Archivo de la etiqueta: Parque del Este

1961• Se inaugura el Planetario Humboldt

1961•  Se inaugura el 23 de julio el Planetario Humboldt, ubicado en el Parque de Este hoy Parque Generalísimo Francisco de Miranda) en Caracas, institución dedicada al estudio y enseñanza de la astronomía, astronáutica y ciencias afines, diseñado en 1959 por Carlos Guinand Sandoz (1889-1993) (arquitecto graduado en la Technische Hochschule, Munich, Alemania, 1913. Revalida su título de Arquitecto en la Universidad Central de Venezuela, 1936. Fue Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, 1933). Proyectista, conjuntamente con Roberto Burle-Marx del citado parque.

Se inaugura el Planetario Humboldt.jpg


La construcción del planetario se había iniciado el 15 de enero de 1959.
Cuenta con una cúpula de 20 metros de diámetro y un proyector planetario Mark III (modificado) de gran definición óptica.

El proyector planetario Mark III (modificado), instalado en el Planetario Humboldt es capaz de proyectar, mediante métodos complemente mecánicos, un gran número de estrellas a simple vista desde cualquier parte del mundo, en un rango de 12 mil años al pasado y 14 mil al futuro. Es capaz de presentar las delineaciones de las 88 constelaciones que conforman el cielo, y las coordenadas celestiales para ubicarse. Entre otros efectos especiales, se incluyen la representación de estrellas fugaces, nubes e iluminación lateral para simular el alba o la contaminación lumínica dentro de una ciudad.


Fuente consultada:

Planetario Humboldt. Wikipedia.org

HVH

TAL DÍA COMO HOY…

… 24 de julio, en 1961, se inauguró el Planetario Humboldt, en el Parque de Este, Caracas.

1. El Planetario Humboldt en fechas cercanas a su inauguración (c.1965).

En medio del abrumador peso que tienen las conmemoraciones patrias el día de hoy, cuando se celebra el nacimiento del Libertador Simón Bolívar (1783) y la victoria en la Batalla o Combate Naval del Lago de Maracaibo (1823), el que hace 61 años se haya inaugurado el Planetario Humboldt nos permite entrar a la efeméride desde un tema que es de nuestro interés dedicándole esta nota a tan particular hecho.

Esta notable edificación, proyectada por Carlos Guinand Sandoz (1889-1963), le permitió a su autor dejar sembrada, en un lugar que tanto le debe en términos de su realización como lo es el Parque del Este, la impronta de una arquitectura memorable.

2. Ubicación del Planetario Humboldt en el Parque del Este

Como parte de la última fase de ejecución del espacio que, diseñado por Roberto Burle Marx con la colaboración de Fernando Tábora, John Stoddart, Mauricio Monte y Julio César Pessolani, dotó a Caracas de un área verde con dimensiones metropolitanas y calidad de diseño de alcance internacional, el Planetario se construye entre el 15 de enero de 1959 y el 24 de julio de 1961 (Día de la Armada Venezolana), inaugurándose, por tanto, poco más de seis meses después de la puesta en funcionamiento el 19 de enero por parte del presidente Rómulo Betancourt del recinto que lo acoge. Se ubicó muy cerca del estacionamiento N°2 del parque, lo que facilitaba su accesibilidad para efectos de servicios y para quien se desplazaba en carro en casos de eventos especiales, sin menoscabo de su participación como parte del recorrido peatonal dentro del recinto.

3. Dos vistas cenitales del Planetario Humboldt en la actualidad

Considerado con acierto como “una rareza tipológica dentro de la arquitectura venezolana” por Carmen Araujo Suárez y William Niño Araque, en el texto dedicado al edificio aparecido en el catálogo de la exposición “Wallis, Domínguez y Guinand. Arquitectos pioneros de una época”, realizada en la Galería de Arte Nacional entre junio y septiembre de 1998, el Planetario también se trata del objeto arquitectónico que mayor relevancia cobra dentro del contexto del parque por la peculiaridad, contundencia y autonomía de su forma, la resolución volumétrica del programa que alberga y el evidente contraste que asume al localizarse en medio de un predio en el que predomina la naturaleza.

