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1988• El CID FAU UCV edita «DIBUJOS. Ramón León»

1988• El Centro de Información y Documentación de la FAU UCV, dirigido por el arquitecto Odoardo Rodríguez, edita en la Serie Notas Docentes, el segundo número, titulado DIBUJOS. Ramón León.

Se trata de una publicación que contiene 50 dibujos, que son descritos en el prólogo de Pedro León Zapata, su compañero en el dictado de la asignatura de dibujo, de la siguiente manera: “Estos dibujos de Ramón León, como la Facultad de Arquitectura, como los profesores de la Facultad de Arquitectura y como los estudiantes de la Facultad de Arquitectura. están llenos de escuadras, de escalímetros, de rapidographes, de compases, reglas T, de todo ese mundo que amamos porque es tan bello y porque nos es tan útil, ellos son la línea perfecta, el ángulo perfecto el circulo perfecto”.

HVH

LAS PUBLICACIONES DE EDICIONES FAU UCV

Ese rincón sonriente

Ramón León

Ediciones FAU UCV

2008

Con Ese rincón sonriente fue posible cristalizar el empeño de la familia de Ramón León Camejo (1936-2001), arquitecto (egresado de la UCV en 1965), artista plástico, dibujante, y muy querido profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la UCV durante más de treinta años, por rendirle un homenaje post mortem y darle visibilidad a uno de los temas u obsesiones que lo acompañó a lo largo de su vida: la recolección y dibujo de retretes o pocetas convertidos en oportunidad para conformar una verdadera colección de piezas que ubicó (a modo de museo) tanto dentro como en el jardín de su casa “La Leonera”, ubicada en la urbanización caraqueña de Altamira, motivo de la mayor curiosidad para todo el que por allí transitara.
El libro, de 216 páginas tipo paperback, que contó con el diseño y diagramación de su hijo Ramón Armando León quien se sumó al resto de la familia (sus otros dos hijos Jaime Andrés León y María Gabriela León y su esposa Felina Ruiz de León) para cubrir las tareas de producción y corrección de textos, estuvo coordinado editorialmente por Michela Baldi.

Tuvo un tiraje de 500 ejemplares e incorporó escritos de Pedro León Zapata, compañero y amigo durante años con quien dentro de la FAU UCV dirigía el Taller Ventrillón, titulado “Ramón León nos alegró la vida”; de Mariano Goldberg, partícipe junto a León tanto en la actividad docente universitaria como en la laboral dentro del Banco Obrero entre 1962 y 1965, quien aportó “Un día cualquiera en la sección de Diseño en Avance y luego”; y del periodista-escritor Doménico Chiappe, compañero de estudios de Ramón León hijo quien atesoró recuerdo muy vividos de sus visitas a “La Leonera”, plasmados a través de “Crónica del artefacto más cotidiano del mundo”.
El corazón del libro, sin lugar a dudas, son las más de 300 ilustraciones que lo llenan, fascinante manera de encontrarse con la mano prodigiosa de quien las realizó y las múltiples formas como aborda y representa el tema que las aglutina, llenas en buena parte de un agudo sentido del humor donde cada objeto, además de protagonista insólito de una historia, cobra vida propia al ser presentado en múltiples facetas utilitarias complementarias a la que lo define por excelencia.

Su hijo, el también arquitecto Jaime León en https://gramho.com/explore-hashtag/ramonleon nos narra, al referirse a la posibilidad que ofrece Ese rincón sonriente para seguir disfrutando de su maravillosa obra gráfica después de la sentida desaparición física de su padre, cómo el WC se convierte dentro de la publicación en “personaje histórico” en virtud de los diferentes roles que ha jugado en la sociedad desde su invención.

“La idea viene de muchos años atrás cuando se desempeñaba como Arquitecto, recién graduado, en el Banco Obrero (hoy INAVI) donde trabajó en el área de diseño de baños para viviendas. Allí el WC se adueñó del trazo de sus dibujos como un personaje de humor. Este proyecto nace de las manos de su autor hace varias décadas atrás, pero al pasar de los años se convierte en una empresa familiar el objetivo de lograr su publicación.”

