los ríos y quebradas de Caracas.

9. Evolución de la cuadra para llegar a la nueva ciudad. Ejemplo gráfico que acompaña el artículo «Urbanismo» (1938) publicado en el diario El Universal.

El seguir la pauta establecida por el índice cronológico que Bergamín elaboró para ordenar sus escritos permite develar momentos de intensidad y otros de silencio. También encontrar dentro del énfasis que le dio a temas que ya hemos mencionado, la fe depositada por él en el correcto desarrollo de las avenidas Bolívar y Libertador como detonantes de lo que podría haber sido una ciudad que no fue, y detectar la insistencia permanente en encender las alarmas sobre decisiones que consideraba equivocadas en el tratamiento de la vialidad y el peatón.

10. Algunas de las fotografías con sus respectivas leyendas que acompañan el libro.

Pero, sin lugar a dudas, es el encontrarnos con el título de una esclarecedora conferencia pronunciada en el Colegio de Ingenieros de Venezuela en noviembre de 1947 (ecuador de su estadía en el país) titulada “Vocación, devoción y profesión del arquitectos”, lo que nos permite contar con un verdadero termómetro de cuanto estaba aconteciendo en momentos en que con muchas dificultades se trataba de dar impulso al desarrollo de los estudios de la carrera de arquitectura en la Universidad Central de Venezuela, que no levantaban cabeza desde la creación de la Escuela en 1941 pero que estaba a punto de dar egreso a la primera promoción (1948).

La conferencia, crítica para con la Sociedad Venezolana de Arquitectos que Bergamín había contribuido a crear en 1945, la cual abandonó cuando comprendió (premonitoriamente) “que con la orientación que llevaba no podía llegar a más de ser una especie de innecesario apéndice a este Colegio (de Ingenieros)”, tuvo también la intención de exponer lo que debe ser un Arquitecto, en vista de que “no es difícil encontrar quien desconoce la verdadera misión e importancia del Arquitecto entre gentes de cultura y preparación. Por lo que no es de extrañar que el vulgo, las gentes de la calle, no tengan la menor idea de lo que es un Arquitecto”.

11. Otro grupo de fotos con sus leyendas que acompañan el libro.

Personaje incómodo, acostumbrado a expresar de manera directa lo que pensaba, sus escritos, sin ser un dechado de virtudes literarias, permiten ver desde la perspectiva de un arquitecto una Venezuela que se estaba construyendo a trancas y barrancas. En todo caso, no deja de ser un dato interesante de la participación de Bergamín en el desarrollo de Caracas el hecho de que cuando en 1953 se publica el libro Velutini y Bergamín, C. A. 1938-1953, memoria de quince años de actividades de la sociedad, se reseñe que la obra construida por la empresa para el momento constaba de 58 casas-quinta; 70 edificios de apartamentos, oficinas y comercios; 12 edificios industriales; 12 teatros-cine; 8 bancos; 3 urbanizaciones. Dedicado a sus nueve nietos nacidos en Caracas, el libro de Bergamín queda perfectamente retratado cuando expresa en “Unas palabras actuales” (1959): “El gran parque longitudinal del Guaire y los transversales de sus principales quebradas afluentes quedarán sólo en la imaginación de un soñador Arquitecto que peleó más de veinte años para que sus nietos caraqueños tuvieran en su día una bella ciudad, con menos habitantes, con menos automóviles, pero con más árboles y más flores”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado y 1. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2, 5 y 6. Urbipedia. Archivo de arquitectura (https://www.urbipedia.org/hoja/Rafael_Bergam%C3%ADn_Guti%C3%A9rrez)

3. Urbipedia. Archivo de arquitectura (https://www.urbipedia.org/hoja/Rafael_Bergam%C3%ADn_Guti%C3%A9rrez); y Arquitectura de Madrid. Colonia El Viso (http://guia-arquitectura-madrid.coam.org/#inm.F2.221D)

4. Urbipedia. Archivo de arquitectura (https://www.urbipedia.org/hoja/Rafael_Bergam%C3%ADn_Guti%C3%A9rrez); y Vitruvius (https://vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/11.128/3545)

7, 8, 9, 10 y 11. Rafael Bergamín. 20 años en Caracas. 1938-1958. Madrid, 1959

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Estética y materia

De técnicas y estilos

Luis Fernández-Galiano

Arquitectura Viva

Colección Debates

2022

Tomado de la “Presentación”.

Las decisiones estilísticas y estéticas están vinculadas tanto con las técnicas de construcción como con los materiales que se emplean, y este pequeño volumen reúne artículos que se ocupan de ambos ámbitos. Tras una reflexión sobre el carácter del lenguaje artístico, la sección inicial se aproxima a las tendencias estilísticas que se fueron sucediendo durante las dos décadas a caballo del cambio de siglo, expresando un cierto escepticismo frente al carrusel del espectáculo, el consumo y la moda; la segunda cubre el mismo periodo desde la óptica de los materiales y las técnicas, mostrando la vigencia contemporánea de prácticas tradicionales y la dimensión expresiva de la materia; la tercera y última se ocupa de las inquietudes económicas y ecológicas suscitadas por la crisis y el cambio climático, que han alumbrado una arquitectura más austera, sostenible y responsable, pero no por ello menos empeñada en que su voluntad de servicio se trence inextricablemente con la búsqueda de la belleza.

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Palimpsesto Architectonico

Alberto Campo Baeza

Ediciones Asimétricas

2018

Nota de los editores

Un manuscrito que se borra para poder escribir encima, pero que conserva las huellas de lo anteriormente escrito: eso es un palimpsesto. Y es así como Alberto Campo Baeza presenta en este libro “capas de ideas, imágenes y sentimientos” —como escribió De Quincey— y en las que se superponen sus reflexiones, sus amores arquitectónicos, sus fuentes de inspiración, sus poetas, arquitectos, filósofos y escritores preferidos, para recorrer, una vez más, no lo que la arquitectura tiene de moda y de efímero sino lo que tiene de constante, de eterno, de universal: la luz, el tiempo, la gravedad, el espacio, la belleza…

En esta recopilación de sus últimos escritos, casi todos ellos inéditos y procedentes de conferencias impartidas en diferentes escuelas del mundo, Campo Baeza se dirige con su habitual generosidad y entusiasmo a sus jóvenes alumnos y colegas, aportando unos consejos imprescindibles (y quizá hoy raros precisamente por sencillos y directos) sobre el proyectar, el investigar y el enseñar.

Porque cuando se reflexiona sobre lo que a uno le importa de verdad, con honestidad intelectual y desde la larga memoria de una vida docente y profesional exitosas, ¿puede el pensamiento ser otra cosa que un palimpsesto?

ACA