4. Planetario Humboldt. Planta.
5. Planetario Humboldt. Fachada y corte.
6. Planetario Humboldt. Vestíbulo (izquierda) y espacios de circulación internos (derecha).

Diseñado siguiendo patrones indudablemente clásicos, la planta está organizada con base en un eje de simetría que “marca el portal de acceso, limitado por un gran vestíbulo acristalado y ritmado por la presencia de cuatro columnas rectangulares y perimetrales. Este espacio de acceso (en cuyo tratamiento hace acto de presencia el art decó) se encuentra entre dos volúmenes destinados a oficinas y servicios que completan la volumetría exterior del vestíbulo, enmarcando así, en su disposición de abanico, el eje central de acceso al Planetario”, acotarán Araujo y Niño Araque.

El espacio central en el que se llevan a cabo las proyecciones con un aparato electromecánico de alta definición óptica (proyector Zeiss Mark III) que, localizado en su centro, permite visualizar el firmamento de una manera muy realista y reproducir su movimiento con gran precisión, está rodeado de un amplio corredor el cual, a modo de prolongación del vestíbulo, define una circulación interna vinculada visualmente con el exterior. La parte posterior está conformada por otro volumen que contiene otras áreas de apoyo por donde se previó un acceso secundario de servicio conectado a su vez a un pequeño estacionamiento.

La solución estructural adoptada por Guinand se encuentra estrechamente ligada a la función para la que se destinó el edificio. Está protagonizada por una cúpula o domo de 20 metros de diámetro resuelta mediante una concha de concreto armado sostenida por un total de hasta 12 columnas perimetrales inclinadas que le confieren la imagen que lo caracteriza.

7. Proyector Zeiss modelo Mark III, de tecnología alemana, instalado en el interior del Planetario.

La forma y dimensiones que finalmente se adoptaron para el espacio que lo protagoniza, están absolutamente asociados al sistema de proyección audiovisual que alberga que a su vez “requirió el diseño de una semiesfera interna construida de aluminio perforado, que semeja la bóveda celeste y crea así un sistema de efectos visuales con fines didácticos”. Así, el interior se convierte en una enorme pantalla para el proyector Zeiss pudiéndose apreciar en el borde de la cúpula un horizonte silueteado que representa a la ciudad de Caracas, tal como era para la fecha de construcción del Planetario a comienzos de la década de los 60.

De lo que recogemos de Wikipedia “sus orígenes se remontan a mediados de los años 1950, cuando el entonces director del Observatorio Naval Cagigal el Dr. Eduardo Röhl es comisionado por el gobierno para adquirir equipos ópticos para el observatorio en Alemania, además de un proyector planetario en la casa Zeiss, para el futuro planetario Humboldt. Posteriormente, los equipos adquiridos llegan al país y el proyector es instalado en el planetario…”, destinándose el resto para el desarrollo del Centro de Investigaciones de Astronomía (CIDA) en Mérida dadas sus excelentes condiciones atmosféricas. De acuerdo al mismo portal, el proyector Zeiss instalado fue un aparato electromecánico modelo Mark III modificado, producto de la tecnología alemana de postguerra, “que sin poseer componentes electrónicos de vanguardia, tiene características singulares que lo hacen único en el mundo, pues a través de sus imágenes los usuarios se sumergen en un ambiente que estimula la imaginación y el aprendizaje de una manera muy sencilla y eficaz”.

8. Diversas tomas exteriores del Planetario Humboldt.

Desde que el 6 de agosto de 1961 se iniciaron las actividades al público, dedicado al estudio y enseñanza de la astronomía, astronáutica y ciencias afines tales como la física, matemática, química, geografía y ciencias de la tierra, el Planetario, hoy el más antiguo y aún el de mayor tamaño en Venezuela, se convirtió rápidamente en un importante espacio de investigación y documentación brindando a estudiantes, profesionales y público en general cursos, simposios y conferencias sobre los misterios del Universo. Con el tiempo es triste reconocer que buena parte de su condición de centro de investigación ha desaparecido quedando reducido a lugar de visitas y de realización de algunos eventos que son anunciados por las activas cuentas de twitter e Instagram que como institución posee.

Dentro de las visitas programadas al público, se ha podido durante años disfrutar de observar las estrellas (en número de aproximadamente 9.000), el Sol, la Luna y los planetas visibles a simple vista: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.