Dibujante compulsivo e impaciente de enorme talento (Mariano Goldberg expresará “su mano derecha tenía seis dedos, el sexto tenía aspecto de una pluma y era intercambiable con otros cinco descansando en el bolsillo de la camisa”), que hizo del humor prácticamente una forma de vida, a Ramón León se le recuerda por ser el principal enemigo de la hoja en blanco a la que consideraba siempre una tentación, y por la generosidad con que obsequiaba sus trazos a todo el que se lo solicitara. Jesús Yépez, director y editor de la revista Entre rayas recuerda en https://entrerayas.com/2015/07/feliz-cumpleanos-ramon-leon/ el apoyo que le ofreció en todo momento en los albores de la hoy exitosa publicación para la que realizó la primera portada (1992). También Yépez menciona el dolor que le causaba al Prof. José Balbino León, Coordinador de Postgrado de la FAU UCV, el borrar la pizarra que “Ramoncito” (como cariñosamente se le conocía) dejaba llena de sus dibujos, cada vez que finalizaba una reunión en la que participaba. Junto a Servio Tulio Ferrer protagonizó un interesante proyecto editorial que gracias al Centro de Información y Documentación (CID) de la FAU UCV quedó plasmado en el libro Diseñoterapia (1980), correspondiéndole ilustrar de forma amena e ingeniosa los errores, problemas y fallos de los estudiantes que a través de un trabajo de ascenso Ferrer fue recopilando de su experiencia como profesor de diseño.

Zapata, dando cabida a otra versión de la pasión que por el dibujo Ramón León sentía, inicia el breve homenaje que brinda a su compañero de la siguiente manera: “A Ramón León le gustaba dibujar. No dibujaba para publicar, no dibujaba para exhibir, no dibujaba para ninguna otra cosa que para dibujar, porque le gustaba dibujar. Era un caso singular el del dibujante que hace humor para guardarlo dentro de las hojas de una libreta o en una gaveta de su casa”. También resalta a “otro” Ramón León, “el coleccionista”, al cual destaca desde el hecho de considerar que “esos dibujos que hacía a toda hora, permanentemente, … los hacía para coleccionarlos”, pasando por su “célebre colección de pocetas que era todo lo que se quiera menos humorística”, hasta llegar a la “colección de plumas fuentes, de bolígrafos, de instrumentos para escribir y dibujar. Siempre traía un repertorio de estos instrumentos de manera que según fuera el tipo de necesidad, escribir, dibujar, pasar lista, corregir, rayar así era el tipo de instrumento que extraía del bolsillo de su camisa”.

Dentro de su actividad docente Ramón León formó parte como profesor de Composición Arquitectónica del Taller Carlos Raúl Villanueva y del Taller Galia. Fue también profesor de Métodos de Análisis aplicados al Diseño; Coordinador y profesor de Diseño en la Unidad Docente UNO; profesor y coordinador del Taller de Dibujo Charles Ventrillon y Coordinador del CID FAU UCV y, más allá de los límites de la UCV, profesor de dibujo en el Instituto de Estudios Superiores de Arte Plásticas Armando Reverón y en la Asociación Prodiseño.

Como Artista Plástico, participó en la exposición colectiva “Dibujos contemporáneos” montada en la Sala Mendoza (1973), en individuales en la Sala Ocre y la Galería de Arte del BANAP (1974) y en la Galería El Muro (1986). También estuvo incluido en la exposición “Sepias” (Galería de Arte de la UCV -1986-), “El trópico visto por 33 arquitectos” (FAU UCV -1990-) y “Ecología y Humor” (Ateneo de Caracas -1990-). Obtuvo las siguientes distinciones: Premio para Dibujo, VI Salón de Arte Facultad de Arquitectura UCV; Premio para Dibujo, V Salón Nacional de Dibujo y Grabado, ambos en 1963; Primer Premio de Dibujo, Salón de Arte APUCV, 1978 y 1984. En homenaje a su memoria, en Junio del 2003, es creada la sala permanente “Manchas Vivas de Ramón León” en el Museo Anzoátegui en la ciudad de Barcelona.

Como Ilustrador y Humorista, participó en la elaboración de diversos libros y revistas. De sus publicaciones artísticas destacan la ya mencionada Diseñoterapia, Glosario de términos de Transporte Terrestre usados en Venezuela, Ramón León, Ilustraciones para La Vivienda (Alemo) y Ese rincón sonriente a quien hemos dedicado esta nota.

Como tantos otros caraqueños, de los que ya quedan pocos, Ramón León vivió su infancia en la desaparecida urbanización El Conde a la que siempre tuvo en mente para rescatar del olvido a través de un proyecto editorial que no tuvo la posibilidad de concretar.

