Archivo de la etiqueta: Patio-Jardín Esquina La Torre

TAL DÍA COMO HOY…

… el 13 de mayo de 1995 aparece desplegado a todo lo ancho del número 106 de Arquitectura HOY el resultado de la primera etapa del Concurso Nacional de Ideas para el Patio-Jardín Esquina La Torre, Caracas.

El llamado a concurso para proponer una vez más respuestas a lo que en algún momento hemos denominado desde estas mismas páginas como la “la más descuidada entre las más importantes esquinas del país” (ver Contacto FAC números 33 y 34 del 26-06 y 02-07-2017, respectivamente), se hizo a comienzos del 1995 generando, una vez más, entusiasmo y expectativas por el significado del espacio objeto de atención más allá del destino, escala urbana y peso programático que establecían sus bases.

La cobertura dada por Arquitectura HOY y muy particularmente por Enrique Fernández-Shaw a este evento, estuvo conformada por tres entregas fechadas el 6 de mayo (nº 105), el 13 de mayo (nº 106 que reproducimos hoy) y el 27 de mayo de 1995 (nº 108).

De lo recogido en el semanario se desprende que fueron un total de 28 los participantes que entregaron sus propuestas el 21 de abril las cuales fueron expuestas en el Palacio de la Gobernación del Distrito Federal, ente que junto al Instituto de Patrimonio Cultural fueron los convocantes. También, que las deliberaciones estuvieron a cargo de un calificado jurado integrado por Asdrúbal Aguiar -Gobernador del Distrito Federal-, Juan Pedro Posani -Presidente del Instituto de Patrimonio Cultural- y los arquitectos Carlos Gómez de Llarena, William Niño, Pablo Lasala, Morela Montero y Jesús Tenreiro.

Sin embargo, es la lectura del veredicto reproducido en el número que hoy nos ocupa lo que permite develar que no han debido ser fáciles las deliberaciones del jurado ello derivado de dos circunstancias: la primera es que el fallo hecho público el viernes 28 de marzo no arrojó a la primera un único ganador sino que abrió un compás de dos meses adicionales para que cinco propuestas fueran desarrolladas (con base en recomendaciones particulares dirigidas a cada una) a objeto de llevar a cabo la selección final. La segunda se infiere del “voto salvado” y desvinculación de la decisión final de Jesús Tenreiro.

Así, la mayoría de los miembros del jurado exigía a los concursantes clasificados revisar de nuevo con detenimiento los objetivos principales que se planteaban en las bases del concurso y, en particular, tomar muy en cuenta el “marco de provisionalidad de la obra a realizar y el estricto límite presupuestario que a ésta le corresponde” así como también evidenciar “una mayor reflexión en cuanto a las relaciones con el entorno inmediato”, acentuando lo siguiente: “Queremos destacar lo inconveniente, en unos casos, de la excesiva exaltación de la monumentalidad, y en otros, de la disponibilidad en el futuro para una edificación correspondiente al rango espacial y emblemático que le corresponde”, argumentos que hablan por sí solos sobre las limitaciones con las que se buscaba abordar un lugar tan emblemático y el “sometimiento” y reto que se imponía a los participantes, aspectos que intuimos formaron parte importante de las deliberaciones y que no dudamos hicieron aflorar encendidas polémicas que pudieron derivar en el “voto salvado” por Tenreiro.

En todo caso, correspondió pasar a la segunda fase a los equipos conformados por: 1. Jorge Rigamonti, Mario Quirós y Alfredo Caraballo; 2. Luis Edurdo Fernández, Salvador Santorsola y Marisol Martínez; 3. Pablo Ballini y Rosalinda Barbosa; 4. Joel Sanz, Juan Carlos Parilli y Francisco Arocha; y 5. Enrique Feldman, otorgándosele Mención Honorífica a las propustas presentadas por: 1. Alessandro Famiglietti, Francisco Javier Cibeira y Carlos Gago; 2. Doménico Silvestro; 3. Cristina Von der Heyde y Javier Caricatto; y 5. Francisco Martín Domínguez. De todas ellas se recoge alguna imagen y un breve resumen en el ejemplar de Arquitectura HOY que hoy nos acompaña.