Adicionalmente, empleando sus proyectores periféricos, se visualizan las coordenadas celestes, figuras de las constelaciones, nebulosas, la Vía Láctea, el Sistema Solar visto desde afuera, estrellas fugaces (meteoros), satélites artificiales, e incluso, simular nubes.

9. Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland en la selva amazónica por Eduard Ender
(c.1850).

El Planetario, que en sus inicios dependió del Observatorio Astronómico y Meteorológico de Caracas (mejor conocido como Observatorio Naval Cajigal) y hoy está adscrito al Servicio de Hidrografía y Navegación de la Armada Bolivariana, debe su nombre al sabio, naturalista y explorador Alejandro Humboldt, a quien Guinand quiso rendirle un homenaje dada la relevancia que tuvo, junto a su compañero Aimé Bonpland, para el estudio de las ciencias naturales del país tras el viaje que los trajera a América 1799 y 1804, permaneciendo en Venezuela, como se sabe, los dos primeros años.

10. Dos fotografías de Carlos Guinand Sandoz con Roberto Burle Marx. Izquierda: Durante la expedición botánica al Amazonas buscando especies para el Parque del Este. Derecha: En el Parque del Este.

Guinand, hombre vinculado y comprometido con el conocimiento de la naturaleza venezolana, tras coordinar durante más de cinco años los diversos destinos que tuvo el lugar donde finalmente se construyó el parque, y ser partícipe de la selección, junto a Burle Marx y su equipo, de muchas de las especies vegetales que se utilizaron para diseñar el paisajismo, es sin duda la principal figura que permitió que todo este complejo proceso llegara a feliz término.

11. Planetario Humboldt. Perspectiva del conjunto dibujada por Carlos Guinand Sandoz.

Quiso el destino que el Planetario fuera la última obra realizada por Guinand (quien falleció dos años después de su puesta en funcionamiento) y que se convirtiera en brillante punto final dentro de la obra de quien fue uno de los más importantes arquitectos venezolanos del siglo XX.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://redpatrimoniove.wixsite.com/redve/forum/publicaciones/delphinus-planetarum-o-el-delfin-del-planetario

2 y 10. Fernando Tábora. Dos parques, un equipo. Parque del Este, Caracas-Venezuela/Aterro do Flamengo, Río de Janeiro-Brasil (2007)

3. https://twitter.com/planethumboldt y https://www.pinterest.cl/pin/420242208956938115/

4, 5 y 11. Galería de Arte Nacional. Catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998)

6. Galería de Arte Nacional. Catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998) y https://es.wikipedia.org/wiki/Planetario_Humboldt

7. https://www.cinco8.com/periodismo/el-proyector-del-planetario-humboldt-se-apaga/ y https://es.wikipedia.org/wiki/Planetario_Humboldt

8. Galería de Arte Nacional. Catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998), https://twitter.com/laguiadecaracas/status/1259502258347225088, https://peakd.com/hive-178708/@marcosmilano71/eng-an-experience-beyond-earth-planetary-esp-una-experiencia-mas-alla-de-la-tierra-planetario y http://radiomundial.com.ve/cinco-planetas-se-pueden-ver-en-el-cielo-venezolano-en-noches-de-julio/

9. https://es.wikipedia.org/wiki/Planetario_Humboldt

TEXTOS FUNDAMENTALES

Dos parques, un equipo

Parque del Este, Caracas-Venezuela/Aterro do Flamengo, Río de Janeiro-Brasil

Fernando Tábora

Embajada de Brasil en Venezuela/Norberto Odebrecht Constructora S.A.

Editorial Ex Libris

2007

Cuando el arquitecto de origen chileno residenciado en Venezuela Fernando Tábora se aproximaba a cumplir los ochenta años, tomó la decisión de dejar testimonio escrito de lo que fue su participación durante los años 50 y comienzos de los 60 del siglo XX en dos proyectos de arquitectura paisajista donde, invitado por Roberto Burle Marx, actuó formando parte de un equipo junto a John Godfrey Stoddart, Julio César Pessolani y Mauricio Monte que hizo posible la realización tanto del Parque del Este en Caracas como del Aterro do Flamengo en Río de Janeiro. El libro Dos parques, un equipo es justamente el producto del esfuerzo realizado por Tábora por dejar testimonio de dicha experiencia echando mano de la valiosa información que había logrado acumular en sus archivos y los recuerdos que se fueron cruzando en la medida que los consultaba y convertía todo ello en texto.