Ese rincón sonriente, espacio que para Ramón León estaba ocupado por el inodoro (o cualquiera de sus múltiples denominaciones: escusado, retrete, sanitario, servicio, taza de baño, poceta, váter, wáter, wáter closet o WC), junto a las actividades fisiológicas que con él realizamos, lugar donde todos somos iguales, “invento que nos convirtió en reyes”, ha sido objeto de múltiples estudios y posee su propia historia vinculada a su fin eminentemente utilitario que no ha impedido el desarrollo de piezas con un alto valor estético y de marcado avance tecnológico a pesar de que su funcionamiento difiere poco entre ellas. De origen difuso y disputado por varias civilizaciones desde hace más de 4000 años, se considera que fue Sir John Harrington en 1569 quien fabricó (uno para la Reina Isabel I de Inglaterra y otro para él) un predecesor del inodoro que se vaciaba mediante una válvula. Posteriormente, en 1775, Alexander Cummings patenta el sistema de cierre hidráulico con el tubo en forma de S, convirtiéndose en el primer inodoro, iniciándose con ello su producción en serie. En 1883 Tomas Turifeld fabricó el primer retrete de porcelana incorporando con ello importantes mejoras sanitarias.

Convertido en personaje caricaturizado, el que podría ser considerado como el artefacto más cotidiano del mundo es objeto, gracias a León, de una crónica que abarca sus usos y transformaciones desde su versión más primitiva del hoyo escarbado en el piso hasta aquel que ha colonizado los hogares trastocándose en objeto sentimental y decorativo.

Texto de consulta obligado sobre el tema, así como lo es Cotidiano de Alberto Sato (Debate, 2005), Ese rincón sonriente forma parte del grupo de publicaciones que sin tener un corte estrictamente académico, Ediciones FAU UCV decidió incorporar dentro de su programación del año 2008, por la significación que su autor tuvo dentro de la historia de la institución. Puede adquirirse a través de www.edicionesfau.com.

Como nota adicional valga decir que el 19 de noviembre se celebra  desde el año 2013 a escala internacional, promovido por las Organización de Naciones Unidas (ONU), “El Día Mundial del Inodoro” (World Toilet Day) asumiéndose este año bajo el lema “Cuando la naturaleza llama”, marcando un claro compromiso con el desarrollo sostenible y el saneamiento de 4.200 millones de personas que no cuentan con acceso a lugares adecuados para hacer sus necesidades y mucho menos a redes de cloacas y alcantarillados.

Del portal https://www.worldtoiletday.info/theme/ dedicado al tema extraemos: “Un baño no es solo un baño. Es un salvavidas, un protector de la dignidad y un creador de oportunidades.  Debemos ampliar el acceso a baños seguros y no dejar a nadie atrás. Porque quienquiera que seas, estés donde estés, el saneamiento es tu derecho humano”. El asunto, como se verá, es más serio de lo que parece y este viraje tendría muy satisfecho a Ramón León quien siempre se caracterizó, además, por ser una persona comprometida con grandes ideales.

ACA

EL ACERVO EDITORIAL DE LA FAU UCV

DISEÑOTERAPIA

Servio Tulio Ferrer/ Ramón León

Centro de Información y Documentación (CID) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. UCV.

1980

Diseñoterapia es un libro a cuatro manos que tiene la particularidad de aglutinar, en torno al tema que trata, la síntesis del trabajo de ascenso a la categoría de agregado elaborado por Servio Tulio Ferrer en 1976 y el talento artístico de su colega Ramón León quien se dedica a interpretar e ilustrar, con el gran sentido del humor que lo caracterizaba, las 49 fichas en las que Ferrer da cuenta de los “pecados capitales” más comunes en los que incurre un estudiante de diseño arquitectónico, detectados en su práctica diaria de la docencia en la materia.

El resultado, más allá de las discusiones que pueda generar su título, no es otra cosa que un hermoso cuaderno apaisado en papel glasé de 63 páginas, diseñado por Martha Sanabria, en el que se puede recorrer su indudable contenido académico con la ligereza e ingenio que proveen los dibujos que lo acompañan.

Tal y como se recoge en la introducción elaborada por Ferrer, “el concepto de este trabajo se puede formular así: el aprendizaje del diseño no debe estar dirigido solamente a lo que se debe ser, sino también a lo que no se debe hacer” para luego, adentrándose en terrenos propios de la psicología, plantear que los “errores y vicios” fundamentales en los que incurren los estudiantes de arquitectura cuando diseñan “manifestados en las periódicas críticas de los profesores … sólo se pueden superar cuando el alumno toma conciencia de que los comete en forma recurrente. Por analogía podrían ser llamados ‘trastornos de conducta’ de un diseñador en formación. (…) Por eso el presente Catálogo debe ser entendido como parte de un tratamiento terapéutico en diseño”.