La entrega final de las cinco propuestas clasificadas se pautó para el 15 de mayo en la sede del Instituto de Patrimonio Cultural, haciéndose énfasis en la obligatoriedad, revisión y ajuste de los costos  “a fin de no sobrepasar el límite establecido en las bases (Bs. 30.000.000)” y en la necesidad de entregar “los cómputos de obra correspondiente”. Así mismo resalta el hecho de que “la Gobernación del Distrito Federal otorgará a los participantes de esta segunda etapa la cantidad de Bs. 200.000,00, a cancelarse una vez entregadas las propuestas, como compensación de los gastos inevitables en que los concursantes incurrirán”.

Finalmente, vencido el lapso, tomadas en cuenta las recomendaciones hechas por el jurado y cumplido con los requisitos exigidos fue seleccionado “por mayoría” como ganador del concurso el proyecto presentado por Jorge Rigamonti, Mario Quirós y Alfredo Caraballo. En esta segunda ocasión el jurado de forma escueta destacó “la altísima calidad de todas las ideas desarrolladas y señala que en esta oportunidad se vuelve a poner de manifiesto la utilidad y eficiencia cultural de la institución del concurso, la cual se recomienda generalizar particularmente en el ámbito público”.

1. Renders de la propuesta ganadora del Concurso presentada por Jorge Rigamonti, Mario Quirós y Alfredo Caraballo

De la propuesta de Rigamonti, Quirós y Caraballo, que contó con la colaboración de Ángela Rodríguez y Carmen Marquina, nos ha parecido procedente rescatar parte de la descripción que aparece en https://www.behance.net/gallery/12163537/Garden-Patio-at-La-Torre-Corner-of-Bolivar-Square y algunas de las imágenes que se prepararon para su presentación. En tal sentido, los 2.000 metros cuadrados ubicados en la esquina noreste de la Plaza Bolívar de Caracas objeto del Concurso se abordaron con el objetivo de crear “un espacio representativo para los actos protocolares y recepciones de la Gobernación, y ocasionalmente permitir el acceso público para actos culturales y recreativos”. Así mismo ‘El Patio-Jardín’ completa volumétrica y espacialmente la Plaza Bolívar, y reconstruye la esquina de la torre de la Catedral, mediante muros articulados y relacionados con los edificios cercanos, transmitiendo un sentido de dignidad y atemporalidad. (…)

Los muros en el patio-jardín se hacen instrumento de identificación, forman un ‘lugar’ y definen al mismo, crean una relación de inclusión-exclusión, y permiten reencontrar el sentido de ‘interioridad’, logrando una ‘intimidad’ rara en los espacios públicos de Caracas. Dichos muros ordenan en una secuencia cinemática, el recorrido desde el acceso indirecto, permitiendo un paseo narrativo dentro de un jardín evocador, donde las visuales a través de la vegetación y las articulaciones de los muros, nos sitúan en relación a la torre de la Catedral y su entorno, para luego desmaterializarse en la ‘Esfera Virtual’ del maestro Jesús Soto (presente como elemento a incorporar dentro de las bases del concurso). El piso a su vez también se desmaterializa en el espejo de agua que refleja la esfera”.

El desenlace final, lamentablemente, no derivó en la construcción de esta pieza que lidiando con todos los inconvenientes surgidos y desventajosas condiciones impuestas da la ocasión de encontrarnos pese a su “provisionalidad” y su escasa masa edificada con una obra que apuesta a trascender generando un recinto autónomo cargado de una clara impronta artística y poética que no olvida su condición de esquina.
Transcurridos 23 años el flanco noroeste de la esquina La Torre, marcado por una especie de designio negativo, sigue esperando su necesaria dignificación.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.behance.net/gallery/12163537/Garden-Patio-at-La-Torre-Corner-of-Bolivar-Square