1. Dos parques, un equipo. Índice

Narrado como una historia salpicada de anécdotas conformada por pequeños segmentos dedicados cada uno a un tema, abundantemente documentada, en la que se entrecruzan múltiples escenas en simultáneo de su vida personal, de su contacto y relación con Burle Marx, de los proyectos y viajes realizados como parte de los encargos realizados en el atelier del maestro brasileño, de su encuentro con Venezuela y de las etapas del desarrollo de los dos proyectos en los que busca centrarse la publicación, Dos parques, un equipo fue estructurado por Tábora en dos partes.

2. Burle Marx con el equipo: los arquitectos Fernando Tábora, Julio César Pessolani y John Godfrey Stoddart con el plano general del Parque Naciones Unidas de Santiago. 1960. Rio de Janeiro.

La primera arranca contextualizando a “Caracas en el momento del proyecto del Parque del Este”, para abrirle así la puerta a la llegada de Burle Marx a Venezuela por primera vez en 1956 en compañía de Tábora (solicitado por Daniel Camejo Octavio para resolver los problemas presentados en el tratamiento de las áreas exteriores del Club Puerto Azul) y la conformación del “atelier” en Río de Janeiro a partir de los numerosos encargos que tras la visita se debían atender, lo que daría paso luego a la creación de una “sociedad” que tendría una de sus sedes en Caracas. El desarrollo de este primer tramo del libro, sin duda el de mayor valor documental, transcurre a través de toda la experiencia que se inicia con la participación en los proyectos de las áreas exteriores para la Exposición Internacional, que se realizaría en Caracas en 1960 en las setenta y cinco hectáreas provenientes de parte de la expropiación de los terrenos agrícolas de la hacienda “San José” y los del fundo “La Carlota”, lo cual derivaría, tras la caída de la dictadura, y gracias a la intervención de Carlos Guinand Sandoz (otro personaje vital dentro de la historia) en el proyecto para el Parque del Este. Serán justamente todos los aspectos involucrados en el diseño y realización del parque caraqueño lo que consuma el mayor espacio de la primera parte del libro: la consolidación legal de los terrenos, el concepto de diseño y la elaboración de un plan maestro, “el equipo de apoyo en la ejecución del proyecto”, “las expediciones en busca de plantas y animales”, los componentes fundamentales de la propuesta, la consideración de “las plantas como estructura espacial”, “los proyectos arquitectónicos” y “los problemas de diseño de los patios”, constituyen un valioso testimonio digno de ser leído y consultado.

Luego se le abre un breve espacio a la experiencia que en simultáneo fue realizada en Río, iniciándose con otra contextualización que en este caso abarca “Brasil, la ciudad universitaria del Distrito Federal, Brasilia y el ‘Aterro do Flamengo’”, para luego dar paso a la “presentación del anteproyecto del Plan Maestro”, hablar de las “afinidades de los dos parques” y aclarar el grado de participación de los componentes de la sociedad con Burle Marx en cada caso, correspondiéndole a Tábora y a Stoddart hacerlo de manera más activa en Caracas y a Julio César Pessolani en Río.

3. Dos paques, un equipo. Extracto de algunas de las páginas de la primera parte del libro.

La muerte de Guinand en 1963 le permitirá a Tábora dar inicio al fin de la primera parte del libro donde se referirá, con relación al Parque del Este a: “el diseño del serpentario y del aviario junto  a la presencia de Augusto Ruschi”, “el diseño final e implementación del proyecto de los Patios” (con explicación detallada de cada uno), para finalmente abordar temas relacionados con el futuro del parque una vez terminadas las obras: su mantenimiento, su consideración como “hito de la arquitectura paisajista contemporánea” y “parte del Patrimonio Cultural de la Nación”, “los primeros proyectos de rehabilitación y la creación de la Comisión Asesora” y “El Plan de desarrollo, administración y manejo”.