El libro plantea con severidad asuntos neurálgicos en la formación de diseñadores que se resumen en equivocaciones que cometen los alumnos de diferente naturaleza: “déficit conceptual, falta de información y malos hábitos”, los cuales dan origen a la elaboración de las fichas ilustradas que constituyen el cuerpo central del texto. Sin embargo, cuando por ejemplo se afirma que “los errores producto de un déficit conceptual siempre son consecuencia  de una mala interpretación del problema, incapacidad de evaluar soluciones, incoherencia entre el problema y su supuesta solución, etc.”, nada se dice de la manera como eran planteados para la época las experiencias orientadas a enseñar a proyectar, ni de cómo eran dirigidas por profesores que seguramente requerían también de su particular “terapia”, a pesar de que se vivían los aires posteriores a la Renovación que sacudió a la FAU UCV de la cual el libro, a su manera, es un cabal producto. La sensación de que el autor, escudado tras la autoritas de un personaje poseedor absoluto de la verdad, busca eximir al docente de su responsabilidad tras los pecados que cometen los estudiantes, no logra despejarse.

Por otro lado no estaría de más comentar que Diseñoterapia, junto a la Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, de Mariano Goldberg (producto de otro trabajo de ascenso) y Textos escogidos de Carlos Raúl Villanueva, forma parte del primer lote de libros que a comienzos de 1980 logra publicar el Centro de Información y Documentación (CID), dependencia creada en Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1976, durante la gestión decanal de Américo Faillace (1975-1978), quien designó como su primer Director al joven profesor Henrique Vera.

Vera tuvo bajo su responsabilidad la creación de una instancia cuyo objetivo era racionalizar la información y documentación de la FAU, uniendo las bibliotecas existentes (Escuela de Arquitectura e Instituto de Urbanismo) y capacitar a su personal para dar el servicio adecuado a los profesores (docentes e investigadores) y estudiantes. Con el apoyo irrestricto del decano y demás autoridades, el CID a través de su Director fue incorporado al Consejo de Facultad con voz y sin voto, y dotado de un presupuesto y personal de apoyo que permitió emprender un importante programa de adquisición de libros, publicaciones periódicas, ofrecer charlas, participar en redes, renovar equipos y mobiliario y poner a la extensión (la tercera pata en que se soporta la misión universitaria) a tono con los nuevos tiempos que se vivían y con la nueva estructura organizativa que la FAU.

Tras la gestión de Antonio Granados Valdés al frente de la División de Extensión Cultural entre 1957 y 1978, traducida en un importante número de eventos y exposiciones, 19 números de la Colección Espacio y Forma y 60 de la revista Punto (que el propio Granados recoge, entremezclada con sus desavenencias con el decano Faillace, en su libro Autobiografía (IIª parte) Mi vida en Caracas 1955-1978. -2004-), correspondió al CID continuar dicha labor participando en el montaje de la recordada exposición itinerante sobre la Bauhaus (1976) y la de Arquitectura Italiana Contemporánea (1978), para luego asumir la muestra fotográfica “Testimonios sandinistas” (1979) del mexicano Pedro Meyer, el XVI Salón de Estudiantes (1979), las muestras de dibujos de Mies van der Rohe y Frank Lloyd Wright (1979) y la exposición-homenaje a Carlos Raúl Villanueva a cinco años de su muerte (1980); apoyando la salida del número 19 (octubre 1977) de la Colección Espacio y Forma y dándole continuidad publicando los números 20, 21, 22 y 23 (debiéndose acotar que desde entonces no apareció más); y acompañando la edición de los números 55 (octubre 1975), 56-57 (junio 1976), 58 (junio 1977), 59 (octubre 1977) y 60 (mayo 1978) de Punto, para luego asumir su continuidad con la publicación de los números 61 (junio 1979), 62 (junio 1980) y 63 (junio 1981), imprimiéndole una visión más crítica, asomándose a nuevos escenarios, estimulándose la polémica y la discrepancia, buscándose un mayor contacto con la “realidad”, y dándole la oportunidad de expresarse a nuevas voces a través de material original elaborado expresamente para la revista.

Así, enmarcado y contextualizado dentro de un proyecto integral, sobre Diseñoterapia añadiremos que, aunque en su momento contó con un elevado consenso dada la sintonía que logró en expresar una manera generalizada de impartir la docencia, no estaría de más la luz del día de hoy discutir su vigencia, cuando la enseñanza del diseño ha dado paso a la incertidumbre, el docente ha reforzado su formación teórica y ha buscado inculcar en el estudiante una actitud crítica de búsqueda y reflexión más que a imponer una autoridad llena de certezas indiscutibles.

El claro orden en que se presentan a lo largo del libro los “errores” detectados por Ferrer en su práctica como docente del diseño deja, más allá de la polémica, un buen modelo de cómo se puede emprender cualquier trabajo desde este ámbito con rigor y sistematicidad. Pero es sin duda la ejemplificación ilustrada magistralmente por Ramón León lo que permite afirmar que en nuestras manos queda un documento de gran valor además de un manual en el que sus autores ejercen en tono jocoso la tarea de “diseñoterapeutas no colegiados”.

ACA

Postal Nº 40

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