Los dos últimos segmentos de la primera parte se dedican, a modo de cierre, a efectuar, por un lado, un breve balance de lo que significó para Tábora abordar a través de un equipo el diseño de los dos parques y su relevancia para su crecimiento como profesional y, por el otro, a referirse a “La arquitectura paisajística en Venezuela y Brasil” como “un “problema de escala”.

4. Seis de las fotografías de la segunda parte de Dos parques, un equipo. Arriba: Parque del Este, Caracas. Abajo: Aterro do Flamengo, Río de Janeiro.

La segunda parte está conformada por una serie de excelentes fotografías tomadas en fechas cercanas a la publicación del libro de los dos espacios objeto de atención a lo largo del mismo. Cada foto está acompañada por una breve cita seleccionada por Tábora de los textos elaborados para la primera parte del libro alusiva a cada imagen presentada.

Dos parques, un equipo tiene 208 páginas (145 ocupadas por la primera parte y 63 por la segunda) y fue diseñado en un formato de 23 x 26 cms. La edición es bilingüe correspondiéndole hacer la traducción al inglés a Petra Kowalsky. Contó con la dirección de arte y edición de Carla Tábora.

Las 241 imágenes con excelente definición que lo acompañan se diferencian claramente en función de las dos partes en que está dividido. Así, las 185 correspondientes a la primera parte se nutrieron del material proveniente de: Archivo Fernando Tábora (153), Archivo John Stoddart (8), Manuel Díaz (1), Andrés Manner (11), Carla Tábora (3), Fernando Rey (56) y Archivo Alejandro Pietri (1).

Las 56 magníficas fotos que constituyen el grueso de la segunda parte fueron tomadas Andrés Manner (56) y Luciana Leal (2).

5. Izquierda: Roberto Burle Marx, John Stoddart y Fernando Tábora en el Atelier de Río de Janeiro (1960). Derecha: Fernando Tábora y John Stoddart en el Parque del Este (c.1990)

Fernando Tábora fallece en Caracas en 2005 después de finalizar la escritura del libro el cual se publica de manera póstuma en 2007. Se había residenciado en la capital venezolana desde 1964 una vez finalizadas las experiencias del Parque del Este, el Aterro do Flamengo y el proyecto para el Parque de las Naciones Unidas en Santiago de Chile, entre otras, que lo llevaron a participar dentro de la sociedad creada por Burle Marx con sede principal en Brasil. A partir de 1964 funda junto a John Godfrey Stoddart la firma Stoddart+Tábora Arquitectos en la cual se realizan innumerables proyectos en Venezuela, Latinoamérica y el Caribe. La asociación con Stoddart se rompe en 1997 y entonces decide fundar la empresa TTB junto al ingeniero Enrique Blanco y a su hijo el arquitecto Andrés Tábora quien al fallecer su padre continuará dirigiendo la firma tábora+tábora.

De la reseña biográfica de Fernando Tábora que aparece en Dos parques, un equipo, extraemos lo siguiente, con lo cual concluimos la presente nota: “Paralelamente ejerce como profesor en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela durante más de treinta años en el Departamento de Acondicionamiento Ambiental y en 1987 hasta 1992 es coordinador del Comité Académico de la Maestría de Arquitectura Paisajista que se inicia en 1990. Es invitado a dar cursos, conferencias y sus proyectos son expuestos en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. (…) Recibió innumerables premios y reconocimientos”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas menos 5 derecha. Fernando Tábora. Dos parques, un equipo. Parque del Este, Caracas-Venezuela/Aterro do Flamengo, Río de Janeiro-Brasil (2007)

5 izquierda. https://iamvenezuela.com/2019/06/john-stoddart-el-paisajista-britanico-que-llena-de-belleza-a-venezuela/

TAL DÍA COMO HOY…

… el 4 de agosto de 1909 nace, en São Paulo, Roberto Burle Marx.

Quien es considerado como “el jardinero de América”, fue hijo de padre judío alemán y de madre brasileña. El uno, próspero comerciante dedicado a la exportación de cueros, muy comprometido con su cultura de origen era amante de la música erudita. La otra, oriunda de Pernambuco, cuya familia tenía raíces locales y francesas, despertó en sus seis hijos una particular sensibilidad hacia la música destacándose el mayor de ellos, Walter, como pianista de talento excepcional.

La formación de Roberto estuvo marcada por la fluctuante condición económica que conllevaba el negocio de su padre lo cual hace expresar a Fernando Tábora en el libro Dos parques. Un equipo (2007), lo siguiente: “La actividad del padre…tuvo siempre altibajos que se resumen en una frase de Burle Marx a este respecto: ‘Toda mi infancia la pasé mudándonos de un palacio a un semisótano’. Pero el padre también brindaba como compensación, en los períodos prósperos, viajes a Europa  con largas estadías especialmente en Berlín. La educación de Burle Marx, por lo tanto, no pudo ser convencional.”

Desde muy joven Burle Marx ya había empezado a manifestar una clara vocación por el arte que poco a poco fue combinando con una temprana inclinación al trabajo y la creación de jardines. De esta manera, cuando una vez más visita Alemania en 1928, al entrar en contacto con las vanguardias artísticas, es mucha la influencia que recibe lo cual lo llevó a inscribirse a su regreso en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Federal de Rio de Janeiro para formarse en pintura. Pese a no concluir sus estudios, ellos propiciaron, debido al cambio de pensum introducido por Lucio Costa de los últimos años de carrera en los que Bellas Artes se agrupaba con Arquitectura, el encuentro de Burle Marx dentro de la institución con Oscar Niemeyer, Affonso Eduardo Reidy y Jorge Moreira, entre otros, relaciones que luego fueron muy bien aprovechadas por el personaje que nos ocupa.

1. Arriba: Diseño de Burle Marx para un jardín en la azotea, Ministerio de Educación y Salud, Río de Janeiro, Brasil, 1938. Abajo izquierda: Propuesta para la Plaza Salgado Filho, Flamengo, 1957. Abajo derecha: Roberto Burle Marx, jardín en el techo de la residencia de Alfredo Schwartz en Copacabana, Rio de Janeiro, 1932.

La pintura se constituyó inicialmente en el centro de la actividad de Burle Marx, la cual no abandonará nunca en el transcurso de su vida recibiendo particularmente la influencia de Cándido Portinari (con quien trabajó en su Atelier) siendo, sin embargo, su más importante referencia y mayor influencia la recibida del pintor alemán Leo Putz.

Según reza en su biografía, su primer trabajo como paisajista fue en 1932, colaborando en el proyecto de la residencia de la familia Schwartz en Copacabana, obra de quien ya había conocido en la Escuela de Bellas Artes y que más tarde se convertiría en uno de los arquitectos más importantes del país: su amigo -y vecino- Lucio Costa. Dos años después, el gobernador de Recife, que había visitado la casa de esta familia, le ofrece a Burle Marx el cargo de Director de Parques y Jardines de dicha ciudad, en la que realiza varias obras públicas y jardines particulares, como el del artista Francisco Brennand.

Al volver a Río, Burle Marx es cada vez más requerido. Proyecta en 1938 la Plaza Salgado Filho, su primera en la que por entonces era la capital de Brasil, usando solo plantas autóctonas. También realizó, entre otros, los jardines y terrazas del Ministerio de Educación y Sanidad (1945) y de la Asociación Brasilera de Prensa, en la Floresta de la Tijuca (1936), encargándosele en 1943, el jardín de la residencia particular de quien posteriormente sería presidente de la República: Juscelino Kubitschek.

Destaca desde muy temprano su permanente afán por incrementar su  aprendizaje botánico, su interés por llenar el gran vacío de conocimiento en este campo y en particular lo concerniente a la flora de su país, detonante principal para el trabajo de campo directamente relacionado a ello que siempre desarrolló. Así, durante toda su vida Burle Marx llevó a cabo una extensa investigación, descubriendo y clasificando muchas especies, estableciendo relación, como apunta Tábora, “con los botánicos más destacados de la época, entre ellos Graiala Barroso, Luis Emigdio de Mello filho y Henrique Lahmeyer de Mello Barreto. Este último precursor con sus ideas  de una visión global del ambiente, fue el que más contribuyó al gran cambio que Burle Marx daría a los conceptos de diseño, utilizados hasta ese momento en la arquitectura paisajista”.

Ahora bien, más allá de continuar repitiendo rasgos y datos que podamos extraer de las biografías generales ya elaboradas, Burle Marx también engrosa la lista de visitantes memorables que hemos venido reseñando desde estas páginas. De allí que, más allá de su importante producción tanto en su natal Brasil como internacionalmente, tal vez valga más la pena destacar lo intenso y fructífero que fue su contacto con nuestro país, el cual en muy buena medida está registrado en el libro de Tábora y en el artículo de su misma autoría titulado “El Roberto Burle Marx que me tocó conocer”, aparecido en el nº 68 de Arquitectura HOY el 2 de julio de 1994 a un mes de su fallecimiento.

2. Roberto Burle Marx. Jardín de la casa de Inocente Palacios en Colinas de Bello Monte, Caracas, 1957
3. Burle Marx con su equipo en la oficina de Río de Janeiro: los arquitectos Fernando Tábora, Julio César Pessolani y John Godfrey Stoddart con el Plano General del Parque Naciones Unidas en Chile, 1960

La llegada de Burle Marx a Venezuela se produce en septiembre de 1956 “debido a una circunstancia fortuita dada por la necesidad de la colaboración de un arquitecto paisajista, en el proyecto del club privado Puerto Azul. El promotor Daniel Camejo Octavio y sus arquitectos Oscar Carpio y Guillermo Suárez, enfrentaban un problema difícil con las áreas libres del proyecto. Uno de los gerentes de la promotora, cuyo sobrino estudiaba en la Universidad de Cornell, el hoy arquitecto y paisajista Oswaldo Lares, le insinuó a Camejo la importancia de hacer venir a Burle Marx como consultor”. El propio Tábora, quien para entonces ya trabajaba en el Atelier de Burle Marx en Río de Janeiro, será quien coordinará los detalles y luego lo acompañará en el viaje que realizaría a Venezuela.

Burle Marx llega a un país que se caracterizaba por su bonanza económica y acelerado ritmo en la construcción de su infraestructura, y a partir del mismo momento en que lo hace se ampliarán los contactos, colaboraciones y proyectos que el Atelier (por entonces conformado por Burle Marx, Tábora, Mauricio Monte y Julio César Pessolani) iría atendiendo y desarrollando. Casi de inmediato, a finales de 1956, Burle Marx es contactado por Carlos Guinand Sandoz para diseñar las áreas exteriores de la Exposición Internacional de Caracas a realizarse en 1960; es requerido por Jorge Romero Gutiérrez, Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger para colaborar con el tratamiento de los espacios abiertos de El Helicoide de la Roca Tarpeya; también para proyectar el paisajismo entre el hotel Humboldt y la Estación del Teleférico a instancias de Tomás Sanabria; y, más adelante, el rediseño del área central de la pista del Hipódromo La Rinconada, el Jardín Botánico, en Maracaibo (Edo. Zulia), los jardines de los clubes Playa Azul, Playa Grande, Morón y Balneario de Naiguatá, a los que se sumarán los paisajismos para las viviendas de Inocente Palacios y Diego Cisneros así como el de la casa de hacienda Monte Sacro de Nelson Rockefeller en Nirgua, estado Yaracuy, desarrollados casi todos en 1957 desde Rio de Janeiro. “No sería hasta mediados de 1957 cuando (John) Stoddart se incorporaría como socio a la nueva firma organizada para el desarrollo de proyectos de Arquitectura Paisajista y Planificación”, sumándose a Tábora, Pessolani y Monte, dejando atrás la denominación y estructura de Atelier. Posteriormente, en 1959 se registraría en Caracas la Oficina Técnica Roberto Burle Marx C.A., sociedad que acometería finalmente el proyecto para el Parque del Este.

4. Parque del Este, Caracas, 1961. Arriba izquierda: Patio de los Azuelejos. Arriba derecha: Aviario. Abajo izquierda: Restaurant del gran lago. Abajo derecha: Lago de las corocoras. Fotos tomadas en 1965.

Tábora relata en su libro cómo “las actividades del atelier Burle Marx incluían lo que para un arquitecto parecería insólito, puesto que podían ser el replanteo de un mural, expediciones de varios días a la selva en busca de plantas autóctonas, la escenografía de un gran baile de carnaval en el teatro Municipal de Río de Janeiro, el diseño y ejecución de una exposición de plantas, el desarrollo de un proyecto de paisajismo en La Habana, Asunción o Buenos Aires. (…) Burle Marx no tenía una formación de arquitecto, pero a través de su percepción del espacio en la naturaleza y la reorganización en el jardín, con base en sus conocimientos como artista plástico, le permitían un enlace inusual con las propuestas de la arquitectura moderna brasileña que no encontraba ninguna afinidad con la arquitectura paisajista del momento”. Sin embargo, “con el crecimiento de la complejidad de los proyectos que llegaban al Atelier, que rebasaban la capacidad técnica de Burle Marx, y poder de ser expresados en planos y detalles de obra, se hizo necesaria la inclusión de arquitectos en el taller”.

Luego de su intensa relación con Caracas, Burle Marx verá cómo Tábora y Stoddart se independizarían en 1964 para desarrollar a través de la firma Stoddart + Tábora Arquitectos un fructífera carrera que dejaría huella en el paisajismo venezolano en todas sus instancias. Él, por su parte, seguiría con su trabajo desde su otra empresa fundada en 1955 (Burle Marx e Cia. Ltda.) junto con el menor de sus hermanos, Siegfried, y con la colaboración de los arquitectos José W. Tabacow y Haruyoshi Ono, quienes, al igual que sus socios caraqueños, tiempo atrás habían ido a golpear su puerta para ofrecerse como pasantes. Cabe  resaltar que Haruyoshi Ono, a partir de los años 60 se asoció y siguió dando continuidad a la obra del Maestro.

Fue también su hermano menor quien encontró el sítio -chacra- Santo Antônio da Bica, en Barra de Guaratiba, a 60 kilómetros del centro carioca. 365.000 m2 que se trasformarían primero en un centro de experimentación, donde acomodaría sus colecciones de plantas, y luego en su hogar. De a poco Burle Marx va reformando la casa principal, a la que va agregando varios salones y la galería externa hasta que en 1973 se muda definitivamente para el sítio, dejando el barrio de Leme, donde vivía desde su infancia. En 1985 dona el sítio al Gobierno Federal, aunque continuó viviendo allí hasta 1994, el año de su muerte. A partir de 1996 comenzó un arduo proceso de identificación y clasificación del acervo, con supervisión y curaduría de la museóloga Iara Madeira, del Museu Histórico Nacional. A través de la Asociación de Amigos de Roberto Burle Marx se obtuvieron recursos financieros de varias entidades para la implementación del proyecto del museo en que hoy el sítio se ha transformado.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Arriba: https://agrowingobsession.com/?p=73506. Izquierda abajo: https://www.modernamuseet.se/stockholm/en/exhibitions/time-place-rio-de-janeiro/. Derecha abajo: https://coleccioncisneros.org/es/content/el-modernismo-de-roberto-burle-marx
  2. https://docplayer.es/92836645-El-jardin-damero-de-la-casa-de-inocente-palacios-en-caracas-1957.html

3 y 4. Fernando Tábora, Dos parques un equipo, 2007

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Parque del Este

Imágenes de una historia, un proyecto que continúa

Verónica Fraíz

Fondo de Valores Inmobiliarios (FVI)

2018

Nota de prensa
Como una contribución a la definición de un camino común y al reencuentro ciudadano, Fondo de Valores Inmobiliarios (FVI) patrocinó el libro Parque del Este – Imágenes de una historia, un proyecto que continúa, escrito por la historiadora Verónica Fraíz.

Los espacios de la Galería de Arte Nacional (GAN) fueron el escenario en mayo de 2018 para la presentación del libro, al son de los acordes de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, de la mano de su directora, la maestra Elisa Vegas.
La publicación recoge la historia del Parque del Este, desde su nacimiento como proyecto en 1946, hasta las nacientes propuestas que plantean la construcción de un parque público en el Aeropuerto La Carlota, que imaginan a la ciudad del futuro, soportada en principios estéticos y patrones de planificación urbana y arquitectónica. El libro contó con la participación de Rosaura Guerra Pineda, en la asistencia de investigación; María Elena González Deluca, en el prólogo; Tomás Straka fue responsable del epílogo; Sol Miguez, trabajó en la edición de textos; las ilustraciones son de Idana Rodríguez y María Teresa del Castillo; y el diseño y composición fueron responsabilidad de Alfredo Sainz.

ACA